MEMORIAS DE UN MÉDICO VETERINARIO CHILENO
PATRICIO BERRÍOS ETCHEGARAY
LA MEDICINA VETERINARIA Y YO. I.-
Patricio Berríos Etchegaray. Médico Veterinario, doctor en Filosofía (Ph.
D) y profesor titular de la Universidad de Chile.
¡La medicina veterinaria y yo, 1957 -
2021!
Mi vida profesional se ha desarrollado en el ámbito de
la medicina veterinaria y específicamente en la especialidad de la virología
animal proyectada a la investigación y docencia universitaria.
En este anecdotario personal me referiré a la medicina
veterinaria y a Patricio Berríos Etchegaray, enmarcada en la investigación de
los virus animales y la enseñanza de los virus y sus enfermedades en los
animales domésticos a nivel universitario.
Quisiera explicitar tres situaciones que fueron
realmente importantes en esto de la medicina veterinaria y yo. Situaciones
primordiales que se refieren a cómo entré a estudiar veterinaria, a cómo entré
a trabajar en el área de veterinaria, y finalmente a cómo entré a la
universidad a enseñar mi especialidad.
a) De cómo
entré a estudiar veterinaria en la universidad
La verdad es que nunca en mi vida preuniversitaria
había conocido a un veterinario, ni tampoco sabía lo que era la veterinaria...
ni había oído hablar de veterinarios ni de veterinaria. Sin embargo, debo
reconocer que había conocido a un médico cirujano actuar como veterinario, a mi
papá lo vi actuar como veterinario cuando salvó a nuestro perro un Setter
Irlandés, adiestrado como conejero, aunque era perdiguero sin cola, el que
había sido envenenado con estricnina, y estaba en las últimas. El Dr. Berríos,
obstetra, le aplicó lentamente, con esa calma proverbial que tenía mi papá, por
vía intravenosa, un anestésico que contrarrestó la acción del veneno. Por otra
parte, mi papá controlaba el estado sanitario de las carnes faenadas en
Curepto. No había veterinario en el pueblo, insisto. Las clasificaba en grado 1
y 2, si lo hacía en 2 llegaban los carniceros a reclamarle porque obviamente
esas carnes grado 2 tenían menos precio... Incluso mi papá una vez diagnosticó
rabia en cerdos en Hualañé. Todo un veterinario infectólogo.
Entré a estudiar veterinaria en forma circunstancial.
Por una sumatoria de casualidades que no son más que parte del destino de cada
uno, destino escrito desde que uno nace… No tenía excelentes notas en el
secundario, y la verdad es que tenía más afinidad por las letras que por la
biología...pero en el Bachillerato de aquel entonces obtuve un buen puntaje de
29 puntos sobre 35 como máximo. Lo que me animó a presentarme a medicina en la
"U". No quedé. El último que entró lo hizo con 606 puntos y yo obtuve
602, pero... en el rango 602 y 606 puntos había unos 200 postulantes….
Con mi amigo Rodolfo Iglesias V., compañero de curso
en el Instituto San Martín de Curicó, hijo de un ingeniero agrónomo apodado
"el veterinario" porque trabajaba en conejos, a quien conocí en la
Escuela Agrícola de Molina y en la de Romeral, nos presentamos a veterinaria de
la "U" y quedamos aceptados. Recuerdo que el Sr. Palacios secretario
de la Escuela de Medicina Veterinaria no nos quería inscribir porque teníamos
puntajes demasiados altos para veterinaria… Gracias a un empujoncito del Dr.
Lautaro Pinochet V. pasamos esa extraña barrera y fuimos admitidos en la “U”.
Recuerdo que entramos a clases a fines de mayo, atraso debido a que la nueva
construcción no tenía los vidrios puestos, se trataba de la nueva escuela de
medicina veterinaria, un moderno edificio que reemplazaba a la antigua escuela
ubicada en la Quinta Normal.
b) De cómo entré a trabajar en veterinaria, en
fiebre aftosa
Instituto Bacteriológico. Actualmente Instituto de
Salud Pública
Parece ayer cuando empecé a trabajar en fiebre aftosa
en el Instituto Bacteriológico, donde ingresé llevado por una sumatoria de casualidades.
Habían pasado sus buenos meses sin encontrar trabajo, adonde iba a buscar pega
me encontraba con murallas políticas que mi escasa vocación por alguna
especialidad veterinaria no lograba sortear. Incluso, debo reconocerlo, estuve
a punto de firmar por el Partido Radical ayudado por el Diputado radical Juan
Martínez-Camps (guatemalteco, o sea de izquierda) padrastro de una amiga mía;
don Juan era una bellísima persona muy culto, muy refinado, y a su vez empujado
sutilmente por mi abuela materna, que se estaba muriendo de cáncer hepático,
quien me dijo casi textualmente: Pato, si no firmas por un partido no vas a
encontrar trabajo en Chile, hazlo y mantén tu manera de pensar. Siempre le
agradecí a mi abuela sus consejos porque era tan realista y práctica. Ella
falleció un par de meses antes que yo entrara a trabajar...
Pero, en fin, no alcancé a firmar por nada, porque por
una casualidad del destino ocurrió que un día fui al centro de Santiago a
retirar unas fotos de mi mamá, cuando me topé con un compañero de curso ya
recibido y que estaba trabajando en el SAG, quien al enterarse de que no tenía
pega alguna, me comentó que en el Instituto Bacteriológico había algo a la
pinta mía. Le contesté, medio amargado, que mis amigos del Instituto no me habían
considerado, ni me habían llamado, ni nada. Ante esto mi amigo Gastón Ferriére
B. (QEPD), me retó y me dijo que fuera inmediatamente a hablar, directamente, y
que me moviera y no estuviera sentado esperando que la montaña viniera a mí. Le
hice caso!
En el Instituto Bacteriológico el Dr. Miguel
Norambuena G. me pasó un libro de virología, Medical Virology, al que llamaban
por el apellido de su autor o sea “el Rivers”, para que lo leyera y lo
comentáramos el próximo lunes (era un día viernes). Lo leí con mi mal inglés, y
el día lunes le contesté a su pregunta de cómo había encontrado el libro,
diciéndole que la parte de las enfermedades virales del hombre como la viruela,
la varicela, el sarampión y la poliomielitis, entre otras, las conocía porque
mi papá era médico cirujano y él hablaba de esas enfermedades habitualmente...
pero... que con respecto al capítulo de físicoquímica y bioquímica viral no
había entendido nada, absolutamente nada, bueno …casi nada, consecuentemente me
paré para retirarme expresándole, sin embargo, que me gustaban los virus desde
que había hecho microbiología en la Escuela de Medicina Veterinaria. Ya me iba
cuando el Dr. Norambuena grita, con su inefable vozarrón, traigan un delantal
para el Dr. Berríos que se queda a trabajar con nosotros. Ante mi cara de
extrañeza, me dijo que esto se debía a que yo había sido el único postulante al
cargo que le había dicho la verdad. Así empecé a trabajar en el diagnóstico de
la fiebre aftosa mediante la prueba de fijación del complemento. Así empecé en
el extraño y apasionante mundo de los virus.
No duró mucho la afinidad con mi jefe, que al pedirme
que usara corbata en el trabajo, yo le manifesté que no me gustaba usar corbata
y menos en un laboratorio, en que estaba casi solo y con mecheros muy cerca. A
la segunda que le dije lo mismo, me gritó ¡Póngase corbata Dr. y punto! Me la
puse sin antes decirle: Por suerte Ud. es socialista! Hasta ahí no más llegó la
empatía inicial. Nunca fui patero, ni adulador…
Duré 3 años y 3 meses en el laboratorio de fiebre
aftosa, no sin antes haber viajado a Maracay Venezuela a un curso que trataba
sobre Virus Vivo Modificado. En el intertanto me casé. La verdad es que en esa
época no sabía mucho de virología ni de inmunología, menos de infecciosas,
salvo algo de fiebre aftosa.
c) De cómo entré a trabajar como docente en
la Universidad
Por una gran casualidad ingresé a ejercer en la
universidad. Iba un día caminando por un pasillo de los laboratorios de la
Sección Microbiología Veterinaria del Instituto Bacteriológico cuando sentí, y
no exagero, que todo mi cuerpo me decía alarmado, ¡no pierdas la oportunidad de
irte a la “U”, recuerda que hay una beca para ir a estudiar virología a EE. UU!
Le hice caso a esa rara premonición, y al día siguiente me fui a hablar con el
decano de medicina veterinaria Dr. Ramón Rodríguez T, virólogo aftosólogo,
internacional, quien, gracias a mis escasos antecedentes adquiridos en el
diagnóstico de la fiebre aftosa, me propuso para un cargo de ayudante de
Microbiología, al cual ingresé exactamente 10 años después de haberlo hecho al
primer año de medicina veterinaria en la Universidad de Chile.
Así me hice veterinario, virólogo y docente
universitario. Así me hice adulto, paso a paso, momento a momento, con algunas
peripecias anecdóticas que luego pasaré a contar!
En los inicios de mi vida pre medicina veterinaria…
Yendo hacia atrás, bien hacia atrás, en los inicios
consciente de mi vida, recuerdo que en Santiago, al ir al kindergarten en la
Escuela N° 20 de Recoleta, el primer día de clases llegué indignado a la caso
alegando que ¡No me han enseñado nada! ¡No he aprendido nada! No cabe la menor
duda que siempre he sido un inconformista.
Por otra parte, siempre me he reído de este cuento que
contaba mi mamá, decía ella que al pasar por un colegio y ver salir a las
niñitas yo decía: ¡Tantas chichillas mamá! ¡Tantas chichillas mamá! Desde chico
igual...
Una cosa buena, recordaba mi mamá que un día los dejé
sin pan porque el que había en casa se lo regalé a un hombre que andaba
pidiendo pan. Sí, es cierto, siempre he sido así... El lado malo, cuando me
daban rabietas sólo podían aplacarme tirándome un balde de agua fría en la
cabeza, y listo... También me acuerdo de haberle robado un molinillo a mi tía
Etelvina Mella en su propia casa, y sólo me pillaron cuando me saqué una
chomba, y allí debajo estaba el pequeño molinillo. Sin comentarios. La última,
con un amigo nos metíamos el brazo doblado en la manga de la camiseta, y sólo
se veía el codo como un muñón, luego pedíamos plata en la calle como inválidos
¡Ja! Obviamente causando gran disgusto a mis padres...
En aquella época tuve tos convulsiva que casi me sacó
de circulación, tan fuerte me dio que mi papá había considerado llevarme a
volar sobre Santiago para que me mejorara por el aire limpio y puro de las
alturas. Recuerdo unas tremendas jeringas (serían de 5 o 10 ml) con que me
inyectaban algún medicamento. Antes que se me pasara la mentada tos convulsiva,
quebré un termómetro en la cama, y mi papá armó un escándalo aseverando que el
mercurio era tóxico. Yo jugaba con las bolitas de mercurio las que eran tan
fluidas y corrían suavemente por las sábanas... Otra de enfermedades, siempre
fui muy sensible de las vías respiratorias las que se me tapaban con extrema
facilidad, por aquel entonces me dieron una gotitas de un descongestionante
dulcecito, que me gustó mucho y en cuanto tuve la oportunidad me tomé todo el
frasquito, por lo que dormí un día entero, despertando bien descansado y sin la
molesta congestión nasal.
1. De Santiago a Calbuco
Calbuco cuando era una isla
De Santiago nos fuimos a vivir a Calbuco. Ya tenía dos
hermanas. Seguramente nos fuimos en el tren que llegaba a Puerto Montt. De allí
a Calbuco en barco, probablemente en el vapor Lemuy…
Tengo un vago recuerdo de la pieza de la pensión
Bellavista ubicada a una cuadra de la plaza del pueblo, y cuyo dueño era Don
Carlos Potoff junto a la Sra. Adela Potoff., por semejanza a la empleada y a su
hijo les decía Ana Potoff y chino Potoff… Toda una familia alemana… Semanas después de nuestra llegada nos
fuimos a vivir a la casa de Don José Guerrero, papá de mi amigo Harold Guerrero
Alcalde (QEPD).
Dos cosas eran comunes en el Calbuco de aquel
entonces, los piojos y los parásitos intestinales. Recuerdo que mi papá contaba
que la Sra. Adela Potoff se frotaba (como una oveja con sarna) contra una pared
de su casa para la picazón de los piojos, y ella decía que no eran piojos sino
que eran garrapatas de la Patagonia. Yo no lo hice mal, un día en que andaba en
la cancha de fútbol, sentí una molestia rara en el ano, pensé que me había
hecho caca y me fui para la casa, mientras la molestia seguía y se movía. Mi
abuela me bajó los pantalones y por el calzoncillo iba serpenteando un colorado
ascaris que ni mi mamá ni mi abuela se atrevieron a tomar, por suerte, la
empleada más acostumbrada a esos avatares parasitarios, lo tomó y lo botó…
Desde aquella época no puedo ver a nada que serpentee, ni en los prácticos de
Parasitología podía tomar un parásito, al parecer adquirí una suerte de fobia.
El mar de Calbuco era hermoso, de un azul bellísimo.
Llovía siempre o casi siempre, y llovía con ganas, a cántaros, pero eso era lo
normal para la zona. Recuerdo que cuando había sol corría el viento sur muy
frío y penetrante. En esos días de sol la gente salía en botes a las playas
vecinas de picnic. Así un buen día domingo asoleado se había quemado gran parte
del pueblo, constituido casi totalmente por casas de madera con techos de
madera de alerce. De ese incendio, ocurrido algunos años antes que llegáramos a
vivir a Calbuco se contaban algunas anécdotas que impactaron la mente de un
niño como yo, la más penosa se refería a una viejecita que al volver al pueblo
todavía en llamas, preguntaba por su casa que se había quemado enterita, pero
un vecino le informó que habían alcanzado a sacar todas sus pertenencias, lo
que alegró mucho a la viejecita que al preguntar por su payasa (cama de paja)
que no veía en ninguna parte, se dio cuenta que no la habían sacado por
encontrar que no valía la pena, como le dijo un vecino; desgraciadamente allí
tenía guardada toda su plata que se quemó y se fue en humo… La otra historia se
refería al Hotel que estaba en la Puntilla, donde mismo está ahora el Hotel
Calbuco, hotel grandote para la época que como estaba alejado del pueblo en
llamas, mucha gente llevó a guardar sus pertenencias en el edificio que por su
tamaño así lo permitía, hasta ahí todo iba bien hasta que un tambor de petróleo
voló por los aires y cayo justo medio en medio del gran hotel quemándolo junto
a los enseres guardados. Demás está decir que los incendios eran cosa seria en
Calbuco. Los bomberos tenían una bomba de incendios sin motor, tirada por
mismos voluntarios, y que tiraba agua con la fuerza de los bomberos que movían
hacia arriba y hacia abajo una suerte de palos que actuaban como palancas. A
propósito de incendios, tal era el pánico que causaban en los pobladores, por
la cercanía de las casas, que cuando sonaban las campanas de incendio, todos
salían a ver dónde era el siniestro. Yo recuerdo que cuando veníamos a Santiago
y sentíamos sonar las sirenas de incendio, nos poníamos nerviosos igual,
olvidándonos de lo grande que era Santiago y que generalmente los incendios
eran bastante distantes.
Calbuco era una isla en aquel entonces. A Puerto Montt
se viajaba en lanchas a motor, recuerdo la Helvetia, la Santa María y la
Mercedes, y los vapores Lemuy, Trinidad,
Alondra, Villarrica, Chacao, Puyehue, Taitao, Dalcahue, entre otros que
he olvidado.
Vapor Trinidad
Por supuesto que en Calbuco no había niño que no supiera remar, en cuanto
a nadar, no sé, probablemente no porque los chilotes eran muy buenos marineros
pero no sabían nadar, y cuando las famosas lanchas chilotas se daban vuelta de
campana por el viento llamado weste, se ahogaban envueltos en sus mantas y
dentro de sus lanchas…
Yo remaba bastante bien. Un día de sol, salimos con mi
tía Mariuja a andar en bote acompañados de la Alejandra, mi hermana mayor,
cruzamos hacia San Rafael, y como el mar estaba calmo y hermosamente azul,
seguimos remando hasta la isla Helvetia a la que circundamos por el lado este y
de norte a sur. Todo bien, la mar en calma, azul y en partes de poca
profundidad, hasta que enfrentamos el sur, y allí estaba el viento sur y las
olas más o menos grandes que nos tiraron hacia la playa. Justamente había un
asado o curanto de las autoridades del pueblo, que nos recogieron y nos
llevaron a remolque a Calbuco. Demás está decir lo enojado que estaba mi papá
con su hermana, porque en realidad fácilmente nos habríamos podido ahogar…
Isla Helvetia
Un buen día de aquellos, antes de Pascuas se me
ocurrió entrar al living de la casa y mirando por aquí y por allá, descubrí un
montón de regalos detrás de un sofá. Allí estaban los regalos de Pascuas!!!
Poco antes me había agarrado con un amigo que decía que el viejito pascuero no
existía. Fue una verdadera pelea de perros callejeros, cerca de la plaza, que
tuve la suerte de ver en una película que había tomado el curita holandés que
ejercía en Calbuco. Una toma digna de verse…
En esta casa viví en Calbuco (1945 a 1947)
La casa en 1985!
Calbuco tenía varias fábricas conserveras. Había mucho
pescado y mariscos. Y grosellas y murtillas. No olvido las centollas, esos
arácnidos rojizos y espinudos que parecían arañas recién vestidas para la
batalla, también recuerdo las ostras que costaba tanto abrirlas, los congrios y
róbalos, todos juntos en grandes curantos con chapaleles y milcaos. También
recuerdo a las navajuelas, duras como palo y que se vendían como cuelgas. Toda
una gastronomía chilota de primer orden. Las ostras y granos se vendían en
almudes. El almud era un cajoncito de madera que contenía unos 8 kilos de
ostras o de papas. Era de origen español. Una anécdota: a mi papá le iban a
vender congrios todavía aleteando a la puerta de la casa, pero, mi abuela se
dio cuenta que cobraban el doble del precio que tenían en la playa, todo porque
los pescadores decían y creían que mi papá tenía harta plata, lo que
comparativamente era en parte cierto.
Un día que fuimos a Puerto Montt tuve unos terribles
dolores de guata, y nadie me hizo caso; todos se fueron a escuchar a una banda
musical dominguera y yo volví a la residencial ...que unos meses después se
quemó… Meses después me volvió el problema harto doloroso, y mi papá
diagnosticó apendicitis, por un poco mi mamá me mata al pensar darme un purgante…
en la misma tarde me bajaron a la playa arriba de un caballo de carabineros y
de ahí en lancha a Puerto Montt… en Angelmó me esperaba una ambulancia y al
otro día me operaba el Dr Osnoviscoff o algo así. Por supuesto que me opuse a
la anestesia y me saqué la mascarilla, pero minutos después dormía
profundamente. Desperté con mucha sed. Al otro día desde un ventanal del
Hospital veía como reflotaban al vapor Chacao que se había hundido al soltarse
del dique que lo contenía…salió bastante oxidado, todo mohoso y de color café
rojizo. Luego de ser reflotado volvió al servicio en los mares del Sur como si
nada hubiera pasado. Anécdota colateral: el famoso Dr. que tuvo a bien
operarme, era un jugador empedernido, cuentan que una vez apostó a su señora y
la perdió, la verdad es que no se contaba nada más al respecto…
Teníamos un gatito plomo y bonito, apodado el Fan Fan,
que un día se perdió. Alguien lo sintió maullar en el pozo negro en que se
hacían las necesidades, al menos en esa casa calbucana de madera y con techo de
alerce. Junto al gato había dos gallinas famélicas que se habían perdido días
antes. Se sacaron con baldes, se lavaron y siguieron su vida como si nada
hubiera pasado, incluso una de ellas constituyó el plato fuerte de una cena a
la que había sido invitado mi profesor Don Dagoberto Barría B. ¡Mi mamá se
escondió en la cocina porque le daba asco que se estuvieran comiendo la gallina
que había estado sus buenos días comiendo pura caca!...
