martes, 29 de abril de 2014

LAS POBLACIONES URBANAS DE PERROS DOMÉSTICOS COMO FUENTE DE VIRUS DEL DISTEMPER CANINO PARA LOS CARNÍVOROS SILVESTRES EN LA REGIÓN DE COQUIMBO, CHILE Acosta-Jamett G, Chalmers WS, Cunningham AA, Cleaveland S, Handel IG, Bronsvoort BM. 2011

Las poblaciones urbanas de perros domésticos como fuente de virus del distemper  canino para los carnívoros silvestres en la región de Coquimbo, Chile.


Vet Microbiol. 2011 Sep 28;152(3-4):247-57.

Las zonas urbanas pueden soportar las poblaciones de perros suficientemente densas para mantener el virus del distemper  canino (VDC ) y puede ser una fuente de infección para los perros rurales y en libertad carnívoros. El objetivo de este estudio fue investigar la relación entre el perro doméstico urbano y rural y las poblaciones de carnívoros silvestres y sus efectos sobre la epidemiología del distemper canino (DC)  con el fin de explicar retrospectivamente un brote de DC en los zorros salvajes en 2003. Desde 2005 hasta 2007 una encuesta con un  cuestionario domiciliario transversal  se realizó en las ciudades de Coquimbo y Ovalle, en otros  tres  pueblos y en los sitios rurales a lo largo de dos transectos de estas ciudades hasta el Parque Nacional Fray Jorge (PNFJ ) en la región de Coquimbo, Chile . Se tomaron muestras de sangre de los perros no vacunados en los hogares encuestados y los zorros de vida libre en las zonas rurales a lo largo de los transectos. La seroprevalencia del VDC en los perros domésticos fue mayor en zonas urbanas que en zonas rurales y  más alto en los perros nacidos antes de 2001 a 2002 . La seroprevalencia del VDC  en los zorros fue mayor en las áreas más cercanas a los asentamientos humanos. Una alta seroprevalencia en perros nacidos antes de 2001-2002 soporta además un vínculo entre los patrones del  VDC en el perro rural y las poblaciones de zorros . En nuestra área de estudio, se propone a  los perros urbanos para ser la fuente de infección del VDC a los carnívoros salvajes. El gran tamaño de la población canina y la densidad detectada en Coquimbo y Ovalle ofrece las condiciones óptimas para el mantenimiento de una amplia y densa población susceptible de perros, que pueden actuar como reservorio de enfermedades altamente infecciosas y que podría haber sido la fuente de infección en el brote de CD en zorros silvestres.

miércoles, 23 de abril de 2014

BROTE DE BVD EN UNA EXPLOTACIÓN DE VACUNO LECHERO Juan Manuel Loste 2014

Brote de BVD en una explotación de vacuno lechero



Novilla de 16 meses con enfermedad de las mucosas.
Los episodios de BVD suelen conllevar importantes consecuencias para los rebaños de vacuno de leche, especialmente en el plano reproductivo y, por tanto, en el ámbito económico. Una actuación fundamental ante un brote de este tipo es la localización de los animales persistentemente infectados (PI).
Juan Manuel Loste
Albaikide S.A.
Imágenes cedidas por el autor

 El virus de la diarrea vírica bovina, (virus BVD, por sus siglas en inglés) es un pestivirus de la familia Flaviviridae. Tradicionalmente los pestivirus comprenden cuatro especies principales: virus BVD tipo 1, virus BVD tipo 2, virus de la enfermedad de la frontera y virus de la peste porcina clásica. En la actualidad se incluyen también en este grupo virus atípicos como el pestivirus de la jirafa o el virus BVD tipo 3.
En Europa se encuentra principalmente distribuido el tipo 1, mientras que el tipo 2 se consideraba más propio de Norteamérica y se asociaba a formas clínicas graves trombocitopénicas. Sin embargo se está aislando con relativa frecuencia el tipo 2 en Europa y con presentaciones en algunos casos muy virulentas, con gran número de bajas incluso en animales adultos, como ha ocurrido recientemente en Alemania.
El virus BVD es el causante de una de las enfermedades más importantes del ganado vacuno en todo el mundo. Esto se debe a la alta prevalencia en muchos países, combinada con la capacidad de diseminación y los efectos directos e indirectos sobre las producciones y la reproducción a través de la inmunosupresión que provoca.
Los animales que entran en contacto con el virus y no están gestantes sufren una viremia de unos 20 días (viremia transitoria) que normalmente pasa desapercibida, y pasan a ser seropositivos de por vida a la proteína NS3 o p80, que ofrece protección para cepas homólogas. No está aún claro el papel de las viremias transitorias en la transmisión de la enfermedad.
Por otra parte, si el virus entra en contacto con hembras seronegativas gestantes, y en función de la fase de la gestación y de la virulencia de la cepa, se pueden ver abortos, reabsorciones o nacimiento de terneros con diferentes malformaciones, sobre todo del sistema nervioso, debido al tropismo del virus por él.
El cuadro clínico es muy variable, ya que pueden aparecer problemas reproductivos, cuadros respiratorios, entéricos, etc. y destaca el papel inmunodepresor del BVD.
Respecto al diagnóstico, éste suele ser laboratorial tras sospecha clínica, como en este caso, y puede ser indirecto o directo. Podemos localizar al virus mediante pruebas de detección de anticuerpos (proteína p80) por ELISA o seroneutralización, o bien búsqueda de antígenos mediante PCR o ELISA.
El papel de los animales PI
El virus se propaga principalmente a través de individuos persistentemente infectados (PI). Estos animales aparecen cuando una hembra gestante se infecta con una cepa no citopática del virus del BVD en las primeras semanas de la gestación (normalmente hasta el día 100-120). Así, el virus alcanza al feto cuando este aún no ha desarrollado su sistema inmunitario y el animal lo reconoce como un elemento propio, frente al que no se genera reacción inmunitaria.
Estos animales PI serán de por vida eliminadores de grandes cantidades de virus. Si un PI se sobreinfecta con una cepa homóloga citopática desarrollará una enfermedad mortal denominada enfermedad de las mucosas. Esta cepa citopática suele proceder de una mutación del propio virus que porta el PI.
Numerosos estudios epidemiológicos avalan que el porcentaje de PI en grandes colectividades ronda entre el 0,5 % y el 1,5 %, mientras que en los rebaños puede variar desde el 0,5 % al 20 %, en casos excepcionales y muy poco frecuentes. Los animales PI son una fuente muy eficaz de dispersión del virus, como pudimos observar en el caso que se describe a continuación, en el que un solo PI fue capaz de hacer que todos los animales que había en su lote y en los lotes contiguos se volvieran seropositivos.
El virus se propaga principalmente a través de individuos persistentemente infectados (PI). Estos animales aparecen cuando una hembra gestante se infecta con una cepa no citopática del virus del BVD en las primeras semanas de la gestación (normalmente hasta el día 100-120). Así, el virus alcanza al feto cuando este aún no ha desarrollado su sistema inmunitario y el animal lo reconoce como un elemento propio, frente al que no se genera reacción inmunitaria.
Estos animales PI serán de por vida eliminadores de grandes cantidades de virus. Si un PI se sobreinfecta con una cepa homóloga citopática desarrollará una enfermedad mortal denominada enfermedad de las mucosas. Esta cepa citopática suele proceder de una mutación del propio virus que porta el PI.
Numerosos estudios epidemiológicos avalan que el porcentaje de PI en grandes colectividades ronda entre el 0,5 % y el 1,5 %, mientras que en los rebaños puede variar desde el 0,5 % al 20 %, en casos excepcionales y muy poco frecuentes. Los animales PI son una fuente muy eficaz de dispersión del virus, como pudimos observar en el caso que se describe a continuación, en el que un solo PI fue capaz de hacer que todos los animales que había en su lote y en los lotes contiguos se volvieran seropositivos.

