miércoles, 28 de marzo de 2012

PATOGÉNESIS CIRCOVIRUS PORCINO TIPO 2

Última actualización 26/03/2012@11:33:20 GMT+1
Desde que se descubrió el PCV2 se han llevado a cabo numerosos estudios con el objetivo de explicar el desarrollo de las enfermedades asociadas a este virus. Sin embargo, pocos de ellos refieren hallazgos ultraestructurales. En este artículo se describen los resultados de un estudio sobre la patogénesis del PCV2 realizado por el CReSA.
Carolina Rodríguez-Cariño.
CReSA (UAB) y Universidad Central de Venezuela
Imágenes cedidas por la autora

La circovirosis porcina (CP) fue descrita por primera vez en los años 90. El circovirus porcino tipo 2 (PCV2) se relacionó rápidamente con la CP y es, hasta el presente, el virus más pequeño conocido que infecta a mamíferos (Allan et al., 1998; Hamel et al., 1998; Meehan et al., 1998). Desde entonces se han llevado a cabo numerosos estudios en los que se explica el desarrollo de la CP y otras enfermedades relacionadas con el PCV2. Sin embargo, sólo pocos de ellos refieren hallazgos ultraestructurales. Estos estudios han mostrado inclusiones virales en células como macrófagos, células epiteliales y hepatocitos, los cuales contienen virus icosaédricos de un tamaño promedio de 17 nm de diámetro (Ellis et al., 1998; Kiupel et al., 1998). También se han descrito partículas virales en restos apoptóticos de macrófagos infectados experimentalmente (Kiupel et al., 2001). En todos los casos previamente citados, las descripciones ultraestructurales han formado parte complementaria de otras investigaciones.
La CP se caracteriza clínicamente por un importante retraso del crecimiento, pérdida de peso, dificultad para respirar, fiebre y diarrea, entre otros signos. También puede acompañarse de muerte en las etapas de transición o engorde (Segalés et al., 2005). Los hallazgos histopatológicos que definen la CP son la depleción linfocitaria y la infiltración histiocítica o la presencia de células gigantes multinucleadas en los tejidos linfoides; en algunos casos, se acompañan de inclusiones virales intranucleares e intracitoplasmáticas en los macrófagos (Segalés et al., 2005).
Las partículas virales de PCV2 se han estudiado ultraestructuralmente (imagen 1), describiéndose como un virus sin envoltura, con 12-23 nm de diámetro (Allan et al., 1998; Crowther et al., 2003; Rodríguez-Cariño y Segalés, 2009).
Uno de los enfoques clásicos que se describe para dilucidar cualquier ciclo de replicación y morfogénesis viral en diferentes tipos celulares incluye estudios de microscopía electrónica. Sin embargo, al inicio de los trabajos realizados por el grupo de investigación del CReSA, que se describen en el presente artículo, se disponía de poco conocimiento sobre la localización subcelular del PCV2 en células infectadas in vitro y, aun más, en los tejidos provenientes de cerdos naturalmente afectados y diagnosticados de CP. La interacción del virus con los diferentes elementos celulares en sus diferentes fases de replicación proporciona importantes conocimientos que podrían ser de gran utilidad de cara al control de la infección.
Desde la aparición de la CP, diferentes investigaciones han explicado parcialmente la morfogénesis del PCV2 y su relación con las células, en particular los realizados por el grupo de investigación de la Universidad de Ghent (Bélgica), quienes proponen, a través de otras metodologías, la internalización del virus a través de vesículas endocíticas una vez que el mismo se ha adherido a la superficie celular. Se sostiene que esta primera fase celular puede tardar de 0 a 6 horas y en ella, probablemente, participan organelas como los lisosomas. Se observaron inclusiones intracitoplasmáticas contentivas de partículas virales.
Modelo de morfogénesis viral para el PCV2
En la figura se representa el esquema propuesto para la morfogénesis de la infección por PCV2. En la primera fase citoplasmática (0 a12 horas post infección, hpi), una vez que el virus entra por endocitosis, se forman inclusiones intracitoplasmáticas (ICI1). En este periodo, las partículas virales pueden adherirse a la mitocondria y entrar en ella para luego alcanzar el núcleo. En esta fase nuclear, se observaron diferentes inclusiones intranucleares (INI). En torno a las 24 hpi, las INIs se localizan cercanas a la membrana nuclear, ensamblándose y encapsidándose nuevos viriones, con participación de elementos nucleares no determinados, membrana nuclear y proteínas procedentes del citoplasma. Una vez que estos nuevos viriones “inmaduros” egresan del núcleo, ocurre una segunda fase citoplasmática en asociación con orgánulos como el aparato de Golgi (AG) y el retículo endoplásmico rugoso (RER). En este punto se forman nuevas inclusiones intracitoplasmáticas (ICI2), que pueden tomar diferentes rutas para favorecer la salida de los nuevos viriones de la célula y concluir la replicación viral:
a): transformación en formaciones más simples de ICI3’, donde los viriones maduros se acercan como “paquetes” a la membrana celular y salen como una unidad por gemación.
b): Alternativamente, los ICI2 pueden desagregarse, librar los viriones maduros que pueden salir por exocitosis.
c): Se conforman ICIs grandes y complejos, (ICI3’’), aunado a importantes alteraciones subcelulares, que concluye en la lisis celular y la liberación de viriones maduros e inmaduros.

Morfogénesis viral para el PCV2 (Fuente: Rodríguez-Cariño et al., in press)
Descripción de los cambios subcelulares in vitro
A través de estudios ultraestructurales de infecciones experimentales in vitro llevados a cabo por el grupo de investigación del CReSA (Rodríguez-Cariño et al., in press), se ha propuesto la participación de la mitocondria en las primeras fases citoplasmáticas de replicación viral en la célula. Estas investigaciones han demostrado la presencia de partículas virales que conforman conglomerados o factorías virales (VF) en estas organelas, lo cual no había sido previamente descrito con ningún otro virus conocido (Novoa et al., 2005). Además, las mitocondrias muestran importantes alteraciones morfológicas cuya disfunción se ha relacionado con procesos inflamatorios.
Aunque no es un hecho frecuente, la patogénesis de algunos virus ADN y ARN, como el de la hepatitis B y el virus de la inmunodeficiencia adquirida, ha mostrado interacción entre virus y mitocondria. Hasta la fecha no ha sido dilucidada cuál es la participación activa de la mitocondria en la replicación del PCV2 ni de otros orgánulos en el proceso de replicación viral, lo que sí ha sido demostrado en otras infecciones virales (Gómez-Villamandos et al., 1997; Mettenleiter, 2002; Mhamdi et al., 2007; Salanueva et al., 2003). Es importante puntualizar que la mitocondria posee elementos moleculares y estructurales que pudieran facilitar la replicación viral.
El estudio in vitro ha permitido mostrar que hay cambios conformacionales de las partículas virales en su fase nuclear, la cual se ha señalado como una fase importante de la replicación viral, lo que se corresponde con lo referido en investigaciones previas (Finsterbusch y Mankertz, 2009). De igual forma, se describió una segunda fase citoplasmática en la que parecía que participan activamente otras orgánulos en el ensamblaje, encapsidación y transporte viral (Novoa et al., 2005; Risco et al., 2002; Rodríguez-Cariño et al., in press). Es importante acotar que durante esta infección experimental se observó en mayor grado el número de células muertas/apoptóticas a medida que pasaban las horas postinfección.
Hallazgos morfológicos en células de linfonodos
Se han evaluado ultraestructuralmente linfonodos inguinales y mediastínicos procedentes de animales clínicamente afectados con CP y que cumplían con los criterios diagnósticos de la enfermedad (Segalés et al., 2005). Al igual que en otras investigaciones realizadas por el grupo de investigación del CReSA (Pérez-Martín et al., 2007), en este tejido se demostró la presencia de VF del PCV2 en un número importante de células histiocíticas/macrófagos (figura 2) (Rodríguez-Cariño y Segalés, 2009; Rodríguez-Cariño et al., 2010).
Similarmente a lo descrito en la primera fase de replicación de la infecciones experimental in vitro, En histiocitos/macrófagos, linfocitos, células dendríticas y endoteliales se refirieron importantes alteraciones morfológicas subcelulares, particularmente en los macrófagos. Sin embargo, sólo estas últimas células mostraron partículas virales de PCV2 y se demostró la colocalización del virus en la mitocondria a través de técnicas específicas de microscopía electrónica de transmisión y confocalidad (figura 3) (Rodríguez-Cariño et al., 2010). Esto reforzó la teoría expuesta en relación a la participación de las mitocondrias, de acuerdo a los resultados obtenidos en los estudios in vitro previamente citados (Rodríguez-Cariño et al., in press).
Pocos histiocitos mostraron inclusiones intranucleares, mientras que en algunos de ellos se observaron grandes inclusiones de paquetes virales (VF) que ocupaban amplias áreas citoplasmáticas (ICI). Estas grandes inclusiones podrían corresponder a los cuerpos de inclusión descritos histopatológicamente en los macrófagos que infiltran tejidos linfoides de animales afectados con CP (Rosell et al., 1999; Segalés et al., 2004). De igual manera, se observaron partículas virales entre restos apoptóticos de células histiocíticas/macrófagos. Se podría especular, como ocurre en otras infecciones virales, que estas grandes estructuras virales intracitoplasmáticas podrían representar un paso previo a la lisis celular en la infección por PCV2, induciendo a su vez a la autofagia, lo que facilitaría la liberación de la progenie viral y el ciclo infeccioso (Jiang et al., 2008). Este proceso podría ser una forma alternativa de liberar el PCV2 en el espacio extracelular.
Los resultados observados en tejidos procedentes de animales afectados con CP indican de manera inequívoca que el PCV2 es capaz de replicarse en los macrófagos, aunque este tema ha sido históricamente controvertido.



Conclusiones Finalmente, considerando lo observado en los estudios in vitro e in vivo, se ha propuesto un modelo de morfogénesis viral para el PCV2, donde el virus en su fase final de replicación es liberado de la célula por dos vías diferentes: por gemación de grupos virales, observado en el estudio in vitro, o por lisis de células apoptóticas/muertas.
Los estudios realizados a través de las técnicas de microscopía electrónica han permitido obtener una importante información sobre los cambios morfológicos en cultivos celulares a diferentes tiempos postinfección con PCV2, así como en los linfonodos procedentes de animales diagnosticados con CP. Aunque los hallazgos ultraestructurales reportados en los estudios in vitro e in vivo realizados por el grupo de investigación del CReSA han contribuido a mejorar la comprensión de la patogénesis de PCV2, son necesarios más estudios para la evaluación cronológica de los cambios subcelulares que ocurren en condiciones naturales de infección, lo cual conduce al establecimiento de la enfermedad.
Bibliografía disponible en www.albeitar.grupoasis.com/bibliografias/circovirusporcino142.doc

martes, 27 de marzo de 2012

EL TIEMPO ¿SOLO UNA ILUSIÓN?

Es posible que el espacio y el tiempo no tengan otra naturaleza que la que les asignemos por convención

Un nuevo modelo físico propone que el tiempo es sólo una ilusión

Son conceptos tan básicos que se resisten a ser definidos, y, sin embargo, sobre ellos se basa toda nuestra ciencia. ¿Qué son el espacio y el tiempo? Su interpretación ha variado a lo largo de la Historia y aún hoy es posible que una nueva manera de comprenderlos provoque la próxima revolución científica. Ya tenemos ejemplos como Julian Barbour, que propone un modelo serio de física alternativa en la que el tiempo no existe más que como una ilusión en nuestras mentes. Es posible que el espacio y el tiempo no tengan otra naturaleza que la que les asignemos por convención. Por Sara Lumbreras Sancho de Tendencias Científicas.
30 Nov 2009 | TENDENCIAS CIENTÍFICAS
El espacio y el tiempo son conceptos tan fundamentales que se resisten a ser definidos (como en la conocida cita de San Agustín: "¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé. Si me lo preguntan, no lo sé". Su naturaleza última está fuera del alcance de la ciencia y, sin embargo, toda la física se basa en ellos. Han evolucionado con la ciencia: el espacio y tiempo absolutos fueron esenciales para el desarrollo de la mecánica Newtoniana; un espacio-tiempo que depende del observador y que se ve deformado por la materia es el núcleo de la revolución traída por la Relatividad General.
