En 1993 se cumplieron cinco siglos de la llegada del caballo al Nuevo Mundo.
Colón embarcó en las naves de su segundo viaje, 12 caballos, los primeros que llegarían a América, Haití, espantando a los indígenas que jamás habían visto criaturas semejantes
Es sabido que no hay bestia de carga como los caballos, por esta razón los trajeron los españoles,
¡DE VUELTA AL LUGAR DONDE HACE MILLONES DE AÑOS SE HABÍAN ORIGINADO!!!
Al ser reintroducidos al continente americano, algunos se hicieron cimarrones y se propagaron por América del Norte, perdiendo la talla y gallardía de sus antepasados andaluces, pero se hicieron más astutos e inteligentes. En México los llamaron "mesteños". En América del Sur también existían caballos salvajes, llamados "baguales", los que descencían de un grupo de yeguas y sementales andaluces que los españoles dejaron en libertad en 1540, cuando abandonaron la ciudad de Santa María del Buen Aire.
El caballo estaba asociado, en esa época, a una forma de vida dada por el sentimiento de la caballería que implica nobleza de conducta y hombría de bien, es decir, caballerosidad. Por algo decimos, al reconocer en alguien ciertas excepcionales características de conducta, es todo un caballero.
En el suroeste de los estado Unidos de Norteamérica y en la pampa de Argentina se han encontrado fósiles de diez millones de años de antiguedad. Probablemente desaparecieron durante las glaciaciones.
Con respecto al caballo chileno, existe una descripción realizada en 1924 por el entonces Ministro de Agricultura Arturo Aldunate E., quien con una buena dosis de picardía dijo: "Nuestro caballo tiene doce características, tres de ellas le vienen del gallo, tres del zorro, tres del cura y tres de la mujer. Del gallo saca los ojos vivos, bonita estampa y cogote arqueado. Del zorro la inteligencia, cola grande y orejas pequeñas. Del cura un buen tungo, firme para tranquear y bueno para comer. De la mujer bonitos pechos, anca redonda y manso para montar".
El caballo es uno de los animales más nobles que se conocen en este mudo viviente tan competitivo y feroz en que unos se comen a otros para sobrevivir.
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