Descripción del caso
El caso clínico que vamos a describir ocurrió en una explotación de vacuno lechero situada en la zona centro de Navarra, con 110 vacas y 95 novillas. Los problemas clínicos comenzaron en diciembre de 2012, con un aborto de un feto de 227 días. En enero de 2013 hubo un mortinato, en febrero dos y en marzo otros dos, todos ellos de vacas multíparas. De éstos, dos presentaban malformaciones en extremidades y cuello, principalmente.
Los terneros morían en las primeras 24 horas de vida o se sacrificaban por no ser viables.
Respecto a los abortos, además del que hubo en diciembre se produjeron cuatro en febrero, dos en abril, uno en julio y dos en agosto. Las gestaciones estaban entre el día 51 y 161, aunque la mayoría (siete casos) entre el día 51 y el 83. Del resto, una pérdida se produjo a los 97 días de gestación y la otra a los 161. De las hembras que abortaron, ocho eran vacas y dos novillas.
En febrero, cuando se produjeron cuatro abortos y dos mortinatos, se enviaron dos sueros pertenecientes a dos vacas abortadas, y los resultados analíticos mostraron positividad únicamente a anticuerpos del virus BVD frente a p80 y fueron negativos para IBR, Neospora, Fiebre Q, Clamydophila y Leptospira.
Para saber si esas infecciones por virus del BVD eran recientes se muestrearon diez novillas de entre 6 y 12 meses. De ellas, nueve fueron positivas a p80. Ante estos resultados se determinó que, efectivamente, en esos momentos estaba circulando el virus BVD, o al menos, que lo había hecho recientemente.
Se tomó la decisión de vacunar frente al virus BVD, aunque antes se intentó localizar al animal o los animales PI que hubiera en el rebaño. Para ello se realizaron los siguientes análisis:
PCR de tanque de leche (rtRT-PCR Pesti-H) para detectar si había PI entre las vacas lactantes.
ELISAi frente a p80 (ELISAb BVD BDp80) en suero de las vacas secas y novillas de más de seis meses. A los animales negativos a p80 se les realizó en la misma muestra de suero un ELISA de antígenos para detectar la presencia de virus (ELISAag BVD). A los animales negativos a p80 y positivos a antígenos se les repitió el ELISA de antígenos en un mes para descartar una viremia transitoria.
Biopsia de cartílago auricular (ELISAag BVD) en los animales de menos de seis meses.
Resultados de los análisis
El PCR de tanque resultó negativo, por lo que se descartó la presencia de algún PI entre las vacas lactantes. Todas las biopsias de cartílago de oreja fueron negativas, mientras que la serología frente a p80 de las novillas de más de seis meses y vacas secas resultó positiva en todos los animales menos dos. De éstos, uno fue positivo a antígenos y el otro, negativo. Ambos se volvieron a analizar al cabo de un mes para ver si era una viremia transitoria o estábamos frente a un PI, y de nuevo el primero resultó positivo a antígenos, mientras que el que había dado negativo pasó de Ac negativo y Ag negativo a Ac positivo y Ag negativo. Este resultado implicaba que en el primer test no había entrado en contacto con el virus o no había seroconvertido y en el segundo, sí.
El animal PI resultó ser una novilla de diez meses nacida de otra novilla introducida con siete meses de preñez en la explotación. Se testó a la madre para descartar que fuera un PI, pero resultó ser positiva a p80 y negativa a antígenos.
La novilla PI presentaba un crecimiento ligeramente menor a sus compañeras, pero esta diferencia era difícil de detectar en el lote en el que se encontraba. Una vez que se recibió el resultado de la segunda muestra, fue eliminada.
En mayo se vacunó toda la explotación, y al mes se revacunó.
Respecto al manejo que había llevado el animal PI, se había mantenido en una caseta individual hasta los dos meses; posteriormente, pasó a un lote de diez terneras otros dos meses más. Desde los cuatro meses y medio estuvo con otro lote de 30 novillas hasta los nueve meses, cuando pasó al lote de novillas hasta que son inseminadas y diagnosticadas. Las casetas y el primer lote se encuentran separados de las vacas de producción, secas y novillas mayores, mientras que en los siguientes grupos la ternera PI ya estaba en contacto directo (separado por una valla) con el resto de los lotes de secas, novillas y vacas lactantes, puesto que estas últimas pasan dos veces al día (en los ordeños) al lado de todas las novillas y secas.
Aproximadamente 15 días después de pasar al lote de las novillas mayores de cuatro meses apareció el primer mortinato.
Novilla persistentemente infectada (número 26) por una cepa no citopática de virus BVD. Obsérvese la diferencia de tamaño respecto una compañera (30) una semana más joven.
Efectos sobre la reproducción
Durante la presencia del animal PI y un mes después de su eliminación (siete meses) se produjeron diez abortos y seis mortinatos, alguno de ellos con malformaciones.
En 2011 hubo dos abortos y en 2012 otros dos. No se conoce la causa de éstos, pero sí sabemos que durante esos años no había circulación de BVD, pues en marzo de 2011, octubre de 2011 y abril de 2012 se testaron 10 novillas frente a p80 y en todos los casos la positividad fue menor del 25 %, lo que nos hace afirmar, casi con total seguridad, que hasta que no nació este animal PI no había virus BVD en este rebaño.
Respecto a los índices reproductivos, en la figura 2 se muestran las fertilidades de novillas y vacas. Vemos cómo la bajada más importante de fertilidad en vacas se produce entre enero y abril, aunque entre febrero y marzo es mucho más acusada; y en novillas entre enero y febrero, posiblemente porque el animal PI se encontraba en contacto más estrecho con las novillas.
Pérdidas asociadas al brote
Existe numerosa bibliografía sobre el coste del BVD en el vacuno lechero. Se estima las pérdidas provocadas por un brote de BVD oscilan entre 20 y 337 e por vaca. Diferentes estudios señalan pérdidas entre 11 y 39 e por 1.000 litros de producción, lo que supone pérdidas superiores al coste de la mastitis (11 e/1.000 l). Cada aborto se estima que supone entre 464 y 800 e y cada PI nacido entre 375 y 1.800 e. El coste de una viremia transitoria sin aborto es de 99 e.
Determinar las pérdidas de este brote de BVD es difícil, pero solo en abortos alcanzarían los 3.500 e, 1.200 e por el PI y 1.150 e por los mortinatos. Los efectos sobre los terneros (44 e/ animal enfermo), sobre el aumento de los días en leche por la pérdida de fertilidad (1,2 e/día abierto incrementado por encima de 160 días/vaca), novillas con viremia transitoria (99 e) etc., son difíciles de calcular.
Un estudio escocés sugiere que en vacas de carne el coste es de 58 e por vaca presente en un brote de BVD en rebaños sin anticuerpos previos frente a p80.
Independientemente de la cuantificación exacta del coste económico de este caso concreto de BVD, lo que sí está justificado es la búsqueda del PI, su eliminación y la implantación de medidas de bioseguridad. Teniendo en cuenta que el rebaño no tiene prevista la entrada de animales externos, se sugiere seguir durante un año el chequeo de las terneras recién nacidas con un ELISA de antígeno en cartílago de la oreja y la vacunación cada medio año a partir de seis meses de edad de todos los efectivos.
El papel de los animales PI
A la hora de enfrentarnos a un caso de BVD, se presenta la disyuntiva de buscar o no los animales PI. Hay varios aspectos a tener en cuenta: bioseguridad, coste, etc.
La bioseguridad de la explotación es un punto fundamental. En un rebaño en pastos comunales o con reposición externa posiblemente no tiene mucho sentido la búsqueda del animal PI, pues las posibilidades de nuevas introducciones de animales PI o gestantes de un PI o contacto con animales PI son altísimas. En granjas cerradas, con buena bioseguridad, podemos plantearnos un plan de erradicación interno.
El coste dependería de varios aspectos pero fundamentalmente de si el PI está en las vacas de producción. Si el PCR de tanque es positivo, deberíamos sangrar a todas las vacas y analizar los anticuerpos p80, y a las negativas hacer ELISA de antígenos, con lo que el coste se dispararía. En los animales de menos de seis meses habría que hacer un ELISA de antígenos en cartílago de oreja y no de sangre entera, para evitar interferencias con anticuerpos maternales, pero no sólo de los animales presentes, sino de todos los que vayan naciendo durante ocho o nueve meses después de la aparición del último PI.
En el caso que se describe se realizaron 99 ELISA p80, 20 ELISA Ag y un PCR de tanque. El coste total de la analítica fue de 638,50 e. A esto habría que añadirle los ELISA de antígenos que habría que hacer a los animales recién nacidos al menos durante un año después de la aparición del último PI.

