martes, 11 de febrero de 2014

TUMOR VENEREO TRANSMISIBLE CANINO

Si es usted hipocondríaco y la palabra “cáncer” le produce todo tipo de antipatías lógicas lea de todos 

modos esta entrada, pues no dejará de sorprenderse de lo que la Naturaleza puede generar y, de paso,
 aprenderá algo de evolución.

Muchas células cancerosas son virtualmente inmortales. Lo que ocurre es que suelen desaparecer
 cuando muere el paciente que padece el cáncer. A no ser que se cultiven, claro. Un caso muy conocido
es el cultivo HeLa, que es un linaje derivado de una muestra de cáncer cérvico-uterino obtenida el 8 de
 febrero de 1951 de una paciente llamada Henrietta Lacks. Esta paciente falleció el 4 de octubre de ese
mismo año.
Desde entonces los investigadores han estado cultivando este linaje que ha resultado ser particularmente
 duradero y prolífico. Incluso ha contaminado inintencionadamente otros cultivos celulares en los laboratori
os en donde se ha mantenido.
Las células HeLa pueden dividirse un número ilimitado de veces en un cultivo de laboratorio si las condici
ones son adecuadas, son virtualmente inmortales. Se usaron para desarrollar la primera vacuna contra la
 poliomielitis y se han empleado en multitud de investigaciones sobre el SIDA, los efectos de la radiación
y de las sustancias tóxicas, genética, etc. Se calcula que se han escrito unos 60.000 artículos científicos
sobre estudios que han empleado estas células.

Pero si estas células nos parecen sorprendentes, ¿qué pensaríamos de un linaje de células cancerosas
de 11.000 años de edad? Pues bien, esas células existen y han estado afectando a los perros desde
entonces. En lugar de apañárselas para que los humanos las cultiven, estás células consiguen
 transmitirse de un perro a otro durante la cópula. Este cáncer se ha transformado en una especie de
“parásito clonal” que se ha extendido por todo el mundo.

El salto evolutivo, si nos fijamos bien, es enorme, pues se basa en un solo caso que apareció hace
11.000 años de unas células cancerosas de perro que afectaban a los genitales del animal, pero que
consiguieron pasar a otro perro. Desde entonces este cáncer ha estado evolucionando, pasando de
 perro en perro y ha acumulado 2 millones de mutaciones. Para comparar mencionemos que en un
 cáncer humano se pueden dar entre 1000 y 5000 mutaciones.
Un equipo de investigadores ha estudiado este cáncer y ha llegado a esta asombrosa conclusión de un
linaje canceroso que se remonta a hace 11.368 años. Recordemos que se cree que el perro fue
domesticado hace unos 33.000 años.
El tumor venéreo transmisible canino (TVTC) es una enfermedad muy conocida, pues el veterinario ruso
 M. A. Novinsky ya descubrió en 1876 que este tumor se transmitía de un perro a perro. Antes de este
análisis no se sabía hasta donde se podía remontar el origen de este linaje canceroso, pero gracias al
reloj molecular estos investigadores han podido datarlo a partir del número de mutaciones. Para ello
recolectaron muestras de cáncer de perros australianos y de Brasil con TVTC y secuenciaron y
 compararon sus genomas.

Según Elizabeth Murchison (Wellcome Trust Sanger Institute, the University of Cambridge) este linaje
canceroso ha demostrado que, si se dan las condiciones adecuadas, las células cancerosas pueden
sobrevivir por más de 10.000 años.

El análisis genético ha permitido a los investigadores saber las variantes genéticas del primer perro que
padeció este cáncer, llegando a la conclusión de que sería similar al husky de Alaska y que vivía en una
población endogámica. Su pelaje sería corto y de color oscuro, posiblemente marrón grisáceo o negro.
Sin embargo no han podido determinar si era un macho o una hembra.

Los cánceres transmisibles son muy escasos en la Naturaleza, en humanos, por ejemplo, no se conoce
ningún caso. En personas sólo se han dado casos de tumores transmitidos durante los trasplantes de
órganos y de la madre al feto.

Sin embargo, a veces se da el caso muy raro en el que después de una metástasis alguna célula
cancerosa abandone el cuerpo del enfermo y pase a otro individuo. Además de este caso de cáncer
genital en perros se conoce el caso del cáncer facial de los demonios de Tasmania, que también pasa
de un individuo a otro, pero que tiene 30 años de antigüedad y acumula sólo 20.000 mutaciones. Solamente se conocen estos dos casos de cáncer transmisible por contacto en mamíferos.
No se sabe seguro por qué este particular perro dio lugar a un cáncer transmisible, pero se especula que la endogamia de la población original en donde apareció ayudó a esta transmisibilidad. Las células cancerosas no suelen saltar de un individuo a otro porque el sistema inmutario del receptor las reconoce como ajenas y las destruye. Pero en poblaciones con mucha endogamia las similitudes genéticas son tantas que quizás el sistema inmunitario no las reconozca como una amenaza y permita su proliferación. Esto haría que fuera transmisible dentro de esa población. Luego, según pasara
 el tiempo, un cáncer de este tipo puede ir mutando y perfeccionándose hasta que sea capaz de infectar
individuos de fuera de esa población.

Se cree que esta enfermedad afectaba a una población reducida y endogámica de perros bien localizada
 geográficamente, como ya hemos mencionado, pero que desde hace 500 años se ha estado
extendiendo por todo el globo cuando los seres humanos llevaban perros en sus viajes de exploración.
Este análisis permitirá diseñar estrategias para atacar este horrible cáncer que afecta a muchos perros
hoy en día y puede ayudar también a saber qué hace que un cáncer sea transmisible. Según Mike
Stratton (Sanger Institute), aunque los casos de cáncer transmisibles sean muy raros, debemos estar
preparados para la situación en la que aparezca un cáncer de este tipo en la población humana o animal. También ayudará a saber cómo se extienden otras enfermedades infecciosas.
El cáncer facial de los demonios de Tasmania ha reducido la población de esta especie en un 70%. En el
 caso del TVTC el cáncer responde a la quimioterapia con una curación cercana al 90%, mientras que en
 el caso de los demonios de Tasmania no. Se espera que este estudio ayude a buscar una solución para
 el caso del cáncer que afecta al demonio que reduzca su propagación.

Se cree que la baja malignidad del tumor venéreo transmisible canino es una estrategia de este cáncer
 para aumentar las posibilidades de ser transmitido. Si fuese muy agresivo mataría rápidamente al perro
en el que se aloja y no se transmitiría a otro. Por tanto, esta baja malignidad sería una rasgo que habría sido seleccionado evolutivamente por esa presión se selección.
Todo esto produce sentimientos encontrados. Por un lado es una enfermedad, que, aunque afecte sólo a
 los perros, es horrible. Produce casi el mismo asco y temor que cuando el cáncer afecta a los humanos.
Pero, por otro lado, no nos queda más remedio que admirar cómo se las ha apañado un cáncer individual para transformarse en una especie de parásito que se ha perpetuado desde hace 11000 años, cuando acabábamos de salir de la última glaciación y los humanos habíamos empezado a cultivar la tierra.


Leer más:  El tumor venéreo transmisible canino es una especie de “parásito clonal” que ha pasado de perro en perro durante los últimos 11.000 años | LaFlecha  http://laflecha.net/el-tumor-venereo-transmisible-canino-es-una-especie-de-parasito-clonal-que-pasa-ha-pasado-de-perro-en-perro-durante-los-ultimos-11-000-anos/#mql66HfvCRlgAcwi






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