miércoles, 29 de junio de 2011

I CONGRESO NACIONAL ESTUDIANTIL DE ACTUALIZACIÓN EN MEDICINA VETYERINARIA

I Congreso Nacional Estudiantil de Actualización en Medicina Veterinaria ANEVET
Anevet Chile te invitó · Compartir · Evento público

Viernes, 30 de septiembre a las 9:00 - 01 de octubre a las 22:00
Lugar
Facultad de Veterinaria de la Universidad de Chile
Av. Santa Rosa #11735
Creado por
Anevet Chile
Más información
¿Por qué es importante que participe en este congreso?

1) Porque es una importante instancia para ampliar tus conocimientos en diversas áreas de la Medicina Veterinaria, y porque tendrás la oportunidad de presenciar exposiciones de profesionales y docentes de renombre Nacional.

2) Porque es el espacio ideal para que egresados o estudiantes de los últimos años de la carrera expongan sus investigaciones y tengan la experiencia de presentar en un congreso de alto nivel.

3) Porque si eres estudiante y cumples con la normativa solicitada en tu escuela, podrías convalidar tu asistencia como una actividad curricular.

4) Porque tu asistencia y participación será certificada, mejorando tu curriculum de cara al mundo laboral.

5) Porque es una increíble instancia de complementación de conocimientos entre las más importantes escuelas de medicina Veterinaria del país.

6) Porque la AFEVET (Asociación de Facultades y Escuelas de Medicina Veterinaria), se comprometió a través de sus representantes a dar facilidades de asistencia a los estudiantes (Suspensión de clases, permisos, etc.)

7) Porque será una experiencia formativa distinta, podrás formar redes y conocerás otras realidades y estudiantes. Además, tenemos preparadas otras actividades adicionales, para que tu asistencia sea lo más grata posible.

*¿Cuánto vale la Inscripción al congreso?

Toda la información al respecto la encuentras en http://www.congreso.anevet.cl/informaciones_y_precios.html

* ¿Qué incluye el pago de Inscripción?

El pago incluye:

> Participación en todas las sesiones científicas y lo que comprenda el programa.
> Coffee breaks durante las jornadas
> 2 Almuerzos
> Material digital y/o impreso del Congreso (Libro resumen)
> Bolso y lápiz del Congreso
> Certificación de participación y asistencia (Para asistentes y expositores).
> Cocktail de Finalización
> Fiesta de Final
> Lugar de alojamiento para delegaciones de Regiones (*) http://www.congreso.anevet.cl/transporte_y_alojamiento.html
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martes, 28 de junio de 2011

DIARREA VIRAL BOVINA EN USA Brad White

Diarrea vírica bovina en Estados Unidos
Brad White


El BVD o diarrea vírica bovina es un problema muy a tener en cuenta en las explotaciones de esta especie ganadera. Hasta 88 $ estadounidenses por animal se pueden llegar a perder en un feedlot si hay individuos persistentemente infectados.
Brad White trabaja en el College of Veterinary Medicine de la Kansas State University (Estados Unidos), y es el webmaster de www.bvdinfo.org un sitio de Internet dedicado exclusivamente a esta enfermedad, en el que el autor ha recopilado una ingente cantidad de información, incluidos los abstracs de numerosos artículos técnicos.

La diarrea vírica bovina (BVD) está causada por un virus inmunosupresor que afecta al vacuno de multitud de formas. La variabilidad de los síntomas hace que esta enfermedad sea difícil de identificar en un rebaño y que en muchas ocasiones lo único que apreciemos sea un descenso de la fertilidad y un incremento de la susceptibilidad a las enfermedades de los terneros.
El coste de este síndrome ha sido estimado entre 14 y 24 $ (11 y 19 euros) por vaca (Larson, Pierce et al., 2002) y hasta 88 $ (70 euros) por animal en feedlots donde haya animales persistentemente infectados (Hessman, Fulton et al., 2009).


Epidemiología del BVD
Los terneros persistentemente infectados (PI) son el único reservorio del virus de la diarrea vírica bovina (BVDV). Estos animales son el resultado de la exposición en el útero materno a un biotipo no citopático del virus antes de que se desarrolle un sistema inmune competente en el feto (antes de los 125 días de gestación) y constituyen la vía primaria para la propagación de la enfermedad a través del tiempo. Los PI diseminan cantidades de virus relativamente altas y su contacto con el resto del rebaño hace que aparezcan nuevos PI. Los rebaños en los que existen este tipo de animales tienen tasas de fertilidad inferiores a los que están libres del BVDV (Grooms, 2004).
También podemos encontrarnos con animales transitoriamente infectados (TI), pero son menos importantes en la transmisión de la enfermedad a largo plazo. Estos terneros muestran un periodo de viremia breve y sólo diseminan el virus entre los días 4 y 15 tras la infección. El nivel de viremia de los PI es mucho más alto y excretan el virus durante toda su vida a través de las secreciones corporales.

El problema en Estados Unidos

La BVD es ubicuitaria en todo el territorio estadounidense y sigue un patrón grupal de distribución en los rebaños debido a la forma en que se transmite el virus. Ocurre así debido al efecto que tiene la exposición de numerosas vacas en un estado de preñez susceptible de producir animales PI a altos niveles ambientales de virus producidos por terneros PI. De este modo, la mayoría de los rebaños no tienen animales PI, pero los rebaños en los que sí que hay circulación del virus se puede encontrar más de uno y una variedad de signos clínicos. Wittum et al., inspeccionó de forma aleatoria rebaños selectos y rebaños en los que se sospechaba la presencia de BVDV, y descubrió que había uno o más terneros positivos al virus en el 4% de los rebaños selectos y en un 19% de los sospechosos (Wittum, Grotelueschen et al., 2001).


Plan de control y erradicación
La identificación de los terneros PI es crítica para romper el ciclo de la enfermedad, pero el diagnóstico ocular no es un buen método para detectar a estos animales. Se pueden hacer serologías, aislamiento del virus del suero u otros tejidos, PCR de transcripción inversa, ELISA de captura de antígeno e inmunohistoquímica sobre biopsias de piel (Saliki y Dubovi, 2004). Estos análisis difieren en su capacidad para identificar infecciones activas o animales PI, por lo que estudiar la historia clínica del rebaño resulta importante si se quiere hacer un diagnóstico exacto.
Cuando se aborda un plan de control es muy importante tener en cuenta si se puede abordar económicamente. Además, el tipo de análisis escogido dependerá del nivel de riesgo que se suponga al rebaño. Si el nivel de prevalencia en un rebaño con animales PI es del 1%, hacer una monitorización anual cuesta sólo 0,15 $, frente a los 4,60 $ que costaría si la prevalencia es del 30% (0,12 y 3,65 euros, respectivamente) (Larson, Pierce et al., 2002). Por otra parte, la monitorización puede no ser económicamente justificable para todos nuestros clientes: incluso en rebaños selectos la identificación y eliminación de los animales PI debe ser beneficiosa desde el punto de vista económico.

Bibliografía

Grooms, D. L. (2004). "Reproductive consequences of infection with bovine viral diarrhea virus." Vet Clin North Am Food Anim Pract 20(1): 5-19.

Hessman, B. E., R. W. Fulton, et al. (2009). "Evaluation of economic effects and the health and performance of the general cattle population after exposure to cattle persistently infected with bovine viral diarrhea virus in a starter feedlot." Am J Vet Res 70(1): 73-85.

Larson, R. L., V. L. Pierce, et al. (2002). "Economic Evaluation of Beef Cowherd Screening for Cattle Persistently-infected with Bovine Viral Diarrhea Virus." The Bovine Practitioner 36(1).

Saliki, J. T. and E. J. Dubovi (2004). "Laboratory diagnosis of bovine viral diarrhea virus infections." Vet Clin North Am Food Anim Pract 20(1): 69-83.
Wittum, T. E., D. M. Grotelueschen, et al. (2001). "Persistent bovine viral diarrhoea virus infection in US beef herds." Prev Vet Med 49(1-2): 83-94.

ACTUALIZACIÓN SOBRE DIARREA VIRAL BOVINA M. Pedrera et al

Actualidad sobre la diarrea vírica bovina


La diarrea vírica bovina es una enfermedad infectocontagiosa con un importante impacto económico, inductora de graves patologías reproductivas, respiratorias y gastrointestinales en la ganadería bovina, que está extendida no sólo en España, sino en todo el mundo.
Miriam Pedrera*, Pedro José Sánchez-Cordón,
María de los Ángeles Risalde, Verónica Molina,
María José Bautista, Fernando Romero-Palomo
y José Carlos Gómez-Villamandos
Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas
Facultad de Veterinaria, Universidad de Córdoba
v72pemam@uco.es


El agente causante de la diarrea vírica bovina (DVB) es un virus ARN (vDVB) clasificado dentro de la familia Flaviviridae junto a otros pestivirus como el virus de la Peste Porcina Clásica y el virus de la Enfermedad de la Frontera de la oveja.

La especie bovina se muestra como el principal reservorio y fuente de infección del virus, responsable de una amplia variedad de formas clínicas que van desde forma subagudas, que pasan desapercibidas, a formas hemorrágicas letales.

Etiología
Según sus diferencias genéticas y antígénicas, el vDVB se puede clasificar en dos genotipos o especies: vDVB tipo 1 y vDVB tipo 2. El primero, que es el más frecuente en la naturaleza, generalmente induce procesos leves, aunque en vacas gestantes puede provocar abortos y otras patologías reproductivas y son, además, los virus de tipo 1 los que se emplean para el desarrollo de vacunas, diagnóstico e investigación. El tipo 2, menos frecuente, está asociado con cuadros agudos graves e induce enfermedades respiratorias severas, que en ocasiones se ven complicadas con un cuadro hemorrágico agudo, a menudo mortal.

Independientemente del genotipo al que pertenezcan, los aislados pueden ser clasificados según su efecto sobre cultivos de células epiteliales en dos biotipos: no citopático (NCP), el más común en la naturaleza y que no produce cambios morfológicos evidentes, y citopático (CP), que induce muerte celular por apoptosis. Recientemente se ha propuesto la existencia de un tercer biotipo denominado linfocitopático por su efecto sobre cultivos de linfocitos.

Infecciones en animales inmunocompetentes
La biología del vDVB es muy compleja, lo que dará lugar a una gran variedad de manifestaciones clínicas en los animales infectados que dependerán de factores como el genotipo y el biotipo del virus que produce la infección, el estado inmunitario (tanto del rebaño como del animal), la edad, así como de la situación inmunitaria y edad gestacional de las madres.

La forma más común de diarrea vírica bovina se desarrolla en individuos seronegativos e inmunocompetentes de cualquier edad, y es más frecuente en animales de 6-24 meses infectados con cepas NCP de tipo 1, si bien también pueden participar, aunque con menos frecuencia, cepas NCP de baja virulencia de tipo 2. Estos procesos cursan con una morbilidad generalmente alta y una baja o nula mortalidad.

Se estima que entre un 70 y un 90% de estas infecciones cursan de forma subclínica, como procesos leves con escasa sintomatología (corto periodo febril y leucopenia transitoria) y lesiones moderadas restringidas al aparato digestivo y al sistema linfoide. Destaca la depleción linfoide causada por apoptosis que afecta con especial intensidad al tejido linfoide asociado a la mucosa intestinal, así como a otros órganos linfoides, por lo que se establece un estado de inmunosupresión local y sistémico que favorece la aparición de agentes infecciosos oportunistas. En este sentido, el vDVB se considera el principal factor predisponente para la aparición de procesos respiratorios en bovino de origen vírico (Herpesvirus Bovino tipo I, Parainfluenza-3, Virus Sincitial Respiratorio Bovino) y bacteriano (Mannhemia haemolytica, Pasteurella multocida, Histophilus somni -Haemophilus somnus- y Mycoplasma bovis). En estos casos la clínica dependerá de la naturaleza de la infección secundaria, por lo que casi nunca son reconocidos como procesos inducidos por el vDVB. Estos animales eliminarán virus durante un corto periodo de tiempo (4-10 días), desarrollando anticuerpos neutralizantes entre los 14 y 28 días posinfección, que les protegerán frente a reinfecciones con cepas homólogas.

