domingo, 24 de junio de 2012

EVOLUCIÓN CULTURAL DEL HOMBRE

LA EVOLUCIÓN DE LA CONDUCTA CULTURAL. I.- La historia de la evolución humana se ocupa tanto del desarrollo de la conducta cultural como de los cambios en el aspecto físico. El término cultura, en antropología, se refiere tradicionalmente al conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo social humano, e incluye elementos tales como la tecnología, el lenguaje y el arte. El comportamiento cultural humano depende de la transferencia social de información de una generación a la siguiente, lo que a su vez depende de un sistema sofisticado de comunicación como el lenguaje. Con frecuencia se ha utilizado el término cultura para distinguir el comportamiento humano del de otros animales. Sin embargo, algunos animales no humanos también parece que tienen formas de comportamiento cultural aprendido. Así, por ejemplo, grupos de chimpancés utilizan diferentes técnicas para capturar termitas con palos para alimentarse. Asimismo, en algunas regiones los chimpancés utilizan piedras o trozos de madera para partir nueces. Existen chimpancés en otras regiones que no practican este comportamiento, aunque tengan bosques con árboles similares y dispongan de materiales para fabricar utensilios. Estas diferencias regionales se parecen a las tradiciones que el hombre pasa de generación en generación. Las costumbres son un aspecto fundamental de la cultura y los paleoantropólogos asumen que los homínidos primitivos también tenían algún tipo de tradiciones. Sin embargo, los humanos modernos difieren de otros animales y probablemente de muchas especies humanas primitivas en la capacidad de enseñarse de forma activa unos a otros y de transmitir y acumular grandes cantidades de conocimientos. El hombre también precisa un periodo excepcionalmente largo de aprendizaje antes de llegar a adulto, y tiene la capacidad física y mental del lenguaje. El lenguaje en todas sus formas —hablado, por signos o escrito— proporciona un medio de comunicación de enormes cantidades de información, muy superior a lo que cualquier animal parece poder transmitir a través de gestos y vocalizaciones. Los científicos han seguido la evolución de la conducta cultural humana a través del estudio de restos arqueológicos tales como utensilios o residuos carbonizados de alimentos cocinados. Estos objetos muestran que durante gran parte de la evolución humana la cultura se ha desarrollado con lentitud. Durante el paleolítico, o edad de piedra, las técnicas básicas para fabricar utensilios de piedra variaron muy poco durante periodos de más de un millón de años. Los fósiles humanos también proporcionan información sobre la forma de evolución de la cultura y los efectos que ésta ha tenido en la vida humana. Así, por ejemplo, durante los últimos 30.000 años la anatomía del ser humano sólo ha experimentado un cambio importante: los huesos del esqueleto se han reducido mucho en cuanto a tamaño y espesor. Las innovaciones en la fabricación y el uso de utensilios y en la obtención de alimentos —como resultado de la evolución cultural— pueden haber llevado a formas de vida más eficaces y que requieren un esfuerzo físico menor, lo que habría dado lugar a cambios en la estructura ósea. La cultura ha desempeñado un papel fundamental en la evolución del Homo sapiens. En los últimos 60.000 años el ser humano ha emigrado para colonizar casi todas las regiones deshabitadas del mundo como, por ejemplo, pequeños archipiélagos o los continentes de Australia y las Américas. Estas migraciones dependieron del desarrollo de aspectos tales como el transporte, los utensilios de caza y pesca, los refugios y la indumentaria. En los últimos 30.000 años la evolución cultural se aceleró de forma sorprendente. En el registro arqueológico este cambio se observa en la rápida expansión de los diferentes tipos de utensilios de piedra y de las técnicas de fabricación de los mismos o en las obras de arte y en los indicios de evolución religiosa como, por ejemplo, los enterramientos. Hace 10.000 años el ser humano comenzó por primera vez a recolectar y cultivar granos y a domesticar animales —cambio fundamental en la relación ecológica entre el ser humano y otros seres vivos de la Tierra. El desarrollo de la agricultura proporcionó al hombre mayor cantidad de alimentos y mayor estabilidad en su abastecimiento, permitiendo así la aparición de las primeras civilizaciones. Actualmente, la cultura —y particularmente la tecnología— dominan la vida humana. Los paleoantropólogos y los arqueólogos han estudiado los aspectos más significativos de la evolución de la conducta cultural humana como, por ejemplo, la evolución de la vida social, la subsistencia (adquisición y producción de alimentos), la fabricación y el uso de herramientas, la adaptación al medioambiente, el pensamiento simbólico y su expresión a través del lenguaje, el arte y la religión y el desarrollo de la agricultura y la aparición de las civilizaciones. 1. - Vida social La mayoría de las especies de primates, incluidos los simios africanos, viven en grupos sociales de diferente tamaño y complejidad. Dentro de los grupos, los individuos a menudo tienen papeles multifacéticos de acuerdo con su edad, sexo, estatus, habilidades sociales y personalidad. El descubrimiento en 1975 en Hadar, Etiopía, de un grupo de varios individuos Australopithecus afarensis que habían fallecido juntos hace 3,2 millones de años parece confirmar que los homínidos primitivos vivían ya en grupos sociales. Los científicos han denominado a esta colección de fósiles La primera familia. Uno de los primeros cambios físicos en la evolución de simios a humanos —la reducción del tamaño de los caninos en el macho —indica asimismo un cambio en las relaciones sociales. Los simios machos a veces utilizan sus grandes caninos para amenazar (o a veces luchar con) otros machos de su especie, normalmente para acercarse a las hembras o luchar por territorios o alimentos. La evolución de los caninos pequeños en los australopitecinos implica que los machos o bien habían desarrollado otros métodos de amedrantamiento o se habían hecho más cooperativos. Además, tanto las hembras como los machos tenían caninos pequeños, lo que indicaba una reducción del dimorfismo sexual con respecto a los simios. Sin embargo, aunque en los australopitecinos disminuyó el dimorfismo sexual en cuanto a tamaño de los caninos, los machos todavía eran mucho más grandes que las hembras. Así, los australopitecinos machos puede que compitieran de forma agresiva entre sí basándose puramente en su tamaño o fuerza. Hasta mucho tiempo después puede que la vida social humana no comenzara a diferenciarse mucho de la de los simios. Los científicos piensan que algunos de los cambios más significativos que posibilitaron el paso de la vida social simiesca a la típicamente humana tuvieron lugar en especies del género Homo, cuyos miembros muestran un dimorfismo sexual todavía menor. Estos cambios, que debieron tener lugar en diferentes momentos, incluyen un prolongado tiempo de maduración de los recién nacidos que comprende un periodo posterior durante el cual éstos requieren un intenso cuidado por parte de los progenitores, vínculos especiales que llevan a un macho y una hembra a compartir actividades y aparearse, lo que recibe el nombre de emparejamiento y la focalización de la actividad social en un campamento o refugio seguro situado en un lugar especial conocido por miembros del grupo o de la familia. 1.1.- Cuidados paternales El ser humano, aunque tiene un cerebro grande, requiere, sin embargo, un periodo prolongado de desarrollo posterior al nacimiento y durante su primera infancia ya que su cerebro tarda bastante tiempo en madurar. Dado que el cerebro del australopitecino no era mucho mayor que el de un chimpancé, algunos científicos piensan que los homínidos primitivos tenían una velocidad de crecimiento más parecida a la de los simios y mucho más rápida que la del hombre moderno. Esta hipótesis está apoyada por estudios de fósiles de australopitecino en los que se ha analizado el desarrollo de la dentición —buen indicador del desarrollo general del cuerpo. Además, el cerebro humano va aumentando a medida que el feto se va desarrollando, de forma que la mujer debe dar a luz en una fase temprana del desarrollo del bebé para que su cabeza pueda pasar por su conducto pélvico. Así, los bebés humanos requieren un largo periodo de cuidados hasta alcanzar una fase de desarrollo a partir de la cual ya reducen la dependencia de sus padres. Al contrario de lo que ocurre con la mujer moderna, la australopitecina podía dar a luz a un bebé en una fase avanzada de desarrollo porque su cráneo podía pasar perfectamente por su conducto pélvico. La necesidad de dar a luz en una fase temprana del desarrollo del feto —lo que requiere un periodo posterior prolongado de cuidados al recién nacido— puede haberse iniciado hacia la época del Homo medio con la especie Homo ergaster que tenía un cerebro claramente mayor que el de los australopitecinos y un conducto pélvico estrecho. 1.2.- Emparejamiento El emparejamiento, normalmente de duración bastante breve, tiene lugar en diferentes especies de primates. Algunos científicos piensan que en el ser humano se desarrollaron vínculos más prolongados al comenzar a compartir cada vez más los alimentos. Entre los primates, los humanos presentan un comportamiento diferente a la hora de compartir alimentos. El hombre retrasa la ingestión de los mismos hasta no haber vuelto al punto de reunión de los demás miembros de su grupo social. Esta forma de repartición puede haber surgido al mismo tiempo que la necesidad de atender durante un tiempo prolongado a los recién nacidos, probablemente hacia la época del Homo ergaster. El macho, al dedicarse a una única hembra y compartir alimentos con ella, podía aumentar las posibilidades de supervivencia de su prole. 1.3.- El campamento El ser humano vivió como cazador-recolector durante millones de años. Los miembros del grupo se iban desplazando por el territorio para recolectar los alimentos en el momento y en el lugar donde se encuentran disponibles. Hoy día, los pueblos que practican esta forma de subsistencia —tales como el pueblo san en el desierto de Kalahari al sur de África— también establecen campamentos centrales u hogares y dividen el trabajo entre hombres y mujeres. Las mujeres recolectan alimentos vegetales y animales, mientras que el hombre asume la tarea de cazar, a menudo con menos éxito. Los hombres y las mujeres de la familia juntan sus alimentos para compartirlos en el campamento. Éste —que también se utiliza como refugio para criar a los hijos y cuidar a los enfermos y a los ancianos— puede haberse desarrollado por primera vez en la época del Homo medio hace unos 1,7 millones de años. Sin embargo, la primera evidencia de hogares y refugios —comunes a todas los campamentos modernos— data de hace sólo 500.000 años. Así, puede que hasta una época tardía de la evolución humana no se haya desarrollado una forma moderna de vida social. ____________________________________________________ Imagen enviada Imagen enviada Imagen enviada #2 Ge. Pe. God of Forum Administrators 10852 Mensajes: Gender:Male Location:Budapest. Hungría Publicado 22 February 2008 - 02:23 PM _______________________________ LA EVOLUCIÓN DE LA CONDUCTA CULTURAL. II.- 2.- Subsistencia La subsistencia en el ser humano está relacionada con los tipos de alimentos, la tecnología y los métodos para obtenerlos, así como con las formas en las que se organizan los grupos sociales o sociedades para producirlos y distribuirlos. Durante millones de años el hombre probablemente se alimentaba sobre la marcha, tal y como lo hacen otros primates. La forma de vida asociada a esta estrategia de alimentación se organiza, por lo general, alrededor de grupos sociales pequeños y familiares que se abastecen de diferentes fuentes según la época del año. La dieta de los homínidos primitivos se parecía probablemente a la de las especies de primates estrechamente relacionadas con ellos. Los grandes simios comen en su mayor parte vegetales. Muchos primates comen asimismo alimentos animales de fácil obtención, tales como insectos y huevos de aves. Entre los escasos primates que cazan, los chimpancés se abastecen de monos e incluso de pequeñas gacelas. El ser humano probablemente también tenía una dieta basada principalmente en alimentos vegetales. Además, no cabe duda de que comía algunos alimentos animales y puede que también se dedicara de vez en cuando a la caza. La subsistencia humana comenzó a diferenciarse de la de otros primates con la fabricación y el uso de los primeros utensilios de piedra, lo que permitió que la carne y la médula (el tejido interior, rico en grasas, de los huesos) de grandes mamíferos entrasen a formar parte de su dieta. Así, con la aparición de los utensilios de piedra, la dieta de los primeros homínidos se distanció básicamente de la de los simios. En los yacimientos arqueológicos más antiguos conocidos, que datan de hace unos 2,5 millones de años, los científicos han encontrado huesos fósiles rotos y machacados de antílopes, cebras y otros animales de tamaño parecido. Al evolucionar el Homo moderno, pudo comenzar a cazar incluso animales más grandes, como mastodontes y mamuts, ambos mamíferos pertenecientes a la familia de los elefantes. La agricultura y la domesticación de animales surgieron en un pasado más reciente, con el Homo sapiens. 