martes, 9 de diciembre de 2014

EL AVANCE DE LA INFLUENZA PORCINA Mario Montoya 2014

El avance de la influenza porcina
Mario Montoya
SUS 101(15): 14 - 19, 2014

Resumen
La enfermedad causada por el virus de la gripe porcina es todavía uno de los mayores retos sanitarios, no sólo para la sanidad humana sino para la sanidad animal. Esta enfermedad afecta a un amplio espectro de animales de entre los cuales el cerdo desempeña un importante papel en la ecología del virus de la gripe. Se considera a los cerdos como “cocteleras virales” ya que se pueden infectar con virus de gripe humanos, aviares y porcinos. En los casos de infección con virus distintos, se puede producir un virus mestizo nuevo, como consecuencia del reordenamiento genético de los virus originales. Debido al riesgo de infecciones zoonóticas que puedan causar pandemias, el virus de
la gripe porcina ha recibido considerable atención mediática. La aparición del virus pandémico A H1N1 (2009) hizo que aumentara el conocimiento de la infección por el virus de la gripe porcina. Durante la pandemia del 2009, el miedo a que virus nuevos que surgieran de los cerdos e infectaran a la gente, hizo que se eliminara un gran número de cerdos en algunos países. Se estima que los efectos dañinos causados por este virus con alta prevalencia en la salud y bienestar animal de las poblaciones de cerdos aumenta el coste de producción en ocho euros por cerdo. Estos efectos no se han tenido seriamente en cuenta. La enfermedad primaria causada por el virus de la gripe porcina es generalmente leve, pero provoca un aumento de la susceptibilidad a infecciones secundarias. El virus ha evolucionado con cada diferente hospedador a lo largo de los años de cohabitación y debemos estar preparados para vivir con él. Por tanto, cualquier medida para aumentar la preparación para enfrentarse a nuevos virus y la vigilancia epidemiológica junto con los avances en la salud de los cerdos (incluida la vacunación) se considera muy apropiada para prevenir la diseminación del virus de la gripe porcina entre las granjas de cerdos.
Palabras clave: virus, gripe, pandemia, prevalencia

Summary
Spreading of swine influenza
Influenza virus disease still remains one of the major threats not only to human health but also to animal health, involving a wide range of animal species, and pigs play an important role in influenza ecology.
Pigs were labelled as “mixing vessels” since they are susceptible to infection with avian, human and swine influenza viruses and genetic reassortment between these viruses can occur. Swine influenza attracts considerable attention because of the threat of zoonotic infections causing human pandemics. The swine origin 2009 H1N1 influenza pandemic focused the attention in improving the knowledge in porcine influenza virus infection. During the pandemic, a fear that new viruses emerging from pigs may infect people resulted in the widespread destruction of animals in some countries. However, the insidious effects of this highly prevalent virus on the health and welfare of pig populations is estimated to increase the cost of production by eight euros per finished pig, have not been given due regard. The primary disease caused by influenza virus in usually mild, but results in greater susceptibility to secondary infections. This virus has evolved with each different host along the years and we must be prepared to live with it. Thus, surveillance and preparedness together with any enhancement in pig health(including vaccines) is more than welcome to prevent influenza spreading
among pig farms.
Key words: virus, influenza, pandemic, prevalent


Desde los tiempos de “obscuri coeli influentia”, definida en tiempos lejanos como la
influencia astral producida durante la infección con el virus de la gripe hasta la fecha, se ha progresado considerablemente en el conocimiento de esta enfermedad. Sin embargo, la gripe sigue
siendo uno de los mayores retos a los que se enfrenta no sólo la salud humana sino también la salud animal.

La enfermedad causada por el virus de la gripe o “influenza”, debe su nombre a una epidemia del
siglo XV atribuida a la “influencia de las estrellas” en Italia. El primer informe que se conoce sobre una pandemia o epidemia mundial de gripe data de 1580. Al menos cuatro pandemias de gripe ocurrieron en el siglo XIX, y tres han ocurrido en el siglo XX. La pandemia de la llamada “Spanish flu” en 1918-1919 causó un número estimado de 40 millones de muertes en todo el mundo. El siglo XXI comenzó su andadura con la pandemia del virus de la gripe A H1N1 (2009) y todavía queda
por ver cuántas más recorrerán el planeta en el futuro. El virus de la gripe ha ido evolucionando y cambiando a través de la historia con sus hospedadores, aves y mamíferos entre los que se encuentran la especie humana y el cerdo.