Precisamente la Relatividad General, junto con la Teoría Cuántica de Campos (QFT) plantea un espinoso enigma a la ciencia actual, al no haberse encontrado ninguna teoría que las unifique. Pese a décadas de esfuerzo en varias líneas de investigación prometedoras (como las Supercuerdas), el proceso de unificación iniciado con las leyes de Maxwell no ha podido aún incluir con éxito a la Gravedad junto con las otras fuerzas. Es posible que la próxima revolución científica llegue con un cambio de paradigma que reconcilie las dos teorías enfrentadas con una nueva manera de comprender el espacio y el tiempo.
Como lo expresó Majid en su libro Espacio-tiempo cuántico y realidad física: "Está iniciándose un nuevo Renacimiento centrado en nuestra comprensión del espacio y el tiempo''. Parece claro que la Ciencia necesita ayuda de la Filosofía, y que es indispensable en este punto identificar y analizar los supuestos que subyacen a las teorías dominantes actuales. Las viejas preguntas deben ser revisitadas con ojos nuevos: ¿Cuál es la naturaleza del espacio y el tiempo? ¿Son continuos o discretos? (y esta pregunta no tiene por qué tener la misma respuesta para ambos). ¿Son independientes de la consciencia? ¿Tienen sentido el espacio vacío o el tiempo sin cambio? ¿Cómo interactúan con la materia? La Filosofía ha reflexionado sobre estos problemas durante siglos. Revisar sus conclusiones nos puede proporcionar un buen punto de partida.
Breve historia de la filosofía del espacio y el tiempo
No es sorprendente que encontremos en Grecia los dos primeros ejemplos bien conocidos de filósofos del tiempo. Heráclito defendía que todo a nuestro alrededor se encontraba en un estado de constante fluir, que el cambio era lo único que permanecía. En la posición contraria, para Parménides, el cambio era una ilusión, ya que para él era lógicamente imposible.
Zenón, discípulo de Parménides, formuló las paradojas que le hicieron célebre. En ellas trataba de demostrar que el movimiento era imposible porque se componía de la suma de infinitas partes (por ejemplo, Aquiles no podrá nunca alcanzar a la tortuga a la que dio ventaja en una carrera, porque cuando llega al punto en el que se encontraba el reptil un instante atrás éste siempre ha avanzado algo más).
Aunque hoy en día estas paradojas nos resultan muy ingenuas, podemos sacar en claro que Parménides y Zenón asumían que el espacio y el tiempo eran continuos. Es más, éste es el caso de todos los filósofos naturales griegos bien conocidos, incluido Demócrito (para él sólo la materia estaba cuantizada, no el espacio infinito que la contenía).
Tres existencias
Platón propuso tres tipos diferentes de existencia: lo que es (material), en lo que se es (espacio), y por lo que se es (el modelo, la forma). Así que para él el espacio existía pero no de la misma manera que la materia.
Aristóteles afirmó que la existencia del espacio "la hace obvia el hecho de que las cosas puedan remplazarse". Incluso propuso una definición: "El espacio ocupado por un objeto es la frontera estática más pequeña que lo contiene". Sin embargo, el tiempo no tiene existencia real, ya que el pasado ya no existe y el futuro no existe todavía. Pese a ello, le dio una definición: "El tiempo es el número del cambio con respecto al antes y al después". Esto implica que sólo existe en la mente, ya que "el tiempo es un tipo de número, y sólo el alma puede contar".
Los teólogos medievales sostenían que Dios no existe en el tiempo sino en la eternidad, entendida como la existencia sin tiempo más que como tiempo sin principio ni final. Como lo expresó Boecio: "La eternidad es la posesión completa y perfecta de vida ilimitada en un único instante". Es interesante notar que para los maestros medievales como San Agustín o Boecio, este ojo divino que lo ve todo en un mismo instante no suponía ninguna amenaza para la libertad. El conocimiento que Dios tiene del futuro no es equivalente al conocimiento humano de lo que está por venir, puesto que para Él, todos los momentos de la historia son equivalentes. Es útil mantener estas consideraciones en mente cuando reflexionemos sobre cosmologías sin tiempo como la de Barbour.
Kant interpretaba el espacio y el tiempo como nociones a priori que no son abstraídas por la experiencia, sino que son el marco que hace que ésta sea posible.
Newton creó definiciones precisas de los conceptos de movimiento, espacio y tiempo. De acuerdo con ellas, el tiempo fluye perfectamente uniforme, imperturbable. El espacio es absoluto, casi como un contenedor transparente que se extiende hasta el infinito. Concedió que sólo podían observarse movimientos relativos, pero afirmó que los movimientos absolutos podían deducirse a partir de ellos.
Vuelta al absoluto
Leibniz se oponía a este punto de vista, defendiendo una visión relativa del espacio donde sólo las distancias y velocidades relativas tenían significado físico real. Su correspondencia con el portavoz de Newton, Clarke, se siguió con interés. El argumento final de las discusiones fue un experimento donde un cubo de agua se hace girar. La curvatura que aparece en la superficie del líquido no responde al movimiento relativo entre el agua y las paredes del cubo sino claramente a la rotación absoluta. La discusión se considero cerrada a favor de la interpretación de Newton.
Hasta el siglo XIX no se volvió a sospechar de la noción invisible de espacio absoluto. Mach, científico brillante y empirista convencido, argumentó que el momento linear o angular de un objeto existe como consecuencia de su movimiento relativo con respecto al resto de objetos en el universo. Esto es lo que Einstein llamó el Principio de Mach. La inercia es entonces un concepto que se refiere no a cuerpos aislados, sino al universo en su totalidad.
Einstein se sintió inspirado por las leyes de Maxwell -que determinan la velocidad de la luz sin especificar con respecto a qué referencia- a postular que era la misma para todas. De hecho, todos los experimentos que habían intentado medir diferencias en la velocidad de la luz debidas a movimientos relativos con respecto al éter (como el experimento de Michelson-Morley) habían fracasado. Desde este punto de partida derivó un nuevo paradigma en el que todas las leyes de la Física son idénticas e independientes del observador.
El espacio y el tiempo están completamente entrelazados en el espacio-tiempo, y ya no son inmutables, sino que se ven deformados por la materia que contienen. Es su geometría, la que define la inercia ahora, ya que los marcos de referencia inerciales son los que siguen las geodésicas (caminos de mínima distancia) de este nuevo paisaje.
La Teoría de la Relatividad ha sido probablemente la transformación más profunda en nuestra comprensión del espacio y el tiempo, haciendo avanzar nuestro conocimiento de la Física. Ahora, la pregunta es si otro cambio en nuestra interpretación de estos conceptos puede traernos la próxima revolución. Quizá sus inicios están ya presentes en alguno de los modelos evocadores que presentamos en la siguiente sección.
El universo sin tiempo y otras perspectivas sugerentes
En esta sección presentamos algunas perspectivas interesantes que difieren de la interpretación convencional y que podrían desencadenar la próxima revolución científica. Exponemos la idea de universo eterno de Julian Barbour, junto con otras especulaciones provocativas de un grupo de respetados físicos contemporáneos.
Julian Barbour admitió que le fascinó leer en una de las obras de Mach: "Está totalmente fuera de nuestras capacidades medir cómo cambian las cosas en el tiempo. Más bien al contrario, el tiempo es una abstracción a la que llegamos a través de los cambios en las cosas". Continúa sus reflexiones con la idea de que cuando medimos tiempo estamos en realidad midiendo distancia.
Utilizamos el ángulo cubierto por la manecilla del reloj para inferir el tiempo transcurrido. El tiempo solar es la distancia recorrida por el sol en el cielo. El tiempo sideral, lo que se han desplazado las estrellas. El tiempo atómico, las oscilaciones de un átomo de cesio. De hecho, es posible construir el reloj más sencillo analizando las trayectorias de tres cuerpos moviéndose inercialmente. Este reloj inercial fue presentado por primera vez por Neumann, y después lo desarrolló Tait. Con tres partículas, asumimos que una de ellas se encuentra en reposo.
Podemos utilizar la segunda como la manecilla del reloj, dividiendo en intervalos la distancia que cubre. Si suponemos que se mueve con velocidad unidad, es inmediato deducir la velocidad de la tercera partícula. De hecho, basta con tres instantáneas de un sistema inercial para definirlo completamente en estos términos y ser capaz de calcular todas las posiciones relativas de sus componentes, pasadas y futuras. Es importante caer en la cuenta de que estas instantáneas llegan sin ninguna información adicional que proporcione el momento en el que fueron tomadas.
Sistema sin tiempo
La posibilidad de describir un sistema (aunque fuera muy simple) sin tiempo es lo que inspiró a Barbour en su búsqueda de un modelo de universo eterno. Propone que el verdadero escenario del universo es el espacio de todas sus configuraciones posibles. Como estas configuraciones son eternas, da a este espacio el nombre de Platonia.
Todas las Platonias tienen un estado de mínimo tamaño y complejidad al que llama Alpha. Sin embargo, no hay Omega, ya que no existe ningún límite para el tamaño o la complejidad de lo que puede existir. Si trazamos una curva en Platonia, tendremos una posible historia del universo. De nuevo, no necesitamos del tiempo: como en la construcción de Tait, tener las posiciones relativas de los elementos es suficiente para definir una historia (y nada nos impide echar un vistazo a la posición relativa de las manecillas de nuestro reloj en cada punto de la curva).
Podemos definir distancias en Platonia como nos plazca, y, utilizándolas, trazar curvas de longitud mínima o geodésicas a través de su paisaje. Algunas definiciones de distancia son especialmente interesantes, ya que Barbour consigue derivar de ellas historias que son coherentes con las leyes de Newton o, con una definición más sofisticada, incluso con la Relatividad. Así, parece posible reformular la Mecánica por completo sin necesidad del tiempo.
Sin embargo, nuestra experiencia nos indica que el tiempo sí existe. Barbour intenta explicar el origen de esta persistente ilusión. En Platonia todas las posibles configuraciones del universo existen eternamente. Sin embargo, estas configuraciones aparecen con distinta intensidad.
Describe una bruma que se concentra en las mejores soluciones de la ecuación del universo, de una manera que recuerda a las probabilidades de la Mecánica Cuántica. Las soluciones que resuenan mejor son las que tienen más coherencia interna. Esta coherencia interna se manifiesta en la creación de lo que él define como cápsulas del tiempo.
Una cápsula del tiempo es un patrón estático que crea o codifica la apariencia de movimiento, cambio o historia. Por lo tanto, nuestra impresión de tiempo y movimiento sólo se debe a las huellas que deja, que son en realidad eternas, y a los recuerdos en nuestra consciencia que son también patrones eternos.
Bradbury imagina que el universo tiene probablemente una tendencia a encontrar más apropiadas las soluciones con más estructura. Esto hace que los universos que contienen consciencias sean los preferidos (ya que nada hay más complejo que la consciencia). Esto podría explicar el hecho de que la realidad que observamos es altamente compleja y estructurada, que es un estado altamente improbable estadísticamente.
Geometría no conmutativa, espacio-tiempo espuma, fractales y hologramas
La de Barbour no es la única cosmología de la eternidad. En las Redes Causales, como en los trabajos de Penrose y Sorkin, el espacio-tiempo se describe mediante una serie de eventos discretos en la que únicamente se especifica qué elementos preceden causalmente a otros.
Penrose reflexiona también sobre los valores que se le dan al momento angular en la Mecánica Cuántica. "¿Por qué decimos que un electrón tiene espín arriba o abajo, en vez de derecha o izquierda?". Sólo sabemos que el espín de un electrón puede tomar dos valores distintos: ½ o -½. Asimilarlos a una dirección en el espacio carece de sentido. Cuando construimos una estructura a partir de partículas elementales, podemos calcular su momento angular total. Si trasladamos un electrón de una estructura a otra, podemos calcular la probabilidad de que la segunda estructura incremente o disminuya su momento angular en el ½ aportado por el nuevo electrón. Penrose interpreta esta probabilidad como el coseno del ángulo que forman las dos estructuras.
