miércoles, 30 de diciembre de 2009

CARACTERIZACIÓN DE LAS ACTIVIDADES DEL MÉDICO VETERINARIO CHILENO

Se conoce como profesión a la acción y efecto de ejercer un arte o una ciencia. El significado, la valoración y hasta la propia existencia de ésta, están en relación con el grado de respuesta que tenga respecto a las demandas de la sociedad, por lo tanto, debe permanecer en un estado de constante evolución para así adaptarse a las necesidades del hombre.

La Medicina Veterinaria no ha estado ajena a estos cambios, es más, es una de las profesiones que más ha debido adaptar su accionar al quehacer del hombre a lo largo de su historia. El presente estudio tiene por finalidad caracterizar las actividades de los Médicos Veterinarios chilenos y conocer la situación actual de la profesión. Bajo este contexto, se puso énfasis en las principales áreas de la actividad profesional, así como también en el nivel de especialización y el grado de satisfacción personal en el desarrollo de la profesión.

El método utilizado para la recopilación de información fue una encuesta que se aplicó mediante auto empadronamiento y que fue respondida por 619 veterinarios del país. El envío de ella fue a través de correo convencional. Se consideró al Médico Veterinario como unidad de muestreo, para lo cual, se utilizaron los listados existentes en el Colegio Médico Veterinario de Chile, Universidades y otras entidades tanto privadas como estatales, conformándose una base de 1.750 veterinarios, a los cuales fue enviado el cuestionario.


Del total de Médicos Veterinarios encuestados, el 69,6% pertenece al sexo masculino y el 27,4% al femenino. El 3% restante omitió la información. Estas cifras coinciden con la realidad histórica de la profesión, en la cual la población masculina se presenta superior en número a la femenina. En Chile, Vergara en 1967, señala que de los 620 profesionales inscritos en el Colegio Médico Veterinario, el 93,9% corresponde a hombres y sólo el 6,1% a mujeres, cifra que en ese entonces fue calificada como “extraña”, ya que la Medicina Veterinaria era considerada de ejercicio casi exclusivamente masculino. Estas cifras han ido evolucionando hasta el día de hoy, en que la mujer se ha incorporado paulatina y sostenidamente a la profesión. Según el Consejo General de Colegios Veterinarios de España, (1995), la población masculina alcanzaba el 71,4% y la femenina al 28,6%, cifras muy similares a los resultados del presente estudio.

Se consultó sobre las motivaciones para la elección de la profesión y la mayoría de los veterinarios consultados (con opción de respuesta múltiple), tanto hombres (54,1%) como mujeres (54,7%), argumentaron que fue por aptitudes personales, es decir, por su facilidad para desenvolverse en esa área. Similar situación es descrita en veterinarios australianos por Heath et al., (1996). En el caso de las mujeres, la opción mencionada en segundo lugar fue la posibilidad de trabajo (52,9%), a diferencia de los hombres, cuya segunda razón fue la vocación (48,25%). Este último fundamento se mencionó en tercera posición dentro de las mujeres (48,2%), posición que en los hombres ocupa la posibilidad de trabajo (43,6%). Las razones de beneficio económico, es decir, a aquellos que les interesó la carrera por la obtención de mayores ingresos, ocupó el cuarto lugar en ambos sexos, con un 10% en las mujeres y un 12,8% de mención en los hombres.

Considerando que muchos de los Médicos Veterinarios desarrollaba más de una actividad a la vez, se incluyó la variable prioridad, la cual clasifica a las actividades en Primordiales, Secundarias y Ocasionales, según el tiempo dedicado a cada actividad. Se observó que la mayoría de los veterinarios (80%), requiere realizar más de una actividad profesional para alcanzar su nivel de ingresos mensuales. Es así, como el 53,8% de los Médicos Veterinarios consultados, reparten sus horas de trabajo semanal en el ejercicio de dos actividades y 26,2% en tres o más actividades. Por otro lado, los que realizan sólo una actividad profesional, es decir, los de dedicación exclusiva, representan el 20% de los encuestados.