El vDVB, capaz de transmitirse por el semen, también puede inducir trastornos reproductivos, que en los machos se caracterizan por un descenso de la fertilidad y de las tasas de concepción, y en ocasiones son los únicos síntomas observados en las explotaciones afectadas. Por otro lado, en las hembras el virus puede alterar la funcionalidad ovárica, produciendo infertilidad temporal.

Forma aguda grave
Existe una forma aguda grave de DVB que fue descrita en Europa por primera vez en 1992 en bovinos adultos del Reino Unido, con casos similares en otros países como Canadá, EE. UU. y Brasil. Esta forma poco frecuente, con una elevada morbilidad y mortalidad, está causada por cepas NCP de tipo 2 de elevada virulencia y afectan a animales de todas las edades. Se caracteriza por un cuadro de fiebre alta (de 40 a 41 ºC), agalaxia, diarrea acuosa y alteraciones respiratorias intensas. A menudo se produce la muerte del animal a las 48 horas del comienzo. Estos animales presentan una intensa leucopenia y trombocitopenia junto a lesiones neumónicas, ulceraciones en la mucosa oral y depleción de los órganos linfoides. En algunos casos, este proceso evoluciona hacia una forma más grave denominado síndrome hemorrágico, con una mortalidad cercana al 25% en la que los animales muestran pirexia, diarrea sanguinolenta, congestión en conjuntiva y mucosas, hemorragias petequiales y equimosis en mucosas, llegando a producirse sangrado en los sitios de inyección.


Figura 1. Imagen ultraestructural (Microscopio Electrónico de Transmisión) de un folículo linfoide en las Placas de Peyer del ileon de animales que sufren una infección experimental aguda con el vDVB. Obsérvese la presencia de abundantes imágenes de apoptosis de los linfocitos, caracterizada por la condensación y marginación de la cromatina (flecha) y la fragmentación del núcleo y del citoplasma (cuerpos apoptóticos) (cabeza de flecha).

Infecciones congénitas
Un aspecto importante a tener en cuenta es que sólo las cepas NCP, con independencia del genotipo al que pertenecen, poseen la capacidad de atravesar la placenta e infectar al feto. Además, las lesiones ocasionadas en el feto durante infecciones congénitas dependerán del momento de la gestación en el que se produce la infección y, por tanto, del grado de desarrollo del sistema inmunitario del feto: las infecciones tempranas son las que provocan un daño menor.

Si la infección del feto se produce antes de los 60 días de gestación, puede dar lugar a muerte fetal con momificaciones o abortos, lo que se traduce en repeticiones a celo. Normalmente, el porcentaje de abortos es bajo y sólo se presentan en rebaños que no poseen ningún tipo de inmunidad frente al vDVB.

Cuando la infección del feto se produce antes de que su sistema inmunitario esté desarrollado (entre los 40-120 días de gestación), los antígenos del vDVB no son reconocidos como extraños y se establece un estado de inmunotolerancia que permitirá la persistencia del virus en el feto y dará lugar al nacimiento de animales persistentemente infectados (PI). En estos casos también se puede producir muerte fetal con momificación o abortos y, en ocasiones, alteraciones teratógenas. Los animales PI, pese a no desarrollar anticuerpos neutralizantes frente al virus, se comportan como animales inmunocompetentes, ya que responden frente a antígenos de virus heterólogos. Generalmente, estos animales presentan una mortalidad muy elevada (cercana al 50% el primer año de vida) por su alta predisposición a padecer infecciones secundarias, en aquellas explotaciones sin planes vacunales específicos no superan el 2% del total de animales. Pese a mostrar escasas lesiones, normalmente microscópicas y restringidas a piel y mucosas, sí presentan grandes cantidades de virus en todos sus tejidos y son capaces de eliminarlo de por vida a través de secreciones y fluidos. Por tanto, desempeñan un importante papel en la epidemiología de la enfermedad.


Figura 2. Detección mediante técnicas inmunohistoquímicas de la proteína Erns (glucoproteína gp48) del vDVB con el anticuerpo monoclonal 15C5 en las Placas de Peyer durante la DVB. Obsérvese la intensa depleción linfoide y la presencia de abundantes macrófagos y células de morfología estrellada del entramado reticular (correspondientes fundamentalmente a células dendríticas foliculares y a células reticulares) positivas al antígeno vírico en el interior de los folículos linfoides (F). Pese a la intensa depleción linfoide, la presencia de linfocitos positivos al virus fue escasa.

Los animales PI están predispuestos a desarrollar una forma letal denominada enfermedad de las mucosas (EM). Esta enfermedad afecta solamente a los animales PI que sufren una infección poco después del nacimiento, generalmente entre los 6 y 18 meses de edad, por un biotipo CP homólogo antigénicamente al biotipo NCP que produjo la inmunotolerancia. La sintomatología clínica de este proceso se caracteriza por la aparición de diarreas sanguinolentas, erosiones, ulceraciones y hemorragias en las superficies mucosas de la cavidad oral, esófago, prestómagos, abomaso e intestino y muerte a las dos o tres semanas de la aparición de los signos clínicos. Los animales muestran, además, un estado de inmunosupresión causado por la depleción de los tejidos linfoides, especialmente intensa en el tejido linfoide asociado a la mucosa intestinal.

Cuando comienza la organogénesis y el sistema inmunitario fetal se muestra competente (entre los 100-150 días de gestación), la infección con el vDVB provoca malformaciones congénitas, con menor frecuencia de abortos. El virus demuestra en estos momentos un especial tropismo por células con actividad mitótica elevada como las células de los tejidos linforreticulares, piel, pulmón, ojos o sistema nervioso central, que son destruidas. Las malformaciones más características son hipoplasia tímica, hipoplasia y necrosis pulmonar, alopecia, hipotricosis, artrogriposis, retraso en el crecimiento y otras anomalías esqueléticas y oculares. También pueden aparecer graves malformaciones en el sistema nervioso (microcefalia, hidrocefalia e hipoplasia cerebelosa).

Otra consecuencia de la infección congénita es el nacimiento de terneros seropositivos, que se produce cuando la infección tiene lugar a partir de los 150 días de gestación. Se trata de terneros inmunocompetentes con anticuerpos específicos contra el vDVB. En algunos casos, se produce el nacimiento de terneros débiles de bajo peso y poco viables, que suelen morir pocos días después del nacimiento.

Células blanco y mecanismos patogénicos del vDVB
El vDVB muestra especial tropismo por el tejido linfoide asociado a la mucosa intestinal. Trabajos recientes han demostrado que este tejido sufre una importante depleción debida principalmente a la masiva apoptosis de los linfocitos B, no atribuida ni a la acción directa del virus sobre estas células ni a mecanismos indirectos relacionados con la liberación de mediadores químicos por los monocitos-macrófagos (TNFα, IL-1 e IL-6), señalados como una de las principales células blanco del virus. Así mismo, se ha demostrado que la infección de las células del entramado folicular, constituido principalmente por células dendríticas foliculares y células reticulares, provocaría graves alteraciones morfológicas y funcionales en estas poblaciones celulares. Por tanto, las funciones de sostén y de mantenimiento de la homeostasis folicular, fundamentales para la supervivencia de los linfocitos, se verían comprometidas, favoreciendo así la apoptosis linfocitaria.

En el pulmón, la infección de las poblaciones de macrófagos por el vDVB provocaría un bloqueo de la actividad biosintética de estas células, limitando la producción de citoquinas proinflamatorias (TNFα, IL-1 e IL-6) y alterándose la repuesta inmune innata local. En consecuencia, el pulmón tendría una menor capacidad de respuesta frente a agentes patógenos secundarios, predisponiendo la aparición de procesos respiratorios.

domingo, 26 de junio de 2011

VACUNAS Y SUS MITOS. ESPAÑA 2011

Vacunas: manual de instrucciones para acabar con los mitos

Los expertos alertan de un repunte en el movimiento antivacunas y recomiendan mejorar la información que se ofrece a los padres

Ainhoa Iriberri
Madrid
http://www.publico.es/
22/06/2011


La semana pasada varios gobiernos e instituciones se comprometieron a contribuir con casi 3.000 millones de euros a la Alianza Global para las Vacunas y la Inmunización (GAVI), lo que evitará, según este organismo, la muerte de cuatro millones de niños en países en vías de desarrollo hasta 2015.

En paralelo, Europa asiste a un importante aumento de casos de enfermedades transmisibles que se pueden evitar con la vacunación. Según datos del Instituto de Salud Carlos III, en 2010 se registraron en España 283 casos de sarampión. Hasta junio de 2011, había confirmados más de 1.100.

La donación de 3.000 millones de euros evitará cuatro millones de muertes
Es, según los expertos, el reflejo de un renacimiento de los movimientos antivacunas, un fenómeno existente desde que, en 1796, Edward Jenner desarrollara la primera inmunización frente a la viruela y que vivió su máximo esplendor a finales de la década de 1990, cuando un estudio fraudulento asoció las vacunas al riesgo de autismo.

La revista Nature analizaba recientemente las estrategias desarrolladas para evitar la infiltración de estos rumores en la población, una tendencia que no es exclusiva de los países ricos. En este sentido, en el artículo Lecciones de la erradicación de la polio, los epidemiólogos Hedi Larso e Isaac Ghinai, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, analizan los casos de Nigeria e India que, a su juicio, se han convertido en "dignos de estudio" sobre la importancia de "ganarse a las poblaciones locales" antes de establecer una estrategia de vacunación global, como se hará sin duda con las ayudas otorgadas a GAVI.

En estos países se boicoteó el programa de inmunización masiva contra la polio a raíz de un mito que asociaba la vacuna a la transmisión del VIH. La Iniciativa Global para la Erradicación de la Polio (GPEI), que anteriormente había logrado implantar la vacunación de forma masiva (hasta reducir los casos en un 99% de 1988 a 2001), tuvo que cambiar sus estrategias y dejar de lado anuncios de radio y carteles para ponerse a hablar con los agentes decisorios.
En España hay ahora cuatro veces más sarampión que en todo 2010

En el caso de India, se mantuvieron conversaciones con la Universidad Musulmana de Aligarh y con la Islámica de Nueva Delhi. Así se consiguió que la vacunación fuera propuesta por líderes locales y no impuesta por los extranjeros. Al cabo de un año, no se registró ni un nuevo caso de la enfermedad en la zona.

En Nigeria, los encargados de vacunar optaron por visitar no sólo las casas, sino también las escuelas, los mercados y, sobre todo, las mezquitas. La visita en 2009 del filántropo Bill Gates, que pidió audiencia con el sultán de Sokoto además de reunirse con el Gobierno de la comunidad de Kano, donde había sido boicoteada la vacuna, fue crucial para renovar el compromiso con la vacunación.
Más información

Según explica en un segundo artículo de Nature Julie Leask, de la Universidad de Sidney (Australia), las circunstancias son muy distintas en los países ricos donde, al contrario que en los más pobres, no son los líderes los que cuestionan la vacunación, sino padres con buen nivel socioeducativo.
A ellos debe hacer frente "de vez en cuando" el pediatra del Centro de Salud Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa) Pedro Gorrotxategi. Este experto tiene claro que "lo que más ha beneficiado" a los movimientos antivacunación es el mito de que las vacunas causan autismo, "que se ha demostrado que no es cierto". Explica, además, que el componente al que acusan de dañino, el timerosal, "no está presente" en ninguna vacuna española, que se dispensan en envases individuales. Sí lo está en vacunas con envases múltiples usadas en los países pobres, pero "la cantidad es mínima".