2.1. - Modelos de subsistencia en el Homo antiguo Los paleoantropólogos han debatido profusamente sobre si los primeros miembros del género humano moderno eran cazadores agresivos, recolectores pacíficos de plantas o carroñeros oportunistas. En el pasado muchos científicos pensaban que la predación y la alimentación carnívora fueron un factor importante en los comienzos de la evolución humana. Esta hipótesis de la caza sugería que los primeros homínidos sobrevivieron en África a periodos especialmente áridos gracias a la caza de animales con utensilios primitivos de piedra o hueso. Los defensores de esta hipótesis pensaban que la caza y la competición con los animales carnívoros habían influido poderosamente en la evolución de la organización y el comportamiento social, la fabricación de utensilios, la anatomía (por ejemplo, la estructura única de la mano humana) y la inteligencia. A comienzos de la década de 1960, estudios realizados en simios llevaron a poner en duda la hipótesis de la caza. Los investigadores descubrieron que los chimpancés cooperan en la caza de al menos animales pequeños como los monos. Por lo tanto, la caza no era un elemento totalmente diferenciador entre los homínidos y los simios y, por lo tanto, tal vez la caza por si sola no haya sido un factor determinante en los comienzos de la evolución. Otros científicos defienden la importancia que tuvo el hecho de compartir alimentos en los comienzos de la vida humana. De acuerdo con esta hipótesis, la cooperación y el compartir dentro de grupos familiares —en lugar de dedicarse a la caza— influyó fuertemente en la evolución humana. Anteriormente, los científicos pensaban que los yacimientos arqueológicos de hasta 2 millones de años de antigüedad proporcionaban evidencias suficientes como para apoyar la hipótesis del reparto de alimentos. Algunos de los yacimientos arqueológicos más antiguos eran lugares donde el ser humano había reunido alimentos y utensilios de piedra. Los científicos pensaban que estos yacimientos representaban campamentos con muchas de las características sociales de los de los modernos de cazadores-recolectores, incluido el hecho de compartir los alimentos entre las parejas. Las críticas a esta teoría surgieron de un estudio más cuidadoso de los huesos de animales procedentes de los primeros yacimientos arqueológicos. El análisis al microscopio de estos huesos reveló marcas de utensilios humanos y dientes carnívoros, lo que indicaba que en estos lugares habían estado presentes tanto el hombre como los predadores (hienas, gatos y chacales). Esta evidencia sugiere que lo que los científicos pensaban que eran campamentos donde los humanos compartían alimentos, en realidad eran lugares de transformación de alimentos que el hombre había abandonado a los predadores. Así, esta evidencia no apoyaba claramente la idea de que los primeros homínidos compartieran los alimentos. Investigaciones más recientes sugieren una nueva hipótesis sobre la subsistencia humana: los homínidos extraían carne y médula de los huesos procedentes de animales muertos y dedicaba poco tiempo a la caza. De acuerdo con esta teoría carroñera, el ser humano se dedicaba a recoger trozos de carcasas de animales abandonados por los predadores y a continuación utilizaba utensilios de piedra para extraer la médula de los huesos. La observación de que muchos animales como, por ejemplo, los antílopes, a menudo mueren en la época seca hace que esta teoría sea bastante plausible. Los primeros fabricantes de utensilios podrían haber gozado de multitud de oportunidades para obtener grasa y carne durante las épocas secas del año. Sin embargo, otros estudios arqueológicos —y una apreciación más exacta de la importancia de la caza entre los chimpancés— sugieren que la hipótesis carroñera resulta demasiado limitada. Actualmente muchos científicos piensan que los homínidos se dedicaban a recoger animales muertos y además cazaba. La evidencia de marcas de dientes carnívoros en huesos cortados por los primeros fabricantes de utensilios sugiere que al menos la mayor parte de los animales que comía el hombre los recogía ya muertos. Al margen de esto, también se alimentaba de diferentes plantas. Sin embargo, todavía no está claro hasta qué punto el ser humano dependía de la caza, especialmente de la caza de animales menores. 2.2. - El inicio de la caza Los científicos no están de acuerdo sobre el momento en que el hombre comenzó a cazar de forma regular. Así, por ejemplo, el descubrimiento de fósiles de elefante junto a utensilios fabricados por el Homo medio llevó a los investigadores a pensar que los miembros de esta especie eran cazadores de caza mayor. Sin embargo, el descubrimiento de huesos de animales y utensilios en un mismo yacimiento no implica necesariamente que hubiese matado a los animales o comido su carne, ya que éstos pueden morir por diferentes causas o las fuerzas de la naturaleza podrían situar de forma accidental fósiles en las cercanías de utensilios. Ciertas excavaciones realizadas recientemente en Olorgesailie, Kenia, han demostrado que el Homo erectus cortaba carne de carcasas de elefante pero no revelan si estos hombres eran cazadores accidentales o especializados. Es casi seguro que el ser humano que vivía fuera de África —especialmente en climas más fríos— necesitaba comer más carne que su coetáneo africano. El hombre de la Eurasia templada debió tener que aprender a reconocer las plantas que podía comer de forma segura; además, el número de alimentos vegetales disponibles disminuiría de forma importante durante el invierno. Sin embargo, aunque los científicos han encontrado muy pocos fósiles de plantas comestibles o digeridas en los yacimientos, es probable que los primeros habitantes de Europa y Asia se alimentaran de plantas además de carne. Entre los yacimientos en los que se ha encontrado una evidencia más clara de que el ser humano se dedicaba a la caza cabe citar Boxgrove, Gran Bretaña, lugar donde hace unos 500.000 años el hombre atrapaba animales de gran tamaño entre un bebedero y el lateral de una roca, para a continuación matarlos. En el yacimiento de Schöningen, Alemania, de unos 400.000 años de antigüedad, los científicos han encontrado lanzas de madera de extremos afilados especialmente diseñadas para ser lanzadas y que probablemente se utilizaban para cazar grandes animales. Parece que tanto el Neandertal como otros homínidos primitivos comían los animales disponibles en un determinado lugar o en una determinada época. Así, por ejemplo, en los yacimientos europeos, el número de huesos de reno (animal de zonas frías) y de ciervo común (animal de zonas cálidas) cambiaba según el clima que hubiera reinado. Para obtener proteínas y grasas animales probablemente el Neandertal también combinaba las actividades de caza con las de rapiña de animales muertos. Durante al menos los últimos 100.000 años algunos grupos humanos se alimentaron de frutos del mar o de la costa, tales como crustáceos y mamíferos y aves marinas, mientras que otros pescaban en ríos y lagos interiores. Hace probablemente unos 90.000 a 80.000 años el ser humano en Katanda, actualmente República Democrática del Congo, pescaba grandes barbos utilizando puntas de hueso con barbas, el aparejo de pesca especializada más antiguo conocido. Las puntas de piedra más antiguas para flechas o lanzas datan de hace unos 50.000 a 40.000 años. Estos avances tecnológicos, probablemente desarrollados por primera vez por los homínidos modernos, indican una ampliación de los tipos de alimentos disponibles. Hace unos 40.000 años, el ser humano comenzó a hacer avances aún más significativos en la caza de animales peligrosos y en grandes manadas, así como en la explotación de los recursos marinos. Participaba en grandes expediciones de caza en las que mataba gran número de renos, bisontes, caballos y oros animales que vivían en aquella época en las amplias sabanas. En algunas regiones, se especializó en la caza de determinados tipos de animales. La familiaridad que estos humanos tenían con los animales que cazaban quedó reflejada en dibujos y pinturas en las paredes de las cuevas, datadas en unos 32.000 años de antigüedad. Los cazadores utilizaban asimismo los huesos, el marfil y las astas de sus presas para realizar obras de arte y bellos utensilios. En algunas zonas, tales como las planicies centrales de Estados Unidos en donde antiguamente abundaba un tipo de gran bisonte actualmente extinguido, la caza pudo haber contribuido a la extinción de especies completas. 3.- Utensilios Aunque tal vez la fabricación y la utilización de utensilios no era suficiente para distinguir a los homínidos de sus predecesores simios, en cambio, el ser humano realizó la importante proeza de utilizar una herramienta para fabricar otras y en particular desarrolló una técnica denominada quebrantamiento de piedras que consistía en golpear con precisión una piedra contra otra. La fabricación de utensilios líticos caracterizó el periodo denominado a veces edad de piedra, que se inició hace al menos unos 2,5 millones de años en África y se prolongó hasta el desarrollo de los utensilios de metal en los últimos 7.000 años (en momentos diferentes según las partes del mundo). Aunque tal vez los primeros homínidos fabricaran utensilios de piedra hace más de 2,5 millones de años, puede que sus artífices no permanecieran el tiempo suficiente en un mismo lugar como para dejar conjuntos de utensilios que un arqueólogo pudiera descubrir en la actualidad. La primera forma sencilla de fabricación de utensilios líticos consistía en romper y conformar una roca angular golpeándola con otra roca redonda del tamaño de la palma de la mano, conocida como piedra martillo. Los utensilios realizados de esta forma reciben el nombre de oldowan por Olduvai Gorge, Tanzania, yacimiento de donde proceden muchos de estos utensilios. Esta tradición se prolongó durante aproximadamente 1 millón de años. Entre los utensilios oldowan se encuentran grandes piedras con un borde cortado y pequeñas y afiladas lascas que podían ser utilizadas para rascar, cortar o partir. A veces, sus autores utilizaban piedras yunque (rocas lisas encontradas o situadas en el suelo) sobre las cuales golpeaban y abrían frutos duros o nueces. En la actualidad esta técnica es utilizada por los chimpancés. Los científicos pensaban antes que los fabricantes de utensilios oldowan realizaban de forma intencionada diferentes tipos de herramientas. Actualmente parece que las diferentes formas eran consecuencia de arrancar lascas de diferentes formas de rocas naturales. El aprendizaje de las habilidades necesarias para fabricar estos utensilios requería ciertamente dotes de observación aunque no necesariamente una instrucción o el lenguaje. Así, los utensilios oldowan eran sencillos y sus fabricantes los utilizaban para cortar carcasas de animales, romper huesos para sacar la médula, limpiar pieles y afilar palos para desenterrar raíces y tubérculos comestibles. Los artífices buscaban las mejores piedras para hacer los utensilios y las transportaban a los lugares de transformación de alimentos. En estos lugares, abrían las carcasas y se comían la carne y la médula, evitando así que cualquier predador les arrebatase la presa. Este comportamiento contrasta con la estrategia de alimentación sobre la marcha que se observa, por lo general, en otros primates. En la tradición de fabricación de utensilios achelenses, iniciada hace unos 1,7 a 1,5 millones de años, se realizaban piezas cada vez más simétricas, clasificadas por la mayoría de los científicos como hachas de mano y raederas. Sus artífices, como el Homo erectus, trabajaban con piezas de piedra de tamaño mucho mayor que los fabricantes oldowan. La simetría y el tamaño de los utensilios achelenses posteriores muestran una planificación y un diseño mejores —y tal vez, por tanto, una inteligencia mayor— por parte de sus autores. La tradición achelense se prolongó durante más de 1,35 millones de años. El siguiente avance importante tuvo lugar hace al menos 200.000 años. Uno de los métodos de fabricación de esta época, conocido como técnica de levallois, consistía en arrancar con cuidado y de forma exacta pequeñas lascas alrededor de la superficie de una piedra y a continuación golpearla lateralmente para obtener un utensilio preformado, que a continuación podía ser mejorado. En los últimos 40.000 años el hombre moderno desarrolló las técnicas más avanzadas de fabricación de utensilios de piedra. El sistema denominado núcleo de hoja prismática consistía en eliminar la parte superior de una piedra dejando una plataforma plana y a continuación arrancar múltiples hojas en los laterales. Cada hoja tenía una sección transversal triangular, lo que la confería una resistencia excelente. Con estas hojas, como utensilios preformados, el ser humano podía fabricar con gran perfección puntas de lanzas, cuchillos y muchos otros tipos de herramientas. Los utensilios líticos más avanzados presentan asimismo diferencias regionales y coherentes que indican un elevado nivel de diversidad cultural. Ver Arte paleolítico. __________________________________________ Imagen enviada Imagen enviada Imagen enviada #3 Ge. Pe. God of Forum Administrators 10852 Mensajes: Gender:Male Location:Budapest. Hungría Publicado 24 February 2008 - 07:26 AM ____________________________________________ LA EVOLUCIÓN DE LA CONDUCTA CULTURAL. III.