Vacunas y autismo: Distinción entre la realidad y la ficción
Escrito para BabyCenter México
Aprobado por la Junta de Asesores Médicos de BabyCenter
• Dicen que algunas vacunas contienen un conservante que puede producir
autismo. ¿Qué es lo que en verdad sucede?
• ¿Por qué se incorporó el timerosal a las vacunas?
• ¿Es verdad que el timerosal contiene mercurio?
• ¿Es verdad que se expuso a los niños a niveles peligrosos de mercurio a
causa del timerosal?
• ¿Qué pruebas hay de que el timerosal esté relacionado con el autismo?
• ¿Qué pruebas hay de que el timerosal no esté relacionado con el autismo?
• ¿Se vinculó alguna vez la vacuna MMR con el autismo?
• ¿Cómo puedo saber si mi niño recibió vacunas que contenían timerosal?
• ¿Se usa todavía el timerosal en las vacunas contra la gripa o en algunas
otras inyecciones?
• ¿Cuáles son los riesgos de no inmunizar a mi niño?
• ¿Dónde puedo conseguir más información sobre el timerosal y la seguridad de
las vacunas?
Revisado por el Dr. Andres Blanco Montero
Dicen que algunas vacunas contienen un conservante que puede producir autismo. ¿Qué es lo que en verdad sucede?
Actualmente hay una polémica sobre esta cuestión, con el gobierno y renombrados científicos por un lado, y varios grupos de ciudadanos que se oponen a la vacunación sistemática, por el otro. Ante esta controversia, muchos papás se sienten confundidos y preocupados por la salud de sus niños.
Estos grupos dicen que el timerosal, un conservante que se utilizaba en las vacunas, es responsable de un aumento alarmante en las tasas de autismo entre los niños de los Estados Unidos y del mundo entero. La mayoría de los científicos dicen que no es así.
Durante la última década, varias instituciones médicas importantes volvieron a analizar la evidencia procedente de los Estados Unidos y del extranjero, y todas concluyeron que no existe ninguna relación entre el autismo y la exposición al timerosal. Pero hay quien pone en tela de juicio la validez de la ciencia actual y sostiene que el gobierno de los Estados Unidos conspira junto con los fabricantes de vacunas para ocultar la verdad acerca del timerosal y el autismo.
Podremos saber más dentro de poco. Distintas instituciones de salud continúan con sus investigaciones sobre los riesgos de la exposición al timerosal. Además, ahora que el conservante se ha retirado de todas las vacunas infantiles (los fabricantes dejaron de usarlo en 1999), todos estaremos atentos a lo que suceda con las tasas de autismo en este país en los próximos años. Todavía no se ha observado ninguna señal de reducción.
¿Por qué se incorporó el timerosal a las vacunas?
El timerosal se usó a lo largo de 70 años como conservante para dificultar el crecimiento de bacterias y hongos en las vacunas. Dado que muchas vacunas se almacenan con mayor eficacia en grandes ampollas o viales de varias dosis, de los cuales los proveedores de salud extraen dosis individuales, las vacunas quedan expuestas a la contaminación cada vez que una jeringa pincha la tapa de goma del vial o ampolla. Varios incidentes fatales de vacunas contaminadas en la década de 1920 llevaron a que los fabricantes de vacunas empezasen a agregar conservantes a todos los viales de dosis múltiples de vacunas.
El timerosal llegó a ser uno de los conservantes más ampliamente utilizados. Ahora que la mayoría de las vacunas ya no contienen timerosal, deben almacenarse en ampollas o viales de dosis individuales o en jeringas precargadas, lo cual resulta más costoso para los fabricantes de vacunas.
¿Es verdad que el timerosal contiene mercurio?
El timerosal contiene un compuesto del mercurio conocido como etil mercurio. No es lo mismo que el metil mercurio, que se encuentra en cantidades elevadas en algunos peces. El metil mercurio se acumula en el tejido humano y, a ciertos niveles, puede afectar el desarrollo cognitivo en algunos niños más pequeños, por eso la Administración de Alimentos y Fármacos de los EE.UU. actualmente aconseja, por ejemplo, que los más pequeños no consuman mucho pescado.
El etil mercurio, por otra parte, no está del todo estudiado, razón por la cual no es mucho lo que se sabe acerca de las consecuencias para la salud o los efectos a largo plazo como resultado de su exposición. Pero las investigaciones llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) determinaron que el cuerpo elimina el etil mercurio con mucha más rapidez que el metil mercurio, por lo cual el etil mercurio no se acumula en el tejido humano.