Escribe Leask en la revista británica que, para evitar la implantación de estos mitos, "debe haber entrevistas antes de prescribir la vacunación, en las que se ayude a los padres a considerar los pros y los contras de la medida". Gorrotxategi se emplea a fondo con los que se niegan a vacunar, aunque hace hincapié en las inmunizaciones incluidas en el calendario vacunal común hay algunas, como las que protegen contra múltiples cepas del neumococo o la del rotavirus, que son opcionales . "Insisto en la primera visita y, si no tengo éxito, en la segunda. Les hablo de lo graves que son las enfermedades que se evitan; yo lo he vivido, tuve un compañero de clase con polio", afirma el pediatra. "También les recuerdo los brotes que ha habido de enfermedades ahora prevenibles con vacunas, como el meningococo C", añade. "Me fijo en si uno de los dos padres es más reticente y me intento apoyar en el otro", comenta el pediatra, que se jacta de haber convencido a más de uno.
Un médico cree que los rumores deberían perseguirse legalmente José María Bayas, autor de más de 80 estudios sobre el asunto, cree que la gente "no es consciente" de lo que son las intervenciones con repercusión grande, como la vacunación. "Ahora se deslumbran con las terapias novedosas o la tecnología puntera", se lamenta. El especialista del Hospital Clínic de Barcelona apunta a que en la base del movimiento antivacunas está "el descrédito de la industria farmacéutica" que no termina de entender. "Sí, pretende ganar dinero, pero como todas las industrias; no tiene sentido pensar que tiene que ser más generosa". Bayas sugiere que los rumores sobre las vacunas deberían perseguirse legalmente. "¿Qué pasaría si alguien dijera que los productos que vende un centro comercial están contaminados? ¿No se le denunciaría?", se pregunta.

Como la autora del artículo de Nature, Bayas reconoce que hace falta más convencimiento entre los propios sanitarios. "Por ejemplo, la cobertura de la vacuna de la gripe en este colectivo es muy baja y manejan los mismos tópicos que la población general", acusa. "Hay mucho sanitario que se informa por el periódico", subraya por su parte Javier Díez Domingo, del Instituto Valenciano de Vacunas, que cree que "la gripe A supuso un antes y un después con respecto a la vacunación".
Cultura de la agresividad

Entre los propios sanitarios también falta el convencimiento
Además, reconoce que, a la hora de vacunar, los médicos mantienen "en el subconsciente" la cultura de agresividad de hace 40 años, cuando se insistía mucho en la vacunación porque las enfermedades estaban ahí. "Hay que revisar nuestra postura; convencer con argumentos, hablar sobre el beneficio-riesgo. Si se quiere explicar bien, es difícil", subraya Díez, que apunta como posible solución colgar información en la web del Ministerio de Sanidad.

Bayas cree que hay que "explicar con detalle" en qué consisten las enfermedades de las que se va a vacunar. Respecto a los riesgos, reconoce que, "como todas las cosas", las vacunas tienen efectos secundarios. "Pero es un tema de balance, el riesgo de sufrir un efecto adverso grave por una vacuna es menor al de morir en un accidente de aviación". "Hay ciudadanos que, para no correr el riesgo, no vacunan a sus hijos, pero así no evitan la enfermedad y la probabilidad de que la padezcan será mayor cuantos menos niños haya vacunados", advierte el experto, que se refiere al concepto de inmunidad de grupo, el efecto protector de una vacuna sobre los miembros no inmunizados, siempre que la mayoría se haya vacunado.

miércoles, 22 de junio de 2011

INTERFERÓN. PERITONITIS INFECCIOSA FELINA

Peritonitis Infecciosa Felina

Introducción
Se cree que la Peritonitis Infecciosa Felina (PIF) es la causa infecciosa más importante de muerte en gatos. La PIF está causada por la infección por el Coronavirus Felino (FCoV).
Los gatos que comparten entorno con otros gatos, como los de un criadero o un refugio, tienen mayor riesgo de desarrollar PIF por varias razones:
- Más oportunidades de infección por coronavirus felino (FCoV)
- Dosis mayores de FCoV
- Más estrés (los gatos son, por naturaleza, animales solitarios)
- Mayor probabilidad de tener enfermedades concurrentes, lo que deprime la función
inmunitaria

La PIF puede presentarse en gatos de cualquier edad, pero un 50 por ciento de los gatos con PIF tienen menos de 2 años de edad. Típicamente, la PIF se presenta unas semanas o meses después de que el gato haya sufrido un estrés, y puede aparecer en su forma efusiva(o "húmeda") o no efusiva (o "seca"). En la primera, se aprecia una acumulación de fluido en el abdomen y/o tórax, mientras que en la segunda no se aprecia fluido, el gato pierde peso, tiene fiebre, linfopenia, y presenta signos en función de qué órganos estén afectados; los ojos, hígado y cerebro son los que se afectan habitualmente. Sin embargo, la mayoría de los gatos infectados por FCoV no desarrollan PIF, aunque se infectan, eliminan virus con las heces transcurridos 2 o 3 días de la infección, seroconvierten a los 18-21 días, dejan de eliminar virus tras 2-3 a 7 meses y, finalmente, pierden los anticuerpos. El 13% de los gatos infectados se convierten en portadores de por vida, eliminando continuamente FCoV en
sus heces y manteniendo un elevado título de anticuerpos.
Poco después de descubrir la PIF en 1963, se observó que había muchos más gatos
infectados por FCoV que los que desarrollaban PIF, y se lanzó la hipótesis de que había dos coronavirus del gato. La hipótesis dice que hay un virus avirulento, o coronavirus entérico felino (FECV), que difiere del virulento virus de la peritonitis infecciosa felina (FIPV). Sea como fuere, actualmente se sabe que la presencia del coronavirus felino significa que hay un riesgo potencial de desarrollo de PIF. Siguiendo las recomendaciones del Grupo de Estudio del Coronavirus, en este capítulo nos referiremos al virus por FCoV y a la enfermedad por PIF.

Etiología
Familia: Coronaviridae
Género: Nidovirales
Coronavirus felino (FCoV)
Virus ARN envuelto
Virus frágil, pero resistente en el ambiente de 3 a 7 semanas cuando lo protegen proteínas (material fecal)
Susceptible al hipoclorito sódico (lejía doméstica común)

Transmisión
Su transmisión es fundamentalmente indirecta - no transplacentaria, y muy pocas veces
directa. El virus se elimina continuamente en las heces (a veces de forma intermitente hacia el final de la infección). El virus sólo se detecta en saliva en las primeras fases de la infección, y sólo por un espacio de horas a 1-2 días (Addie y Jarret, 2001).

Excreción viral del FcoV
✔ Empieza a los 2 días de empezar la infección, en las heces (Pedersen et al., 2004)
✔ Sólo se detecta en saliva en la infección temprana (primeros días) (Addie y Jarret, 2001)
✔ Eliminadores transitorios (normalmente < 3 meses) (Addie y Jarret, 2001)
✔ Gatos portadores (por el resto de sus vidas) (Addie y Jarret, 2001)
✔ Gatos resistentes (3%) (Addie y Jarret, 2001)

Patogenia
No se conoce con exactitud la patogenia de la PIF
No se sabe exactamente por qué mecanismos se desarrolla la PIF. Hay seroconversión a
los 18-21 días de la infección. Puesto que la PIF es una enfermedad inmunomediada, no
puede aparecer antes que la seroconversión: la PIF más temprana aparece hacia los 28 días de la infección, y suele ir acompañada de una historia de estrés, como el hecho de haber cambiado de casa o haber sido esterilizado. La PIF efusiva o húmeda es la forma aguda, y
aparece a las 4-6 semanas de haber habido un estrés. La PIF no efusiva o seca es la forma
crónica y puede aparecer meses a años después de la infección. Una teoría de cómo se
desarrolla la PIF postula que acaece una mutación (para ser más precisos, una supresión,

GATO INFECTADO
Transmisión horizontal indirecta(heces, fómites infectados)
Superficies contaminadas por virus:
- Bandejas de arena
- Partículas fecales microscópicas

GATO SANO

Piogranuloma por PIF en que se aprecia un vaso sanguíneo (BV) en el riñón, rodeado de un infiltrado de neutrófilos y macrófagos. © Diane-D. Addie Vennema et al., 1998) en FCoVs inocuos (a menudo llamados "coronavirus intestinal felino") que cambia el tropismo del virus hacia enterocitos por macrófagos. Sin embargo, también se han hallado FCoVs replicándose en macrófagos de gatos sanos. Los macrófagos infectados salen de los vasos y liberan aminas vasoactivas que atraen a otras células
inflamatorias y forman un piogranuloma perivascular.

Signos clínicos y aproximación al diagnóstico de PIF
Véase el algoritmo de aproximación al diagnóstico de PIF (en la página 113)
No hay test diagnóstico alguno para PIF, el diagnóstico sólo puede confirmarse por
histopatología
La PIF es una de las enfermedades de diagnóstico más difícil en un animal vivo porque puede presentar casi cualquier signo clínico. Los signos clínicos de la PIF reflejan las lesiones vasculares que van sucediendo. En PIF efusiva, la lesión de muchos vasos hace que se extravase sobre todo plasma en la cavidad abdominal o torácica (o en ambas). Los signos de presentación son, por lo tanto, distensión abdominal o disnea. El líquido extravasado tiene la misma consistencia que el plasma y coagula al exponerse al aire. Su volumen puede ir de pocos mililitros o varios centenares de ml en los peores casos (fotografías 3 y 4). Un análisis detallado del fluido puede llevarnos al diagnóstico presuntivo de PIF (véase el
algoritmo). El fluido debe contener más de 35g/l de proteína, con una relación albúmina : globulina inferior a 0,8. Debe haber pocas células nucleadas (menos de 2x10/9, que mayoritariamente serán neutrófilos y macrófagos, no linfocitos. La efusión debe ser estéril.
Un diagnóstico diferencial importante es la peritonitis bacteriana y el derrame pleural, en los que hay un elevado número de leucocitos y bacterias. La alfa 1 glicoproteína ácida (AGP) es un complemento útil para el diagnóstico porque aumenta muchísimo en PIF (más de 1500 µl/ml) y se mantiene normal en miocardiopatías o tumores, que serían diagnósticos diferenciales importantes. Pero la AGP también aumenta tras un traumatismo o cirugía y con las infecciones bacterianas. La serología de FCoV es útil porque la mayoría de los gatos con PIF tienen un título elevado de anticuerpos (aunque en ocasiones los gatos con la forma efusiva tienen un título bajo porque los anticuerpos se pegan a la gran cantidad de virus presente y dejan de estar disponibles para el test de anticuerpos contra coronavirus). La detección de virus replicándose en el fluido de la efusión mediante RT-PCR es indicativa de PIF, igual que la detección de FCoV en macrófagos mediante inmunofluorescencia.
Los gatos con PIF efusiva suelen estar alerta y comer, aunque pasan rápidamente a estar decaídos y anoréxicos. La muerte suele sobrevenir en pocos días.

Diagnósticos diferenciales importantes para PIF efusiva
✔ Tumor (adenocarcinoma, linfoma)
✔ Miocardiopatía
✔ Enfermedad hepática (tumor, cirrosis, colangitis linfocítica)
✔ Peritonitis o pleuresía bacteriana
✔ Gestación / obesidad

En PIF no efusiva se forman menos piogranulomas, aunque mayores, durante largos períodos...