- 4. -Adaptación medioambiental Los homínidos experimentaron profundos cambios en su entorno con el transcurso del tiempo. El polen vegetal y los huesos de animales fosilizados, junto con el análisis químico de suelos y sedimentos, aportan gran información sobre las condiciones medioambientales a las que tenía que adaptarse el ser humano. Hace unos 8 millones de años los continentes, que se habían ido desplazando lentamente a lo largo de periodos muy largos de tiempo, se situaron definitivamente en las posiciones que ocupan en la actualidad. Pero, sin embargo, la corteza terrestre ha continuado moviéndose desde entonces y estos movimientos han alterado de forma profunda el paisaje en todo el mundo. Importantes cambios geológicos han afectado el curso de la evolución humana como, por ejemplo, los del sur de Asia que conformaron la cordillera del Himalaya y la meseta del Tíbet o los de África oriental que conformaron el valle del Rift. La formación de los principales valles y cadenas montañosas dio lugar a cambios en los patrones de vientos y lluvias. En muchas zonas las épocas secas se hicieron más pronunciadas y en África las condiciones se hicieron, por lo general, más frías y secas. Hace unos 5 millones de años aumentaron las fluctuaciones en el clima global, siendo en el Plioceno (hace entre 5 y 1,6 millones de años) bastante pronunciadas las fluctuaciones de temperatura. Durante este tiempo el mundo entró en un periodo de intenso enfriamiento, iniciado hace unos 2,8 millones de años, y que consta de fases más frías conocidas como glaciaciones (épocas en las que se forman los glaciares) y fases más cálidas conocidas como interglaciaciones (épocas durante las cuales se funden los glaciares). Durante el Plioceno, las glaciaciones y las interglaciaciones duraban unos 40.000 años cada una. Por el contrario, durante el pleistoceno (entre 1,6 millones de años y 10.000 años) se produjeron fluctuaciones de estas fases glaciales mucho mayores y más largas. Así, por ejemplo, desde hace unos 700.000 años estas fluctuaciones se vienen repitiendo aproximadamente cada 100.000 años. Hace entre 5 y 2 millones de años la mayor parte de África estaba cubierta por una mezcla de hábitats de bosques y praderas. Hace unos 1,7 millones de años el este de África entró en un periodo prolongado de sequía y al cabo de 1 millón de años grandes partes del paisaje africano se habían convertido en sabana. Por tanto, los primeros australopitecinos y el Homo antiguo vivieron en lugares relativamente boscosos, mientras que el Homo ergaster y el Homo erectus vivieron en zonas de África más abiertas. Las primeras poblaciones humanas encontraron entornos nuevos y diferentes cuando emigraron fuera de África como, por ejemplo, temperaturas más frías en el Oriente Próximo y bosques de bambú en el Sureste asiático. Hace al menos 1 millón de años las poblaciones se habían trasladado a zonas de climas templados de Europa y Asia, donde sufrieron largos periodos de tiempo muy frío. Todos estos cambios —cambios profundos de paisaje, patrones cambiantes de lluvias y sequía y fluctuaciones de temperatura— supusieron retos para la supervivencia inmediata y a largo plazo de las primeras poblaciones humanas. Cada una desarrolló diferentes adaptaciones según su entorno, lo que en parte explica la existencia simultánea de varias especies durante gran parte de la evolución. Algunas de las adaptaciones de los homínidos a los nuevos climas consistieron en cambios en su anatomía. Por ejemplo, un cuerpo alto y delgado como el del Homo ergaster —con una gran superficie de piel expuesta al viento— permite disipar el calor de forma muy eficaz. Probablemente esta adaptación ayudó a las especies a sobrevivir en los entornos más cálidos y más abiertos de África hace unos 1,7 millones de años. Por el contrario, el cuerpo bajo y ancho del Neandertal permitía conservar bien el calor, ayudándole a sobrevivir durante el periodo glacial en Europa y el oeste de Asia. El aumento de tamaño y complejidad del cerebro permitió a los homínidos adaptarse cada vez mejor al entorno mediante cambios en su comportamiento cultural. El mayor aumento del tamaño del cerebro se produjo hace unos 700.000 años, periodo durante el cual el clima y el medio ambiente fluctuaron dramáticamente. Durante este periodo también evolucionó más rápidamente el comportamiento cultural humano, probablemente como respuesta a la necesidad de hacer frente a entornos imprevistos y cambiantes. El ser humano siempre se ha adaptado a su entorno ajustando su comportamiento. Así, por ejemplo, los primeros australopitecinos se desplazaban por los árboles y por el suelo, lo que probablemente les ayudó a sobrevivir a fluctuaciones ambientales con hábitats boscosos y otros más abiertos. El Homo antiguo se adaptó fabricando utensilios líticos y transportando sus alimentos a lo largo de grandes distancias, aumentando así la variedad y la cantidad de su alimentación. Es posible que una dieta ampliada y flexible ayudase a estos fabricantes de utensilios a sobrevivir a cambios inesperados de su entorno y de los alimentos disponibles. Cuando las poblaciones de Homo erectus se trasladaron a las regiones templadas de Eurasia tuvieron que enfrentarse a nuevos retos para poder sobrevivir. Durante las estaciones más frías tenían que emigrar o buscar refugio en, por ejemplo, cuevas. Algunas de las primeras evidencias definitivas de cavernícolas, datadas en hace unos 800.000 años, se han encontrado en el yacimiento de Atapuerca en el sur de España. Este yacimiento pudo haber sido el hogar de las primeras poblaciones de Homo heidelbergensis. El Homo erectus también utilizó cavernas como refugio. Los homínidos aprendieron a controlar el fuego y a usarlo para generar calor, preparar alimentos y protegerse de otros animales. Los restos más antiguos de viviendas conocidos datan de hace unos 450.000 a 300.000 años y pertenecen a yacimientos tales como Bilzingsleben en Alemania, Verteszöllös en Hungría o Zhoukoudian en China. Los yacimientos africanos datados en unos 1,6 a 1,2 millones de años de antigüedad contienen huesos carbonizados y sedimentos coloreados, pero muchos científicos piensan que esta evidencia es demasiado ambigua y no permite demostrar que el ser humano controlaba el fuego. Las primeras poblaciones en Europa y Asia también tal vez también se abrigaban con pieles de animales durante los periodos de glaciación. Las agujas de hueso más antiguas conocidas, que indican el desarrollo de la costura y de la indumentaria, datan de hace unos 30.000 a 26.000 años. __________________________________________ Imagen enviada Imagen enviada Imagen enviada #4 Ge. Pe. God of Forum Administrators 10852 Mensajes: Gender:Male Location:Budapest. Hungría Publicado 25 February 2008 - 07:17 PM _________________________________________________________ LA EVOLUCIÓN DE LA CONDUCTA CULTURAL. IV.- 5. - El pensamiento simbólico: lenguaje, arte y religión La evolución de la conducta cultural está directamente relacionada con el desarrollo del cerebro humano y en especial de la corteza cerebral, la parte del cerebro que hace posible el pensamiento abstracto, las creencias y la expresión a través del lenguaje. Los seres humanos se comunican mediante símbolos, referencias a objetos, ideas y pensamientos que transmiten un significado y que no tiene por qué tener relación formal con el símbolo. Por ejemplo, una palabra —un tipo de símbolo— por lo general no está directamente relacionada con el objeto o la idea que representa, es un concepto abstracto. El mundo de habla hispana utiliza el término león para referirse a un determinado animal, pero no porque este felino se parezca a las letras l-e-ó-n, sino porque estos símbolos juntos tienen un significado establecido y aceptado por nuestra cultura. El ser humano también puede pintar cuadros abstractos o interpretar piezas de música que evoquen emociones o ideas, aunque las emociones o las ideas no tengan forma o sonido. Además, puede imaginar o creer en seres o poderes sobrenaturales —conceptos abstractos que simbolizan sucesos del mundo real tales como la creación de la Tierra, el Universo, el tiempo o la curación de los enfermos. Así, el pensamiento simbólico se encuentra en el corazón de las tres características claves de la cultura humana moderna: el lenguaje, el arte y la religión. 5.1. - Lenguaje En el lenguaje el ser humano puede unir de forma creativa palabras para formar una infinidad de frases —cada una de ellas con un significado distinto— de acuerdo con una serie de reglas o gramática. El lenguaje permite comunicar conceptos complejos o intercambiar información sobre eventos pasados y futuros, objetos que no están presentes o conceptos filosóficos o técnicos complejos. El lenguaje confiere al ser humano enormes ventajas para su adaptación como, por ejemplo, la capacidad de planificar el futuro, de comunicar la ubicación de alimentos o de peligros a otros miembros de un grupo social o de contar historias que unen a un grupo, tales como mitologías o cuentos. Sin embargo, las palabras, las frases y los lenguajes no pueden ser conservados como los huesos o los utensilios, de forma que la evolución del lenguaje es uno de los temas más difíciles de ser investigados por la ciencia. Parece que el hombre moderno tiene un instinto innato para el lenguaje. En condiciones normales resulta casi imposible para una persona no desarrollar un lenguaje y los humanos de todas partes del mundo pasan por las mismas fases de aprendizaje casi en las mismas edades. El hombre parece tener una información genética innata para desarrollar y aprender nuevos lenguajes. Esta capacidad depende de la compleja estructura del cerebro que tiene numerosas áreas interconectadas y específicamente dedicadas al desarrollo y al control del lenguaje. La complejidad de las estructuras cerebrales precisas hace pensar que tal vez fuera necesario un largo periodo de tiempo para su evolución. Aunque a los paleoantropólogos les gustaría saber en qué momento evolucionaron estas importantes partes del cerebro, el interior de los cráneos humanos primitivos no permite obtener información suficiente como para aclarar esta cuestión. Algunos científicos piensan que ya los primeros australopitecinos tenían cierta habilidad para comprender y utilizar símbolos. La defensa de esta hipótesis se basa en estudios realizados con chimpancés. Sin embargo, parece que el lenguaje —así como el arte y los rituales religiosos— sólo se convirtieron en aspectos vitales de la vida humana en los últimos 100.000 años, especialmente dentro de nuestra propia especie. 5.2. - Arte El ser humano también expresa el pensamiento simbólico mediante diferentes formas de arte como la pintura, la escultura y la música. El objeto más antiguo conocido con un posible valor simbólico y artístico data de hace unos 250.000 años y procede del yacimiento de Berekhat Ram en Israel. Los científicos han interpretado este objeto, una figura esculpida en una pequeña pieza de roca volcánica, como una representación del contorno de un cuerpo femenino. Entre los escasos posibles objetos de arte del periodo comprendido entre hace 200.000 y 50.000 años, procedentes del oeste de Europa y atribuidos normalmente al hombre de Neandertal, se encuentran dos colgantes sencillos —un diente y un hueso con agujeros taladrados— y varios fragmentos estriados o pulidos de dientes y huesos. En yacimientos de hace más de 400.000 años se han encontrado fragmentos de pigmentos rojos y negros que pueden haber sido utilizados para decorar el cuerpo u objetos perecederos tales como utensilios de madera o indumentaria confeccionada con pieles de animales, aunque esta evidencia no ha llegado hasta nuestros días. Pruebas del uso sofisticado de pigmentos para fines simbólicos —tales como rituales religiosos— sólo se ha encontrado en restos de hace unos 40.000 años. Del inicio de este periodo se han hallado diferentes tipos de lápices de cuidadosa factura que se utilizaban para pintar así como evidencias de que el ser humano quemaba pigmentos para fabricar diferentes colores. El ser humano comenzó a crear y utilizar objetos simbólicos avanzados hace entre unos 50.000 y 30.000 años. Gran parte de este arte parece haber sido utilizado en rituales —posiblemente ceremonias para pedir a los espíritus éxito en la caza. El registro arqueológico muestra un enorme florecimiento del arte en el periodo comprendido entre hace 30.000 y 15.000 años. Durante este periodo el ser humano se adornaba con complicadas joyas de marfil, hueso y piedra y tallaba bellas figuras representando animales y formas humanas. Muchas tallas, esculturas y pinturas son representaciones estilizadas del cuerpo femenino. Algunos científicos creen que estas figuras femeninas representan la fertilidad. En las primeras pinturas rupestres se hacía un uso sofisticado de la textura y el color. La zona de lo que actualmente es el sur de Francia contiene numerosos yacimientos famosos con este tipo de pinturas como, por ejemplo, las cuevas de Chauvet, con arte de hace más de 30.000 años, y Lascaux, con pinturas de hace más de 18.000 años. También es de gran importancia la cueva de Altamira, en España, que contiene restos datados en más de 15.000 años de antigüedad. En algunos casos los artistas pintaban en paredes que sólo podían alcanzar con gran esfuerzo, por ejemplo, arrastrándose. El acto de llegar hasta estas pinturas les confiere una sensación de misterio y ritual. Por ello los arqueólogos se refieren a algunas de las cámaras pintadas más extraordinarias como santuarios. Sin embargo, en la actualidad no se sabe con seguridad el significado que estas primeras pinturas y grabados podían tener para los artistas que las crearon. 