sábado, 31 de octubre de 2009

LOS MAYAS, LOS MOSQUITOS Y LAS ENFERMEDADES

El mosquito es el animal que más muertes ha causado en la especie humana por las enfermedades que transmite. Algunas de ellas: el dengue, el virus del Nilo Occidental, encefalitis equina, ecefalitis de San Luis, encefalitis de California, fiebre Ilheus, enfermedad del virus Oropouche, encefalitis de Rocío y la fiebre amarilla, entre otras.

Los mayas fueron un pueblo prehispánico de gran capacidad arquitectónica, buenos para las matemáticas ¡manejaban el concepto del cero!, algo sabían de la capacidad de los mosquitos de causar enfermedades. Quién sabe si por alguna razón de este tipo desaparecieron misteriosamente... Veamos que escribieron al respecto:

Según el Popol Vuh, el libro sagrado del pueblo quiché, el universo fue creado por un dios doblemente masculino. Antes de crear al hombre, este dios creó al simio para utilizarlo como alimento sagrado. Después decidió destruirlo con un gran diluvio, pero el simio se salvó trepando a los árboles y descendió hasta las ciudades mayas donde habitó por mucho tiempo. Por lo que los relieves y códices mayas representan la cola del simio sagrado enroscada como una serpiente.

Así pués, los Dioses decidieron encontrar la manera de acabar con el reinado de los monos, por lo que un día maestro Mago y Brujito encargaron a Mosquito que investigara los nombres de los jefes de los monos:

Descendieron hacia Xibalbá. Descendieron aprisa la pendiente rápida y pasaron los riíos encantados de los barrancos. Los pasaron entre pájaros. Son los pájaros llamados "congregados". Pasaron el río Absceso, el río Sangre.

...Salieron de allí, llegaron a la encrucijada de los Cuatro Caminos. Ahora bien, ellos conocían los caminos de Xibalbá: el camino negro, el camino blanco, el camino rojo y el camino verde. Por tanto, desde allí enviaron a un animal llamado Mosquito: este debía recoger las noticias que ellos le enviaban a buscar. Y estas eran sus órdenes:

...Pica a cada uno de ellos. Muerde primeramente al que esté sentado primero y después acaba por picarlos a todos. Tu alimento será chupar en los caminos la sangre humana

...Muy bien, respondió Mosquito.

Entonces entró por el camino negro. Llegó junto al muñeco labrado en madera, los primeros sentados, engalanados. Picó al primero que no habló, picó al otro, picó al segundo sentado que no habló.

...Picado el sexto dijo: ¡Ay!

...¡Qué, Reúne Sangre?...le dijo Extiende Tullidos. ¡Quién os picó? ...dijo el séptimo, que fue entonces picado.

...!Ay¡... dijo ¡Qué, el de la Ictericia?... le dijo el del Absceso...

Así fueron nombrando sus nombres, todos se nombraron uno al otro... siendo nombrado cada uno de los capitanes por el otro.

... Después de que descubrieron los nombres y saludaron a los jefes, entre ellos a Reúne Sangre y al de la Ictericia, vencieron las pruebas y, entonces, entraron en la Mansión Tenebrosa.

Así, maestro Mago y Brujito derrotaron a los simios y forzaron a Maestro Mono (aullador) y a Maestro Simio (araña) con todo su pueblo a volver para siempre a los árboles!!!



Recordemos que el Popol Vuh es el libro del "linaje humano" que reescribe un original, oculto para los investigadores y pensadores, sobre la creación de la raza. Es una aproximación del saber mesoamericano sobre el comienzo del hombre, de ciertas especies animales y vegetales de la tierra y el cosmos. Saber que se remontaría al apogeo de la civilización maya y Edad Media europea.

La civilización maya nace aproximadamente en el siglo II de nuestra era en la jungla guatemalteca del Petén y en las regiones limítrofes. Es el único caso del nacimiento y desarrollo de una civilización en el corazón de la selva tropical. Los antecedentes de esta civilización han sido aportados principalmente por los calendarios jeroglíficos, las narraciones sagradas (Chilam Balam, Popol Vuh y Memorial de Tepac Atitlán, y los Códices (Codex desdensis, Tro-Cortesianos y Parasenianus.

El Popol Vuh fue conservado en forma de tradición oral hasta mediados del siglo XVI, época en que es puesto en escritura por un indígena, en lengua quiché y latina...

lunes, 26 de octubre de 2009

EL CABALLO UN FACTOR IMPORTANTE EN EL DESARROLLO DE LA MEDICINA VETERINARIA

No cabe la menor dudad que el uso de los caballos por el hombre tuvo un gran impacto en la génesis y desarrollo de la Medicina Veterinaria. Algunos de los hitos más importantes de la hipiatría se dan a conocer a continuación.

En la Antigüedad los caballos tuvieron una gran importancia en el desarrollo de los grandes imperios y es evidente que la mayoría de ellos avanzó sobre las patas de estos nobles brutos y de los brazos de los hábiles guerreros que los cabalgaban. Los caballos domesticados ingresaron a Mesopotamia desde la meseta Anatolian por el Norte y desde las montañas Zagros por el Este, y llegaron a ser el animal más valioso para quienes sabían manejarlos, por lo que estos especialistas tenían un alto estatus social en los reinos de aquella época. Entre los asirios los “musarkisus” eran responsables ante el rey de procurar caballos idóneos en las provincias del reino, incluso el rey Esarhaddon requería informes diarios sobre la obtención de caballos.

El primer manual de “hipiatría” data de 1.400 a. C. y fue escrito por Kikkuli un experto “hurrian” en hipiatría de la provincia de Mitanni. El manual se refería a una ciudad, Hethiter, famosa por sus caballos, y entrega detallados procedimientos de alimentación y entrenamiento de estos animales. En la misma época se escribió en lenguaje “ugarit”, en Ras-Shamra, Siria, un tratado sobre tratamientos de enfermedades equinas, del cual desgraciadamente sólo algunos fragmentos han sobrevivido al paso del tiempo.

Persas y Medas fueron culturas que descansaban en sus caballos de alta calidad a quienes brindaban los mejores cuidados. Incluso la palabra Persia deriva de la palabra que quiere decir jinete. La gran calidad de sus caballos y la habilidad de sus jinetes hicieron de su caballería la base del poder persa y permitieron desarrollar el más grande imperio que el mundo haya visto bajo Ciro (559 – 529 a. C.), Darío I y Xerxes.

Un logro importante para la época fue la obtención de la mula por el cruzamiento entre un burro y una yegua, con la fuerza de la madre y la paciencia del macho; este animal estéril era de gran importancia en el trabajo pesado. Dos razas fueron descritas, Kursaean y Mesaean. Los Hinnies eran híbridos de la cruza de una mula y un potro, eran graciosos y muy buenos para la tracción y transporte.

Los caballos en Egipto y China

Los caballos llegaron a Egipto tardíamente, probablemente provenían de las estepas eurasianas. Fueron muy importantes en el Nuevo Reino y aparecen inicialmente pintados en las murallas de la tumba de Nebamun (1.400 a. C.) en que se ven caballos y hinnies tirando carruajes. Anteriormente (1.730 a. C.) los Hysksos invadieron Egipto desde Palestina utilizando carruajes tirados por veloces caballos árabes. Los egipcios llegaron a ser líderes en la crianza de caballos árabes de alta calidad y una vez que los utilizaron en la guerra rechazaron a los invasores Hysksos y luego expandieron sus fronteras hasta el río Eufrates.

La historia de los caballos en China es rica en tradiciones; según Lieh Hsien Chuan en “Vida de los Inmortales” el doctor de caballos Ma Shih-huang curó a un dragón con acupuntura y brebajes, para luego seguir tratando a otros dragones… Por otra parte, se han encontrado equinos en tumbas de la Edad del Bronce que eran ponies de Mongolia; en el período Shang se encontraron unos 100 esqueletos de caballos enterrados junto a perros, y carros con dos caballos (1.200 – 1.000 a. C.).

El poder militar de aquella época descansó en los caballos cuando la caballería reemplazó a los carros de guerra. Entre 259 y 210 a. C. bajo el primer emperador Shih Hunagdi se enterraron unas 7.500 figuras de terracota de hombres y caballos, y dos carruajes de bronce con cuatro finos caballos ponies Mongoles, como cuadriga unidos por finos arneses. En 1969 se descubrió en Lei Tai provincia Kansu una tumba con un caballo de bronce que era un tarpán domesticado de Rusia; recordemos que los tarpanes se extinguieron en 1880.

Durante la Dinastía Tang el poder militar chino aumentó de 5.000 a 700.000 caballos; posteriormente la pasión aristocrática por los caballos hizo que se importaran caballos árabes. Las cruzas con los ponies tibetanos produjeron animales más fornidos.

En la historia asiática se da mucha importancia a los animales. Los “cadres” eran los médicos de los animales. Los sacerdotes de caballos trataban 36 enfermedades las que se escribieron en huesos de bovinos y en conchas de tortugas. Doctores de caballos (1.027 – 771 a. C.) los sangraba para curarlos de fiebres de verano.

Una gran figura fue Sun Yang (659 – 620 a. C.) o Bai-le, un aristócrata de gran reputación, casi legendaria, por su habilidad para curar caballos. Sus conocimientos no provenían de libros sino de un intenso estudio del animal. Bai-le sabía de anatomía, fisiología y patología y era un experto en acupuntura por lo que se le considera como padre de la acupuntura veterinaria en China. En aquella época los veterinarios de equinos tenían un alto rango social. Shun Yung (Pao Lo), 480 a. C., es considerado como el padre de la medicina veterinaria china. Shou-i sigificaba veterinario y Shu-ma doctor de caballos.

Un interesante síndrome descrito antiguamente por los chinos en los “caballos divinos” se presentaba como un sudor de color rojizo, y probablemente haya sido causado por un parásito de la sangre Parafilaria multipapilosa.

Los primeros libros sobre caballos y otros animales datan de la dinastía pre Tang, Ssu Mu An Ch’i Chi escribió “Collection of Ways to Relieve the Suffering Horse” en que se describen setenta y seis enfermedades graves y treinta y seis etiologías. Una enciclopedia militar de 1.004 d. C. describe las enfermedades de los caballos y su manejo. Además entrega una lista de puntos de acupuntura y los tratamientos de las heridas sufridas en combate. Durante la dinastía Yuan se editó por K’a Kuan Lon “Una Descripción del Tratamiento de Caballos Enfermos”. Los famosos hermanos veterinarios Yu Pen-Yuan y Yu Pen-Heng escribieron “Tratado sobre Caballos”, una síntesis sobre la información veterinaria de la época.

China abandonó la medicina veterinaria tradicional en 1840, estableciéndose una escuela de veterinaria especializada en caballos.

En el Imperio Romano (100 años d. C.) la utilización de caballos, mulas, burros y bueyes permitió el transporte y la defensa a través del vasto territorio imperial. Carruajes de cuatro ruedas, tirados por 8 ó 10 mulas, fueron empleados exitosamente en el transporte. Con el fin de proteger a estos animales de un excesivo trabajo se impusieron estrictos reglamentos que además impedían el desgaste de los cascos. Por otra parte, los caballos daban una gran movilidad a las tribus bárbaras mongólicas que así podían cubrir vastas distancias amagando la estabilidad de sus vecinos.

Los caballos en la Edad Media

El desarrollo de las herraduras con clavos fue el mayor invento que incrementó el rendimiento de los caballos y por ende de la caballería en la Edad Media. Se acepta que los Celtas crearon las herraduras y los europeos la adoptaron y perfeccionaron. Las primeras herraduras tenían seis hoyos para los clavos. Al respecto se cuenta que San Dunston (910 d. C.), patrono de los herreros, debió atender al diablo quien se presentó como centauro para ser herrado, y tanto fue el dolor que sufrió el maligno que juró no entrar más a una casa en que hubiera una herradura, tal vez esto explique la buena suerte que traerían las herraduras.

La Medicina Equina en la Europa Medieval

Federico II Patrono de la Medicina Veterinaria, vivió entre 1.194 y 1.250. Fue Rey de Sicilia. Era un hombre muy interesado en la medicina de los animales, especialmente de los halcones, escribió un libro “De Arte Venande cum Avibus” (The Art of Hunting with Birds). Su interés se extendió a la producción animal, historia natural y medicina veterinaria. Se preocupó por el enorme número de víctimas entre los caballos enviados a las Cruzadas y percibió la necesidad de desarrollar un mejor manejo de los caballos, y de la medicina equina y su cirugía. Bajo su patrocinio la medicina de los animales tuvo un gran incremento, especialmente en equinos y en aves rapaces.

Jordanus Ruffus (Giordano Rufo) escribió “Medicina Equorum” (Medicina equina) en que trataba sobre materias prácticas para el tratamiento de los ojos de los caballos, sus cojeras, herraje, y tratamiento de heridas. Además hizo referencias al cuidado dental y extracción de dientes. Ruffus latinizó los nombres de las enfermedades más comunes de los equinos, identificando cincuenta y siete, describiendo los síntomas que las caracterizaban y permitían su diagnóstico, y detallando los tratamientos recomendados. Además describió innovaciones en los frenos y bridas. Este pionero en el manejo de los equinos enseñaba como ganarse la confianza de los caballos, además fue de los primeros en utilizar el ligamento de los vasos sanguíneos para detener hemorragias.

La influencia de Ruffus en la medicina veterinaria duró aproximadamente quinientos años. La última traducción de su libro titulado como “Hippiatría” hizo confundirla con el clásico bizantino “Hippiatrika”.

Loenzo Rusio (1.288 – 1.347) fue un mariscal y veterinario en Roma. Recopiló el conocimiento equino en “La Mascalcia” que se tradujo 200 años después como “Hippiatria Sive Marescalcia”. Rusio percibió que los violentos cólicos podían conducir a la ruptura de los intestinos. Además describió detalladamente las fracturas y cojeras. Fue el primero en aplicar sanguijuelas en medicina veterinaria al utilizarlas para el tratamiento de la inflamación de las piernas. Y fue el primero en aceptar que el “glanders” se podía transmitir de los caballos al hombre.

Carlo Ruini (1.530 – 1.598) publicó “Dell Anatomia et dell Infinita del Cavallo” que fue utilizado para entrenar a doctores de animales. Su apasionamiento por los caballos y sus actividades marcó el renacimiento de la medicina ecuestre.

Escuelas italianas de caballería

Frederick Grisone estableció en Nápoles una Escuela Superior de Caballería que tuvo un carácter internacional. En 1.550, Grisone publicó “Rules of Riding” en francés, alemán, español e inglés, que incluía además de las reglas para cabalgar, nociones sobre reproducción, enfermedades y tratamientos. El lado oscuro de Grisone fu su brutalidad para castigar a los caballos desobedientes, específicamente en la cabeza entre las orejas. Cabe señalar que Claudio Corte rechazó dichos métodos tildándolos de bárbaros y escribió en 1.562 un libro que incluía mejores métodos para amansar y adiestrar caballos.