¿QUÉ SABEMOS DE LOS VIRUS DE LA GRIPE?

Los virus de la gripe pertenecen a la familia Orthomyxoviridae y se clasifican en tres tipos distintos: A, B y C. El virión del virus de la gripe posee una membrana que contiene dos glicoproteínas de superficie: la hemaglutinina (H o HA) y la neuraminidasa (N o NA). Los virus de la gripe de los tipos B y C circulan casi exclusivamente en humanos, mientras que los virus de la gripe tipo A infectan a una amplia variedad de aves y mamíferos.

Una estructura particular
Dentro del tipo A, los virus se clasifican en distintos subtipos según la antigenicidad (o capacidad de ser reconocidos por el sistema inmunitario del hospedador) de las dos glicoproteínas de superficie: HA y NA. En la actualidad se conocen 17 subtipos serológicos distintos de la proteína HA (la proteína H17 ha sido descrita recientemente por Tong et al., 2012) y 9 de la proteína NA (N1-N19).
Los virus de la gripe poseen un genoma fragmentado de ocho moléculas de ARN de cadena sencilla
y polaridad negativa que codifican típicamente 11 o 12 proteínas (Medina y Garcia-Sastre, 2011). La envoltura viral consiste en una bicapa lipídica que contiene las proteínas transmembrana en la parte externa y la proteína de la matriz (M1) en la parte interna (figura 1). Los lípidos que componen la envoltura derivan de los que constituyen la membrana plasmática del hospedador. Las tres proteínas
transmembrana de la envoltura, HA, NA y M2 (canal iónico) se encuentran ancladas en la bicapa lipídica de la envoltura viral. HA es la proteína más abundante de la envoltura y forma unas
espículas (Webster et al., 1992). La HA es la molécula de unión al receptor, dando el tropismo de unión a unas moléculas de ácido siálico y no a otras. Además genera anticuerpos neutralizantes. La NA está presente en la envuelta y rompe enzimáticamente el receptor de ácido siálico de la
superficie celular. Es imprescindible para la liberación de nuevas partículas virales y la diseminación del virus. El resto de las proteínas que codifica el virus tienen diversas funciones en diferentes fases de replicación del virus.

EPIDEMIOLOGÍA, ECOLOGÍA Y PATOGENIA


Coctelera viral: El potencial del cerdo para generar nuevos virus influenza ha hecho que se considere
esta especie como “coctelera viral” de nuevos virus de la gripe. Hay tres datos que apoyan la teoría de la “coctelera viral”:
Primero, los cerdos son susceptibles de infectarse con virus humanos, porcinos y aviares.
Segundo, se pueden producir reordenamientos genéticos en los cerdos. Por ejemplo, si un cerdo se infecta con un virus humano y otro aviar o porcino al mismo tiempo, los ocho fragmentos de ARN de los que consta cada genoma viral se pueden intercambiar, como si fueran piezas de dominó, a la hora de producir la progenie viral. De este nuevo reordenamiento surgirá un virus nuevo.
Por último, se sabe que los cerdos pueden transmitir estos nuevos virus, producto del mestizaje molecular, a los humanos (2009).

Los virus de la gripe infectan diferentes especies animales y los cerdos (Sus scrofa) son hospedadores naturales de estos virus. El virus de la gripe porcina produce un  enfermedad respiratoria importante en cerdos y los subtipos mayoritarios que circulan en estos momentos en la población porcina corresponden a H1N1, H1N2 y H3N2 (Brown, 2012), que están relacionados antigénicamente con los que circulan en la población humana. Recientemente, nuestro grupo ha encontrado que hay virus circulantes en las granjas españolas que no tienen ni relación genética ni antigénica con sus coetáneos circulantes en Europa, lo que indica que existe divergencia evolutiva en los virus circulantes (Baratelli et al., artículo pendiente de publicación).