En la Escuela Pública de Calbuco donde cursé desde segunda
a gran parte de la cuarta que terminé en
Curepto, tuve algunos compañeros inolvidables, el Pancho Tarro con quien
pintábamos barquitos que nosotros hacíamos; el Michi-michi a quien aposté que
me tiraba del techo de la cocina de la casa en que vivíamos, le gané pero quedé
muy adolorido de las piernas por el golpe que me di al caer… Pedro Barría, el
Peyuco, el mejor alumno del curso, yo era el segundo, el Pancho Tarro, Eduardo Cárdenas, Harold Guerrero Alcalde que
ya en aquel entonces era un radical de izquierda, y no es chiste, Ayolis como
le decíamos murió en el exilio en Venezuela… Y la Gladys Vera Andrade y sus
hermanos Lucho y Sonia.
Con mi amigo calbucano Pancho Tarro (1985)
en su casa en Calbuco y con mi amigo cureptano Aquiles González Castro (1985)
en Ancud.
Hay algo que nunca olvidaré de Calbuco de su mar trasparente
y azul, fue un buzo que se veía clarito con su escafandra en aguas poco
profundas. Hermoso espectáculo. Además, el fondo marino estaba lleno de conchas
de tacas (almejas) y de locos que resaltaban por su blancura en el lecho
pedregoso. Por supuesto que no entendía cómo el hombre envuelto por el antiguo
traje de buzo no se ahogaba… Tampoco
olvidaré la lluvia fuerte y persistente que era normal en Calbuco. Recuerdo en
un fuerte temporal, llegaron a buscar a mi papá para ir a ver un enfermo de una
isla vecina, y él tenía sus dudas de embarcarse en un chalupón, pero lo
convencieron al decirle que el cura ya estaba en el muelle…
El Peneca y El Cabrito revistas de niños
que leía en Calbuco
Dejé para el final de mi paso por Calbuco el recuerdo
de mi amiguita con quien fui paje de la reina de las fiestas de la Primavera de
Calbuco, se llamaba Gladys Vera Andrade, a quien nunca más ví!
Con Gladys Vera Andrade, pajes de la reina
en fiestas de la primavera de Calbuco (1946)
¡De Calbuco que era una isla, ubicada en el Seno de
Reloncaví a unos 45 minutos de Puerto Montt en vapor, nos fuimos a vivir a
Curepto, un pueblito agrícola ubicado cerca de Iloca a la costa de Curicó,
pero, que en realidad pertenece a la provincia de Talca!
Calbuco en la actualidad. Ya no es una
isla…
2.- Mi paso por Curepto
De Calbuco a Curepto, o de un pueblito rodeado de mar
a otro rodeado de cerros. Vaya cambio. De los moscardones a los zancudos, de la
arena a la greda, de las grosellas y murtas o murtillas a las zarzamoras. De
los bosques de avellanos a los bosques de pino o eucaliptos; del mar a la
erosión y dunas de arena… De los botes a las carretas y caballos… De los barcos
a los trenes...En fin todo un cambio, la greda con que hacía cacharros me
produjo alergia y se acabó mi vena artística, para que decir el litre
alergénico, hasta que aprendí que hay que saludarlo tres veces y así no pasa
nada…Y no llovía nunca. Un día cayeron unas gotitas de agua, nada que ver con
los aguaceros del sur… y salimos de la casa a ver llover en Curepto…
Curepto era bien huaso! De dónde venís le preguntaron
a un hombre de los cerros, de Rapilermo contestó, y adónde vay, a Cureuto, y
que llevay ahí, sandillas, tumates, cirguelas y uraznos, y que vay a hacer en
Curepto, voy al Espital… Cierto, ciertísimo, así hablaban los huasos, no como
en Calbuco que lo hacían cantadito… y en muy buen español…
Mi hermana Ariela nació en Curepto el 20 de abril de
1948.
Vivíamos en un chalet que lo construyó el Dr Leigh,
hermano del colega Leonel Leigh F. La calle se llamaba Caupolicán. Una vez que
lo compró el obispado de Talca nos fuimos a vivir a una casa que compró mi papá
en la calle Mateo de Toro y Zambrano, esquina del estero, casa que ya no existe
porque fue demolida después del terremoto.
En esta casa viví en Curepto
En Curepto había tres o cuatro automóviles y dos
camiones el del Lulo y el de Jiménez y el jeep del cura norteamericano de los
Mericknoll; mi papá se compró un Ford 35 descapotable (convertible) patente XG
371 Ñuñoa (No lo olvido) … en ese autito aprendí a manejar solo. Bueno en
Calbuco sencillamente no había autos ni nada parecido, en aquel entonces…
En Curepto recuerdo tantas carretas chanchas (de rueda
chica), tantos bueyes; trillas a yeguas, carreras de caballo a la chilena…
recuerdo el olor a pasto seco en el verano, la clara agua del estero, el puente
de la Laguna y los cerros de la cordillera de la costa típicos…
El puente de la Laguna
Recordados amigos de Curepto: Aquiles González (El Quilo), Antonio Concha
(Toño), Estrellita Castro, Fresia Flores, Mario Gajardo, Oriana Gajardo, Gladys
Gajardo, Willy Gajardo, Julia González, Edith González, Quena González,
Tegualda Rojas y hermanas, Sila Barrios y hermanas, Lalo Misle, el Chito Veliz,
el Pitío Andrade, los mellizos González, entre otros.
En Curepto era un fanático de la bicicleta, tenía una
Centenario aro 38 de carreras. Con ella un día fui a Licantén solo. Con la
bicicleta de mi hermana aro 24 de paseo subí el cerro que llega al cementerio
lo cual no era nada de fácil…
En bicicleta hacíamos muchos paseos algunos en familia
ya que hasta mi mamá tenía su bicicleta. Una vez le pegué justo a la única piedra
grande que había en el camino y me saqué la cresta. Otra vez con la Quena
González nos chocamos y nos descrestamos frente a la casa de la Julita
González.
De los paseos al campo nunca olvido cuando íbamos a la
casa de los padres de la Quena González en un campito que tenían en el Rodeo, a
comer chancho en piedra. También íbamos a ese sector con el Toño Concha a las
trillas y a la comida de trilla en un lugar que tenía su tía Estela. Tampoco
olvido cuando íbamos con el Toño Concha al estero a cazar ranas y destriparlas
para estudiar su anatomía.
Una vez estuve invitado al fundo de la Sra Margarita
Gajardo que quedaba al borde del río Mataquito y ahí tuve la oportunidad de
balsear el río hasta la playa del fundo
Lora, remando yo lo que no había olvidado de Calbuco.
Ahora recuerdo que lo más parecido a veterinarios eran
los mariscales de carabineros, que atendían y herraban a los caballos de
carabineros. Y harto que anduve en esos caballos, (mi papá era médico de
carabineros). Nunca me caí en esos caballos, pero si en una yegua de gran
alzada, corriendo en un fundo, frente a l fundo Lora, o sea al otro lado del
Mataquito. Quedé inconsciente con el golpazo y rota la cara…
En Curepto vi matar gallinas apretándoles el cogote
contra el brazo, matar cerdos con un cuchillazo en el corazón, y a los pavos de
un hachazo en el cogote. Cosas del campo… Un buen día mi papá les aconsejó a
unos huasitos que construyeran un pozo para hacer sus necesidades, y ellos
contestaron que no porque qué iban comer las gallinitas…cosas del campo de los
´60. Tantas carretas chanchas (de rueda chica), tantos bueyes; trillas a
yeguas, carreras de caballo a la chilena… recuerdo el olor a pasto seco en el
verano, la clara agua del estero, y los cerros de la cordillera de la costa
típicos… Y tanta fruta, sandías, uva que no había en Calbuco. Y las flores
hermosas de Calbuco dalias y amapolas, y en Curepto las famosas camelias
blancas y rojas! De mi mamá heredé el amor a las flores, y yo le dediqué mi
amor a las flores silvestres como el dedal de oro (Scolcia californiana)…
Pero… a Curepto sólo lo conocí en vacaciones porque estuve
interno en el Liceo de Hombres de Talca, donde terminé mis preparatorias y
luego en el Instituto San Martín de Curicó, colegio donde terminé mis
humanidades. Estas vivencias estudiantiles fueron fundamentales en mi vida pre
universitaria. En ambos colegios tuve muy buenos profesores, a la antigua los
del Liceo, y muy pero muy eficientes los “mochitos” del Instituto. Por recordar
algunos del liceo de Talca, el barraco Mariano González, el pelao Carlos
Marchant, la zorra Villarroel, la Marta Pezoa, monsieur Aguilera, el
temblorcito Norambuena, don Guillermo Solar Cruz, el señor Rubén Valdez (el
pagüeta), “topaze” Gastón Lagos Urbeta, entre otros. Y de los maristas, los
mejores el “palmeras” hermano Pedro Estalisnao, el “micrón” hermano Hilario, el
hermano Juan Epifanio, el hermano Víctor y el hermano Cristóbal, viejito pero
sabihondo; todos ellos exigentes y de primera, realmente eran buenos
profesores, todos ellos.
Amigos que recuerdo del internado del LHT: Tomás
Laurie Luengo, Abel Segovia y hermanos, Zenón Cornejo Galaz, Hugo Arellano
Valdéz, Osmán Pérez Chacón, Federico Araneda Fuentes, Omar Oyarzún Salazar
(QEPD), Claudio Morales Bahamondes, Claudio y Mario López, el turco Jadue, Abel
Segovia y hermanosSergio Lutjen Changaroti, Nazary Itech, Jorge Giacaman
Bendek, entre otros.
En el internado cantábamos: “Quiero ser del internado,
donde la vida es mejor, donde la vida es mejor, en la puerta hay un candado y
en la mesa un inspector; los primeros y los quince sábanas hay que
cambiar...” Y recitábamos: “Por la
pucha, pucha Diego, Diego Portales, Portales Fernández, Fernández Concha,
concha de tu madre, madre cordero, Cordero Compañía, Compañía de gas, gas
pobre, pobre huevón, ¿tenis un peso que me prestís??”
Como apoderados en el LHT tuve a don Luis Contreras
Rueda, Hugo Jara Poblete, y al Dr. Hernán Parraguez. El teniente Contreras me
llevaba el día Lunes en bicicleta al internado, no olvido el frío que sentía en
las piernas sentado en el manubrio; Don Hugo me compraba todo lo que yo le
pedía, no lo olvido; y al Dr Parraguez que me invitaba todos los domingos a su
casa donde compartía con su señora, el Chicho Parraguez (QEPD) y la Patricia
Parraguez futura pianista que actualmente vive en EE.UU.!!!!
Del Instituto San Martín de Curicó recuerdo a varios
compañeros: Rodolfo Iglesias Vallejos (QEPD), Benjamín Mellado, Juan Camilo O.
(QEPD), Claudio Quezada, Juan Pedro Carrasco, Guillermo Toledo (QEPD), Pancho
Toledo (QEPD) , el chico Jaime Boetto (QEPD), Carlos Fuentes y hermanos, Manuel
Esteban, Mario Núñez y Sergio Correa de la Cerda. Y Tomás Bravo Cuervo, abogado
de la U de Chile, amigo hasta ahora…
En el estadio de La Granja con Claudio
Quezada, Juan Pedro Carrasco y yo. Con tenida de internado! 1953
Durante 4 años viajé en tren de Licantén a Curicó
(tren de trocha angosta), y de Curicó a Talca, y los últimos años sólo de
Curicó a Licantén. Una vez viajé solo a Santiago en tren, partí en tercera clase
desde Talca y llegué a Santiago en primera clase. Nadie me dijo nada porque era
un niño...
Anécdotas de aquella época hay muchas, pero las dejaré
para otra oportunidad. Valga recordar que una vez, en 1948, fui elegido
representante de mi curso para asistir a un evento en el Liceo de Niñas de
Talca, no olvido a las chiquillas con sus hermosos trajecitos, sus bailes y sus
actuaciones… En el Instituto fui obligado por mis malas notas en música a
ingresar al coro del colegio, lo que hice con gran gusto y con gran mala voz,
incluso canté en la catedral de Santiago para un 8 de diciembre con la suerte
que mi mamá que estaba en Santiago, asistió, y se dio cuenta que estaba yo
porque según ella, el que desafinaba era su hijo… También recuerdo que en 6°
Humanidades los alumnos de todos los cursos me eligieron como el mejor
compañero del colegio. Una gran cosa para mi!!!
Volviendo a Curepto propiamente tal, recuerdo los
velorios que duraban toda la noche, con comida y trago, y hartos chistes…
recuerdo haber visto, cerca de mi casa, a una guaguita muerta, exhibida en una
ventana y muy adornada con cosas de colores. Vi algunos muertos en la morgue
del Hospital, a donde tenía entrada liberada... Recuerdo a una chiquilla
totalmente azul, muerta por problemas cardíacos y a un ahogado en el río Mataquito
que ya estaba verde…No olvido haber acompañado a mi papá a realizar una
autopsia a un señor enterrado una semana antes. Le abrieron la cabeza y mi papá
rápidamente dictaminó que había muerto por un golpe contundente…la verdad es
que lo que no olvido es el hedor que despedía, terrible, espeso…
Un día en que andaba en bicicleta por el pueblo, por
la calle Lien, vi un tumulto en una casa y me bajé a ver que pasaba, se había
matado un señor de un balazo en la cabeza y todo estaba disperso, pegado en una
pared… en eso estaba, medio espantado, cuando alguien me agarra de un brazo y
me echa para afuera, era mi papá que junto al cura y al juez eran los primeros
en llegar a constatar este tipo de macabros hechos… En Calbuco era algo
parecido, recuerdo en un gran temporal, llegaron a buscar a mi papá para ir a
ver un enfermo de una isla vecina, y él tenía sus dudas de embarcarse en un
chalupón, pero lo convencieron al decirle que el cura ya estaba en el muelle…
Ahora, me han contado que en esos pueblitos de no más de 3.000 habitante, hay 2
ó 3 médicos, con ambulancia y buenos hospitales, nuevos como el recientemente
inaugurado en Curepto… Con buenos Liceos, por lo que me imagino que los cabros
no tendrán que ir a estudiar a Curicó o a Talca…
Un día me arranqué de mi casa, enojado y furioso,
caminé unos 4 kilómetros hacia Licantén. No pensaba volver, pero, un camión con
gente se paró cerca del puente donde yo estaba, y me subí pero volví a la
casa... Algo de gatos, un día, en verdad en la noche, una de las gatas parió en
mi cama sobre mis pies... toda una experiencia veterinaria. Otra: teníamos una
gatita, la gatita alzada, que mi mamá se la regaló a una viejecita del campo la
señora Peta (Petronila) que vivía lejos del pueblo. Echábamos de menos a la
gatita alzada tan dulce y bonita, pero brava, hasta que apareció de nuevo en
casa, nunca supimos como lo hizo para volver, yo sí lo supe, en camión.
Mi primera comunión en Curepto en la
parroquia del Hospital. 1960
Vuelvo al Instituto curicano, cuando íbamos a jugar
fútbol al Estadio La Granja, volvíamos al internado y nos pasábamos a tomar una
cerveza al local de la Sra. Zenobia que estaba en la esquina enfrente del
colegio… o cuando en 6° año íbamos a escuchar música en un Burlitzer que tenía
un localcito cercano a la estación de ferrocarriles, por supuesto nos tomábamos
1 ó 2 cervezas, no más, hasta que unas señoras de cierta edad nos acusaron,
porque nuestro uniforme nos había delatado como alumnos del Instituto San
Martín el colegio más “high” de Curicó…y hasta ahí llegó nuestra incursión por
la vida…
Equipo de ping pong del ISM de Curicó.
1955.
Equipo de basquetbol del ISM de Curicó.
1985
No cabe la menor duda que el Bachillerato de aquel
entonces, marcó la transición de mis estudios de las humanidades a los de
Medicina Veterinaria. Tuve mucha suerte en el mentado Bachillerato, en el
sorteo de asignaturas a rendir me tocó francés, zoología y física. Obtuve 29
puntos distribuidos de la siguiente manera: un 6 en Comprensión Redacción
(nunca bajé de 6 en los ensayos), un 5 en historia (no me acordé de quienes
eran Los tres Antonios), un 6 en francés (con un artículo muy parecido al
castellano), un 6 en Zoología (con antiparasitarios y cosas parecidas que
conocía desde Calbuco), y un 6 en Física, en un examen oral en que pasé a la
pizarra muerto de miedo, mi dictaron un problema y yo dije aquí estoy frito,
pero era solamente una sumatoria sobre valores obtenidos por las leyes de
Kirkov o algo así, con la trampita que había que manejar fracciones, y como yo
sabía, obtuve un resultado concordante con el esperado. Con estos 29 puntos
salí hasta en el diario La Prensa de Curicó, como los mejores puntajes de esa
temporada junto a Benjamín Rodrigo Mellado V.
En ese año mi papá se trasladó a Santiago, y yo empecé
a estudiar veterinaria en la Chile, lo que en sí mismo es otro cuento… y desde
allí empecé realmente con la medicina veterinaria y yo!
LA MEDICINA VETERINARIA Y
YO. II.-
I.- Mis estudios de medicina veterinaria
en la “U” de Chile
Hice 5 años de medicina veterinaria propiamente tal y
un 6° año de producción animal. Obteniendo dos títulos, uno de Médico
Veterinario, y el otro de Licenciado en Ciencias Pecuarias y Médico
Veterinarias.
Antigua Escuela de Medicina Veterinaria de
la U de Chile
La promoción del ’57 tuvo la suerte de inaugurar el
nuevo y moderno edificio que reemplazaría paulatinamente a la antigua Escuela
de Medicina Veterinaria ubicada en la Quinta Normal. Inicialmente compartía las
antiguas clínicas y los pabellones de Anatomía y de Patología. Esta escuela
estaba a metros del Museo de Historia Natural y de “la casa de botellas”,
construida en su totalidad por botellas de vidrio. Allí nos tomábamos, de vez
en cuando sus botellitas de cerveza…
Curso de Medicina veterinaria U de Chile
1957
Con el nuevo edificio, el decano H. K. Sievers, no
encontró nada mejor que aumentar la matrícula de unos 30 alumnos a 110, y sin
darse cuenta inició la sobrepoblación de veterinarios en Chile… En la
actualidad la “U” no lo hizo nada de mal al aumentar la matrícula a 140, sólo con
el fin de quitarles buenos alumnos a las escuelas de veterinaria de las
universidades privadas. De cualquier modo encuentro más razonable lo que hizo
Sievers en su época.
Parte del curso 1957 en el edificio nuevo
Normalmente en los cursos de veterinaria había 1 ó 2
chiquillas. En el curso nuestro más de 10, la mayoría muy inteligentes y
bonitas! Recuerdo que mis compañeros eran muy correctos, aunque un poco
politizados, adelantándose a la época!
En esa época salíamos mucho a los alrededores de
Santiago, al Norte y al Sur del país a conocer el medio agropecuario nacional.
Incluso fuimos a Buenos Aires a la exposición ganadera de Palermo, y a
Montevideo a conocer los mataderos y frigoríficos uruguayos. Todo pagado por la
Universidad.
En cuanto a los profesores había de todo, algunos
viejos pioneros de la profesión, que al parecer nunca tuvieron la oportunidad
de realizar estudios de post grado. De los buenos recuerdo a Roberto Donoso B.,
Hugo Díaz O., Oscar Valenzuela O., Carlos Flores del F., Julio San Miguel,
Isaías Tagle V. Francesco di Castri, Hugo K. Sievers, los dos Tapia (el bueno y
el malo, según quien opinara), entre otros.