El NIAID continúa estudiando el etil mercurio y su impacto sobre la salud humana. De acuerdo con las principales investigaciones llevadas a cabo hasta la fecha, los únicos efectos secundarios que se conocen de la exposición al timerosal de las vacunas son reacciones leves, como por ejemplo, enrojecimiento e hinchazón en la zona de la inyección en algunos pacientes.
¿Es verdad que se expuso a los niños a niveles peligrosos de mercurio a causa del timerosal?
Desde mediados de la década de 1980 hasta el año 1999, a medida que se fueron incorporando más vacunas a la lista de las inmunizaciones infantiles de rutina, los niños de los Estados Unidos quedaron cada vez más expuestos al timerosal. Algunas variantes de la vacuna contra difteria-tétanos-tos ferina y la vacuna contra la haemophilus influenzae tipo B (Hib), además de las inyecciones contra la hepatitis B y la gripa, contenían el conservante.
En 1997 la FDA volvió a examinar alimentos y fármacos que contenían mercurio y encontró que algunos niños podían haber estado expuestos a una dosis acumulativa de 187,5 microgramos (mcg) de etil mercurio procedente de todo tipo de fuentes durante los primeros seis meses de vida. Esa cantidad excedía las reglamentaciones de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, siglas en inglés) en materia de exposición al metil mercurio. (No hay regulaciones federales sobre seguridad respecto del etil mercurio.)
Como medida de precaución, las agencias del Servicio de Salud Pública, la Academia Estadounidense de Pediatría y los fabricantes de vacunas convinieron en 1999 que el conservante timerosal debía reducirse o eliminarse de todas las vacunas infantiles. Hoy en día, las vacunas infantiles no contienen más que cantidades sumamente pequeñas de timerosal, y los niños quedan expuestos a una dosis acumulativa de menos de 3 mcg de mercurio procedente de las vacunas hasta que cumplen los 6 meses de edad.
¿Qué pruebas hay de que el timerosal esté relacionado con el autismo?
Un número reducido de estudios que se hicieron hacia finales de la década de 1990, trató de demostrar que el timerosal desencadenaba el autismo. Estos estudios los llevaron a cabo el Dr. Mark Geier y su hijo David. Mark Geier, especialista en genética y ex investigador de los Institutos Nacionales de la Salud, se ha desempeñado como consultor y perito en apoyo de demandantes en varias demandas que alegaban daños derivados de vacunas, llevadas ante el Programa Nacional de Compensación por Daños Derivados de Vacunas, y además en demandas civiles.
De acuerdo con los Geiers, los niños expuestos al timerosal de las vacunas tienen una probabilidad seis veces mayor de tener autismo que los niños no expuestos. Fundamentan sus conclusiones en el análisis de la información obtenida del Vaccine Adverse Event Reporting System o Sistema de Reportaje de Efectos Adversos de las Vacunas (VAERS por sus siglas en inglés), un sistema del gobierno de los EE.UU. para reportar reacciones adversas que reúne los reclamos de salud vinculados con las vacunas.
En una crítica detallada de las conclusiones de los Geiers, la Academia Estadounidense de Pediatría explicó cuál es el problema de basarse en la información del VAERS: el sistema recoge los reclamos, pero carece de medios para evaluar su validez. "Los efectos sobre la salud informados al VAERS en relación a las vacunas, pueden representar verdaderas reacciones adversas, coincidencias o errores de presentación", dijo la Academia Estadounidense de Pediatría.
A los especialistas de la Academia también les preocupaba la metodología de los Geiers, y señalaron que padre e hijo no especificaban "cómo se generó la información, impidiendo por lo tanto analizar con precisión sus métodos y reproducir sus resultados". El Instituto de Medicina concluyó que el trabajo de los Geiers estaba lleno de imperfecciones metodológicas y rechazó los resultados como "no interpretables".
Otros especialistas cuestionaron la idoneidad de los Geiers y pusieron en duda sus conclusiones. Un funcionario judicial, que presidió un caso de daños y perjuicios por vacunas en el cual Mark Geier actuó como perito, dijo que su declaración no era "confiable ni estaba fundamentada en una metodología y en un procedimiento con base científica. Su declaración es meramente una opinión subjetiva y una especulación sin sustento". Geier fue cuestionado de manera similar en varios otros casos de perjuicios por vacunas.
¿Qué pruebas hay de que el timerosal no esté relacionado con el autismo?