5.3. - Religión Las tumbas encontradas en Europa y Asia occidental indican que el Neandertal ya enterraba a sus muertos. Algunos yacimientos contienen tumbas muy poco profundas, tal vez cavadas por miembros de un grupo o familia sencillamente para alejar a los cadáveres de su vista. En otros casos parece que ciertos grupos realizaban rituales para llorar por sus muertos o comunicarse con los espíritus. Algunos investigadores aseguran que los objetos encontrados en las tumbas, tales como flores o huesos de animales, habían sido colocados junto al cadáver, lo que sugiere que algunos grupos pudieron haber creído en una vida después de la muerte. En numerosos enterramientos neandertalenses el cadáver tenía las piernas y los brazos doblados sobre su pecho, lo que podría indicar un posición ritual de enterramiento. Sin embargo, otros investigadores rechazan estas interpretaciones y sugieren que tal vez el Neandertal tenía razones más bien prácticas que religiosas para posicionar así los miembros de sus cadáveres. Así, por ejemplo, un cuerpo situado en posición fetal sólo necesitaría un agujero de tamaño reducido para su enterramiento, lo que facilitaría la tarea de cavar la tumba. Además, los huesos de animales y el polen de flores cerca de los cadáveres podían haber sido depositados allí por accidente o sin intención religiosa. Anteriormente, numerosos científicos pensaban que los huesos fosilizados de osos de las cavernas (especie de gran oso actualmente extinguido) que se ha encontrado en las cuevas de Neandertal indicaban que estos homínidos practicaban lo que se ha denominado ‘el culto al oso de las cavernas’. Sin embargo, tras un estudio cuidadoso, se ha llegado a la conclusión de que aquellos animales murieron mientras estaban invernando y que el Neandertal ni recogía sus huesos ni los adoraba. _______________________________________ Imagen enviada Imagen enviada Imagen enviada #5 Ge. Pe. God of Forum Administrators 10852 Mensajes: Gender:Male Location:Budapest. Hungría Publicado 27 February 2008 - 01:13 PM Imagen enviada con esto cerramos el artículo... ________________________________________ LA EVOLUCIÓN DE LA CONDUCTA CULTURAL. V.- Pintura rupestre, Lascaux Imagen enviada Las pinturas prehistóricas de las cuevas de Lascaux, Francia, datan aproximadamente del 13000 a.C. y fueron realizadas con pigmentos (rojo y ocre) soplados a través de huesos huecos sobre la roca, o aplicados con juncos o ramas aplastadas después de mezclarlos con grasa animal. Bridgeman Art Library, London/New York _______________________________________ Cueva de Altamira Imagen enviada Los bisontes que se pueden observar en la imagen son sólo una pequeña muestra del conjunto de pinturas prehistóricas que la cueva de Altamira alberga. Datadas en más de 15.000 años de antigüedad, sus representaciones animalísticas, ejecutadas con un hábil estilo naturalista dominador del trazo y de la utilización de los colores, motivaron que esta gruta cántabra, ubicada en el término de Santillana del Mar, recibiera el apelativo de 'Capilla Sixtina del arte paleolítico'. Scala/Art Resource/Archivo Fotografico Oronoz ____________________________________________ Herramientas de caza y recolección Imagen enviada Estas herramientas muestran los métodos empleados por los cazadores-recolectores prehistóricos. A menudo se usaban trozos de corteza para guardar nueces y bayas, o como platos (arriba a la izquierda). Abajo a la izquierda se muestran reproducciones de aparejos de pesca y flechas empleados alrededor del 8000 a.C. Los mangos de madera de las herramientas para cortar y cavar (derecha) son reconstrucciones. Las azuelas y la herramienta para encender fuego que se muestra debajo son de sílex. Dorling Kindersley ________________________________ 6. - La domesticación, la agricultura y la aparición de las civilizaciones Uno de los avances más importantes de la conducta cultural humana tuvo lugar cuando el ser humano comenzó a domesticar animales y a cultivar plantas. La domesticación y la llegada de la agricultura tuvieron como consecuencia el desarrollo de numerosos alimentos básicos (que forman la base de toda una dieta) en las regiones templadas y tropicales de todo el mundo. En la actualidad, casi la totalidad de la población depende de cuatro de estos alimentos básicos: trigo, arroz, maíz y patatas. 6.1. - La manipulación humana del entorno El desarrollo de la agricultura y de la ganadería dio lugar a uno de los cambios históricos más trascendentales en la relación entre el ser humano y su entorno natural. El cambio ya comenzó hace 10.000 años en Oriente Próximo, aunque también se produjo en otros lugares como zonas de México, China y Sudamérica, y desde entonces ha ido acelerándose muy rápidamente. Una vez que se comenzaron a cultivar plantas y criar animales, muchas especies quedaron bajo el control humano en grandes zonas del planeta. Aunque el número total de especies de plantas y animales ha disminuido, el cultivo de algunas especies necesarias para alimentar a grandes poblaciones humanas ha aumentado enormemente. En las zonas dominadas por el hombre, la interacción entre plantas y animales normalmente se encuentra bajo el control de una sola especie —el Homo sapiens. En la época de transición inicial a la domesticación de plantas y animales los paisajes fríos y glaciales de hace 18.000 años ya hacía mucho tiempo que habían dejado paso a entornos más cálidos y húmedos. Al principio el ser humano se adaptó a estos cambios utilizando una gama amplia de recursos naturales, pero más tarde comenzó a centrarse en las especies animales y vegetales más abundantes y resistentes. Entre las plantas que el hombre comenzó a utilizar en grandes cantidades se encontraban cereales tales como el trigo en el oeste de Asia, variedades salvajes de arroz en el este de Asia o el maíz en lo que actualmente es México. Entre los animales que se comenzaron a criar se encontraban las cabras salvajes en el oeste de Asia, unos antepasados salvajes de los pollos en el este de Asia y las llamas en Sudamérica. Con la recolección de plantas y la cría de animales salvajes en rebaños, se propició el desarrollo de especies con características favorables para la cría, el pastoreo y la alimentación. Este proceso de selección de ciertas especies y de control de su reproducción fue dando lugar a nuevas especies vegetales como la avena, la cebada y las patatas, y animales tales como las vacas, las ovejas y los cerdos. De estas especies domésticas de plantas y animales el ser humano obtuvo productos importantes como harina, leche y lana. 6.2.- Efectos de la producción de alimentos sobre la sociedad humana Al comenzar a cosechar y reunir en rebaños especies domesticadas, se pudo almacenar grandes cantidades de alimentos vegetales, tales como semillas y tubérculos, y disponer para su consumo de un suministro de carne y leche. La disponibilidad de estos suministros confirió al ser humano una cierta seguridad de poder alimentarse a largo plazo, mientras que con el estilo de vida de los primeros cazadores-recolectores no era posible disponer de un remanente importante de alimentos. Al disponer de mayores suministros de alimentos, el hombre agrícola pudo establecerse en pueblos y tener más hijos. Sin embargo, la nueva posibilidad de confiar en la agricultura y el cambio a la vida sedentaria para formar pueblos también tuvieron algunos efectos negativos. A medida que la dieta media se fue haciendo más dependiente de grandes cantidades de una o de varias de las cosechas básicas, el ser humano se fue haciendo más vulnerable a enfermedades causadas por la falta de determinados nutrientes. El estilo de vida sedentario aumentó asimismo tanto el contacto entre hombres como entre el hombre y sus desechos, lo que propició una mayor incidencia y transmisión de enfermedades. El ser humano respondió al aumento de la densidad de población —con el consiguiente uso excesivo de tierras de labranza y pastoreo— de diferentes formas: algunos se trasladaron para asentarse en regiones totalmente nuevas y otros inventaron nuevas formas de producción de alimentos en cantidades mayores y con mayor rapidez. La forma más sencilla consistió en extender los campos de cultivo y de pastoreo para poder mantener rebaños cada vez mayores. Muchas poblaciones también desarrollaron sistemas de irrigación y fertilización que les permitieron reutilizar las tierras cultivadas y producir mayores cantidades de alimentos en las tierras existentes. 6.3. - La aparición de las civilizaciones Las civilizaciones —sociedades avanzadas que poseen una unidad histórica y cultural— se desarrollaron de la mano de la aparición de los excedentes de producción de alimentos. Las personas de estatus elevado utilizaron a veces los excedentes como forma para pagar el trabajo y crear alianzas entre grupos, a menudo para luchar contra otros grupos. De esta forma, los pueblos de mayor tamaño podían convertirse en ciudades-estado (centros urbanos que se autogobernaban) e incluso imperios que cubrían vastos territorios. Al disponer de un excedente de producción de alimentos, muchos individuos pudieron trabajar exclusivamente en puestos políticos, religiosos o militares, dedicarse a vocaciones artísticas o a otras habilidades. Esto también permitió a los gobernantes controlar a los trabajadores, como en el caso de los esclavos. Todas las civilizaciones se desarrollaron en base a este tipo de divisiones jerárquicas de estatus y vocación. La primera civilización surgió hace unos 7.000 años en Sumeria en lo que actualmente es Irak. Sumeria siguió creciendo poderosa y próspera hasta hace aproximadamente unos 6.000 años, cuando se fundó la ciudad-estado de Ur. La región de Sumeria, conocida como Mesopotamia, era la misma región en donde los seres humanos habían domesticado por primera vez animales y plantas. También surgieron otras civilizaciones en el valle del Nilo, en el noreste de África, el valle del Indo, en el sur de Asia, el valle del río Amarillo, en el este de Asia, los valles de Oaxaca, México y la región del Yucatán, en Centroamérica, y la región de los Andes en Sudamérica. Todas las civilizaciones iniciales tenían algunas características comunes como, por ejemplo, un cuerpo político burocrático, un ejército, un cuerpo de liderazgo religioso, grandes centros urbanos, edificios monumentales y otras obras de arquitectura, redes comerciales y excedentes de alimentos obtenidos mediante sistemas intensivos de labranza. Muchas de las civilizaciones iniciales también tenían sistemas numéricos, matemáticos, astronómicos (con calendarios) y de escritura, redes de carreteras, un cuerpo legislativo formalizado e instalaciones para la educación y para el castigo de infracciones. Con la aparición de las civilizaciones la evolución humana entró en una fase totalmente diferente. Anteriormente el ser humano había vivido en grupos familiares pequeños básicamente expuestos a y controlados por las fuerzas de la naturaleza. En la actualidad, varios miles de años después de la aparición de las primeras civilizaciones, la mayoría de los humanos viven en sociedades de millones de individuos. Parece que la cultura seguirá evolucionando rápidamente y en direcciones imprevisibles y que estos cambios, a su vez, influirán en la evolución física del Homo sapiens y de cualquier otra especie humana futura. _______________________________________________________ Evolución del cráneo humano Imagen enviada El cráneo humano ha cambiado drásticamente durante los últimos 3 millones de años. La evolución desde el Australopithecus hasta el Homo sapiens, significó el aumento de la capacidad craneana (para ajustarse al crecimiento del cerebro), el achatamiento del rostro, el retroceso de la barbilla y la disminución del tamaño de los dientes. Los científicos piensan que el increíble crecimiento de tamaño del cerebro puede estar relacionado con la mayor sofisticación del comportamiento de los homínidos. Los antropólogos, por su parte, señalan que el cerebro desarrolló su alta capacidad de aprendizaje y razonamiento, después de que la evolución cultural, y no la física, cambiara la forma de vida de los seres humanos. Dorling Kindersley ___________________________________ Cráneo de gorila frente a cráneo humano Imagen enviada Los seres humanos modernos son primates, así como los gorilas, los lémures y los chimpancés. En algún punto de la evolución, el desarrollo humano continuó por un camino distinto. A pesar de que existen muchas similitudes entre los seres humanos y los primates (especialmente con gorilas y chimpancés), hay diferencias fundamentales que atestiguan esa evolución independiente en sus respectivos desarrollos. Esta ilustración de los cráneos de un gorila y un ser humano moderno presenta algunas de estas diferencias. El gorila posee largos caninos y su mandíbula es más prominente que la de los miembros de la línea de los homínidos _______________________________ Australopithecus afarensis Imagen enviada El Australopithecus afarensis es el primer homínido que se conoce. Las zonas más claras del molde del cráneo, que se puede ver en la imagen, representan los fragmentos de hueso originales, mientras que las áreas oscuras sirven para representar cómo se supone podía ser el cráneo entero. Se cree que el Australopithecus vivió desde hace 3 o 4 millones de años hasta hace unos 1,5 millones de años. F. Schneidermeyer/Oxford Scientific Films _____________________________________ Cráneos de hombres prehistóricos Imagen enviada La especie Neandertal, que vivió en Europa y África del Norte entre el 100.000 y 40.000 a.C., son ancestros primitivos de la especie humana actual, pero corresponden a una línea evolutiva distinta. Eran cazadores-recolectores y tenían el cerebro algo más grande que el de los seres humanos de hoy. Los primeros en encontrar fósiles de la especie Neandertal fueron los antropólogos alemanes Johann Fuhlrott y Hermann Schaaffhausen