Al analizar el grupo de actividades denominadas Primordiales, es decir, aquellas que poseen el mayor número de horas de trabajo dedicadas semanalmente, la Clínica de Animales Pequeños aparece como la más desarrollada en el país, con un 28,9% de las preferencias, situación muy distinta a la revelada por Gantz (1962), el cual señala a la Sanidad Animal como la principal actividad profesional. Luego Vergara (1967), señala a la Producción Pecuaria y a la Sanidad Animal como las actividades más ejercidas en Chile. Ambos trabajos, califican a la Clínica de Animales Pequeños como una actividad de menor importancia. En Estados Unidos (Wise y Shepherd, 2004), esta última actividad aparece también como la más desarrollada entre los profesionales recién egresados con un 39,3% de preferencias, al igual que en veterinarios de Australia con un 40% (Heath, 2002), lo que demuestra la importancia de esta área en la actualidad. En España la situación se repite, ya que la dedicación a los Animales de Compañía aparece como la actividad de ejercicio libre más desarrollada, con un 24,4% del total de Médicos Veterinarios, semejante a lo observado en Chile.

Como segunda actividad más desarrollada, aparece la Docencia e Investigación Universitaria, con un 14,1% de las respuestas. Este resultado puede encontrar justificación en el alto número de Escuelas Veterinarias y otras instituciones de formación superior vinculadas al sector, que existen en la actualidad en Chile. En tercer lugar dentro de las actividades primordiales, aparece la Gerencia o cargo administrativo en función veterinaria, con un 9,7%, lo que demuestra la importancia de la profesión en áreas relacionadas con la Gestión de Empresas. En el cuarto lugar aparecen dos actividades muy relacionadas, como son el Control e Higiene Ambiental y la Epidemiología y Salud Pública, ambas áreas con el 9,4% de las respuestas. Éstos resultados, coinciden con los publicados por Gantz en 1962 y Vergara en 1967, los cuales señalan a la Salud Pública como a una de las cuatro actividades más desarrolladas en Chile. La Inspección de Alimentos de Origen Animal aparece como la quinta actividad más desarrollada por los Médicos Veterinarios (6%), seguida a mayor distancia de los Bovinos de leche con un 4,4%, de la Actividad Comercial (3,9%), de los Equinos (3,1%) y la Actividad Productiva (2,6%). En la opción “otras actividades” (3,1%), fueron señaladas distintas áreas con o sin relación directa con la profesión, dentro de las cuales, las más nombradas fueron Desarrollo Rural y Laboratorio Clínico.

Dentro de las actividades Secundarias, aquellas que realizan los veterinarios y que no constituyen su actividad principal, la Clínica de Animales Pequeños, vuelve a ocupar el primer lugar con el 20,7% de las preferencias, seguida, al igual que en las actividades primordiales, de Docencia e Investigación Universitaria con el 11,7%. Como tercera actividad secundaria más importante, destaca Control e Higiene Ambiental con un 8,7%, seguida de cerca por Epidemiología y Salud Pública y Bovinos de Carne, ambos con 7,5%. Los Bovinos de leche (6,9%) e Inspección de Alimentos (6,9%) comparten el sexto lugar. Gerencia o cargo administrativo en función veterinaria sigue con 5,1%. El resto de las actividades fueron mencionadas en menor número de veces, excepto los dedicados a Animales de Zoológico, los que no figuran como actividad secundaria.
Las actividades Ocasionales o Terciarias realizadas por los veterinarios, son desarrolladas por el 26,2% de los profesionales consultados. Dentro de ellas, la Clínica de Animales Pequeños ocupó la primera posición (11,1%), seguida de Docencia Universitaria (10,5%), Bovinos de Carne (9,9%), Bovinos de Leche (9,3%) e Inspección de Alimentos y Equinos, ambos con el 7,4%. Siguen más distanciadas el resto de las actividades, exceptuando a la Piscicultura, la cual no figura como actividad ocasional.