Durante la última década, varias instituciones médicas importantes han analizado la evidencia procedente de los Estados Unidos y el extranjero y concluyeron en que no hay vinculación entre la exposición al timerosal y el autismo. Presentamos a continuación detalles de algunos de los informes más recientes:
En 2003, investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. examinaron información procedente del Proyecto Vaccine Safety Datalink (Base de Datos sobre la Seguridad en las Vacunas), una base de datos en la cual ocho Organizaciones para el Cuidado de la Salud o compañías de seguros médicos (HMO por sus siglas en inglés) guardan los registros de vacunación de sus pacientes, incluyendo las reacciones adversas. Los investigadores analizaron los registros de más de 120.000 niños en dos HMO distintas y no encontraron diferencia en las tasas de autismo entre los niños expuestos a diversos niveles de timerosal.
En 2004, la Organización Mundial de la Salud examinó los registros de más de 100.000 niños en Gran Bretaña y no encontró ninguna relación entre la exposición al timerosal y el aumento en el riesgo de autismo. De hecho, los niños que resultaron expuestos al timerosal tuvieron menores tasas de trastornos del desarrollo que los niños no expuestos.
También en 2004, el Instituto de Medicina evaluó las últimas investigaciones en la materia, que incluían cinco estudios principales que analizaban los registros de salud de cientos de miles de niños en los Estados Unidos, Gran Bretaña, Dinamarca y Suecia además de los estudios de los Geiers. (El Instituto de Medicina es una división de la Academia Nacional de Ciencias, un prestigioso organismo independiente no afiliado con el gobierno de los EE.UU.) El Instituto concluyó: "El cuerpo de evidencia epidemiológica favorece el rechazo de una relación causal entre las vacunas que contienen timerosal y el autismo".
Los especialistas que examinaron cuidadosamente la información señalan también que el aumento en las tasas de autismo no se corresponde, en realidad, con un incremento en la exposición al timerosal. En Gran Bretaña, por ejemplo, la incidencia del autismo ha aumentado extraordinariamente desde la década de 1980. Pero solamente una vacuna administrada en Gran Bretaña (la DTP contra la difteria, el tétanos y la tos ferina) contiene timerosal. Todas las demás vacunas aplicadas allí no tienen timerosal, ni nunca lo tuvieron.
Por consiguiente, las tasas de autismo se multiplicaron en Gran Bretaña mientras que la exposición al timerosal en las vacunas permaneció constante. Y un estudio realizado a niños en el año 2003 en Dinamarca concluyó que las tasas de autismo continuaron aumentando allí en la misma proporción que en el resto del mundo, incluso después de que el país dejara de usar timerosal en las vacunas en 1992.
¿Se vinculó alguna vez la vacuna MMR con el autismo?
En 1998, la publicación médica británica The Lancet dio a conocer un estudio que vinculaba la vacuna triple sarampión-paperas-rubéola (MMR) con el autismo. Los investigadores observaron que ocho de los 12 niños autistas que se estudiaron habían empezado a mostrar síntomas de autismo al poco tiempo de recibir las aplicaciones de MMR, y plantearon la hipótesis de que los niños estaban teniendo una reacción física a la vacuna.
Resultó ser solamente una casualidad, e investigaciones posteriores contradijeron los resultados. El estudio no tenía nada que ver con el timerosal, que nunca se había usado en la vacuna MMR, pero la gente sigue confundiendo las dos cuestiones.
¿Cómo puedo saber si mi niño recibió vacunas que contenían timerosal?
Si tu niño fue vacunado después del año 2001, es muy probable que sólo haya recibido cantidades sumamente pequeñas de timerosal. En 1999 la Administración de Alimentos y Fármacos, los Institutos Nacionales de la Salud y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, junto con la Academia Estadounidense de Pediatría, solicitaron a los fabricantes de vacunas reducir o eliminar el uso del timerosal en las vacunas, y los fabricantes adoptaron las medidas pertinentes.
Algunos consultorios médicos continuaron usando vacunas en existencias que contenían timerosal, pero la mayoría de los especialistas creen que para el año 2001 o 2002 ya se habían agotado. Pregúntale al médico de tu niño si deseas salir de dudas.
¿Se usa todavía el timerosal en las vacunas contra la gripa o en algunas otras inyecciones?
El timerosal aún se usa como conservante en las inyecciones contra la gripa para los adultos. Las fórmulas sin timerosal están disponibles para bebés, niños y mujeres embarazadas, pero no siempre alcanzan para satisfacer la demanda, y los médicos habitualmente agotan las reservas de vacunas que no contienen timerosal.