en 1856, en el valle del río alemán Neander (cerca de Düsseldorf, Alemania). Aquí se muestra el cráneo de un Neandertal entre el de un Pithecantropus (izquierda) y el de un hombre de Cro-Magnon (derecha). THE BETTMANN ARCHIVE _____________________________ Cráneo femenino de Homo erectus Imagen enviada El descubrimiento de útiles o herramientas fosilizadas y esqueletos de grandes mamíferos cerca de los fósiles de Homo erectus (hombre erguido) sugiere que estos ancestros humanos llevaron una existencia más compleja que las especies anteriores. A pesar de que su estructura anatómica se parece a la de los seres humanos actuales, los antropólogos han encontrado que el cerebro humano sufrió muchos cambios durante la evolución de una especie a otra. Los antropólogos piensan que el Homo erectus vivió hace 1,8 y 0,2 millones de años. Este cráneo perteneció a una hembra Homo erectus. Tom McHugh/Field Museum, Chicago/Photo Researchers, Inc. ___________________________ Cráneo del hombre de Neandertal Imagen enviada El cráneo del Homo sapiens neanderthalensis (en la imagen, a la izquierda), que presenta marcados arcos superciliares, difiere considerablemente del perteneciente al hombre actual, el Homo sapiens sapiens (al ampliar la fotografía, a la derecha), más redondeado y con las paredes óseas más delgadas. John Reader/Science Photo Library/Photo Researchers, Inc. _____________________________ Línea de evolución humana Imagen enviada Los paleoantropólogos continúan debatiendo la posible línea de evolución humana. Los que defienden la idea de que el Homo sapiens evolucionó de forma gradual en todo el mundo, sin extender sus actividades a otras especies diferentes, apoyan el 'modelo multirregional'. Los que defienden la tesis de un origen único o 'central', postulan que la evolución humana se dio en poblaciones aisladas que se desarrollaron de forma diferenciada en las distintas partes del mundo, hasta que la especie Homo sapiens demostró mayores éxitos que las anteriores extendiéndose por todo el mundo. Herramientas del paleolítico Imagen enviada ________________________________________ Como citar este artículo: "Evolución humana," Enciclopedia Microsoft® Encarta® Online 2007 http://es.encarta.msn.com © 1997-2007 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos. © 1993-2007 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Homo neanderthalensis

Resumen del tema El hombre de Neandertal (Homo neanderthalensis) toma su nombre de los fósiles encontrados en 1856 en el valle de Neander (Alemania). Los neandertales surgen a partir de una evolución local de las poblaciones humanas del Pleistoceno medio europeo. Son una especie humana que, aunque no es nuestra antepasada, presenta muchas aspectos en común con nuestra especie: durante un largo periodo compartieron las mismas capacidades culturales, compartieron un mismo hábitat, ambas especies están muy encefalizadas, etc. Su físico y su tecnología convirtieron a estos individuos en una especie muy bien adaptada a las condiciones europeas del Pleistoceno superior. Los neandertales y hombres modernos, llegaron a convivir durante más de 10.000 años en Europa y hace 30.000 años los neandertales desaparecieron definitivamente. Los neandertales se extendieron geográficamente por toda Europa, Próximo Oriente y Asia, y los numerosos fósiles que poseemos de esta especie la convierten en la especie humana fósil mejor conocida. Los neandertales no eran los seres con aspecto casi simiesco que algunos han imaginado, y su postura erguida y aspecto era muy similar al de la humanidad actual. Los neandertales tienen una morfología muy particular en su cráneo: presentan un torus supraorbitario muy marcado principalmente en el centro, la cara es muy prognata, la apertura y la cavidad nasal son de gran tamaño, la frente es baja y el cráneo alargado y proyectado hacia atrás, con perfil redondeado en vista posterior. Los dientes tienen un tamaño muy reducido, y la mandíbula carece de mentón y posee un espacio retromolar. Aunque la mayor parte de las características propias de los neandertales han sido interpretadas como adaptaciones a las condiciones extremadamente frías de las épocas glaciares europeas, algunas de ellas podrían deberse únicamente a la deriva genética en condiciones de aislamiento geográfico. Su estatura era ligeramente más baja que la nuestra pero tenían una mayor corpulencia, con cuerpos muy anchos y robustos. Las inserciones musculares están más marcadas. Las extremidades de los neandertales son relativamente más cortas, especialmente en los huesos del antebrazo y de la pantorrilla. Los neandertales tienen una forma corporal adaptada a climas fríos: su masa corporal, relativamente mayor (en relación a la superficie corporal), cumple la regla de Bergmann, mientras que la longitud relativamente corta de sus miembros responde a la regla de Allen. Ambas reglas parten del principio de que los animales que viven en climas fríos reducen la relación entre la superficie corporal y el volumen para evitar la pérdida de calorías. Aunque los neandertales poseían grandes capacidades cerebrales, con un promedio ligeramente superior al de la humanidad actual, su talla corporal también era mayor. Por lo tanto, el índice de encefalización (la relación entre el tamaño cerebral y el tamaño corporal) de los neandertales era ligeramente menor al de nuestra especie. Se produce un crecimiento independiente del cerebro en ambas líneas evolutivas (Homo sapiens y Homo neanderthalensis) a partir de un antepasado común poco encefalizado. Se pueden destacar tres aspectos que caracterizan el desarrollo cultural y tecnológico de los neandertales: producían un tipo de industria lítica muy elaborada que se denomina Musteriense; podían producir a voluntad el fuego y lo utilizaban sistemáticamente; y enterraban a sus muertos. Descubrimiento de los neandertales En 1856 se encontró en la cueva de Feldhofer, en el valle del Neander (Neander Thal en la ortografía alemana antigua, Neander Tal en la moderna), cerca de Düsseldorf, el esqueleto de un neandertal. La morfología de este esqueleto fue interpretada inicialmente como patológica, o perteneciente a un cosaco desertor del ejército ruso de 1814. En 1864, con estos fósiles, el anatomista irlandés William King define la primera especie humana fósil, el Homo neanderthalensis. Sin embargo, los fósiles de Neander no fueron los primeros fósiles de neandertales encontrados: en 1830 se había descubierto un niño neandertal de dos o tres años en Engis (Bélgica) y en 1848 se descubrió en la cantera de Forbes de Gibraltar un cráneo de un individuo neandertal femenino. Sin embargo, los neandertales no vieron definitivamente reconocido su estatus de miembros de una forma humana extinguida diferente de la nuestra hasta el hallazgo de los fósiles de Spy (Bélgica) en 1886, de Krapina (Croacia) entre 1899 y 1906, y los numerosos hallazgos que se produjeron en Francia a principios del siglo XX (La Ferrassie, La Quina, Le Moustier, Chapelle-aux-Saints, etc.). A partir de ese momento se han seguido produciendo numerosos hallazgos de fósiles de neandertales por toda Europa, Próximo Oriente y Asia: Regourdou (Francia), Saccopastore (Italia), Monte Circeo (Italia), Amud (Israel), Kebara (Israel), Tabun (Israel), Shanidar (Irak), Kiik-Koba (Crimea) Teshik-Tash (Uzbekistán, cerca del Mar Caspio), etc. Estos abundantes hallazgos, pertenecientes a un número mínimo de unos 500 individuos, convierten a los neandertales en la especie humana fósil mejor conocida. Mapa con los principales yacimientos de Neandertales. Históricamente, uno de los fósiles más importantes de neandertal, es el esqueleto de la Chapelle-aux-Saints. Su estudio fue publicado detalladamente entre 1911 y 1913 por Marcelin Boule. En ese momento, era el mejor análisis que existía sobre un individuo neandertal y su interpretación creo una visión deformada de los neandertales que perduró durante décadas. Una de las conclusiones a la que llegó Boule es que el Homo neanderthalensis no era nuestro antepasado sino que era una rama lateral de la evolución humana extinguida. Está conclusión que nos parece correcta hoy en día, sin embargo estaba cargada de intencionalidad racista por parte de Boule, ya que él quería eliminar de entre nuestros ancestros a unos seres que consideraba brutales. Para ello Boule intentó demostrar la inferioridad en la anatomía de los neandertales utilizando todos los medios posibles. Su retrato de los neandertales era de unas gentes brutales y casi simiescas, que no tenían una postura erguida completa y que, a pesar de su capacidad craneal tan elevada, no tenían ninguna inteligencia. Hoy en día, sabemos que gran parte de las conclusiones de Boule se debían a una interpretación errónea de las numerosas patologías que presentaba este individuo, y del elevado número de dientes que había perdido. Estas patologías también llevaron a afirmar que este individuo pertenecía a un viejo, aunque muy probablemente sólo tenía alrededor de 30 años de edad. Los primeros neandertales A partir de las poblaciones humanas del Pleistoceno medio europeo aparece en Europa un tipo humano muy especial: los neandertales. Este tipo de homínidos, a menudo, ha sido considerado como una subespecie de Homo sapiens (Homo sapiens neanderthalensis), pero en la actualidad se les considera una especie distinta Homo neanderthalensis, debido a las grandes diferencias morfológicas que presentan, y porque parece que no existió ningún contacto genético entre Homo sapiens y Homo neanderthalensis. Los fósiles de Ehringsdorf, Pontnewydd, Biache-Saint-Vaast, La Chaise (Abri Suard) y otros de finales del Pleistoceno medio, con una antigüedad de alrededor de 200.00 años, ya pueden considerarse neandertales. El origen de estos neandertales y su relación con las poblaciones del Pleistoceno medio europeo puede entenderse muy bien gracias al estudio de los fósiles procedentes de la Sima de los Huesos, de la Sierra de Atapuerca, donde aparecen los fósiles de unos 32 individuos de anteneandertales. Relaciones evolutivas de los neandertales Algunos autores opinan que las poblaciones del Pleistoceno medio europeo, como Petralona (Grecia), Arago (Francia), Swascombe (Inglaterra), Steinheim (Alemania) pertenecerían a la especie Homo heidelbergensis (especie creada a partir de la mandíbula de Mauer); pero también incluyen en esta especie a los fósiles africanos de Bodo (Etiopía), Ndutu y Eyasi (Tanzania), Salé (Marruecos), Elandsfontein (Sudáfrica) y Broken Hill (Zambia). Según estos autores, Homo heidelbergensis sería el último antepasado común de neandertales y humanos modernos. Sin embargo, gracias a los fósiles de la Sima de los Huesos sabemos que todas las poblaciones europeas del Pleistoceno medio presentaban características de los neandertales de forma frecuencial e incipiente, y ya estaban comprometidos en la línea evolutiva de los neandertales. Por lo tanto, Homo heidelbergensis sería en realidad una especie exclusivamente europea y antecesora de los neandertales. Los neandertales evolucionaron en Europa en condiciones de aislamiento geográfico y, como consecuencia, de aislamiento genético durante todo el Pleistoceno medio. En cambio, los fósiles del Pleistoceno medio africano (aunque muy similares morfológicamente a sus parientes próximos del Pleistoceno medio europeo) serían antepasados exclusivamente de Homo sapiens. El lugar del último antepasado común de neandertales y humanos modernos corresponde a la especie Homo antecessor, creada a partir de los fósiles de la Gran Dolina (Atapuerca), con más de 780.000 años de antigüedad. La especie Homo heidelbergensis abarcaría desde la mandíbula de Mauer hasta los fósiles de la Sima de los Huesos y todos aquéllos en los que predominan rasgos primitivos, aunque muestren algunos caracteres incipientes que indican que son los antepasados de los neandertales. Estos rasgos de neandertales se presentan de forma frecuencial y en mosaico. Es decir, no todos los fósiles de Homo heidelbergensis presentan rasgos neandertales en la misma parte anatómica. En otro grupo estarían los fósiles de la última parte del Pleistoceno medio (desde hace unos 200.000 años) que ya pueden ser considerados, a todos los efectos, verdaderos y completos neandertales. Algunos de los neandertales de comienzos del Pleistoceno superior (en torno a -127.000 años) son los dos cráneos de Saccopastore (Roma, Italia) y el conjunto de fósiles de Krapina (Croacia). A partir de ese momento, los fósiles neandertales empiezan a ser abundantes en los yacimientos europeos, y se encuentran también en Asia central y Oriente Próximo, lugares a donde emigraron desde Europa. Fósiles tan emblemáticos como Le Moustier, que da nombre al Musteriense, Guattari 1 (Monte Circeo) o La Chapelle-aux-Saints, vivieron en Europa hace menos de 60.000 años. Estos neandertales tienen algunas características nuevas con respecto a los anteriores, y son llamados a menudo "neandertales clásicos". Los últimos neandertales vivieron en Europa hasta hace unos 30.000 años, e incluso algo menos, antes de extinguirse. Los neandertales de la Península Ibérica En la Península Ibérica se han hallado diversos restos de neandertales: un parietal en Cova Negra (Valencia); dos fragmentos de parietal y un frontal en la cueva de la Carihuela (Granada); un molar en Moros de Gabasa (Huesca); un diente en Mollet I (Girona); cuatro dientes en el Abric Agut (Barcelona); 5 dientes superiores en Axlor (Vizcaya); 2 dientes y un húmero, posiblemente más antiguo, en Lezetxiki (Guipúzcoa); un quinto metacarpo en Los Casares (Guadalajara); una mandíbula y un fragmento de fémur