Los programas de estudios eran bastante clásicos, muy
al estilo de la escuela francesa y de la escuela de medicina humana. Los cursos
eran anuales y se podían repetir todos los ramos, y sólo uno en abril. Si no
aprobaba en abril se repetía el año haciendo sólo un curso.
Curso de Medicina Veterinaria U de Chile
1958
Los exámenes eran cosa seria, la mayoría orales,
recuerdo haber salido mal en Biología cuando el Dr. Donoso no me aceptó mis
respuestas aduciendo que estaban buenas para el Reader’ Digest. En Anatomía (2°
año) salí mal cuando el Dr. Bedroni me entendió mal una respuesta, y se
justificó diciendo que era inconcebible que alguien pensara que el hígado
estaba adelante del diafragma, lo que yo no dije. Y punto, para marzo. Por el
contrario, en Patología con el Dr. Rodríguez (el charqui), salí bien gracia a
recordar que el ajo (Allium sativum) era hipotensor. El profe me dijo: me
ganaste por puntos, un 4, y chao. En Genética, un ramo bravo, me saqué un 6,2
en la tercera prueba con ponderación 3, pero, como en las pruebas anteriores
había estado más o menos, me hizo pasar a examen, saqué las bolitas con número
de preguntas, las contesté todas, ratificando la nota de la 3ª prueba y subí a
5 que era una muy buena nota en la genética del Dr. Tapia. Finalmente, el
último recuerdo de exámenes es del ramo de Porcinotecnia, Berríos era el primero
de la lista, y el Dr. Haardt me preguntó sobre alimentos de cerditos, no supe
nada. Para marzo y estaba en 6° año y con mi tesis casi lista. Best que me
seguía le pidió al profe que no preguntara sobre alimentación porque nosotros
no sabíamos, así lo hizo y salieron todos bien, en vista de esto los compañeros
me dijeron Pato reclama, yo contesté que la nota estaba bien puesta porque yo
no sabía nada de porcinotecnia, ramo que no me gustaba. En marzo saqué un 5 y
aprendí algo de los chanchitos.
Terminé con un promedio de 4,8 que me ubicaba en el
tercio superior del curso!
Tuve la suerte de trabajar en mi tesis con el Dr. Oscar
Valenzuela, Oscarito, de Fisiopatología y Decano de Veterinaria. Investigamos
la acción de los antibióticos en la captación de yodo y fósforo en hígado y
músculos de pollitos. Los pollos fueron regalados por un plantel avícola, y los
antibióticos por Pfizer. Trabajé todo el verano. Y la medición de la captación
de P32 y Y131 en la escuela de Medicina con el Dr. Egaña. Todo un éxito fueron
los resultados obtenidos. Y la nota: dos 7 y un 5, el Dr. del 5 argumentó que a
él no se le había consultado sobre la metodología empleada, y dejó el 5… Parece
que había algo de celos profesionales con mi profesor encargado…
En el examen de grado, tuve la suerte y la no suerte
de tener en mi comisión al decano Dr Ramón Rodríguez Toro, virólogo aftosólogo,
quien me demostró que no sabía de virus, pero, que no era culpa mía porque en
la escuela no se enseñaba virología, y por ende, había que contratar gente que
se especializara en dicha materia. Con el tiempo uno de ellos iba a ser yo…
Dejé para el final lo ocurrido en 1959. La toma de la
escuela. Teníamos problemas con el decano Sievers, por los no actualizados
profesores. Tras vanas discusiones se resolvió que lo mejor era tomarse la
escuela para llamar la atención. Y así fue, con periodistas y todo. Yo salí en
la portada de la revista Ercilla. Momentos antes había saltado la reja de la
escuela y había caído como saco de papas al otro lado, y para mi consternación
recién nos dimos cuenta que la puerta principal estaba abierta…
Por esta y otras razones parecidas mi curso fue
conocido como "curso sindicato"...
Esta fue la primera toma universitaria en el país.
Luego se haría una costumbre, hasta el día de hoy… Se fue el Decano Sievers, se
fueron muchos profesores y nuestra Escuela cambió radicalmente, mejorando en
muchos aspectos, aunque desde ese momento se politizó tremendamente.
El siguiente paso por la Universidad fue como docente
de Microbiología e Inmunología.
Pero, un poco antes de recibirme actué como médico
veterinario sin título...
II.- Jefe del grupo de veterinaria en
Chiloé 1963. Departamento de Extensión Social de la FECH. Este fue mi primera
actividad como médico veterinario.
Poco antes de recibirme de médico veterinario, fui
invitado a participar en unas jornadas de extensión de la FECH en Chiloé. Por
casualidad, quedé a cargo del grupo de veterinaria, y del grupo
interdisciplinario de Llau-llao, pequeña localidad cercana a Castro. Ese mes de
febrero de 1963 fue un tiempo muy interesante para mí. Aprendí mucho sobre
Chiloé y su gente, y especialmente del carácter, ilusiones y diferentes puntos
de vista de alumnos universitarios de otras facultades.
En 1962 el Departamento de Extensión Social de la Fech
bajo el lema "Tu profesión tiene un sentido social. Proyéctalo"
organizó un trabajo de verano en Chiloé, en las localidades de Chacao,
Dalcahue, Achao, Chonchi y Llau-Llao. La directiva de la Fech era: Fernando
Tagle Y., Presidente; Hernán Pozo M. Tesorero; M. Edith Latorre D. Secretaria,
y José Miguel Insulza S. Vocal Fech.
El día 30 de enero de 1963 salimos desde Santiago. Nos
fuimos en tren hasta Puerto Montt en dos vagones facilitados por EFE. Mi abuela
me fue a dejar y todavía la veo media tristona, la verdad es que meses después
falleció de un cáncer al hígado. Para que decir que en el viaje nos divertimos
mucho. En Puerto Montt alojamos en el regimiento a lo que yo estaba
acostumbrado en nuestros viajes que realizábamos por la escuela de veterinaria.
Desde Puerto Montt viajamos a Ancud en el vapor Trinidad. En el barquito que se
movía bastante, muchos de mis compañeros universitarios se marearon, talvez por
falta de costumbre de andar sobre el mar...
Desde Ancud a Llau-llao nos fuimos en camión. En
Llau-llao alojamos en el local de una antigua Escuela Pública. La escuelita
estaba frente al cementerio, típico del Sur con los entierros rodeados por
cercas de madera. Durante todo el mes dormimos en el suelo, yo lo hice en mi
saco de dormir, y todos nos acostumbramos rápidamente. Incluso recuerdo que
cuando volví a Santiago no podía acostumbrarme a dormir en blando...
En camión de Ancud a Llau llao. 1963
El grupo de Llau-llao estaba constituido por: Celia
Alvarado y Alberto Minoletti de Medicina, Nelly Tapia y Rosa Hermosilla de
Enfermería, Rebeca Montenegro de Educación del Hogar, Nelly Barra de Servicio
Social, Eduardo Chávez de Agronomía, Cristobal Kay de Economía, Silvia Martínez
del Pedagógico y Gustavo Quintana de Educación Física. Yo era egresado de
Medicina Veterinaria, tal vez el mayor de todos. Un agregado norteamericano era
Eugene Johnson del Cuerpo de Paz.
Otros estudiantes de veterinaria que fueron a Chiloé:
Heriberto Olave L., Gerardo Núñez, Juan Burrows, y Emilio Spiñeira que era de
Ancud.
La FECH nos aportó con E° 120, escudos de la época.
según consta en mi cuaderno de gastos, la primera inversión que hicímos fue
comprar un chuico en E° 1 el día 3 de febrero de 1963. Luego compramos
gallinas, huevos y chicha... A mitad de mes nos dieron un suple de E° 70. En mi
rendición de cuentas que indicaba un gasto de E° 182,50, devolví E° 7,5.
El trabajo de equipo se ordenó bajo los siguientes
conceptos:
Forma de integración de carreras
Trabajo en terreno
Vida comunitaria
Análisis crítico del trabajo en equipo y vida de grupo
Actitud de la comunidad frente al trabajo realizado, y
frente al equipo de estudiantes universitarios
Las iniciativas de orden local que impulsamos fueron:
Limpieza del pozo de agua, Conseguir letrinas, Prestar ayuda para llenar la
Declaración de impuestos de Propiedad Agrícola, Conseguir teléfono para
Llau-llao. Dar a conocer su interés en formar una Cooperativa lechera en base a
la Cooperativa agrícola existente, Crear un diario mural. Informar a la prensa
y radio de Castro sobre las actividades del pueblito, en forma sistemática
El laboratorio Pfizer a través del Dr. César Martínez
nos facilitó una gran cantidad de remedios que fueron utilizados y otros
regalados a los agricultores de la zona.
Durante la estadía en Llau-llao asistí a los
siguientes agricultores: Alfredo Hernández 60 cuadras con porcinos y bovinos, y
ovinos con sarna. Las 8 vacas lecheras que tenía producían 5 litros por nuca.
Luis Borquez Díaz pequeño latifundista que tenía una camionetita. El traía sus
reproductores, overos negros, desde Osorno. No sufrió de fiebre aftosa al
impedir la entrada y salida de inquilinos de su predio. Enviaba su leche a
castro todos los días. Tenía manzanos con chancro y cerezos con chape...
Olegario Gallardo con 2 vacas y 25 ovejas con sarna. José del Carmen Kaman con
16 Há posee aves mezcladas de Leghorn y gallinas chilotas que producen menos
huevos pero son más resistentes a los rigores del clima. Francisco Segura que
tenía patos, pavitos, ganzos y gallinas. Alcanzó a vender los cerdos antes de
la peste porcina! Carmen Dolores Vera Pérez que tenía ovejas y utilizaba el Cu
SO4 para las cojeras. Virginia Vera Pérez con una chacra modelo, abejas y
chanchos. Auristela Díaz con 23 ovejas para autoconsumo, la lana para frazadas
y colchones, y la carne para consumo interno. Teresa Barría Pérez con gallinas
con piojillo tratadas con DDT sin buenos resultados. Sólo menciono a estos
agricultores para indicar que trabajé en Llau-llao como veterinario.
Una cosa divertida, un par de compañeras a las que
llamábamos las usufrunas hablaban en un lenguaje extraños cuando no querían que
nos enterásemos de sus cuentos, para ello reemplazaban las vocales, la
"a" por auf, la "e" por elder, la "i" por ixi,,
la "o" por older y la "u" por usufrun. Hablaban bastante
rápido en este raro lenguaje que no lo era tal. Traten y verán que se puede...
El 14 de febrero tuvimos una reunión general en Ancud
en que tuve que contar sobre lo que habíamos hecho. Recuerdo que hablé y hablé,
y no sabía cómo terminar. Qué terrible. El Centro de Divulgación de la
"U" me grabó íntegro, y un buen día, años después en Santiago, me ví
en la televisión. Qué ganas de verme ahora...
El informe que presenté prácticamente se refería a: De
acuerdo al plan inicial se abarcó una serie de aspectos pecuarios y sanitarios
propios de Chiloé, como un equipo móvil pero sin locomoción, a través de una
labor directa con los pequeños y medianos agricultores, aunque sin contar con
la ayuda del único veterinario que trabajaba en Chiloé.
Para formarse un juicio general de los problemas
chilotes se investigó el número de animales en cada predio, su alimentación,
los métodos de selección y el manejo o crianza. La utilización y
comercialización de los productos pecuarios de la zona indicó una economía de
autoconsumo, con una matanza de animales carente de todo control sanitario. El
aspecto sanitario estudiado indicó que los principales problemas eran la peste
porcina, por falta de vacunas; la sarna ovina conocida por ellos al viajar a
estancias ovejeras argentinas.
En cuanto a la organización agropecuaria detectamos la
no existencia de organización lo cual se debía al atraso de la agricultura en
Chile y el continente americano. La falta de profesionales idóneos y con
sentido social y con conocimientos de la zona. La falta de respuesta de los
agricultores a los intentos de agruparlos debido a su excesiva politización. La
falta de recursos materiales de los grandes Institutos estatales. Todo esto
magnificaba la labor del Instituto de Educación Rural. Yo saqué aplausos por
insistir en la concientización de los agricultores para que entraran en la
línea del progreso.
En ese momento fue posible trabajar en conjunto y a la
vez con una división profesional real en que el veterinario se enmarcó en
sanidad y producción animal y el agrónomo en la parte vegetal en este caso en
hortalizas.
Termino recordando que los huasos chilotes nos querían
curar en el asado de despedida, y lo hicieron con algunas chiquillas
santiaguinas. Yo hice lo que aprendí en los viajes de la escuela, dejar el vaso
de vino en el piso, y botarlo con el pie. Así no me curaron. Y me dí el lujo de
retar al alcalde por hacer eso con las inexpertas chiquillas!!!
Volvimos desde Llau-llao a Ancud en una lancha de
desembarco que operaba en la zona, y de allí a Puerto Montt en el Trinidad,
pasando por Calbuco que todavía era una isla; y en tren a Santiago para llegar
a casa el 28 de febrero a las 10:30 horas... Después nos reuniríamos en casa de
la Celia Alvarado. Una vez salí a pasear con la Silvia Martínez... y no pasó
nada. Alguna vez vi en TV al Dr. Alberto Minoletti con un alto cargo en el
Ministerio de Salud. En EE.UU., Davis, estuve con Eduardo Chávez quien hacía su
doctorado, pero, para no volver más a Chile... De aquella gente sólo he sabido
de José Miguel Insulza que era vocal de la Fech de aquel entonces... Ahora es
ex Presidente de la OEA!!! Todavía tengo un telegrama que me envío a
Llau-llao!!!
El '64 ya estaba trabajando en aftosa y no me dieron
permiso para viajar a Chiloé y eso que en ese viaje el tema central de los
veterinarios era justamente fiebre aftosa. De hecho en mi lugar fue un
parasitólogo de la escuela...!!!
De aquel grupo sólo he sabido de José Miguel Insulza
S. Al resto parece que se los llevó el viento...
LA MEDICINA VETERINARIA Y YO III.-
Mis primeros trabajos como médico
veterinario, y mis estudios de post grado en Davis, UCD, USA.
1.- Mi primer trabajo en el área de
medicina veterinaria
Me costó mucho "enchufarme" en el
laboratorio de diagnóstico de fiebre aftosa del Departamento de Microbiología
del Instituto Bacteriológico ahora Instituto de Salud Pública. No sabía usar
una centrífuga. No sabía lo que eran títulos virales o de anticuerpos. No sabía
trabajar con logaritmos. Pero aprendí a puros patinazos. Incluso aprendí a
hacer pipetas de globo con una simple pipeta Pasteur y un buen mechero Bunsen.
El colorado Tapia, un buen empleado del laboratorio, me enseñó a sangrar
directo al corazón en cuyes, y a la vena marginal en conejos. El chico Reyes me
enseñó algo de la vida de los empleados al llegar todos los lunes con la cara
golpeada y ojos en tinta, morados en realidad. El chico que era realmente
chiquitín, era peleador y le sacaban la cresta y media por rosquero. Todas las
semanas me pedía prestado $10 que nunca me devolvía; un día no pude prestarle y
se enojó conmigo para siempre, así de simple…
Entré a la administración pública en categoría 5 con
un sueldo miserable. Pagaban sólo 6 horas diarias. Pero, mi jefe nos pedía
trabajar 8 horas o más por principio y no por la plata. Toda una escuela! Por
mera casualidad un día, cuando iba al estadio nacional a ver fútbol, me
encontré con un compañero de curso, Fernando Varas, el que trabajaba en el SNS
en grado 7, es decir unos buenos grados arriba en el escalafón; se sorprendió
por mi contrato, y me facilitó el suyo para que reclamara en el Instituto. Lo
hice para molestia de mis colegas, entre ellos el Dr. Eduardo Fuenzalida L.,
que no veían con buenos ojos que un recién ingresado lo hiciera en una
categoría superior. Pero, era ley de la República. Fuimos a la Contraloría con
Sonia Vásquez, la que luego se casaría con un colega, allí nos atendió un
grandote burócrata quien me negó la situación de entrada de los médicos
veterinarios en grado 7; le mostré el contrato del pelao Varas, y no quería dar
su brazo a torcer. Del Instituto enviaron un nuevo contrato adecuado a la ley
vigente, el que fue rechazado tres veces. De hecho perdí medio sueldo durante 6
meses, para colmo pasé a llevar a mi jefa directa Dra. Edith Aguilera, quien
parece que por eso no me miraba con buenos ojos…
En 1976 fui a un curso sobre Virus Vivo Modificado, en
fiebre aftosa que dictaba el centro panamericano de Fiebre Aftosa a través de
la OEA. Fue toda una experiencia al conocer tantos colegas aftosólogos de
Sudamérica. Me lucí con mis pequeñas experiencias en que al difundir extractos de
virus aftoso en geles de agar, había obtenido 4 líneas de precipitación en los
puntos en que contactaban los antígenos virales con los anticuerpos
específicos, las líneas correspondían al antígeno mayor y menor del virus; la
tercera línea parecía corresponder a materiales de degradación viral, y la
cuarta línea, no se sabía que era ni por aproximación. Por este motivo el Dr.
Norambuena no quiso intentar publicar el trabajito. Pero, meses después Brown y
Crick del laboratorio de aftosa de Pirbright , UK, descubrieron que la cuarta
línea correspondía a la enzima ARN polimerasa ARN dependiente. No sería la
única vez que un jefe me impidiera publicar un pequeño hallazgo, que para mi
era muy importante…
Tentado por la posibilidad de estudiar Virología en EE.UU.,
me fui a Veterinaria de la “U”. Arranqué de las llamas para caer en las brasas,
así de simple. En ese entonces la Universidad y creo que el país empezaba a
agitarse, convulsionándose políticamente hablando…
2.- Mis primeros años en la universidad,
antes de viajar a EE.UU., a estudiar virología.
El primer día que fui a trabajar, se me acercaron los
dos candidatos para algo, no recuerdo qué, y ambos me plantearon un programa
realmente extraordinarios; a los dos les dije que iba a votar por él…
Mi contrato era como ayudante 2°, como debía ser, a
pesar que después me enteré que otros habían entrado como ayudantes 1°.
Tendrían más cuñas que yo… Pero mi problema fue que siendo ayudante de
Microbiología, el decano Rodríguez en un golpe de timón, me derivó a la cátedra
de Infecciosas con su amigo Emiliano Armijo R. hombre de rancio abolengo
microbiológico que había tenido en sus manos el descubrimiento de la penicilina
pero se la ganó el famoso A. Flemming, lo que lo amargó profundamente, y me lo
hizo pagar a mí. Me molestaba harto, pero reconozco que así como Norambuena me
enseñó a trabar duro, Armijo me enseñó a pensar, lo que no deja de ser. Trabajé
con él en micoplasmas aviares, y con un colega en micoplasmas de bovinos. Con
Nelson Cruz M. aislamos micoplasmas desde el semen de toros buscando una
posible relación con infertilidad, y cuando Armijo se opuso por encontrar
simple el trabajo, me reintegré a la Cátedra de Microbiología con Carlos Flores
del Fierro y Gastón Alegría R. Cabe señalar que ya se había ido de la
decanatura el Dr. R. Rodríguez T.
Con María Luisa Sánchez Ch. y Nelson Cruz M. nos
ganamos un proyecto interno para trabajar en micoplasmas de bovinos. No era
mucha plata, pero lo suficiente para hacer algo en micoplasmosis. De hecho
publicamos tres trabajos en revistas chilenas, con dos presentaciones a
congresos. Todo un logro para aquellos incipientes investigadores.