Además, algunas vacunas de refuerzo contra tétanos-difteria, que se aplican a niños de 7 años de edad o mayores, contienen timerosal. Por último, el timerosal se sigue usando en algunas vacunas infantiles en otros países, principalmente en los países en vías de desarrollo.
¿Cuáles son los riesgos de no inmunizar a mi niño?
Los beneficios de vacunar a tu niño superan de lejos a los riesgos: no sólo se beneficia tu niño sino toda la comunidad. Un determinado porcentaje de niños manifiestan reacciones adversas a las vacunas, pero tales incidentes son poco comunes, dado el gran número de niños que se vacunan por año.
Por otra parte, las vacunas que se aplican en México son muy seguras, y son las mismas vacunas con las que se cuenta en países de Europa o en Estados Unidos, cumpliendo con normas de fabricación muy estrictas.
Julia McMillan, profesora de pediatría en la Johns Hopkins University en Baltimore y miembro de la Comisión de Enfermedades Infecciosas de la Academia Estadounidense de Pediatría, les recuerda a los padres la cantidad de enfermedades graves que ahora están controladas o que se lograron erradicar gracias a las vacunas.
"Muchos padres hoy en día son demasiado jóvenes como para recordar la pérdida de vidas humanas debido a estas enfermedades antes de que se desarrollasen las vacunas", señala. "La poliomielitis no da en los Estados Unidos desde hace décadas. El sarampión, que aún es responsable de la muerte diaria de niños en África, fue prácticamente eliminado en los Estados Unidos. Las paperas, enfermedad que puede derivar en sordera y esterilidad, actualmente es rara en los Estados Unidos. A los dos años de la introducción de la vacuna contra Hib, hubo una disminución del 60 por ciento en los casos de meningitis bacteriana. Nuestro programa de vacunación resultó ser, en lo que respecta a salvar vidas, una de las campañas de salud más exitosas de la historia. Pero continuará siendo exitosa únicamente si los padres vacunan a sus niños".
Si un número grande de individuos dejasen de vacunarse, estas enfermedades fácilmente podrían extenderse de nuevo y alcanzar proporciones de epidemia. Sabemos que esto es verdad porque sucedió: cuando las tasas de vacunación contra el sarampión cayeron en los Estados Unidos hacia finales de la década de 1980, más de 100.000 personas contrajeron la enfermedad y 120 fallecieron como consecuencia. En 1998, cuando las tasas de inmunización volvieron a subir, solamente 89 individuos se enfermaron de sarampión y ninguno falleció.
Otras enfermedades, como la poliomielitis y la difteria, están solamente a un vuelo de avión de distancia. E incluso si tú y tu familia nunca salieran del país, hay mucha gente que sí viaja y podría sin saberlo traer la enfermedad. Cuanto más elevado sea el número de personas de tu comunidad que no se vacune, mayor podrá ser la velocidad con que se propague la enfermedad en la población.
¿Dónde puedo conseguir más información sobre el timerosal y la seguridad de las vacunas?
Se trata de una cuestión compleja, y dado los rumores y la información contradictoria que hay por todas partes, no resulta sorprendente que los padres estén alarmados y confundidos. Empieza por consultarle al médico de tu niño. Y si quieres encarar alguna lectura por tu cuenta, hay mucha información disponible en la web.
A continuación te mostramos algunos enlaces a sitios web de importantes organizaciones de salud del gobierno de los EE.UU. que ofrecen información sobre las vacunas y/o el timerosal:
• Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
• Administración de Alimentos y Fármacos (en inglés)
• Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (en inglés)
Y a continuación te mostramos enlaces a sitios web de grupos activistas:
• Centro Nacional de Información de Vacunas (en inglés)
• Asociación de Médicos y Cirujanos Estadounidenses (en inglés)
• Información y concientización sobre vacunas (en inglés)
Según este artículo son más los riesgos de no vacunar que la posibilidad de establecer una conexión real entre timerosal y autismo.
ResponderEliminarAgradezco la gentileza de enviarme este artículo desde México a mi amigo, colega y virólogo mexicano!
Me refería a mi gran amigo mexicano, colega veterinario y Ph.D por la Universidad de California, y virólogo, especialista en vacunas antirrábicas y microscopía electrónica Dr. Eliseo Hernández Bauggarten. ¡Muchas gracias!
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