Cesare Fiasche (1.523 – 1.592) de Ferrara, fue el fundador de la equitación. Escribió un excelente libro “A Tretaise on the Briddle, Menaje and Schoeing, que fue el primer libro sobre herraje, el que además se acompañaba de excelentes ilustraciones de frenos y bridas.

La Escuela Napolitana fue llevada a Francia por La Broue y Pluvinal quienes entrenaban caballos para danzar.

Thomas Blundeville de Norfolk escribió en 1.566 “The Foure chiefest Offices Belonging to Horsemannships. That is to say the Office of the Breeders, of the Riders, of the Keeper and of the Ferrer”. Este fue el primer intento de reunir todo lo escrito sobre reproducción, manejo, cabalgar y cuidados veterinarios, en que el “keeper” mantenía al caballo saludable mediante adecuadas dietas, buen manejo y una medicina veterinaria preventiva, mientras que el “ferrer” cuidaba de las enfermedades de los caballos

Gervase Markham de Cotham, Northinghamshire, escribió “Cavelarice of the English Horseman”, sobre problemas o materias veterinarias. En 1.595 escribió “Discourse on Horsemanship” que incluía recetas para las enfermedades equinas. Según Poynters (1.962), Markham sistematizó y popularizó el cuerpo disperso del conocimiento sobre los equinos.

Famosos mariscales de los siglos XVI y XVII

William Cavendish (1.592 – 1.676), duque de Newcastle, fue considerado como el más famoso entrenador de caballos. Desarrolló una escuela de equitación en Antwerp, considerada como la mejor de Europa. Escribió “A New Method on Extraordinary Invention to Dress Horses: And Work Them According to Nature” (London, 1.667).

Jacques Labessie de Solleysel (1.617 – 1.680) fue un gran mariscal del siglo XVII. Escribió “Le Parfait Marèchal”. La primera parte se refería al manejo de los caballos y la segunda a las enfermedades y su tratamiento. Solleysel fue reconocido como uno de los más importantes especialistas de su tiempo, elevando sus actividades al rango de doctor de caballos. Tenía muy claro el concepto de infecciosidad, habiendo logrado contagiar a caballos sanos con gurma. Consecuentemente aconsejaba separar y aislar a los animales enfermos, concepto bastante adelantado para su época.

Andrew Snape escribió en 1.683 “The Anatomy of an Horse”. No sólo describió los puntos anatómicos sino también la estructura de sus órganos. Aclaró la función de la glándula pituitaria y de la secreción exocrina del páncreas. Snape fue un puente entre los empíricos y los profesionales de mayor conocimiento científico.

En los tiempos modernos el caballo ha sido utilizado en el agro, en las guerras, como caballo de tiro, y como elemento deportivo en las carreras de caballos y en el polo.

domingo, 25 de octubre de 2009

LOS ANIMALES Y SUS ENFERMEDADES EN LA EDAD MEDIA

En el Imperio Romano, unos 100 años d.C., el uso de los caballos, mulas, bueyes y burros permitío el transporte a través de todo el imperio y su defensa. Carruajes de 4 ruedas y tirados por 8 ó 10 mulas fueron utilizados exitosamente. ¡Estrictos reglamentos se impusieron para proteger a los animales de un excesivo trabajo y el consecutivo desgaste de sus cascos!


Por otra parte, los caballos daban una gran movilidad a las tribus bárbaras mongólicas que así podían cubrir vastas distancias. Los mongoles eran excelentes jinetes al igual que los sarmantians y los vándalos. Recordemos que las invasiones bárbaras iniciaron la declinación del Imperio Romano.


Junto a las invasiones provenientes de las estepas del oeste de Asia, llegaron epizootias que afectaron al ganado local. Algunos brotes, probablemente peste bovina o "rinderpest", afectaron al ganado local causando una mortalidad cercana al 95%. Esto ocurrió en las incursiones de los hunos de Atila (500 a 600 años d. C.). Y debido a que los bueyes eran esenciales en el trabajo agrícola, la entera producción de alimentos se vio afectada. Además, la costumbre de las tribus teutónicas de emplear perros en la guerra, introdujo la rabia en personas y animales domésticos.


Las plagas afectaban tanto a humanos como a animales domésticos en una epoca en que los médicos no tenían respuestas ni tratamientos. A medida que los animales y las personas morían en masa, los agricultores perdían la fe en los médicos y se acercaban a místicos y charlatanes en busca de consejos y tratamientos. Históricamente se sabe que las guerras de pacificación de Carlomagno trajeron desastrosas epizootias de peste bovina o rinderpest"


Pareciera ser que las epidemias de los animales a menudo empezaban después de las invasiones militares, especialmente desde las estepas de Asia. Los rebaños autóctonos eran particularmente vulnerables a los nuevos agentes infecciosos virulentos, a los cuales nunca se habían expuestos, y por lo tanto no tenían una inmunidad específica. Las grandes plagas también afectaban al gando de los bárbaros. Curiosamente se sabe que el ganado Grey húngaro era resistente a la peste bovina.


Probablemente los brotes de peste bovina ocurrieron en los primeros 300 años de la era cristiana después de las incursiones de los hunos de Atila.

Desde esa época hubo grandes divergencias entre las explicaciones espirituales y materialistas del sanamiento de las enfermedades. En la era cristiana, en Europa, hubo fuertes tensiones entre los médicos cientistas los que progresivamente atribuían a causas materiales o biológicas la producción de las enfermedades, en tanto que los religiosos consideraban a las enfermedades, (humanas y de animales) como un castigo divino. Los tratamientos también diferían y se consideraban como milagrosas algunas curaciones. Una de las más conocidas es la "curación" de San Aló obispo de Noyon quien cortó la pata enferma de un caballo para luego reinsertarla completamenmte sanada. Un peregrinaje anual de caballos en Flandes conmemoraba este milagro atribuído a San Silas y San Eligius...!

La similitud entre la acción de sangrar y la aplicación de sanguijuelas a los pacientes, permitió aplicar esta última como alternativa menos mórbida para ajustar los humores de los pacientes. El término "leech" o sanguijuela se utilizó para denominar a los médicos o doctores de caballos como "horse leech" y a los médicos de bvacas como "ox leechs".

En el libro sajón "Leechbook of Bald" (900 d.C.) se describe aplicar tres sangrías contra algunos signos de enfermedades animales como las piernas hinchadas.

La capacidad de realizar curativas milagrosas en seres humanos de los médicos romanos Cosmas y Damien, se extendió a los caballos que sufrían de actinomicosis. Una epizootia de "madness" o locura en el ganado francés en 1570, que se diseminó a ovejas y venados, fue tratada, reduciendo la mortalidad, visitando la tumba de San Martín. Superstición que duró hasta los tiempos modernos... San Leonardo quien murió en 599, es considerado en el medio rural europeo, como santo patrono de los animales enfermos. Otra superstición era que el cuerno del ganado se afectaba por demonios mágicos y que además podían causar enfermedades en otros animales.

El libro "Leechdoms Wortcunning and Starcraft of Early England" (1864) trataba sobre aspectos folclóricos y mágicos de la medicina humana y animal. La traducción de Thomas Oswald C. entrega recetas, principalmente hierbas medicinales, para disminuir y aliviar los síntomas de algunas enfermedades del hombre y animales, a los que se agregaban encantos mágicos y plegarias religiosas. El libro "The Medicine of Quadrupeds" escrito en 1100, desarrolló un extenso pero inefectivo sistema de tratamientos en base a extractos de órganos animales.

Uno de los máas famosos místicos sanadores de animales en la Europa Medieveal fue Santa Hildegar de Bengen (1099 - 1179). Sus tratamientos se basaban en los trabajos de Aristóteles. Sus ideas sobre las enfermedades de los animales las escribió en dos libros "Phisics"and "Causae et Curare". Ella utilizaba algunas piedras, como el onyx y diversas hierbas para tratar las plagas; y para la rabia canina la cabeza de un "lark".

San Dunstan (910 d.C.) patrono de los herreros ingleses, debió atender al diablo que se presentó como centauro; al herrarlo lo hizo con tanto dolor que el maligno juró no volver a entrar nunca más a una casa en que hubiera una herradura! Esto explicaría la buena suerte que traen las herraduras...

El dominicano Albert von Bollstandt (1193 - 1280) o Alberto Magno o Alberto el Grande, intentó reconciliar la ciencia y la teología, o la filosofía aristoteliana y la doctrina cristiana. Escribió "De Animalibus" sobre cuadrúpedos, reseñando 25 enfermedades de los caballos. Su más original idea fue sobre el contagio que ocurría por mordeduras o heridas, contacto con animales enfermos o su lugar de habitación, o por la respiración del aire de animales enfermos!

sábado, 24 de octubre de 2009

GANADEROS, LAS VACAS Y LA FÍSICA

En una granja lechera cuya producción era menor que la requerida, con el fin de mejorarla, consultaron a un físico, a un ingeniero y a un psicólogo. El informe emitido fue, en forma resumida, lo siguiente:

El ingeniero opinó que se debía disminuir el tamaño de los establos, apiñar más al ganado y aumentar el diámetro de las mangueras ordeñadoras.

El psicólogo propuso pintar el interior de los establos de color verde lo que ayudaría a inducir un mayor flujo de leche.

El físico pidió un pizarrón y dibujó un círculo, y dijo: "Supongamos que la vaca es una esfera...", luego imaginó y dibujó una "supervaca", idéntica a la vaca normal, excepto que le había aumentado todas sus dimensiones por un factor de 2! La supervaca, también esférica, tiene el doble de tamaño, es decir aumentó 2 veces su tamaño lineal, aunque su volumen aumentó el cubo de 2, es decir, 2 x 2 x 2 = 8. La supervaca pesará 8 veces más que la vaca normal. Mientras que su piel (cuero) aumenta con el área de la superficie de la vaca, es decir, por el cuadrado de 2, o sea por 4.

Entonces... una vaca que es dos veces más "grande", pesará 8 veces más y tiene 4 veces más cuero que la envuelve y la mantiene en una sola pieza. Entonces... la supervaca ejercerá el doble de presión contra su piel que la vaca normal, debido a su peso.

Si se sigue incrementando el tamaño de una vaca esférica, llegará un momento en que el cuero no soportará la presión extra, y la vaca reventará! ...entonces.. hay un límite respecto a cuán grande puede criar sus vacas un ganadero, no por razones de biología, sino por las leyes de incremento de la naturaleza.

Considerando esas leyes, una supervaca tendría una cabeza 8 veces más masiva que la de una vaca normal. Ahora bien, qué pasa con el cuello que conecta la cabeza con el cuerpo. La fuerza del cuello es proporcional al área de su corte transversal, es decir, mientras más gruesa será más fuerte. Siguiendo con la idea del físico, el área del corte transversal de una vara (cuello) de grosor doble es 4 veces más grande, por lo tanto el peso de la cabeza de una supervaca es 8 veces mayor que el de una vaca normal, pero, su cuello es sólo 4 veces más fuerte! Si seguimos incrementando las dimensiones de nuestra supervaca, los huesos de su cuello muy pronto resultarían incapaces de sostenerle la cabeza. ¡Esto explica por que las cabezas de los dinosaurios tenían que ser pequeñas en relación a sus gigantescos cuerpos, y por que los animales con cabeza más grandes, en relación a su cuerpo, como los delfines y ballenas, viven en el agua. ¡Recuerden, los objetos se comportan como si fueran más livianos en el agua, y por lo tanto, necesitan menos fuerza para sostener el peso de la cabeza!

El físico de acuerdo con sus abstracciones no recomendó producir vacas más grandes para mejorar su producción de leche!!! Uno, que no es físico, infiere que estamos ehchos de una manera determinada genéticamente, pero que tiene una base matemática o física, Y esos animalitos virtuales que se ven en películas ficción realmente no serían posibles en la Naturaleza o en el mundo en que vivimos...

Como virólogo, yo creo que los virus miden exactamente lo que deben ser, ni un nanómetro más... ni un nanómetro menos...


Extractado de "Miedo a la física. Una guía para perplejos" de Lawrence M. Krauss. 1993. Ed. Andrés Bello. 263 pp

martes, 20 de octubre de 2009

OTRO QUINTO CENTENARIO: 500 AÑOS DEL CABALLO EN AMÉRICA

En 1993 se cumplieron cinco siglos de la llegada del caballo al Nuevo Mundo.

Colón embarcó en las naves de su segundo viaje, 12 caballos, los primeros que llegarían a América, Haití, espantando a los indígenas que jamás habían visto criaturas semejantes

Es sabido que no hay bestia de carga como los caballos, por esta razón los trajeron los españoles,
¡DE VUELTA AL LUGAR DONDE HACE MILLONES DE AÑOS SE HABÍAN ORIGINADO!!!

Al ser reintroducidos al continente americano, algunos se hicieron cimarrones y se propagaron por América del Norte, perdiendo la talla y gallardía de sus antepasados andaluces, pero se hicieron más astutos e inteligentes. En México los llamaron "mesteños". En América del Sur también existían caballos salvajes, llamados "baguales", los que descencían de un grupo de yeguas y sementales andaluces que los españoles dejaron en libertad en 1540, cuando abandonaron la ciudad de Santa María del Buen Aire.

El caballo estaba asociado, en esa época, a una forma de vida dada por el sentimiento de la caballería que implica nobleza de conducta y hombría de bien, es decir, caballerosidad. Por algo decimos, al reconocer en alguien ciertas excepcionales características de conducta, es todo un caballero.

En el suroeste de los estado Unidos de Norteamérica y en la pampa de Argentina se han encontrado fósiles de diez millones de años de antiguedad. Probablemente desaparecieron durante las glaciaciones.

Con respecto al caballo chileno, existe una descripción realizada en 1924 por el entonces Ministro de Agricultura Arturo Aldunate E., quien con una buena dosis de picardía dijo: "Nuestro caballo tiene doce características, tres de ellas le vienen del gallo, tres del zorro, tres del cura y tres de la mujer. Del gallo saca los ojos vivos, bonita estampa y cogote arqueado. Del zorro la inteligencia, cola grande y orejas pequeñas. Del cura un buen tungo, firme para tranquear y bueno para comer. De la mujer bonitos pechos, anca redonda y manso para montar".

¡UN NUEVO MUNDO! 1492 - 1992

Esta reseña sobre el decubrimiento de América, 500 años atrás, la escribí especialmente para entregar algunos conocimientos que ayudaran a comprender tan tamaña epopeya, que nos ha marcado indeleblemente, para bien o para mal.


Mil cuatrocientos noventa y dos fue para España el año del milagro (Annus mirabilis). En aquel año acaecieron hechos singulares: Cristóbal Colón llegó a tierras desconocidas; se rindió Granada, el último reino moro; se consolidó la unidad política y social de la Península ibérica, y se decretó la expulsión de los judíos.