APROXIMACIÓN AL DIAGNÓSTICO DE PIF
HISTORIA MÉDICA
EXPLORACIÓN CLÍNICA
PIF EFUSIVA?
• Gato despierto o decaido
• Pirexia persistente > 4 días
• Distensión abdominal /ascitis
• Disnea /efusión pleural
PIF NO EFUSIVA?
• Pirexia persistente > 4 días
• Anorexia, pérdida de peso
• Animal decaido
• Se palpa ganglio(s) linfático mesentérico agrandado
• Signos intraoculares (uveítis, efecto Tyndall en el
humor acuoso, manguitos vasculares en la retina)
• Signos neurológicos (ataques, ataxia, nistagmo)
• Ictericia
ANÁLISIS DEL FLUIDO
• Suele ser de color heno, claro, y no oloroso
• Nivel de proteínas > 35 g/l
• Relación albúmina:globulina < 0,8
• Recuento leucocitario total < 2x10 g/l
• Identificación de las células: neutrófilos y macrófagos
• Detección del virus en macrófagos, si se puede
Si no es líquido de PIF:
• Se hallan bacterias en la citología
• Recuento leucocitario > 2x10 g/l
• Predominancia de linfocitos
• Células cancerosas
• Proteínas < 30 g/l
• Albúmina : globulina > 0,8
Si es compatible con PIF,
tomar muestra de sangre:
• Anemia no regenerativa
(hematocrito < 30%)
• Linfopenia
• Hiperglobulinemia
• Título de anticuerpos anti-FCoV elevado
• Nivel alto de alfa 1 glicoproteína ácida
• Hiperbilirrubinemia

ECOGRAFÍA / LAPAROTOMÍA
EXPLORATORIA
Buscar:
• Tumor
• Insuficiencia cardiaca
• Enfermedad hepática
• Peritonitis o pleuresía bacteriana
• Hernia diafragmática
Normalmente gatos jóvenes (menos de 2 años)
• De raza (especialmente Persa)
• Han convivido con otros gatos (p.ej. de un refugio)
• Historia de estrés: adopción, residencia, castración


...períodos, y los signos clínicos suelen ser directamente atribuibles a la localización de los mismos: por ejemplo, los piogranulomas en el hígado ocasionan ictericia. Los gatos con PIF seca suelen estar decaídos y presentan pérdida de peso, anorexia, pirexia moderada (39,0- 39,5ºC, no responde y es recurrente), y pelo mate (fotografía 5). La mayoría presenta signos intraoculares, como uveítis, efecto Tyndall en el humor acuoso, precipitados corneales o manguitos perivasculares en la retina. La mayoría de los gatos con PIF seca presentan ganglios linfáticos mesentéricos engrosados y palpables que suelen confundirse con tumores (Kipar et al., 1999). El hemograma revela linfopenia (Paltrinieri et al., 2001) y anemia no regenerativa (hematocrito normalmente por debajo de 30%). La bioquímica revela hipergammaglobulinemia (policlonal) y niveles normales o ligeramente bajos de
albúmina, lo que da una relación albúmina : globulina baja. Una relación A:G por encima de 0,8 descarta PIF, mientras que por debajo de 0,4 sugiere firmemente PIF. Entre 0,4 y 0,8 deben tenerse en cuenta otros parámetros. La bilirrubina suele estar elevada. Los niveles de AGP son superiores a los normales, pero no tan altos como en PIF húmeda. Los títulos de anticuerpos frente a FCoV suelen ser muy altos.

El curso de la PIF no efusiva es crónico, y los gatos suelen superar semanas a meses con tratamiento. Los signos neurológicos (nistagmo, ataxia, convulsiones, parálisis) pueden deberse a meningitis, afección en nervios por piogranuloma, o hidrocefalia. La muerte sobreviene poco después de aparecer los signos neurológicos.

Tratamientos médicos
Un aspecto esencial del tratamiento de la PIF es la seguridad de tener el diagnóstico
correcto: nosotros vimos que el 82% de los gatos diagnosticados clínicamente de PIF
sufrían realmente otras enfermedades. Una vez que tenemos un diagnóstico correcto de
PIF, el tratamiento se dirige a suprimir la respuesta inmunitaria inadecuada, normalmente mediante corticosteroides. La uveítis relacionada con PIF suele responder al tratamiento tópico y sistémico con corticosteroides.
Prednisolona: utilizar dosis inmunosupresoras de prednisolona, y disminuir la dosis:
- Dosis: 4mg/kg/día durante 10-14 días, reduciendo a 2mg/kg/día durante 10-14 días, y así sucesivamente.

Inhibidores de la tromboxano sintetasa (utilizados para el asma en humanos), (Watari
et al., 1998), consiguieron la remisión en dos casos de PIF.
- Dosis: hidrocloruro de ozagrel, 5mg/kg BID

Interferón:
Por sus propiedades antivíricas, pero también por las inmunomoduladoras, se supuso que el interferón podía ser un buen candidato para el tratamiento de PIF. Sólo existe un informe sobre la utilización de interferón omega felino (rFeIFN) en el tratamiento de PIF cuando en el momento de escribir este capítulo (Ishida et al., 2004).
Protocolo Ishida:
Al principio se administró rFeIFN subcutáneo a razón de 1 MU/kg a días alternos, y
posteriormente una vez por semana durante un período variable si se apreciaba remisión.
Glucocorticoides: una sola inyección intratorácica o intraperitoneal de 1 mg/kg de
dexametasona. La prednisona se empezó a dar por vía oral a razón de 2 mg/kg una vez al día para luego disminuir gradualmente hasta los 0,5 mg/kg a días alternos y hasta superar la remisión.
Utilizando este protocolo, 4 de 12 gatos se recuperaron por completo, y dos sobrevivieron 4 y 5 meses. Todos los que se recuperaron completamente tenían la forma efusiva y eran gatos relativamente mayores. Por desgracia, este estudio no disponía de grupo control (es decir, un grupo de gatos con signos de presentación similares a los que se tratara de forma convencional), por lo que la eficacia de tratamiento no puede valorarse de forma completa.
Por otra parte, se demostró mediante histopatología que los que sucumbieron sufrían PIF, y que se aplicaron los mismos criterios de diagnóstico para todos los gatos.
Además, debe proporcionarse una buena nutrición a los gatos, fluidos si están
deshidratados, y cuidados de enfermería.

Monitorización del tratamiento
El nivel de globulinas, relación albúmina : globulina, niveles de alfa 1 glicoproteína ácida y hematocrito son unos buenos indicadores del éxito o fracaso del tratamiento. Si el tratamiento está dando resultados, los niveles de globulinas deberían volver a valores normales, la relación A:G debería aumentar, los niveles de AGP deberían descender hasta alcanzar valores normales (de hasta 500 µg/ml) y el valor hematocrito debería permanecer por encima del 20%. La medición del título de anticuerpos FCoV es menos útil porque tiende a mantenerse elevado.

Referencias seleccionadas
• Addie, D.D., and Jarrett, J.O. (2001) Use of a reverse-transcriptase polymerase chain reaction for monitoring gatos
coronavirus shedding by healthy cats. Vet. Rec. 148, 649-653.
• Addie D.D., Schaap I.A.T, Nicolson L., Jarrett O. (2003) Persistence and transmission of natural type I gatos coronavirus
infection. J. Gen. Virol. 84 (10), 2735-2744.
• Ishida T., Shibanai A.,Tanaka S., Uchida K., Mochizuki M. (2004) Recombinant Gatos Interferon Therapy of Gatos Infectious
Peritonitis. J.F.M.S. 6, 107-109.
• Kipar A., Koehler K., Bellmann S., Reinacher M. (1999) Gatos infectious peritonitis presenting as a tumour in the abdominal
cavity. Vet. Rec. 144, 118-122.
• Paltrinieri S., Grieco V., Comazzi S., Cammarata Parodi M. (2001) Laboratory profiles in cats with different pathological and
immunohistochemical findings due to gatos infectious peritonitis (FIP). J. Gatos Med. Surg. Sep. 3 (3), 149-59.
• Pedersen N.C., Sato R., Foley J.E., Poland A.M. (2004) Common virus infections in cats, before and after being placed in shelters, with emphasis on Gatos Enteric Coronavirus. J.F.M.S. In press.
• Vennema H., Poland A., Foley J., Pedersen N.C. (1998) Gatos infectious peritonitis viruses arise by mutation from endemic
gatos enteric coronaviruses. Virology. 243 (1), 150-157.
• Watari T., Kaneshima T.,Tsujimoto H., Ono K., Hasegawa A. (1998) Effect of thromboxane synthetase inhibitor on gatos
infectious peritonitis in cats. J. Vet. Med. Sci. 60 (5), 657-659.

Para ampliar la información
Páginas Web sobre PIF
www.catvirus.com
www.felinecoronavirus.com
www.gla.ac.uk/companion
www.orionfoundation.com

INTERFERON. CALICIVIRUS FELINO

Infección por Calicivirus Felino

Introducción
La infección por calicivirus felino ocasiona una gingivitis - estomatitis en la especie felina.Además de su papel específico en estas infecciones orales, el calicivirus felino también está implicado en el llamado complejo de la gripe felina y en estomatitis recurrentes observadas frecuentemente en gatos inmunodeprimidos infectados de forma persistente por los virus de la Leucemia Felina o la Inmunodeficiencia Felina (FeLV o FIV) (Thiry, 2002).

Etiología
Familia: Caliciviridae
Género: Vesivirus
Calicivirus Felino (FCV)
Tasa de mutación elevada, diversidad antigénica
Virus ARN pequeño y sin envoltura
Pertenece al grupo de patógenos responsable del complejo de la gripe felina
Virus altamente citolítico
Persiste en el ambiente durante 1 semana - sensible al hipoclorito sódico (lejía doméstica común)

Transmisión
Fuente: gatos infectados de forma aguda y crónica
✔ Directa: "de gato a gato" (ruta oronasal)
✔ Indirecta: a través de la contaminación del ambiente (p.ej. recipientes para la comida)

GATO sano
Transmisión vírica
Cambio de Estado
Infección primaria
Multiplicación vírica - incubación: 3-4 días
Excreción Excreción bucal y nasal - 30 días
Gato infectado crónicamente
Gato infectado de forma aguda
15 - 20% de portadores crónicos de por vida
50% de portadores crónicos durante 75 días

Patogenia
Tras la infección de la orofaringe, la actividad citolítica del virus produce vesículas y úlceras en la cavidad oral. El virus se disemina localmente en el tubo
digestivo, sistema respiratorio y en los ojos (Gaskell y Dawson, 1994). La viremia
aparece 3 o 4 días después, y el virus se distribuye por todo el cuerpo, con aislamientos descritos en, por ejemplo, cerebelo, membrana nictitante, riñón, ganglios linfáticos y pulmón, pero se dedica principalmente a volver a la mucosa oronasal y a los ojos. En gatitos, pueden afectarse las articulaciones. La neumonía primaria es poco frecuente, y se debe a la propagación directa de pequeñas gotas infecciosas hacia los pulmones. El virus tiene un efecto de necrosis en las células epiteliales: aparecen vesículas y úlceras con un infiltrado por neutrófilos.

