No cabe la menor dudad que el uso de los caballos por el hombre tuvo un gran impacto en la génesis y desarrollo de la Medicina Veterinaria. Algunos de los hitos más importantes de la hipiatría se dan a conocer a continuación.
En la Antigüedad los caballos tuvieron una gran importancia en el desarrollo de los grandes imperios y es evidente que la mayoría de ellos avanzó sobre las patas de estos nobles brutos y de los brazos de los hábiles guerreros que los cabalgaban. Los caballos domesticados ingresaron a Mesopotamia desde la meseta Anatolian por el Norte y desde las montañas Zagros por el Este, y llegaron a ser el animal más valioso para quienes sabían manejarlos, por lo que estos especialistas tenían un alto estatus social en los reinos de aquella época. Entre los asirios los “musarkisus” eran responsables ante el rey de procurar caballos idóneos en las provincias del reino, incluso el rey Esarhaddon requería informes diarios sobre la obtención de caballos.
El primer manual de “hipiatría” data de 1.400 a. C. y fue escrito por Kikkuli un experto “hurrian” en hipiatría de la provincia de Mitanni. El manual se refería a una ciudad, Hethiter, famosa por sus caballos, y entrega detallados procedimientos de alimentación y entrenamiento de estos animales. En la misma época se escribió en lenguaje “ugarit”, en Ras-Shamra, Siria, un tratado sobre tratamientos de enfermedades equinas, del cual desgraciadamente sólo algunos fragmentos han sobrevivido al paso del tiempo.
Persas y Medas fueron culturas que descansaban en sus caballos de alta calidad a quienes brindaban los mejores cuidados. Incluso la palabra Persia deriva de la palabra que quiere decir jinete. La gran calidad de sus caballos y la habilidad de sus jinetes hicieron de su caballería la base del poder persa y permitieron desarrollar el más grande imperio que el mundo haya visto bajo Ciro (559 – 529 a. C.), Darío I y Xerxes.
Un logro importante para la época fue la obtención de la mula por el cruzamiento entre un burro y una yegua, con la fuerza de la madre y la paciencia del macho; este animal estéril era de gran importancia en el trabajo pesado. Dos razas fueron descritas, Kursaean y Mesaean. Los Hinnies eran híbridos de la cruza de una mula y un potro, eran graciosos y muy buenos para la tracción y transporte.
Los caballos en Egipto y China
Los caballos llegaron a Egipto tardíamente, probablemente provenían de las estepas eurasianas. Fueron muy importantes en el Nuevo Reino y aparecen inicialmente pintados en las murallas de la tumba de Nebamun (1.400 a. C.) en que se ven caballos y hinnies tirando carruajes. Anteriormente (1.730 a. C.) los Hysksos invadieron Egipto desde Palestina utilizando carruajes tirados por veloces caballos árabes. Los egipcios llegaron a ser líderes en la crianza de caballos árabes de alta calidad y una vez que los utilizaron en la guerra rechazaron a los invasores Hysksos y luego expandieron sus fronteras hasta el río Eufrates.
La historia de los caballos en China es rica en tradiciones; según Lieh Hsien Chuan en “Vida de los Inmortales” el doctor de caballos Ma Shih-huang curó a un dragón con acupuntura y brebajes, para luego seguir tratando a otros dragones… Por otra parte, se han encontrado equinos en tumbas de la Edad del Bronce que eran ponies de Mongolia; en el período Shang se encontraron unos 100 esqueletos de caballos enterrados junto a perros, y carros con dos caballos (1.200 – 1.000 a. C.).
El poder militar de aquella época descansó en los caballos cuando la caballería reemplazó a los carros de guerra. Entre 259 y 210 a. C. bajo el primer emperador Shih Hunagdi se enterraron unas 7.500 figuras de terracota de hombres y caballos, y dos carruajes de bronce con cuatro finos caballos ponies Mongoles, como cuadriga unidos por finos arneses. En 1969 se descubrió en Lei Tai provincia Kansu una tumba con un caballo de bronce que era un tarpán domesticado de Rusia; recordemos que los tarpanes se extinguieron en 1880.
Durante la Dinastía Tang el poder militar chino aumentó de 5.000 a 700.000 caballos; posteriormente la pasión aristocrática por los caballos hizo que se importaran caballos árabes. Las cruzas con los ponies tibetanos produjeron animales más fornidos.
En la historia asiática se da mucha importancia a los animales. Los “cadres” eran los médicos de los animales. Los sacerdotes de caballos trataban 36 enfermedades las que se escribieron en huesos de bovinos y en conchas de tortugas. Doctores de caballos (1.027 – 771 a. C.) los sangraba para curarlos de fiebres de verano.