Antes de tocar el tema del descubrimiento y conquista de América me referiré a un hecho que generalmente pasa inadvertido, este es el otro quinto centenario que corresponde a la publicación por Elio Antonio de Nebrija de la primera Gramática castellana, dos meses antes que Colón descubriera América, pasando el castellano a ser la primera lengua romance con normas propias escritas. Nebrija (1444-1522), quien en realidad se llamaba Antonio Martínez de Cala e Hinojosa, era el prototipo del renacentista español, se admiraba de que sus profesores supieran tanto y se expresaran tan mal, obviamente sus relaciones públicas no eran buenas en la Universidad al criticar a sus colegas profesores por encontrarlos retrógrados y poco científicos, por lo que debió abandonar la Universidad de Salamanca, trasladándose a Alcalá de Henares donde enseñó hasta su muerte. Nebrija, al publicar en Salamanca en agosto de 1492, "El Arte de la Lengua Castellana," de hecho se adelantó a las Academias de la Lengua, proponiendo que existiera una relación oficial del idioma. Esta primera gramática de la lengua castellana precedió en varias décadas a las primeras gramáticas italiana, francesa y portuguesa. Entre los aportes hay que destacar, entre otros: la distinción entre verbos transitivos y absolutos, elaboración del paradigma de los tiempos verbales, concepción del artículo, formación del plural en español, negación de la existencia de declinación en el castellano, y formación del futuro y del condicional. Nebrija tenía un gran apego al latín, siendo criticado por ello, reprochándosele además que no alcanzó a percibir con claridad la gran diferencia que existe entre una lengua muerta y una lengua viva. Cabe resaltar que Nebrija en sus últimos años en Alcalá de Henares gozó de paz académica. El cardenal Cisneros le dio la cátedra de Retórica "para que leyese lo que él quisiere, y si no quisiere leer, que no leyese, que esto no lo mandaba dar porque trabajase, sino por pagarle lo que le debía España"...

Actualmente el idioma castellano está en plena expansión: es la lengua oficial de 21 países y la más extendida de las lenguas romances; lo hablan más de 320 millones de personas; es la segunda lengua más hablada en Estados Unidos de Norteamérica; cada vez se estudia más castellano en Europa, Japón, Brasil y parte de África; existen núcleos hispanoparlantes en Filipinas, Israel, Rumania, Turquía, Argelia, Marruecos y Guinea Ecuatorial.

En cuanto a CRISTÓBAL COLÓN o Cristoforo Colombo, probablemente genovés, de origen judeo-catalán, es decir, hispano-judío, nació entre los años 1136 y 1440. Este es otro de los misterios de su vida; algunos estudiosos indican variadas fechas, hasta 1455, aceptándose 1451 como el año de su nacimiento. Su padre era tejedor de lanas, él también aprendió este modesto oficio. Muy joven se lanzó al mar, adquiriendo la destreza de un marinero en el duro yunque de las naos, convirtiéndose además en cartógrafo, matemático y navegante. Allí aprendió a mandar y conoció de las estrategias de la guerra, así como el conocimiento para hacer negocios y comerciar. El futuro gran Almirante no soñaba solamente con obtener riquezas, pensaba también en extender la cristiandad. Era soberbio y tenaz, no aceptaba el desaliento; poseía un profundo sentimiento religioso y algo de una superstición grandiosa, como si él fuese un instrumento del cielo para cumplir sus altos designios. Como es de esperar, Colón tenía concepciones erróneas del universo ya que él estimaba que el globo terráqueo era de dimensiones mucho menores que las que tiene en realidad, lo que significaba que calculaba más corto el viaje desde la Península ibérica hasta las Indias o China. El otro equívoco fue sobre la extensión imaginaria del Asia hacia el oriente, es así que cuando en el año 1483 presentó su plan al rey portugués Juan II, se dudó de la distancia calculada por Colón porque ya existían mapas del universo que representaban al Atlántico mucho más grande. Donde el navegante, pensaba que estaban Catay y Cipango, se hallaba un continente desconocido, visitado ya por los vikingos.

En aquellos años la redondez de la Tierra era ya conocida. Recordemos que 1850 años antes, el filósofo Aristóteles decía: "Es obvio la forma redonda de la Tierra, de una esfera no demasiado grande, según aquellos que dicen que las columnas de Hércules -estrecho de Gibraltar- están unidas con la India, separadas sólo por un mar". Tradicionalmente se ha admitido que la isla bahamense de Watling, en el Archipiélago de las Lucayas, fue la isla San Salvador avistada por Rodrigo de Triana el 12 de octubre de 1492; sin embargo, un estudio reciente concluye que los españoles tocaron tierra en la isla de Samana Cay a unos cien kilómetros al sur este de Watling. Un grupo de canónigos de la iglesia de Saint Dié, en Lorena, dio origen al nombre de América, aceptando lo que Américo Vespucio pensaba, ello es que las tierras que se iban descubriendo integraban un nuevo continente, y no el de Asia. Vespucio propuso en consecuencia llamar Nuevo Mundo al continente recién descubierto. Cabe señalar que Colón creyó que había llegado a la costa occidental de las Indias, en Asia; de allí que el gobierno de Castilla llamó Indias Occidentales a las tierras descubiertas.

Es lícito aceptar que el propósito real del viaje de Colón no se cumplió, ya que su idea era establecer una nueva ruta para el comercio con Asia de las especias y condimentos; sin pimienta, mostaza, paprica, canela o clavo de olor no había cómo mejorar la insípida comida europea de la época. No obstante ello, si bien Colón no llegó a Cipango ni encontró las especias asiáticas, en cambio fueron nuestros aborígenes quienes aportaron abundante y nuevas variedades de alimentos y especias, condimentos propios, como el ají que actualmente se consume en todo el mundo, y el cariuchu o ají para machos según la lengua quechua que llama uchu al ají. Derecho los alimentos autóctonos de América revolucionaron la alimentación europea y mundial haciendo más variedad y apetitosa la comida. Entre estos aportes los más importantes fueron la papa, el cacao y el tomate. La lista completa de alimentos de origen americano va más allá de 200, incluye raíces comestibles como la yuca o manihot, tubérculos, hortalizas y granos, numerosas frutas tropicales como la papaya o fruta bomba, la piña o ananás, la chirimoya, el maracuyá y el aguacate o palta. Paradojalmente hoy, en un mundo donde aún prevalece la injusticia social, en el que millones de niños mueren de hambre, la América andina tiene algunas maravillas alimentarías que ofrecer, entre ellas la quinua o lágrima del sol (del dios Sol), el seudo cereal más nutritivo del mundo, y los amarantos. De estos aportes el maíz como alimento humano y para animales domésticos se cultiva en todo el orbe. Sin el maíz y otros alimentos americanos la misma conquista española hubiera sido casi imposible. La papa, mal llamada patata, "potato" en inglés, conquistó el mundo salvando incluso a ciertos pueblos europeos de la hambruna; se puede sostener que ningún tubérculo se consume tanto en todo el planeta como la papa. El tomate o pomidoro, tomatl de los nahuas, es el jitomate de los actuales mexicanos. El cacao fue considerado por Carlos Linneo como el manjar de los dioses. En cuanto al tabaco, en los países del sol, era considerado como una planta sagrada a la cual se atribuían virtudes mágicas, razón por la cual los misioneros españoles se ensañaron en su lucha contra las divinidades paganas con las que se le asociaba, considerando a esta hierba divina como una creación diabólica.
En América y para tiempos de asentamiento no parecían tener gran valor económico los animales indianos; no hay bestias de carga como los caballos. Los animales americanos llevados a la Corte son para diversión y asombro. Los bovinos europeos, caballos y perros traídos por los españoles, escapan y se hacen cimarrones; los puercos, en silvestre proliferación, vuelven al tipo primitivo, cercano al jabalí. Para Joseph de Acosta la zoología de las Indias es fantástica, habían leones rasos, sin melena, tigres como leopardos; el león es el puma y el tigre es el jaguar. La desaparición de los grandes rebaños de llamas, entre otras causas por la imposición de la propiedad privada, la introducción en América de invalorables animales domésticos poco le significaron al indio por aquello de "Las penas son de nosotros, las vaquitas del patrón".

El conquistador hispano trajo al Nuevo Mundo la influenza, viruela, sarampión, escarlatina y peste bubónica; se llevaron de vuelta, la sífilis y el vicio de fumar.

Entre las cosas que viajaron de España a América están el cristianismo y el caballo. El caballo significaba entonces una forma de vida superior, hecha de exigencias y deberes, identificada con el sentimiento de la caballería, con la nobleza de la conducta, la hombría de bien y el respeto a la palabra dada, es decir, la caballerosidad; está aún presente en el alma de todos, el Quijote americano que se llama Martín Fierro, en los charros de México, gauchos en la Pampa o huasos en Chile. El cristianismo es el reconocimiento para el hombre de esa condición prodigiosa y única de llegar a ser hijo de Dios, lo que le libera de las ataduras de la carne y lo eleva a la vida del espíritu.

La leyenda negra antiespañola alimentada por prejuicios que hoy día no pueden prevalecer, surge en las naciones europeas con las cuales estaba enfrentado el poderoso Imperio de Carlos V y de Felipe II, por razones políticas, económicas y religiosas. En Francia, Inglaterra, Alemania y Holanda se propaló con rapidez la fama de crueldad, fanatismo, atraso, pereza y perfidia de los españoles. En esos años Erasmo sentenció: "Non placet Hispania" ("No me gusta España"). La leyenda negra se basó en tres situaciones: el Tribunal de la Santa Inquisición, el Rey Felipe II y la colonización de España en América. En 1552 fray Bartolomé de las Casas, publica en Sevilla un libro titulado "Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias", en el cual el tenaz y vehemente defensor de los aborígenes hace impactantes acusaciones. Cabe señalar que los excesos cometidos están enmarcados en los usos y costumbres propias de aquellos tiempos en que era admitida la esclavitud, el tormento y la hoguera como suplicio.

Al comparar los procedimientos empleados por otras naciones europeas en sus conquistas en América, Africa y Asia, y observar ciertas analogías en el comportamiento, no podemos, por cierto, justificar los excesos sólo por el hecho de haber sido practicados por todos los pueblos del Viejo Mundo. Lo singular es que los problemas de la colonización hispana produjeron un examen colectivo en la metrópoli donde se cuestionaron las condiciones y práctica de la guerra, la condición humana de los aborígenes, las normas que debían regir en relación con los nativos y los derechos de éstos a la libertad y las normas para la evangelización. Todas estas inquietudes generaron leyes, que buscaban corregir errores y excesos. Cabe señalar que otras potencias que tuvieron colonias en el Nuevo Mundo no se preocuparon mayormente al respecto, de allí que en las colonias inglesas o francesas de América no surgió ningún protector de los indios. Por otra parte es destacable la producción de un mestizaje con aporte europeo, indígena y africano que no tiene parangón en la colonización de otros continentes.

Esta América hispánica ha hecho grandes aportes a la cultura mundial. Mencionemos algunos nombres entre muchísimos: el Inca Garcilaso de la Vega, Juana Inés de la Cruz, Andrés Bello, Domingo F. Sarmiento, Rubén Darío, Amado Nervo, Rómulo Gallegos, Horacio Quiroga, Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, César Vallejos, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Julio Cortázar, Miguel Ángel Asturias, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz.
Es impactante percibir que en el grado de sometimiento al que llegaron los pueblos americanos también intervino la escritura, como elemento de supremacía cultural. Que los españoles supieran leer y escribir fue un hecho portentoso, de carácter sobrenatural, para quienes apenas contaban con los quipus incas o los jeroglifos mayas. El que los españoles se transmitieran el pensamiento por medio de unas misteriosas hojas de maíz produjo verdaderos estados colectivos de estupor, desconcierto y desmoralización. Neuróticos, ciclotímicos, con prolongadas depresiones y ánimo apesadumbrado y raptos de violencia extrema, los pueblos aborígenes no hallan otro recurso que la resistencia pasiva. Cuando los líderes indígenas aprenden a leer y escribir, se produce la rebelión de Túpac Amaru, en pleno siglo XVIII. España impuso su escritura; los mayas escribieron en ella sus libros sagrados, conservándose los textos de Chilam Balam de Chumayel, y los de Tizimin, Ixil, Kaua, Calkini, Tusik, Oxkutzcab, Nah, Teabo y Tekax, además de Popol Vuh. Otros se perdieron quemados por el obispo español Diego de Landa en 1520.

Al conmemorarse medio milenio del descubrimiento de América por Cristóbal Colón y la publicación de la primera gramática castellana de Nebrija, he pretendido entregar en esta especie de glosario anecdótico histórico, algunas situaciones que me han impactado al estudiar diversas relaciones sobre el descubrimiento de América, Qui scribit, bis legit, he debido pues leer sobre algunos temas enojosos, entre otros: la Leyenda Negra, la guerra entre Chile y España, el choque frontal entre europeos e indígenas durante la conquista; entre españoles y criollos en las guerras de la independencia y posteriormente entre nosotros mismos, lo que ha postergado una integración vitalmente necesaria.

No puedo dejar de recordar la extraordinaria sapiencia de los mayas, matemáticos por excelencia conocían el cero mucho antes que otras civilizaciones-, los que sin embargo desaparecieron por causas aún no bien determinadas. No puedo tampoco olvidar la suerte corrida por Moctezuma, Atahualpa, Colo-Colo, Caupolicán y muchos otros. No puedo tampoco aceptar la posición de algunos gobernantes norteamericanos que hablan de la integración americana, pero que con hechos como sus tratos bilaterales y su desconfianza en la solidaridad latinoamericana la desmienten.

Finalmente, aunque resulte poco original me pregunto: ¿Qué somos? Recuerdo entonces lo que el mexicano Carlos Fuentes sostuvo: "Somos mediterráneos, celtas, godos y latinos; también indígenas, negros, europeos y mestizos. Compartimos con España una cultura pluralista. Esta es una fuerza llamativa en un mundo que se encona contra inmigrantes, el extranjero, el hombre y la mujer de otra raza, otro credo, otra cultura". Mi otra demanda es: ¿Adónde vamos? Simplemente no lo sé, más bien soy pesimista; la brecha se ahonda. Dictum sapienti, sat est.

Como los habitantes prehispanos de esta América, termino pidiendo: "Señor, a ti tus siervos, a ti, con sus ojos manchados desean verte. Cuando pueda ver, cuando pueda saber, cuando sepa señalar, cuando sepa reflexionar, me verás, me entenderás". (Himnos a Wiracocha transcritos por el cronista indio Santa Cruz Pachacuti Yamqui).

P. Berríos. ¡Un nuevo mundo! 1492 - 1992. Avances en Ciencias Veterinarias. Vol 7, N° 2, 133 - 136, 1992.

LA UNIVERSIDAD POR LA UNIVERSIDAD

La Universidad por la Universidad lo escribí en 1995. No alcancé a hacer la segunda parte. Ahora lo haré guste o no guste. La idea era hablar de las universidades desde un punto de vista estrictamente universitario, sacándolas de las malas prácticas políticas partidistas, económicas y de los personalismos mediocres tan en boga en las universidades latinoamericanas.