Si un electrón que está contribuyendo con momento angular positivo en su estructura origen tiene 100% de probabilidad de aportar momento positivo una vez transferido, entonces las dos estructuras son exactamente paralelas. Si siempre contribuye en sentido opuesto entonces son antiparalelas. Valores intermedios de probabilidad nos darían ángulos intermedios. Estas probabilidades son discretas, pero cuando las estructuras aumentan en complejidad el número de valores que puede tomar, la probabilidad aumenta. En el límite, da origen a un continuo de direcciones.
Las Redes de Espín no consideran el tiempo, pero Penrose las generalizó a un espacio-tiempo de cuatro dimensiones en su Teoría de Twistores. En esta teoría, las unidades básicas son los rayos de luz, ya que un fotón existe simultáneamente en todos los puntos atravesados en su trayectoria debido a la deformación relativista del tiempo.
En todos los modelos presentados hasta ahora se asume que la distancia de A a B es necesariamente la misma que de B a A. La geometría no conmutativa prueba a relajar esta condición y a aplicar la geometría no conmutativa al espacio. Alain Connes, un matemático francés, trabaja en explorar las posibilidades de esta concepción del espacio. Recordando a Demócrito y sus átomos (en la que los distintos elementos se distinguían por sus formas diferentes) propone que quizá la materia sea una manifestación de la estructura profunda del espacio-tiempo.
El tiempo como espuma
Ya hemos mencionado que la suposición de continuidad para el espacio-tiempo puede ser la causa de que no hayamos encontrado aún la Gravedad Cuántica. Sabemos de la Mecánica Cuántica que las distancias menores que la longitud de Plank carecen de sentido físico. El espacio-tiempo podría estar basado en una especie de espuma (como lo expresó John Wheeler), y su escala fundamental podría ser borrosa. Shahn Majid estudia las consecuencias que tendría esta descripción de la realidad. En particular, la teoría de Majid predice que la velocidad de la luz debería variar ligeramente con la frecuencia. Ya se están realizando experimentos para detectar estas desviaciones mínimas en la luz emitida por supernovas distantes utilizando el telescopio LISA.
Tim Palmer propuso una nueva interpretación de la Mecánica Cuántica en la que las probabilidades aparecen como consecuencia de la complejidad intrínseca de la estructura del espacio. Para él la realidad profunda debería ser descrita como un fractal. Su idea principal puede explicarse con la analogía de recibir las coordenadas de un punto en una costa de perfil intrincado. No seríamos capaces de saber con seguridad si el punto pertenece a la tierra o al mar, sino una probabilidad. Palmer sostiene que las probabilidades que encontramos en la Mecánica Cuántica se derivan de un fenómeno similar.
También se ha propuesto que toda la información contenida en el universo está codificada en su frontera. Este holograma cósmico encerraría en una superficie bidimensional la realidad tridimensional completa. Si el espacio es discreto, significaría que para que la superficie pudiera contener toda la información, el interior debería ser mucho más borroso. Craig Hogan cree que esta falta de definición puede estar detrás del ruido, por ahora inexplicado, que está perturbando el experimento GEO600 en Hannover, diseñado para detectar ondas gravitacionales.
Una intrigante posibilidad
De acuerdo con Barbour, podemos describir nuestra realidad sin referirnos al tiempo. Él toma este hecho como evidencia de que la naturaleza del tiempo es ilusoria. Sin embargo, incluso si su descripción es completamente consistente con las observaciones, esto no prueba que el tiempo no existe. Sólo prueba que es matemáticamente posible hacer Física sin tiempo, lo cual es una conclusión completamente diferente.
Como ya tenemos una Física basada en el tiempo, esto querría decir que tenemos dos modelos distintos que funcionan igualmente bien. En la Teoría de Campos Cuánticos nos encontramos también con dos modelos, formulados sobre espacio-tiempos diferentes, que dan resultados equivalentes. ¿Es posible que descripciones distintas del espacio y el tiempo nos proporcionen predicciones igualmente correctas?
Poincaré señaló el hecho de que nuestros sentidos no pueden percibir directamente la geometría del espacio. El espacio geométrico, el verdadero marco de nuestras experiencias, es distinto del espacio de representación que inferimos de nuestros sentidos.
Para empezar, la experiencia de la visión es un fenómeno puramente bidimensional. Sin embargo, tomamos la información de nuestras retinas y del resto de nuestras percepciones y cómo estas varían con el movimiento y los combinamos para formar el espacio de representación tridimensional.
Como resultado, ''Es también imposible representarnos los objetos externos en el espacio geométrico, así como imposible es para un pintor dibujar en una superficie plana los objetos con sus tres dimensiones. El espacio de representación es sólo una imagen del espacio geométrico, una imagen deformada por cierta perspectiva, y sólo podemos representarnos los objetos haciéndolos obedecer las leyes de esta perspectiva".
El tiempo como convención
Poincaré propone un experimento mental en el que consideramos un mundo contenido en una esfera en el que todos los cuerpos tienen el mismo coeficiente de dilatación, así que la longitud de cualquier objeto es proporcional a su temperatura absoluta. La temperatura de este mundo disminuye con la distancia al centro según la fórmula R2 - r2, así que en su frontera la temperatura es el cero absoluto. Incluso aunque este universo es finito, para sus habitantes es de hecho infinito ya que se vuelven más y más pequeños al aproximarse a la frontera. Estos seres imaginarios estudiarían la física de su mundo, completamente inconscientes de las dilataciones térmicas. Cuando se mueven, experimentan una contracción en sus miembros en la dirección de la frontera. Sin embargo, esta deformación se consideraría una serie de perspectiva, con lo que sus sentidos se ajustarían para corregirla.
Poincaré señala que "sería un error concluir que la geometría es, ni tan siquiera en parte, una ciencia experimental. Si fuera experimental, sólo sería aproximada y provisional. ¡Y qué burda aproximación sería! La geometría consistiría únicamente en el estudio de los movimientos de los cuerpos sólidos, pero en realidad no le atañen los sólidos naturales: su objeto son los sólidos ideales''. Finalmente argumenta que la experimentación puede guiarnos, pero no impone ninguna elección de geometría ni puede revelarnos cuál es la más apropiada, la verdadera.
Es imposible medir una distancia sin una regla, o sin la posibilidad de desplazar la regla, ya que sólo podemos comparar objetos yuxtapuestos. Asumimos que la regla se mantiene constante durante el proceso. Éstos son los supuestos que dan forma a la geometría que encontramos. Podríamos encontrar una solución distinta si tomásemos otras hipótesis. Por ejemplo, si en vez de asumir que las reglas no se distorsionan, asumimos que la velocidad de la luz es constante, encontramos la geometría relativista.
Es posible que el espacio y el tiempo no tengan otra naturaleza que la que les asignemos por convención. Parece que podemos encontrar teorías igualmente válidas basadas en supuestos muy diferentes. Esto puede indicar que su realidad fundamental no existe independientemente de la experiencia que los asume, en una interdependencia inevitable. También podría ser que su naturaleza más básica no pudiera expresarse matemáticamente y sólo pudiéramos encontrar aproximaciones. O, finalmente, podría significar que la naturaleza puede describirse de varias maneras distintas. Los diferentes modelos que funcionen con éxito deberían ser entendidos como descripciones de la misma realidad, pese a sus diferentes expresiones.

martes, 20 de marzo de 2012

ACTIVIDADES ENZIMÁTICAS HEPÁTICAS EN GATOS CON Mcoplasma hemotrópico felino . Carolina X. Rios B 2005

.ACTIVIDADES ENZIMÁTICAS HEPÁTICAS Y VOLUMEN
GLOBULAR EN GATOS CON MICOPLASMA HEMOTRÓPICO
FELINO, DE DISTINTO SEXO Y EDAD, CON MUCOSAS ICTERICAS
Y LETARGIA
MEMORIA DE TITULO
PRESENTADO A LA FACULTAD
DE MEDICINA VETERINARIA
PARA OPTAR AL TITULO DE
MEDICO VETERINARIO
CAROLINA XIMENA ROJAS BONILLA
CHILLAN, CHILE
2005
U N I V E R S I D A D D E C O N C E P C I O N
FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA
Departamento de Ciencias Pecuarias
Campus Chillán
ACTIVIDADES DE LAS ENZIMAS HEPÁTICAS Y VOLUMEN
GLOBULAR EN GATOS CON MICOPLASMA HEMOTRÓPICO
FELINO, DE DISTINTO SEXO Y EDAD, CON MUCOSAS ICTERICAS
Y LETARGIA
MEMORIA DE TITULO
PRESENTADO A LA FACULTAD
DE MEDICINA VETERINARIA
PARA OPTAR AL TITULO DE
MEDICO VETERINARIO
CAROLINA XIMENA ROJAS BONILLA
CHILLAN, CHILE
2005
II
ACTIVIDADES ENZIMÁTICAS HEPÁTICAS Y VOLÚMEN GLOBULAR EN
GATOS CON MICOPLASMA HEMOTRÓPICO FELINO, DE DISTINTO SEXO Y
EDAD, CON MUCOSAS ICTERICAS Y LETARGIA.
Profesor Patrocinante ---------------------------------------
Victoria Merino Muñoz
Bioquímico. Ms. SC.
Profesor Asociado
Profesor Guía ---------------------------------------
Armando Islas Letelier
M. V. Ms. SC.
Profesor Titular
Profesor Guía ---------------------------------------
Pablo Rivera Ramírez
M. V. Dr. M.V.
Profesor Asistente
III
Profesor Guía ---------------------------------------
Rodrigo Tardón Brito
M. V.
Instructor
Director de Departamento ----------------------------------------
de Ciencias Clínicas Guillermo Mora Riveros
M. V. Ms. Sc.
Profesor Asociado
IV
D E D I C A T O R I A
A mis padres, Fernando y Marta, familia y Tíos, por la paciencia, el apoyo y la
confianza puesta en mi.
A la doctora Victoria Merino por los consejos y enseñanzas.
A mis amigos, Fernanda, Mariana, Claudio, Gerardo, Alex, Carola, Marcos, Karina
Teresa y todos los que fueron la gran familia formada durante mi carrera, gracias
por todo el cariño.
V
ÍNDICE DE MATERIAS
CAPÍTULO PÁGINA
RESUMEN................................................................................................................1
SUMMARY...............................................................................................................2
I INTRODUCCIÓN...........................................................................................3
II MATERIALES Y MÉTODO..........................................................................12
III RESULTADOS.............................................................................................16
IV DISCUSIÓN.................................................................................................25
V CONCLUSIONES........................................................................................30
VI REFERENCIAS............................................................................................31
VI
ÍNDICE DE FIGURAS
Nº FIGURA PÁGINA
1. Porcentaje (%) de gatos positivos (rojo) y negativos (amarillo) a micoplasma
hemotrópico felino...................................................................................................16
VII
ÍNDICE DE TABLAS
Nº TABLA PÁGINA
1. Actividad de ALT, GGT y FA de gatos positivos al Micoplasma hemotrópico
felino..................................................................................................................17
2. Volumen globular (%) de gatos positivos a Micoplasma hemotrópico felino.....17
3. Actividad enzimática (UI /L) de gatos positivos a Micoplasma hemotrópico
felino según la edad................................................................................................19
4. Volumen globular de gatos positivos a Micoplasma hemotrópico felino según
grupos etarios.........................................................................................................20
5. Actividad enzimática (UI /L)de gatos positivos a Micoplasma hemotrópico felino
según el sexo..........................................................................................................21
6. Volumen globular de gatos positivos a Micoplasma hemotrópico felino según el
sexo........................................................................................................................22
7. Actividad enzimática (UI /L) de gatos positivos a Micoplasma hemotrópico felino
según la presencia de mucosas ictéricas...............................................................22
8. Volumen globular de gatos positivos a Micoplasma hemotrópico felino según la
presencia de mucosas ictéricas..............................................................................23
9. Actividad enzimática (UI /L) de gatos positivos a Micoplasma hemotrópico felino
según la presencia de letargia................................................................................24
10. Volumen globular de gatos positivos a Micoplasma hemotrópico felino según la
presencia de letargia...............................................................................................24
VIII
1
RESUMEN
ACTIVIDADES ENZIMÁTICAS HEPÁTICAS Y VOLÚMEN GLOBULAR EN
GATOS CON MICOPLASMA HEMOTRÓPICO FELINO, DE DISTINTO SEXO Y
EDAD, CON MUCOSAS ICTERICAS Y LETARGIA.