Una gran figura fue Sun Yang (659 – 620 a. C.) o Bai-le, un aristócrata de gran reputación, casi legendaria, por su habilidad para curar caballos. Sus conocimientos no provenían de libros sino de un intenso estudio del animal. Bai-le sabía de anatomía, fisiología y patología y era un experto en acupuntura por lo que se le considera como padre de la acupuntura veterinaria en China. En aquella época los veterinarios de equinos tenían un alto rango social. Shun Yung (Pao Lo), 480 a. C., es considerado como el padre de la medicina veterinaria china. Shou-i sigificaba veterinario y Shu-ma doctor de caballos.
Un interesante síndrome descrito antiguamente por los chinos en los “caballos divinos” se presentaba como un sudor de color rojizo, y probablemente haya sido causado por un parásito de la sangre Parafilaria multipapilosa.
Los primeros libros sobre caballos y otros animales datan de la dinastía pre Tang, Ssu Mu An Ch’i Chi escribió “Collection of Ways to Relieve the Suffering Horse” en que se describen setenta y seis enfermedades graves y treinta y seis etiologías. Una enciclopedia militar de 1.004 d. C. describe las enfermedades de los caballos y su manejo. Además entrega una lista de puntos de acupuntura y los tratamientos de las heridas sufridas en combate. Durante la dinastía Yuan se editó por K’a Kuan Lon “Una Descripción del Tratamiento de Caballos Enfermos”. Los famosos hermanos veterinarios Yu Pen-Yuan y Yu Pen-Heng escribieron “Tratado sobre Caballos”, una síntesis sobre la información veterinaria de la época.
China abandonó la medicina veterinaria tradicional en 1840, estableciéndose una escuela de veterinaria especializada en caballos.
En el Imperio Romano (100 años d. C.) la utilización de caballos, mulas, burros y bueyes permitió el transporte y la defensa a través del vasto territorio imperial. Carruajes de cuatro ruedas, tirados por 8 ó 10 mulas, fueron empleados exitosamente en el transporte. Con el fin de proteger a estos animales de un excesivo trabajo se impusieron estrictos reglamentos que además impedían el desgaste de los cascos. Por otra parte, los caballos daban una gran movilidad a las tribus bárbaras mongólicas que así podían cubrir vastas distancias amagando la estabilidad de sus vecinos.
Los caballos en la Edad Media
El desarrollo de las herraduras con clavos fue el mayor invento que incrementó el rendimiento de los caballos y por ende de la caballería en la Edad Media. Se acepta que los Celtas crearon las herraduras y los europeos la adoptaron y perfeccionaron. Las primeras herraduras tenían seis hoyos para los clavos. Al respecto se cuenta que San Dunston (910 d. C.), patrono de los herreros, debió atender al diablo quien se presentó como centauro para ser herrado, y tanto fue el dolor que sufrió el maligno que juró no entrar más a una casa en que hubiera una herradura, tal vez esto explique la buena suerte que traerían las herraduras.
La Medicina Equina en la Europa Medieval
Federico II Patrono de la Medicina Veterinaria, vivió entre 1.194 y 1.250. Fue Rey de Sicilia. Era un hombre muy interesado en la medicina de los animales, especialmente de los halcones, escribió un libro “De Arte Venande cum Avibus” (The Art of Hunting with Birds). Su interés se extendió a la producción animal, historia natural y medicina veterinaria. Se preocupó por el enorme número de víctimas entre los caballos enviados a las Cruzadas y percibió la necesidad de desarrollar un mejor manejo de los caballos, y de la medicina equina y su cirugía. Bajo su patrocinio la medicina de los animales tuvo un gran incremento, especialmente en equinos y en aves rapaces.
Jordanus Ruffus (Giordano Rufo) escribió “Medicina Equorum” (Medicina equina) en que trataba sobre materias prácticas para el tratamiento de los ojos de los caballos, sus cojeras, herraje, y tratamiento de heridas. Además hizo referencias al cuidado dental y extracción de dientes. Ruffus latinizó los nombres de las enfermedades más comunes de los equinos, identificando cincuenta y siete, describiendo los síntomas que las caracterizaban y permitían su diagnóstico, y detallando los tratamientos recomendados. Además describió innovaciones en los frenos y bridas. Este pionero en el manejo de los equinos enseñaba como ganarse la confianza de los caballos, además fue de los primeros en utilizar el ligamento de los vasos sanguíneos para detener hemorragias.