Los cerdos son susceptibles de infectarse con virus humanos (Brookes et al., 2010; Busquets et al., 2010; Lange et al., 2009) y aviares, incluido el nuevo virus H7N9 (Zhu et al.). Se considera que la
infección de los cerdos con estos virus tiene un papel importante en la ecología del virus de la gripe. De hecho, pueden darse reordenamientos genéticos entre virus de gripe humanos, porcinos y/o aviares, de forma que se generen nuevos recombinantes con posible potencial pandémico, como ocurrió con la pandemia de 2009.

Después de la pandemia del virus de la gripe A H1N1 (2009) con un virus de origen porcino (Garten et al., 2009), se han destinado muchos esfuerzos para mejorar el conocimiento del virus de la gripe porcina (VGP) en diversas áreas de conocimiento, entre las que se encuentran la patogénesis y epidemiología de otros virus influenza en cerdos (De Vleeschauwer and Van Reeth, 2010; Khatri et al., 2010; Kitikoon et al., 2012; Zhu et al., 2011). De esta forma, se han ampliado las investigaciones de gripe porcina considerablemente.

SITUACIÓN DE LAS EXPLOTACIONES ESPAÑOLAS

Por otro lado, la producción porcina es de gran importancia para la alimentación humana debido a que contribuye con el 40 % a la producción total de carne a nivel mundial. Así, tiene gran importancia sectorial en muchos países y en particular en España. Nuestro grado de abastecimiento actual se sitúa en el 150 %. Es decir, España es un país claramente exportador de carne fundamentalmente a Europa (75 %) y a terceros países (25 %) tales como Rusia, Corea del Sur, China y Japón. En nuestro país se producen actualmente alrededor de unos 40 millones de cerdos que suponen unos ingresos “brutos” al sector de unos 5.500 millones de euros. Aparte de la importancia del virus de la gripe como agente zoonótico, el VGP tiene un importante efecto en el sector industrial
del cerdo. El VGP es una enfermedad respiratoria importante, cuya relevancia a veces se ha infravalorado debido al efecto de otras patologías respiratorias como el virus del síndrome respiratorio y reproductivo (PRRSV por sus siglas en inglés) o la micoplasmosis (Bruguera, 2004). De acuerdo con los estudios, el VGP es actualmente un componente importante del complejo respiratorio porcino en la industria española y es endémico en las granjas que no usan vacuna frente a este patógeno (Bruguera, 2004; Maldonado et al., 2005, 2006). De hecho, se cree que sólo unos pocos cerdos provenientes de granjas comerciales llegarán al matadero sin haber sufrido ningún tipo de lesión pulmonar durante su vida productiva.

Mortalidad, morbilidad y seroprevalencia

La mortalidad debida al VGP en cerdos es normalmente baja aunque la morbilidad se acerca al 100 % (Kothalawala et al., 2006). La infección por el VGP puede producir un amplio rango de signos clínicos, que van desde una enfermedad no aparente hasta una fase aguda con tos, dificultad respiratoria, pérdida de peso, fiebre, secreción nasal y una recuperación rápida. La gravedad de esta enfermedad se complica enormemente si se asocia a una enfermedad bacteriana. Se estima que las pérdidas económicas debidas al VGP son de 28 euros por cerda y año (Maldonado et al., 2006).
En España, un estudio reciente demostró que la seroprevalencia del VGP en granjas era alta, del 89,9 %, con diferencias importantes entre las regiones. Por ejemplo, se detectó que la seroprevalencia fue más alta en Aragón y Cataluña comparada con Castilla-La Mancha y Extremadura.
Los anticuerpos contra los virus circulantes no fueron homogéneos, de modo que los títulos de anticuerpos frente a H3N2 fueron más altos que los encontrados para H1N1 o H1N2 (Simon-Grife et al.). La seroprevalencia en las granjas españolas están dentro del rango de la seroprevalencia
encontrada en otros países del entorno, como Alemania (85,2 %) o Bélgica (94 %)
(Van Reeth et al., 2008). Estos datos indican que el VGP es un agente ubicuo en las granjas de cerdos en Europa. También se ha visto que las cerdas tienen seroprevalencias más altas que los cerdos de engorde, datos que concuerdan con la idea de que las posibilidades de infección con un agente
ubicuo aumentan con el tiempo. Es interesante resaltar que un número significativo de granjas fueron seropositivas frente a más de un subtipo de VGP y que individualmente el 44,6 % de los cerdos tenían también anticuerpos frente al menos dos otres subtipos del VGP (Simon-Grife et al.).
Este hecho es importante ya que indica que los animales se infectan con varios virus durante su vida y que en algunos casos, los virus pueden cocircular al mismo tiempo en la misma explotación ganadera. En este último caso, las probabilidades de generar un nuevo virus debido al intercambio genético aumentan considerablemente.