LIVER ENZYME ACTIVITIES AND GLOBULAR VOLUME IN CATS WITH
MYCOPLASMA sp. OF DIFFERENT SEX AND AGE WITH JAUNDICE MUCOUS
AND LETHARGY.
Micoplasma hemotrópico felino (MHF) es un parásito epicelular de los eritrocitos
de los felinos, que causa una anemia que puede ser de moderada a severa. La
enfermedad se puede presentar de forma subclínica ó causando sintomatología
que se caracteriza por debilidad, letargia, inapetencia y caída de peso. En el
desarrollo de la enfermedad se pueden observar las mucosas pálidas e ictericia y,
en algunos casos la presencia de pirexia, esplenomegalia, hepatomegalia y
linfoadenopatia. En este estudio se utilizaron 80 gatos de la comuna de Chillán, de
distinto sexo y edad, los cuales estaban infectados de forma natural con el
parásito. A estos animales se les extrajo sangre desde la vena cefálica que se
depositó en tubos con anticoagulante (EDTA). Se realizaron frotis sanguíneos para
determinar la presencia de MHF y, en el plasma sanguíneo se determinó la
actividad de las enzimas hepáticas ALT, FA y GGT. Los resultados obtenidos
indican que MHF está presente en gran proporción de la población felina de este
estudio, sin embargo, no siempre se manifestaron los signos típicos de ésta
enfermedad, como anemia, letargia e ictericia. Las actividades enzimáticas de
ALT, FA y GGT no están relacionadas con la edad, sexo, letargia e ictericia.
Palabras Claves: Micoplasma, gatos, enzimas hepáticas.
2
SUMMARY
Hemotrophic mycoplasma feline ( HMF ) is a epicelular parasite from red blood cell
of felines, which there causes anemia that can be moderated or severe. The
disease can appear of subclinical form or causing symptomatology characterized
by weakness, lethargy, inappetence and fall of weight. In the development of this
disease the mucous pale ones and jaundice can be observed and, in some cases
the presence of pirexia, splenomegaly, hepatomegaly and linfoadenopatyc.
In this study there were used 80 cats of the commune of Chillán, of different sex
and age, which have been infected of natural form. Blood was extracted from the
cephalic vein and it was put in tubes winth EDTA as anticoagulant. A citological
examination of blood mears was performed for detecting a mycoplasma sp. and,
the activity of liver enzymes ALT, FA and GGT were determined in the sanguineus
plasma.
The results obtained indicate that HMF exist in great proportion of the feline
population of this study, nevertheles not always the animals demonstrate the
typical signs of this disease, as anemia, lethargy and jaundice. The enzymatic
activities of ALT, FA and GGT ere not related whith age, sex, lethargy and
jaundice.
Key words: Mycoplasma, Haemobartonella, cats, hepatic enzymes.
3
I INTRODUCCIÓN
Descripción de Haemobartonella felis. Hemobartonella felis es una bacteria
epicelular gram negativo que se ubica en los eritrocitos felinos. El organismo se
clasificó como una Rickettsia, pero se ha determinado que está más
estrechamente relacionado con el organismo micoplasmal (Flint et al.,1958; Dow
et al., 1989), basados en la secuencia del gen 16S rRNA que revela la semejanza
con la familia Mycoplasmataceae (Messick et al.,1998). Al basarse en la
caracterización morfológica y genética, se describen dos cepas; estas difieren en
aproximadamente un 15% en el gen 16S rRNA de la región evaluada (Jensen et
al., 2001). La variante más pequeña (1 a 3 m) se designa como cepa California
de Hemobartonella felis (H.felis-CA) o Hfsm y, la forma de mayor tamaño (3 a 5
m) como la cepa Ohio de Hemobartonella felis (H.felis-OH) o Hflg. H.felis-OH
está estrechamente relacionada a H.muris (Foley et al., 1998; Jensen et al.,
2001), como también es imposible diferenciar de H. canis ( Birkenheuer et al.,
2002) , en tanto H.felis-CA con Eperythrozoon suis (Foley et al., 1998). H.felis-
OH es aparentemente más patogénica que H.felis-CA, la cual no produce anemia,
o bien, una mínima anemia definida con un PCV < 24 % (Jensen et al., 2001;
Westfall et al., 2001).
Neimark et al (2001) propone que la cepa Hflg se debe transferir desde el orden
Rickettsiales, familia Anaplasmataceae y nombrarse como Candidatus
Mycoplasma haemofelis. Finalmente se designó como Micoplasma haemofelis ya
que la propuesta de Candidatus se rechazó porque la taxa previamente
clasificada perdía su posición en la nomenclatura (Neimark et al., 2002). Foley y
Pedersen (2001)proponen que la cepa Hfsm sea llamada Candidatus Mycoplasma
hemominutum, con Candidatus indicando un nombre provisional para el nuevo e
incompletamente descrito taxón. En la actualidad Haemobartonella felis se
denomina como micoplasma hemotrópico felino ( Messick , 2004).
Estructura de Haemobartonella felis. Haemobartonella son organismos
pleomórficos delimitados por una membrana plasmática simple y una matriz
4
granulosa de densidad variable en la cual se observan gránulos electrodensos de
aproximadamente 15 mm que asemejan ribosomas dispersos en esta matriz, en
forma ocasional forman cadenas. Estos microorganismos se adhieren a la
superficie del eritrocito receptor, pero no penetran en el interior de la célula. Se
observan profundas depresiones en la superficie del eritrocito, que pueden rodear
completamente a este microorganismo (Demaree y Nessmith, 1972; Jain y
Keeton, 1973) dando la impresión de ubicarse intracelularmente. Desde la
membrana se extienden filamentos cortos y huecos, que se adhieren al eritrocito.
Dentro del pleomorfismo aparecen con forma de anillos, cocos, barras, coma,
raqueta de tenis (Flint y Lloyd, 1953; Demaree y Nessmith, 1972). La longitud
promedio de las barras varía de 1 a 3 y el ancho de 0.5 o menos; los cocos y
anillos promedian cerca de 0.8 de diámetro, aunque algunos llegan a medir 1.5 a
2.0 de diámetro (Splitter et al., 1956). Las estructuras más predominantes son
cocos y anillos. La distribución irregular del organismo en el eritrocito es
característica, observándose grupos de 3 a 6 organismos ordenados en cadenas
(Splitter et al., 1956) como también se pueden encontrar solos o en grupos (Jain y
Keeton, 1973).
A través de microscopía electrónica, las barras muestran una división de 2 a 6
segmentos, que luego se inflan y crecen originando cocos y anillos, lo cual sugiere
que las estructuras predominantes derivan de las barras de Haemobartonella
(Splitter et al., 1956) por gemación o por fisión binaria (Demare y Nessmith, 1972).
Signos de la enfermedad. La hemobartonellosis es incriminada como la causa
más común de anemia hemolítica en gatos domésticos (Bobade et al., 1988),
muchos casos son subclínicos o no diagnosticados (Flint et al., 1959), siendo la
anemia, la única manifestación clínica conocida de la infección, la que se debe a
una acusada eritrofagositosis y no a una lesión de los eritrocitos (Norman
F.Cheville, 1980).
La anemia que se presenta en hemobartonellosis es de tipo regenerativa, ya que
se observa reticulocitosis, macrocitosis, anisocitosis y policromacia (Jain y
Keeton, 1973; Vansteenhouse et al., 1995). El aumento del tamaño de los
5
eritrocitos en gatos es un signo en casos de anemia agudas (Flint et al., 1959); sin
embargo, Bobade et al. (1988) observó gatos con anemias normocíticas y
normocrómicas. Se sugiere que gatos con Haemobartonella pueden ser más
susceptibles a la infección con leucemia viral felina (FeLV) aunque es posible que
FeLV cause la conversión de H. felis latente a activa (Gindem et al., 1990). En
infecciones conjuntas de de H. felis y FeLV, las anemias son predominantemente
macrocíticas e hipocrómicas (Bobade et al., 1988) siendo también de tipo
regenerativa (George et al., 2002).
Se ha demostrado que gatos positivos a Haemobartonella felis desarrollan
frecuentemente tumores hematopoyéticos, como leucemia o linfosarcoma, que
gatos negativos a esta enfermedad (Gindem et al., 1990).
Se han observado casos de Hemobartonellosis con anormalidades hematológicas
en las que se presenta anemia aguda acompañada de un marcado incremento de
eritrocitos nucleados e inmaduros y gatos con una marcada neutrofilia y
desviación a la izquierda (VanSteenhouse et al., 1995).
Se ha demostrado que una infección con Hemobartonella felis puede causar
pequeños problemas clínicos (Bobade et al., 1988) signos que pueden confundirse
con otra enfermedad, debido a la anemia que se genera (Schwartzman y Besch,
1958). La Hemobartonellosis clínica tiene un comienzo gradual y los signos
iniciales son torpeza, debilidad, letargia, un grado variable de inapetencia y baja
de peso (Bobade et al., 1988) confundiéndose con un parasitismo intestinal
(Splitter et al., 1956). A veces se observa una pirexia intermitente, existiendo en
casos más severos de infección, anemia intensa, mucosas pálidas,
deshidratación, ictericia, esplenomegalia, hepatomegalia y linfoadenopatia. Estos
signos se hacen más severos en los gatos que además presentan FeLV (Bobade
et al., 1988; Vansteenhouse et al., 1995). Los gatos en la fase crónica están
subclinicamente infectados pero puede haber una recurrencia de la enfermedad
clínica después de un período de estrés (Jensen et al., 2001).
Se han presentado casos de gatos hiperbilirrubinémicos. Los mecanismos de
incremento de producción de bilirrubina incluye una excesiva destrucción de
eritrocitos en circulación, resultando en un aumento de la eritropoyesis pero
6
inefectiva, con lo cual aumenta la producción de hemoglobina en el hígado. La
incapacidad del hígado para transportar y conjugar la bilirrubina eficazmente
también contribuye a la hiperbilirrubinemia. Es así como la tasa de destrucción de
células sanguíneas rojas y la integridad del hígado son los factores determinantes
con respecto a la ictericia (Schwartzman y Besch, 1958).
El hígado muestra una respuesta a enfermedades extra- hepáticas que llevan a
ocasionar anormalidades en los estudios séricos e histomorfología del hígado. Es
así, como la anemia puede alterar la integridad y funcionalidad de este órgano
(Ishak, 1999).
En el hígado se observa una necrosis centrolobulillar y se incrementa la
producción de enzimas hepáticas. Esta necrosis posiblemente es causada por la
hipoxia hepática secundaria a la hipotensión y a una anemia severa
(Vansteenhouse et al., 1995). Entre los parámetros bioquímicos para valorar los
procesos hepáticos se utiliza la determinación de la actividad de la enzimas
hepáticas, que indican la existencia de un daño hepático y colestasis, sin
embargo, la magnitud de incremento de la actividad enzimática plasmática no
pronostica la irreversibilidad de la enfermedad o daño hepático en un punto
temporal. Es así, como la actividad enzimática (en unidades internacionales) se
determina en suero o plasma mediante métodos espectofotométricos bajo
condiciones especificadas (Ishak, 1999; Duncan, 2000).