En aquel entonces tuve el privilegio de enseñar las
técnicas de cultivo de micoplasmas a gente del área de medicina del San Juan de
Dios, de microbiología de medicina de la “U”, y a la Dra. Zenteno de la
Católica. Alguna vez me encontré con personas de esos grupos, y me dijeron algo
bonito sobre mi entrega de conocimientos sin reservas o intereses pecuniarios.
Circunstancialmente aislé por primera vez en Chile un micoplasma hominis desde
la uretra de un paciente crónico. Trabajo presentado a la Sociedad de
Microbiología de Chile en 1970.
Volviendo a los grados, tuve oportunidad de postular a
ayudante 1°, concurso que gané por 1 punto ponderado. Pero, bajé de sueldo al
perder algunas ventajas económicas que tenían los ayudantes 2°. Reclamé hasta
que me dio puntada. Ya estaba estudiando inglés para cumplir con el requisito
de idioma que ponía la Universidad de California para conceder las becas de
post grado. Y estos estudios costaban sus buenos pesos. Un día me llamó el
encargado de estas cosas en la Escuela de Veterinaria, y me preguntó qué cuánto
quería para resarcirme de las pérdidas, yo me tiré con un 12%, lo que fue
aceptado, arreglo que quedó como mochila hasta que el gobierno militar
reorganizó las finanzas universitarias.
Ah! La beca prácticamente la había perdido cuando el
Dr. Rodríguez me había conminado a dar examen de inglés dentro una semana, a lo
que me negué recordándole que el compromiso era rendirlo a fines de año. Y por
lo tanto no lo rendí y quedé fuera.
Con el cambio de decano, ahora era el Dr. Oscar
Valenzuela Saavedra, se abrieron las posibilidades para ir a EE.UU., incluso eran
dos las becas para Virología. Un buen día me llamó a una entrevista el Dr.
Cripe del programa Chile-California quien me preguntó sobre que deportes
practicaba, que religión tenía, entre otras cosas, pero nada de política. Yo
era independiente allendista… Parece que lo más que influyó fue que tenía un
par de trabajos publicados. Hasta ahí todo bien para ir a EE.UU. sólo faltaba
el inglés. Pasé apenitas el examen Aligu, y luego el Toefel. Era el más malo
para el inglés y sacaba siempre un poco más del mínimo requerido. Al final me
fui a estudiar a EE.UU. en 1970.
Pero antes, no debo dejarlo de lado, a la
intelligentzia de la escuela se les ocurrió pedir un examen sobre estadística y
bioquímica como requisito para que la Facultad diera el pase. Yo me negué. Y
alegué que a algunos de los que habían ido a Alemania no les habían pedido
alemán ni matemáticas, así que prefería perder la oportunidad de la beca, la
verdad es que estaba casi seguro que con esos ramitos era muy fácil dejar pasar
a unos y a otros no. Finalmente. no tomaron ningún examen extra, evidentemente
manipulador.
Una vez mi querido profesor Carlos Flores me pidió que
lo reemplazara en una reunión de Facultad, a lo que accedí gustoso y orgulloso,
pero, no sabía en qué me estaba metiendo. Los alumnos de derecha estaban
juzgando al Dr. Tapia de genética, hombre de ideas de izquierda, bien de
izquierda, y le espetaban injurias de todo tipo; para mi asombro vi al Dr.
Tapia chuparse un poco hasta que se le pasó la molestia, y poco a poco les fue
rebatiendo las acusaciones a los estudiantes, hasta que empataron. Después le
agradecí al Dr. Flores por haberse sacado los balazos conmigo y no ir él a esa
reunión que fue bravísima.
El Dr. Flores siempre me estimó y aceptó como yo era,
me decía que yo era Patista Berriista, de la República Independiente de
Patricio Berríos. También le agradezco a Oscar Valenzuela por haberme aceptado
y ayudado sin ser de su ideología. Tal era mi carácter independiente que
recuerdo haber alguna vez votado por un candidato de izquierda y un candidato
de derecha en una elección universitaria; era como un voto anómalo, muy
comentado, pero yo sabía que había sido yo el hechor…
Termino con mi paso por veterinaria haciendo prácticos
de microbiología desde 1969, y con una gran empatía con los alumnos, que eran
harto conflictivos. Yo les pasaba bacterias Gram + a los rogelios de la época,
y Gram – a los más momios, pero no les aguantaba que se subieran arriba del
piano. Eso si que no!
3.- Mis estudios de virología en la
Universidad de California at Davis Campus
Para el Magister mis áreas fueron: Virología,
Inmunología e Infecciosas. Para el doctorado: Virología, Inmunología y
Epidemiología.
A fines de los ’70 viajé a Los Angeles California en
un Aero Perú. De allí a Sacramento en un viejo avión, donde me esperaba el Dr.
Delbert Mc Kercher quien sería mi profesor guía durante 3 años 10 meses. Al
principio me costaba hacerme entender en mi mal inglés, pero era capaz de
entenderlo…
Desgraciadamente en marzo de 1970 falleció mi mamá, un
poco de repente, lo que nos causó una gran pena a los Berríos Etchegaray. Mi
mamá no alcanzó a saber que iba a estudiar a EE.UU., y obvio no conoció a su
nieto Gonzalo. Así es la vida… Y...ya van a ser 50 años...
Entre 1971 y 1974 pasaron muchas cosas, el 71 nació mi
hijo Gonzalo en el Hospital de Woodland, el 73 ocurrió el golpe militar en
Chile. El 72 obtuve el grado de Magister y en diciembre del 74 el doctorado,
este último en ausencia por estar de vuelta en Chile, exigencia hecha por las
nuevas autoridades de mi escuela… Con mi tesis doctoral publiqué tres trabajos
sobre herpes caprino, aunque perdí todo lo que tenía hecho para un estudio con
inmunofluorescencia; aquí decían que había estado mucho tiempo en EE.UU., y por
lo tanto debía volver inmediatamente, para aburrirme todo el año 75 sin tener
nada que hacer!
Un hecho estresante fue la operación de Gonzalo para
separar un hueso craneano mal consolidado. Quedó bien, sólo con una fea herida
en el cuero cabelludo... El Dr. Holland que lo operó, era muy correcto, pero,
un día leyendo un diario de Sacramento, resultó que lo acusaban de hacer
operaciones sólo por plata... Who knows?
Mi primer éxito fue el examen de inglés que tomaba la
universidad a todos los nuevos estudiantes extranjeros. Tuve harta suerte
porque fue totalmente por escrito. Como era malo para el inglés estuve
estudiando los días antes del examen, y escogí las materias del último curso
del norteamericano. Estuvo buena mi tincada porque eso fue lo que preguntaron.
Tuve suerte en la comprensión porque la gringuita que leía, la Sra. Schwabe,
esposa del Dr Schwabe que había estado en Chile, hablaba en forma bien aguda lo
que se adapta a mi oído, y el tema era sobre la acción del flúor sobre los
dientes que yo conocía bien. Por último, en las preguntas con selección
múltiple, acerté plenamente, al usar el razonamiento ante preguntas muy bien
hechas para perderlo a uno, ejemplo, una pregunta era sobre quien hablaba por
la paz en Berlín, si el soldado ruso o el norteamericano. Todos pusieron sin
pensar el norteamericano, yo no. Todas las otras preguntas eran del mismo
tenor. Resultado: yo fui el único en aprobar con un 98%, y así no tuve que
tomar el curso de inglés que tan bien me habría hecho, pero en su lugar partí
con cuatro curso, sólo pedían dos, y obtuve dos a y dos b, algo así como dos 6
y dos sietes de acá. Desde ese momento se me facilitaron las cosas, y
prácticamente en 1 año tenía cumplido los requisitos del Magister. Mis
profesores me aconsejaron que siguiera tomando créditos pensando en un posible
doctorado en virología, y así lo hice!
La verdad es que fui un buen alumno en EE.UU,, con
buen rendimiento. Los profes gringos decían que yo era el mejor entre los
chilenos y los latinos, lo que no era cierto. Habían más inteligentes que yo,
pero, mis profesores se impresionaron con mi dedicación a tomar cursos y a
trabajar en el laboratorio. Obviamente no podía desaprovechar la oportunidad al
tener todo a la mano...
Me llamó mucho la atención el sistema educacional
universitario norteamericano, todo andaba sobre ruedas, nadie podía fallar o
sea sacar menos de b en los ramos. Los horarios y programas se cumplían al pie
de la letra. Allá aprendí a estudiar las materias antes de la clase lo que favorecía
mucho la comprensión. En cuanto a las pruebas, eran difíciles pero muy
correctas, incluso días antes pegaban en la pared las pruebas de los últimos 3
años. Yo no podía creerlo pero ahí estaba todo y lo más importante estaba el
estilo de las preguntas del profesor. Otra cosa, en las salas de pruebas no
habían profesores cuidando, y los alumnos no copiaban. De todas maneras en cada
sala de clases había un buzón llamado “Honoris council” en el que los alumnos
podían acusar a quien infligiera los reglamentos, es decir copiar. Cuestión de
competencia por ser mejor que los otros, y de capacidad para aprender, de hecho
los alumnos de pre y postgrado eran de nota 6 y 7. Cabe señalar que los
estudiantes de veterinaria era iguales o mejores que los de medicina!
Los profesores eran todos de primera, sabían de lo que
hablaban... eran, además, muy comprensivos y correctos, salvo Yuang Zee el
virólogo, quien en un curso de Virología Práctica puso sólo dos b, a mí y a un
hindú; el hindú, con turbante y todo, turbante azul de casta superior, reclamó
y le subieron, yo no lo hice y fue la única b del curso de post grado... la
verdad que esa nota no era para mi sino para el Dr. Mc Kercher con quien eran
rivales competitivos, siendo Zee el joven y más al día en su especialidad. Tuve
la suerte de tomar los curso de virología con Zee y la práctica con Mc Kercher,
o sea combiné sabiamente la teoría con la práctica! El destino nuevamente me
ayudó, Zee estaba en Australia cuando di mi examen de doctorado. Por suerte,
porque el chino era heavy, se contaba que había sacado mal al hijo de su
profesor norteamericano, de puro pesado y creído que era...
El campus estudiantil, Davis, era una taza de leche,
con unos 30.000 estudiantes, policía y cuerpo de bomberos propios. Recuerdo que
un amigo chileno químico de lomo y tomo, de la facultad de Ciencias, comunista
de familia, pensaba que el campus era un verdadero estado policial, y que
estaba lleno de prostitutas que no eran más que las estudiantes que en el
verano usan poca ropa. Un día me sacó de paciencia porque el pobre Carlos era
esclavo de sus consignas marxistas, y le espeté por qué no se iba a estudiar a
Rusia…
Conocí y confraternicé con estudiantes de diversos
países del mundo, iraníes e hindúes, africanos, chinos y sudamericanos.
Recuerdo a un veterinario iraní y poeta, que nos invitó a su casa a cenar, y al
llegar con las consabidas flores que la etiqueta americana exige, le dije a su
señora, jovencita y bonita, que su vestido era muy hermoso, y para mi asombro
ella arrancó y se escondió, estaba ruborizada; mi colega me dijo que en su país
no se les decían esas cosas a las mujeres, salvo que hubiera otra intención. Me
disculpé por mi mal inglés. Durante la cena nos preguntaron qué grado de
parentesco teníamos mi señora y yo, que éramos muy diferentes, al decirles que
ninguno, se sorprendieron porque en Irán todos eran parientes y los matrimonios
lo armaban los padres… y de este modo tenían menos divorcios que en Occidente…!
Los japoneses que conocí en el laboratorio del Dr. Mc
Kercher eran cosa seria. Una vez estuve una hora viendo trabajar a Joe Saito
que estaba haciendo una microtitulación de un virus herpes. Como no me daba
pelota, le pregunté qué estaba haciendo y no me contestó. Enojado le tomé un
brazo y le dije que el profe me había pedido que me acercara a él para que me
enseñara la tecnología de punta de aquella época. Saito me contestó: él es su
profesor, yo no. Y punto… La Midori Ethel Wada(QEPD) no podía ver a los
latinos, por flojos y picados de la araña. Dos años después me reconoció mi
capacidad al ver como trabajaba en mi tesis. Cuando me resultó una técnica de
plaqueo de placas en cultivos celulares, me dijo: Ud. es el primero que lo
consigue a la primera vez, y sin ayuda al estilo norteamericano, y de allí en
adelante confió en mi trabajo… Caso especial fue el de Hiroshi Ito,
veterinario, con una horrible secuela de poliomielitis por lo que usaba abrigo
hasta en el verano para tapar sus afectadas extremidades. Una vez que lo invité
a mi casa, le convidamos vino tinto con frutillas, al beber parte del vaso, se
puso morado y se sintió muy mal. Luego que se le pasó me dijo que tenía una
especie de intolerancia al vino. Y que no había rehusado el vinito
sencillamente porque a la dueña de casa no se le dice que no. Cuestión de
cortesía japonesa.
Con los gringos fue diferente, tuve pocos amigos entre
los estudiantes de veterinaria. Bob Garrindo hablaba español, el único latino
del curso; la Anita Hennes, delegada del curso, una gringuita buenísima
persona; yo me sentaba a su lado y una vez le dije calladito, en clases, que me
ponía nervioso por su grandes y hermosas piernas que tenía al lado mio, ella me
dijo: Ud tiene el diablo en el cuerpo (You have the devil on the mind), yo le
argumenté que en mi país las chiquillas iban vestidas así a la playa o a la
piscina, pero no a clases… Con otro gringo, Todd, que hablaba español, que lo
había aprendido cuando iba a México a comprar marihuana, jugábamos ping-pong y
yo le ganaba lo cual no le gustaba. Yo había sido vicecampeón del colegio en
Curicó… A estos gringos cuando yo les decía que eran bien gringos, ellos
contestaban que el que hacía el papel de gringo en EE.UU. era yo…
Una vez fui a una fiesta de ese curso, y para mi
sorpresa lo primero que vi fue a una gringuita sin ropa de la cintura para
arriba, al tiro pensé en que buena iba a ser la fiesta, pero, no fue así, Susy
era una excepcionalidad. Esa vez les llevé pisco chileno y no les gustó, ellos
eran campeones para la cerveza…
Con la gente de color tuve algunos pequeños contactos,
alcancé a conocer a un tecnólogo en virología, muy buena persona. Ellos hablan
diferente el inglés, algo más arrastrado. El primer día que visité el campus,
estaba admirando unas máquinas de expendio de alimentos y bebidas, cuando me
topé con tres negritas, una hermosísima, la otra más o menos y la tercera
gordísima. Les conté que era sudamericano y que me gustaba mucho EE.UU.,
estuvieron de acuerdo conmigo pero que a ellas no les gustaban los
anglosajones… Problemas raciales no superados. Lo peor fue un negro que hacía
el aseo en el laboratorio; una vez que conversamos sobre EE.UU., se exaltó y me
gritó en un inglés que no le entendía mucho. Resultó que era un Pantera Negra.
A los pocos días los echaron por peligrosos…
En el post grado tuve compañeros nigerianos,
simpáticos e inteligentes, y para mi asombro no eran bien vistos por los
argentinos del grupo que eran medios racistas y creídos…
Gente que trabajó en el laboratorio del Dr. Mc
Kerchear fueron Cy Yanquee, un eterno estudiante adinerado; Giovanni Castruchi
de Italia, un gran señor; Eliseo Hernández B. de México un buen amigo; un
sudafricano cuyo nombre no recuerdo, y el japonés Iroshi Ito.
Mi hijo mayor nació por aquellos días y me alteró mi
táctica para estudiar, que lo hacía en casa y comiendo mucho. Tuve que empezar
a estudiar en la biblioteca del campus que estaba abierta hasta las 12 de la
noche. Biblioteca completísima que tenía los últimos libros y revistas en la
semana en que habían sido publicados… Ah! En el campus, todo se hacía en bicicleta,
absolutamente todos andaba en dos ruedas, incluyendo a los profesores. De vez
en cuando había verdaderas rodadas que dejaban más de algún herido…
Con respecto a las más de 40 familias de chilenos que
estaban en el campus, fue difícil confraternizar con ellos, era la época de
Allende y las tensiones del país se reflejaban allá. Recuerdo que para un 18 de
septiembre, se celebró en conjunto, pero, aquí los momios y allá los
upelientos. Se lo hice ver a un amigo agrónomo, y con ironía le sugerí que el próximo
año la celebración se hiciera por separado... La verdad es que había una tensa
tirantez entre los estudiantes chilenos y sus familias incluídas. Todos éramos
presas de muestras consignas, y no veíamos claramente la verdadera realidad. Yo
me di cuenta que algo andaba mal en Chile cuando mi suegro me contó que había
ido a San Fernando a comprar unas gallinitas. Peor fue cuando supe que alguien
del lado golpista, había enviado pañales de regalo a una pariente... Pañales,
no se me hubiera ocurrido nunca un regalo así... pero. No habían en Chile.
Aguanté dos meses sin auto, hasta que me convencí que
el auto era imprescindible en EE.UU., Primero tuve una camionetita Ford, luego
una VW más nueva y más elegante que cambié al final por un Chevy Nova 1973, el
que traje a Chile por barco y sin pagar impuestos gracias a la ley del retorno
del gobierno militar…
Dada la intensa presión del estudio, había que
arrancar del campus los fines de semana, así conocí mucho a San Francisco un
hermoso puerto, Los Angeles tremendamente grande y contaminada, San Diego,
bellísima, y la capital del estado de California Sacramento, una ciudad plana y
extensa, sin edificios altos como San Francisco. Una vez fuimos al norte de
California al Lake Tahoe, con su hermoso lago, sus bellos bosques y sus grandes
casinos donde un buen día me gané 300 dólares a la primera jugada en que me
salieron tres budas, y como no era jugador me retiré con toda la platita.
Los cursos pasaron rápidamente y completé el número de
créditos requerido. Me dieron fecha para el examen y me enfermé , yo creo que
de puro nervioso, así que lo rendí fuera de fecha. Di un mal examen porque
estaba tenso y no entendía las preguntas. Pero aprobé!
Y de allí, a esperar el doctorado que era carrera
segura, pero, no fue tan así porque me salió al paso un colega de Parasitología
quien se presentó 5 minutos antes que se cerrara el plazo afirmando que en el
membrete del llamado a concurso decía “Microbiología y Parasitología”. Con esa
estrategia me ganó y me quedé saltando en una pata. Pero, mi buen amigo Donald
Jasper, republicano de tomo y lomo, hombre muy correcto, me dijo que no me
preocupara. Vino a Chile, y me propuso como candidato pero sin concurso, es
decir la beca era para mi o para nadie. Pidió 3 años pero los del Consejo de
Facultad le concedieron sólo 2 años, los que en realidad fueron 22 meses, y con
la exigencia de que volviera luego a hacer la tesis en Chile. Nunca me imaginé
donde podría hacer una tesis doctoral en el Chile de aquel entonces ya
militarizado…Tuve la suerte que me cayó del cielo un trabajo sobre virus herpes
caprino, un nuevo virus que había aparecido o emergido en California. No tuve
mayores dificultades en realizar el trabajo, y lo terminé un par de meses antes
del plazo. Recuerden que ya tenía los cursos necesarios. Incluso recuerdo que
no estuve para la graduación y me la perdí con toga y todo.
Antes de hacer mi tesis tuve que cumplir con el
requisito de un examen calificatorio (Qualifying). Lo preparé con una gran
táctica y no menor estrategia. Empecé a estudiar las materias de virología,
repasando y adentrándome en cada punto olvidado, fuera bioquímica o
estadística, para ello me organicé en la Biblioteca del campus con un horario
de 9:00 a 12:00 horas; de 14:00 a 17:00, y finalmente de 18:00 a 21:00.