en Zafarraya (Málaga), una mandíbula, una dentición infantil, dos metatarsos y una falange en Valdegoba (Burgos). En Gibraltar se han descubierto los fósiles neandertales más completos de la Península Ibérica: en 1848 fue descubierto en la cantera de Forbes (Forbes Quarry) un cráneo muy completo, y en 1928 aparecieron un cráneo y una mandíbula infantiles, asociados a industria musteriense. Al húmero de Lezetxiki, se añaden un fragmento de coxal y la mitad distal de un húmero recuperados en la brecha kárstica del Tossal de la Font, en Vilafamés (Castellón) y que, probablemente, corresponde al final del Pleistoceno medio. Mención aparte merece la mandíbula de Bañolas (Girona), que fue considerada neandertal por E. Hernández-Pacheco y H. Obermaier. En cambio, M. A. de Lumley la consideró de un preneandertal. La datación del travertino que la englobaba permite afirmar que la mandíbula tiene una antigüedad de 35.000 años. Sin embargo, el estado fragmentado de la región sinfisaria no permite afirmar si tenía mentón o carecía de él y su asignación es muy problemática. Mapa con los yacimientos de la Península Ibérica con fósiles de neandertales. Retrato de los neandertales Los neandertales presentan una morfología muy particular en su cráneo y en su esqueleto postcraneal. La mayor parte de las características que presentan los neandertales han sido interpretadas tradicionalmente como adaptaciones a las condiciones extremadamente frías de las épocas glaciares europeas. Pero de forma alternativa, algunas de ellas podrían explicarse como morfologías que surgen por la deriva genética de los neandertales en condiciones de aislamiento geográfico. Quizás la mejor explicación para el conjunto único de rasgos que tienen los neandertales es producto de la combinación de adaptaciones y deriva genética. El cráneo de los neandertales El cráneo presenta un torus supraorbitario muy marcado, principalmente en el centro, y lateralmente forma dos arcos que continúan el contorno de los ojos y contienen grandes senos frontales. La cara es muy prognata, la frente es baja, y el cráneo es alargado y proyectado hacia atrás. Los cráneos de los neandertales tienen en vista posterior un perfil redondeado. En Homo ergaster y Homo erectus, la anchura máxima se situaba en la base del cráneo, y los lados convergían hacia el techo de la bóveda, formando un pentágono ensanchado inferiormente. En los neandertales y en nuestra especie, la máxima anchura del neurocráneo se encuentra a media altura, sobre los huesos parietales; la anchura de la base es menor. Sin embargo, mientras que nuestro cráneo visto por detrás tiene un perfil pentagonal con los lados inclinados hacia fuera, el perfil de los neandertales es redondeado. Los neandertales poseían grandes capacidades cerebrales (entre 1200-1700 centímetros cúbicos, volúmenes similares a los de nuestra especie e incluso ligeramente mayores). Destaca el cráneo de Amud al que se le calcula una capacidad cerebral de 1740 cc. Sin embargo, la talla corporal de los neandertales también era mayor que la de la humanidad actual, y esta forma el índice de encefalización (la relación entre el tamaño cerebral y el tamaño corporal) de los neandertales era ligeramente menor. Los neandertales y nuestra especie somos las dos formas humanas más encefalizadas, pero el crecimiento del tamaño del cerebro se produce de forma independiente en ambas líneas evolutivas. Esta expansión cerebral se produce de diferente forma en ambos: 1) el neurocráneo del hombre moderno es alto y de frente levantada 2) el cráneo de los neandertales se hizo muy alargado; puede observar en su hueso occipital un abultamiento característico que se conoce como el "moño occipital" de los cráneos neandertales, muy fácil de apreciar en vista lateral. imagen IZQUIERDA: Cráneo de neandertal del yacimiento de Amud, en Israel. Se le ha calculado una capacidad cerebral de 1740 cc. La cara de los neandertales tiene prognatismo medio-facial, es decir, está proyectada hacia adelante. Al tener la cavidad nasal más adelantada los huesos nasales se disponen casi horizontalmente. En los neandertales la placa ósea de debajo de las órbitas se dispone diagonalmente (en el hombre moderno la placa infraorbitaria tiene una orientación coronal), con lo que la cara de los neandertales presenta una apariencia apuntada en forma de cuña, que le da un aspecto "aerodinámico". También tienen una abertura nasal muy ancha, y la cavidad interna también es muy grande, por ese motivo se piensa que sus narices serían planas y anchas. Se ha planteado la hipótesis que los neandertales tenían cavidades nasales anchas para calentar y humedecer, durante la respiración, el aire frío y seco que habría en épocas glaciares en Europa. Sin embargo, en poblaciones actuales, no existe ninguna relación entre el tamaño de la abertura y cavidad nasal y el clima. Parece más probable que los neandertales necesitaban tener un gran tamaño de nariz por la necesidad de oxigenar su cuerpo tan robusto. Otras características del cráneo de los neandertales son: 1) la presencia de una depresión por encima del toro occipital denominado fosa suprainíaca. 2) la apófisis mastoidea del hueso temporal, donde se origina una parte del músculo esternocleidomastoideo, de los neandertales está muy poco proyectada. Comparación entre los perfiles posteriores del cráneo de un Neandertal (a la izquierda) y el de un hombre moderno (situado a la derecha). 1. Fosa suprainíaca. 2. Apófisis mastoidea. Estas características también pueden observarse en estadios de desarrollo muy tempranos, como en los individuos infantiles de Amud 7, Teshik-Tash o Dederiyeh. Por lo tanto, las diferencias morfológicas entre neandertales y Homo sapiens ya aparecen durante las primeras etapas del desarrollo ontogenético. Mandíbulas y dientes Los dientes de los neandertales son del mismo tamaño que los de nuestra especie, pero en relación al cráneo, a la mandíbula y al tamaño corporal son relativamente pequeños. La relación entre la dentición anterior (incisivos y caninos) y la dentición posterior (premolares y molares) es diferente: los neandertales tienen la dentición anterior relativamente más grande. Los molares tienen la cavidad pulpar expandida (característica que se denomina taurodontismo). Además, la dentición anterior de la mayor parte de neandertales está muy desgastada, porque utilizaban los dientes con una función especial (quizás para curtir las pieles, o para sujetar el alimento u otros objetos con los dientes). La mandíbula carece de mentón, tiene el foramen mandibular situado a la altura del primer molar y posee un espacio entre el último molar y la rama mandibular, que se denomina espacio retromolar Este espacio aparece porque la dentición tiene un reducido tamaño y está en una situación adelantada con relación al hueso. Comparación entre los cráneos de un Neandertal y el de un hombre moderno. Hombre de Neandertal Hombre moderno 1 Neurocráneo alargado y bajo alto y redondeado 2 Frente baja alta 3 Torus frontal muy marcado y arqueado poco desarrollado 4 Órbitas grandes pequeñas 5 Fosa canina ausente presente 6 Prognatismo medio-facial maxilar 7 Mentón ausente presente 8 Espacio retromolar presente ausente Aspecto corporal de los neandertales En las primeras interpretaciones de la forma corporal de los neandertales se les atribuía un aspecto brutal y simiesco. Sin embargo, hoy sabemos que su postura erguida y su forma de locomoción sería muy similar a la de la humanidad actual. El promedio de estatura masculina se encuentra en torno a 170 cm y el promedio femenino alrededor de 160 cm. Pero su complexión física es extraordinariamente robusta, su esqueleto es mucho más corpulento, el grosor de los huesos es mayor y las inserciones musculares están más marcadas. Los neandertales también tienen el tamaño de las articulaciones relativamente más grandes. Las estimaciones del peso de algunos individuos masculinos neandertales arrojan cifras de alrededor de 80-90 kg, bastante superiores a las de los hombres modernos de la misma estatura. Pero es probable que los pesos de los neandertales estén infraestimados, porque las rectas de regresión utilizadas para establecer el peso, a partir de medidas esqueléticas, se basan en estudios sobre poblaciones actuales que tienen un cuerpo más grácil. Tampoco se tiene en cuenta el peso más elevado que tendrían los huesos de estos homínidos, que presentan un mayor grosor en sus paredes óseas. Las extremidades de los neandertales son relativamente más cortas, especialmente en los segmentos distales, es decir huesos del antebrazo (cúbito y radio) y pantorrilla (tibia y peroné). En las poblaciones modernas la longitud de la tibia representa aproximadamente el 80-85 % de la longitud del fémur; en cambio, el promedio de los neandertales es del 79%. Esqueletos y aspecto corporal de un hombre moderno (izquierda) y de un Neandertal (derecha). Los animales que viven en climas cálidos tienen una mayor superficie corporal en relación con su peso, para incrementar el área de disipación de calor corporal. En cambio, los animales que viven en climas fríos tienden a reducir su superficie corporal en relación al peso, y de esta forma conservar mejor el calor. La reducción de la superficie corporal puede alcanzarse de dos formas: incrementando las anchuras y los diámetros de los cilindros que forman el cuerpo (regla de Bergmann); o bien, reduciendo la longitud de las extremidades (regla de Allen). Los neandertales reflejan en su forma corporal (bajos, corpulentos y con extremidades relativamente cortas) adaptaciones al clima frío que responden a ambas leyes. La pelvis neandertal En el coxal, los neandertales tienen el hueso púbico (más concretamente su rama horizontal) muy alargado y aplanado. Algunos autores habían relacionado la longitud del pubis con el tamaño del canal del parto, llegando a la conclusión que en los neandertales éste podría ser un 20% mayor que en nuestra especie. A su vez, el periodo de gestación sería más largo (uno o dos meses más) que en nuestra especie, y los bebés de los neandertales neandertales nacerían más desarrollados. Sin embargo, el hallazgo de una pelvis neandertal muy completa en el yacimiento de Kebara (Israel) mostró que, aunque existían diferencias en la estructura de la cadera, el canal del parto no era mayor, y el estado de desarrollo de un recién nacido neandertal sería comparable al de nuestros niños. También Australopithecus tiene el pubis largo; así, esta morfología parece ser una característica primitiva que presentan todos los homínidos, a excepción de los humanos modernos, los únicos que poseemos un pubis acortado y grueso. Gracias al hallazgo de una pelvis del Pleistoceno medio en la Sima de los Huesos de la Sierra de Atapuerca podemos conocer mejor el esquema evolutivo del aspecto corporal y encefalización de los neandertales: a partir de un antepasado primitivo de gran complexión física con caderas anchas y cerebro reducido, evolucionaron dos líneas independientes en Europa y África. La primera de las líneas evolutivas conduciría a los neandertales y la segunda a los humanos modernos. En ambas líneas se produjo un aumento del tamaño cerebral. Pero, mientras que los neandertales conservaron el modelo corporal de complexión robusta y cuerpos anchos de sus antepasados, reduciendo la longitud de sus extremidades, los humanos modernos redujeron la anchura de las caderas y del tronco, y disminuyó su peso corporal. Edad de muerte Uno de los aspectos más problemáticos en los estudios de evolución humana es la estimación de la edad, y la aplicabilidad de los estados de desarrollo actuales a especies fósiles. Sin embargo, aplicando estos criterios a la amplia muestra de neandertales de la que disponemos, menos de un 10% tienen una edad superior a los 35-40 años. Mientras que en una población de grupos de sociedades no industriales esta proporción está en torno al 50%. Es posible que los neandertales tuviesen una esperanza de vida al nacer menor a la actual, pero quizás los patrones de erupción y desgaste dental que utilizamos generalmente infraestimen la edad real de los fósiles de neandertales. Cultura neandertal Podemos destacar tres aspectos en el desarrollo cultural de los neandertales: la elaboración de una industria lítica característica del Paleolítico medio llamada Musteriense el comportamiento funerario el control y uso generalizado del fuego Industria Lítica El conjunto de útiles líticos de los neandertales se conoce como cultura Musteriense, y se encuadra dentro del Modo Técnico 3 o Paleolítico Medio. Este modo técnico se caracteriza por la existencia de una preparación en el núcleo, al que se le da una forma, para extraer a partir de él un tipo de lascas predeterminadas, que serán posteriormente retocadas para darles la forma final: puntas, denticulados, raederas de diferentes tipos, etc. Este tipo de talla, denominado Levallois, requiere de un desarrollo tecnológico mayor y de una capacidad de abstracción más elevada porque implica la existencia de un paso intermedio en la talla, la preparación del núcleo. También se requieren un mayor número de golpes para elaborar un útil. El Musteriense se extendió por Europa, Oriente Próximo y Norte de África, mientras que otras industrias del Modo 3 o Paleolítico Medio que se encuentran en el resto de África, se les agrupa en la denominación "Middle Stone Age". El Musteriense no es exclusivo de los neandertales y en las cuevas de Qafzeh y Skhul (ambas en Israel) hemos encontrado niveles con industria Musteriense asociados a enterramientos de Homo sapiens. Enterramientos Muchos de los esqueletos neandertales excavados en cuevas han sido históricamente considerado como el resultado de prácticas funerarias. Destacan los yacimientos de la Chapelle-aux-Saints y de La Ferrassie, éste último con ocho enterramientos (dos adultos, un niño de 10 años, dos niños entre 2-3 años y tres fetos). En la cueva de Kebara se halló la mitad superior de un esqueleto neandertal, en el que tras la inhumación, fue retirado el cráneo, porque se ha hallado su mandíbula y un diente de la dentición superior. Esto parece demostrar que poseían un alto nivel de sensibilidad y, de alguna forma, dedicaban un trato especial a sus muertos Existen mayores dudas sobre la existencia de un ritual acompañante, es decir, si el enterramiento tenía algún tipo de significado simbólico. Las pruebas de ritualidad en los enterramientos neandertales son muy dudosas: 1) en el sedimento alrededor de uno de los esqueletos de Shanidar (Irak) se identificaron granos de polen procedentes de flores que, supuestamente, habían sido depositadas sobre el cuerpo. 