La alanino amino transferasa (ALT) es la enzima más útil para detectar que existe
daño hepatocelular, pero no debe usarse como prueba única para evaluar la
presencia de una enfermedad hepática. La ALT está en el citoplasma de los
hepatocitos y en el tejido muscular. Su actividad sérica aumenta por la liberación
de la enzima soluble desde el hígado, al incrementar la permeabilidad de la
membrana hepatocelular causada por lesión o disturbio metabólico. Puede
observarse un incremento de la actividad sérica de esta enzima antes de las 12
horas tras un daño hepático agudo, pero puede tardar 3 ó 4 días en alcanzar los
niveles máximos. El grado en que la actividad enzimática aumenta estaría
correlacionado con el número de hepatocitos afectados. La lipemia y la hemólisis,
como también la administración de fármacos hepatotóxicos y de glucocorticoides
7
provocan falsos incrementos de la actividad sérica de ALT (Ishak, 1999; Duncan,
2000).
Otras enzimas como la fosfatasa alcalina (FA) y la gama glutamil transferasa
(GGT) muestran una mínima actividad en el tejido hepático normal pero
incrementan en forma marcada en el plasma luego del aumento de la producción
enzimática estimulada por colestasis intra o extra hepáticas y por medicamentos.
Existen isoenzimas de la FA en las microvellocidades del hígado, de la placenta,
del intestino, del riñón y del hueso, siendo la isoenzima hepática la responsable de
la actividad sérica en los gatos adultos normales. La determinación de la FA sérica
es una de las pruebas que normalmente se incluyen en los perfiles para detectar
enfermedad hepática, cuando existen signos de pérdida de peso, anorexia,
polidipsia, vómitos, diarrea, ascitis e ictericia. El tejido hepatobiliar felino tiene una
capacidad limitada para la producción acelerada de FA. La sensibilidad
diagnóstica y magnitud del incremento en el gato están atenuadas además por
una vida media plasmática de 6 horas.
La GGT es una enzima citoplasmática y de membranas cuya mayor concentración
se halla en las microvellosidades del epitelio renal y del epitelio del conducto biliar.
Se utiliza junto con la FA y otras pruebas hepáticas para el diagnóstico y control
de procesos hepáticos. En los gatos se considera más útil que la determinación de
la FA (Ishak, 1999; Duncan, 2000).
Eliminación bacteriana. El principal órgano encargado de remover el parásito
desde el eritrocito es el bazo, a través de la fagocitosis. En este proceso se
remueve el organismo sin destruir al eritrocito. La actividad fagocítica se observa
al inicio de la bacteremia, pero esta no se evidencia en el período sucesivo a
pesar de la presencia de H.felis. Esto se puede deber a la severa bacteremia en
el bazo, lo cual lleva a un agotamiento de la función fagocítica de los macrófagos
esplénicos (Maede, 1975).
Estado portador y factores predisponentes. Los gatos adultos son portadores
de la enfermedad, como resultado de una exposición temprana a ésta. La
8
infección presumiblemente se encuentra inactiva transportándose en los gatos por
largos períodos, hasta que se presente una situación de estrés, lo que disminuye
la vitalidad del huésped permitiendo que el bacteria active su virulencia en forma
de una severa bacteremia permitiendo la manifestación clínica de la enfermedad
(Flint et al., 1958,1959).
Numerosos cofactores son posibles para una enfermedad severa, los cuales son
situaciones de estrés tal como embarazo, infección intercalada, neoplasias,
hambre, histerectomía, abscesos, neumonitis (Flint et al., 1958, 1959), FeLV
positivo, carencia de vacunaciones, vagaje fuera de casa (Gindem et al., 1990).
Resultados de estudios epidemiológicos indican un incremento en el riesgo de
infección de Haemobartonella felis en hembras, gatos mestizos y gatos de 1 a 3
años de edad, que se relaciona con la aparición de las tendencias viriles de los
gatos machos y las frecuentes peleas de éstos. Se ha determinado, además, que
la permanencia de Haemobartonella felis es estacional (Fint et al., 1958).
El riesgo o las proporciones de gatos infectados aumentan con la edad,
observándose un pick entre 4-6 años o 7-8 años de edad; además, los gatos con
sintomatología clínica son machos y los sin sintomatología de Haemobartonella
felis son hembras (Gindem et al., 1990).
La inmunidad establecida es débil o de corta duración o ambas (Flint et al., 1959).
Patología. Las necropsias realizadas en gatos con anemia revelan signos típicos
de anemia hemolítica aguda. Las lesiones incluyen una congestión pasiva del
hígado con variados grados de degeneración y necrosis de las cuerdas hepáticas
alrededor de la vena central progresando al exterior, ligera a moderada ictericia
generalizada; los cambios esplénicos varían desde una ligera esplenomegalia a un
gran bazo friable, morado a negro con 2 a 3 veces el tamaño normal (Splitter et
al., 1956).
Transmisión y detección del parásito. La transmisión de Haemobartonella
puede ser a través de vectores como las pulgas, transmisión vertical desde madre
9
a hijos en útero o vía lactación y transmisión horizontal por transfusión sanguínea
(Vansteenhouse et al., 1995).
El rango del período de incubación fluctúa entre 18 y 21 días (Flint y Lloyd, 1953).
Muchas veces no es posible observar la bacteria en las muestras sanguíneas
(Flint et al., 1958). El organismo aparece en circulación en un promedio de 7 días,
siendo el período mínimo de su detección de 3 días y el máximo de 20 días;
período en el cual ocurren ataques de la bacteria caracterizado por un incremento
en el número de éstos seguido por una espontánea disminución de las mismos.
Este ataque dura un promedio de 28 días, disminuyendo con esto los valores
sanguíneos (Splitter et al., 1956).
Vansteenhouse et al (1995) observó que la bacteria aparecen en la circulación dos
días después de una inducción inmunosupresiva causada por glucocorticoides.
Método de diagnóstico. Las dificultades en establecer un diagnóstico definitivo
para Haemobartonella se debe a la rápida fluctuación del número de organismos
circulantes, a la carencia de consistencia para relacionar bacteremia con anemia,
a las dificultades para detectar los gatos portadores y a la deficiencia de test de
diagnósticos (Gindem et al., 1990).
El diagnóstico definitivo de Haemobartonella depende enteramente del aislamiento
o identificación del organismo en la sangre (Schwartzman y Besch, 1958)
En el diagnóstico de la enfermedad es de suma importancia la determinación de
hemoglobina y recuento de leucocitos, lo primero indica el grado de anemia y lo
segundo, la respuesta del hospedador al organismo invasor. Para gatos normales
el promedio de hemoglobina es de 11.0 g/ dL, por lo que un nivel de hemoglobina
de 6.5 g / dL se considera un punto de quiebre y con niveles inferiores se
consideran anémicos (Flint et al., 1959).
El volumen corpuscular medio de eritrocitos felinos normales se ha establecido en
46.73 dL, mientras la media de los animales infectados en 58.37 dL. Este
incremento, aparentemente, es debido a un esfuerzo de la médula ósea de
generar células inmaduras para mayor capacidad de transporte de oxígeno (Flint
et al., 1959).
10
Comúnmente el único método diagnóstico de Hemobartonella felis es la detección
del organismo por la examinación microscópica de frotis de sangre. Cuidados
meticulosos deben tomarse en la preparación de las muestras porque al ser
pleomórfico puede confundirse con precipitaciones del teñido, remanentes
celulares y detritus (Gindem et al., 1990). Adicionalmente el organismo puede
disociarse desde los eritrocitos por exposición prolongada a
etilendiaminotetraacético (EDTA) (Berrent et al., 1998).
Actualmente se han realizado estudios para determinar H. Felis a través de la
técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). El ensayo PCR es
analíticamente específico, porque sólo amplifica el DNA de Hemobartonella felis y
aunque existan otros organismos comúnmente asociado a bacteriemia en gatos.
La amplificación de PCR es superior a la examinación citológica para la infección
por Haemobartonella ( Jensen et al, 2001).
Métodos de tratamiento. Hay gatos que clínicamente se recuperan en forma
satisfactoria sin tratamiento, como los gatos de casa, sin embargo permanecen
como portadores latentes de la enfermedad (Flint et al., 1959).
Las transfusiones sanguíneas son esenciales para los animales severamente
anémicos. Los gatos pueden permanecer vivos por este método el tiempo
suficiente para que otros agentes terapéuticos lleguen a ser efectivos.
Los derivados de arsénicos son propuestos como los más específicos para tratar
Haemobartonellosis en otros animales, pero los gatos a menudo son
hipersensibles a éstos. La oxitetraciclina y posterior tetraciclina hidroclorada son
utilizadas en forma efectiva. El tratamiento debe ser mantenido al menos por 21
días (Flint et al., 1959).
11
Hipótesis.
La actividad de las enzimas hepáticas en el plasma sanguíneo incrementará en
gatos con micoplasma hemotrópico felino.
Objetivos.
Objetivo general. Determinar la actividad de las enzimas hepáticas y volumen
globular en gatos positivos a micoplasma hemotrópico felino.
Objetivos específicos.
- Detectar la presencia o ausencia de estructuras semejantes a micoplasma
hemotrópico felino en frotis sanguíneos de gatos clínicamente sanos y gatos con
signos clínicos de micoplasmosis.
- Determinar la actividad de las enzimas plasmáticas ALT, GGT, FA y
volumen globular en gatos con presencia de micoplasma hemotrópico felino en
frotis sanguíneo.
- Comparar la actividad de las enzimas señaladas anteriormente y volumen
globular en gatos de distinto sexo y diferentes edades.
- Analizar la actividad de las enzimas en estudio y volumen globular en gatos
con signos de letargia y color de las mucosas ictéricas.
12
II MATERIALES Y MÉTODOS
Animales.
Se utilizaron 80 muestras sanguíneas de gatos (40 hembras y 40 machos), de
distinta edad, raza y sexo, de la comuna de Chillán, que asistieron al Hospital
Clínico Veterinario de la Universidad de Concepción, o provenían desde clínicas
veterinarias de la comuna de Chillán.
Los gatos fueron agrupados de acuerdo al sexo, edad, color de mucosas y
letárgia. A los 80 gatos se les realizó un examen citológico sanguíneo y se les
determinó el volumen globular y la actividad de las enzimas hepáticas en el
plasma sanguíneo.
Para conocer el efecto de la edad en la presencia de Micoplasma haemotrópico
felino se establecieron 3 grupos: grupo 1, gatos menores a 1 año; grupo 2 gatos
de 1 año a 3 años, y grupo 3 gatos de 4 años en adelante.
A cada gato se le realizó un examen clínico en donde se evaluó la presencia de
ictericia y de letargia. Determinándose como ictericia el síndrome caracterizado
por una coloración amarilla de los tegumentos, piel y mucosas, como
consecuencia de su pigmentación por los pigmentos biliares. Todos los tejidos
pueden teñirse de amarillo, salvo cartílagos, los nervios, la cornea y el cerebro.
Muestras sanguíneas.
La sangre fue extraída desde la vena cefálica, del miembro anterior derecho o
izquierdo, con jeringas estériles de 3 mL, la cual fue depositada en tubos de
ensayo estériles con anticoagulante EDTA.
Volumen globular (VG): se determinó mediante la prueba de microhematocrito. La
muestra fue centrifugada a 2500 rpm durante 5 minutos. El resultado se obtuvo
leyendo la escala de microhematocrito y se expresó en % (Villiers y Dunn, 2000);
considerándose como gatos anémicos aquellos en que el volumen globular era
bajo el 24% de valor del hematocrito.
13
Determinación o visualización de micoplasma hemotrópico felino: se realizó un
frotis sanguíneo que se fijó con metanol por 5 minutos y luego se tiñó con solución
Giemsa. En cada frotis se observó la presencia del parásito, indicando si era
positivo o negativo a micoplasma hemotrópico felino. Se denominó gatos positivos
a aquellos en los cuales se sospechó que tienen el micoplasma por las
características estructurales observadas en el frotis sanguíneo.
Actividades enzimáticas.
Parte de la sangre extraída (1 mL) fue centrifugada a 2500 rpm por 10 minutos
para obtener el plasma en una centrífuga refrigerada (Micro 22, Hettich). Se
realizaron las mediciones de la actividad enzimática, utilizando reactivos
comerciales obtenidos de Laboratorio Human.
Gama Glutamyl transferasa (GGT).