Estudiaba al lado de la V donde estaba Virología y Veterinaria. Aguanté un mes
con ese training y ya cuando había despegado y se me había pasado el susto al
darme cuenta que no me acordaba nada de los cursos, bajé el ritmo eliminando
las horas de la tarde que dejé para una reconfortante siesta. Un buen día me di
cuenta que ya no aprendía nada más, y le pedí al Dr. Jasper adelantar la fecha
de mi examen, lo que él no podía creer ya que siempre le pedían postergaciones.
En mi examen, con 5 profesores de alto nivel, tuve la
mala suerte que el Dr. Schwabe se quiso lucir en epidemiología y me mandó al
pizarrón, a resolver un problema epidemiológico, justo creo que era lo único
que no había tenido en mente para preparar. Como a la tercera tentativa le
achunté al problema. Estuve 3 horas de pie en que me bombardearon con preguntas
de inmunología. Y algo de virus. Ese fue un buen examen que rendí, incluso
cuando ya estaba listo, el Dr. Schwabe me hizo la talla de preguntarme por
diferentes hombres célebres, su especialidad y nacionalidad. Según él, supe
alrededor de un 50%, lo que debía mejorar porque iba a ser profesor… después me
confesó que a él en su examen de doctorado le habían hecho esa pregunta y él
había jurado vengarse. Me tocó a mí, pero salí bien dignamente…
Después vino la redacción de la tesis, en que me ayudó
mucho el Dr. McKercher quien una vez al ver que me quedaba dormido, me obligó a
hacer un “break” en San Diego. A esas alturas ya estaba reventado, incluso
cuando mis amigos me dieron la despedida en un local con estriptiseras y todo,
me quedé dormido a metros de ellas… Esto en San Francisco, la Babilonia de la
costa oeste de EE.UU.
Con Mc Kercher tuve un par de desencuentros, una vez
le dije: You do not have enough balls! Lo que le disgustó muchísimo. Me
preguntó qué dónde había aprendido esas cosas, yo le dije que la Midori me las
enseñaba... lo cual en parte era cierto. Siempre fui muy franco con él, y creo
que me tenía buena ya que en la despedida dijo que lo que podía decir de mi era
que él sabía lo que yo pensaba, ... y punto, y... me aceptaba como tal...
Volví en auto hasta Houston Texas, de allí en avión a
Miami, en LAN Chile a Santiago, y después de casi 4 años de serios estudios me
encontré con un país cambiado, incluso la escuela de veterinaria ya no estaba
en la Quinta Normal sino que en Avda. Santa Rosa. Y con muchos nuevos
profesores. Me costó reinsertarme, recuerdo que una tecnóloga, la Srta. María,
al día siguiente que llegué me contó que le habían dicho que iba a llegar un
mal hombre y comunista por añadidura, y lo importante es que la Srta. María que
había estudiado para monja no lo veía así. Por lo demás nunca fui comunista ni
marxista!!!
Todo un cambio. Vaya que cambio. Me costó un año
acostumbrarme en Chile… y en la "U" de Chile...
Ese año ’75 fue un año negro, sin tener nada que
hacer. Desde 1976 empecé con investigación en herpes animales, clases de
Virología e Inmunología en pre y post grado. Tenía el mejor laboratorio de
Virología que fue dotado de todo lo necesario por la Ford Foundation.
Trabajé intensamente como docente e investigador desde
1976 hasta 1995 en que me retiré de la “U” ya jubilado por anticipación.
LA MEDICINA VETERINARIA Y YO. IV.
Docente en Medicina Veterinaria U. de
Chile
1.- De cuando verdaderamente empecé a
trabajar en la “U” de Chile. 1976
En el laboratorio de Enfermedades Infecciosas
(Dr E. Armijo) 1976
Si bien es cierto que hice algo en docencia en pasos
prácticos de Microbiología en 1969 y 1970; y gané un proyecto de investigación
para estudiar micoplasmas bovinos en 1969; de hecho empecé a ejercer en
docencia de pre y post grado en Virología e Inmunología en el año 1976. Año
lleno de dificultades en Chile… Recuerdo que hacía prácticos en ambos ramos, lo
que no deja de ser…
Les cuento porqué tuve que enseñar inmunología. Me di
cuenta que mi querido profesor Carlos Flores del Fierro estaba medio atorado
con esas materias ya que su fuerte era la bacteriología, consecuentemente le
ofrecí mi ayuda en inmunología. Para mi sorpresa al día siguiente me llegó una
nota del decano Santiago Inostroza Hood en la que me nombraba profesor de
inmunología en pre y post grado. Obviamente le reclamé, argumentándole que yo
venía para virología. Me contestó que los tiempos no estaban para reclamos, y
punto. Se lo agradezco porque aprendí harto del fenómeno inmunológico, que es
muy vital. Tomé una media docena de cursos de inmunología médica, asistí a
charlas y congresos. Y como asistía a las clases de los profesores invitados,
amigos de la “U” Católica, “U” de Chile e Instituto de Salud Pública, captaba
lo nuevo de un área en eterno progreso! De paso me di cuenta que los colegas
inmunólogos sabían muchísimo de su mini área inmunológica (genética, técnicas
diagnósticas), pero, a veces no dominaban las generalidades de la inmunología.
En 1975, casi me fui a la Facultad de Ciencia de la
“U”. El Dr. Guido Pincheira me había tentado para hacer una virología netamente
básica y además subir de grado. Un buen día en la secretaría de la Facultad de
Ciencias, vi llorar desesperadamente a una chiquilla, cuando se fue le pregunté
a la secretaria qué pasaba, muy sencillo, la chica estaba apenadísima porque su
novio que era de la Dina andaba buscando a su hermano izquierdista, y no
precisamente para abrazarlo…!!! Ese mismo día un joven de la administración me
pregunto por qué me cambiaba, si era por problemas políticos, como realmente
era por problemas personales, me insinuó que los pensara dos veces. Volví a mi
escuela y le consulté a mi decano Inostroza quien me dijo que no me convenía
porque el gobierno militar iba a cerrar a la Escuela de Ciencias que no eran
útiles para el país; además me dijo que en esa escuela con uno que dijera que
yo era comunista estaría frito, y en veterinaria en que todos me conocían no iba
a tener problemas de ese tipo. Y así fue. Todavía no le dejo de agradecer a mi
decano Inostroza, que a pesar de todo decía de mí, denle duro que dura más….
Como a las ollas Marmicof…
En docencia no tuve mayores problemas, salvo que la
copia era una institución universitaria, incluso en un curso de post grado para
colegas, estos copiaban como en sus mejores años juveniles! Nunca me gustó el
engaño de la copia….
En octubre de 1975 vino a Chile el Dr. Mc Kercher.
Tuve que traducirle todas sus charlas, en el Ejército de Chile, INIA,
Universidad de Chile, Universidad Austral de Chile. El programa Chile -
California me pasó un Ford (último modelo) con dirección hidráulica y frenos de
poder, para llevar al Dr. Mc Kercher a todas partes. El pobre doctor estaba espantado
con la manera de manejar de los chilenos… Un día que íbamos a Farellones, en la
primera vuelta del camino el profe me hizo volver… parece que yo iba realmente
muy rápido…
Quizás es digno de recordar que en esa época separé
Virología e Inmunología de los cursos tradicionales de Microbiología. Incluso
creé un curso de Virología Animal que continuó bastante tiempo.
Recién había ocurrido la separación y en mis apuntes
de clases puse Virología en vez de Microbiología, pero, la secretaria del
Departamento que era a su vez la secre del decano me volvía a poner
Microbiología. Yo rayé el nombre y rompí el exténsil que se usaba en aquel
entonces. Parece que la secretaria me acusó, y el Sr. Decano me mandó llamar
urgente a una reunión; le contesté que no podía ir porque estaba trabajando, y
que a eso había vuelto a Chile, y no andar perdiendo el tiempo en entuertos. De
vuelta recibí una notita en que se me iba aplicar el reglamento 5 párrafo 5 y
de no sé qué cosa 5… y si se repetía, a la segunda con el famoso reglamento me
echaban de la “U” y no podría trabajar más en la administración Pública. Cosas
del gobierno militar. Póngale charreteras a un civil y se militariza
rápidamente…
En esos años hicimos un libro de Virología Veterinaria
con la Dra. O. Celedón, libro docente que incluía las materias tratadas en el
curso de virología. Fue el primer libro con carácter docente, pero que fue muy
adquirido por colegas que no habían tenido virología… También tiene su
historia, porque el jefe del departamento Dr. Lautaro Pinochet V. no lo
autorizó, dijo que no serviría, que los alumnos no irían a clases… Se basaba en
un decreto del gobierno militar en que los docentes universitarios debían pedir
autorización para hacer libros. Again… cosas del gobierno militar de la
época… Pero lo hice apoyado por el
programa de postgrado dirigido por el Dr. Livio Zurita Arévalo.
En investigación empecé con una colaboración de
$100.000 que me donó la Hípica Nacional. Con ese capital empecé mi primera
tesis estudiando la rinoneumonitis equina. Mi alumno inicial fue Víctor Riveros
V. Un buen alumno, completo, era bueno para el laboratorio, y le hacía también
a la clínica de equinos y de perros. Pero, llevábamos dos meses, y las células
no crecían… cambiábamos los medios, el suero, la tripsina, cambiábamos todo y
nada. Víctor que era karateca, tenía paciencia. Yo no tanta. Un buen día boté
todo el material para cultivos celulares, y empezamos de cero. Y resultó.
Pienso que era el agua bidestilada que no era adecuada…
A fines de año gané un proyecto para estudiar virus
equinos, con el que di el vamos a la virología animal en Chile. El proyecto
duró de 1976 hasta 1982, con una gran cantidad de publicaciones científicas,
tesis, y asistencia a congresos nacionales e internacionales. Ya en ese momento
había cumplido con el compromiso que tenía con la escuela y con la “U”!!!
¿???????????????????????
Charla de vacunas en RNE en el postgrado
de Medicina Veterinaria
Tuve muy buenos estudiantes en tesis, destacan Víctor
Riveros V., Vicente Muñoz A., Patricio Manzur G., Juan Luis Fabia R., Nelson
Acuña B., Gonzalo González R., Francisco Cortes C., Pedro Smith S., Peter
Fiegehen C., Conrado Malmus M., entre muchísimos buenos tesistas que se
atrevieron a trabajar en virología, área nada de fácil, exigente, y con un
profesor como yo, malas pulgas y exigente, por decir lo menos…
Al primer Congreso que asistí en el extranjero fue a
Río de Janeiro, donde además de las ponencias técnicas tuve que hablar sobre la
enseñanza de la virología. En ese congreso nos advirtieron por si acaso que
tuviéramos cuidado con la sífilis. Años después nos advirtieron que tuviéramos
cuidado con el SIDA. La última vez nos indicaron que las garotiñas no lo eran,
eran hombres…
Garotiña en un congreso de microbiología
en Río de Janeiro
En el intertanto habían ocurrido algunos problemas. Se
fue a Brasil la Dra. Mireya Gómez L. magíster en virología de Davis, California
con la cual prácticamente no alcancé a trabajar en conjunto. Y quedó la Dra.
María Ofelia Celedón V. recién egresada. Ella siguió en Virología Veterinaria
en la “U” hasta su jubilación. Y lo hizo muy bien! Yo jubilé en 1993 y me
retiré en 1995, para seguir haciendo docencia en algunas universidades
privadas. Ahí se acabó mi investigación en virus animales. En 2016 hice mi última
clase de virología y enfermedades virales y ahí se acabó mi docencia
universitaria. Pero, he seguido haciendo extensión en charlas, publicaciones y
libros.
Como docente de virología en Medicina Veterinaria de
la Universidad de Chile dirigí los cursos de virología en pre y post grado.
Durante 10 años hice inmunología en pre y post grado. Colaborando en
enfermedades virales. En investigación
gané 10 proyectos. Hice un total de 60 publicaciones científicas. Hice varios
libros de virología y de inmunología. Los que he completado después de mi
jubilación llegando a un total de siete libros. En extensión escribí un gran
número de publicaciones referentes a contingencias de mi área. Tuve una activa
participación en congresos nacionales y del extranjero.
Fui árbitro en el FONDECYT y lo he sido hasta el 2020.
Si leen mi currículum vitae encontrarán el respaldo de
todo lo anterior, está en mi blog virusberriostechegaray.blogspot.com
2.- Viaje a Montevideo, Uruguay. Medicina
Veterinaria de la Universidad de la República, 1977
En 1977 fui invitado por IICA (Instituto
Interamericano de Ciencias Agrícolas a hacer un apoyo a la Escuela de
Veterinaria de la Universidad de La República de Montevideo. Hice un curso de
virología e inmunología para graduados, con prácticos, facilitado por el
laboratorio Pfizer de Montevideo. Me pasaron cultivos celulares y medios
adecuados, y elementos para realizar seroneutralización e inhibición de la
hemoaglutinación. Todo resultó bien con 10 alumnos veterinarios. Un día viernes
tuve que llamarles la atención porque ya se habían ido de week end
(mentalmente) y quedaba todo el práctico de cultivos celulares. Todavía se
deben acordar porque parece que nadie antes les había gritado como yo…Conocí
Punta del Este, muy bien acompañado con los colegas alumnos del curso…!!!
El día que volvía a Chile, el LAN estaba detenido en
el Aeropuerto, leí en el diario el obituario del Dr. Carlos Flores que había
fallecido en esos días. Lo sentí muchísimo ya que íbamos a viajar juntos a
Montevideo, él en Bacteriología y yo en Virología. Así es la vida…
Mi estadía en Montevideo no estuvo ajena a la
problemática política del día. El decano de veterinaria era hermano del
presidente de la junta de gobierno. Y en veterinaria roncaba. Al conocerme me
pidió que usara delantal y yo me preguntaba para qué. En fin me pasaron uno
inmenso de grande, y yo parecía un monje budista o algo así.
Charla sobre influenza equina en la
Universidad de la República en Montevideo 1977
Di dos charlas en la Universidad, una de influenza
equina y otra de rinoneumonitis equina. Allí empezó mi periplo con la influenza
equina! Imprevistamente en una de esas charlas, muy publicitadas en la prensa
de Montevideo, el Decano le impidió la entrada a un colega veterinario por la
militancia política de su padre…Y él había tenido la gentileza de facilitarme
huevos embrionados y virus aviares para el práctico. Ese día me sentí medio
incómodo y se lo hice saber el decano, quien me contestó arguyendo que yo era
demasiado buena persona. Me tentaron para que me quedara en la “U” uruguaya,
invitación que no consideré. Mi destino era otro, y en Chile!
LA MEDICINA VETERINARIA Y YO. V.-
Viajes a Suiza, Italia, Francia y Brasil
Una vez que volví de Uruguay me dediqué a trabajar
como en los mejores tiempos de mi vida o sea en Davis Campus, U. de California,
EE.UU., (1970 - 1974). Impartiendo numerosos cursos, dictando seminarios,
asistiendo a Congresos, y lo más importante llevando a cabo varios proyectos de
investigaciones en virus animales.
El primer proyecto de investigación fue sobre:
Aislamiento y tipificación de mycoplasmas de origen bovino. Proyecto SA-B4
(1969-1970). Comisión de Investigación. Facultad de Ciencias Pecuarias y
Medicina Veterinaria. Universidad de Chile. Investigador responsable.
Los dos grandes proyectos de investigación que me
permitieron iniciar la investigación sobre virología animal en forma
sistemática fueron:
Estudio virológico de enfermedades respiratorias de
mamíferos y aves. Proyecto A 147 (1976 - 1982). Y estudio virológico de
enfermedades digestivas en animales de importancia económica. Proyecto A 1648
(1983 - 1990). Departamento de Desarrollo de la Investigación. Universidad de
Chile. Investigador responsable.
Ambos proyectos fueron aprobados en su informe final,
y sus resultados publicados en revistas científicas nacionales e
internacionales, y presentados en diversos congresos. Debo señalar que siempre
pensé que los trabajos de investigación, en lo posible, deberían ser publicados
en revistas nacionales, debido al tenor de ellos, y a la posibilidad cierta de
que los lectores chilensis tendrían más acceso a las revistas nacionales.
En 1979 asistí al primer congreso internacional Latino
Americano de Microbiología en Viña del Mar…
1.- VIAJE A SUIZA (Lausanne), 1979
Este fue un viaje de estudios!!!
Logré conseguir una beca para asistir a un curso de
inmunología en Lausanne debido a una sumatoria de casualidades:
En el área de clínica mayor en veterinaria de la
"U" leí un aviso de beca de la OMS. Me di cuenta que estaba hecho
para mi. Exigían dominio de inglés, trabajar o hacer docencia en inmunología y
ser Ph.D o tener algún otro título de post grado. Listo. Fui al centro a las
oficinas de la OPS y me atendió un Dr. de apellido Condón o algo así… quien me
expresó fríamente que esa beca no era para veterinarios. Le entregué mis
antecedentes, pero, NO, no era posible, incluso porque estaba fuera del plazo
para postular, lo que no era verdad. Así que postulé, llené un pesado
formulario, con 7 copias y lo entregué. Felizmente tuve una buena idea, hice
una copia extra y se la envié directamente al Dr. P.H Lambert con una notita
escrita a mano, en que le expresaba que todo lo que estaba escrito era verdad,
entre paréntesis, no pedían documentación alguna… y le agregué la dirección de
tres personajes destacados que podían dar fe de ello. Uno de ellos era Mc
Kercher! Pasaron los meses y no recibí respuesta.
Un buen día mi cartero, del cual era amigo, me
preguntó si mi apellido era Berríos-Etchegaray porque había un paquete en
rezagos de correos de Chile. Lo fui a buscar, y era un libro de inmunología de
Roitt, que me enviaban para ser leído y estudiado antes del curso.
Inmediatamente pedí confirmación por escrito, la que nunca había recibido…
Cuando me llegó a mi domicilio fui inmediatamente a la oficina del Dr. Condón o
algo así, quien me espetó que ya había pasado el plazo y que por ende no me iba
firmar el pase de la OPS que era necesario para iniciar el trámite. Le mostré
la carta de aprobación de Lambert y NO., definitivamente NO! Entonces apareció
el vasco que llevo adentro, y grité que no me iba de la oficina mientras no
tuviera firmada la aprobación por parte de la OPS en Chile… además di un
puñetazo en el escritorio de la secretaria y seguí gritando. En cosa de minutos
tuve en mis manos la autorización. Los pasajes me llegaron al viejo estilo de
estas instituciones una semana antes que se iniciara el curso. Viajé en Air
France hasta Paris. Desde allí a Ginebra en un viejo avión Carabelle casi ya en
desuso. A Lausanne arribé en un hermoso y moderno bus. Al día siguiente me tomé
un tour por el lago Lemán en un barquito de turismo. El lunes estaba en el curso
de inmunología con unos 40 compañeros de todo el mundo, africanos, asiáticos y
sudamericanos.
Alojé en un recinto universitario mixto. Mi
departamento era contiguo al de una argentina. Más allá una venezolana. Pero,
cada uno por su lado… Ah! Y los baños eran mixtos también, lo que era una
incomodidad para los latinos, que no estábamos acostumbrados a este tipo de
promiscuidad…
Saliéndome un poco del curso, tuve oportunidad de
subir con todos los compañeros a Le Diablerette que estaba a unos 3.500 metros de
altura en los Alpes. Para llegar tan arriba había que utilizar tres tipos de
funiculares. En el tercero llegaba a dar miedo, pero en fin, desde las alturas
se veía el valle tan chiquito que nos parecía ir en un avión. Y los altos
picachos se veían tan cerca y tan hermosos…Inolvidable. Otro día fuimos a un
pueblito cercano en que estaban en plena fiesta tradicional. Yo bailé en una
tarima con una señora suiza, que me dijo que los chilenos eran lo mejor de
Sudamérica, delante de los otros… y cuando supo que mi apellido materno era
Etchegaray tuvo una explosión de alegría porque ella era descendiente de
vascos… Muy bonita la fiesta, con trajes llenos de colorido pero con bailes más
bien fomes… Otro día fui a Avon en la frontera con Francia, acompañado con mi
amiga Elena que era de Caracas y obviamente hablaba español… Con un grupo, que
no era del curso, comimos "fondue" de queso y cerveza, en cantidades
como lo podía hacer en aquellos años, en que no me preocupaba ni el colesterol
ni la hipertensión…
Conocí Ginebra, sede de la OMS, Berna y la Bayer,
Zurich una hermosísima ciudad, Lucerna una ciudad de origen italiano, y
Montreaux con su hermoso casino a orillas del lago. En Lausanne subí a las
torres de un par de iglesias protestantes, y desde allí observé el lindo
panorama de la ciudad. Una anécdota fue encontrarme en la zona de las campanas,
con unas gringas que estaban orinando obviamente a calzón quitado…Increíble
pero cierto!