2) sobre el esqueleto del niño de dos años de Dederiyeh (Siria) se halló un útil triangular de sílex a la altura del corazón y, junto a la cabeza, una losa de caliza. 3) en muchos otros casos, como en La Ferrassie, Amud, Teshik-Tash los cuerpos aparecen asociados con restos faunísticos que han sido interpretados como ofrendas. Sin embargo, algunos autores cuestionan estas pruebas de ritual y atribuyen una asociación casual a los objetos que acompañan al esqueleto. Aunque tiene la apariencia de ser intencionada, la mezcla de huesos humanos con restos de animales o útiles es siempre posible en un yacimiento donde hay abundancia de animales e instrumentos de piedra. Además, algunas de las excavaciones son antiguas y los métodos de excavación no eran los idóneos. Pero, aunque el significado que los neandertales daban a los enterramientos y el simbolismo que les acompañaba se nos escapa, si que podemos dar por seguro que los neandertales tenían un tratamiento especial con sus muertos, y que los enterraban intencionadamente. En la Sierra de Atapuerca, los antepasados de los neandertales ya realizaron hace trescientos mil años una práctica de tipo funerario, al acumular deliberadamente los cadáveres de sus muertos en la Sima de los Huesos. Control del fuego Algunos prehistoriadores creen que las más antiguas evidencias de fuego controlado proceden del yacimiento de Chesowanja con una antigüedad de 1,4 millones de años. Pero las primeras pruebas claras sobre la capacidad de los humanos de producir y controlar el fuego se encuentran en los yacimientos de Zhoukoudian en China, Terra Amata en Francia, Vértesszöllös en Hungría, La Cotte de St. Brelade (Isla de Jersey) en Gran Bretaña y Bilzingsleben en Alemania. Estos yacimientos tienen unos 300.000 o más años de antigüedad, pero no en todos los yacimientos de esa cronología aparecen evidencias de fuego. Son los neandertales los que generalizan el uso del fuego en todos sus asentamientos. En los yacimientos del Paleolítico medio aparecen frecuentemente hogares muy bien estructurados, con los que los neandertales organizaban el espacio donde vivían. Estos fuegos eran mantenidos quemando madera o huesos. Sociabilidad También tenemos pruebas de que los neandertales proporcionaban algún tipo de ayuda social a individuos muy viejos o con incapacidades físicas importantes. Por ejemplo, en el yacimiento de Shanidar (Irak) un individuo adulto (Shanidar 1), datado en unos 50.000 años, tenían huesos con diversas malformaciones óseas producidas por artritis y por un grave accidente en el que quedó malherido, perdió uno de sus brazos y le debió imposibilitar valerse por sí mismo para el resto de su vida. Sin embargo, aunque este hombre estaba gravemente incapacitado debido a varias lesiones y enfermedades, vivió muchos años y necesitó de la ayuda y cuidados de otros individuos. Muchos esqueletos de neandertales presentan indicios de heridas curadas en vida y de patologías óseas, reflejo de las enfermedades que padecieron: fracturas, amputaciones, artrosis degenerativas o perdidas de dientes. Este comportamiento indica una cierta cohesión y solidaridad dentro de los grupos de neandertales. Canibalismo neandertal En el yacimiento croata de Krapina también encontramos evidencias de canibalismo entre los neandertales: los huesos están fracturados intencionalmente, muchos de ellos presentan marcas de corte en su superficie producidas por instrumentos líticos, y algunos de ellos están quemados. En otras ocasiones las evidencias de canibalismo entre los neandertales han sido exageradas. El cráneo neandertal de Monte Circeo (Italia) tiene un gran agujero en su base. Se había interpretado que quizás el foramen magnum fue agrandado para consumir el cerebro. Sin embargo, el estudio tafonómico de este cráneo demuestra que la fracturación es natural y que probablemente se debe a la acción de hiénidos. La caza Los neandertales eran los cazadores más efectivos de nuestra Prehistoria. Aunque durante algunas épocas del año hay abundantes frutos y raíces que consumir, el único alimento constante es la carne de los mamíferos. A partir de los conjuntos de restos de animales encontrados en los diferentes yacimientos del Paleolítico medio, sabemos que los neandertales eran buenos cazadores, aunque quizás algunas de sus presas también las obtuviesen practicando métodos oportunistas y de carroñeo. Sus presas principales eran los ciervos, caballos, bisontes, cabras, renos y, en menor medida, mamuts y rinocerontes. En algunos yacimientos la mayor proporción de alguno de estos taxones sobre los demás no refleja las preferencias cinegéticas de los neandertales, sino que refleja la abundancia de este animal en el entorno inmediato de los yacimientos. Además de por su alimento, algunos de estos animales eran apreciados también por su piel, huesos y tendones, usados para hacer ropa, tiendas, etc. La evidencia de que usaban ropas es indirecta. El estudio del desgaste que tienen sus útiles líticos nos indica que los usaban para cortar pieles y darles forma. .

sábado, 23 de junio de 2012

ESCRITURA EN ISLA DE PASCUA Lorena Bettocchi

LOS ORÍGENES DE LA ANTIGUA ESCRITURA DE LA ISLA DE PASCUA Lorena Bettocchi La Isla de Pascua posee la única protoescritura de todo el Pacifico. ¿Cuando y en cual lugar de la Oceanía nació? Tratamos de entender con muchas dificultades. Es que estamos instalados en el primer paso de las investigaciones. Se sabe que existen cuentos en tradición oral: que la escritura vino con las primeras migraciones y es obvio que a veces se confunden tradición oral y datos verdaderamente históricos. Se cuenta que Hoa tu Matua, lo que quiere decir “Ancestro navegador en busca de una gran baya”, de su apellido moderno Hotu Matua, fué el primer rey de la dinastía Miru de la Isla de Pascua. Las recitaciones genealógicas de sus descendientes empiezan con su nombre (*1). Es el primero, en la memoria de los Rapa Nui que cuentan que fue un iniciado en la escritura sagrada rongorongo. Tenia 67 tablillas que corresponden a los 67 haka o sea sabidurías maori. La migración venia de algún otro lugar de Polinesia, se supone la isla maori Hiva en las Marquesas. Los Marquesanos, cuentan que sus antepasados Atea y Atanua emigraron desde Vavau, una de las Islas Tonga. En la isla de Vavau hay vestigios arqueológicos Lapita, pueblo originario de sureste de Asia, que ha emigrado hasta Nueva Caledonia. En la ruta que trazaron en el Pacifico Sur, los Lapita fueron a veces exterminados o a veces asimilados. Generalmente en nuestras investigaciones lingüísticas, tomamos en consideración dataciones de lugares colonizados, reveladas con el método de hidratación de la obsidiana y carbone 14. Datos científicos nos revelan que la llegada a la Isla de Pascua de las primeras migraciones (*2) se sitúa después de los años 700 DC. Es posible que los grandes buques polinesianos hechos con tablas de maderas cocidas, hermosamente esculpidas de motivos gráficos o sea escrituras maori, llegaron a Rapa Nui, lo que seria conforme a la arqueología sobre las piraguas antiguas de los siglos 10 y 11 D.C. y a la tradición oral. Es también posible que los navegantes hayan grabado hechos de navegación o recuerdos de astronomía en sus piraguas polinesianas. Al día de hoy, obtenemos muy pocos datos científicos sobre la escritura, aunque comenzamos a ver la luz sobre: * 1) La morfología de la escritura, * 2) Probables datos en astronomía: como documento único y valioso, existe una tablilla. * 3) La clase de madera de las tablillas. Tenemos la datación de la madera de una sola tabla A pesar de estos escasos datos, intentaremos un acercamiento de los orígenes y despliegue de la antigua escritura rongorongo del pueblo maori, de los Rapanui de la Isla de Pascua, parte de la V Región de Chile, y extremo Este del triangulo polinesico. 1) LA MORFOLOGIA DE LA ESCRITURA Imágenes del BASTÓN DE MAORI RONGORONGO (*3) Museo de Historia Natural - Santiago de Chile (Codification: Centre d’Etudes de l’Ile de Pâques et de la Polynésie de Paris) Los grabados de la protoescritura maori no pueden ser considerados como símbolos arcaicos, como por ejemplo símbolos fálicos (*4) u otra interpretación subjetiva como ya lo hicieron precedentes lingüistas. Eso no es honrar al pueblo maori porque anteriormente no se ha considerado la protoescritura china de la dinastía Zhou de esa manera tan sencilla. Es que su estructura morfológica está muy cerca de la escritura maori, tal como la antigua escritura Dongba grabada sobre madera. El Argentino Imbelloni (*3) el Francés Jacques Guy (*5) y el lingüista Mgr Leclea’h de las islas Marquesas (*6), lo consideran así y seguimos estudiando en ese sentido. Cada signo de la protoescritura rongorongo como se ve arriba contiene varias palabras, verbos, preposiciones, movimientos, numerología. O sea, grupos verbales, nominales, frases cuyos significados en semántica son múltiples. Entonces adelantamos un primer paso sobre la estructura morfológica del rongorongo. El segundo paso lo hicieron los nativos Rapanui. Pero se solía decir y publicar que nunca lograron entender su escritura porque los iniciados, esclavos en Perú, nunca más regresaron a la isla. Eso no es verdad históricamente. Existen datos lingüísticos porque los únicos que trabajaron en la semántica y que nos enseñaron la luz, la llama de su método y de su creación artística, fueron ellos mismos, descendientes de los Maori Rongorongo, maestros iniciados en escritura, desde los tiempos más antiguos. * Frente a los investigadores extranjeros, el primer Rapa Nui fué el joven Metoro Taua quién recitó, con muchos errores y fantasía, delante del Obispo Monseñor Florentin Etienne Jaussen, desde 1869 y 1871, en Tahití cuando el Obispo recibió objetos rongorongo. Fue publicado, en 1893 (*7) después de la muerte del eclesiástico en 1891, un repertorio con varios errores en cada página. * El segundo fue Ure Vae Iko, que había sido maestro de ceremonia del Rey Nga-Ara. Tenía 83 años, y recitó con emocionante sabiduría, delante del científico Thomson, comodoro del buque estadounidense “Mohican” en 1886. Sus cantos fueron mal interpretados (*8). * El tercero fué el anciano Tomenika a Tea Tea quien recitó delante de Katherine Routledge (*9) en 1914. Cantó “koro”, lo que quiso decir ”padres, genealogías". * Los últimos fueron los Pascuenses de los secretos talleres rongorongo, juntos a los ancianos rapa nui aislados en el leprosario, desde 1934 hasta 1955 aprox. Los últimos Maori rongorongo hicieron ritualmente correcciones del repertorio de Monseñor Tepano Jaussen (*10). Existen varios datos históricos, etnológicos y lingüísticos al respecto. Debemos considerar absolutamente estos datos y emprender otro criterio: la fuerza de una particular semántica que es una característica de toda expresión cultural de los Maori desde donde, creemos, debe incluirse la proto-escritura. Los científicos del siglo pasado siempre han buscado una lectura del rongorongo de manera occidental. Los ancianos del siglo 20 nos enseñaron mucho más de su metodología. Confirmaron como es estructurada su protoescritura. Cada signo puede ser recitado de diferentes maneras, o sea en semántica. Es obvio que todo tipo de investigación es necesaria, pero consideramos que deben explorarse otras alternativas: la mayor razón es que el idioma antiguo de la Isla de Pascua, pertenece a la familia austro-tai, familia idiomática que existe en Malasia, Taiwán, Melanesia, Micronesia, Polinesia hasta Madagascar. Hace 6000 años hubo una expansión geográfica del idioma, que debe asociarse a las migraciones maori (*11). 