Se determinó a través de un método cinético colorimétrico.
Ensayo
El principio de la reacción es:
L-Y-glutamil-3 carboxi- 4 nitroanilina + Glicylglicina
GGT
L-Y-glutamil- glicina + 5 amino- 2 nitro- benzoato
La lectura se realizó en espectrofotómetro Microlab 200 (Merck) a una longitud de
onda de 405 nm. Para esta enzima, se considera normal en gatos valores
menores a 8 UI/ L (Kaneko, 1997).
14
Fosfatasa alcalina (Mono ester ortofosfórico fosfohidrolasa).
Se determinó utilizando reactivos comerciales (Laboratorio Human) que se basa
en el método estandarizado optimizado de acuerdo a las recomendaciones de
Sociedad Clínica Alemana (Deutsche Gesueschaft Für Klinische Chemie).
Ensayo
El principio de la reacción es:
FA
p- nitrofenilfosfato fosfato + p- nitrofenol
La lectura se realizó en espectrofotómetro Microlab 200 (Merck) a una longitud de
onda de 405 nm. Para esta enzima, se considera normal en gatos valores
menores a 85 UI/ L (Kaneko, 1997).
Alanino amino transferasa (ALT).
Se determinó utilizando reactivos comerciales (Laboratorio Human) que se basa
en el método cinético según las recomendaciones del panel de expertos de la
IFCC (Federación Internacional de Química Clínica).
Ensayo
El principio de la reacción es:
ALT
2-oxoglutarato + L-alanina L- glutanato + piruvato
Piruvato + NADH + H+ L- lactato + NAD+
La lectura se realizó en espectrofotómetro Microlab 200 (Merck) a longitud de
onda de 365 nm. Para esta enzima, se considera normal en gatos valores
menores a 85 UI/ L (Kaneko, 1997).
15
Análisis estadístico
De acuerdo a los resultados obtenidos se obtuvo el promedio y desviación
estándar con las variables sexo y edad, a las cuales se les realizó la prueba t de
Student a través del programa computacional Excel, para comparar los resultados.
Financiamiento
Este estudio forma parte del proyecto DIUC Nº 202.151.073-1.0
16
III RESULTADOS
Al analizar los resultados obtenidos de los gatos en estudio se determinó que 75
gatos (93.75 %) presentaron estructuras semejantes a micoplasma haemotrópico
felino (MHF) siendo considerados positivos a MHF y 5 gatos (6.25 %) fueron
negativos a MHF (Fig. 1).
94%
6%
H felis + Hfelis -
Figura 1. Porcentaje (%) de gatos positivos (rojo) y negativos (amarillo) a
micoplasma hemotrópico felino.
En relación a las actividades enzimáticas, se puede observar que los gatos
positivos a MHF (Tabla 1) presentaron una actividad ALT que va desde 13 a 177
UI /L, de los cuales el 17.33 % tenían actividad sobre el rango normal para la
especie y, el 82.66% estaban dentro del rango normal. La actividad GGT varió
entre 1 a 33 UI /L, determinándose que el 8 % de los gatos presentan una
actividad mayor al valor límite superior normal. La actividad FA para estos
animales varió entre 1 a 91 UI /L y solamente un gato ( 1.33 %) presentó una
actividad mayor que lo normal para la especie.
17
Tabla 1. Actividad de ALT, GGT y FA de gatos positivos al micoplasma
hemotrópico felino.
Enzimas hepáticas
Nº de gatos / (%) Rangos de act. enzimática
(UI /L)
ALT
13 / (17.33 )
62 / (82.66)
86 – 177
13 – 85
GGT
6 / (8 )
69 / (92)
11 – 33
1 – 10
FA
1 / (1.33)
74 / (98.66)
91
1 - 69
n = 75
Al analizar el volumen globular de los gatos considerados positivos a MHF se
puede observar en la Tabla 2 que un 13.33 % de los gatos presentaron un
volumen globular menor a 24 %; el 9.33 % tenía un volumen globular mayor al
limite superior normal para la especie; el 77.33 % de los animales se estableció
entre el rango normal.
Tabla 2. Volumen globular (%) de gatos positivos a Micoplasma hemotrópico
felino.
Nº de gatos / (%) Rango volumen globular (%)
10 / (13.33)
7 / (9.33)
58 / (77.33)
8 – 23
46 - 55
24 – 45
n = 75
El efecto de la edad sobre las actividades enzimáticas en estudio de los gatos
positivos a MHF se muestra en la Tabla 3. Es importante señalar, que a 17 gatos
no fue posible determinar su edad; por este motivo, para realizar este análisis el
18
número total de animales fue 63 de los cuales 5 fueron negativos al MHF. Se
observó que de los gatos del grupo 1 sólo 3 gatos tienen una actividad ALT sobre
el rango normal, sin embargo GGT y FA se encuentran dentro del rango normal
para la especie. De los gatos del grupo 2, solo 5 gatos presentan actividad ALT
mayor al valor límite superior normal, 3 gatos tienen actividad GGT aumentada y
todos los gatos presentan actividad FA normal. En el grupo 3, solo 3 gatos tienen
actividad ALT aumentada; 2 gatos sobrepasaron el limite superior normal
establecido para la actividad GGT y la actividad FA varió entre 1 a 52 UI /L no
mostrando valores por sobre el rango normal en todos los animales.
Al analizar los resultados estadísticamente se encontró que para los gatos del
grupo 1 que tenían actividad ALT normal, el valor promedio fue de 46.22 ± 21.03
UI /L y, en los gatos cuya actividad estuvo sobre los rangos normales el promedio
fue de 114.33 ± 21.73 UI /L, con lo cual se establece una diferencia
estadísticamente significativa entre estos gatos (p < 0.05). Las actividades GGT y
FA estuvieron dentro de los rangos normales para todos los gatos de este grupo,
siendo su valor promedio de 3.92 ± 2.53 UI /L y 8.92 ± 10.25 UI /L,
respectivamente.
Para los gatos del grupo 2 que tuvieron actividad ALT bajo las 85 UI /L el valor
promedio fue de 38.87 ± 16.09 UI /L, y en los gatos con la actividad por sobre los
rangos normales el promedio fue de 91.2 ± 2.68 UI /L, con lo cual se establece
una diferencia estadísticamente significativa entre estos gatos (p < 0.05). Todos
los gatos de este grupo tenían FA normal, el promedio fue de 13.99 ± 15.54 UI /L.
La enzima GGT, en los gatos con valores enzimáticos dentro de rangos normales,
mostró un promedio de 4.43 ± 2.90 UI /L y, en los gatos con valores por sobre el
rango normal, su promedio fue de 12.33 ± 1.52 UI /L, con lo cual se estableció una
diferencia estadísticamente significativa (p < 0.05).
Para los gatos del grupo 3 que tenían actividad ALT bajo las 85 UI /L el valor
promedio fue de 34 ± 9.81 UI /L, y en los gatos con la actividad por sobre los
rangos normales el promedio fue de 89.3 ± 3.05 UI /L, con lo cual se establece
una diferencia estadísticamente significativa entre estos gatos (p < 0.05). Todos
los gatos de este grupo tenían FA normal, el promedio fue de 17.45 ± 17.09 UI /L.
19
La enzima GGT, en los gatos con valores enzimáticos dentro de rangos normales,
mostró un promedio de 3.22 ± 3.07 UI /L y, en los gatos con valores por sobre el
rango normal, su promedio fue de 22.5 ± 14.85 UI /L, con lo cual no se estableció
una diferencia estadísticamente significativa (p > 0.05).
Estadísticamente no hay diferencias significativas entre grupos etarios (p > 0.05).
Tabla 3. Actividad enzimática (UI /L) de gatos positivos a micoplasma
hemotrópico felino según la edad.
Actividades Enzimáticas
Grupos
Enzimas
ALT GGT FA
Grupo etario Nº de
gatos/(%)
Rango
( UI /L)
Nº de
gatos /(%)
Rango
(UI /L)
Nº de gatos
/ (%)
Rango
(UI /L)
Grupo 1
3/(5.2)
9 / (15.5)
86 –134
25 – 84
12 / (20.7)
1 - 9
12 / (20.7)
1 - 21
Grupo 2
5 / (8.6)
30 /(51.7)
89 –95
16 – 81
32 / (55.2)
3 / (5.2)
1 – 10
11 –14
35 / (60.4)
1 – 69
Grupo3
2/(5.2)
9 / (13.7)
86 – 92
22 – 53
9 / (15.5)
2 / (3.4)
1 –9
12 – 33
11/ (18.9)
1 - 52
n = 58
El volumen globular de los gatos positivos a MHF de acuerdo a los grupos etários
se muestra en la Tabla 4, donde se puede observar que en el grupo 1 solo un gato
presentó anemia con un volumen globular de 9.5 %; en el grupo 2, 3 gatos
presentaron anemia y, en el grupo 3 solo 2 gatos se encontraron con anemia, el
volumen globular determinado para estos gatos fue entre 8 – 18 %; los demás
gatos de cada grupo etario presentaron valores de VG (%) normal para la especie.
20
Tabla 4. Volumen globular de gatos positivos a micoplasma hemotrópico felino
según grupos etarios.
Grupo etario
Nº de gatos / (%) Rango
VG (%)
Grupo 1
1 / (1.7)
11 / (18.9)
9.5
25 - 40
Grupo 2
2 / (5.2)
32/ (55.2)
8 – 18
23 - 55
Grupo 3
3 / (3.5)
9 / (15.5)
8 – 18
31 - 48
n = 58
El efecto del sexo sobre la actividad enzimática de los gatos positivos a
micoplasma hemotrópico felino se muestra en la Tabla 5, se observa que de las
hembras 8 tienen actividad ALT sobre el rango normal para la especie; todas
tienen actividad FA dentro del rango normal (1 a 52 UI /L) y, 3 muestran aumento
de actividad GGT . En cuanto a los machos, 5 tienen la ALT mayor a 85 UI /L;
uno presentó actividad FA por sobre el rango normal y, 3 tienen actividad GGT
por sobre el rango normal para la especie.
Al analizar los resultados estadísticamente se encontró que en las hembras con
actividad ALT normal, tenían un valor promedio de 38.4 ± 16.80 UI /L y, aquellas
con esta actividad por sobre los rangos normales el promedio fue de 105.13 ±
30.65 UI /L, con lo cual se establece una diferencia estadísticamente significativa
entre estos gatos (p < 0.05). Para FA solo se pudo establecer valor promedio en
los gatos con actividad enzimática normal, siendo de 12.34 ± 13.71 UI /L. La
enzima GGT, en las hembras con valores enzimáticos dentro de rangos normales,
obtuvo un promedio de 4.11 ± 2.87 UI /L y, en las hembras con valores por sobre
el rango normal, su promedio fue de 22 ± 10.53 UI /L, con lo cual se estableció
una diferencia estadísticamente significativa (p < 0.05).
21
En los machos gatos con actividad ALT normal, tenía un valor promedio de 37.78
± 16.68 UI /L y, aquellos con esta actividad por sobre los rangos normales el
promedio fue de 99.2 ± 19.51 UI /L, con lo cual se establece una diferencia
estadísticamente significativa entre estos gatos (p < 0.05). Para FA solo se pudo
establecer valor promedio en los gatos con actividad enzimática normal, siendo de
14.83 ± 15.82 UI /L. La enzima GGT, en los gatos con valores enzimáticos dentro
de rangos normales, obtuvo un promedio de 3.65 ± 2.56 UI /L y, en los gatos con
valores por sobre el rango normal, su promedio fue de 12.33 ± 1.53 UI /L, con lo
cual se estableció una diferencia estadísticamente significativa (p < 0.05).
Por los resultados obtenidos no se lograron establecer diferencias
estadísticamente significativas, para la actividad enzimática, entre hembras y
machos (p > 0.05).
Tabla 5. Actividad enzimática (UI /L)de gatos positivos a micoplasma hemotrópico
felino según la sexo.