Incluso un fin de semana fuimos a Italia en un auto
arrendado, un amigo africano y dos doctoras de Nigeria, a las que no dejaron
entrar en Italia por no tener visas. De Suiza a Italia pasamos los Alpes por
abajo, por el túnel San Bernardino de unos 20 kilómetros de largo.
Impresionante. Así como en Suiza no había una hoja seca ni caca de vacas en los
campos, al otro lado en Italia, la mugre hacía nata en los bordes de la
carretera. Muchos castillos a lo largo del camino y muchos puentes y túneles.
Una hermosa carretera. En Italia conocí Milán con su catedral de los mil picos,
Venecia con sus casas y puentes sobre el mar, sus góndolas y la Plaza de San
Marcos. ¡Los italianos llenos de cordialidad, y el vino y la comida
exquisitos…!
Vuelvo al curso. Demasiado bueno el curso. Muy básico.
Hecho por investigadores. Y muy médico… Nada de veterinaria. Incluso un señorón
de la OMS se refirió de mala manera a la simbiosis de Calmette y Guérin, uno
médico el otro veterinario, diciendo que el vete Guérin sólo le había servido
para sostener a los animales. ¡Qué equivocado estaba! Guérin tiene unos 40
trabajos científicos publicados. En todo caso el curso me sirvió bastante para
actualizar la enseñanza de inmunología en el post grado!
No puedo dejar de recordar la fobia que había en
Europa contra Pinochet. Cuando conversé con algunos exiliados, ellos me dijeron
que evitara hablar con los "cabezas calientes" que no me iban a
perdonar mi manera de ver las cosas en Chile, y eso que yo era izquierdista...
Un día que entramos a un laboratorio de inmunología me encontré con un poster
que presentaba una calavera, con el clásico casco alemán de Hitler y como
trasfondo la cara de Pinochet. Sin comentarios.
2.- De Suiza (Zurich) a Italia (Roma)
Estuve un día en Zurich una hermosísima ciudad casi
perfecta. Desde allí me fui a Roma. Lo primero que vi fue el Coliseo Romano,
lleno de gatos; estuve en el lugar donde los leones se comían a los
cristianos... Aprecié La Piedad y Moisés extraordinarias esculturas de Miguel
Angel! Y el monumento a Giuseppe Garibaldi, unificador de Italia. Roma respira
antiguedad, sus iglesias, sus calles y monumentos, todo digno de verse! Tomé un
tour y me metí en la inmensa catacumba de santa Catalina, tan impresionante era
que me llegó a dar claustrofobia. No lo olvidaré jamás! Un buen día me fui
caminando al Estado del Vaticano, aprecié la belleza imponente de la Catedral
de san Pedro, estuve en la Capilla Sixtina, y en la tumba de los papas; como no
tenía plata me colaba en los pequeños tours para escuchar aburridas historias
de arquitectos, duques y otros. Lo mejor que hice fue subir hasta la cúpula y
andar entre los apóstoles que están muy arriba en el techo. Ah! el papa andaba de viaje en EE.UU., lo que
era todo un acontecimiento! Aburrido de caminar tomé un tour barato y me fui a
la Isla de Capri con sus cuevas marinas y un mar hermoso de color azul
violáceo. Antes habíamos pasado por Nápoles, la casa donde nació la Sofía
Loren, y lo mejor el volcán Vesubio, imponente en el horizonte...
Desafortunadamente no pude ir a Florencia, la ciudad del arte...
3.- De Roma a Paris
Lo primero que hice en Paris, fue bajarme del avión e
ir a la Catedral Sacre Coeur ubicada cerca del barrio latino. Esa catedral es
imponente de grande. De allí "bajé" al centro de Paris apreciando la
belleza de las francesas y su gusto por la moda. En esos años se llevaba el
color morado. Toda la ropa femenina eran matices de este color. No cabe la
menor dudad que los franceses tienen buen gusto para vestirse. Después conocí
la catedral de Nótre Dame con su bello estilo románico. Obviamente me di una
vuelta por el Sena en un moderno barquito para turistas. Conocí también la
tumba de Napoleón. Subí hasta lo más alto de la torre de Eiffel con más de 300
metros de altura. Todo un espectáculo, la torre en si mismo, y el paisaje que
se apreciaba desde arriba.
Lo mejor del viaje fue mi visita al Museo del Louvre.
Tuve el acierto de ir primero al área de esculturas donde aprecié la Venus de
Milo, hermosísima, no pude evitar la tentación de tocarle una pierna; el código
de Hammurabi grabado en una estela de diorita, de un negro azabache. Y las
tumbas de los faraones egipcios, bajorrelieves egipcios y un montón de antiguas
reliquias del imperio egipcio. Realmente gocé con todas estas esculturas y
antigüedades que sólo están en ese museo francés. Al día siguiente visité la
extraordinaria pinacoteca con su máximo exponente la pintura de Leonardo da
Vinci "La Mona Lisa" también llamada "La Gioconda". No
olvido su misteriosa sonrisa que parece reírse de quien la mira... Después vi
tantos retratos de diferentes escuelas, que sencillamente me cansé y no aprecié
su belleza...
Algo de veterinaria. Un buen día tomé el metro y me
fui a visitar la Escuela de Veterinaria de Alfort. El edificio de estilo
francés del siglo XVIII, bien antiguo, que me recordó la escuela de veterinaria
de la Quinta Normal. Logré conversar con algunos profesores, pero mi francés no
era bueno, y ellos no hablan inglés por principio. Eso si, me regalaron algunos
trabajos impresos.
4.- De Paris a Rio de Janeiro
No debí haber gastado mi tiempo ni mi poca plata en
esta escala. Sentí el golpe de la pobreza al viajar en bus desde el aeropuerto
al centro de Río. Lo que contrastaba con lo que aprecié en Suiza, Italia y
Francia... Años después viajaría varias veces a Brasil. En fin, fui al Centro
Panamericano de Fiebre Aftosa invitado por el Dr. Vicente Astudillo (QEPD),
chileno, quien me había asesorado en estadística en mi tesis. Grande el
Instituto y con muy buenos laboratorios. Todos dedicados exclusivamente a la
fiebre aftosa, y al estudio epidemiológico de esta enfermedad en Sudamérica. El
Dr. Roberto Goic M. asesor de la OPS me invitó a almorzar a su casa, una
espléndida mansión con hermosos patios llenos de exuberantes flores. Al otro
día volví a Chile y a mi trabajo en la universidad.
LA MEDICINA VETERINARIA Y YO. VI.-
Mi vida universitaria entre 1977 y 1986.
Viaje de estudio a España
1.- Universidad de Chile (1977 - 1986). Pareciera ser
que en este lapso de tiempo transcurrió mi mejor época universitaria. Hice
muchas cosas en investigación y en docencia. Ya era profesor asistente!
Recuerdo haber sido invitado por la Dra Aída Cubillos como
Asesor en técnicas de cultivos celulares al Laboratorio de Patología Aviar.
Facultad de Medicina Veterinaria. Universidad Austral de Chile. Valdivia.
Agosto, 1981. Me atendieron extraordinariamente bien en la Austral de Valdivia.
Hice cultivos celulares de fibroblastos de pollo, y cultivos de hepatocitos y
de células renales de pollo que nunca antes había hecho. En Patología aviar
tenían de todo para hacerlos, sólo les faltaba iniciarlos y aprender las mañas
que tienen.
Algunos cursos que tomé en aquel entonces fueron:
- Evolución de las Teorías de la Evolución. Prof.
Desiderio Papp. Escuela de Graduados. Facultad de Ciencias Agrarias,
Veterinarias y Forestales. Universidad de Chile. Abril - Julio, 1982.
- El Ecosistema y el Hombre. Prof. M. Peralta. Escuela
de Temporada “El Hombre Contemporáneo”. Dirección General Académica.
Universidad de Chile. Enero, 1983.
- Genios Científicos. Prof. Desiderio Papp. Dirección
de Extensión. Facultad de Ciencias Agrarias, Veterinarias y Forestales.
Universidad de Chile. Abril - Julio, 1983.
- Culturas Autóctonas Chilenas: Pasado, Presente y
Futuro. Escuela Internacional de Temporada. “El Hombre y su Relación con el Mundo
Circundante. Un desafío al tercer milenio”. Dirección General Académica.
Universidad de Chile. Prof. Jacqueline Madrid. Enero, 1984.
- Hacia una Interpretación de la Vida. Visión
Multidisciplinaria. II Jornadas Nacionales Interuniversitarias de Extensión.
Santiago. Agosto, 1984.
¡Fue un honor haber asistido a los últimos cursos que
dictó Desiderio Papp, uno de los 10 grandes sabios que hubo en Chile!
En investigación seguí con estudios atingentes a la
veterinaria chilena con temas de este orden:
- Inoculación experimental en bovinos con cepas del
virus herpes bovino tipo 1 aislados en el país. Proyecto A 2031 (1984 - 1985).
Departamento de Desarrollo de la Investigación. Universidad de Chile.
Co-investigador.
- Estudio etiológico del síndrome diarreico agudo del
cerdo lactante. Proyecto ODEPA (1984 - 1985) 07/85 FIA. Co-investigador.
- Rinotraqueítis infecciosa bovina. Infección
experimental de hembras gestantes con cepas de virus herpes bovino tipo 1
aisladas en Chile. Proyecto Nº 369. FONDECYT (1987 - 1988). Investigador
responsable alterno.
- Leucosis Enzoótica Bovina. Detección directa del
virus leucosis bovina y estudio de la dinámica de la infección a nivel predial.
Proyecto Nº 88/0537. Investigador colaborador.
También tuve participación en diferentes comisiones de
la Facultad: Comisión de Evaluación Departamental (1/julio/1975 -
23/mayo/1985). Comisión Central de Evaluación (24/mayo/1985 – 16/junio/1988;
13/marzo/1995 - 30/septiembre/1995). Primeras Jornadas de Política y
Desarrollo. Presidente Comisión de Investigación. Agosto, 1985. Comisión
Central de Acreditación (1987 - 1990).
En este tipo de actividades evaluativas siempre tuve
una sola actitud basada en: “Él que tiene, tiene, y él que no, no”. Parece simple
pero había algo de fondo: al decir el que tiene, tiene, y no se le puede
desmerecer; y el que no tiene no se le debe premiar. Ah! Y en la duda mejor era
incentivar subiéndolo, es decir dándole la oportunidad para que luego
demostrara que tenía la capacidad.
Y fui consejero de Facultad. Consejo Facultad de
Ciencias Agrarias, Veterinarias y Forestales. Universidad de Chile
(11/noviembre/1984 - 31/marzo/1985). Elegido por 3 votos. Todo debido a que la
oposición de la época consideró inviable participar.
Lo más importante fue haber sido designado como
Director responsable de la revista Avances en Ciencias Veterinarias de la
Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias. Universidad de Chile.
(15/octubre/1985 - 31/diciembre/1995). Realmente me dediqué a esta función con
el máximo de mis energías. Como era bueno para redactar también lo era para
corregir y perfeccionar los escritos. Para llevar a cabo esta responsabilidad
tuve que lidiar con el consejo editorial que de repente se ponía conflictivo.
Cuando dos de ellos discutieron y hicieron por un trabajo de uno de ellos, sortee
la cuestión trabajando sólo con un mini comité, dejando los temas puntuales
para los especialistas. Y no hice más reuniones que eran puras discusiones que
no entregaban soluciones. Y había considerado renunciar como director…Cabe
señalar que me nombró, en última instancia, el Decano Hugo González F. a quien
sólo le pregunté si había fondos para solventar la revista. Él me aseguró que
podría nombrar a mis asesores libremente. Sólo me sugirió al Dr. Gustavo Montes
O. (QEPD). En 1995 o sea 10 años después el decano Iñigo Díaz C., me echó
olímpicamente de la dirección. En su debido momento me referiré a dicha acción
mas bien propia de los decanos militares. Nunca renuncié, preferí irme de la
Escuela y para siempre…
En esa época participé en varias tesis de grado del
programa de Magister:
- Caracterización de la población canina como apoyo al
control de la rabia, República del Paraguay. Anibal Barreto A. Académico
Facultad de Medicina Veterinaria. Universidad Nacional. Asunción. Paraguay.
1977.
- Determinación de anticuerpos específicos contra
bacterias de la mastitis bovina (Streptococcus agalactiae) por el método de
inmunofluorescencia indirecta. Juan Carlos Durán R. Académico Facultad de
Ciencias Agrarias y Forestales. Universidad de Chile. 1978.
- Estudio preliminar sobre el efecto de etil carbamato
(uretano) en la evolución de un primer transplante de adenocarcinoma mamario
espontáneo en ratón C3H. Anne Wallace R. Académico Facultad de Medicina. Sede
Norte. Universidad de Chile. 1978.
- Antecedentes epidemiológicos del complejo
rinotraqueítis infecciosa bovina/vulvovaginitis pustular infecciosa (RIB/VPI)
en Chile. Luis D. Moraga B. Académico Facultad de Ciencias Agrarias y
Forestales. Universidad de Chile. 1982.
- Síntesis de ácidos nucleicos por linfocitos de
sangre de bovinos normales e infectados con el virus de la leucosis bovina “in
vitro”. Giorgio Botto Z. Académico Universidad Católica de Santa Fe. Argentina.
1983.
Siempre fui bueno para hacer apuntes. Los hacía clase a
clase. Me servían a mi y a los alumnos. Los primeros libros de docencia fueron:
Virología Veterinaria. 1983. Berríos P. y M.O. Celedón. Texto de 179
páginas. Imprenta Serimpres. Inmunología Veterinaria. 1984. Editor y
co-autor. Texto de 184 páginas. Imprenta Serimpres. Inscripción Nº
59675/24/4/1984.
Participé como virólogo en diversas mesas redondas:
- Viruela en bovinos y humanos. Aspectos etiológicos y
control. Participantes. P. Berríos, F. Fuschlocher y G. Mora. Moderador: G.
Mora. Departamento de Clínicas. Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias.
Universidad de Chile. Agosto, 1967.
- Sindrome aborto en bovinos. Grupo de Enfermedades
Infecciosas. Departamento de Salud e Higiene Pecuaria. Facultad de Ciencias
Veterinarias y Pecuarias. Universidad de Chile. Participantes: P. Berríos, M.
Jarpa, J. Johnson y L. Pinochet. Moderador: L. Pinochet. Junio, 1975.
- Influenza equina en Chile. Academia Equina. Facultad
de Ciencias Veterinarias y Pecuarias. Universidad de Chile. Participantes: P.
Berríos, A. Casanova y M. Vicente. Coordinador. I. Palavicino. Junio, 1976.
- Situación actual de la fiebre aftosa en Chile.
Departamento de Salud e Higiene Pecuaria. Facultad de Ciencias Veterinarias y
Pecuarias. Universidad de Chile. Participantes: E. Aguilera, P. Berríos, L.
Pinochet y S. Quintard. Moderador: P. Berríos. Diciembre, 1976.
- Anemia Infecciosa Equina. Dirección de Graduados.
Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias. Universidad de Chile.
Participantes: P. Berríos, R. Maldonado, W. Rudolph y S. Urcelay. Moderador: L.
Zurich. Diciembre, 1980.
Jornada internacional de Zoonosis. UST.
Concepción. 2011
Las primeras charlas que dicté fueron:
- Aislamiento de mycoplasmas de origen bovino. Soc.
Med. Vet. Chile. Santiago. Agosto, 1969.
- Mycoplasmosis en bovinos. Sociedad de Microbiología
de Chile. Santiago. Diciembre, 1970.
Con esas charlas ingresé a las respectivas sociedades
que lo pedían como requisito.
Las primeras publicaciones de extensión fueron:
- Rusch K., P. Berríos, M. Concha. Influenza equina.
El Campesino. Organo oficial Sociedad Nacional de Agricultura. Nº 4: 36 - 37,
1977.
- Berríos P. Virus herpes en animales domésticos.
Monografías Med. Vet. 2(1): 51- 62, 1980.
- Mendoza J., P. Berríos. Enteritis viral canina:
Parvovirosis canina. Monografías Med. Vet. 3(1): 7 - 22, 1981.
- Berríos P. Aislamiento del agente causal de la
parvovirosis canina en Chile. Revista Perros y Caballos. Año 1. Vol. 6, pág.
13. 1981.
- Berríos P. Rinotraqueítis infecciosa bovina.
Monografías. Med. Vet. 4(2): 60 - 82, 1982.
- Berríos P. Rinotraqueítis infecciosa bovina. Qué es
y como prevenirla. El Campesino. Vol. CXIV Nº 1: 44 - 46, 1983.
En televisión tuve que exponer sobre temas de
actualidad:
- Influenza equina. Canal 13. H. Olguín. Marzo, 1977.
- Parvovirosis canina. Canal 11. E. González. Mayo,
1981.
- Influenza equina. Canal 7. Diciembre, 1985.
Lejos, la mejor entrevista fue la que me hizo el
famoso y malogrado Hernán Olguín en 1977.
En 2014 cumplí 50 años de actividad en la medicina
veterinaria.
Recibiendo el diploma por mis 50 años en
la medicina veterinaria.
El Colegio Médico Veterinario de Chile me otorgó el
Premio Nacional a la actividad científica, en enero 2006.
Recibiendo un presente por parte del
Colegio Médico Veterinario. 2006
2.- Viaje a España 1986
Tuve la suerte de ser invitado al VI Curso
Internacional Sobre Diagnóstico de las Virosis Respiratorias y Entéricas
Bovinas. Director: Alfredo Solana, becado por la Dirección General de
Cooperación Técnica Internacional. Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias. Departamento de Virología
Animal. Madrid. España. Octubre, 1986.
En este curso se discutieron interesantes temas
relacionados con la virología animal, las enfermedades infecciosas virales,
respuesta inmune, vacunas, y aspectos epidemiológicos. Todos los profesores
eran de primer nivel y sabían de que estaban hablando. En suma un curso muy
útil.
Los alumnos eran médicos veterinarios, todos de
América. Jóvenes y adultos. Y eran muy participativos en las clases.
Hice de muy buenos amigos, la brasileña Carmen Lucia
Ribeira (Calú) que era de Pelotas al sur de Brasil, la española Piedad Martin,
de Segovia, y mi gran amigo peruano Virgilio Rojas P. (QEPD) que era del norte
de Perú.
Además de asistir al curso tratamos de conocer lo más
posible con nuestros escasos recursos. Fuimos al Valle de los Caídos llamado
Santa Cruz del Valle de los Caídos por esa tremenda cruz que lo vigila desde
arriba... monumento construido por F. Franco en memoria de los muertos en la
revolución española, ejemplo, y no único, de cómo se matan hermanos con
hermanos, sin asco, con saña. A propósito, en todas partes se hablaba de
Pinochet, mejor era no decir que yo era chileno. Un profesor de apellido
Badiola, gran especialista en priones, se parecía mucho al general Badiola del
equipo de Pinochet. Yo le dije que debían ser parientes, el Dr. se inquietó, y
me pidió que no lo repitiera. Cosas de la época.