Al analizar las actividades primordiales de los Médicos Veterinarios, según tipo de ejercicio, la gran mayoría de los profesionales del país (67,5%), realiza su trabajo contratado, ya sea por un particular (23,1%) o por el Estado, en el llamado Sector Público (44,4%). Sólo el 29,7% de los Médicos Veterinarios encuestados, ejerce de manera libre, es decir, realizan su actividad primordial en forma particular. Estas cifras difieren con las descritas en Estados Unidos, en donde sólo el 1,9% de los profesionales egresados ingresa al Sector Público y el 69,8% ejerce de manera privada, (Wise y Shepherd, 2004). A nivel mundial se informa que un 27,77% de los veterinarios trabaja en organismos oficiales, un 46,33% en el ejercicio privado, un 15,38% en instituciones educacionales y laboratorios y un 10,52% en otras actividades (Kouba, 2003). No obstante, en España, las estadísticas muestran cifras similares a las chilenas, ya que el 46,95% de los veterinarios españoles, ejerce en el Sector Público (Consejo General de Colegios Veterinarios de España, 1995).

Al revisar la posesión de grados académicos avanzados de los Médicos Veterinarios, se observó que el 12,4% de los profesionales, posee el Grado de Master o Magister, cifra correspondiente al 9,4% de las mujeres y al 13,2% de los hombres. Así mismo, el 3,1% de los Médicos Veterinarios posee el título de Doctor o Ph.D., cifra que corresponde al 1,2% de las mujeres y al 3,9% de los hombres. Por otra parte, el 14,5% de los profesionales, posee otro tipo de postítulo, principalmente Diplomados. Este grupo, representa al 12,4% de las mujeres y al 15,1% de los hombres. De esta manera, 177 profesionales (28,6%) de los 619 que respondieron, están en posesión de una especialidad o un grado académico. En otros países, como Estados Unidos, el número de profesionales con estudios de posgrado es mayor al de Chile. En ese país el 31% de los Médicos Veterinarios posee el grado de Master o Magister, el 15% de Ph.D. y el 35% de Diplomado, lo que revela la gran importancia que existe en los Estados Unidos por la especialización (Ross, 1994), a tal punto, que de los graduados el año 2002, el 24,7% ya se encontraba realizando estudios avanzados (Wise y Lloyd, 2003). En España, las cifras se asemejan un poco más a la realidad chilena, ya que los profesionales con grado de Doctor o Ph.D., alcanzan al 4,66% del total de Médicos Veterinarios españoles (Consejo General de Colegios Veterinarios de España, 1995).

Respecto de las especialidades de los 77 Médicos Veterinarios con grado de Master o Magister, los más mencionados son Salud Pública (13 profesionales), Ciencias (10), Producción Animal (8), Medicina Preventiva y Epidemiología (8), Patología (7) y Gestión de Empresas (5).

En el caso de las especialidades de los Médicos Veterinarios con grado de Doctor o Ph.D., se aprecian las distintas competencias de la carrera, que abarca áreas tales como las Ciencias Básicas, Medicina, Economía, Salud Pública, Producción Animal, Alimentos y Vida Silvestre, sin un predominio de alguna de ellas.
El análisis de las especialidades de los Médicos Veterinarios chilenos con otro tipo de postítulo, cabe mencionar, como primera especialidad, al Medio Ambiente (16,4%), luego Administración (11,2%), Salud Pública (9,5%), Medicina de Animales Pequeños (7,8%), Producción (4,3%), Cirugía (4,3%) y otras especialidades con porcentajes menores.

También se consultó a los Médicos Veterinarios si habían asistido a cursos cortos de perfeccionamiento en los últimos cinco años. Distinguiendo entre hombres y mujeres, el resultado muestra que las mujeres alcanzan el 91,8% de asistencia, mientras que los hombres obtuvieron el 87,5%, lo que revela que existe una alta preocupación por el tema del perfeccionamiento, por parte de los profesionales. En total, el 88,9% de los profesionales había asistido a cursos de perfeccionamiento.