La infección aguda por calicivirus se caracteriza por las lesiones orales definidas como palatitisglositis; en este caso, las úlceras pueden verse sobre la lengua,
especialmente en su aspecto marginal, y sobre el paladar. Courtesy: Guy Camy

Punto de multiplicación vírica primaria en la orofaringe

DISEMINACIÓN LOCAL VIREMIA
Cavidad oral: Lengua, paladar Nariz: Epitelio nasal Ojo: Conjuntiva
Otras localizaciones: articulaciones (en gatitos), pulmones, membrana nictitante,
riñón, cerebelo, ganglios linfáticos

La inflamación intensa se acompaña de fiebre que, normalmente, evoluciona de forma
bifásica, con un pico 24 horas después de la infección, y un segundo pico de 4 a 7 días después.
El calicivirus felino muestra un grado elevado de variabilidad antigénica. Un gato puede ser infectado sucesivamente por varias cepas, y cada infección irá acompañada de signos clínicos. En los EEUU se ha asociado a cepas hipervirulentas con elevadas tasas de mortalidad, precedidas de los signos clásicos de la infección por calicivirus pero también de pancreatitis hemorrágica, esplenomegalia y congestión pulmonar. Esta situación clínica aún no ha sido observada en Europa.
La estomatitis crónica está asociada a la infección crónica de las tonsilas, ulceración proliferativa de las criptas tonsilares y una secreción continua de saliva.

Signos clínicos
La enfermedad aguda se caracteriza principalmente por las lesiones de ulceración oral y la hipertermia. La rinitis y conjuntivitis se asocian a la descarga oculonasal. El
calicivirus felino es, por lo tanto, uno de los patógenos responsables de la gripe felina. La enfermedad aguda se resuelve en 2 a 4 semanas. Con menor frecuencia puede que el calicivirus felino ocasione otras lesiones: neumonía o artritis en gatitos (Hurley y Sykes, 2003).

La enfermedad crónica queda restringida en la cavidad oral, con úlceras recurrentes. La asociación con FIV puede ser la responsable de la estomatitis crónica, y su tratamiento resulta complicado por la inmunodeficiencia.
La enfermedad aguda por reinfección debe diferenciarse de la infección crónica. En este caso, el gato que ya había sufrido una infección aguda por calicivirus vuelve a estar enfermo, con los mismos signos clínicos agudos, aunque reducidos por la inmunización previa.

Tratamiento médico
El único agente antivírico que podría aplicarse para tratar la infección por calicivirus felino es el interferón omega felino recombinante. De este tratamiento se puede esperar que reduzca la gravedad de las lesiones agudas y prevenga el establecimiento de una infección crónica. También puede utilizarse para mejorar la condición clínica de los gatos que sufren lesiones orales crónicas habitualmente asociadas al calicivirus felino.
Normalmente, los antibióticos de amplio espectro pueden evitar infecciones bacterianas secundarias, especialmente en los casos más graves. Deben utilizarse antibióticos con una buena difusión en la cavidad oral.

INFECCIÓN POR CALICIVIRUS
Enfermedad •
Tialismo
Úlceras bucales
Descarga nasal (ocular)
Sospecha Clínica
Búsqueda de otras enfermedades
Repetir la torunda orofaríngea
RT-PCR
(ARN vírico)
Lesiones agudas Lesiones recurrentes
Forma aguda Forma crónica
Torundas – cepillado: orofaríngeo, nasal y conjuntival
(FCV?)
Torunda orofaríngea (especialmente en los arcos palatoglosos) repetido semanalmente durante 4 a 6 semanas
Test para retrovirus:
Serología para FIV
Antigenemia de FeLV o RT-PCR
Negativo Positivo FeLV/FIV - FeLV/FIV +
Sí:
Negativo cierto
No: Falso negativo

Infección por calicivirus felino
Búsqueda de otras enfermedades
Infección por retrovirus:

La acción a emprender depende del pronóstico
¿Vacunado?
Aproximación al diagnóstico
Los gatos infectados deben mantenerse en un entorno cálido, son suficiente humedad.
Puede que les resulte difícil comer y beber debido a las lesiones orales. La alimentación debe adaptarse a la situación del gato: dietas semilíquidas apetitosas. Si el gato estuviera deshidratado, la rehidratación estaría indicada por ruta parenteral.

Referencias

• Gaskell R.., Dawson S. (1994) Viral-induced upper respiratory tract enfermedad. In: Gatos medicine and therapeutics, E.A.
Chandler, C.J. Gaskell and R.M. Gaskell, editors, Blackwell scientific publications, Oxford, 453-472.
• Hurley K.F., Sykes J.E. (2003) Update on gatos calicivirus: new trends. Vet. Clin. North Am. Small Anim. Pract. 33, 759-772.
• Thiry E. (2002) Calicivirose féline. In: Virologie clinique du chien et du chat, Collection virologie clinique, Editions du Point Vétérinaire,
98-104

martes, 21 de junio de 2011

INTERFERÓN. INMUNODEFICIENCIA FELINA

Infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Felina

Introducción
El virus que causa inmunodeficiencia en gatos, que inicialmente fue conocido como FTLV(Lentivirus Linfotrópico T Felino), se denomina FIV (Virus de la Inmunodeficiencia Felina).

El FIV se aisló en 1986 en Davis, California (EUA) (Pedersen et al., 1987) de gatos que vivían en una casa compartida por varios congéneres y que mostraban varios signos de inmunodeficiencia, pero que daban negativo a FeLV. Desde entonces se sabe que el FIV es un lentivirus específico de los felinos y que causa un síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) en gatos domésticos. El FIV se encuentra en gatos domésticos de todo el mundo, y se han detectado cepas víricas estrechamente relacionadas al FIV del gato doméstico en un mínimo de 27 especies de felinos salvajes. En algunas regiones africanas, gran parte de la población de leones está infectada por este lentivirus estrechamente relacionado que da reacciones cruzadas con el FIV en las pruebas de anticuerpos, pero que sólo ocasiona unos pocos signos clínicos aparentes en ellos. La mayor diversidad de secuencias del ácido nucleico viral y la menor patogenicidad de las cepas de felinos salvajes, en comparación con las que afectan a los gatos domésticos, sugieren que los felinos salvajes, han estado viviendo más tiempo con el virus y que las cepas de los gatos domésticos pueden haber emergido con posterioridad a las cepas históricas no domésticas (Levy, 2000). El FIV comparte muchas propiedades morfológicas y bioquímicas con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), pero es antigénicamente distinto. La patogenia de
la infección de ambos es parecida, y se caracteriza por un largo período de latencia clínica

Estas semejanzas entre los dos virus (FIV y VIH) y su patogenia hacen que el gato sea uno de los mejores modelos de estudio del VIH y el SIDA en humanos. Sin embargo, no hay evidencias de contacto alguno entre la infección por FIV y ninguna enfermedad humana, SIDA incluido. Los trabajos de investigación no han podido identificar anticuerpos en personas mordidas por gatos infectados ni en personas que se hayan inyectado inadvertidamente material infectado por el virus.
Los aislados de campo del FIV pueden dividirse en varios subtipos en función de las
diferencias en la secuencia de una región hipervariable del gen env (envoltura). Se ha identificado un mínimo de 5 subtipos distintos (A, B, C, D, E) hasta ahora. En los EEUU se encuentran mayoritariamente los subtipos A y B, aunque también se ha descrito el subtipo C. En Canadá, el subtipo predominante es el C, y se han identificado algunas infecciones por el subtipo B. En Japón hay un predominio del subtipo D, aunque se han descrito hallazgos de los subtipos A, B, y C. En Australia y África se ha descrito el subtipo A; en Sudáfrica se han descrito el subtipo B y, recientemente, el nuevo subtipo E. Los gatos europeos están infectados por los subtipos A, B, C y D, con predominio del subtipo A en los países del norte (p.ej. Alemania y Holanda) y del B en el sur (p.ej. en Italia). Los gatos infectados en circunstancias naturales pueden albergar varios subtipos. Experimentalmente se ha podido observar una superinfección por distintos subtipos tras su inoculación secuencial, lo que indica una falta de protección cruzada entre los distintos subtipos. La prevalencia de la infección por FIV va del 1 al 30%, dependiendo del país.

Etiología
Familia: Retroviridae
Género: Lentivirus
Virus de la Inmunodeficiencia Felina (FIV)
Retrovirus (virus ARN) encapsulado de forma esférica a elipsoidal
Elevada tasa de mutación y diversidad antigénica (varios subtipos)
Sensible a todos los desinfectantes
Largo período de latencia clínica
Infecciones oportunistas



Transmisión
La transmisión es fundamentalmente horizontal y directa entre gatos adultos a través de mordeduras (saliva) en peleas (Burkhard, 1998). Los estudios epidemiológicos demuestran que la transmisión del FIV está influida por el comportamiento; los gatos que vagan libremente en áreas de una elevada densidad de gatos tienen una mayor oportunidad de exponerse porque las heridas por mordedura son el modo más importante de transmisión. Dado el modo de transmisión, los gatos macho enteros tienen tasas de
infección de 2 a 4 veces superiores que las hembras, y la prevalencia en gatos adultos es mayor. La transmisión sexual es posible.

La patogenia de la infección por FIV no se conoce por completo. A pesar de la generación de anticuerpos y una fuerte respuesta inmunitaria celular, se impone una
y no puede eliminarse la infección. Igual que ocurre con el VIH, el FIV infecta a células CD4+ tanto in vitro como in vivo, pero no utiliza la molécula CD4 como receptor celular.
Aún está bajo discusión la naturaleza del receptor primario (Sellon, 1998). La marca
característica de la patogenia del FIV es la desorganización progresiva de la función inmunológica.
El FV se replica en linfocitos CD4+ y CD8+, en linfocitos B, en
macrófagos, y en astrocitos y células de la microglía. Igual que con el VIH, algunas cepas del FIV se replican preferentemente en linfocitos, y sólo mínimamente en macrófagos, mientras que otras cepas son capaces de replicarse igualmente bien en ambos tipos celulares. Se cree que la replicación en distintos tipos celulares es la responsable de las distintas manifestaciones clínicas. La replicación vírica en células de la línea monocitos/macrófagos puede ocasionar manifestaciones patológicas en el sistema nervioso central (SNC).
Mientras que los autores están de acuerdo en que el mayor reservorio de células infectadas en la sangre periférica durante las primeras fases de la infección son los linfocitos CD4+, el cambio en el tropismo vírico y la utilización de receptores en la infección crónica aún es tema de debate (Willet et al., 2002).
El FIV puede aislarse de linfocitos, como muy pronto, entre los días 10 y 14 después de la infección. La viremia crece rápidamente hasta el día 21, alcanza el máximo entre las semanas 7 y 8, y disminuye gradualmente hasta que la carga vírica vuelve a crecer en las vuelve a crecer en las etapas terminales. En contraste, cuando el virus llega a su cenit, las células CD4+ disminuyen. Durante las primeras semanas de infección disminuyen tanto las células CD4+ como las CD8+. La linfopenia inicial va seguida de una fuerte respuesta inmunitaria caracterizada por la producción de anticuerpos anti-FIV y un repunte de las células CD8+ por encima de los niveles previos a la infección. Esto ocasiona una inversión persistente de la relación CD4/CD8. Con el paso del tiempo, ambas poblaciones celulares disminuyen gradualmente.

Aparte de la disminución cuantitativa de células CD4+, los gatos infectados por FIV
muestran una disfunción de las células inmunitarias (p.ej. pérdida de la capacidad de proliferar de los linfocitos en respuesta a un estímulo). Además, puede detectarse una significativa perturbación de la producción de citoquinas que contribuye a la inmunodeficiencia. Se demostró que la inmunidad mediada por células resulta mucho más afectada que la inmunidad humoral. Las situaciones de inflamación crónica, neoplasias e infecciones por organismos intracelulares son más habituales que las infecciones oportunistas controladas por anticuerpos. Parece que los gatos infectados por FIV responden de forma adecuada a las vacunas y que desarrollan con frecuencia una hipergammaglobulinemia policlonal característica de una estimulación inespecífica de la inmunidad humoral.