martes, 8 de abril de 2014

DISTEMPER CANINO. Patricio Berríos E. y Javier Enciso G. 2013

Distemper canino: revisión
Patricio Berríos Etchegaray1
Javier Enciso Gutiérrez2


1  Profesor. Universidad de Chile
2  Laboratorio de Cultivo Celular. Facultad de Medicina. Universidad Científica del Sur. Lima. Perú

Resumen. Se acepta que el distemper canino es una enfermedad viral originada en España en 1760, aun cuando Hensinger plantea que fue llevado de Perú a España en el siglo XVIII, en tanto que Laosson considera que la epizootia que arrasó Bohemia en 1028 fue el distemper canino. La enfermedad fue descrita magistralmente por Edward Jenner en 1809, mientras que Karle (1844) logró la transmisión experimental de la enfermedad demostrando que la causa era un agente infeccioso transmisible, y el agente causal que es un paramixovirus fue  descubierto por Carré  en 1905.  En 1923, Laidlaw y Dunkin utilizan las primeras vacunas tratadas con formalina con dudosos resultados en la protección. Se describen varios biotipos del virus DC (VDC) con diferente histotropismo, aunque existe un solo tipo antigénico. Además de los cánidos otras nueve familias de mamíferos son susceptibles al virus DC: Mustelidae, Procyonidae, Ursidae,Viverridae, Hyaenidae, Phocidae y Felidae. Mediante  estudios de la secuencia de ácidos nucleicos del gen H y debido a su gran heterogenicidad (10%), se han  identificado 12 diferentes grupos de genotipos del VDC: American-1 (que incluye la mayoría de las cepas vacunales), American-2 (Norte América), Arctic (Región Ártica y Europa), Asia-1, Asia-2 y Asia-3, Europa, Silvestres europeos), Sud África, Argentina, Tipo Rockborn y un nuevo genotipo de cepas mexicanas. Los aislados de Serengeti son diferentes a los del resto del mundo. En este artículo, se hace una descripción  general de la biología, patogenia, diagnóstico e inmunización del distemper canino, y luego se revisa  la situación de esta virosis en animales silvestres y  en particular la situación en Chile.


Palabras clave: virus distemper canino; distemper en animales silvestres; distemper en Chile.



Abstract. 

It is accepted that canine distemper is a viral disease that originated in Spain in 1760, argues that even if Hensinger was taken from Peru to Spain in the eighteenth century, while Laosson believes that the epizootic which swept Bohemia in 1028 was the canine distemper. The disease was described brilliantly by Edward Jenner in 1809, while Karle (1844) succeeded in the experimental transmission of the disease by showing that the cause was a transmissible infectious agent and the causative agent is a paramyxovirus was discovered by Carré in 1905. In 1923, Laidlaw and Dunkin use formalin-first shots with dubious results in protection. We describe several virus biotypes DC (VDC) with different histotropism, although there is only one antigenic type. In addition to nine other families Canidae mammals are susceptible to viruses DC: Mustelidae, procyonid, Ursidae, Viverridae, Hyaenidae, Phocidae and Felidae. Studies by the nucleic acid sequence of the H gene and due to its heterogeneity (10%), have identified 12 different genotypes groups VDC: American-1 (which includes most of the vaccine strains), American-2 (North America), Arctic (Arctic Region and Europe), Asia-1, Asia-2-3 Asia, Europe, European Wild), South Africa, Argentina, type a new genotype Rockborn and Mexican strains. Serengeti isolates are different from the rest of the world. In this paper, we make an overview of the biology, pathogenesis, diagnosis and canine distemper immunization, and then check the status of this virus in wild animals and in particular the situation in Chile.

Keywords: canine distemper virus, distemper in wild animals; distemper in Chile.












Introducción

La palabra distemper proviene del prefijo de origen griego "dis" que denota anomalía, dificultad o trastorno, y de la palabra "temper" que en inglés significa genio o humor. En español, temperamento (del latín temperamentum) significa carácter, manera de ser o de reaccionar. Distemper significa entonces alteración del carácter.

El distemper canino (DC) también llamado moquillo canino o “hardpad” (cojinetes plantares duros), se admite que se originó en España en el siglo XVIII. Sin embargo, según Charles FedericHensinger (1853) el distemper canino fue llevado desde Perú a España durante el siglo XVIII. La enfermedad había sido descrita en 1764 por Ulloa en su trabajo “Relación histórica del viaje a América meridional”. En 1760 la enfermedad fue reportada en España, luego en Inglaterra e Italia (1764) y Rusia (1770). En 1763, novecientos perros murieron en un solo día en Madrid.  Según Laosson la epizootia que arrasó Bohemia en 1028  habría sido el distemper canino (Encinas, 1945).Los últimos brotes de distemper en perros no vacunados han sido descritos en Finlandia (1977), Suiza (1985), Polonia (2002) y USA (2004).

En 1844, Karle tuvo éxito en la primera transmisión experimental de la enfermedad mediante el raspado de los labios de cachorros con la descarga de perros enfermos. El agente causal sólo fue descubierto en 1905 fecha en que el virus fue descrito como un virus filtrable por Henri Carré, de allí el nombre de enfermedad de Carré del DC. Anteriormente el DC había sido descrito magistralmente por Edward Jenner en 1809.

Carrè comprobó la existencia de un virus filtrable en las decargas serosas; serosidades con un gran poder patógeno logrando transmitir la enfermedadinoculando perros jóvenes con exudados provenientes de de la cavidad nasal, bronquial, pleural, pericárdica y peritoneal luego de haberlas pasado por filtros Chamberlain (Carrè, 1905).

Las primeras vacunas que se utilizaron en 1923, contra el distemper fueron preparadas con material de cerebro de perros muertos y tratadas con formalina (Laidlaw y Dunkin); estas vacunas no protegían contra la infección y tenían dudosos resultados de protección contra la enfermedad. En 1984 se empleó la vacuna contra el sarampión que no impedía la infección con el virus DC pero sí impedía la presentación de la enfermedad. Las vacunas inactivadas no lograron controlar la enfermedad. La primera vacuna preparada, en 1945, con virus vivo modificado en hurones producía la enfermedad y alta mortalidad. Posteriormente, en 1950, se preparó una vacuna en huevos embrionados y en cultivos celulares de embrión de pollo, utilizando las cepas Lederle y Onderstepoort. La cepa Rockborn replicada en cultivos de embrión de pollo producía una buena inmunidad, pero en algunos casos era responsable de encefalitis post vacunal. Las vacunas (Duramune y Vanguard) que utilizaban la cepa Rockborn inducían una mejor respuesta inmune, pero eran responsables de un alto riesgo de enfermedad postvacunal. La vacuna Galaxy que utilizaba la cepa Onderstepoort inducía una menor respuesta inmune pero una menor posibilidad de riesgo de enfermedad postvacunal (Green, 2000). El uso de las vacunas preparadas con virus vivo modificado en la década de los 60 disminuyó la presencia del DC que, sin embargo, posteriormente reapareció. La última serie de vacunas preparadas en 1997 utilizando un vector recombinante (Recombitek) induce una buena respuesta inmunológica y no presenta riesgo de enfermedad postvacunal.