Actividades Enzimáticas
ALT
FA GGT
Sexo Nº de gatos
/ (%)
Rango
(UI /L)
Nº de gatos
/ (%)
Rango
(UI /L)
Nº de gatos
/(%)
Rango
(UI /L)
Hembras
30 / (40)
8 / (10.7)
16 – 81
86 - 177
38 / (50.7)
1 - 52
35 / (48)
3 / (4)
1 – 10
12 - 33
Machos
32 / (42.7)
5 / (6.6)
13 – 85
89 - 134
36 / (48)
1 / (1.3)
1 – 69
91
33 / (44)
3 / (4)
1 – 10
11 - 14
n = 75
El volumen globular de los gatos positivos a MHF según el sexo se muestra en la
Tabla 6, donde se señala, que 5 hembras y 5 machos estaban anémicos, puesto
que el volumen globular era menor al 24 %.
22
Tabla 6. Volumen globular de gatos positivos a micoplasma hemotrópico felino
según el sexo.
n =75
La actividad enzimática de los gatos positivos a MHF en gatos con mucosas
ictéricas se muestra en la Tabla 7. De los 67 gatos observados solo 5 presentaron
ictericia, de éstos, 2 gatos tenían la actividad ALT y GGT por sobre el rango
normal. La actividad FA estaba dentro de los rangos normales. En los gatos sin
ictericia se observaron 10 individuos con ALT aumentada; todos estos gatos
tuvieron actividad FA dentro del rango normal y, solo 2 gatos tuvieron GGT
aumentada.
Tabla 7. Actividad enzimática (UI /L) de gatos positivos a micoplasma
hemotrópico felino según la presencia de mucosas ictéricas.
Actividades Enzimáticas
ALT
FA GGT
Mucosas
Nº de gatos
/ (%)
Rango
(UI /L)
Nº de gatos
/ (%)
Rango
(UI /L)
Nº de gatos
/ (%)
Rango
(UI /L)
Con ictericia
3 / (4.4)
2 / (3)
36-56
89
5 / (7.5)
2-20
3 / (4.4)
2 / (3)
1-9
11-33
Sin ictericia
52 / (77.6)
10 / (15)
13-85
86 - 134
62 / (92.5)
1-52
60 / (89.6)
2 / (3)
1-10
12
n = 67
Sexo Nº de gatos / (%) Rango VG
(%)
Hembra
4 / (6.7)
34 / (44)
8 – 18
24 – 55
Macho
5 / (6.7)
32 / (42.6)
8.5 –23
24 – 50
23
El volumen globular de los gatos positivos a MHF con mucosas ictéricas se
muestran en la Tabla 8, se observa un gato anémico entre los gatos ictéricos, y 8
gatos anémicos que no mostraron ictericia.
Tabla 8. Volumen globular de gatos positivos a MH. felino según la presencia de
mucosas ictéricas.
Mucosas Nº de gatos / (%) Rango VG
(%)
Con ictericia
1 / (1.5)
4 / (6)
< 24
31 – 37
Sin ictericia
8 / (12)
54 / (80.5)
8 –23
24 –50
n = 67
La actividad de las enzimas hepáticas según la presencia de letargia se expone en
la Tabla 9, observándose que la actividad ALT estaba aumentada en 6 gatos con
letargia y en 6 gatos sin este signo clínico; la actividad de FA en ninguno de los
grupos presentó actividad mayor a 85 UI /L y, para la enzima GGT se encontraron
2 gatos con letargia y 2 sin letargia, por sobre el rango establecido como normal
para la especie.
24
Tabla 9. Actividad enzimática (UI /L)de gatos positivos a micoplasma
haemotrópico felino según la presencia de letargia.
Actividades Enzimáticas
ALT
FA GGT
Nº de gatos
/ (%)
Rango
(UI /L)
Nº de gatos
/ (%)
Rango
(UI /%)
Nº de gatos
/ (%)
Rango
(UI /L)
Con letargia
14 / (20.9)
6 / (8.9)
22-85
86 - 134
20 / (29.9)
1-34
18 / (26.7)
2 / (3)
1-8
12-14
Sin letargia
41 / (61.3)
6 / (8.9)
13-81
89 - 93
47 / (70.1)
1-52
45 / (67.3)
2 / (3)
1-10
11-12
n = 67
El volumen globular de los gatos positivos a MHF que presentaba letargia se
muestra en la Tabla 10, donde se aprecia que de los gatos que manifestaron
letargia 6 tienen anemia, con valores de volumen globular que fluctuaron entre 8 y
21 % y, en los que no mostraron letargia se encontraron 3 gatos anémicos, con
valores entre 8 y 23 %.
Tabla 10. Volumen globular de gatos positivos a micoplasma hemotrópico felino
según la presencia de letargia.
Estado Nº de gatos / (%) Rango VG (%)
6 / (8.9) 8 – 21
Con
Letargia 14 / (20.9) 24 – 45
3 / (4.5) 8 –23
Sin
Letargia 44 / (65.7) 24 - 50
n = 67
25
IV DISCUSIÓN
Al analizar los resultados obtenidos se puede apreciar que las actividades
enzimáticas en estudio ( ALT, FA y GGT ) no están relacionadas con la presencia
de estructuras semejantes a micoplasma hemotrópico felino en frotis sanguíneo,
además, la edad, el sexo y los signos de ictericia y letargia no se relacionan con la
presencia del parásito en el frotis ni con el incremento de la actividad enzimática.
Cabe señalar que este estudio fue realizado con gatos infectados con micoplasma
haemotrópico felino en forma natural, puesto que la mayoría de las investigaciones
se han realizado en gatos inoculados con dicha bacteria, a excepción de los
trabajos realizados por Demare et al. (1972) y VanSteenhouse et al. (1995).
Los resultados obtenidos coinciden con lo presentado por Spliter et al. (1956),
quienes encuentran una gran presencia de la enfermedad llamada anemia
infecciosa felina a través de la examen citológico de muestras sanguíneas y,
también coinciden con los trabajos realizados por Flint et al. (1959) y Grindem et
al. (1990), quienes señalan que el haemoplasma aparece en frotis sanguíneos
tanto de gatos que presentan signos clínicos de la enfermedad como de los que
no los presentan, sin embargo, los gatos con sintomatología tienen mayor
prevalencia del parásito en los frotis. El diagnostico definitivo de micoplasma
haemotrópico felino es difícil debido a la rápida fluctuación del número de
organismos circulando, la inconsistente correlación entre anemia y parasitemia, y
además existen limitaciones en cuanto al tiempo de toma de muestra (Flint et al.;
1959). En el presente trabajo se obtiene que sólo el 13.33 % del total de gatos
positivos a la bacteria eran anémicos, esto no coincide con trabajos realizados por
otros autores ( Spliter et al., 1956; Grindem et al., 1990; Flit et al., 1953,
1958,1959) quienes encontraron que el signo principal de la enfermedad es el
bajo nivel del hematocrito. Sin embargo, hay que considerar que la destrucción de
los eritrocitos es secundaria a la infección por micoplasma haemotrópico felino, ya
que los gatos desarrollan anemia después de 15 a 17 días posteriores a una
inoculación, de tal manera que la bacteremia precede al desarrollo de anemia
(VanSteenhouse et al., 1995; Berent et al., 1998; George et al., 2002) .
26
Hay autores que señalan que para el diagnóstico de la anemia infecciosa felina,
causado por micoplasma haemotrópico felino, es necesario la identificación
citológica del agente (Schwartzman et al., 1958). Según Small y Ristic (1967), el
mejor método de tinción es con Giemsa, que es el que utiliza este estudio,
observando que otros métodos dan el 50 % de falsos negativos; sin embargo es
difícil distinguir de artefactos, como también de cuerpos de Heins, cuerpos de
Howell- Jolly o estructuras que presentan basofilia y que pueden entregar falsos
positivos (Neimark et al., 2001). Es posible también que al frotis existan falsos
negativos como lo han demostrado Jensen et al. (2001) al realizar PCR.
Actualmente, Chistopher y Hots (2004) indican que cuando la citología es usada
para obtener un diagnostico definitivo, es de valor cuestionable y tanto la calidad
de las muestras es sustancialmente importante al momento del diagnóstico, como
la experiencia que juega un papel fundamental en la examinación citológica.
Al analizar los resultados de las actividades enzimáticas se muestra que la
actividad ALT determinó para los gatos un rango que iba desde 13 a 177 U/I /L,
encontrándose que el 17,33 % de los gatos positivos a MHF presentó aumento de
la actividad por sobre el rango establecido como normal; no concordando con
Harrus et al. (2002) quienes encuentran una gran prevalencia (86%) en el
incremento de la enzima ALT en los gatos positivos a MHF, siendo su valor
promedio de 163 UI /L.
En relación a la actividad FA solamente un individuo presentó un valor que supera
el rango normal para esta especie, por lo cual puede ser considerarse como caso
aislado, ya que el animal no presentaba sintomatología de otra enfermedad. No se
encontraron estudios que discutan acerca de la relación que pueda existir entre el
micoplasma y la actividad FA.
Para la actividad GGT se observan valores que van desde 1 a 33 UI /L, solo 6
gatos (8 %) presentaron un incremento de actividad.
El aumento de las actividades ALT, FA y GGT en gatos positivos a MHF está de
acuerdo con lo encontrado en los trabajos realizados por otros autores (
VanSteenhouse et al., 1995; George et al., 2002; Flint y Moss, 1953; Spliter et al.,
2002) quienes, si bien es cierto, no midieron actividades enzimáticas, al realizar
27
necropsia y examen histológico, demostraron la presencia de daño hepático
caracterizado por una congestión, degeneración y necrosis centrolobulillar, lo que
causaría el paso de las enzimas desde el hígado al torrente circulatorio y daría
como resultado el aumento de las actividades enzimáticas hepáticas en el plasma.
Respecto al efecto de la edad de los gatos con sospecha de MHF sobre el
volumen globular y las actividades enzimáticas en estudio se puede señalar que el
mayor porcentaje (5.2 %) de gatos con volumen globular inferior al 24 % se
obtiene en aquellos cuyas edades fluctuaban entre 1 a 3 años (grupo 2); sin
embargo en gatos de edades entre 4 años en adelante (grupo 3) el 3.5 % era
anémico. Se ha demostrado que la enfermedad se presenta en los gatos luego de
la madurez sexual, donde se transforman en portadores de la bacteria y poseen
enfermedad crónica, subclínica o no diagnosticada, de la cual pueden recuperarse
y luego se presentaría en forma aguda (Flint et al., 1958, 1959; Grindem et al.,
1990; Harrus et al., 2002). Tasker et al. (2003) demuestra a través del método
PCR que es el Candidatus micoplasma haemominutum el que se establece en
gatos viejos y propone que no sería la edad el factor determinante sino el tiempo
de exposición a la bacteria. Al analizar los resultados de la actividad enzimática
se observa que el aumento de la actividad ALT se presenta en similar porcentaje
entre los diferentes grupos etareos. El aumento de actividad GGT se observó
principalmente en animales de 1 a 3 años y de 4 años en adelante (5.2 y 3.4 %
respectivamente). Estos resultados indicarían que son los gatos de mayor edad
los que se ven más afectados ante la presencia del micoplasma, pero por la
cantidad de gatos no se puede considerar como significante dentro de los
resultados de este estudio.
En este estudio, la cantidad de machos y de hembras positivos al haemoplasma
en el frotis fue muy similar, 37 y 38 animales respectivamente. El signo más
característico de la enfermedad, que es la anemia, se presenta en igual cantidad
de machos y hembras (5 individuos). Al determinar la actividad enzimática los
valores de ALT no difieren entre hembras y machos (10.7 y 6.6 %,
respectivamente), ocurriendo lo mismo con GGT (4% machos y hembras) ; solo la
actividad FA mostró un macho con aumento por sobre el rango normal (1.3 %) no
28
siendo importante dentro de los resultados de este estudio. En el estudio realizado
por Grindem et al. (1990) no consideraron al sexo como un factor de riesgo para la
infección con micoplasma hemotrópico felino, pero ellos lograron observar que los
machos eran los que mostraban la sintomatología de la enfermedad, resultando
todos enfermos; no así las hembras, las cuales presentaron la bacteria en las
muestras sanguíneas, pero se encontraron sanas. Esto no concuerda con lo
descrito por Tasker et al. (2003) quienes indican que los machos tienen gran
riesgo a la infección.