Un aspecto importante fue conocer el nivel de ingresos mensuales de los Médicos Veterinarios. La clasificación usada es la propuesta por Jordán (1999). De acuerdo a los resultados, se observó que la categoría C2, que representa al nivel socioeconómico medio-medio, es la que concentra el mayor número de profesionales con un 40,7%. El grupo C3, en tanto, es el que obtiene la segunda mayoría con un 30,7%, que se identifica con el sector medio bajo. El 19,9% de los encuestados seleccionó la categoría C1 considerada como media alta. Sólo el 0,8% de los veterinarios se reconoce en la categoría AB. En España, la situación se describe de manera similar a la de Chile, ya que 29,57% de los Veterinarios españoles recibe ingresos que van entre los 200.000 y las 300.000 pesetas, valores que corresponden a un nivel económico medio-medio, seguidos de aquellos que reciben remuneraciones que van entre las 100.000 y 200.000 pesetas (20,25%), que representa al nivel medio-bajo (Consejo General de Colegios Veterinarios de España, 1995). En Estados Unidos, una realidad socioeconómica muy diferente a la chilena, un 70,9% (Wise y Lloyd, 2003), y un 69,7% (Wise y Shepherd, 2004), de los veterinarios registran ingresos correspondientes al nivel C1 y superior.

Al diferenciar los ingresos de los Médicos Veterinarios por sexo, se advierte que los niveles alcanzados por las mujeres se concentran principalmente en el grupo C3 con el 45,3% de las respuestas, luego el 34,1% se identifica con C2, en tanto, que la tercera mayoría la constituye el grupo D, con el 11,8%.

Al consultar acerca del grado de satisfacción de los Médicos Veterinarios en el desarrollo de su actividad, el 44,6% de ellos la calificaron como satisfactoria y el 40,5% de muy satisfactoria, lo que revela un coincidente sentido de agrado a la hora de evaluar la actividad por parte de los profesionales. En tanto, el 10,3% la define como regular y sólo un 1,9% de insatisfactoria. Este grado de satisfacción coincide con lo señalado en 1967 por Vergara, el cual indicó que el 79% de los Médicos Veterinarios no cambiaría de actividad, principalmente por gusto hacia su trabajo, lo que reveló la satisfacción personal de los profesionales frente a su actividad, aunque el 21% restante, reveló en ese entonces, la existencia de un importante grupo que se mostró desengañado con la profesión, grupo que actualmente es menor. En España, en tanto, existe una notoria situación de desencanto, ya que el 25,6% de los profesionales no volvería a estudiar Medicina Veterinaria, principalmente por insatisfacción frente a la actividad realizada y por razones económicas, (Consejo General de Colegios Veterinarios de España, 1995).

Al evaluar el grado de conformidad frente al aporte social que realizan los propios Médicos Veterinarios, el 42,8% la califica como satisfactoria y el 40,2% como de muy satisfactoria. El 12,4% la define como regular y el 1,5% de insatisfactoria. Estas cifras revelan la complacencia que existe mayoritariamente frente al tema, el cual avala la vocación de servicio y el sentido social de la profesión, valores fundamentales para el desempeño de un individuo en la sociedad. Sin embargo, aquellos que la consideran de regular o insatisfactoria, denotarían cierto grado de conflicto y decepción frente al ejercicio profesional.

En tanto, la formación profesional recibida por los Médicos Veterinarios fue calificada principalmente como satisfactoria (49,1%), sin embargo, la proporción de profesionales que la definieron como muy satisfactoria, alcanzó el 28,3%, lo que se traduce en que existe un importante grupo de Médicos Veterinarios que sienten que su formación pudo ser mejor o más eficiente que la recibida. En efecto, el 16,6% de los profesionales declaró que su formación académica fue regular y el 3,4% la calificó de insatisfactoria, con lo que se puede observar que el 20% de los encuestados se siente disconforme con la educación recibida. Esta situación coincide, en algunos puntos, con el estudio de Vergara y colaboradores de 1970, en el cual se concluye que existían numerosas diferencias entre la formación ideal y la recibida por los Médicos Veterinarios, los que acusaban una serie de deficiencias en la formación profesional, que se traducía en una sensación de insatisfacción general. Por otro lado, en España, solamente el 4,47% de los profesionales encuestados en 1994, consideraba que los conocimientos impartidos en las Escuelas de Veterinaria, eran suficientes para el ejercicio profesional, en cambio, la gran mayoría de ellos manifestó una valoración negativa de la formación de pregrado (Consejo General de Colegios Veterinarios de España, 1995).