Las universidades como corporaciones integradas por maestros y alumnos, destinadas a la investigación, creación y difusión del saber superior, han existido desde la más lejana antigüedad. Los primeros establecimientos organizados con esta finalidad superior se encuentran en países del Mediterráneo, cuna de la civilización occidental. Destacan en Egipto los colegios sacerdotales que funcionaron en Menfis y Heliópolis.

La Escuela Filosófica Griega aparece en el Siglo iv en Atenas, como una asociación libre de alumnos y profesores para realizar un trabajo intelectual determinado. La primera de estas escuelas es la Mileto. Luego destacan la Academia, fundada por Platón, la Escuela Aristotélica y la Escuela Pitagórica. Del período helenístico resalta la Escuela de Alejandría, cuya famosa biblioteca llegó a contar con 70.000 volúmenes.

En el Imperio Romano, a partir de Vespasiano, el Estado empezó a participar en la función educacional, fundándose las llamadas Escuelas Imperiales. Cuando cayó el Imperio Romano, estas escuelas desaparecieron para resurgir, al amparo de la Iglesia Católica, en plena Edad Media. Mientras tanto, el Imperio de Oriente prosiguió su labor civilizadora y las Letras prosperaron bajo la protección de los emperadores bizantinos. En Constantinopla funcionó una Universidad Imperial que mantuvo la orientación clásica, helenística y romana, enseñando Literatura, Filosofía, Ciencias y Derecho. La Universidad de Constantinopla, con un «auditorium» de 31 cátedras, monopolizó la enseñanza pública. Probablemente la universidad constantinopolitana fue la primera institución universitaria del mundo occidental en el concepto moderno de lo que se entiende que debe ser la universidad. En ella la designación de los profesores se hacía generalmente por el Emperador o por organismos especiales como el Senado o colegios electorales especialmente designados. En muchas oportunidades los profesores fueron elegidos por los propios alumnos. Los estudios eran gratuitos y los puestos se concedían por méritos.

Los enormes trastornos de carácter económico y social causados por las invasiones que destruyeron el Imperio Romano, hicieron que los establecimientos de enseñanza fueran cayendo lentamente en el olvido, sin influencia en la colectividad, aunque mantenidas por obispos y clero secular. Bajo estas duras circunstancias, la educación representaba el único foco de supervivencia de la cultura del mundo occidental. La confiscación de los bienes de la Iglesia Católica por Carlos Martel y la instalación violenta en las sedes episcopales y monásticas de guerreros brutales e ignorantes, apagó la casi totalidad de las luces de la cultura. Después de Carlomagno, protector de las Letras y de las Ciencias de la Europa Occidental del siglo viii, la inquietud por el saber se extiende por toda Europa, siendo París y Bolonia los lugares en que este movimiento adquirió mayor importancia, gestándose allí las universidades más conocidas de su tiempo.

Uno de los factores que favoreció la organización de la Universidad Medieval fue el desarrollo del corporativismo, cuyo espíritu animó a obreros y artesanos a reunirse en gremios para defender sus prerrogativas amagadas por la odiada tiranía del régimen feudal, e impulsó a los maestros y estudiantes a agruparse en corporaciones de amplia autonomía y jurisdicción propias, llamadas universitas scholarium et magistrorum. Las primeras universidades medievales fueron París y Bolonia que atraen sobre sí la atención de todo el mundo civilizado, agrupando a multitud de profesores notables por su ciencia y por la calidad de la enseñanza, y a gran número de alumnos venidos de los más distantes lugares de Europa. Los maestros que enseñaban en la Unilversidad de París, se agruparon según las cátedras que servían y formaron cofradías como la de Maestros de Artes. En algún momento del Siglo xiii la universidad se dispersó, los profesores no tuvieron ni casas ni capital. Un saco al hombro cargado con manuscritos y la ciencia que poseían firmemente asentada en su memoria, constituían todo su haber; su capital se reducía a un sello guardado en un arcón y depositado en la sacristía de una iglesia. El sitio donde enseñaban les era accidental (Castiello y Del Valle, 1933). A fines del Siglo XIII la estructura de la docencia universitaria se organizó en forma estable gracias a la protección de los reyes de Francia que llegaron a conceder verdaderos pasaportes de ciudadanía universal, incluso a estudiantes de países con los cuales el Estado estuviera en guerra.

La Universidad de Bolonia se organizó en forma diferente a la de París, en ella son los estudiantes los que constituyen el gremio, eligen a su rector y profesores, y obtienen privilegios e inmunidades del municipio y del papado. Era el gremio estudiantil el que contrataba a sus profesores y organizaba un sistema que vigilaba las actuaciones docentes y el cumplimiento de las obligaciones contraídas con la corporación. El director era un «estudiante-rector» el que debía ser clérigo y tener 24 años a lo menos. Cabe señalar que la estrecha unidad de sus miembros promovió finalidades de cooperación social traducidas en ayuda a los más necesitados y enfermos, ligando íntima y espiritualmente a benefactores y beneficiados. Algunas de estas universidades contaron con maestros que fueron los hombres más sabios de su época. La Universidad de Padua contó en su cuerpo docente con el insigne Galileo Galilei.

Con respecto a las universidades españolas, es destacable el hecho de que fue España la que tuvo el mayor número de establecimientos universitarios, entre los demás países europeos y en relación con la cantidad comparativamente escasa de sus habitantes. Una de las universidades españolas más antigua fue la Universidad de Palencia, creada por Alfonso IX de Castilla en 1200. De todas las universidades españolas sobresalen la de Salamanca y la de Alcalá. La Universidad de Salamanca contó desde sus inicios con el favor de los monarcas españoles; Fernando III le otorgó protección a los maestros y estudiantes por real cédula de 1243, y en 1252 ordenaba que «non paguen los alumnos portazgo ni pecho alguno por los mantenimientos que trajeren para sí mismos, ni en Salamanca ni en otra parte alguna». En el siglo xvi la Universidad de Salamanca empieza a decaer, emergiendo la Universidad de Alcalá de Henares.

En América, el Nuevo Continente, son los sacerdotes misioneros quienes establecen escuelas de primeras letras, las que gradualmente van adquiriendo mayor importancia hasta constituir los llamados colegios o estudios en que se enseñaba Filosofía y Teología, La primera universidad fundada por los españoles en América fue la Universidad de Santo Domingo, creada por Bula Papal en 1538. Le siguen en 1551 las Universidades de México y San Marcos de Lima, ambas de origen real. En la Universidad de México, durante los primeros 50 años, salieron de sus aulas 595 graduados, una cifra importante para su época. La Universidad de San Marcos alcanzó un notable desarrollo a fines del Siglo xvi, para decaer en el Siglo xviii. Posteriormente fueron creadas la Universidad de Santa Fe de Bogotá, en 1573, la de Córdoba, en 1603, La Plata, en 1623, la de Guatemala, en 1675, la de Cuzco, en 1692, la de Caracas, en 1782, San Felipe de Santiago de Chile, en 1738, la de La Habana, en 1782, y en 1791, la de Quito (Luis Alberto Sánchez, 1949). Sin embargo, no son éstos los primeros establecimientos de enseñanza que existieron en América. Antes de la. conquista española existía en Cuzco una escuela para nobles, llamada Yachahuasi, que según el cronista Tomás de Morúa comprendía un plan de estudios de 4 años; en el primero se enseñaba el idioma oficial; en el segundo, el culto del sol, religión del Estado; en el tercero, el gobierno, las leyes y la estadística; y en el cuarto, historia de los incas, arte militar y técnicas industriales (Aníbal Bascuñán, 1954). En México funcionó el Calmecac que tenía a su cargo la formación de los más altos representantes del sacerdocio, del ejército y de la administración del Estado.

Las universidades del siglo XVIII se agrupan en dos grandes corrientes, una constituida por las universidades latinas: españolas, italianas y francesas, y otra, representada por las universidades nórdicas. En las universidades latinas predominan los estudios de Derecho, Teología y Humanidades. Éstas tienden a mantener sus constituciones y tradicionales sistemas pedagógicos y estructurales, negándose casi sistemáticamente a considerar los nuevos descubrimientos de la ciencia. Las universidades nórdicas, entre las que se destaca la Universidad de Upsala, se caracterizan por su gran interés en todos los adelantos científicos, acondicionando a ellos sus programas, invitando a inventores y descubridores a explicar sus creaciones; así, se incorpora a la enseñanza el sistema cosmológico de Newton. En el mismo tenor se crean nuevas cátedras científicas de trigonometría, álgebra, macánica, física y química, y nuevos observatorios, museos y laboratorios, entrándose de lleno en el movimiento científico contemporáneo. Las universidades italianas, gracias al genio de Volta, Galvani, Laura Bassi, se adentraron en el positivismo de la época. En cambio, en las universidades francesas se rechazaron de plano los adelantos científicos y técnicos; solamente en las academias y salones se acogieron estos adelantos. En España la situación fue semejante, sólo algunos personajes ilustrados acogieron los estudios científicos, mientras que las universidades hacían oídos sordos a los clamores del progreso.

Las universidades contemporáneas siguieron dos direcciones históricas, una que corresponde a la universidad medieval reformada, como las de, Alemania, Italia, Inglaterra y Suecia, y otra que corresponde a universidades profesionales, dependientes del Estado y al servicio de éste, constituyendo agrupaciones de escuelas docentes como lo fue la Universidad Imperial fundada por Napoléon. En el año 1806 el emperador reorganizó la Universidad de París, estableciendo que la educación pública en todo el Imperio se confiaba exclusivamente a la universidad, ninguna escuela podía funcionar fuera de ella o sin su autorización. La universidad formadora de profesionales y unificadora de la educación nacional al estilo napoleónico tuvo gran importancia para el movimiento contemporáneo universitario (Pedro Lira, 1953).

Las universidades alemanas, con maestros de la calidad de Kant y Fichte, de poetas como Schiller, de pensadores como Lessing y Herder, formaron en sus aulas un selecto núcleo de intelectuales como Schopenhauer y Nietzsche. Este movimiento intelectual condujo a generar la idea unificadora de la patria alemana, alcanzando Alemania una gran importancia en el concierto mundial, debido en cierta medida a sus doctores, profesores, intelectuales e investigadores. Hasta la Primera Guerra Mundial la élite intelectual alemana se formó en las universidades. La situación cambió con la pérdida de la guerra, el nacionalsocialismo dio una orientación muy diferente a la cultura universitaria. Pese a los contratiempos resultantes de la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial, la actividad científica de la universidad alemana resurgió con gran entereza, conservando las tres orientaciones que les eran tradicionales referentes a la formación e investigación científica; la formación personal, es decir la concepción del hombre y del universo a través de las doctrinas y teorías científicas y filosóficas, y la formación profesional (Agustín Álvarez, 1953).

La universidad italiana comprende gran número de establecimientos estatales y algunos particulares. Su actividad se encuentra estrechamente vinculada a la realidad social, así en los Consejos de Administración tiene representantes de la Agricultura, Comercio, Industria y poder comunal. Destacan la personalidad humana de sus maestros, que son hombres sobrios y de gran espíritu de trabajo. El profesor universitario italiano es esencialmente el maestro, es decir la persona que sobresale en una rama del saber; este profesor no es el funcionario que se aprende lecciones de memoria y que luego las recita a los estudiantes. Ellos tienen total libertad para trazar el programa del curso. Tratan de cultivar en sus alumnos la capacidad de abordar los problemas planteados con independencia de criterio apoyándose en lecturas adicionales, en otras palabras, no les interesa la capacidad de recitar textos y definiciones exactas de memoria; incluso, en los exámenes se establece una especie de diálogo entre el profesor y el alumno, en el que se trata de descubrir la capacidad del alumno, su vocación y espíritu científico, antes que obtener respuestas precisas a un cuestionario.

Las universidades en los Estados Unidos de Norte América son modernas, la primera de ellas, el Colegio de Harvard, fue fundado en 1636. Muchas de ellas fueron creadas por motivos religiosos. A fines del Siglo xviii Benjamín Franklin fundó la Universidad de Pensilvania, influido por la ideología de la Ilustración. En la actualidad existen tres tipos de universidades, unas mantenidas por el Municipio, otras por el Estado, y las particulares, concibiéndose la educación universitaria como una vasta empresa cooperativa basada en la fe, en la libertad humana y en los principios de la democracia representativa. La diferencia fundamental entre estas universidades y las latinoamericanas, es su carácter experimental en que se concede gran importancia a la investigación. La universidad norteamericana se renueva constantemente, ensaya nuevos métodos y mejora sus programas de acuerdo con los progresos de la ciencia, poniéndose al día en todo aquello que promueve el avance de la civilización contemporánea. Su deseo de impartir una educación de carácter masivo tiende a abrir nuevos horizontes y proporcionar nuevas perspectivas al hombre medio y a la comunidad en general.

En la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la enseñanza superior jugaba un papel preponderante. En una sociedad de pensamiento marxista el Estado se preocupaba especialmente de la enseñanza, y el derecho a la educación estaba consagrado en la Constitución Política. La Rusia zarista sólo contaba con 91 establecimientos educacionales superiores, luego de la Revolución de octubre el auge de los establecimientos universitarios o Instituciones Superiores fue extraordinario, llegándose a contar con más de 250 ciudades universitarias. Destaca la Universidad de Moscú que trabaja en íntima colaboración con la Academia de Ciencias de la URSS. El sistema de previsión social universitario es muy avanzado, más del 80% de los alumnos estudia gracias a las becas que se les han concedido. Los resultados obtenidos con la experiencia rusa se materializaron en la obtención de un millón de especialistas. Es destacable que la formación de profesionales se entrega en institutos altamente calificados, mientras que en las universidades propiamente tales, se crean especialistas en investigación y enseñanza científica. Tanto el movimiento universitario norteamericano como el soviético constituyen un ejemplo de desarrollo educativo en gran escala con proyecciones socioeconómicas que no tiene parangón en la historia de la Humanidad.

Las universidades latinoamericanas no se han sustraído de la contingencia social, política y económica que han marcado perennemente su quehacer, manteniéndolas en un discreto lugar en el concierto universitario mundial. Esta experiencia hace urgente dotarlas con medios adecuados para no declinar su función a niveles subordinados. Es menester por lo tanto contar con profesores y estudiantes de excelencia, dedicados, si no exclusivamente, en forma preferente a la tarea universitaria, sin perder de vista el rol cultural que ella cumple en la sociedad moderna. Cualquier otra derivación del quehacer universitario no será beneficiosa, la historia así lo dice. El paradigma debe ser: la universidad por la universidad. Por definición la universidad tiene un carácter intrínsecamente universal. La palabra universidad deriva del vocablo latino universitas que significa universo, universalidad. ¿Cuál es la función de la universidad? ¿Qué actividades le son propias? Las opiniones frente a estas preguntas no han sido ni son uniformemente aceptadas. Máximo Pacheco (1988), considera como las ideas más representativas las del Cardenal Newman, las del filósofo alemán Max Scheler y las del insigne pensador español José Ortega y Gasset.