La influencia de Ruffus en la medicina veterinaria duró aproximadamente quinientos años. La última traducción de su libro titulado como “Hippiatría” hizo confundirla con el clásico bizantino “Hippiatrika”.
Loenzo Rusio (1.288 – 1.347) fue un mariscal y veterinario en Roma. Recopiló el conocimiento equino en “La Mascalcia” que se tradujo 200 años después como “Hippiatria Sive Marescalcia”. Rusio percibió que los violentos cólicos podían conducir a la ruptura de los intestinos. Además describió detalladamente las fracturas y cojeras. Fue el primero en aplicar sanguijuelas en medicina veterinaria al utilizarlas para el tratamiento de la inflamación de las piernas. Y fue el primero en aceptar que el “glanders” se podía transmitir de los caballos al hombre.
Carlo Ruini (1.530 – 1.598) publicó “Dell Anatomia et dell Infinita del Cavallo” que fue utilizado para entrenar a doctores de animales. Su apasionamiento por los caballos y sus actividades marcó el renacimiento de la medicina ecuestre.
Escuelas italianas de caballería
Frederick Grisone estableció en Nápoles una Escuela Superior de Caballería que tuvo un carácter internacional. En 1.550, Grisone publicó “Rules of Riding” en francés, alemán, español e inglés, que incluía además de las reglas para cabalgar, nociones sobre reproducción, enfermedades y tratamientos. El lado oscuro de Grisone fu su brutalidad para castigar a los caballos desobedientes, específicamente en la cabeza entre las orejas. Cabe señalar que Claudio Corte rechazó dichos métodos tildándolos de bárbaros y escribió en 1.562 un libro que incluía mejores métodos para amansar y adiestrar caballos.
Cesare Fiasche (1.523 – 1.592) de Ferrara, fue el fundador de la equitación. Escribió un excelente libro “A Tretaise on the Briddle, Menaje and Schoeing, que fue el primer libro sobre herraje, el que además se acompañaba de excelentes ilustraciones de frenos y bridas.
La Escuela Napolitana fue llevada a Francia por La Broue y Pluvinal quienes entrenaban caballos para danzar.
Thomas Blundeville de Norfolk escribió en 1.566 “The Foure chiefest Offices Belonging to Horsemannships. That is to say the Office of the Breeders, of the Riders, of the Keeper and of the Ferrer”. Este fue el primer intento de reunir todo lo escrito sobre reproducción, manejo, cabalgar y cuidados veterinarios, en que el “keeper” mantenía al caballo saludable mediante adecuadas dietas, buen manejo y una medicina veterinaria preventiva, mientras que el “ferrer” cuidaba de las enfermedades de los caballos
Gervase Markham de Cotham, Northinghamshire, escribió “Cavelarice of the English Horseman”, sobre problemas o materias veterinarias. En 1.595 escribió “Discourse on Horsemanship” que incluía recetas para las enfermedades equinas. Según Poynters (1.962), Markham sistematizó y popularizó el cuerpo disperso del conocimiento sobre los equinos.
Famosos mariscales de los siglos XVI y XVII
William Cavendish (1.592 – 1.676), duque de Newcastle, fue considerado como el más famoso entrenador de caballos. Desarrolló una escuela de equitación en Antwerp, considerada como la mejor de Europa. Escribió “A New Method on Extraordinary Invention to Dress Horses: And Work Them According to Nature” (London, 1.667).
Jacques Labessie de Solleysel (1.617 – 1.680) fue un gran mariscal del siglo XVII. Escribió “Le Parfait Marèchal”. La primera parte se refería al manejo de los caballos y la segunda a las enfermedades y su tratamiento. Solleysel fue reconocido como uno de los más importantes especialistas de su tiempo, elevando sus actividades al rango de doctor de caballos. Tenía muy claro el concepto de infecciosidad, habiendo logrado contagiar a caballos sanos con gurma. Consecuentemente aconsejaba separar y aislar a los animales enfermos, concepto bastante adelantado para su época.
Andrew Snape escribió en 1.683 “The Anatomy of an Horse”. No sólo describió los puntos anatómicos sino también la estructura de sus órganos. Aclaró la función de la glándula pituitaria y de la secreción exocrina del páncreas. Snape fue un puente entre los empíricos y los profesionales de mayor conocimiento científico.
En los tiempos modernos el caballo ha sido utilizado en el agro, en las guerras, como caballo de tiro, y como elemento deportivo en las carreras de caballos y en el polo.
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