Agente etiológico. El DC es causado por un morbillivirus perteneciente a la familia Paramyxoviridae, orden Mononegavirales. Se describen varios biotipos del virus DC (VDC) con diferente histotropismo, aunque existe un solo tipo antigénico. Ciertos aislados virales, como las cepas Snyder Hill, A75/17 y R52, son altamente virulentos y neurotrópicos. Las cepas Rockborn y Snyder Hill causan polioencefalomielitis, las otras producen desmielinización. Este virus presenta un estrecho parentesco antigénico con los virus del sarampión o rubeola y la peste bovina o rinderpest.
La aparición de un nuevo grupo de VDC  además de la identificación de una mutación  en un aminoácido específico incrementa la capacidad del virus  para replicar en un amplio rango de huésped (Monne y col, 2011) lo que hace altamente posible su diseminación  en especies silvestres (Nouvellet y col, 2013).
Este morbillivirus posee envoltura y un tamaño entre 150 a 300 nm de diámetro, su genoma está constituido por ácido ribonucleico (ARN) no segmentado, de hebra simple y sentido de codificación negativo, formado por aproximadamente 15,7 kb que incluyen 6 genes organizados en unidades transcripcionales separadas y no traslapadas. En dirección 5' - 3' codifica 7 proteínas: la proteína de la nucleocápside (gen N; de 1,5 kb), la fosfoproteína (gen P; que con un largo total de 1,5 kb codifica en las primeras 500 a 1.000 bases de su extremo 5' el gen C y gen V, de las proteínas C y V, respectivamente), la proteína de la matriz (gen M; de 1 kb), la proteína de fusión (gen F; de 1,9 kb), la hemaglutinina (gen H; de 1,8 kb) y la polimerasa grande (gen L; de 6,5 kb) (Sidhu y col 1993). Las proteínas estructurales corresponden a la proteína de matriz, de la nucleocápside, la polimerasa, la fosfoproteína y las glicoproteínas de envoltura, hemoaglutinina y de fusión. Estas últimas son responsables del reconocimiento e ingreso del virus a la célula blanco, siendo el principal objetivo de los anticuerpos neutralizantes.

Genotipos del VDC. Se han clasificado mediante  estudios de la secuencia de ácidos nucleicos del gen H debido a su gran heterogenicidad (10%), identificándose  12 diferentes grupos de genotipos del VDC: American-1 (que incluye la mayoría de las cepas vacunales), American-2 (Norte América), Arctic (Región Ártica y Europa), Asia-1, Asia-2 y Asia-3, Europa, Silvestres europeos), Sud África, Argentina, Tipo Rockborn y un nuevo genotipo de cepas mexicanas. Los aislados de Serengeti son diferentes a los del resto del mundo. La variación de la secuencia de amino ácidos entre los genotipos es mayor a 4%, y las cepas dentro de cada genotipo tienen menos de un 2% de amino ácido variación (Kapil y col, 2011).

El VDC es muy susceptible al calor y se inactiva por el tratamiento a temperaturas entre 50 y 60º C durante 30 minutos. Es también susceptible a la luz ultravioleta. En tejidos extraídos de perros con DC el virus sobrevive por lo menos una hora a 37º C y tres horas a 20º C o 24º C (temperatura ambiente). En climas tropicales el virus no se mantiene viable en las perreras luego de ser eliminado desde los perros infectados. La sobrevivencia del virus es mucho mayor a temperaturas frías, sobreviviendo en el ambiente durante semanas a temperaturas de 0º C a 4º C. En el laboratorio en congeladores con temperaturas de -70º C, o -192º C (Nitrógeno líquido) se mantiene infectivo durante años. La liofilización, obtenida a bajas temperaturas y en alto grado de vacío, es un medio excelente para preservar la estabilidad y por lo tanto la antigenicidad del virus. En cuanto al pH el virus es estable en un pH entre 4,5 y 9,0. El VDC es un virus envuelto y por lo tanto es susceptible al éter y cloroformo, soluciones de formalina diluida (0,5%), fenol (0,75%) y desinfectantes de amonio cuaternario (0,3%).

La inactivación del VDC ocurre 10 minutos después  de la aplicación con cloruro de benzalkonium (0,05%) o un compuesto de amonio cuaternario a temperatura ambiente; el etanol al 10% también es efectivo (Kapil y col, 2011).

Pese a ser un virus envuelto muy sensible al medio ambiente, su constante eliminación a través de todo tipo de secreciones, exudados y fluidos corporales a partir del séptimo día postinfección, y su alta infectividad, permiten que se disemine rápidamente en el ecosistema gracias a la existencia de animales infectados que eliminan el virus antes de manifestar signos asociados a la virosis.

Especies susceptibles. El VDC cuenta con una amplia gama de huéspedes y la evidencia de la infección ha sido confirmada en especies de mamíferos pertenecientes a tres órdenes diferentes, carnívoro, artiodactyla y primates (van Moll y col, 1995; Martella  y col, 2008). In vitro se ha demostrado que una cepa del VDC  con la proteína C intacta tiene el potencial de replicarse en células epiteliales humanas  usando  el receptor nectina-4 como receptor (Otsuki  y col., 2013), así mismo, que el virus adaptado es capaz de usar receptores de células epiteliales  e inmunes humanas, así como de monos y algunos caninos, sugiriendo que potencialmente puede infectar humanos (Sakai y col., 2013).

 Además de los cánidos otras nueve familias de mamíferos son susceptibles al virus DC: Mustelidae, Procyonidae, Ursidae, Viverridae, Hyaenidae,  Phocidae y Felidae. En animales acuáticos,  se describe, el morbillivirus del delfín que afectó a delfines rayados del Mediterráneo, además el morbillivirus de la marsopa fue detectado en marsopa de bahía del noroeste de Europa; el  virus del moquillo focino en focas grises y de bahía del noroeste de Europa, y virus del distemper canino en focas Baikal de Siberia.

El VDC afecta principalmente a carnívoros terrestres de las familias Canidae: perros, zorros, lobos, coyotes, chacales; Mustelidae: nutrias, hurones, martas; Procyonidae: coatí y mapache; Hyaenidae: hiena; Felidae: félidos salvajes como leones, tigres, leopardos en cautividad. También afecta a carnívoros marinos como las focas y cetáceos como el delfín. Se han identificado diversos morbillivirus: virus moquillo canino, virus moquillo focino, virus moquillo del delfín, virus moquillo de la marsopa. En el caso específico del virus del moquillo canino éste afectó a focas Baikal en 1980.

Transmisión. Pese a ser un virus envuelto muy sensible al medio ambiente, su constante eliminación a través de todo tipo de secreciones, exudados y fluidos corporales a partir del séptimo día pos infección, y su alta infectividad, permiten que se disemine rápidamente en el ecosistema gracias a la existencia de animales infectados que eliminan el virus antes de manifestar signos asociados a la infección.

El VDC es eliminado a los 7 días después de la infección y se puede diseminar en casos extremos durante 60 y 90 días, aunque generalmente los periodos de eliminación son menores. La transmisión ocurre directamente por aerosoles o a través de excreciones oculares y nasales, orina y heces. El virus es muy sensible en el medio ambiente y se inactiva rápidamente por lo que la contaminación indirecta es rara. La persistencia del VDC está asociada con la diseminación de virus no-citolíticos. Los genes NP y M contienen los determinantes de la persistencia viral, generalmente asociada con alteraciones en la gemación. El índice de infecciones es más alto que el de la enfermedad, lo que reflejaría un cierto grado de inmunidad natural o resistencia inducida por vacunación.