Visité la Escuela de Veterinaria de la Universidad
Complutense de Madrid. Conversé con un engolado profesor de Virología. Fui al
casino de estudiantes y había una algarabía enorme, se tomaba cerveza a destajo
y eran las 12 del día.
Un día, 12 de octubre, fuimos con Calú a la plaza de
toros, a una corrida de toros, un gran espectáculo muy vistoso, con mucha
grandiosidad, trompetas y gran colorido. Lo único malo y feo era que el toro no
sale vivo de la plaza. Al día siguiente cuando mis profesores españoles
supieron que habíamos ido a dicho espectáculo, manifestaron su desaprobación.
Según ellos no era un espectáculo para veterinarios. Yo les argumenté que había
ido específicamente a ver si un toro cogía a un torero, lo cual no les gustó
para nada. Dos semanas después, estando ya en Chile, un toro se vengó y
destripó a un torero...
Mi amigo Virgilio, según él descendiente de madre
inca, reclamaba constantemente cuando veía el oro ornamental en las iglesias
que visitábamos, expresando que era oro peruano! Y lo decía a toda boca...
Conversando con los profesores, encontraron que tenía
algo del genio español, pero les llamaba la atención mis ojos medio achinados
que tengo. Les expliqué que nosotros éramos amerindios, descendientes de
aborígenes y españoles, ya que los españoles no les habían hecho asco a las
indias, y se acostaban con ellas. Tampoco les gustó esa opinión.
No sentí el problema de los SUDACAS, más bien era
problemático ser de Chile, del Chile de Pinochet... Para colmo, me pillaban
fácilmente por la manera de hablar que era muy chilena...
En el curso yo no había dicho que era Ph.D, pero un
día intercambiando tarjetas con una argentina, muy simpática, se dieron cuenta
de mi estatus de elite. Y me pasaron a respetar más de la cuenta, lo que yo
francamente no pretendía.
Fui elegido para decir un discurso de despedida, a
nombre de los participantes del curso. Yo no quería, y alegaba que hablaba poco
y mal. Tuve que improvisar. Me hice un esquema mental, como para una clase. Y
me largué. Parece que lo hice bien, puesto que el representante del Ministerio,
que ya había hablado, pidió la palabra para agradecerme. La colega argentina me
decía: pero che, como decías que no hablabas, pero si hablas un kilo... será
pues...
Conocímos en Aranjuez el palacio real con su
magnificencia expresada en hermosas fuentes, jardines, salones y el dormitorio
de la Reina. En Segovia el acueducto de Segovia de la época romana, y el
Alcazar de Segovia. En Ávila la casa donde murió la santa Teresa de Ávila. En
Toledo apreciamos la industria-arte del acero toledano expresado en puñales y
espadas ... Estuvímos en el monasterio El Escorial, hermosísima construcción
con jardines, salones y el Patio de los Reyes. Inolvidable.
En el acueducto de Segovia, con Calú y
Virgilio (QEPD) 1986
El Alcazar de Toledo que es un verdadero museo
militar, durante la guerra civil española los franquistas se defendieron hasta
el último y última mujer, sin rendirse a las fuerzas republicanas. Tremendo
baluarte con una historia muy parecida a las que nos orgullecen a los chilenos,
es decir al tema de no rendirse nunca...
No hubo castillo que no visitamos, en donde apreciamos
el esplendor y boato en que vivía la nobleza española. Hermosos y pesados
tapices, muebles de lujo. Cuadros estupendos. Pura historia. Para mi todo fue
muy natural, desde el idioma, y todo me parecía familiar, debe haber sido por
haber estudiado con los hermanos Maristas que eran españoles, y enfatizaban en
la cultura española, especialmente en la literatura...
Un buen día fuimos con un amigo español, muy español,
a conocer el Zoo de Madrid. Era un recinto muy acorde con las necesidades de
mantener con ética a los animales cautivos. Había bisontes, gorilas, camellos,
flamencos, búfalos, leones, guepardos, etc. Antes había conocido un Zoo
espectacular en san Diego California, que se recorría en una especie de
carritos sobre rieles, porque los animales andaban sueltos...
El arte estaba en los castillos, en las iglesias, en
todas partes. En el museo Del Prado admiré a la Maja Desnuda y los Fusilamientos
del 3 de mayo de Goya; los Borrachos, las Meninas de Velásquez, el Cristo en la
Cruz del Greco. Y Guérnica de Pablo Picasso, sencillamente espectacular!
Guérnica representa todo el horror de la guerra y el primer bombardeo de una
ciudad por la aviación nacista que apoyaba a Franco.
Madrid era y es una ciudad espectacular con el
monumento Los Cibeles, la Gran Vía, la Plaza Mayor, el Templo de Debot y el
Parque el Retiro, este último un lugar paradisíaco. También conocimos el lugar
en que están sepultado los reyes de España. Sobrecogedor por su larga historia.
El viaje terminó con una anécdota. Me fui bien
despedido de mis amigos y con mucha pena. Llegué al aeropuerto y no había
nadie. Me senté a esperar el vuelo y no pasaba nada. Pregunté qué pasaba con el
vuelo a Chile, y el español me decía, pues que llegaste muy adelantado, lo cual
era cierto, porque soy nervioso y en los vuelos me gusta llegar con tiempo para
relajarme. Pues que llegaste muy adelantado porque el vuelo es mañana... así de
simple. Volví al consulado de Argentina donde había una fiesta, y mis amigos no
lo podían creer. En fin me hice famoso por lo despistado. Nos volvímos a
despedir con lágrimas en los ojos. A mi amigo Virgilio no lo vería más. Me
había invitado a Cajamarca. Pero dos años después murió jugando fulbito, de un
ataque al corazón. Hasta el día de hoy he sentido la temprana partida de mi
amigo peruano que era tan optimista y soñador... Un muy buen amigo... y muy
joven...
Volví de España a casa de mi hermana mayor. Mi
matrimonio se había ido al diablo...
LA MEDICINA VETERINARIA Y YO. VII.-
Mis últimas actividades en la Universidad
de Chile (1986 -1995)
1.- En abril de 1986 me concedieron la jerarquía
académica de Profesor Titular de la Universidad de Chile, de acuerdo al
Reglamento General de Carrera Académica. Este título y el de Ph.D no me lo
quita nadie, ni por decreto. Me voy a morir con ellos. Ambos los conseguí a puro
esfuerzo sin empeño alguno, ni política, ni religión, ni compadrazgo, ¡sólo por
méritos!, de lo cual estoy muy orgulloso.
En 1990 fui nominado en la Comisión Superior de
Evaluación Académica de la Universidad de Chile (21/septiembre/1990 -
6/abril/1992). Una comisión de puros pesos pesados a cargo del Dr. Jorge
Mardones Restat, un profesor de excepción. Tuvimos un trabajo abrumador debido
a que se abrió la posibilidad de que cualquier profesor de la “U” podría apelar
a su última evaluación. Se evaluaba a toda la Universidad de Chile. Yo apliqué
mi máxima: el que tiene, tiene, y el que no, no. Y habían sus cositas por ahí.
A Mardones Restat, farmacólogo de medicina, se la gané una vez: él hablaba de
lapsus linguae y preguntó si había otro lapsus, y yo le contesté que sí: lapsus
calamis (error al escribir). Me miró asombrado, y yo le rematé diciendo que
calamis era pluma, la antigua pluma para escribir, conceptos aprendidos en la
dirección de la revista Avances en Ciencias Veterinarias… Otra vez le corregí
más que se escribe con acento cuando indica suma, me dijo que no, y no corrigió
el informe, que estaba plagado de más sin acento y no correspondía en ese caso
(mas sin acento significa empero). Cuestión de mando, Mardones Restat había
sido Ministro de Salud, toda una vaca sagrada… Por aquellos días se murió mi
guagua Damarita antes de nacer, por error médico de un dr de San Bernardo. Fue
una situación terriblemente dolorosa, de la cual mejor no quiero acordarme…!!!
De viaje en tren a hacer clases
Por aquellos años fui profesor en varias
universidades:
- Profesor conferencista: Facultad de Medicina
Veterinaria. Universidad Federal de Santa María. Rio Grande do Sul. Brasil.
Septiembre, 1993.
- Profesor visitante: Facultad de Medicina Veterinaria
y Zootecnia. Universidad Nacional Hermilio Valdizán. Huánuco. Perú. Diciembre,
1994.
- Profesor adjunto: Cátedras de Virología y Enfermedades
Virales. Facultad de Medicina Veterinaria. Universidad de Concepción. Campus
Chillán. 1992 - 1993; y de 1996 a 1999.
Mi última salida al extranjero, becado fue al
Instituto de Tecnología Agropecuaria. Centro de Investigaciones en Ciencias
Veterinarias. Buenos Aires. Argentina. Octubre, 1990. Becado por FAO. Llevé de
regalo una línea celular, RFE, obtenida en nuestro laboratorio. Y virus herpes
bovino para un estudio internacional que se realizó en el INTA Castellar, que
se tradujo en una publicación internacional.
Una anécdota: el Dr. Alejandro Schudel me molestaba
todos los días diciéndome este chilenito que habla tan fruncido. Me vengué en
Santa Fe en una comida, con pescado de río muy sabroso y buena cerveza. Al
negarme a servirme más alcohol por estar resfriado, Schudel me espetó: con
estos chilenitos habríamos llegado a la Isla de Pascua, y yo le respondí en voz
baja ¡No, porque nosotros no nos rendimos! A buen entendedor, pocas palabras. Y
quedamos muy buenos amigos. El loco Schudel es un gran profesional, de alcances
internacionales.
Los últimos proyectos de investigación en que
participé fueron:
- Estudio comparativo de cepas sudamericanas del virus
herpes bovino tipo 1. Proyecto INTA Castelar, Argentina. Investigador
responsable alterno. 1990 - 1991.
- Rinotraqueítis infecciosa bovina. Análisis del
material genético de cepas de virus herpes bovino tipo 1 aisladas en Chile.
Proyecto Nº 1027-90. FONDECYT (1990 - 1994). Investigador responsable.
- Virus parainfluenza tipo 3: Aislamiento, caracterización
y aspectos patológicos e inmunológicos de la infección natural y experimental.
Proyecto Nº 1047-90. FONDECYT (1990 - 1994). Co investigador.
- Diarrea viral bovina. Estudio prospectivo en ganado
bovino de la Región Metropolitana. Proyecto A 3141. Departamento Técnico de
Investigación. Universidad de Chile (1991 - 1996). Co-investigador.
- Evaluación de técnicas de diagnóstico virológico
para el virus diarrea viral bovina. Proyecto FONDECYT 1996 - 1997.
Co-investigador.
Un comentario sobre la investigación chilena: nunca
supe de un proyecto fracasado… Al final me anduvo desilusionando la formación
de grupos de investigadores que se ayudaban unos a otros en la selección y en
la evaluación… A mí me rechazaron un proyecto por no ser de utilidad para el país
(probablemente el árbitro fue del SAG), y el otro adujo que el proyecto era
malo de adentro, el árbitro fue un señor virólogo humano de muchos pergaminos
pero mala onda, o sea poquita cosa como persona...
Los últimos cursos en que participé fueron:
- Actualización sobre Fiebre Aftosa. Sociedad de
Medicina Veterinaria de Chile. Coordinador y participación en: Virus aftoso.
Principales características biológicas. Agosto, 1987.
- Diagnóstico diferencial de las principales
enfermedades que afectan a las especies de producción. Facultad de Ciencias
Agronómicas, Veterinarias y Forestales. Universidad de Concepción. Director: M.
Quezada. Participación en: Principales enfermedades víricas de los rumiantes.
Sindrome digestivo, y en Mesa Redonda: Avances en investigación en Patología
Veterinaria y nuevos métodos de diagnóstico. Agosto, 1990.
- Jornada de perfeccionamiento en enfermedades
virales. Colegio Médico Veterinario. Participación en: Principales enfermedades
virales del bovino. Diagnóstico y prevención. Temuco. Agosto, 1991.
- La necropsia, su importancia en el diagnóstico
anátomo patológico y el envío de muestras al laboratorio. Facultad de Medicina
Veterinaria. Universidad de Concepción. Director: M. Quezada. Participación en:
Diagnóstico virológico. Muestras de elección. Septiembre, 1996.
- Enfermedades infecciosas del equino. Diplomado:
Clínica, cirugía y medicina del equino. Director. Dr. Patricio Rodríguez L.
Universidad de Valparaíso. Sede Santiago. Agosto, 2004.
Las últimas tesis de post grado en que participé
fueron:
- Comparación antigénica de cepas nacionales de virus
herpes equino tipo 1 y virus herpes bovino tipo 1. María O. Celedón V.
Académico Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias. Universidad de Chile.
1987.
- Prospección serológica de las cepas variantes (D-274
y D-1466) del virus de la bronquitis infecciosa aviar en Chile mediante la
prueba de inhibición de la hemoaglutinación. William Cardoso M. Brasil. 1989
- Detección y distribución del virus parainfluenza
tipo 3 mediante métodos inmunohistoquímicos en ovinos con infección espontánea.
Javier Enciso G. Académico Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Universidad Nacional Hermilio Valdizán. Huánuco. Perú. 1991.
En esos años perfeccioné el libro docente de Virología
Veterinaria. 1983. Berríos P. y M. O. Celedón. Texto de 175 páginas. Imprenta
Serimpres. 2ª edición 1988. 3ª edición 1990. 4ª edición 1993.
Y sin saber cómo se me fue el tiempo en la Universidad
de Chile...
Charla en Chillán invitado por el Colegio
Médico Veterinario 2016
2.- Viaje a Huánuco, Perú 1994
Mi gran amigo Javier Enciso Gutiérrez, ex-alumno del
post grado y en ese momento profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y
Zootecnia de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán de Huánuco, Perú,
siempre me había amenazado con que yo iba a ir al Perú. Y así fue. Pero, no
pude ir al Curso Internacional "Avances en Patología Viral
Veterinaria" que se dictó en junio de 1994, porque me quebré el codo
derecho en diez partes al caer del segundo piso de mi casa que estaba
barnizando. Me operaron y con una muy buena fisioterapia quedé aceptablemente
bien.
Radiografía de mi codo quebrado y lleno de
clavos
Viaje a Lima en diciembre de 1994. Y desde Lima a
Huánuco en un viejo avión ruso un Antonov E80 que parecía que se iba a caer
apenas sostenido por sus turbohélices... Fui muy pero muy bien recibido y
atendido por mis colegas peruanos. La verdad es que se pasaron en atenderme
bien.
Me alojé en un Hotel de Turistas que estaba frente a
la plaza. Un hermoso hotel, casi señorial, diría yo. De primera. Huánuco recién
había celebrado 450 años de su fundación.
Me llamó la atención que la plaza estaba circundada
por dos vías de circulación con direcciones opuestas. Había que tener cuidado.
Los árboles de la plaza eran muy llamativos y frondosos cumpliendo muy bien su
papel decorativo. Curiosamente la catedral de Huánuco era de corte moderno. El
río Huállaga atravesaba la ciudad que tenía mucho de colonial, con sus bellas
iglesias y casas a la antigua. Me impresionó el puente de Cal y Canto,
evidentemente de estilo colonial. No se veían muchos autos pero si unos
triciclos cubiertos que nunca había conocido...
La universidad, de buena estructura, la estaban
pintando de azul los militares. Era época de guerrillas en el Perú de Fujimori.
Y los militares estaban en la universidad. Pregunté el por qué de esa
situación, y me contaron que un cierto día entraron guerrilleros fuertemente
armados y fusilaron a un profesor en frente de sus alumnos. Así de simple...
La escuela de veterinaria se ubicaba en varios
lugares. Hice las clases en un local universitario en el centro de Huánuco. Los
alumnos eran veterinarios, estudiantes, un médico, un zoólogo. Unos 50 alumnos.
Las clases eran en la tarde, lunes, miércoles y viernes. El curso de virología
animal duró casi un mes y se denominó I Curso de Post Grado en Virología. 1994.
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Universidad Nacional Hermilio
Valdizán. Huánuco. Perú. El director responsable fue el Dr. Javier Enciso G. Y
yo lo dicté íntegramente. Es bueno recordar que el curso de junio era más
amplio, participaban varios profesores, y yo debí haber hablado sobre
virología, rinotraqueítis infecciosa bovina, influenza equina y rotavirosis.
Pero por una maldita escalera que me falló estando yo arriba en el segundo
piso, no fue posible. Me quebré el codo derecho en 10 partes. Pero, debo
decirlo, al ir solo recibí hermosas atenciones en forma exclusiva!
El curso transcurrió sin inconvenientes. Un día en
medio de la clase hubo un temporal con truenos y rayos, sobrecogedor. Al final
del curso el Dr. Javier Enciso G. entregó un libro de Virología Animal de 57
páginas, del cual yo era el autor único y él editor responsable. Librito que ya
no tengo, lo presté y nunca más lo volví a ver... De paso hice un par de horas
de virología a un curso de veterinaria a alumnos muy jovencitos que parecían
intimidados por mi persona...ja!
Tuve la suerte de observar el Pillco Mozo que vigila y
protege a Huánuco, una enorme roca con forma humana que sólo se ve en las
tardes. Me costó verlo al principio... Un día fuimos a conocer las ruinas de
Kotosh, ubicadas cerca de Huánuco a unos 5 km, y al lado del río Higueras había
que atravesarlo en un andarivel y se llegaba a las famosas ruinas con el "Templo
de las manos cruzadas" propio del período precerámico. Para mi conocer
restos incaicos fue toda una novedad. Desgraciadamente no conocí ni Cuzco ni
Machu Pichu. Me hubiera gustado saber algo más de la Ley Moral de los incas, el
ANA SUA...
Un buen día comí cuyes, invitado por el Dr. Jesús
Rodríguez. Eran sabrosos como carne de pollo pero, chiquititos como comer
zorzales...
En el IDMA o Instituto de Desarrollo Agrario ví unas
crianzas de Brown Swiss espectaculares! Y pateras, no alumnas, sino crianzas de
patos. En la Cooperativa Velasco Alvarado había un trapiche colonial, piedras
de moler, cosas muy antiguas, cuando entré a un gran patio interior tuve la
extraña sensación de que allí había algo oculto bajo la tierra. Y debe haber
habido un tesoro enterrado, mi tercer ojo no se equivoca, ja!...
En Tomiyquchua estuve en las afueras de la casa de la
famosa Pericholi. Había una hermosa iglesia a la que iba la Perricholi. El
lugar era muy bonito! Fuimos a Tingo María, la ciudad de la coca, ubicada cerca
de la unión entre los ríos Monzón y el Huállagas, invitados por el decano Dr.
Praxedes Cubas, y dos colegas, en un autito, de los pocos que había en Huánuco
1994, el chofer se fue como loco bordeando precipicios que yo veía porque iba
en el asiento delantero. llegué a pensar aquí me saco la cresta y no en el
avión precisamente... En el camino se apreciaba toda la belleza del campo con
vegetación tropical. En el río Monzón habían balsas-canoas. Al llegar a Tingo
María se veía recortada en el perfil de los cerros Puma Ringri, la bella
Durmiente, que asemeja a lo lejos el cuerpo yacente de una joven y hermosa
mujer en eterno descanso. En la tarde fuimos a la Cueva de las Lechuzas,
fascinante lugar geológico. Para llegar arrendamos un viejo auto con doble
suspensión, que era capaz de viajar por el lecho pedregoso de un riachuelo.
Duro el viajecito... Pero, valía la pena ver las estalactitas y estalagnitas en
el interior de la profunda cueva de las lechuzas. Tingo María de clima
tropical, era por cierto muy calurosa.