La valoración social, es otro tema fundamental a la hora de evaluar el desarrollo global de los Médicos Veterinarios. El 44,4% de los consultados señaló sentirse satisfecho con la valoración que el entorno social les otorga. El 24,4% la calificó de regular y sólo el 22,5% de muy satisfactoria. El 6,3% se declaró insatisfecho ante el tema. Cabe señalar que, por las características pluricompetentes de la profesión, los Médicos Veterinarios desarrollan múltiples actividades relacionadas íntimamente con el bienestar común, por lo que el reconocimiento a la labor desempeñada se transforma en un importante aliciente para el desarrollo profesional y personal de los veterinarios. Por esta razón, las cifras reveladas proyectan una señal preocupante debido a que muchos profesionales no se ven valorados por su medio, lo que puede ser uno de los principales motivos de la frustración que sienten algunos veterinarios frente a su labor. Dentro de todas las características evaluadas, ésta fue la que presentó el mayor número de respuestas insatisfactorias y regulares, lo que la transforma en la característica peor calificada del grupo.
A diferencia de la anterior, la valoración familiar, fue la característica mejor evaluada de todas, ya que el 53,3% de los Médicos Veterinarios la calificó como de muy satisfactoria y el 36,3% de satisfactoria, lo que demuestra el reconocimiento de la profesión en el entorno familiar. El 6,6% de los veterinarios la calificó de regular y sólo el 0,8% de insatisfactoria, los valores más bajos de todos las características estudiadas, lo que demuestra que el entorno familiar entrega el mayor grado de reconocimiento a la labor desempeñada por los Médicos Veterinarios.


Refrencia bibliográfica

Luis Ibarra (MV, MSc); Luis Rodríguez (MV); Marcos Tricallotis (MV); Mario Maino (MV, Dr Ec Agr). Caracterización de las actividades del médico veterinario chileno. Avances en Ciencias Veterinarias.19:3 - 9, 2004.

Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile.
Casilla 2, Correo 15, Santiago, Chile.

3 comentarios:

  1. La caracterización de las actividades del médico veterinario realizada por Dr Luis Ibarra M., colega y amigo, es un muy buen trabajo sobre nuestra realidad profesional. Trabajos como éstos nos permiten realmente tener una idea objetiva sobre nuestra profesión en Chile

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  2. Según Claudia Goldin de la Universidad de Harvard las mujeres son el 77% de todos los veterinarios de nuevo cuño, pero eran una fracción insignificante hace 30 años". Las mujeres son el 25% de todos los MBA reciente de la Universidad de Chicago, pero son el 8% de los que trabajan en el capital de riesgo. Las mujeres son más propensas, por ejemplo, a las economías laborales de los macroeconomistas. "Pero en otros casos la decisión es en gran parte por un deseo de vida laboral y familiar que implica un equilibrio entre los ingresos y los aspectos del trabajo, tales como flexibilidad en el trabajo durante todo el año, semana y día.

    Sin embargo, el hecho de existir Clínicas de animales pequeños y abierta 9-6, seis días a la semana, sin noche y sin horarios de emergencia se han multiplicado. Ser un veterinario tiene un gran prestigio, lo que equivale a la de un médico. Los veterinarios trabajan menos horas que los MBAs y realicen más trabajo a tiempo parcial antes en su vida profesional. "

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  3. Muy interesante publicación Dr. Berrios-Etchegaray, me enorgullese profundamente que analice este tema, trabajado con el Profesor Ibarra y nuestro colega Marcos Tricallotis.
    Habrá que realizar un nuevo estudio, ahora, doce años después.
    Saludos,

    Luis Rodríguez, MV

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