Patogénesis. Luego de la infección por inhalación, el VDC se multiplica primariamente en los macrófagos alveolares; entre 24 y 48 horas después el virus se multiplica en macrófagos de los ganglios bronquiales y tonsilas. El virus se propaga, como consecuencia de la viremia, a todos los órganos linfoides: bazo, timo, médula ósea y ganglios linfáticos mesentéricos y cervicales. Los morbillivirus y dentro de ellos el VDC inducen rápidamente autofagia lo que produce eficiente difusión del virus célula-célula (Delpeut y col, 2012)lo que explicaría la evolución de la enfermedad.

En esta etapa el virus desarrolla una serie de mecanismos rápidos que permiten neutralizar y evadir la respuesta inmune antiviral innata y adaptativa: (a) utilización de células del sistema inmune como vehículo de transporte a los nódulos linfáticos regionales, (b) replicación deletérea en subpoblaciones de linfocitos entre el primer y tercer día post infección, (c) establecimiento de la viremia primaria asociada a leucocitos, (d) replicación masiva en órganos linfoides con agotamiento selectivo de la subpoblación Th1 y (e) establecimiento del cuadro multisistémico al séptimo día post infección.
Si los anticuerpos neutralizantes se sintetizan rápidamente, alcanzando antes de los 10 días post infección, títulos neutralizantes mayores de 100, los síntomas clínicos son leves y el virus prácticamente no se difunde al resto del organismo. Si la respuesta inmune humoral es débil o tardía, el VDC invade todo el organismo, principalmente los epitelios intestinal, urogenital, respiratorio, y piel, glándulas exocrinas y endocrinas, inclusive el cerebro. La replicación viral produce destrucción celular que clínicamente se traduce en vómitos, diarrea, bronquitis, neumonía, dermatitis y alteraciones en el comportamiento. Las manifestaciones neurológicas son: mioclono, espasmos, paresia, hiperestesia cutánea y convulsiones. El daño cerebral conduce a encefalitis precoz o encefalomielitis progresiva con desmielinización y muerte.

Debido a  la infección de linfocitos y células mononucleares periféricas, el VDC bloquea la síntesis y vías de señalización de interferones y citoquinas, fenómeno que produce agotamiento selectivo de linfocitos CD4+  y disminuye la proliferación de linfocitos B y T lo que explica la severa inmunosupresión que caracteriza la infección por el VDC y que conduce a una enfermedad multisistémica asociada a infecciones oportunistas deletéreas. En este punto el virus despliega una serie de mecanismos rápidos que permiten neutralizar y evadir la respuesta inmune antiviral innata y adaptativa mediante: (a) utilización de células del sistema inmune como vehículo de transporte a los nódulos linfáticos regionales, (b) replicación deletérea en subpoblaciones de linfocitos entre el primer y tercer día post infección, (c) establecimiento de la viremia primaria asociada a leucocitos, (d) replicación masiva en órganos linfoides con agotamiento selectivo de la subpoblación Th1 y (e) establecimiento del cuadro multisistémico al séptimo día post infección (von Messling y col, 2004).
Las principales manifestaciones incluyen signos respiratorios y gastrointestinales, inmunosupresión y leucoencefalomielitis  demielinizante (DL).  La función inmune alterada asociada con deplesión de órganos linfoides, consiste de una pérdida de linfocitos asociada a viremia, especialmente LT CD4+, debido a apoptosis de células linfoides en fases tempranas. Después de la eliminación del virus de la sangre periférica una presentación antigénica disminuida y alterada maduración  de linfocitos causa una inmunosupresión en curso a pesar de repoblación de los órganos linfoides.La fase temprana de DL es una secuela del daño directo  mediado por el virus y la  infiltración de  células T CD8 + citotóxicos asociado con una estimulación de las citoquinas pro-inflamatorias tales como la interleuquina (IL) -6, IL-8, factor de necrosis tumoral (TNF )-alfa e IL-12 y una falta de respuesta de las citocinas inmunomoduladoras como la IL-10 y factor de crecimiento transformante (TGF)-beta. Una hipersensibilidad de tipo retardado mediada por células T CD4+ y LT citotóxicas CD8 + contribuyen a la pérdida de la mielina en la fase crónica. Adicionalmente la estimulación de IL-1 y IFN-gama puede ocurrir en lesiones avanzadas.Por otra parte, un balance alterado entre metaloproteinasas de la matriz y sus inhibidores parece jugar un papel fundamental para la patogénesis de la DL. Resumiendo, DL representa un proceso bifásico de la enfermedad que consiste en un proceso inicial con mediación   directa del virus y la progresión de la placa inmune mediada. La inmunosupresión es debido a la temprana linfocitolisis mediada por virus seguido por mecanismos aún  poco conocidos que afectan a la presentación de antígenos y la maduración de linfocitos (Beineke  y col, 2009).

Las cepas virales que inducen infección aguda fatal afectan principalmente la sustancia gris del SNC y provocan destrucción neuronal e incluye únicamente la corteza cerebral y cerebelar. Las cepas virales que causan una enfermedad más leve afectan la sustancia blanca del SNC y provocan desmielinización del cerebelo, nervio óptico y cuerda espinal, en ese caso la recuperación o la muerte puede demorarse por 2 ó 3 meses. Se ha demostrado que el antígeno del VDC tiene un receptor  en las células epiteliales llamado nectina-4 que  a la vez está involucrado  en su neurvirulencia (Pratakpiriya y col, 2012).

Por otro lado es posible la presencia de signos nerviosos sin otros signos previos de enfermedad generalizada. Después de una aparición retardada de respuesta inmune, el virus puede desaparecer de los tejidos linfáticos y epitelios, pero puede persistir en SNC, ojo y almohadilla plantar.

Sintomatología. El período de incubación es extremadamente variable, entre 9 y 14 días y el de diseminación es entre 60 y 90 días. Los síntomas clínicos generalmente aparecen a las dos semanas de la infección, dependiendo fundamentalmente de la relación virus- hospedero. Se pueden observar desde formas inaparentes hasta sobreagudas.La mayoría de las infecciones por el VDC son subclínicas o agudos leves.
Esta es una enfermedad multiepitelial.  Los primeros signos en aparecer son: conjuntivitis, rinitis serosa y luego mucopurulenta, amigdalitis, traqueítis, tos y bronconeumonia. La sintomatología digestiva inicial es diarrea y vómitos, con dolor hepático y renal. El animal camina encorvado y se observa caída del tren posterior, además se aprecian pústulas en la piel del abdomen, hiperqueratosis de los cojinetes plantares (Hardpad) y del morro. En la forma aguda de la enfermedad se describe una curva térmica difásica que alcanza su primer máximo entre los 3 y 6 días post infección: el segundo se presenta entre 7 y 10 días después. Leucopenia (linfopenia) acompaña a los primeros síntomas: conjuntivitis, rinitis y anorexia. Los signos gastrointestinales y respiratorios como tos, diarrea, vómitos, anorexia, deshidratación y pérdida de peso pueden seguir a continuación. Las infecciones bacterianas secundarias a menudo complican este cuadro. En las formas subagudas los síntomas respiratorios y digestivos son discretos, observándose entre 14 y 21 días después síntomas nerviosos característicos tales como incoordinación, convulsiones, alteración del carácter, mioclonías, tortícolis, paresia del tren posterior y problemas visuales. La presentación neurológica incluye: contracciones bruscas involuntarias localizadas de un músculo o grupo de músculos (Mioclonias o corea del moquillo), paresia o parálisis que comienzan a menudo en miembros posteriores (ataxia), convulsiones, sialorrea, movimientos masticatorios, pedaleo de los miembros, micción involuntaria y/o defecación. Hiperestesia, vocalización, reacciones de miedo. Ceguera.Pocos animales escapan a la muerte. Muchos sobrevivientes a esta fase son sacrificados debido a las secuelas que la infección produce.
La forma crónica se presenta en dos formas en perros adultos. Una  se presenta a consecuencia de un proceso inmunomediado que produce una encefalitis multifocal que progresa lentamente. Esta forma normalmente ocurreen los perros de 4 a 8 años. Se presenta con debilidad en miembros posteriores, falta derespuesta a la amenaza, parálisis y temblores de la cabeza. La recuperación de este tipo infección por el VDC puede ser posible.Y la encefalitis crónica del perro viejo que es un desorden progresivo que afecta usualmente a perros mayores de 6 años. Se presenta con ataxia, movimientos encírculo, presión de la cabeza contra objetos y cambios en la personalidad (no hay respuesta a estímulos externos o no reconoce a los dueños). La persistencia del virus en el SNC produce una reacción inflamatoria, instalándose una encefalitis crónica. Estos animales no son infecciosos, pero su recuperación es muy difícil.