El FIV no suele causar enfermedad por sí mismo. Son las infecciones oportunistas las que causan los signos clínicos gran parte del tiempo. La infección por FIV evoluciona pasando por varias etapas, igual que la infección por VIH en humanos. Las etapas reconocidas como tal en gatos incluyen una fase aguda , una fase clínicamente asintomática de duración variable, y una fase terminal de la infección. Se han hecho intentos de definición del curso clínico de forma análoga a las etapas de la infección por VIH (Ishida y Tomoda, 1990); sin embargo, no suele haber distinciones claras de las etapas en los gatos, y no todas ellas serán evidentes en algunos gatos.
La fase primaria de infección (véase el gráfico en la página siguiente) se caracteriza por signos clínicos de intensidad variable como fiebre, diarrea, estomatitis (fotografía 4), conjuntivitis, uveítis, y linfadenopatía generalizada, además de cambios laboratoriales como linfopenia y neutropenia. Los signos se mantienen durante unos días a varias semanas antes de desaparecer. La intensidad de los síntomas de la enfermedad primaria varía con la edad; los gatos recién nacidos desarrollan la linfadenopatía más exuberante y persistente,mientras que los gatos geriátricos muestran muy pocos signos de enfermedad, aunque progresan hacia las siguientes etapas más rápidamente. La mortalidad de esta fase inicial es baja.
Tras esta primera etapa, los gatos entran en un largo período de apariencia clínica normal (fase latente) antes de avanzar finalmente hacia la etapa terminal. Aunque carezca de signos clínicos, durante la fase latente se suele poder observar una disminución progresiva de las células CD4+ y de la relación CD4/CD8 y una hipergammaglobulinemia.
Los gatos en fase terminal o con enfermedad parecida al SIDA sufren infecciones oportunistas), mielosupresión, tumores o signos neurológicos.
El lapso de tiempo entre la fase primaria y terminal no ha podido determinarse con precisión, pero puede llegar a durar hasta 5 o más años. Algunos gatos pueden llevar consigo el FIV de por vida y con problemas mínimos de salud. No existe ningún factor de predicción del paso de la fase asintomática a la fase de SIDA, aunque un estudio sugiere que un mayor nivel de viremia observado en la fase aguda de la infección va asociado a una más rápida progresión hacia la fase terminal.
El curso de la infección por FIV depende de varios factores, incluyendo la edad y salud del gato en el momento de la infección, dosis y ruta de inoculación del virus, cepa vírica, y base inmunológica del gato. Igual que la infección por VIH, la edad de la infección influye en la duración de la fase latente. Los gatitos avanzan hacia la fase terminal mucho más rápidamente que los gatos adultos. Los cofactores, como la exposición a infecciones secundarias, también juegan un papel importante
en la progresión de la enfermedad.

Las pruebas utilizadas rutinariamente para el diagnóstico de FIV se basan en la detección de anticuerpos contra FIV en sangre periférica. Los gatos infectados suelen desarrollar una gran cantidad de anticuerpos específicos contra FIV, y el FIV genera una infección persistente de la que el gato no puede recuperarse. Por lo tanto, la detección de anticuerpos específicos ha venido utilizándose de forma eficaz en el pasado, y la presencia de anticuerpos en gatos de más de 6 meses de edad se consideraba predictiva de la presencia de virus. Esto, sin embargo, ha dejado de ser cierto en los EEUU recientemente porque ha salido una vacuna al mercado que interfiere en todas las pruebas que detectan anticuerpos. Mientras esta vacuna sólo se comercialice en los EEUU, las pruebas de detección de anticuerpos seguirán
siendo válidas en otros países.
Los anticuerpos contra FIV pueden detectarse mediante pruebas de inmunocromatografía,
como los test de inmunoanálisis (ELISA), inmunofluorescencia utilizando
linfocitos infectados por FIV, tests de radioinmunoprecipitación, o Westerblott
(inmunotransferencia)La inmunotransferencia se considera la técnica modelo para el diagnóstico de FI (Hatrmann et al., 2001). El ELISA y otras pruebas de
inmunocromatografía pueden generar resultados falsos positivos por varias razones, lo que no deja de ser importante en países en los que la prevalencia de FIV es baja, como en los EEUU y los países del norte de Europa (Hartmann et al., 2001). El valor predictivo de los resultados positivos y negativos dependen enormemente de la prevalencia de la infección.

En países con una prevalencia baja, el valor predictivo de los resultados negativos de una prueba es siempre mayor que el de los resultados positivos. La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o el aislamiento del virus son los métodos propuestos actualmente como métodos de ensayo. La PCR es método muy sensible o específico Si se inactiva de forma adecuada, la vacuna actual no debe resultar en producción de genoma vírico y no interferir en los tests de PCR. Asimismo, los veterinarios deberían tener en cuenta que una PCR con una sensibilidad muy elevada puede dar resultados falsos positivos si hubiera habido cualquier mínima contaminación durante el manejo de las muestras. Para evitar los resultados falsos positivos o negativos (cuando haya una sospecha), la prueba de ELISA debe repetirse antes de dar los resultados por definitivos, o bien hacer dos pruebas ELISA simultáneamente, para aumentar el valor predictivo.
En gatitos de menos de 6 meses de edad, las pruebas de anticuerpos deben interpretarse con cuidado porque puede que hayan adquirido los anticuerpos anti FIV
por transferencia pasiva de madres infectadas o vacunadas. La infección natural de un gatito a partir de su madre es muy poco habitual en circunstancias naturales, por lo que la mayoría de los gatitos que dan inicialmente positivo a las pruebas pueden volverse negativos cuando se agotan los anticuerpos maternales.

Tratamiento
El tratamiento suele consistir en terapia de apoyo incluyendo antibióticos, antifúngicos y antiparasitarios para tratar las infecciones secundarias, vitaminas, y rehidratación en caso de deshidratación, posiblemente combinado con una terapia antivírica.
La utilización de fármacos antivíricos es aún poco habitual en medicina veterinaria, con la excepción del autorizado recientemente en Europa para medicina veterinaria.

La mayoría de los fármacos antivíricos utilizados hasta ahora eran fármacos para humanos(Egberink et al., 1991; Hartmann et al., 1992, 1995a, 1995b), como el AZT (3'-azido-2', 3'- didesoxitimidina), fosfonoformato, foscarnet y ribavirina. Se han realizado muy pocos estudios controlados para respaldar su uso en gatos. Gran parte de ellos (excepto el AZT) son bastante tóxicos para los gatos y presentan efectos secundarios con frecuencia. Por ello, su uso en medicina veterinaria está limitado por su toxicidad (principalmente mielosupresión y nefrotoxicidad).

Los interferones ejercen de citoquinas , por lo que tienen un efecto inmunomodulador, pero también tienen un efecto antivírico directo al inducir un estado antivírico general en las células que las protege contra la replicación del virus. De todos los interferones humanos el interferón-α es el que tiene un mayor efecto antivírico y se ha utilizado en gatos infectados por FIV. El interferón-α humano sólo puede administrarse parenteralmente un máximo de 6 a 7 semanas a dosis altas (10/5 -10/6 UI/kg) para generar niveles séricos mensurables. Tras 6 o 7 semanas, los gatos pueden desarrollar anticuerpos.
Si el interferón- se administra por vía oral (como lo hacen muchos veterinarios para tratar infecciones por retrovirus), no se absorbe, se destruye es el tubo digestivo y no genera niveles séricos mensurables. El único efecto potencial que podría tener la administración oral de interferón es la estimulación del tejido linfoide local en la cavidad oral. No hay estudios controlados con placebo que demuestren los efectos positivos de las dosis bajas de interferón-α humano en gatos infectados por FIV. Los interferones son específicos de cada especie, y el interferón felino difiere claramente del humano en su antigenicidad y en su eficacia antivírica en las células felinas. Recientemente, el interferón felino correspondiente, el interferón-ω felino, recibió la autorización para usarse en medicina veterinaria en algunos países europeos. ω tiene una mejor eficacia en células felinas que el interferón humano, por lo que podría tratarse de un enfoque prometedor.
Hasta ahora se ha realizado un solo estudio clínico de campo (De Mari et al., 2002) con interferón-ω felino en gatos infectados por FIV. Fue un estudio multicéntrico, con control de placebo, aleatorio y doble ciego, llevado a cabo en 35 clínicas veterinarias y que incluyó a 137 gatos. Un grupo recibió el interferón felino por vía subcutánea a una dosis de 10/6 UI/kg, una vez al día, durante 3 ciclos de 5 días consecutivos, las semanas 0, 2 y 8. Ambos grupos recibieron el tratamiento de apoyo adaptado a los signos clínicos (p.ej. rehidratación y antibióticos). Se evaluó la eficacia del tratamiento durante un período de 4 meses. La comparación de los dos grupos reveló una diferencia estadísticamente significativa en los signos clínicos, que mejoraron sensiblemente en el grupo tratado respecto al grupo control.

Manejo de los gatos infectados por FIV

Deberíamos conocer el estado FIV de todos los gatos porque la presencia de infección
influye en el manejo del gato a largo plazo. La mayoría de los problemas de salud en gatos infectados por FIV se deben a enfermedades secundarias. Se ha visto que el confinamiento estricto de los gatos infectados con FIV en interiores y aislados de otros gatos prolonga significativamente su esperanza de vida. Las infecciones secundarias no sólo causan signos clínicos en los gatos infectados por FIV, sino que también juegan un papel importante en la progresión de la infección. Los cofactores ejercen una influencia notable en el curso clínico de los gatos infectados por FIV.

Si se diagnostica infección por FIV deberían programarse revisiones generales un mínimo de dos veces por año para detectar en forma precoz cualquier cambio en su salud. Cada año debería realizarse un hemograma, perfil bioquímico y urianálisis completos. En caso de que el gato infectado por FIV esté enfermo, es muy importante identificar de forma rápida y precisa la enfermedad secundaria para permitir una intervención terapéutica temprana y un resultado exitoso. Debe evitarse la utilización de corticosteroides o cualquier otro fármaco inmunosupresor. Sólo se tendrán en cuenta en pacientes con indicaciones claras para su uso. Se ha visto que la griseofulvina causa mielosupresión en gatos infectados por FIV, por lo que no debería utilizarse (Levy et al., 2001).
Debería castrarse a los gatos y gatas infectados por FIV para reducir el estrés asociado el celo y el comportamiento de monta además del ansia por merodear por el exterior o por interactuar de forma agresiva. Los gatos asintomáticos infectados por FIV suelen tolerar la cirugía, aunque no está de más administrar antibióticos perioperatorios.
El virus sólo vive unos minutos fuera de su hospedador y es susceptible a todos los
desinfectantes habituales, incluso al jabón, por lo que las precauciones simples y la limpieza rutinaria previene la transmisión mientras el animal se encuentra en el hospital. Los pacientes infectados por FIV deben alojarse en jaulas individuales y pueden mantenerse en ellas en la sala de hospitalización general.

referencias
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INTERFERÓN. LEUCEMIA FELINA

Infección por el Virus de la Leucemia Felina

Introducción
El Virus de la Leucemia Felina (FeLV) lo descubrieron William Jarrett y sus colaboradores en 1964 (Jarrett, 1964 a, 1964 b) en un gato que vivía en una residencia felina en que otros animales habían desarrollado linfosarcoma. En los años posteriores al descubrimiento del FeLV se creía que los tumores eran la principal consecuencia de la infección por FeLV, pero ahora ya sabemos que se trata únicamente de una de las muchas enfermedades causadas por el FeLV y que sólo representan la "punta del iceberg".
El FeLV pertenece a la subfamilia oncornavirus de los retrovirus; es un retrovirus típico que contiene una sola cadena de ARN que se transcribe en ADN mediante la enzima transcriptasa inversa (TI) para formar el llamado "provirus" que, a continuación, se integra en el genoma celular.