Debo recordar veladas inolvidables con los colegas
profesores, en que me entusiasmé con las cervezas que no me curaban, incluso
llegué a pensar que tenían menor graduación alcohólica, un exquisito plato de
cerdo con una papa peruana muy agradable. Cómo me habrá subido el colesterol...
pero no me arrepiento
En la recepción de despedida agradecí las atenciones
recibidas, y en el coctail me tomé unos buenos vasos de pisco sour junto a los
alumnos del curso. Pisco sour muy rico, de buen sabor y más fino que el que se
sirve por acá...
La Sra. representante del rector de la Universidad me
regaló una linda muñequita para que no olvidara a las mujeres de Huánuco, y un
sobrio recordatorio que todavía tengo en la pared de mi oficina! La muñequita
me la robaron...
Después fui invitado a una fiesta con bailables y
todo. Al despedirme y recordar a mi amigo Virgilio, fallecido, me emocioné
hasta las lágrimas.
Volví a Lima en un avioncito que primero iba a dar la
vuelta a Tingo María. Lo recuerdo porque el avión no tenía aire acondicionado...
Y Tingo María es tropical y calurosa. De Lima a Santiago. Y en Santiago mi
último año en la Universidad de Chile, de la cual me retiré en diciembre de
1995, jurando no volver más a esa casa de estudios, lo que no cumplí, ¡Qué
diablos! es el "alma mater"...
LA MEDICINA VETERINARIA Y YO. VIII.
Mi paso por la Universidad de Concepción
(1992 - 1999)
En esa época la Escuela de Medicina Veterinaria de
Chillán era la única por esos lares. Ahora la U de “Conce” tiene otra escuela
en Concepción, y una privada tiene otra. Y otras más… ¿No será como mucho? ¿De
dónde sacan tantos profesores acreditados como docentes universitarios?
Obviamente alumnos no les van a faltar...
Desde muchos años atrás visité Chillán al asistir a
congresos y reuniones varias. Me gustaba mucho la plaza de armas, el mercado y
la avenida de los cerezos en flor. Lugares de gran atracción turística. El
Campus Chillán en que estaba la escuela de veterinaria también era muy hermoso,
en realidad era un parque con unos tremendos árboles. En ese lugar estaba la
casa de huéspedes donde alojaba, y los recintos académicos donde hacía las
clases. Tenía una muy buena biblioteca, con bibliotecarias muy profesionales, y
simpáticas además.
Debo reconocer que lo que más me gustaba era el viaje
en tren desde San Bernardo a Chillán. Lleno de peripecias y sabrosas anécdotas.
Siempre dije que lo único bueno que tenía el viejo tren eran las azafatas. Era
así en esa época.
Hice clases de Virología y Enfermedades Virales desde
1992 a 1999. En esa época aprendí algo de infecciosas virales. Los cursos eran
iguales a los que he conocido en otras universidades, con muchos alumnos sin
vocación y poca aptitud académica. La mayoría de ellos simpaticones y medio
flojones... recuerdo a un curso en que había agregado un par de horas para
seminario, el que desgraciadamente tenía horario después que el curso regresaba
de una salida a terreno. Y como los alumnos no se comportaban lo cerré en medio
de una presentación sobre priones y vacas locas. Fuera de eso, lo de siempre,
eran campeones para reclamar por las preguntas de las pruebas. Y los 3,9
llorones para subir a 4,0. Algo propio de Chillán, a clases en horario de 8:30
sólo iban unas 10 chiquillas a tomar apuntes. Los varones descansaban (El
descanso del guerrero...). Eran buenos para el trago, según ellos por el frío.
Después inventaron algo mejor para el frío: vivir en parejas... Cada uno sabe dónde
le aprieta el zapato. Recuerdo a un joven que me criticaba por hacer 3 horas
seguidas de clases, horario que obviamente me había impuesto la universidad.
Pero, el joven que me criticaba, que era el presidente del centro de alumnos de
veterinaria, no iba nunca a clases...
Otra historia fue la de una niña que sacó un 2,0 en
una prueba y al repetirla no subió la nota y empezó a presionar por una tercera
prueba a lo que me negué rotundamente. La estudiante reclamó, y la dirección de
escuela me pidió por escrito que le hiciera una tercera prueba a lo que me
negué aduciendo que era injusto para sus compañeros. La niña se la jugó y mandó
una carta a rectoría quejándose por aquella situación. El rector me envió los
papeles de la queja, y tuve el desagrado y vergüenza de leer una carta tan mal
escrita tanto en ortografía como en sintaxis, y con muy malos argumentos.
Petición que no prosperó pero que me hizo pasar un mal rato con mis pares
académicos... En esas pruebas me di cuenta de algo terrible, al comparar virus
con células algunos alumnos evidenciaban no tener claro el concepto de
célula...
Yo tomaba exámenes en forma verbal. Una vez me
equivoqué al poner la nota y una pobre chiquilla que no sabía para el 4 aprobó
por error mío. Obviamente nadie me lo dijo en el momento, pero, fue mi
equivocación. Otra tallita fue la de una chiquilla de buena figura, que no
encontró nada mejor que contornear sus curvas insistentemente tratando que yo
le subiera la nota, como no lo hice no me saludó más, peor aún, me hacía
grandes desprecios cuando me veía.
Tuve una ayudante a la que todavía recuerdo, la
"MIMI" María Eugenia Valdéz, hija de un médico de Linares. Tengo
buenos recuerdos de los colegas Manuel Quezada y Armando Islas. El colega Santa
María fue un buen decano y un buen director del Campus.
Por esos años entregaron el nuevo edificio para los
huéspedes que vino a reemplazar al vetusto y mal tenido lugar para invitados.
Un día encontré un terrible olor a caca y me quejé a la autoridad. Los maestros
habían dejado un conducto cerrado. Otra vez noté que el gas no funcionaba,
ahora los maestros chasquillas no había abierto el conducto de salida del gas.
Por suerte no explotó al encender la ducha... La tercera fue más grave porque
al quedar los techos mal terminados el agua entró al saloncito de estar y
reventó el televisor, y ante la emergencia eléctrica me enviaron a dormir a un
hotel en el centro de Chillán. Curiosamente la señora a cargo del edificio me
tildaba de reclamador con la sonrisa en los labios, por suerte...
En marzo de 1999 se terminó de imprimir el libro
"Inmunoprofiláxis en Medicina Veterinaria. Principales Vacunas Utilizadas
en Animales Domésticos" Cuyos autores fueron P. Berríos y J. López.
Lo más anecdótico era el viaje semanal que hacía para
ir a Chillán. Debí llevar ratoncitos lactantes para el práctico de Virología, y
como estaba prohibido hablé con las azafatas a las que les llamó mucho la
atención los pequeños ratoncitos lactantes. En ese momento me hice amigo de las
chiquillas azafatas que eran muy simpáticas. Lo mejor del tren. En un viaje me
invitaron a ir en la sala de maquinistas, entre Talca y Curicó. Curiosamente
tenía más anécdotas ferrocarrileras que los propios maquinistas... frutos de
mis viajes en tren entre 1948 y 1955. Un día les regalé un pan de Pascuas al
personal del convoy, era un extraordinariamente delicioso pan de Pascuas que
hacía mi suegra Sra. Olpha. Fue muy agradecido. La verdad es que el pancito no
tenía nada que ver con los que se venden en el comercio. Y por un pan de
Pascuas me gané una apuesta, ya que pasé por el carro de los fumadores,
ofreciendo pan de Pascuas casero. Sí, lo hice pero en baja voz...En los viajes
en tren, estudiaba, leía, oía música clásica y conversaba y conversaba. Se me
hacía corto el viaje, que duraba entre 4 y 5 horas. Una vez me encontré con un
compañero del internado del Liceo de Talca. Fue emocionante, incluso cantamos
el himno del internado. "quiero ser del internado donde la vida es mejor,
donde la vida es mejor. En la puerta hay un candado y en la mesa un inspector.
Los primeros y los quince sábanas hay que cambiar. Lunes, miércoles y viernes
porotos hay que comer... Esta era la parte fija, el resto cambiaba año a año.
Todo esto con música de una marcha alemana.
Lo mejor fue haber conocido a una señora campesina que
era de Trapa-Trapa y que me contó todo el episodio recurrente de la fiebre
aftosa, con fusilamiento de vacas y todo... Fue muy interesante conocer de viva
voz lo que pensaban los dueños de las vacas sanas que hubo que matar por haber
sido contactos con vacas enfermas.
Recuerdo a una simpática azafata que en uno de los
vaivenes del tren casi se cae y dice "Conchitas que me caigo..." Una
señora la imprecó por decir eso. La verdad es que Conchitas era el vendedor de
diarios y revistas del tren... Con Conchitas nos tomábamos unos buenos vinitos
para no aburrirme, especialmente en el viaje de vuelta. A mí me decían el
"profe" de San Bernardo"; incluso algunos despistados creían que
yo era ferrocarrilero... Era un viaje a la semana durante 7 años.
El 99 me aburrí de tanto viajar, y más que nada al
percibir que la U de Conce tenía las mismas mañas que la U de Chile. No entraré
en mayores detalles al respecto... Cuando finalmente llamaron a concurso para
proveer el cargo de Virólogo, en que pedían un doctorado y experiencia en
docencia e investigación, no se presentó nadie. Posteriormente recomendé a una
chiquilla de la "U" que le dio el pase a su marido que había hecho la
tesis en virología con la Dra. Celedón en la "U". Él quedó a cargo de
Virología y Enfermedades Virales gracias a su tesis... Al parecer le ha ido muy
bien...
De vez en cuando, la verdad muy de cuando en vez me
encuentro con ex-alumnos de veterinaria de Chillán. Los veteros ya han
cambiado. Están trabajando, casados y con responsabilidades. Me da gusto verlos
ahora...
LA MEDICINA VETERINARIA Y YO. IX.
Viajes a Perú y México. Mi fugaz paso por
las universidades privadas
1.- Viaje a Lima y Huánuco, Perú. 2002
En septiembre de 2002 fui invitado a Perú al XVI
Congreso Nacional de Ciencias Veterinarias en Huánuco donde dicté una
conferencia sobre virus influenza en animales domésticos: emergencia y
reemergencia. Además, en Lima participé en el Curso Internacional de Animales
Menores en el cuarto módulo sobre Avances en enfermedades virales. Vacunación,
bases y tipos de vacunas. Interactivo. Di una charla de 4 horas sobre vacunas y
vacunaciones. Esto ante unos 100 veterinarios de terreno. El Decano del Colegio
Médico Veterinario Departamental de Huánuco era el Dr. Ubaldo Flores B.
En la Universidad Científica del Sur de Lima, Escuela
de Medicina Veterinaria y Zootecnia, dicté una charla sobre la influenza aviar
en Chile en el Foro Veterinario "Enfermedades Virales Emergentes en Aves
organizado por mi amigo Dr. Antonio Ramírez V. En Lima mi estadía fue todo un
éxito, tanto desde el punto de vista científico como social, fui invitado al
Hipódromo de Lima a ver unas carreras en la noche y acompañado de esquisitos
pisco sour peruano. Además, me invitaron a cenar a un lugar distinguido, demás
está decir que la comida era realmente exquisita. Quienes me acompañaron eran
unas bellísimas personas.
De Lima viajé a Huánuco en un moderno bus que me mostró
lo grande que es la cordillera de los Andes con hermosos paisajes. Estuve a más
de 3000 metros de altura en una parada del bus, y no me afectó en nada la
altura. El paisaje cercano a Huánuco también era impresionante. Yo lo había
percibido desde el avión en mi viaje anterior. Hasta aquí todo bien, pero,
Huánuco ya no era la misma ciudad casi colonial que conocí en 1994. En 8 años
había cambiado radicalmente, llena de autos, juegos de máquinas en todas
partes. Una universidad nueva, construida en forma muy moderna. Todo era nuevo.
Pero de los amigos de antes, sólo vi a unos pocos. Todo había cambiado. Volví
de Huánuco por bus y de noche, con un dejo de pesar por la manera en que todo
cambia en tan poco tiempo...
Vuelvo a Santiago.
En 2003 fui socio fundador y Vice-Presidente de la
Sociedad Chilena de Infectología Veterinaria. Esa sociedad partió muy bien,
para luego decaer. Fui editor del boletín de la sociedad, que fue lo primero en
discontinuarse por razones de todo tipo, pero fundamentalmente por inercia y
poca dedicación. En el 2005 la sociedad me confirió el grado de Miembro
Honorario, el que agradecí en un sentido discurso en la Casa Central de la
Universidad de Chile. En su momento no acepté ser Presidente de la sociedad. De
lo cual me arrepiento, porque la habría hecho funcionar aunque hubiera sido
"on line". Lo mejor que tuvo la sociedad fue el estudio de vigilancia
epidemiológica de las enfermedades transmisibles de pequeños animales de
compañía. Estudio pionero en América Latina.
2.- Viaje a México 2006
En 2006 fui a ciudad de México al lanzamiento del
libro "Vaccinología Veterinaria" de los autores S. Mendoza, P.
Berríos, José del Ciprián Carrasco y Eliseo Hernández. Los autores eran de la
Universidad Nacional Autónoma de México. Cuautitlán Izcalli. Estado de México. Estuve en la casa de mi amigo Eliseo Hernández
quien junto a su señora Irma Tejeda, ambos Ph.D de Davis California, me
atendieron extraordinariamente bien. Los recuerdos de mi estadía son
imborrables. El lanzamiento del libro fue en el Palacio de Minería, monumental
edificio de majestuosa arquitectura francesa, que parece que se cae, debido a
los terremotos que le han movido y alterado el piso, pero no se cae. Tuve que
decir algunas palabras de agradecimiento, no exentas de emoción, y firmar
libros que se vendieron como pan caliente.
En lanzamiento del libro Vaccinología
Veterinaria en México 2006
En la UNAM, en veterinaria dicté una charla sobre la
situación de la influenza equina y aviar en Chile. La Escuela de Veterinaria es
de primera clase. Con una edificación propia de la ciudad de México. El campus
es sencillamente monumental. Todo en grande y con mucho arte.
Charla de Influenza equina en la UNAM de México. 2006
De todas las cosas bellas que tuve el gusto de
conocer, la más extraordinaria fue mi visita, de dos días, al Museo Nacional de
Antropología. Realmente había tantas obras de arte de los aztecas y pueblos
contemporáneos, que tendría que escribir un capítulo entero para describirlas.
Todo era impresionante. La tumba de Palenque, el calendario azteca, la
serpiente emplumada Quetzacoalt etc etc etc...
3.- Premio Nacional a la Actividad
Científica. Colegio Médico Veterinario de Chile. 2006
En enero de 2006 recibí el Premio Nacional a la
Actividad Científica del año 2006, otorgado por el Colegio Médico Veterinario
de Chile. Una distinción que aprecié mucho. El Dr. Hugo Díaz O. fue quien me
propuso. A la entrega de premios del Colegio, asistió mi papá, mis hijos, hermanas
y un par de nietos (hijos de una hija de unas de mi hermana). También
asistieron dos alumnas de veterinaria de la UAB. Tuve que decir un discurso de
agradecimiento. Me puse nervioso y no podía hablar, me saqué el pillo echándole
la culpa al micrófono. No quise hablar de ciencias ni menos de política. Hable
de mi paso por la vida desde los chalupones de Calbuco, a las carretas de
Curepto. De los vapores del sur de Chile a los ferrocarriles de la zona
central. Del telégrafo al correo electrónico. De mis viajes a países vecinos y
a Europa, primero en cuadrimotores turbohelice y luego en los grandes Jumbos.
De cuando andaba a pata pelada en los esteros de Curepto y de cuando di charlas
en Brasil, Uruguay y Perú. Fácilmente unos 50 años de actividades. No hablé de
mis actividades científicas, para quienes quisieran saber algo más les indiqué
que mi curriculum vitae estaba en el colegio Médico Veterinario. De cualquier
modo pienso que merecía el premio, obviamente junto a otros colegas.
Premio a la Actividad Científica. Colegio
Médico Veterinario
4.- Mi fugaz paso por las universidades
privadas
En la Universidad Iberoamericana de Ciencias y
Tecnología, entre 1999 y 2001, hice clases de Enfermedades Virales junto al Dr.
Livio Zurita A. quien hacía la sección de bacteriología. También participé en
el curso de Microbiología de la Dra. Nancy Poquet (QEPD) colaborando en
Virología. En Infecciosas eran tres cursos paralelos, lo que era una lata
pagada. Tuve un ayudante "ad honorem" el Dr Jorge Valenzuela, un
excelente alumno y actualmente un excelente profesional dedicado a los animales
de vida silvestre
Fui director del Departamento de Patología entre julio
y diciembre de 1999. Me retiré sin pena ni gloria porque no servía para esas
funciones. Nunca me entendí con el decano Iván Palavicino (QEPD). Me retiré al
ser mal interpretado en un problema de malas o malísimas notas que obtuvieron
los alumnos del curso de infecciosas exclusivamente por no haber tenido el
tiempo suficiente para estudiar un ramo que era de 6 horas semanales. Y hasta
ahí no más llegó mi paso por la Ibero. De vez en cuando me topo con exalumnos,
unicitos. Les va bien en sus actividades, de lo cual me alegro mucho. Volví en
2010 a hacer unas clases. También me aplaudieron una clase... Tengo buenos recuerdos de la Iberoamericana!
El 2001 fui profesor ayudante de la Cátedra de
Inmunología en la Universidad Mayor. Una Universidad de cierto prestigio. Me
llevó la Dra. Macarena Vidal jugando un poco con que iba a hacer clases de
Virología. Los alumnos se veían de mayor poder económico. Y se portaban mal en
los prácticos de inmunología, conversaban y conversaban. Tuve que hacer los
prácticos mesón por mesón. Un día me aburrí y empecé a tocar un poste en clave.
Un alumno me preguntó que hacía y le dije que les estaba enviando un mensaje en
clave Morse. Al preguntarme sobre qué decía, le contesté: Cállense m.....! Se
callaron unos minutos y siguieron... Una alumna me dijo que tuviera cuidado
porque ellos calificaban a sus profesores a final de año, yo le contesté que en
esa universidad no iba a seguir así que podían poner lo que quisieran. No
volví.
El 2003 hice clases de Virología en la Universidad de
Viña del Mar. Todo un caso con alumnos que venían de otras carreras. Sólo
recuerdo los viajes a Viña en época que no era precisamente de veraneo.
Desde el 2006 hice clases de enfermedades virales en
la Universidad Andrés Bello. Desde el 2008 realicé prácticos de Virología lo
que fue un craso error de mi parte. En esta universidad se repite la tendencia
de las carreras de veterinaria que van aumentando en número de alumnos pero no
en calidad. Ocurre en todas las universidades. Y algo que también es universal,
la ubicación de ramos de tercer año en primero y segundo año. Eso debe ser
bueno en Europa, EE.UU., y Oriente en que tienen alumnos de selección, muy
competitivos y de muy buen rendimiento. Veremos qué pasa con el tiempo. A lo
mejor es útil...Voy a extrañar a muchos amigos alumnos de la UNAB, amigos que
no tuve en otras universidades privadas...
Haciendo
clases de virología en la UNAB 2007
Mi estadía en la UNAB fue extraordinariamente positiva
entre 2006 y 2010!
Con mis buenas alumnas en la UNAB 2008
Posteriormente hice clases en la UPV y UPA. Terminé de hacer clases universitarias justo
al cumplir 50 años de profesión en 2013.
LA MEDICINA VETERINARIA Y YO. X.-
El día de hoy (1 de abril del 2021)
El día de hoy ya pasó. Es pasado. Y se integró a mi pasado. Con el pasar de los
días me siento como un río que cuando
llega al mar se asusta porque percibe que va a desaparecer…
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