Diagnóstico. Los tres elementos para su diagnóstico son: la reseña y anamnesis,  el examen físico y los estudios de laboratorio. A nivel de laboratorio se utiliza como muestra de elección el raspado conjuntival, costra flogística, aspirados de médula ósea y sangre para detectar cuerpos de inclusión eosinofilicos  intranucleares e intracitoplasmáticos. En animal muerto se utiliza la prueba de inmunofluorescencia directa en cortes de ganglios linfáticos aumentados de volumen, bazo, amígdalas, estómago, duodeno, vejiga o cerebro, con el fin de detectar antígenos específicos del VDC. También se utilizan pruebas de inmunohistoquímica. Los hurones son muy susceptibles al VDC.  El uso de cultivos celulares para el aislamiento del VDC tiene la limitante del tiempo que demora esta técnica que puede ser de unas 3 semanas. Sin embargo, nuevas líneas celulares  que expresan el  receptor canino SLAM como las células  VerodogsSLAMtag o Vero-DST permiten obtener resultados en algunos días (Kapil et al, 2011).

Las pruebas inmunológicas incluyen pruebas de inmunofluorescencia y ELISA;  la prueba de la reacción en cadena polimerasa (PCR) y el aislamiento viral son otras técnicas utilizadas en el diagnóstico de esta enfermedad. Inmunofluorescencia se puede realizar en muestras de conjuntiva, tonsilas, epitelio respiratorio, sedimento urinario o LCR para detectar el VDC  de 5 -21 días pos infección. En animales con signos neurológicos, la partícula viral puede ser encontrada en las células del LCR, en el 80% de los casos. Raramente puede encontrarse  falsos positivos en  vacunación reciente, por lo que puede ser necesario  más de una muestra para encontrar e identificar el virus, en otros  casos subagudos o crónicos estas pruebas pueden resultar negativas, sin embargo  no se puede descartar la presencia del virus.
Las cepas vacunales no se detectan por inmunofluorescencia ya que no se diseminan desde el tejido linfoide hasta las células epiteliales. Serología, la medición de anticuerpos séricos IgM (contra las proteínas del núcleo viral NP y P) y las IgG (contra los antígenos de la cápsula H y F), pueden ayudar enel diagnóstico, sin embargo,  la prueba no diferencia anticuerpos maternos, vacunales o por infección. La detección de anticuerpos neutralizantes o   precipitantes no es suficiente para el diagnóstico, debido a que  perros no vacunados e infectados con presentación aguda pueden morir sin aparición de anticuerpos neutralizantes mientras que los infectados en forma subagudo a crónica, pueden tener niveles de anticuerpos comparables con los perros vacunados. ELISA, una prueba de ELISA  detecta anticuerpos IgG o IgM para el VDC.Títulos de IgM altos son específicos para diagnosticar infecciones recientesdel VMC, sin embargo, la vacunación reciente con VVM puede dar resultados falsos positivos. El método molecular PCR permite detectar el ARN viral y puede resultar positiva aun cuando las pruebas de aislamiento viral y la inmunofluorescencia no logren detectar al virus. También se puede realizar análisis serológico del líquido cefalorraquídeo. Los signos neurológicos suelen aparecer entre 1 y 3 semanas, luego que el perro se ha recuperado de los signos gastrointestinales y/o respiratorios. La determinación de anticuerpos específicos contra el virus en LCR es diagnóstico de encefalitis por distemper (Wheeler, 2007).

Un "test" de diagnóstico rápido para el virus distemper que se ofrece en el comercio es: Prueba Rápida para el Antígeno del Virus de Distemper Canino: La prueba rápida del antígeno del virus de distemper canino,Quicking, es un ensayo inmunocromatográfico tipo sándwich de flujo lateral para la detección cualitativa del antígeno del virus de distemper canino (CDV Ag) en las secreciones o suero de perros. Tiempo de Ensayo: 5 a 10 min. Muestra: Secreciones o suero.

El virus del Distemper canino puede ser encontrado en biopsias superficiales de 1 cm de piel normal del cuello dorsal, es una prueba ante-mortem fiable en cuanto a  sensibilidad y especificidad. La muestra para biopsia puede  conservarse en formol al 10% o congelarse, según la técnica a usar, sea inmunohistoquímica, inmunofluorescencia o PCR. Esta prueba puede demorar 2-7 días para tener el diagnóstico.

Vacunas. La mayoría de las vacunas contra el DC utilizadas en USA, Canadá y Europa  corresponden al genotipo  American-1 (Onderstepoort), con la excepción de la vacuna Vanguard  que corresponde al genotipo  America-2.

Una vacuna ideal  contra el distemper  canino debe ser capaz de estimular una respuesta inmune de distribución sérica y de mucosas,  previniendo la enfermedad desde la exposición al virus, e impidiendo el desarrollo de inmunosupresión y de cuadros patológicos de alta letalidad.

Se ha descrito que los virus atenuados utilizados actualmente en vacunas polivalentes poseen un cierto linfotropismo y capacidad de inducir inmunosupresión residual, comprometiendo la respuesta inmune.Cualquier vacuna preparada con VVM puede ser fatal para especies exóticas por lo que deben utilizarse vacunas preparadas con virus inactivado.

La estabilidad de las vacunas liofilizadas contra el distemper es de 16 meses mantenidas entre 0 y 4º C; 7 semanas a 20º C y 7 días con luz solar y a 47º C. La vacuna reconstituida dura 1 hora en refrigeración.

Los esquemas de vacunación que se aplican son diferentes según sea el riesgo imperante en la ciudad o zona amagada. Considerando que los cachorros no son inmunocompetentes antes de los 2 meses de vida y que los anticuerpos maternos (94% en calostro) duran en el recién nacido aproximadamente entre 8 y 10 semanas, y que entre las 12 y 14 semanas disminuyen a un valor 0, se aconseja el siguiente esquema con vacuna monovalente: 1ª dosis a los 2 ½ -3 meses; 2ª dosis a los 3 ½ -4 meses; 3ª dosis a los 6 meses, si hay un notorio aumento de los casos clínicos. Con vacuna triple (virus distemper, leptospira, y virus hepatitis) o séxtuple (virus distemper, leptospira, virus hepatitis 1 y 2, parvovirus canino tipo 2 y parainfluenza tipo 2) se aconseja aplicar la primera dosis de vacuna parvovirus a los 2 meses; luego a los 2 ½ meses la vacuna séxtuple y a los 4 meses la vacuna séxtuple o la vacuna triple. La vacuna recombinante óctuple se aplica desde las 6 semanas de edad y cada 21 días hasta las 12 semanas (3 dosis) (Mendoza y col, 2005).

Sin embargo en los últimos años la incidencia del moquillo en caninos parecehaber aumentado, debido a fallas en la vacunación, inmunización insuficiente ya la posible emergencia de cepas genéticamente distintas.

Considerando que el virus DC afecta aun amplio rango de carnívoros causando brotes de la enfermedad en una amplia variedad de poblaciones de carnívoros y a que las vacunas preparadas con virus vivo atenuado no son seguras en estas especies, se ha producido un virus quimérico combinando la vacuna Moraten del sarampión con la envoltura de aislados recientes del virus DC. El virus resultante no causa la enfermedad ni inmunosupresión en hurones, confiriendo protección frente al desafío con una cepa letal.