2) PROBABLES DATOS EN ASTRONOMIA EN LA TABLILLA MAMARI Sección de la tablilla Mamari lado A línea 5 (Doc. Centre d’Etudes de l’Ile de Pâques et de la Polynésie de Paris) En la precedente sección corresponden en lingüística más de cincuenta palabras posibles, grupos verbales o nominales, movimientos, preposiciones, números y frases en protopolinesio o sea idioma antiguo tonga, marquesano, mangarevano y rapa nui. Evitamos toda etimología europea. Con la ayuda del astrónomo Dominique Proust del CNRS francés (Centre National pour la Recherche et la Science), en mayo de 2006, nos juntamos en Santiago a fin de discutir hipótesis de datos en astronomía sobre por ejemplo cada signo que tendría algo redondo o sea la palabra hetu’u, estrella o astrón.. Estuvimos completamente de acuerdo que la línea 5 de la tablilla Mamari, podría, en ese caso, indicar relatos de navegación: véase, la manera de volver a su tierra nativa, desde sureste hasta noroeste, con la “brújula” de los navegantes maori, el estupendo cielo del hemisferio sur. Debemos notar que los principales puntos cardinales maori no son iguales a los nuestros. Toman en consideración: Noreste, Sureste, Noroeste, Suroeste. Se sabe también según los astrónomos de la isla sagrada de Raiatea en la Polinesia Francesa, que existen petroglifos que revelan datos donde se señala el origen de la migración de los antepasados, a fin de poder volver a su tierra de origen además de constituir “el” relato en piedra, para así saber contar los datos históricos a sus descendientes. Siempre se ve grabadas las tres estrellas de la constelación de Orión, llamadas Tu-I en el antiguo idioma Polinesiano, lo que quiere decir la dirección hasta la grande baya de nuestros antepasados. (Tu grande baya, I es el pasado, la de antes). Según Jacques Guy (*12) y Thomas Barthel (*13), la tablilla Mamari, contendría otros datos de astronomía como un calendario lunar. En este intento, ofrecemos estudios complementarios, juntando la lingüística y la astronomía. Así se dejan ver en la tablilla varios aspectos que podrían ser interpretados como un eclipse, además de una enorme estrella que se ve abajo con el numero 2. Tablilla Mamari – línea 6 lado a (Doc. Centre d’Etudes de l’Ile de Pâques et de la Polynésie de Paris) Al respecto, el científico Dominique Proust realizó varias investigaciones, comunicadas a través de varios correos. Aparecieron en varias constelaciones, estallidos de supernova que fueron visibles de la Isla de Pascua en 1006, 1054 y 1604 D.C. Las investigaciones continúan entonces sobre la enorme estrella de la tablilla que podría representar una supernova. La de 1054 fue visible en la constelación del Toro varias semanas, lo que correspondería también al calendario lunar de la tablilla Mamari. Los astrónomos de Rapa Nui estaban muy adelantados en la observación del cielo: se suele decir que uno de los nombres de la Isla de Pascua es Mata Ki te Rangi o sea “Ojos que miran el cielo” pero se puede interpretar de manera diferente : “la gente que conoce el cielo”. (Mata: ojo/ tribu, gente – ki : conocimiento, te rangi: el cielo, ciencia del cielo o sea nuestra actual astronomía). La tablilla Mamari pertenece a la congregación de los Sagrados Corazones, Sus medidas son: 41x15.2x2.3.Su madera no tiene datación. Ha sido recientemente analizada. Se sabe que es del árbol Thespesia populnea, en lengua rapa nui actual, Makoi, comúnmente llamado “palo de rosa de Oceanía”. ¡Cuando fué grabada, se trataba de un árbol adulto, bastante ancho, excepcional, crecido y cuidado en una isla completamente deforestada (*14) desde el siglo 15! Entre 1869 y 1871, los misioneros encontraron varios objetos rongorongo. Pero antes, el Francés Dutrou-Bornier que vivía en la isla hizo trueque de obras de arte. Entre los objetos de arte pascuense había un bastón de dignatario (se ve una imagen en pagina 2). El afirmó que había pertenecido a un Ariki, al que le servía para castigar a su gente. Lo cual era falso. Es un adorno muy hermoso de maestro, un valioso objeto de sabiduría. Lo entregó a la corbeta O’Higgins en 1870. Y el Padre Roussel ofreció tres tablillas al Capitán José Anacleto Goñi. Una era para mandarla a su patria, Francia. Se suele publicar que a la corbeta O’Higgins se les entregaron solo dos tablillas, pero los muy instructivos relatos del Capitán Gana (*15) precisan bien que fueron tres: “Se han hallado tres tablillas de madera de toromiro, escritas con magníficos jeroglíficos. Dos de ellas van a enriquecer nuestro museo y la otra ha sido pedida con instancia por el Obispo de Tahití para enviarla a Francia. Es la única isla de la Polinesia en donde se han encontrado tan preciosos documentos; documentos que una vez descifrados podrían ser la luz sobre la cuna de la familia indígena de Oceanía y aún de América”. En 1870 Prusia había declarado la guerra al Emperador Napoleón III. Es muy probable que la tablilla destinada a Francia se perdió en un algún lugar de Europa. El Obispo recibió un fragmento en 1872. No se sabe quien se lo envió. Hay escritos (*16) que la tablilla de Londres podría ser una de las ofrecidas al Capitán Goñi. Nunca se encuentran hechos históricos al respecto de la tablilla perdida. 3/ LA CLASE Y LA DATACION DE LA MADERA Hay algo de nuevo sobre las dos tablillas llevadas por la corbeta O’Higgins: hay datos sobre la madera: no se trata de Sophora toromiro. El Museo de Historia Natural de Santiago ha colaborado con Francia en la exposición de Bordeaux de 1996: sus maderas fueron analizadas por la arqueóloga francesa Catherine Orliac. Se trató también del árbol sagrado Thespesia populnea o palo de rosa de Oceanía, el cual servió para grabar el hermoso rongorongo. Una de ellas tiene marcas de fuego por frotamiento de la madera. Hoy día, solo 7 tablillas y un rey-miro han sido analizados (*17): las de Londres, Viena, Santiago y Roma y una de Rusia. Son todas de Thespesia populnea: existen entonces errores en varias guías o tablas del rongorongo publicadas anteriormente (*18). En 1871 después de meses de lucha en la isla, los partidarios de Dutrou-Bornier en contra de los misioneros y la gente de los alrededores de Ariki Atamu Te Kena entraron en conflicto. La lucha fué fatal para las misiones. Los Padres Roussel y Escolán abandonaron la isla y viajaron por Mangareva y Tahiti. Se quedaron 170 Pascuenses desesperados al frente de Dutrou-Bornier que los amenazó con su fusil por si a caso intentaban embarcarse juntos a los sacerdotes a bordo del velero. Durante esos trágicos acontecimientos el Obispo recibió lo poco, pero valioso que quedaba de la escritura. Los misioneros mandaron al Obispo 5 hermosas tablillas en las cuales un adorno de sacerdote o Tahua, bastón grabado en un remo que el Obispo reconoció ser de origen europeo. Su madera, Fraxinus excelsior crece en Europa y en Asia Menor. Todos los remos europeos de los siglos 18 y 19 fueron tallados en esa clase de madera. Entonces se puede suponer que la Tahua fué grabada después de la visita del primer buque europeo en 1722. Su escritura es altamente estructurada. Tercera línea del bastón de Tahua (Doc. Centre d’Etudes de l’Ile de Pâques et de la Polynésie de Paris) El buque ruso Vithiaz visitó rápidamente la Isla de Pascua y Mangareva. De vuelta se paró en Tahití los días 12, 13 y 14 de julio 1871. En esa oportunidad el Obispo regaló al científico Miklouko-Maklay una tablilla de madera. No se sabe cuando y quién le vendió la segunda. Una de las dos tablillas que conserva Rusia (de tamaño 40,7x8 cm) es tambien de Thespesia populnea. Tablilla del Museo Pedro el Grande de San Petersburgo colectada por el científico Mikklukho Maklai en 1871 Algo nuevo nos revela la tablilla de San Petersburgo: 20 miligramos de madera fueron recolectados y enviados en el centro de análisis de Miami. La datación de la madera es: 1680/1740 DC. Se trata de la antigüedad de la madera y no de la creación de la escritura. Era también un árbol adulto de Thespesia populnea en relación a la plena época de total deforestación y desastre ecológico de la Isla de Pascua que relatamos precedentemente. Hay una segunda relación entre la escritura y la desaparición de los árboles en la isla: una tabla con signos rongorongo que pertenece a la Smithonian Institution de Washington, colectada por Thomson en 1886, porta agujeros regulares como se notaron en las tablas que sirvieron para construir o reparar el casco de una embarcación antigua de la isla de Pascua (*19). Podemos preguntarnos en cual época los agujeros fueron hechos ¿Antes o después que desaparecieron los árboles? ¿Antes o después de la grabación de la escritura? James Cook en sus notas conservadas en los archivos de la biblioteca nacional francesa (*20) señala varias veces que las pequeñas y pobres piraguas de los nativos, hechas de planchas cocidas con finos cordeles, tenían finas esculturas. James Cook era un gran marinero. No supo descubrir y analizar la grabación, el mensaje. Tabla rongorongo Colectada por Thomson en 1886 – Archivos fotográficos del Museo de la Smithonian Institution de Washington Además, en cada una de las tablas descritas en estas paginas, se halla signos (numero 067) que podrían corresponder a un árbol que desapareció en la época del desastre ecológico. Se trata de la Jubaea chilensis o palma chilena. Los estudios en palinología del botanista alemán G. Zizka, no revelaron que crecía en la Isla de Pascua antes de la llegada de pueblos polinesicos. Tratamos de entender que la escritura no fué creada varios siglos después de esa época. La palma ofreció recursos alimentares y desapareció a fin de 1100 DC en el borde costero de la isla y a fin de 1400 DC en tierras adentro (*21). Nunca desapareció en la memoria de los nativos que la grabaron en el las tablas rongorongo, la palabra quiere decir “el gran estudio” del pueblo rapanui. Abajo, no hay símbolos sino, tal vez, probables palabras o frases, grupos verbales o nominales que permitieron de recitar en semántica (*22)… que en los tiempos antiguos existía en Te pito te Henua, otro nombre de Rapa Nui, la palmera del sur (niu-peka, palma-sur). Los 3 signos numero 067 Codificación Centre d’Etudes de l’Ile de Paques et de la Polynesie de Paris Para concluir, actualmente no tenemos mas datos sobre los origines de la creación de tablas rongorongo o de su escritura. No debemos rechazar la tradición oral, ni ocultar la hipótesis que pueblos Maoris en los tiempos más remotos encontraron pueblos del Sureste Asiático que ya conocían varias protoescrituras desde 1600 A.de.C. Presentemente, los petroglifos de Oceanía, (no podemos adelantar dataciones), nos revelan al empezar: una característica cultural, una firma, un evento. Luego aparecen los tatuajes, la escritura sigue estructurándose. ¿En cuál fase se encontraba cuando fue descubierta por la expedición española de Gonzalez de Haedo en 1770, luego por James Cook en 1774… y por el Hermano Eugene Heyraud en 1864… todos sin reconocer que se trataba de una verdadera escritura? La época de luz, de alto nivel social y cultural en la tierra mas aislada del mundo se desarrolló desde los siglos 11 hasta el 15 D.de.C. No se puede adelantar la tesis que los Rapa Nui copiaron los españoles en 1770 (*23). El admirable libro de Francisco Mellen Blanco (*24) nos entrega muchas informaciones al respecto: Gonzalez de Haedo, en una carta del día 19 de noviembre 1770, antes de la ceremonia de anexión a la corona de España, escribe a sus oficiales de pedir a los caciques presentes en la ceremonia, de “firmar con sus caracteres nativos”. Además, la expedición nunca hizo la completa exploración de la isla, y los caciques que firmaron no eran Maori rongorongo. Solo el Obispo Tepano Jaussen en Tahití en 1869, al recibir una tabla enrollada por un largo cordel de pelo humanos, al descubrir lo que le mandaron los Rapa Nui, entendió de inmediato que los Rapanui le entregaron un objeto de sabiduría. Faltan tablillas, sobre todos las tablillas reales. Faltan los signos de esas tablillas, faltan mallas de la cadena para entender la completa progresión de la protoescritura. Todo ser humano del triangulo Polinesio sabe que los signos de esas multiplicidades de escrituras le vinieron de sus antepasados. Los ramos son plurales. Viajaron por mar desde sureste asiático hasta las corrientes mas frías del Sureste, en la larga ruta de la obsidiana. La escritura rongorongo es patrimonio inmaterial de la humanidad. ISLA DE PASCUA V REGION DE CHILE PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD UNESCO 1995 © Lorena Bettocchi Copyright a fin de publicación en la revista ARCHIVUM Archivos Históricos Viña del Mar martes, 05 de septiembre de 2006 1 ENGLERT, Padre Sebastián, Tradiciones de la Isla de Pascua en idioma rapanui y castellano. Edit. Padres la Casa “San Francisco”. Santiago de Chile, 1936. 2 STEVENSON, Christopher, Archaeological investigations on Easter Island on ocasional paper series. Easter Island Foundation- ISBN 1.880636.10.7 Los Osos, California. Pp.1-18. 1995 3 IMBELLONI, José, Las tabletas parlantes del a Isla de Pascua, monumentos de un sistema grafico Indo-Oceánico, RUNA 4. PP.89-177, 1951. 4 FISCHER, Steven, Roger, Further evidence for cosmogonic texts in Rapanuis’s rongorongo inscriptions, Rapa Nui Journal . 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London 1919. pp 243-254 10 BETTOCCHI, Lorena, Les derniers Maori rongorongo du 20e siecle corrigent le repertoire de Monseigneur Tepano Jaussen, Dossier culturel de Tahiti Pacifique Magazine, Tahiti sept.2006 11 BELWOOD, Peter, Dossiers pour la science, Les langues du monde 10.1997 pp 12-30- Men conquest of the Pacific, Oxford University Press 1979. 12 GUY, Jacques, Le Calendrier lunaire de la tablette Mamari, Journal de la Societe des Oceanistes, 1990. General properties of the rongorongo writing, Rapanui Journal Vol.20, pp. 53-66, may 2006. 13 BARTHEL Thomas , Grundlagen zur Entziffering der Osterinselschrift, Hambourg Cram de Gruyter, 1958. 14 ZIZKA, G. Flowering plants of easter Island, palmarum furternsis PH3. Frankfurt am Maim. 1991 et PETARD, Paul, Plantes utiles de Polynesie, Edit. Haere Po Tahiti. 1986 15 GANA, Ignacio y BATES TG. Descirption cientifica de la Isla de Pascua, Congreso Nacional 1870. 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Francia. 07.2004 - 6e Conferencia Rapa Nui y Oceanía, Reñaca, 2004 23 FISCHER, Steven, Roger, Rongorongo the Easter Island Script, History, traditions, texts. Oxford University Press. 1997. 24 MELLEN BLANCO, Francisco, Manuscritos y documentos españoles para la historia de la Isla de Pascua- La expedicion del Capital Phelipe Gonzaleaz de Haedo a la Isla de Pascua, Biblioteca Cehopu Madrid. 1986