La concepción del Cardenal Newman se basa en que la universidad es el poder supremo.), protector de todo conocimiento y de toda ciencia, de hechos y de principios, de la investigación y del descubrimiento, del experimento y de la especulación. Máximo Pacheco (1989), esquematiza los fines que emanan de la concepción newmaniana en: a) Finalidad cultural o educativa: la universidad debe impartir el conocimiento liberal que es un bien antes que un poder, y un fin más que un instrumento. El conocimiento liberal es filosófico y se eleva hacia las ideas, refiriéndose al conocimiento verdadero y no en su carácter de utilidad, es intelectual, es cultura, en buenas cuentas. El conocimiento puede transformarse en arte u oficio y terminar en un proceso mecánico o en un beneficio tangible. La Universidad es un lugar de educación en vez de lugar de instrucción. b) Finalidad docente: es misión de la universidad hacer de esta cultura intelectual su fin más directo para dedicarse a la educación de la inteligencia, a acostumbrarla a razonar bien en las distintas materias, a alcanzar la verdad y a saberla comprender. La universidad no debe sacrificar el intelecto por un propósito particular o accidental corno es la enseñanza de una profesión u oficio específico. c) Finalidad científica: la universidad puede ser sede de la ciencia, pero sus alumnos no deben aplicarse a la investigación científica. Para Newman investigar y enseñar son funciones distintas. El objetivo básico de la universidad es la difusión y la extensión del conocimiento.

En la concepción de Max Scheler los fines específicos de la universidad son: una correcta y fiel conservación y transmisión de los más altos bienes de la cultura y del saber; una enseñanza e instrucción metódica y pedagógica; una continuación metódica de la investigación científica; una investigación y,formación espiritual multilateral que penetre profundan'mente en la personalidad universitaria para que sirva de arquetipo y norma; y una transmisión justa, sencilla y que corresponda a su objetivo, de todos los bienes de la cultura y del saber a través de las diferentes capas y clases del pueblo.

En la concepción de Ortega y Gasset la finalidad cultural implica que la función primaria de la universidad es la enseñanza de las grandes disciplinas culturales como son la Física, Biología, Historia, Sociología y Filosofía, lo que facilita la formación de hombres cultos, sin olvidar que es sólo el hombre el que en último término se hace a sí mismo culto o inculto.
Según Ortega, las universidades contemporáneas han olvidado que es uno de sus deberes fundamentales el transmitir la cultura, para privilegiar el proceso formador de profesionales, resultando de esta acción del personaje medio, inculto y desvinculado de la realidad que los rodea, un nuevo bárbaro. Ortega escribe al respecto con gran originalidad: la vida es un caos, una selva salvaje, tina confusión; el hombre se pierde en ella, pero su mente reacciona arete esa sensación de naufragio y perdimiento, trabaja para encontrar en la selva, vías, caminos, es decir ideas claras y firmes sobre el Universo, convicciones positivas sobre lo que son las cosas y el inundo, obteniendo un conjunto que es la cultura que salva al hombre del naufragio vital, permitiéndole vivir sin que su vida sea tragedia sin sentido o radical envilecimiento.

Como finalidad docente la universidad debe hacer del hombre medio un buen profesional, junto al aprendizaje de la cultura aprenderá a ser un buen médico, ingeniero, abogado, veterinario, etc. Pero no le basta a la universidad con enseñar determinadas profesiones si no cumple con la finalidad primera de transmitir cultura. El exclusivo profesionalismo de algunas universidades contemporáneas, problema en las actuales universidades latinoamericanas, produce la fragmentación de la cultura vital de los pueblos. Para no caer en el especialismo, es preciso orientar la docencia universitaria para reunir estos fragmentos dispersados por una concepción errada de la universidad, haciendo convivir la finalidad docente profesionalista con la finalidad cultural.

En cuanto a la finalidad social, el pensador español postula que la universidad debe impartir enseñanza no solamente a los sectores que la reciben sirio que a todos los que pueden y deben recibirla, es decir; no sólo a los hijos de las clases acomodadas, sino también a los obreros.
Dentro de la finalidad científica, Ortega y Gasset estima que la universidad debe estar al día en los últimos adelantos y progresos de la ciencia y transmitirlos a sus alumnos por intermedio de sus profesores: la universidad debe aprender la ciencia y enseñarla. Para Ortega no es ciencia explicar o aprender el contenido de urna ciencia. Ciencia es sólo investigación, plantearse problemas, trabajar en resolverlos y llegar a una solución en cuanto se ha arribado a ésta, todo lo demás que con esta solución se haga ya no es ciencia, salvo convertirlo de nuevo en problema. Es absurdo que en la educación universitaria aparezcan, fundidas enseñanzas profesionales y la investigación, en circunstancias que la primera está destinada a todos, mientras que la segunda está destinada a nena minoría de selección. La vocación para la ciencia es escasa, mientras que la vocación para los profesionales es generalísima. Por lo tanto, debe separarse la enseñanza profesional de la investigación científica.

Según Máximo Pacheco (1989), la finalidad cultural de la universidad debe cumplirse abarcando el mundo de los objetos creados por el hombre, es decir la civilización, conservando y transmitiendo los bienes de la cultura y del saber, y formando espiritualmente a los estudiantes. Es bueno recordar que saber significa tener muchos conocimientos; ser culto, tener una formación espiritual propia. Se puede saber mucho y ser inculto, y ser culto pero saber poco. La universidad deberá por lo tanto tratar de formar, no bárbaros civilizados, ni cultos no civilizados, sino cultos civilizados. El hombre así formado será sencillo, modesto, huirá del sensacionalismo, del estruendo y de la extravagancia, se ofrecerá con evidente claridad y conciencia de sus límites. Obviamente, la cultura soberbia, el saber orgulloso, es a priori incultura, y más aún lo es la presunción. ¡El auténtico saber culto, sabe muy bien qué es lo que no sabe!
En cuanto a la finalidad docente, la universidad debe preparar profesionales y técnicos capaces de actuar eficientemente en las variadas esferas de la actividad social. La formación profesional está confiada a la universidad. Cada escuela universitaria debe enseñar con el máximo de eficacia teoría y práctica, lo que el correcto ejercicio de las profesiones exija. La universidad no sólo debe preocuparse de dar técnica profesional, sino auténtica formación profesional, informando a los estudiantes sobre la vida profesional tal como ella es. Debe ser principio fundamental de toda enseñanza universitaria, el transformar al estudiante de inerte receptor del pensamiento ajeno en apasionado conquistador del pensamiento propio.
La universidad debe cumplir una finalidad científica, en ella se debe hacer ciencia. Ciencia y universidad deben estar íntimamente ligadas. En la universidad debe contarse con individuos que se dediquen a la investigación pura, con institutos, laboratorios y bibliotecas suficientemente equipados. Si no hacernos ciencia en la universidad, se detendrá nuestro progreso cultural y también el económico, porque no hay que olvidar que la ciencia parra y la aplicada están estrechamente vinculadas.
La finalidad social de la universidad debe proyectarla hacia la sociedad, haciéndola partícipe de sus esfuerzos y logros. La universidad debe estar abierta a la sociedad, iluminando con sus saberes a todos aquellos que no han tenido la suerte de pertenecer a ella, para ser escuchada con respeto y consideración. La universidad realizará en plenitud su misión social, tomando estrecho contacto con la realidad nacional, democratizando su enseñanza y participando activamente en los planes de extensión. La universidad debe intervenir en la discusión y solución de los grandes problemas de la sociedad, desde su punto de vista cultural, científico o profesional.
En Chile, la universidad está legalmente definida como una institución de educación superior; de investigación, raciocinio y cultura que, en el cumplimiento de sus funciones, debe atender adecuadamente los intereses y necesidades del país, al más alto nivel de excelencia (Art. 1° DFL N° 1 de Educación de 1980).
La conceptualización jurídica de la universidad como institución de educación superior reconocida se remonta al Chile Republicano del siglo pasado. Más recientes son las nociones de institutos profesionales y centros de formación técnica (1981).
Las instituciones de educación superior pueden ser estatales y privadas; públicas y particulares; tradicionales y no tradicionales; instituciones que integran el Consejo de Rectores y que no lo integran; originarias y derivadas; plenamente autónomas y con autonomía limitada; instituciones sujetas a la acreditación del Consejo Superior de Educación, sujetas a examinación, y a la acreditación del Ministerio de Educación; e instituciones civiles y de las Fuerzas Armadas.

La universidad chilena es una institución autónoma que goza de libertad académica y que se relaciona con el Estado a través del Ministerio de Educación (Art. 3° DFL N° 1 de Educación de 1980). Se entiende por autonomía el derecho de cada institución de enseñanza superior a regirse por sí misma en todo lo concerniente al cumplimiento de sus finalidades y comprende la autonomía académica, económica y administrativa. La autonomía académica incluye la potestad de las entidades de educación superior para decidir por sí mismas la forma como se cumplan sus funciones de docencia, investigación y extensión y la fijación de sus planes y programas de estudio. La autonomía económica permite a dichos establecimientos disponer de sus recursos para satisfacer los fines que le son propios de acuerdo a sus estatutos y las leyes. La autonomía administrativa faculta a cada establecimiento de educación superior para organizar su funcionamiento de la manera que estime más adecuada de conformidad con sus estatutos y las leyes. La libertad académica incluye la facultad de buscar y enseñar la verdad conforme con los cánones de la razón y los métodos de la ciencia.
De conformidad con la ley (Art. 2° DFL N° 1 de Educación de 1980), corresponde especialmente a las universidades:
a) Promover la investigación, creación, preservación y transmisión del saber universal y el cultivo de las artes y de las letras.b) Contribuir al desarrollo espiritual y cultural del país, de acuerdo con los valores de su tradición histórica.c) Formar graduados y profesionales idóneos, con la capacidad y conocimientos necesarios para el ejercicio de sus respectivas actividades.d) Otorgar grados académicos y títulos profesionales reconocidos por el Estado.e) En general, realizar las funciones de docencia, investigación y extensión que son propias de la tarea universitaria. Las universidades otorgan títulos profesionales y grados académicos, en especial, los de licenciado, magister y doctor.

Las universidades estatales sólo pueden crearse por la ley y las universidades privadas deben hacerlo conforme a los procedimientos administrativos establecidos, debiendo organizarse siempre como corporaciones de derecho privado, sin fines de lucro.

Las 16 universidades del Estado son personas jurídicas de derecho público, autónomas y con patrimonio propio. Entre las universidades que no pertenecen al Estado se cuentan las 46 que se han creado a partir de 1981, a las que comúnmente se les denomina «universidades privadas». Antes de 1981, se les llamaba universidades públicas no estatales. «En 1928, el Estado declaró que la Universidad Católica de Chile es cooperadora de la función educacional del Estado, y lo mismo hizo respecto a la Universidad de Concepción en el mismo año». Dicho de otra manera, el Estado reconocía que dichas instituciones se asociaban a él para el desarrollo de la función educacional, definida por ley como función pública. Las universidades católicas chilenas se han desarrollado al amparo de la personalidad jurídica de derecho público que el Estado reconoce a la Iglesia Católica.
Como colofón de esta breve reseña del desafío universitario, es destacable un estudio de Corporate Location, publicación especializada en inversiones, que eligió a Santiago como ciudad de crecimiento futuro, opción 1993, considerando el creciente desempeño en investigación científica y tecnológica que acontece en su seno. Además, en el Informe 1993 sobre competitividad mundial elaborado por el Instituto Internacional de Desarrollo Gerencial y el Foro Económico Mundial, Chile ocupó el 5° lugar entre los países emergentes, alcanzando un puntaje de 67 sobre. 100. En la confección del «ranking» influyó el cometido en ciencia y tecnología de cada país. Al respecto, Manuel Krauskopf (1994), destaca que los logros chilenos concitan más reconocimiento en el extranjero que en el país. Ello no sería novedad en una sociedad que parece mantener con celo extremo una especial sobriedad para distinguir méritos. Añade el mismo autor, «cualquiera sea la razón de la escasa sonoridad pública del quehacer investigativo nacional, los méritos científicos y tecnológicos que han distinguido a Chile en los estudios mencionados se deben en lo principal, qué duda cabe, a la tarea de la Universidad de Chile».

P. Berríos. La Universidad por la Universidad. Avances en Ciencias Veterinarias Vol 10, N° 1, 5 -
10, 1995

lunes, 19 de octubre de 2009

INICIOS DE LA MEDICINA VETERINARIA: GRECIA, ROMA, IMPERIOS BIZANTINO Y ÁRABE

Después de Egipto, India y China, se han encontrado innumerables muestras del inicio de la medicina veterinaria en Grecia, Roma, e imperios bizantino y árabe. Todos ellos que hablan del amor y de la necesidad del hombre de sus hermanos menores, relación no exenta de crueldad...

Grecia antigua

El real avance de la cultura griega y sus aplicaciones ocurrieron en la segunda mitad de la décimo séptima centuria. Antes, la mitología griega había desarrollado un complejo politeísmo pagano que asignó un animal a cada uno de sus dioses. La serpiente, representante del inframundo, se conocía como dios de la curación, antes que la medicina propiamente tal. El culto minoico del toro en Creta se desarrolló junto a la domesticación del ganado. El toro simbolizaba la fertilidad y el poder.

En la agricultura griega el control del medio ambiente era considerado como esencial para los terrenos agrícolas. La entrega de animales para los sacrificios colocaba a los ganaderos en el centro de la civilización. Los agricultores griegos distinguían claramente entre animales salvajes y animales domesticados. Utilizaban yuntas y grupos de bueyes para mover las pesadas piedras de sus templos. Llama la atención que 200 a. C. existía cooperación entre ciudades-estados (Myania e Hipnia) para mantener la cría de ovejas y sus movimientos geográficos.

Los profesionales de la salud en Grecia, al igual que en otros pueblos antiguos, tenían sus raíces en la mitología y la magia. Los dioses debían tener un doctor que curase sus heridas y les prescribiera hierbas medicinales. Paiar fue el primer doctor de dioses.

El legendario centauro Chirón inició la medicina comparada. Chirón tuvo la responsabilidad de enseñar a Esculapio y Melampus. Esculapio trataba a humanos y animales. Melampus (1.380 a. C.) sanaba ovejas y se decía que tenía la capacidad para comunicarse con los animales. Aristaios, otro pupilo de Chirón, llegó a ser un gran médico de animales.

El centauro, símbolo de Chirón, fue adoptado como emblema distintivo por la British Veterinary Association y la United States Veterinary Medical Association como sello (1.898).