Aplicación de interferón. El rFeIFN contenido en Virbagen Omega es producido por gusanos de seda infectados por un baculovirus recombinante. El Virbagen Omega es un producto que cuenta con propiedades antivirales, inmunomoduladoras y antitumorales.Tanto en perros como en gatos ha demostrado tener una excelente tolerancia, situación que contrasta con lo sucedido en medicina humana donde el usode interferón está asociado a efectos secundarios con grados variables de severidad.El empleo del Interferón Omega Recombinante de origen Felino dentro de la terapéutica del moquillo canino se desarrolló en Japón hacia finales de los años noventa. Virbagen Omega 2MU/animal. El tratamiento con Virbagen Omega permite: Disminuir la mortalidad y severidad de los signos clínicos y disminuir el riesgo de presentación de signos nerviosos en animales que se infecten de moquillo canino.

Con el fin de minimizar el daño inicial sobre la mielina (causado principalmente por radicales libres secretados por la microglia), se recomienda el uso de antioxidantes, vitamina E, vitaminas del complejo B y altas dosis de vitamina A.

Dos drogas con efecto antiviral promisorio sobre  el VDC son azatioprina y ribavirina. La primera ha sido utilizada experimentalmente desde el año 2006 en el tratamiento de esta virosis, que además  de controlar la naturaleza inmunomediada del cuadro neurológico, ha mostrado ser una muy buena alternativa terapéutica, logrando limitar el progreso del cuadro multisistémico, aumentar la sobrevida y disminuir la presentación del cuadro neurológico.  La ribavirina se caracteriza por inhibir la replicación viral a muy bajas concentraciones.

Distemper canino en animales silvestres

Distemper canino en focas. En 1997, más de 11.000 focas del Caspio fueron encontradas muertas a lo largo de la costa de Kazakhstan, atribuyéndose esta mortandad principalmente al VDC y a altos niveles del insecticida DDT. Según Kuiken et al. (2006), más de 10.000 focas (Phocacaspica) fueron reportadas muertas en  el Mar Caspio, durante la primavera-verano del año 2000. La infección por virus distemper canino fue confirmada por análisis filogenético de RT-PCR. Por su parte Harkonen et al.(2006), señalan que epidemias de distemper focino (PDV) resultaron en muerte de más de 23.000 focas (Phocavitulina) en 1988 y 30.000 en 2002. En ambas ocasiones las epidemias se iniciaron en la isla danesa de Anholt.

En 1999 hubo un brote de DC en la Isla Santa Catalina, California USA,  que afectó a los zorros nativos que disminuyeron desde 1.330 individuos a menos de 100.

Distemper canino en las Islas Galápagos. Entre febrero y junio de 2001 se presentaron 596 casos de DC, de los cuales 275 murieron por causa de la enfermedad y 294 fueron eutanasiados. Los perros enfermos presentaban enflaquecimiento progresivo, secreciones oculares, salivación profusa, estornudos con secreciones nasales, respiración agitada y con dificultad, temblores musculares en cualquier parte del cuerpo, incoordinación de movimientos, entre otros. Las principales medidas tomadas para evitar que la epidemia se extendiera a mamíferos marinos fueron: prohibición de perros en las calles y cerca de los muelles y playas, aplicación de eutanasia a animales enfermos previa solicitud de sus dueños e incineración de cadáveres. Además se realizó un estudio serológico en lobos marinos de diferentes colonias e islas, sin encontrarse seropositivos contra el VDC. Se concluyó que la mejor solución era realizar una campaña masiva de vacunación para disminuir el riesgo de contagio a lobos marinos.

Distemper canino en leones y tigres. El primer caso de distemper en tigres ocurrió en California 1980. En 2003 se describe el distemper canino en un tigre (Panthera tigres) de circo que presentaba una sintomatología de encefalitis (incoordinación y ataxia), opacidad corneal inicial y panoftalmitis severa. El diagnóstico se basó en inmunofluoresencia positiva en muestras de orina y conjuntiva. En leones (Panthera leo) del ecosistema Serengeti-Mara de África del Este se han descrito epidemias de una enfermedad semejante al distemper canino y asociada con el VDC. Entre 2003 y 2004 murieron 1000 leones de un total de 3000 de un parque en Serengeti, Tanzania; en un león enfermo que sufría de ataques epileptiformes se observó salivación excesiva, mandíbulas contraídas, expresión facial alterada con pupilas contraídas y luego dilatadas; los leones enfermos no podían comer ni cazar por lo que eran víctimas de depredadores. Estudios realizados con PCR demostraron que el virus aislado tenía una estrecha relación filogenética con el VDC. Otros animales afectados fueron chitas (Acinonyxjubatus) y perros salvajes africanos (Lycaonpictus). Anteriormente, entre 1991 y 1992, en un parque de vida silvestre de san Fernando, California USA, se enfermaron de distemper, además de leones y tigres, leopardos (Pantherapardus) y jaguares (Pantheraonca), animales que presentaban anorexia, enfermedad gastrointestinal o respiratoria y convulsiones, muriendo 17 de ellos. La tipificación del virus aislado se realizó mediante anticuerpos monoclonales contra el VDC; el diagnóstico se corroboró mediante la detección de anticuerpos seroneutralizantes específicos. En 2013 se describe que un 15% de tigres siberianos se infectaron con el virus del distemper en el Este de Rusia; anteriormente en Pokrosvka, Rusia, 2003, se había muerto una tigresa diagnosticada con distemper.

Distemper en mapaches en Medford y Ashland, Oregon, USA, 2005. Se describen casos de distemper canino en mapaches que presentan exudado nasal u ocular, andan desorientados y desinteresados en tomar agua y alimentos. El distemper sería cíclico y ocurriría cuando las poblaciones de mapaches invaden las ciudades. En 1992 también se presentó la enfermedad matando a un cierto número de mapaches. En estas circunstancias los zorrillos o mofetas fueron reubicados con el fin de no sacrificarlos.

Distemper en monos. Un brote de DC ocurrió en monos (Macaca fuscate)  de Japón en 1989. Desde 2006 se han descrito brotes de DC en monos Rhesus (Macaca culatta) criados en grandes establecimientos de crianza de China. Alrededor de 10.000 monos contrajeron la enfermedad muriendo un poco más de 4.250. El genotipo del VDC correspondía al genotipo Asia.  En Brasil se describe el DC en lessergrison (Galictis cuja) (Mejid y col., 2013).

Considerando el aumento de casos diagnosticados en especies silvestres es necesario aumentar la vigilancia del VDC en perros y poblaciones silvestres con el fin de identificar nuevos genotipos y seguir la diseminación de las cepas  dentro y entre las distintas especies.


Situación del distemper canino en Chile

El DC es una enfermedad infecciosa de alta prevalencia en este país.
Se ha detectado el DC desde hace muchos años, principalmente a través de diagnóstico clínico y anatomopatológico, y ocasionalmente por inmunofluorescencia.  Históricamente en 1935, se detectó la muerte del 30% de la población canina en el canódromo de Santiago afectada por el distemper.

En un estudio sobre epilepsia epizoótica canina en que se analizaron 50 casos atendidos en el policlínico de animales menores de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile, entre julio de 1966 y agosto de 1968, los animales presentaban crisis episódicas de tipo epiléptico caracterizadas por crisis de huida, furor o espanto, con pérdida de conciencia, sin manifestaciones convulsivas de pequeño o gran mal, y con o sin relajación de esfínteres. De acuerdo al análisis de los resultados se plantean tres hipótesis sobre su etiología: a) Una nueva forma clínica de las entidades del complejo distemper, b) Una mutante del virus distemper sin inmunidad cruzada, y c) Una nueva enfermedad, de naturaleza contagiosa, de carácter encefalótropo, posiblemente de origen viral (Román y col., 1968).