En gatos encontramos tanto retrovirus exógenos (extraños, "patógenos") como endógenos
(heredados, "no patógenos" per se). El FeLV se divide en varios subgrupos (en función de su mapa genético), aunque sólo el subgrupo FeLV-A es infeccioso y se transmite de gato a gato. Los otros subgrupos (como FeLV-B, FeLV-C, FeLV-myc) no se transmiten de gato a gato en situaciones naturales, pero pueden generarse de nuevo en un gato infectado por FeLV-A por mutación y recombinación del genoma del FeLV-A con genes celulares o genes de retrovirus endógenos presentes en el genoma del gato. Además de estos virus patógenos, existen otros retrovirus endógenos no patógenos (p.ej. virus RD-114, enFeLV, virus MAC-1) que se encuentran normalmente en el genoma de la población felina y se heredan por transmisión de gato a cachorro a través de la línea germinal. Estas fracciones endógenas de ADN proviral (también llamadas "pecado proviral") no pueden ser inducidas para producir partículas víricas infecciosas.
Están presentes, aunque no replicándose, en todas las células felinas. Su mayor importancia reside en que estas fracciones de ADN pueden recombinarse eventualmente con ADN de FeLV-A en caso de una infección por éste último y, en consecuencia, aumentar la patogenicidad del FeLV-A.
Todos los gatos infectados de forma natural albergan el subgrupo A, ya sea solo o en combinación con otros subgrupos. Por lo tanto, si se producen anticuerpos contra el subgrupo A, el gato queda protegido. La patogenicidad de los subgrupos B y C es mayor que la del subgrupo A (Rojko et al, 1988). Se ha demostrado que las propiedades características de las proteínas de envoltura de los distintos subgrupos son los determinantes patogénicos más importantes, pero aún no conocemos con exactitud qué mecanismos hacen que las diferencias en la envoltura influyan en la patogenia (Moser et al., 1998). El subgrupo B suele ir asociado a neoplasias. El subgrupo C es
poco común en condiciones naturales y suele ir asociado a anemia no regenerativa.
En condiciones naturales, el FeLV se describe principalmente como agente infeccioso de gatos domésticos. Hay muy pocos casos descritos de FeLV en felinos no domésticos, y parece ser que el FeLV no es enzoótico en felinos salvajes, excepto en el gato salvaje europeo (Felis silvestris) en Francia y Escocia (Daniels et al., 1999). Últimamente han aparecido algunas evidencias de que otros felinos salvajes pueden ser susceptibles. La infección del gato doméstico por FeLV se describe en todo el mundo.
A diferencia de lo que ocurre con la infección por FIV, en que la prevalencia varía
significativamente, la tasa de infección por FeLV en gatos callejeros es similar en todo el mundo, yendo del 1 al 8% en gatos sanos. Se han descrito tasas de hasta un 21% en estudios a gran escala con gatos enfermos (Levy, 2000). Sin embargo, hay pruebas claras de que la tasa global de infección por FeLV está disminuyendo. Esto es especialmente cierto en criaderos felinos. La posibilidad de realizar tests en estas instalaciones cerradas permite eliminar a los animales infectados. En el mismo
sentido, la práctica actual de testar a los gatos de refugios y a los animales nuevos que llegan a una casa ha contribuido al declive de la prevalencia. La vacunación generalizada también ayuda a disminuir las tasas de infección.

Etiología
Familia: Retroviridae
Subfamilia: Oncornavirus
Género: Gammaretrovirus
Virus de la Leucemia Felina
Retrovirus encapsulado (virus ARN)
Causa inmunosupresión, neoplasias, anemia
Largo período de incubación
Virus muy lábil fuera del cuerpo del gato (susceptible a
desinfectantes, jabones, calor y sequedad)
(
Transmisión
El FeLV se propaga por vía contagiosa. La transmisión del FeLV ocurre principalmente a través de la saliva , donde la concentración de virus es superior que en el plasma. Los gatos infectados eliminan constantemente millones de partículas víricas en la saliva. La concentración en la saliva y sangre de los gatos infectados sanos es tan elevada como la de los que muestran signos de enfermedad. El FeLV se transmite horizontalmente de forma efectiva en gatos del mismo grupo que mantienen un estrecho contacto prolongado. El comportamiento social como el compartir los platos de agua y
comida, el acicalamiento mutuo, y la utilización de áreas de eliminación comunes suponen la forma más efectiva de transmisión.
La transmisión yatrógena puede ocurrir a través de agujas o instrumentos
contaminados, o transfusión sanguínea.
La transmisión vertical de madre a hijos ocurre en gatos virémicos. Los gatitos recién nacidos pueden haberse infectado de forma transplacentaria o cuando la madre los lame y amamanta.
La transmisión también puede ocurrir en gatas con infección latente (con lo que darían un resultado negativo en las pruebas rutinarias) porque ésta puede reactivarse durante la gestación.
Además, se ha descrito la infección aislada de las glándulas mamarias por FeLV en gatas negativas a FeLV y con transmisión del FeLV a través de la leche. En caso de infección en utero, es habitual que haya un fallo reproductivo en forma de resorción fetal, aborto, y muerte neonatal, aunque hasta un 20% de los gatitos infectados verticalmente puede llegar a superar el período neonatal y convertirse en adultos persistentemente infectados (Levy, 2000).

Transmisión horizontal directa
Comportamiento social
Saliva +++
Transmisión vertical (habitual)
In utero, intra partum
Calostro, leche
Gato negativo no infectado
Gato infectado Gato inmune
Gato virémico persistente

Patogenia
El destino de la infección por FeLV es muy distinto en cada individuo, y depende
principalmente del estado inmunitario y la edad del gato, pero también de la patogenicidad del virus y de la presión de infección y concentración del virus. El siguiente esquema muestra los distintos cursos y resultados de la infección por FeLV.
Tras la infección inicial, que normalmente ocurre a través de la ruta oronasal, los virus se replican en el tejido linfoide local del área orofaríngea. En muchos gatos
inmunocompetentes, la replicación del virus se para gracias a una respuesta inmunitaria efectiva, y el virus se elimina completamente del organismo. Estos gatos se denominan gatos en regreso. En estos gatos el virus no llega a diseminarse sistémicamente, y la infección permanece indetectable porque nunca reaccionan positivamente a los métodos de detección de antígenos. Estos gatos en regreso forman una inmunidad muy efectiva y quedan protegidos contra nuevas infecciones, probablemente durante años. La inmunidad protectora tiene un componente humoral y otro componente celular, y la producción de anticuerpos no es absolutamente necesaria para la protección; cerca del 2% de los gatos están eficazmente protegidos y no se les puede detectar anticuerpos.

Si la respuesta inmunitaria no actúa de forma adecuada, el FeLV se disemina sistémicamente en el interior de las células mononucleares (linfocitos y monocitos). Durante esta primera viremia puede detectarse el antígeno p27 de FeL libre y los gatos aparecen como positivos en las pruebas que detectan el antígeno libre en el plasma (p.ej. ELISA). La viremia inicial puede caracterizarse por malestar, fiebre o linfadenopatía por hiperplasia linfocítica. El virus se dirige a los tejidos diana, que incluyen el timo, bazo, ganglios linfáticos y glándulas salivales.
En consecuencia, estos gatos pueden eliminar virus y son infecciosos para otros gatos ya durante esta primera fase de la viremia. Si esta viremia puede terminarse en el plazo de las próximas semanas a meses, se le denomina viremia transitoria. En la mayoría de los gatos,la viremia transitoria sólo dura de 3 a 6 semanas, 16 como máximo. Durante esta fase los gatos eliminan virus yson infectivos. Muchos gatos son capaces de terminar la viremia, y la mayoría puede hacerlo muy pronto y antes de que la médula ósea sea infectada. No sólo terminan con la viremia sino que, además, eliminan por completo el virus de su organismo. Estos gatos también elaboran una respuesta inmunitaria muy efectiva y quedan protegidos frente a nuevas infecciones. Tras 3 semanas de viremia, las células de la médula ósea quedan
afectadas y las células precursoras hematopoyéticas se infectan y producen granulocitos y plaquetas infectados que se liberan en la circulación corporal. Una vez que se infectan las células de la medula ósea, los gatos ya no pueden eliminar por completo el virus de su cuerpo, incluso aunque terminen con la viremia, porque la información necesaria para construir virus (ADN proviral) permanece recluida en las células madre de la médula ósea. Esta fase se denomina infección latente . La información permanece, pero no se producen virus de forma activa, y los gatos con infección latente dan negativo en las pruebas rutinarias que detectan antígeno de FeLV. La infección latente puede reactivarse espontáneamente o en respuesta a una inmunosupresión, y estos gatos pueden volver a ser virémicos y positivos en las pruebas de antígenos. Las gatas con infección latente pueden volver a tener una
viremia manifiesta como resultado del estrés ocasionado por la gestación y transmitir el FeLV a sus cachorros. La presencia de virus latentes puede demostrarse mediante PCR de la médula ósea.
Si la respuesta inmunitaria del gato no es lo suficientemente fuerte y la viremia permanece por más de 16 semanas, hay muchas posibilidades de que el gato permanezca
persistentemente virémico, e infeccioso para otros gatos el resto de su vida. En este caso, la viremia se denomina viremia persistente. Estos gatos desarrollarán enfermedades asociadas a FeLV y la mayoría de ellos morirá en un plazo de 3 años. El riesgo de desarrollo de una viremia persistente fatal depende, en gran medida, del estado inmunitario y la edad del gato, pero también de la presión de la infección.
Hay pocos gatos en los que persiste una replicación local atípica del virus, p.ej. en las glándulas mamarias, vejigas y ojo(Hoover y Mullins, 1991). Esto puede ocasionar una producción intermitente o de bajo grado de antígeno p27. Estos gatos, consiguientemente,pueden dar resultados positivos débiles o discordantes en las pruebas de antígeno, o puede que alternen resultados positivos con negativos.


Las gatas con una infección atípica de la glándula mamaria pueden transmitir el virus a sus gatitos a través de la leche a pesar de dar negativo en las pruebas.

Resumen de la consecuencias del contacto con el virus:
El curso de la infección y la respuesta del hospedador dependen de varios factores:
Edad del animal: La susceptibilidad a la infección por el FeLV es mayor en gatitos jóvenes.
Aunque se ha descrito infección por FeLV en gatos de todas las edades, es poco probable que un gatito adulto se convierta en infectado persistente.
Dosis y cepa vírica: La exposición repetida a dosis altas en entornos infectados tiene más probabilidades de causar viremia persistente.
Otros factores: Puede que las enfermedades concurrentes, el estrés ambiental y otros
tengan su papel.

Signos clínicos
Los signos clínicos suelen pasar desapercibidos durante la primera fase de la infección. Las manifestaciones más importantes de la enfermedad ocurren meses a años más tarde en gatos con viremia persistente. El FeLV puede causar signos clínicos variables. La prevalencia de neoplasias hematopoyéticas y enfermedades infecciosas es mayor en las instalaciones infectadas compartidas por varios gatos que en la población general. La tasa de mortalidad de los gatos virémicos persistentes en instalaciones compartidas por varios gatos es de aproximadamente un 50% en 2 años y un 80% en 3 años (Levy, 2000). Las tasas de supervivencia para gatos virémicos persistentes que viven en el interior sin compañía de otros gatos son mayores. Se desconoce cuáles son los mecanismos exactos que generan las variadas respuestas clínicas en gatos virémicos persistentes. Está claro que el curso clínico viene determinado por la combinación de factores víricos y del hospedador ; alguna de las
diferencias podrían atribuirse a las propiedades intrínsecas del virus, com el subgrupo, que determinan diferencias en la imagen clínica (FeLV-B suele ir asociado a tumores; FeLV-C suele ir asociado a anemia no regenerativa).
Los signos clínicos asociados a la infección por FeLV pueden clasificarse en tumores inducidos por FeLV, síndromes de supresión de la médula ósea, inmunosupresión, enfermedades inmunomediadas y otros síndromes (incluyendo alteraciones reproductivas, síndrome del debilitamiento del gatito y neuropatías).