Apolo fue el dios mítico de la salud y enfermedad. Su hijo Asklepios fue educado por Chirón y fue famoso como cirujano y yerbatero, él cuidaba tanto a animales como personas, de hecho existe una moneda romana con Asklepios tratando al ganado. El emblema de Asclepios, una serpiente enrollada en un palo (caduceus), ha llegado a ser el símbolo internacional de la medicina humana y veterinaria. La diosa serpiente Amphiaraos, mito egipcio llevado a Grecia, curaba a los enfermos mediante el sueño. Apsyrtos (300 a. C.) era un brillante dios de los equinos

“Caduceus” fue también un símbolo de las actividades médicas. En 1902 el Departamento Médico de la Armada de USA adoptó el “caduceus” como insignia. Agregándole una “V” sobrepuesta, el “caduceus” llegó a ser el símbolo de la profesión veterinaria americana y del Cuerpo Veterinario de la Armada.

Cientístas-filósofos de Grecia. Tales de Miletos (640 – 546 a. C.) inició el estudio de la Naturaleza de una manera rigurosa y racional, buscando explicaciones sin atender a prejuicios, especulaciones sobrenaturales y dogmas. Demócrito, el antecesor de la teoría atómica, también estudiaba el interior de los animales para conocer la naturaleza de las enfermedades. Sus trabajos han sido de gran interés para la historia de la veterinaria. Pitágoras, genio y místico (582 a. C.), creía en la inmortalidad del alma y su transmigración a otras criaturas. Se cuenta de él, que al ver a un hombre golpear a un perro, le dijo: “Detente, no le pegues. Es el alma de un amigo, reconocí su voz”. Empedocles, seguidor de Pitágoras, enfatizaba el valor de los experimentos, aunque también creía en la transmigración de las almas. Él argumentaba que debió haber existido una mayor cantidad de seres vivos en los primeros tiempos, pero muchos de ellos fueron incapaces de adaptarse y multiplicarse, extinguiéndose. En el fondo se anticipó a las ideas evolutivas de Charles Darwin. Hipócrates (470-399 a. C.) máximo representante del pensamiento y ética médica, ha sido inmortalizado por la profesión veterinaria, a través del juramento de los graduados en veterinaria, denominado “Juramente Hipocrático”. Incidentalmente escribió un tratado “Fracturas y Dislocaciones”, acerca de fracturas y luxaciones en el ganado y las personas.

Aristóteles (384-322 a. C.). Gran amante de la anatomía y fisiología. Uno de sus mayores intereses era la Naturaleza. Dos de sus famosos libros sobre biología son: Componentes de los Animales y Generación de los Animales. En los cuatro volúmenes de Componentes de los Animales que es un libro de anatomía comparada de los Animales, explica además las funciones de los órganos. En su Historia de los animales (Historia Animalium) entrega información de casi 500 especies. En “El Trote de los Animales” explica la locomoción de los cuadrúpedos como una secuencia diagonal de las piernas.

En la “Patología” de Aristóteles se describen enfermedades de caballos, asnos, ganado, ovejas, cerdos, peces, abejas, elefantes y perros. Él siguió el método hipocrático de la medicina aplicándolo a las enfermedades veterinarias. Un logro fue el conocimiento de una enfermedad ovina, en que las ovejas de Leontini, Sicilia, morían repentinamente, presentando sus riñones recubiertos por grasa y con degeneración, condición conocida actualmente como “riñón pulposo” o enterotoxemia ovina. En la Historia de los Animales, Aristóteles describió dos métodos de castración y sus consecuencias en el crecimiento del animal joven.

Probablemente fue el primero en escribir sobre las enfermedades de los cerdos, describiendo una entidad mórbida que posiblemente era carbunclo, otro cuadro cursaba con fiebre y diarrea, además describió que ciertas dietas ricas en bellotas causaban abortos en cerdas y ovejas. Según Artistóteles los perros sufrían de tres enfermedades: lyssa o rabia, “cymanche” o “quinsey” una condición tipo “paperas”, generalmente fatal, y “gota” una severa lesión en las patas.

Aristóteles describió dos graves epidemias del ganado, una caracterizada por enfermedad pulmonar y enflaquecimiento, probablemente pleuroneumonía contagiosa, y la otra que cursaba con lesiones en las patas parecidas a la fiebre aftosa.

En los equinos observó ántrax, tetano, laminitis (“enfermedad de la cebada”), dolor al corazón o pálpitos, “ileus”, un cólico doloroso. En los burros describió una entidad llamada “Melis” probablemente “glanders” caracterizada por descargas nasales sanguinolentas y purulentas.

Roma antigua

Las raíces culturales del arte veterinario romano se remontan a los etruscos que eran grandes amantes de los animales. En sus tumbas se han encontrado relieves de finos caballos y toros. Los etruscos desarrollaron la adivinación y el presagiar en dos modalidades: el “Augury” basado en el vuelo y gritos de los pájaros, y el “Haruspicy” mediante la observación de las entrañas de animales sacrificados, especialmente del hígado. Los “haruspex” eran una autoridad en las enfermedades de los animales.

Los cuidadores de animales se llamaban “suovetaurinarii” palabra derivada del “suovetaurilh” sacrificio de un cerdo (sus), una oveja (ovis) y un toro (bull); probablemente “veterinarius” derivó de esta palabra. El origen puede ser de “veterina” como llamaban a los animales de carga. Veterinarium era el animal de carga de los militares romanos.

Entre 180 y 192 d. C., el veterinario estaba ubicado dentro de los individuos con inmunidad por su competencia en una importante especialidad.

El fenicio Mago (550-500 a. C.), padre de la agronomía y de la producción animal del Mediterráneo, autor de una enciclopedia de 28 volúmenes sobre agricultura, entrega detalles sobre la castración de potros y toros.

Durante el imperio romano, la medicina humana y la medicina veterinaria no tenían un alto rango social. La veterinaria era un arte empírico al servicio del ejército y la agricultura. El fuerte de los veterinarios eran los tratamientos de traumas y heridas, sangrías y obstetricia, y cirugía mayor lo que requería una gran destreza.

Cato (234-139 a. C.) en De Agricultura cubría muchos aspectos de producción animal como crianza de abejas para obtener miel y ceras. Cato recomendaba dar a un buey enfermo un huevo crudo de gallina que sería ingerido entero, y si a un buey lo mordía una culebra se le debía administrar un cocimiento de hinojos y vino por las narices, y aplicar una cataplasma de excrementos de cerdo sobre la herida. Cato reconocía la importancia de los ectoparásitos, arácnidos y garrapatas y prescribía una loción preventiva de aceite de olivo y un extracto de lupino y vino para ser rociados sobre el animal.

Roma fue afectada por grandes epidemias en humanos y animales. Virgilio (70 a. C. – 19 d. C.) en Georgica describe horribles visiones de las plagas, una de ellas puede haber sido el carbunclo que causaba muchas muertes. Virgilio describe las prácticas para combatir las “costras sucias” en las ovejas, con baños en arroyos y pozos o por frotación con alquitrán negro, después de esquilarlas.

La escuela metódica se adecuó a las actividades de los primeros veterinarios romanos, sin embargo, hubo un escaso progreso intelectual en el estudio de las enfermedades de los animales en esta fase de empirismo.

Los primeros escritores romanos de la medicina humana y animal fueron:

Marcus Terentius Varro (116 – 27 a. C.). En su “Rerum Rusticarum” (Concerniente a la Agricultura) consideraba a las enfermedades infecciosas como contagiosas y atribuibles a organismos invisibles o miasmas del viento; él observó que un animal enfermo podía amenazar a todo el rebaño, y proponía segregar a los animales en pequeños grupos. Varro era muy conciente que el estrés ambiental, como las temperaturas extremas, trabajo excesivo así como una deficiente alimentación, eran causantes de enfermedades.

Cornelius Celsus (25 a. C – 50 d. C.) fue considerado como el Hipócrates latino. Escribió “De Medicina” y fue el primero en describir el fenómeno de la inflamación. En los caballos observó que cuando presentaban desordenes nerviosos tenían quistes en el cerebro.

Gaius Plinius Secundus (23 -79 d. C.) escribió “Historia Natural”. Para tratar enfermedades de los animales hizo muchas recomendaciones, como tratar problemas de la piel con linimento de extractos de raíz de narciso; la sarna por garrapatas de ovejas con jugos de lily (Ixias species) y lupino hervido para caballos con condiciones exematosas de las piernas.

Columella. Nació en Cádiz colonia Púnica en España. Vivió en la primera centuria. Escribió 12 volúmenes con detalladas informaciones sobre la crianza, alimentación, producción y salud de los animales. Se refirió a variadas enfermedades de animales y las intervenciones veterinarias, en muchos idiomas y países. En “De re rustica”, sobre producción animal, en el volumen 12 acerca de los cuidados para la salud animal, enfatiza en las medidas de higiene en los establos, y en la necesaria separación de los animales enfermos de los sanos. Columella es el mejor de los autores romanos al mezclar una adecuada teoría con una excelente experiencia de terreno. Describió una nueva técnica de castración en que utilizaba la compresión con una banda de hinojos que apretaba el cordón espermático y así se evitaban hemorragias e infecciones.

Galeno de Pérgamo (130-200 d. C.) fue un cirujano de la escuela de gladiadores que tenía la oportunidad de tratar a los gladiadores y de diseccionar a los animales muertos en el circo. Galeno creó más de 400 tratamientos llamados galénicos. Este griego que trabajó en Roma fue el fundador de la medicina comparada experimental.

Flebotomía e hiposándalos. La flebotomía fue muy importante en la medicina veterinaria. Su práctica se puede trazar hasta el papiro egipcio de Kahun. La flebotomía se usaba para remover la sangre vieja e impura. Para sangrar utilizaban la “sagitta” que era un instrumento metálico de punta muy afilada. Como el transporte animales era muy importante en el Imperio Romano, el cuidado de los cascos fue imprescindible en caballos, mulas y bueyes de tiro. Para ello se utilizaron almohadillas protectivas o “hiposándalos” que se colocaban en los cascos para mantenerlos limpios o para fijar los remedios in situ. Los romanos no utilizaban herraduras.

Antes de la caída del Imperio Romano, la crianza y salud de los caballos siguió siendo el deber más importante de los veterinarios de la época, además de la producción ganadera. Paladios tuvo un especial interés en la medicina aviar.

Las contribuciones de los romanos en la medicina veterinaria fueron menos de lo esperado, era más aplicada. Los romanos dieron a la profesión veterinaria el alto rango de “inmunes” en las unidades militares.

La veterinaria romana se relacionó principalmente con la agricultura, mientras que la veterinaria griega se relacionó fundamentalmente con la medicina humana.

Imperio Bizantino

La caballería fue un factor importante para mantener a este imperio, lo que confirió a la veterinaria un papel esencial para la sociedad bizantina. Durante el imperio bizantino hubo un gran desarrollo de la veterinaria. Un libro famoso fue “Hippiatrika”, manuscrito solicitado por Constantino. Hierokles fue uno de los principales autores con 107 contribuciones. Fueron 17 autores de esta obra sobre los males de los caballos. Apsyrtos, veterinario militar contribuyó con la dentición de los caballos, tema tratado por primera vez en la historia de la veterinaria. Hippiatrika (IX a X era a. C.) es un clásico de la veterinaria y una extraordinaria pieza de literatura.

La historia de la veterinaria es recordada en “Geopónica” (Agricultura); en los libros 16 al 19 se hace referencia a la cría enfermedades del ganado.

Demetrio escribió un fino tratado sobre los tratamientos de los halcones que tenían un gran valor económico.

Apsyrtos (300 – 360 a. C.) fue un genio griego de la medicina equina. Escribió sobre antrax, tetanos, y gurma; sobre cirugía y desordenes de la reproducción. Su pupilo Chiron el veterinario (+/- 300 d. C.) escribió 10 libros de medicina veterinaria, por órganos y sistemas: “Mulomedicin chironis”.

Publius Vegetius Renatus o Vegetius escribió “Artis Veterinariae”, “Sive Mulomedicine” y “On the Distemper of Horses”.

Imperio árabe

Durante este imperio hubo grandes progresos en veterinaria. La importancia de los animales domésticos de los árabes se intuye de estos antiguos versos del Sahara: “Los caballos para la guerra; los camellos para el desierto y los bueyes para los pobres”. Se acepta que las conquistas árabes fueron posibles por sus caballos Árabes y Barb.

El Corán no instruye sobre medicina. Los remedios iniciales eran caseros o beduinos, además de plegarias religiosas. Galeno e Hipocrates influyeron en la medicina árabe, e introdujeron la ética y el juramento de los nuevos médicos y veterinarios. Hunayn tradujo los trabajos sobre veterinaria de Theomnestus y estableció los estándares éticos de la profesión veterinaria. Avicenna (Ibn Sina) seguidos de Aristóteles, escribió “Canon of Medicine”, sobre enfermedades de los caballos, algo sobre perros y elefantes. Albucaisi escribió una enciclopedia “Medical Vade Mecun” y algo de veterinaria y cirugía experimental. Averroes (Ibn Rushal) (1.126 – 1.128) fue un hispano-árabe relacionado con la medicina. Averzoar practicó la traqueotomía en cabras y trabajó en parasitología veterinaria. Maimonides estableció (1 – 200) que la saliva de los perros rabiosos era el veneno más peligroso. Describió la tuberculosis en animales de matadero, y fue el fundador de la Salud Pública Veterinaria. Al-Jahiz (900) escribió al-Hayawan sobre Zoología y enfermedades de animales.; ad-Damiri (1.400) escribió “The Life of Animals”. Ahmed ibn Hasan (1.209, escribió un libro de veterinaria: “al-Kitâb al-Baytâral.

Ibn Jakoub, en 695, escribió el principal libro sobre equitación y herraje. En Arabia se le daba gran importancia a los caballos, situación que confería estatus. Había verdaderos establos-hospitales. Se denominó baytar a quienes se dedicaban a los caballos.

Abon Zakaria escribió “Kitab el Felalhah” sobre agricultura con unidades que trataban sobre producción y salud animal, específicamente sobre higiene y enfermedades del ganado, ovejas, cabras, caballos, asnos, mulas y camellos. Y especialmente sobre cojeras en caballos y más de 100 afecciones equinas junto al cuidado dental. Zakaria fue el mejor escritor veterinario musulmán. Abu Bakr (1.309 – 1.340) escribió “Kamil” princialmente sobre cuidados de los caballos, su manejo, selección de linajes, caballos de carreras y su sistema locomotor y oftalmología.

Los veterinarios árabes, al igual que los de otros países, se preocupaban principalmente de solucionar problemas prácticos antes que entender el concepto del proceso íntimo de la enfermedad. Pareciera que en 1.332 ellos hicieron la primera inseminación artificial en animales domésticos.

El conocimiento médico y veterinario árabe se diseminó hacia Europa y España, sur de Italia y al Imperio Otomano, hasta que el imperio árabe se desmoronó.

Adquisición europea de los conocimientos veterinarios moros. Juan Alvares de Salamiellas escribió en 1.350: “Libro de Menescalcia e de Albeiteria et Fisica de las Bestias”, en que describía enfermedades de los caballos, sus tratamientos médicos, y cirugía. Las profusas ilustraciones del libro se refieren a escenas de dosificación oral, atención dentaria, exámenes de las piernas, trbajo en los cascos y herraje; entablillamiento y cauterización, sangrías, castración, tratamientos de laminitis y administración de enemas. Además inlcuía un amplio rango de instrumentos de cirugía, diversos formularios y un avanzado conocimiento de oftalmología.