En 1994 se informó del aislamiento del virus en cultivos celulares de riñón de perro (MDCK) inoculados con secreción nasal, ocular y traqueal provenientes de un cachorro con signos respiratorios, disnea respiratoria y estertores bronquiales. El animal enfermo presentaba además signos nerviosos con mioclonía unilateral, movimientos masticatorios involuntarios y paresia ascendente del tren posterior. El diagnóstico se corroboró por microscopía electrónica y estudios histopatológicos que demostraron la presencia de cuerpos de inclusión intracitoplasmáticos acidófilos (Cerda y col., 1994).

En perros provenientes de la Región Metropolitana se detectó la presencia de Mycoplasmasp en procesos bronco pulmonares recidivantes en animales afectados de distemper canino (Abalos y Berríos, 1980).

Ernst, Metayer y Huber (1987) plantean que variables climáticas explican el 12,11% de la variabilidad de la prevalencia de distemper, especialmente influido por los parámetros climatológicos de temperatura y humedad.

Al analizar los registros clínicos, entre 1975 y 1984, de la Clínica de Pequeños Animales del Hospital Veterinario de la Universidad Austral de Chile en Valdivia, se identificaron caninos con diagnóstico clínico de distemper y hepatitis infecciosa, encontrándose que los perros menores de 1 año tenían un alto riesgo de contraer distemper canino y hepatitis mientras que en razas mixtas (mongrel) el riesgo de contraer distemper era significativamente mayor (Ernst, Metayer y Martin, 1987).

Luego de inocular un aislado nacional semejante al virus distemper canino en hembras de ratones Balb-C de 8 semanas de edad y al 5º día de ser cubiertas, se concluyó que este aislado viral era un buen inmunógeno, comparable con las cepas vacunales y con la ventaja de ser una cepa nativa actuante en el medio nacional. Los autores consideran que el período ideal de vacunación sería a partir de los 3 meses de edad en caninos, encontrándose que el máximo nivel de anticuerpos se obtiene a los 30 días post inoculación. No se presentaron abortos inducidos por el virus en el primer tercio de gestación, ni malformaciones del sistema nervioso central en las crías nacidas en este período (Cerda y Quinteros, 1995).

En un estudio pionero utilizando el aislado nacional semejante al virus distemper canino se determinó en forma comparativa la capacidad inmunogénica de vacunas comerciales contra el distemper canino, para ello se trabajó con un universo de 40 caninos de 45 días a 10 años de edad, los que se sometieron a tres programas de inmunización: Primer programa, vacunaciones a los 45, 55, 65 y 75 días con revacunación al año de edad; segundo programa, vacunaciones a los 30, 90 y 100 días con revacunaciones al año de edad; tercer programa, vacunaciones a los 45 y 150 días con revacunaciones hasta los 6 meses de edad. Los resultados obtenidos indican que la respuesta inmune es variable dependiendo de las condiciones de estrés y edad de vacunación, encontrándose que frente a situaciones de confinamiento los mayores títulos de anticuerpos se obtuvieron con el primer programa. En mascotas no confinadas se encontró una mayor seroconversión al aplicar el tercer programa. Se señala que los animales bajo la administración de corticosteroides por períodos prolongados presentan una ausencia total de títulos séricos protectivos. En aquellos animales provenientes de madres con altos títulos de anticuerpos y que son vacunados tempranamente se detectó una notoria neutralización de los anticuerpos maternos. En este trabajo se concluyó que para lograr un mayor nivel inmunitario pasivo en los cachorros, es necesario vacunar a las hembras al inicio del celo. Además se establece que se alcanzan niveles protectivos a partir del primer año de edad, los que permanecen estables en el tiempo sometiendo a los perros a revacunaciones bianuales. Los animales mayores de 10 años mostraron un descenso en el nivel de anticuerpos específicos (Cerda y Quinteros, 1996).

En 2002, Navarro et al, informan del aislamiento de una cepa viral diagnosticada como virus distemper canino por inmunofluorescencia. La muestra había sido obtenida desde tejido nervioso de un perro adulto con sintomatología nerviosa.

En el estudio realizado en un total de 535 fichas con diagnóstico de distemper en base a la presencia de signologíamultisistémica como alteraciones neurológicas, fiebre, signos respiratorios, signos gastroentéricos, hiperqueratosis y otros, en animales atendidos en el servicio de clínica menor de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile, entre mayo de 1975 y septiembre de 1991, se encontró un mayor porcentaje de machos (72,15%) que de hembras (27,85%) y un mayor porcentaje de animales mestizos (84,67%) en relación a caninos finos (15,33%), y una altísima proporción de consultas en animales menores de 1 año (83,55%). La sobrevida por distemper canino en el conjunto total de animales mostró una fuerte pérdida entre el día 1 y día 50. Sin embargo, la prueba log-rango demostró que no había diferencias significativas entre edades, sexo, razas ni estaciones (Morales y col., 1997).

En 2003 se describe una mortandad de zorros Chillas y Culpeos causada por el virus distemper canino en Coquimbo. Caso índice  en chillas en Puerto Velero, cerca de Tongoy y luego de 5 meses en  culpeos  a 50 km al sur de caso índice.Se sospecha de transmisión del VDC  desde perros en los alrededores del parque.

Un posible caso de distemper canino ocurrió en el Parque Nacional Fray Jorge (Limarí, Ovalle) IV Región, donde se detectaron perros y zorros con síntomas de esta enfermedad. En 2003 en al menos dos ejemplares de zorros gris (Pseudalopexgriseus) se observó sintomatología tipo convulsiones en los días previos a su muerte. Un zorro moribundo estaba deshidratado, desorientado y presentaba salivación y mioclonías generalizadas. Otros ejemplares recolectados moribundos presentaban diversos síntomas como: secreción ocular purulenta, miooclonías, ataxia, emaciación leve y hemorragias leves. La mayoría de los zorros muertos correspondían a la especie culpeo (P. culpeaus). El examen histopatológico reveló neumonitis, depleción linfocitaria en bazo y presencia de cuerpos de inclusión eosinofílicosintracitoplasmáticos en vejiga y pulmón. El examen citológico de frotis conjuntival fue positivo a cuerpos de inclusión de distemper canino. La determinación de anticuerpos (IgG) contra virus distemper canino reveló un título de 640 y 160 en dos muestras de dos zorros analizados. Los exámenes arrojaron serología negativa a leptospira y ehrlichia. El cerebro de un zorro enviado al Instituto de Salud Pública fue negativo en inmunofluorescencia directa En base a estos antecedentes los autores concluyeron que el evento correspondió a un brote de distemper canino, recomendando evitar el contacto de poblaciones de perros domésticos de turistas y del perímetro del Parque con los zorros (Moreira y Stutzin, 2005).

En 2007 se describe un brote de DC en la isla Robinson Crusoe, Archipiélago Juan Fernández, V Región. En 85 perros enfermos, 83 fueron diagnosticados con DC y 2 con gastroenteritis, con una tasa de ataque de 66,9 casos de DC x 100 animales. Se describe   sintomatología clínica compatible con distemper canino:   anorexia, aumento de temperatura corporal, decaimiento, postración, gemidos constantes, posición de xifosis, con evidente paraparesia flácida, deshidratación; secreción mucosa ocular verde-amarillenta, bilateral y secreción nasal mucopurulenta, bilateral; disnea, dolor abdominal a la palpación, dolor paralumbar como respuesta a compresión de zona paravertebral lumbar, aumento de volumen en articulación carpiana, diarrea acuosa de color café- amarillento. En  vejiga se encontraron abundantes  cuerpos de inclusión eosinofílicos intracitoplasmáticos (Jara, Matus y Moreira, 2007).

El DC en el mundo parece haber aumentado en las últimas décadas (Martella, 2008). En Chile como en muchos países del mundo el distemper canino se sigue presentando a pesar de la vacunación.


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