Aproximación al diagnóstico para FeLV
La realización de pruebas para FeLV es el método más efectivo de luchar contra la infección porque previene la exposición a gatos infectados por FeLV. La Asociación Americana de Clínicos Felinos (AAFP) y la Academia de Medicina Felina (AFM) han elaborado conjuntamente una guía para el diagnóstico de FeLV en gatos (Levy et al., 2001). Se recomienda hacer pruebas a todo gato enfermo independientemente de cualquier resultado a pruebas anteriores, a todos los gatos nuevos antes de introducirlos en casa o las instalaciones, a los gatos de los que desconocemos su estado FeLV y a los gatos que han tenido una exposición o estén en riesgo elevado de infección.

INFECCIONES POR RETROVIRUS
Enfermedad 1 •Síndromes neoplásicos
Neoplasias linfoproliferativas
- Linfoma maligno (tímico, intestinal, multicéntrico)
- Leucemia linfática
Neoplasias mieloproliferativas
- Leucemia eritroide
- Leucemia granulocítica
- Leucemia linfoide
- Leucemia mieloide
Otros tumores (menos habituales)
- Fibrosarcomas
- Osteocondromas
- Neuroblastoma olfatorio
- Cuernos cutáneos
Citopenia de una o más líneas celulares
- Anemia
- Trombocitopenia
- Neutropenia
- Pancitopenia
Síndromes de supresión de la médula ósea
- Infecciones secundarias: infecciones víricas,
bacterianas, infestaciones parasitarias (p.ej.
criptococosis, hemobartonelosis, PIF, toxoplasmosis, estomatitis/enfermedad
periodontal, heridas/abscesos crónicos, infecciones crónicas del tracto respiratorio superior
Inmunosupresión
- Anemia hemolítica autoinmune
- Glomerulonefritis
- Uveítis
- Poliartritis
Enfermedades inmunomediadas
- Neuropatía
- Alteraciones reproductivas
- Síndrome de debilitamiento del gatito
Miscelánea de síndromes

Además debería hacerse la prueba a todos los gatos antes de vacunarlos. Para eliminar por completo cualquier riesgo antes de entrar un gato nuevo en casa, lo recomendable sería hacer una prueba de seguimiento mínimo de 90 días después de la primera, o tras una exposición potencial al FeLV, porque puede que el gato se encontrara en las fases tempranas de la infección cuando se llevó a cabo la primera prueba (Levy et al., 2001).

Los principios generales para las pruebas de FeLV se resumen en las siguientes 4 declaraciones:
1. Todos los gatos deben someterse a una prueba para infección por FeLV
2. Los gatos infectados por FeLV pueden vivir durante varios años. El hecho que el gato esté infectado no debe ser la única razón para optar por la eutanasia.
3. Un resultado positivo confirmado de una prueba sólo debe ser considerado como
indicativo de infección por retrovirus, no de enfermedad clínica. Las enfermedades
presentes en un gato infectado por FeLV no son necesariamente consecuencia de la
infección por retrovirus.
4. Ninguna prueba tiene siempre una precisión del 100% en cualquier circunstancia; por consiguiente, todos los resultados de las pruebas deben interpretarse a la luz de la salud del paciente y la probabilidad de la infección previa (Levy et al., 2001).
Actualmente disponemos de varias pruebas ELISA y otras pruebas de inmunocromatografia
(ICGA) (pruebas de inmunocromatografía sobre membrana recién desarrolladas que se
basan en un principio similar y en que color se genera como resultado de una reacción
inmunológica, pero con un diseño ligeramente distinto al de la ELISA) como “pruebas rápidas para hacer en la clínica”. Tanto las pruebas inmonofluorescencia (IFA) como las de ELISA/ICGA detectan la proteína p27 FeLV del núcleo, que se produce en abundancia en la mayoría de los gatos infectados, sin embargo, las pruebas ELISA/ICGA detectan la proteína FeLV p27 soluble libre en el plasma o suero, mientras que las pruebas IFA detectan el antígeno p27 en el interior del citoplasma de las células sanguíneas infectadas. Los resultados falsos positivos adquieren más importancia ahora, cuando la prevalecencia del FeLV disminuye, lo que da menor valor predictivo a las pruebas disponibles. La fiabilidad de las pruebas (valor predictivo) depende de la tasa de infección en una población felina dada. Los resultados falsos negativos son poco habituales en todas las pruebas y los valores predictivos negativos son muy
altos (cercanos al 99%) (Hartmann et al., 2001; Griessmayr et al., 2002).
En consecuencia, los resultados positivos deben interpretarse con precaución y ha de
considerarse a la necesidad de realizar pruebas confirmatorias
Si no puede hacerse pruebas de confirmación (p.ej., aislamiento del virus, PCR) o son
demasiado caras, debe hacerse al menos una segunda prueba en la clínica (que en caso de dar positivo aumentaría de forma significativamente el valor predictivo) para descartar un resultado falso positivo. La repetición de la prueba debe hacerse inmediatamente y nada tiene que ver con las distintas fases de viremia, sino con la compensación de los puntos débiles de los ensayos. Las pruebas de confirmación deben hacerse al menos en los gatos de bajo riesgo antes de tomar decisiones sobre el manejo posterior que podrían acarrear consecuencias importantes al gato y al propietario.
La PCR se ha adaptado para su uso clínico en el diagnóstico de infección por FeLV. Sin embargo, los reactivos y protocolos actuales no han sido estandarizados ni validados (Zenger ; 2000). Esta prueba se distingue por no detectar un antígeno viral (proteína) sino secuencias de ácido nucleico vírico (ARN o ADN). Es muy sensible porque el proceso implica la amplificación en muchas veces de las secuencias de FeLV para potenciar su detección. La PCR debe realizarse en laboratorios bien equipados y experimentados porque cualquier mínima variación en el manejo de las muestras puede destruir el delicado material nucleico o introducir cantidades minúsculas de contaminación curzada, con lo que podrían darse resultados falsos negativos o falsos positivos, respectivamente (Levy, 2000). Además, la PCR es altamente específica de cepa. El FeLV, sin embargo, es un retrovirus en que las mutaciones son un fenómeno natural. Una mínima variación en las cepas puede evitar la unión de los iniciadores, paso necesario para amplificar el genoma vírico. Estos gatos darán negativo a una PCR específica, pero ello no significa que no estén infectados.
La PCR sólo tiene valor diagnóstico si da positivo
La PCR está indicada en caso de sospecha de infección latente en gatos con linfomas o
síndromes de supresión de la médula ósea. En infección latente no hay virus replicándose, por lo que las pruebas que detectan antígeno viral dan negativo. La PCR también puede ayudar a determinar el estado certero de gatos con resultados discordantes en otras técnicas diagnósticas. La combinación de las pruebas de criba rutinarias con pruebas confirmatorias permite determinar de forma precisa el estado de infección por FeLV en la mayoría de los gatos.

Tratamiento
Aún se considera al FeLV como responsable de muchas muertes por infección en los gatos de compañía. A pesar de que la viremia FeLV persistente está asociada a una disminución de la esperanza de vida, muchos propietarios deciden facilitar tratamiento al abanico de síndromes clínicos que acompaña a la infección En tiempos pasados se han probado varios tratamientos con diversos fármacos, pero ninguno consiguió la curación o la eliminación completa del virus.

Terapia antiviral. Los fármacos antivirales empleados en medicina humana, tales como la 3'-azido-2', 3'- didesoxitimidina (AZT), se utilizaron contra el FeLV. En un estudio en que se trató a gatos infectados de forma natural por FeLV con AZT y dosis altas de interferón-α humano subcutáneo, el tratamiento con AZT y/o interferón-α humano no condujo a ninguna mejora estadísticamente significativa en los parámetros clínicos, laboratoriales o virológicos (Hartmann et al., 2002). En general, la eficacia terapéutica de la AZT en gatos infectados por FeLV parece ser menos prometedora que en gatos infectados por FIV. Actualmente no hay tratamiento
alguno que se haya demostrado efectivo para eliminar la infección por FeLV. Además, los agentes antivíricos utilizados en medicina humana pueden resultar tóxicos en dosis elevadas.

Terapia con agentes inmunomoduladores.
Los agentes inmunomoduladores o inductores del interferón se utilizan ampliamente en gatos infectados por FeLV. Más allá del propio interferón, que no sólo estimula al sistema inmunitario sino que posee un efecto antivírico demostrado, estos compuestos inducen la síntesis de interferones y otras citoquinas. Se ha sugerido que estos agentes pueden beneficiar a los animales infectados al restaurar su comprometida función inmunitaria, lo que permitiría al paciente controlar la carga vírica y recuperarse de la enfermedad.
En tiempos pasados, el interferón-α humano se ensayó y utilizó esencialmente para tratar a gatos infectados por FeLV (Weiss et al., 1991; Kociba G.J. et al, 1995). Varios estudios no controlados describieron una respuesta beneficiosa en los gatos tratados con dosis orales bajas de interferón (Tomkins y Cummins, 1982; Steed, 1987; Weiss et al., 1995), pero sólo incluían a un número limitado de gatos y resulta complicado interpretarlos sin la presencia de un grupo control. En un estudio reciente con control de placebo, el tratamiento de gatos particulares infectados por FeLV con dosis orales bajas de interferón-α, ya fuera solo o en combinación con la proteína A de Staphylococcus, no resultó en diferencias estadísticamente
significativas en el estado FeLV, tiempo de supervivencia, parámetros clínicos o hematológicos, ni en la impresión subjetiva de mejoría por parte de los propietarios en comparación con el grupo placebo (McCaw et al., 2001). Además, la utilización del interferón humano puede favorecer el desarrollo de anticuerpos neutralizantes contra él, lo que limita su actividad.

Actualmente, el único interferón de uso veterinario registrado en Europa es el interferón omega.
Los interferones son específicos de cada especie, y el interferón felino es claramente distinto del humano, no sólo en lo concerniente a su antigenicidad (por
lo que éste último causaría el desarrollo de anticuerpos en animales), sino en lo concerniente a su eficacia antivírica en las células felinas. Consiguientemente, incluso utilizándolo a largo plazo, el interferón-ω felino no ocasiona el desarrollo de anticuerpos en gatos. El interferón-ω felino inhibe la replicación del FeLV in vitro (Rogers et al., 1972). El interferón-ω se ha evaluado como tratamiento en gatos presentados con signos clínicos asociados a infección por FeLV y coinfección por FeLV/FIV en condiciones de campo (De Mari et al., por publicar en 2004). En
este ensayo multicéntrico, doble ciego, con control de placebo, se dividió aleatoriamente a 81 gatos en 2 grupos, y se les trató con interferón-ω felino por vía subcutánea (10 /6 U/kg) o placebo, una vez al día, durante 3 series de 5 días consecutivos (semanas 0, 2 y 8). Se sometió a los animales a un seguimiento de los signos clínicos y mortandad durante 1 año. El grupo de los tratados con interferón-ω tuvo una tasa significativamente inferior de mortalidad que el grupo placebo.

Manejo de los hogares con FeLV
En una casa con un gato infectado por FeLV debería hacerse la prueba a todos los gatos para conocer su estado. Si se identifica a uno o más gatos como positivos a FeLV en una casa en la que el resto de individuos da negativo, el propietario debe ser informado del peligro potencial para el resto de gatos de la casa y de que el mejor método para prevenir la diseminación hacia los otros gatos es el aislamiento de los gatos infectados en otras habitaciones y evitar que los gatos infectados interactúen con el resto.

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