La medicina veterinaria española era más avanzada que la que se practicaba en el norte de los Pirineos debido a la influencia árabe. En España Albeytar significaba veterinario, y provenía de la palabra árabe al-Baytar. El rey Alfonso V de España fue el patrono de las ciencias y de la medicina veterinaria. Ël requiró a Manuel Diaz escribir un libro sobre manejo equino y medicina veterinaria: “Libro de Albeyteria por lo Noble Mossem M. Diaz (1.439).

Los escritos más antiguos sobre veterinaria fueron realizados en monasterios españoles: “Liber Artis Medicinae at Ripoll” por Fray Teodorico en Valencia, sobre enfermedades de los equinos (1.200), y “The seven books of Albeitary and Science “ por el monje portugués Bernardo en 1.400.

El Protoalbeytar sistema de acreditación veterinaria que establecía los estándares para los nuevos albeytar o doctores de caballos, servía de entrenamiento para los aprendices. El Tribunal de protoalbeytar terminó en 1847, y duró aproximadamente 350 años.

La Escuela de los Albeytars viajó a América, y en México, Juan Suarez de Peralta escribió “Tratado de Albeytería” en 1.580, constituyendo el primer texto sobre doctores de equinos en el Nuevo Mundo. El primer centro de educación veterinaria fue fundado en México en 1853.


Extractado de: Veterinary Medicine. An Illustrated History. Dunlop, R.H., Williams, D.J. MOSBY. 1996. 692 pp

LOS ORÍGENES DE LA MEDICINA VETERINARIA: EGIPTO, CHINA E INDIA

Los inciertos orígenes de la Medicina Veterinaria se remontan a una época tan lejana y desconocida en que los primeros hombres que vivieron junto a los animales, sintieron el impulso de cuidarlos y sanarlos de sus dolencias, debido a la necesidad imperiosa de utilizarlos como alimentos, en el trabajo diario, en la guerra y como compañeros. Dado el nivel inicial del hombre como un ser lleno de bondad, esta necesidad, un tanto interesada, se acompañaba de compasión y cariño.

El estudio de los orígenes de la Medicina Veterinaria va de la mano con el origen del hombre, Hombres y animales partieron mancomunados, indisolublemente, hasta el día de hoy. La evolución de los organismos vivos y el inicio de la vida se pierden en la noche de los tiempos. Casi nada se sabe de este origen primigenio, pero un partir inicial debe haber ocurrido en la nebulosa del tiempo-espacio, llegando a sutilezas como el equilibrio cósmico, una suerte de yin-yang celestial.

Volviendo a nuestra realidad actual debemos aceptar que la salud animal es la razón primaria de la Medicina Veterinaria. La paradoja de esta profesión es que interactúa con los animales para mantenerlos en buen estado de salud, tratándolos amigablemente para que finalmente algunos de ellos sean sacrificados y comidos. Su utilización era y es por el bien del hombre.

Los primeros humanos cazadores fueron nómades del Neolítico que se alimentaban con sus presas. De acuerdo con la importancia capital para su sobrevivencia, algunos animales eran considerados como deidades, quedando artísticamente grabados en pinturas rupestres.

Egipto y reinos contemporáneos

Los animales despertaron tempranamente una gran fascinación en el Egipto Antiguo, siendo parte de la mitología egipcia ancestral de la Predinastía, unos 7.000 a 4.000 años a. C. Un poco más reciente, se encuentran representaciones del toro sagrado, que encarnaba el ciclo de la creación, muerte y resurrección. Esta asociación divina con los animales quedó plasmada en la cultura egipcia en pinturas y esculturas. Existen antiguas representaciones del nacimiento de terneros y cabritos que evidenciarían un cierto conocimiento de obstetricia.

Es el Código de Hammurabi (Imperio Babilónico) grabado en una estela de diorita (1.780 a. C.) en Susa Irán, el primer código moral que entrega un marco legal para la protección de los derechos individuales del hombre que tuvo un gran impacto en las culturas posteriores. Este código incluía todos los aspectos de la sociedad tanto de la medicina como la agricultura. Dos indicaciones atañen a los animales:

párrafo 224 dice: “…si el médico de animales ha tratado a un buey o a un asno de un mal grave, el dueño de dichos animales dará al médico, a título de salario, un sexto de ciclo de plata.

párrafo 225 dice; “… si el médico de animales ha tratado a un buey o a un asno de un mal grave y ha originado su muerte, pagará la cuarta parte de su precio al dueño del buey o del asno”.

Cabe señalar que los precios eran aproximadamente un décimo de lo que cobraban los doctores de los esclavos y hombres libres de la época.

En el 2.300 a. C., en que los perros cazadores eran muy importantes para las culturas mesopotámicas, se estableció el Código de Eshuna que indicaba qué hacer ante un perro con rabia, y en el caso de que un perro mordiera a una persona y ésta moría, se multaba fuertemente al dueño del animal rabioso.

Los caldeos, unos 1.500 años a. C., tenían un amplio conocimiento sobre producción animal y tratamientos médicos para animales.

En la época del rey babilónico Adad-apla-iddina (1.068 a 1.047 a. C.) se aceptaba que la diosa-perra Nin-isina protegía a las personas con rabia.

Los caballos que eran escasos, no son mencionados en el Código de Ammurabi, sin embargo, posteriormente alcanzaron gran importancia como elementos de guerra. Los carruajes tirados por caballos fueron decisivos durante los reinos Asirios. Los “musarkisus” proveían de caballos a los reyes. La mula, animal de gran fuerza, tenía dos razas Kusaean y Mesaean, fue muy importante entre los asirios.

Las culturas Persa y Mede, se basaban en el caballo. Estos animales eran de alta calidad y muy cuidados. Persia significaba hombres a caballo. La caballería persa de Cyro, Darío y Alejandro Magno (540 a 322 a. C.) fue vital en sus conquistas.

Los caballos provenían de las grandes praderas euroasiáticas (1.568 a. C.). El primer manual de “hippiatria” fue redactado aproximadamente en el 1.400 a. C.

La emergencia de una medicina más racional se desarrolló en Egipto, como algo no místico, acumulado empíricamente y obviamente recordado, tenía como finalidad paliar la sintomatología del animal enfermo, así como cuidar a los animales al nacer, con medidas médicas y algo de cirugía. Los primeros antecedentes en que se mencionan algunas enfermedades de los animales y sus tratamientos se encuentran en los papiros de Ebers y Kahun (1.900 a. C.). Se mencionan principalmente enfermedades de los ojos, pero se indican medidas generales de higiene y prevención de enfermedades, mediante la limpieza del cuerpo, ropas, casas y alimentos. Las enfermedades de los ojos, propias del desierto, se referían a gatos, perros y aves. La información entregada por estos papiros desgraciadamente es muy fragmentaria debido al deterioro de estos documentos que tendrían unos 4.000 años de antigüedad.

En 1.999 a. C., se describen en bovinos casos caracterizados por convulsiones, rigidez y caída de los animales. ¿Cómo actuaban los doctores de animales? Primero recitaban una plegaria, verdaderas admoniciones contra el mal, luego hacían una palpación rectal y con la otra mano le rascaban la espalda. Esta sería la primera palpación rectal descrita. Otro caso es el de un toro con fiebre y respiración dificultosa entre otros síntomas, que fue tratado inicialmente con oraciones, para luego aplicarle agua fría para bajar la fiebre; además le aplicaban esencias aromáticas en los ojos, abdomen, pecho y piernas. Por último le aplicaban un baño total de agua fría y una sangría. Posiblemente se trataba de un caso de fiebre catarral maligna o de peste bovina (rinderpest).

En el Libro del Éxodo de la Biblia, se comentan las plagas del ganado que causaban serias pérdidas económicas relacionándolas con cambios climáticos; posiblemente se trataba de peste bovina y carbunclo.

El embalsamamiento de animales sagrados que practicaban los antiguos egipcios, ha permitido observar enfermedades del esqueleto como artritis, osteoporosis y displacia.

El Nilo fuente de grandeza de los egipcios, fue también la causa de muchas enfermedades de los animales, algunas de carácter parasitario, otras causadas por los mosquitos, otras infecciosas como el carbunclo; algunas de ellas transfronterizas, traídas por los pueblos invasores, y las enfermedades de los ojos causadas por tormentas de arena del desierto. Cabe señalar que este río tuvo un gran impacto en la domesticación de animales. La castración y el descuerne eran practicados en Bos taurus (europeo) y Bos indicus (asiático), tipo Zebú, Los bueyes y el arado fueron muy importantes en la agricultura egipcia. Gansos, patos, cabras, cerdos, caballos, dromedarios y búfalos de agua constituyeron una fuente importante de alimentos y fuerza para el trabajo agrícola. Los bovinos eran sacrificados. Es interesante señalar que los pueblos beduinos de origen semita fueron los primeros y mucho antes que judíos y musulmanes, en prohibir el consumo de carne de cerdo por considerarlas sucias.

Además del sacrificio de animales, éstos fueron utilizados en deportes, como peleas de toros que arrastraban rivalidades entre sus dueños. Las peleas entre mangostas y serpientes eran comunes. Las mangostas eran apreciadas porque se comían los huevos de cocodrilos. La caza de animales como antílopes, gacelas, bies (cabras) y gamos o cervatillos, se desarrollaba con ayuda de perros de caza. La caza mayor se refería a leones, leopardos, hienas, lobos y chacales se realizaba para evitar que estos animales atacaran al hombre y al ganado.

¡Los egipcios amaban a sus animales! De hecho tenían animales de compañía, principalmente gatos y perros que eran tratados con afección prodigándoles muchos cuidados. Estos pequeños animalitos han quedado para la posteridad en pinturas, estatuillas y también como momias. Los gatos de la época Ptolomeica tenían una expresión inescrutable y eran rodeados de un aura siniestra. Llama la atención que los gatos eran utilizados como cazadores de pájaros y en el control de roedores. Para emplearlos en verdaderas cacerías de aves, debe haber existido una gran intimidad entre egipcios y gatos. Los perros se utilizaron como perros guardianes y de caza. Los monos eran regalones verdaderamente llamativos.

China y otros pueblos asiáticos

Las raíces de la Medicina Veterinaria en Asia del Este hay que buscarlas en China, Tibet, Taiwán, Mongolia, Liberia, Corea, Japón y países como Tailandia, Vietnam y otros.

Se acepta que unos 7.000 años atrás empezó la domesticación de animales en el Valle del Río Amarillo.

Las primeras pestes que habrían afectado a la Agricultura fueron ratones y “zokors” (Myospalax).

En la Historia de China, “Vida de los Inmortales”, se describe la historia (mitológica) de un médico veterinario cirujano y los dragones, en que un doctor de caballos llamado Ma Shih-huang curó a un dragón con acupuntura y licores y debido al éxito obtenido siguió atendiendo a otros dragones… Cabe señalar que sólo en el Oeste de China los dragones eran relacionados con entidades malignas; mientras que en el Este más bien eran benignos y se relacionaban con el agua, siendo esenciales en el movimiento de las aguas porque tenían un gran poder en la evaporación, lluvias, inundaciones de ríos y producción de alimentos en los valles. Más llamativo es el hecho que el símbolo del concepto de yin-yang fue revelado en las espaldas de un dragón-caballo que había salido del agua.

En China eran abundantes los cerdos y los patos Pekín; posteriormente los chinos se hicieron más dependientes de los animales domesticados: ovejas, cabras, ganado, yaks y camellos de dos jorobas. La domesticación del caballo fue más tardía (Dinastía Ming).

Los principales animales de la prehistoria China fueron: Osos Panda gigante, orangutanes, gibbon, tigres y faisanes de color. Se han encontrado huesos de perros y gatos, muy antiguos (2.700 – 2.357 a. C.). Posteriormente, de bovinos, ovinos, búfalos de agua, y pollos.

La castración fue inventada por Dong Zhongxian en 2.208 a C. Para este fin utilizaban hierros calientes.

La acuicultura china se desarrolló en la dinastía Shang y Chou (1.027 – 256 a. C.), propagando alevines. La integración entre acuicultura, ganadería y cultivos evitaba desperdiciar alimentos, así los patos, gansos, pequeños rumiantes y bovinos consumían plantas y sus excretas proporcionaban nutrientes para las algas planctónicas y zooplancton, los que finalmente iban a alimentar a los peces.

El poder militar estuvo muy relacionado con los caballos. Se han encontrado equinos en tumbas de la Edad del Bronce. Más de 100 caballos y carros con dos caballos se encontraron enterrados junto a perros y gatos, y estatuas de cerdos del período Shang.

Posteriormente, entre 259 y 210 a. C., en que la caballería había reemplazado a los carros de guerra, se encontraron bajo tierra más de 7.500 figuras de terracota de hombres y caballos, más dos carruajes de bronce con cuatro finos caballos ponies Mongoles y sus finos arneses, que provenían de la época del primer Emperador Shih Hunagdi.. En Lei Tai provincia de Kansu se descubrió una tumba con un caballo de bronce que representaba a un tarpán de Rusia (los tarpanes se extinguieron en 1.880).

En la dinastía Tang de gran poder militar, se contaban inicialmente unos 5.000 caballos que aumentaron hasta 700.000. Por otra parte, la pasión aristocrática por los caballos hizo que se importaran caballos árabes.

Los burros y mulas se conocen en China desde la dinastía Chou. Los cruzamientos entre burros Jack y ponies de Mongolia dieron lugar a los pequeños Hinnuy utilizados para tirar carruajes.

Las primeras evidencias de la Medicina Veterinaria en China se remontan a los cadres o médicos de animales de bovinos y porcinos. La relación entre animales y el hombre siempre fue estrecha, de hecho la historia asiática evidencia la gran importancia que les dieron a los animales. Un hecho anecdótico ocurrió cuando se les ocurrió ver el futuro en escápulas de bovinos y caparazones de tortugas, lo que implicó una gran demanda de escápulas y por consiguiente el sacrificio de muchos bovinos.

Los sacerdotes de caballos los trataban de sus males y reconocieron 36 enfermedades que escribieron en caparazones de tortugas. Un doctor de caballos para curar las fiebres del verano procedía a sangrarlos por el pecho (1.027 – 771 a. C.). En el manual del Gobernador Chon Li se indica la existencia de un departamento de Medicina Veterinaria que entregaba un título equivalente al de médico veterinario lo que lo capacitaba para cuidar caballos militares. Una figura de la medicina veterinaria china fue el aristócrata Sun Yang (659 – 620 a. C., llamado Bai-le, quien adquirió una gran reputación por su habilidad para tratar caballos. Bai-le sabía algo de anatomía, fisiología y patología equina. Él decía que los conocimientos se adquirían no leyendo libros sino que por un intenso estudio del animal. Sun Yang es considerado el padre de la acupuntura veterinaria en China al describir 77 zonas de la superficie corporal para esta rara especialidad.