Por los resultados obtenidos en este estudio no se puede considerar la ictericia
como un signo frecuente de haemobartonellosis porque se encontró un 1.5 % de
gatos anémicos con ictericia y un 12 % en gatos sin ictericia lo cual coincide con el
trabajo realizado por Flint et al. (1958), pero no coincide con lo expresado por
Schwartzman y Besch (1958), porque en este trabajo los gatos con mayor
destrucción de glóbulos rojos, que presentaban anemia, tienen su color de mucosa
normal. Para la actividad enzimática se encontró que la actividad ALT presentó
mayor cantidad de gatos con aumento por sobre el rango normal en los gatos sin
ictericia (10 gatos) que los que presentaron dicho signo (2 gatos); actividad FA no
mostró valores por sobre el rango normal y, para GGT se presentó el mismo
porcentaje de gatos con aumento de la actividad de esta enzima (3 %).
En el trabajo de VanSteenhouse et al. (1995) se indica como signo mas frecuente
de la enfermedad la presencia de mucosas ictericas, lo cual concuerda con Splitter
et al. (1956), Grindem et al. (1990) y con Schwartzman y Besch (1958), el cual,
además, señala que la tasa de destrucción de los glóbulos rojos es mayor que la
capacidad del hígado para excretar los productos de desintegración de los
glóbulos rojos, por lo tanto la tasa de destrucción de glóbulos rojos y la integridad
del hígado son un factor determinante en la aparición de ictericia. Flint et al. (1958)
establece que la ictericia, de los gatos con anemia infecciosa, no es un signo
constante, y en 1959 denuncia que la ictericia encontrada, en este estudio, es de
forma generalizada y que estaría en concordancia con la congestión hepática
descubierta en las necropsias realizadas. Westfall et al. (2001) indica, en su
estudio, que hay ictericia en los gatos con el haemoplasma pero que esto ocurre
29
cuando se presentan las dos cepas de MHF, es así como George et al. (2002)
señala que la ictericia se presenta en los gatos con candidatus micoplasma
haemominutum ( H. felis- CA) y que además presentan FeLV .
Flint et al. (1958), Grindem et al. (1990) y Harrus et al. (2002) establecen como
signo de la infección por MHF la letargia, sin embargo VanSteenhouse et al.
(1995) señala que la letargia es un signo vago de la presencia de micoplasma
haemofelis, coincidiendo con los resultados obtenidos en este estudio en que solo
el 29.8 % desarrolló este signo. Según Westfall et al. (2001) la aparición de
letárgia en los gatos con micoplasma haemotrópico felino es independiente de la
cepa, pero es más común en los gatos con micoplasma haemofelis, en contraste
con lo descrito por Foley et al. (1998) quienes indican que los en gatos con
candidatus micoplasma haemominutum se observa letárgia en periodos de
recaída. Cabe señalar, que por examinación citológica no es posible distinguir
entre las cepas del haemoplasma y, el no ser un signo característico en los gatos
en estudio puede deberse a la cepa que esté actuando. En el volumen globular se
encontró diferencias entre el porcentaje de letárgicos y no letárgicos (8.9 y 4.5 %,
respectivamente) pero para este estudio no se considera significativo como para
establecer que la anemia sea la causante de la letargia. Para la actividad
enzimática los gatos con letargia y sin letargia no tuvieron variaciones en el
porcentaje de gatos afectados, siendo para la actividad ALT de un 8.9 % para
ambos grupos, ocurriendo lo mismo para la actividad GGT con un 3 % para gatos
letárgicos y no letárgicos; actividad FA no mostró aumento por sobre los rangos
normales para la especie. De estos resultados no se puede establecer que el daño
hepático sea el causante de la letargia.
30
VI CONCLUSIONES
1. Las estructuras semejantes a micoplasma hemotrópico felino se detectaron
tanto en gatos clínicamente sanos como en gatos con signos clínicos de
micoplasmosis.
2. Se puede determinar que el mayor porcentaje de gatos con MHF tienen
actividad ALT, GGT y FA dentro de los rangos normales.
3. La edad y el sexo en los gatos positivos a MHF no influye en la actividad de
las enzimas en estudio ni en el volumen globular.
4. El mayor porcentaje de los gatos positivos a MHF con mucosas ictéricas y
estado de letargia tiene las actividades de las enzimas en estudio y
volumen globular dentro de los rangos normales para la especie.
31
VI REFERENCIAS
1. Alleman, R.A., M. G. Pate, J.W. Harvey, J. M. Gaskin and A.F. Barbet. 1999.
Western immunoblot analysis of the antigens of Haemobartonella felis
with sera from experimentally infected cats. J. Clin. Microbiol. 37 (5):
1474- 1479.
2. Berent, L.M., J.B. Messick and S.K. Cooper. 1998. Detection of
Haemobartonella felis in cats with experimentally induced acute and
chronic infections, using a polymerase chain reaction. Am. J. Vet. Res.
59 (10): 1215-1220.
3. Birkenheuer, A.J., E.B. Breitschwerdt, A.R. Alleman and C. Pitulle. 2002.
Differentiation of Haemobartonella canis and Mycoplasma haemofelis
on the basis of comparative analysis of gene sequences. Am. J. Vet.
Res. 63 (10): 1385- 1388.
4. Bobade, P.A, A.S. Nash and P. Rogerson. 1988. Feline haemobartonellosis:
Clinical, haematological and pathological studies in natural infections
and the relationship to infection with feline leukaemia virus. Vet. Rec.
122:32- 36.
5. Cheville, N.F. 2001. Anemia. Pp.311-333. En: Introducción a la anatomía
patológica general veterinaria. Acribia. Zaragoza, España.
6. Christopher, M. M., C. S. Hots. 2004. Cytologic diagnosis: expression of
probability by clinical pathologists. Vet. Clin. Pathol. 33 (2): 84- 93.
7. Demaree, R.S., W.B. Nessmith. 1972. Ultrastructure of Haemobartonella felis
from a naturally infected cat. Am. J. Vet. Res. 33(6): 1303- 1308.
32
8. Duncan, J. 2000. Bioquimica clínica. pp: 83-118. En: M.G. Davidson, R.W.
Else and J.H. Lumsden (Eds). Manual de patología clínica en
pequeños animales. Harcourt. Madrid, España.
9. Flint, J.C., Ll.C. Moss. 1953. Infectious anemia in cats. J. Am. Vet. Med.
Assoc. 122 (910): 45-28.
10. Flint, J.C., M.H. Roepke and R. Jensen. 1958. Feline infectious anemia. I.
clinical aspects. Am. J. Vet. Res. 19 (70): 164-168.
11. Flint, J.C., M.H. Roepke and R. Jensen. 1959. Feline infectious anemia. II.
Experimental cases. Am. J. Vet. Res. 20 (74- 79): 33-40.
12. Foley, J.E., S. Harrus, A. Poland, B. Chomel and N.C. Pedersen. 1998.
Molecular, clinical, and pathologic comparison of two distinct strains of
Haemobartonella felis in domestic cats. AM. J. Vet. Res. 59(12): 1581-
1588.
13. Foley, J. E., N. C. Pedersen. 2001. Candidatus Mycoplasma haemominutum,
a low – virulence epierythrocytic parasite of cats. Int. J. Syst. Evol.
Microbiol. 51: 815- 817.
14. George, J. W., B.A. Rideout, S.M. Griffey and N.C. Pedersen. 2002. Effect of
preexisting FeLV infection or FeLV and feline inmunodeficiency virus
coinfection on pathogenicity of the small variant of Haemobartonella
felis in cats. Am J. Vet. Res. 63(8):1172-1178.
15. Grindem, C.B., W.T. Corbett and M.T. Tomkins. 1990. Risk factors for
Haemobartonella felis infection in cats. J. Am. Vet. Med. Assoc.196(1):
96- 99.
33
16. Harrus, S., E. Klement, I. Aroch, T. Stein, H. Bark, E. Lavy, M. Mazaki-tovi
and G. Baneth. 2002. Retrospective study of 46 cases of feline
Haemobartonellosis in Israel and their relationships with FeLV and FIV
infections. Veterinary Record. 151: 82- 85.
17. Ishak, K. 1999. Evaluación del sistema hepatobiliar y anormalidades
musculoesqueléticas y lipoideas. Pp. 169 –183. En: D.J. Meyer, J.W.
Harvey. El laboratorio en Medicina Veterinaria (2ª ed.). Inter – Médica.
Buenos Aires, Argentina.
18. Jain, N.C., K.S. Keeton. 1973. Scanning electron microscopic features of
Haemobartonella felis. Am. J. Vet. Res. 34 (5): 697- 700.
19. Jensen, W.A., M.R. Lappin, S. Kamkar and W.J. Reagan. 2001. Use of a
polymerase chain reaction assay to detect and differentiate two strains
of Haemobartonella felis in naturally infected cats. AM. J. Vet. Res.
62(4): 604-608.
20. Maede, Y.1979. Sequestration and phagocytosis of Haemobartonella felis in
the spleen. Am. J. Vet. Res. 40(5): 691-695.
21. Messick, J. 2004. Hemotrophic mycoplasmas (hemoplasmas): a review and
new insights into pathogenic potential. Vet. Clin. Pathol. 33(1): 2-13.
22. Messick, J.M., L.B.Berent and S.K Cooper. 1998. Development and
evaluation of a PCR-based assay for detection of Haemobartonella felis
in cats and differentiation of H.felis from related bacteria by restriction
fragment length polymorphism Analysis. J. Clinic Microbiol.36(2): 462-
466.
34
23. Neimark, H., K.E. Johansson, Y. Rikihisa and J.G. Tully. 2001. Proposal to
transfer some members of the genera Haemobartonella and
Eperythrozoon to the genus Mycoplasma with description of
´Candidatus Mycoplasma haemofelis´, ´Candidatus Mycoplasma
haemomuris´, ´Candidatus Mycoplasma haemosuis´ and ´Candidatus
Mycoplasma wenyonii´. Int. J. Syst. Evol. Microbiol.51: 891-899.
24. Neimark, H., K.E. Johansson, Y. Rikihisa and J.G. Tully. 2002. Revision of
haemotropic Mycoplasma Species names. Int. J. Syst. Evol. Microbiol.
52:683.
25. Schwartzman, R. M., E. Besch. 1958. Feline infectious anemia. Vet. Med. 53
(1-12):494-500.
26. Small, E., M. Ristic.1967. Morphologic features of Haemobartonella felis. Am.
J. Vet. Res. 28 (124): 845- 851.
27. Splitter, E.J., E.R. Castro and W.L. Kanawyer. 1956. Feline infectious
anemia. Vet. Med. 51:17-22.
28. Tasker, S., S. H. Binns, M. J. Day, T. J. Gruffydd-Jones, D. A. Harbour, C. R.
Helps, W. A. Jensen,C. S. Olver and M. R. Lappin. 2003. Use of PCR
assay to assess the prevalence and risk factors for Mycoplasma
haemofelis and “Candidatus Mycoplasma haemominutum” in cats in the
United Kingdom. Vet. Rec. 152: 193- 198.
29. Tasker, S., C. R. Helps, M. J. Day, T. J. Gruffydd-Jones and D. A. Harbour.
2003. Use of Real – Time PCR To Detect and Quantify Mycoplasma
haemofelis and “Candidatus Mycoplasma haemominutum” DNA. J.
Clin. Microbiol. 41 (1): 439- 441.
35
30. VanSteenhouse, J.L., J. Taboada and M.I. Dorfman. 1995. Hemobartonella
felis infection with atypical hematological abnormalities. J. Am. Anim.
Hosp. Assoc.31(2):165-169.
31. Wesfall, D.S., W.A.Jensen, W.J. Ragan, S.V. Radecki and M.R. Lappin.
2001. Inoculation of two genotypes of Haemobartonella felis (California
and Ohio variants) to induce infection in cats and the response to
treatment with azithromycin. Am. J. Vet. Res.62(5):687-691