¿ES POSIBLE CONTROLAR LOS VIRUS DE LA GRIPE?

El VGP circula ampliamente por las granjas de cerdos, entonces cabría preguntarse la mejor forma de cohabitar con este virus o, en un escenario más optimista, cómo podemos protegernos frente a estas infecciones y adelantarnos a los nuevos virus que se pueden generar. En primer lugar, si se hiciera
sistemáticamente la vigilancia epidemiológica de los VGP circulantes en las granjas tendríamos una visión completa de éstos.
En segundo lugar, la generación de vacunas de amplio espectro, es decir, que protejan frente a diversos subtipos de VGP es un área de intenso trabajo de investigación en estos momentos. Varias nuevas estrategias apuntan a una amplia cobertura frente a diversos virus de la gripe y aunque hay
estudios prometedores, la vacuna universal frente a estos virus todavía está por generar.
Por último, los estudios de análisis de riesgos son una herramienta útil para poder predecir los riesgos asociados a la prevalencia del VGP. Conocer los riesgos nos puede ayudar a minimizarlos. En un reciente estudio (Simon-Grife et al.), se analizaron los factores asociados con la presencia de
VGP y su diseminación. Se observó que un aumento en las frecuencias de reemplazo se
asoció con un aumento en la seropositividad de las cerdas frente a H1N2 y H3N2 y con la proporción de granjas seropositivas a más de un subtipo del VGP. Estos resultados sugerirían que el reemplazo de los animales puede actuar como fuente y diseminación del VGP en una granja. En este sentido, se ha postulado que la seroprevalencia del VGP puede disminuir considerablemente, e incluso que se
pueda eliminar la presencia del VGP de una granja con dos cambios: parando temporalmente el reemplazo de cerdas y eliminando parte de los animales. En este estudio se realizó en el caso de una granja infectada con H3N2 (Torremorell et al., 2009). Por último, el acceso incontrolado a la granja constituyó un riesgo importante asociado a la seroprevalencia frente a H1N1 y asociado a la proporción de granjas seropositivas frente a más de un subtipo del VGP (Simon-Grife et al.).

CONCLUSIÓN

En conclusión, el VGP es un invitado con el que hemos convivido durante muchos años y con el que tendremos que convivir en el futuro, pero hay medidas que pueden reducir y controlar el riesgo de
infección. La capacidad de combatir este agente infeccioso estará determinada por las futuras investigaciones en este campo.

El virus de la gripe y el CRP
Las lesiones debidas al complejo respiratorio porcino se asocian con una pérdida económica importante, principalmente debida a la reducción en el crecimiento y la pérdida de eficiencia en los animales afectados. El complejo respiratorio porcino se puede originar por diversos factores, entre los cuales no solo los patógenos virales y bacterianos desempeñan un papel importante sino también el manejo de la granja. Dentro de los patógenos asociados al complejo respiratorio porcino, el virus
de la gripe es uno de los importantes componentes virales. Los virus de PRRSV y el VGP asociados con infecciones bacterianas (Actinobacillus pleuropneumoniae y Mycoplasma hyopneumoniae) tienen una alta prevalencia (>82 %), no solo en la mayoría de las granjas españolas (Fraile et al., 2009) sino también en Europa (Andreasen et al., 2000; Maes et al., 1999, 2000) y en América del Norte (Choi et al., 2003; MacInnes et al., 2008; Neumann et al., 2005).

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