Shun Jung (Pao Lo 480 a. C) es considerado como el padre de la medicina veterinaria china.

En el Libro de Odes (300 a. C.) se describen los signos de buena salud en cabras.

El primer veterinario denominado como tal fue Chao Fu quien fue un experto en enfermedades de animales. En el 400 a. C., existía un servicio de médicos para animales, en que Shou-i significaba veterinario y Shu-ma doctor de caballos, quienes tenían un mayor rango social. En esa época se contaba el número de pacientes muertos, si su número aumentaba bajaba la evaluación, Un evaluador acreditado fue Cho Li Tun Kuan. Además el gobierno compensaba a los dueños por los animales muertos. Las hierbas farmacéuticas para veterinaria fueron popularizadas en la dinastía Han (206-8 d. C.).

Un interesante síndrome descrito en la China antigua en “caballos celestiales” cuyo sudor tenía un color rojizo, probablemente debido a un parásito de la sangre (Parafilaria multipapilosa).

Tanto en medicina humana como en medicina veterinaria, la acupuntura y la moxibustión tendían a mantener el balance de los sistemas del enfermo (Yin-yang). Según algunas corrientes filosóficas las enfermedades violaban el principio creador de Tao y había que mantener el equilibrio del cuerpo. Curiosamente los chinos habían percibido los biorritmos diurnos, mensuales y estacionales. Nei Ching expuso una doctrina de circulación doble ¡Mucho antes que Harvey!

La variolización, método chino para prevenir la viruela, consistía en almacenar costras de pacientes enfermos entre 20 y 40 días, tiempo en que probablemente el 80% del virus se atenuaba; el polvo que obtenían lo aplicaban por la nariz, una verdadera infección en que el virus entraba al individuo por la vía respiratoria. Algunos se infectaban y morían… La variolización pasó de China a Inglaterra, y a Edward Jenner.

Los primeros escritos sobre medicina veterinaria en China se referían a enfermedades de caballos, búfalos, bovinos, camellos y burros (Época pre Tang). En la dinastía Tang se estableció un departamento de Medicina Veterinaria y una escuela de Medicina Veterinaria, formalizándose la práctica y la enseñanza de esta disciplina. En el 618 d.C., Li Ssu describe 76 enfermedades graves y 36 etiologías en el libro: “Collection of Ways to Relieve the Suffering Horse”. En 1.004 d. C., se escribió una enciclopedia militar que trataba sobre enfermedades del caballo, indicando sitios de acupuntura, tratamiento de heridas en combate y algo de problemas digestivos (cólicos).

Otros libros fueron: “A Description of the Treatment of Sick Horses” (Ka Kuan Lon, 1.279-1.368 d. C.); “Treatise on Horses” (Yu Pen Yuan y Yu Pen Hing (1.3688 – 1.644 d. C.); “Book of Horses”; “Book of Cattle”; “Prescriptions for Horses”; “Complete Issue of the Cattle-Classics” en 1.680. Y en 1.900: “Complete Collection of Pigs Diseases” (Chu Ching Ta) que trataba sobre diarreas, reumatismo e infertilidad porcina.

En términos generales pareciera ser que los chinos eran reluctantes a meter las manos en los pacientes, solamente castraban y trataban abscesos, pero no removían una placenta retenida, conformándose con una terapia basada en drogas. En los bovinos tomaban el pulso en la base de la cola. Las principales afecciones del bovino eran cojeras e infertilidad y la hinchazón de verano. Los chinos enfrentaban al animal enfermo mediante la observación, oler, preguntar y tocar (tomar el pulso), apreciando la disposición general, debilidad, posición de la cabeza y estado del abdomen, y aspecto de las orejas, además se fijaban en la temperatura de la piel y cuernos, si la nariz estaba seca o húmeda, sensibilidad de las patas, integridad de los orificios corporales, tipo y olor de secreciones y excreciones textura y condición de la piel; además prestaban mucha atención al medio ambiente puesto que pensaban que las enfermedades eran causadas por las condiciones climáticas, alimentos dañados, venenos y pestes. Esto en 1.686.

Las aplicaciones de la acupuntura en medicina veterinaria se reservaban a equinos y animales menores (perros) y elefantes. Los jesuitas franceses trajeron la acupuntura a Occidente (Francia, Austria y Alemania).

La medicina veterinaria china en la era moderna sigue los siguientes puntos cronológicos:
1840: China abandona la medicina veterinaria tradicional. En la dinastía Ping se estableció un colegio veterinario especializado en caballos que paulatinamente se había occidentalizado.

1917: Primera escuela de Medicina Veterinaria que otorga grados informales.
1944: Se empieza a entrenar a veterinarios rurales.
1947: A la Escuela de Agricultura de la Universidad del Norte se le requirió desarrollar la
medicina veterinaria en China.
1956: Se estimaba unos 150.000 prácticos no entrenados en veterinaria.
1956: Primer libro chino con moderna terminología: “Treatise on Horse and Cattle”.
Revistas de investigación: “The Chinese Journal of Veterinary Medicine”. “Herdsmen and
Veterinary Medicine”.
1958: Primer Congreso Nacional de Medicina Veterinaria. Instituto de Investigaciones Chino de
Medicina Veterinaria.

La Escuela de Medicina Veterinaria líder está en Beijing (Peking).

En 1.990 como una iniciativa nacional se inicia el auge de la medicina de los animales de compañía.

Tibet. En este país lo más importante ha sido la medicina de los caballos, animales que sufren de problemas respiratorios, injurias por fricciones con rocas y enfermedades de las patas, y problemas de nutrición. La hippiatría se basaba en una traducción del libro hindú: “Asvazurveda de Salihotra”.

Medicina Veterinaria en Japón

Como en otros países las primeras figuras de animales fueron mitológicas. Los primeros doctores de animales japoneses fueron de caballos.

En 598 a. C. trajeron de Corea un médico veterinario-sacerdote para entrenar a los japoneses en el arte de la veterinaria. En 731 el gobierno dio permiso para que los interesados pudiesen ser doctores de caballo. En 804 se envió a algunas personas a China a estudiar acupuntura en caballos. En 877 había verdaderos médicos de caballos. En 1.467 se estableció una escuela de doctores de caballos en Osaka. Dirigida para samurai. En 1880 se introdujeron los avances en medicina veterinaria de Occidente. El alemán Johannes Ludwig Janson, alumno de Virchow, inició su enseñanza en el Colegio de Agricultura de Komaba en Tokio. Este profesor inició a los japoneses en la profesión veterinaria de la era moderna con altos estándares académicos.

En 1850 la rabia era el principal problema sanitario en Japón. En 1873 se promulgaban regulaciones, en las prefecturas de Tokio y Hokkaido, que impulsaban la captura de los perros callejeros y el sacrificio de los perros rabiosos. Una gran campaña se desarrolló en Nagasaki con 735 perros muertos (48 con rabia). En 1.895, Kuraki Tome preparó una vacuna antirrábica (Vacuna Nº 11) desde cerebro de perro con pasajes en cerebro de conejo.

Shibasa Kitasato (1.852-1.931) contribuyó al desarrollo de la microbiología veterinaria e inmunología, al realizar el aislamiento de Pasteurella multocida (Cólera aviar) en pollos de Tokio; también aisló el Clostridium tetani (1898), bacteria que inoculó en animales demostrando sus toxinas y que ¡el suero contenía antitoxinas! Hallazgo que le valió grandes honores académicos. Kitasato estudió con Robert Koch entre 1.886 y 1.891.

La Asociación Médico Veterinaria Japonesa fue creada en 1.921. Después de la Segunda Guerra Mundial, la medicina veterinaria japonesa tuvo un gran repunte debido al intercambio científico con Estados Unidos de Norteamérica.

India

Los animales han jugado un papel muy importante en la historia de India. Occidente tiene una imagen estereotipada de este hecho derivada de “El libro de la Jungla” de Rudyard Kipling, de los “mahouts” y sus elefantes y de los encantadores de serpientes, lo que indudablemente indica una gran confraternidad entre el pueblo hindú y los animales.

En el Sur de Asia se desarrollaron las fábulas en las que los animales hablaban como personas, así en el “Pali Jatakas” los pájaros hablan, todo esto de acuerdo a la creencia budista que Buda se había reencarnado en varios animales en su evolución para perfeccionarse espiritualmente.

Las castas fueron muy importantes en India, cabe señalar que de las cuatro grandes castas, la tercera llamada Vaishyas se encargaba de criar el ganado. Curiosamente cada casta sólo podía utilizar una raza de caballos, a los vaishyas les correspondían los caballos Byes.

Los sacrificios de animales eran frecuentes, siendo las vacas las más utilizadas. Estos animales eran desmembrados y sus partes colocadas apuntando hacia ciertas entidades cosmológicas con el fin de devolverlas a su origen cósmico, de manera que el ciclo de la recreación se completara. El sacrificio del caballo Ashvamedha era especialmente complicado ya que la esposa del rey debía previamente copular con el animal. Este ritual duró hasta el año 900.

El ascetismo hindú es muy antiguo, ellos creían que la estabilidad del universo dependía en gran medida de los sacrificios ofrecidos; en el primer milenio a. C., se creía en la transmigración de las almas (Teoría samsara) y en el Karma, en que el pasado y el presente afectan al futuro y al presente. Estos dos conceptos religiosos conducen al ahimsa bajo el cual no se puede dañar a los animales ni a la gente. El jainismo, además de no matar animales prohibía la agricultura para no dañar a las plantas… Todos los seres vivos tenían almas. Y las almas podían migrar de un ser a otro. Consecuentemente se prohibía comer carne.

Los budistas poseían cinco medicinas: mantequilla, aceite, miel, ghee y melaza, lo que además del consumo de alimentos sanos conducía al ayurvada o conocimiento de la longevidad. Ashoke (269-232 d.C.) emitió dos edictos importantes, uno prohibía el sacrificio de animales, y el otro regulaba la aplicación de medicamentos, unos para personas y otros para los animales. Era una filosofía de gran pacifismo y humanitarismo. En esa época nacen los primeros hospitales para animales, llamados pinjrapoles, lugares adonde iban los animales accidentados y enfermos. Quienes estaban a cargo no eran veterinarios propiamente tales, aunque sabían tratar fracturas y otros males. ¡Estos hospitales para animales se desarrollaron antes que los hospitales para personas!

El hinduismo considera a las vacas como entes sagrados, ellas no se matan ni sus carnes comidas. El origen de esta actitud es incierto, probablemente provenga de rituales védicos. Dada esta situación un tercio de la población de vacas (237.000.000) se ubica en el 3% de la superficie del planeta. Marvin Rose explica que hay una base ecológica para la veneración de las vacas, ya que en India existían hombres y vacas en forma simbiótica; estos animales, vacas y bueyes entregaban servicios cruciales para la economía, como tracción barata, leche, excrementos para proporcionar combustible en el hogar y fertilizantes en el campo.

Raíces de la medicina veterinaria en India. La evolución de la medicina veterinaria fue influenciada por el auge de la medicina humana, racional y no mitológica, que reemplazó a los sacerdotes que eran muy importantes en el tratamiento de afecciones humanas y de animales mediante plegarias, conjuros y encantamientos, lo que se cambió gradualmente por el uso de preparados de hierbas o minerales. Las enseñanzas médicas de Carakas y Susruta se aplicaron a la medicina de animales. Cabe señalar que Carakas tenía una aproximación holística de la medicina, practicaba la observación de la cual sacaba conclusiones para el diagnóstico y tratamiento, además que postulaba que la experimentación complementaba sus conocimientos.

En sus guerras utilizaron elefantes y caballos, los que sufrían heridas, enfermedades contagiosas y estrés, lo que a su vez demandaba veterinarios competentes. Los elefantes entrenados para la guerra padecían de un fenómeno conocido como “musth” o intoxicación lo que los hacía muy irascibles y peligrosos para sus cuidadores. La captura de elefantes salvajes implicaba evaluar su temperamento y salud; un doctor de elefantes seleccionaba a los animales adecuados para su domesticación. El manejo integral de los elefantes estaba indicado en el “Arthashastra” que era un manual gubernamental escrito entre 300 a. C. y 300 d. C. Los elefantes también eran utilizados en la agricultura y como diversión en peleas de elefantes.

La elefantología de Palakapya (Hastyayurveda) se refería a la vida de los elefantes y su salud. Este tratado constaba de introducción y principales enfermedades, dolencias menores y venenos, cirugía y obstetricia, y terapéutica. Describe 315 enfermedades, entre ella una grave fiebre o rakala que afectaba específicamente a los elefantes. Las dolencias más comunes de los elefantes cautivos eran inflamación de la piel, heridas de las patas; indigestión; neumonías, tuberculosis e inflamación de los ojos y afecciones dentarias varias. En un texto hindú de unos dos mil años de antigüedad se describen dos formas de tuberculosis, una enfermedad debilitante y la otra pulmonar. Sukumara Barkath (1.800) escribió “Hastavioidyarnava” con finos detalles acerca del comportamiento y enfermedades de los elefantes.

Medicina veterinaria equina en India. Salihotra fue el primer doctor de caballos en India. Sabía de todo sobre los caballos. Tanto que los veterinarios se denominaron salihotriza, actualmente sahitri. El término sánscrito salihotrasastra implicaba medicina veterinaria. Salihotra escribió un texto “Siddhayoga” (400 d. C.).

En 1937, Krishnaswamy del Departamento de Veterinaria de Madras, publicó una serie de artículos sobre las ciencias veterinarias en la antigua India. Los mejores antecedentes los encontró en los escritos de Salihotra, y posteriormente fueron traducidos al árabe y al inglés.

Ganado y enfermedad en India. Curiosamente hay poco sobre este tema en India. Sólo una descripción grabada en hojas de palmera del pueblo de Tamil, la que fue traducida al inglés. En ella se identifican algunas enfermedades infecciosas como peste bovina, carbunclo y fiebre de las garrapatas. Cabe señalar que los bovinos eran cuidados por la clase campesina y no recibían los cuidados que la clase guerrera le dispensaban a los elefantes y caballos.

Los veterinarios o salihotriyas podían ser penalizados por el valor de los animales que habían muerto por negligencia o mal tratamiento médico.

En la antigua India existían muchísimas recetas para tratar las afecciones graves del ganado. Hirachandra en 1925 informa que había tratado las lesiones erosivas del rinderpest con enjuagues de vinagre, mientras que las vesículas causadas por la fiebre aftosa las trataban con infusiones preparada con “abul fark” (Acacia arábica).

En 1808, Williams Moorcrft, el primer cirujano veterinario de habla inglesa fue enviado a India del Este, Pusa, para atender caballos finos. Tal fue su éxito que llegó a ser una leyenda. Su pasión por los caballos y sus exitosos tratamientos hicieron de él un líder de la especialidad equina en India.