IDEAS SOBRE EL MODO DE PROTECCIÓN CONTRA LA RABIA
Eliseo Hernández Baumgarte
México
En respuesta a tu petición te escribo estos puntos, que espero que te sean de utilidad.
Entre las proteínas del virus de la rabia (G, M, N, P y L) se encuentra la proteína N cuya función durante el ciclo celular es la de cubrir los ácidos nucleicos de nueva síntesis, de ahí que sea la proteína que inicia el genoma viral y la que se produce en mayor cantidad. También tiene la función (un tanto controvertida por los inmunólogos) de ser un “super-antígeno”. La vacuna Fuenzalida-Palacios es especialmente rica en esta proteína, de ahí que no requiera adyuvante para producir una buena inmunidad.
Todas las pruebas para cuantificar las vacunas, son la NIH , que son en ratones y evalúan la inmunidad ante la descarga virulenta del virus CVS (Challenge virus standard). Aparentemente las vacunas inactivadas para la protección de animales contra la rabia producidas en cerebro de animales inoculados experimentalmente, contiene también este super-antígeno en cantidades importantes.
Las pruebas de vacunación y desafío, evalúan la inmunidad humoral en los animales vacunados, y la recomendación de la OMS es que la vacuna produzca un nivel de seroneutralización de 1:20 o maá alto para considerar apropiada la vacuna para uso en la especie blanco sin necesidad de hacer el desafío.
Las vacunas de cultivos celulares con virus atenuados, contienen una gran cantidad de partículas defectivas del virus rábico, que por definición no son infecciosas, pero contribuyen a la inmunización preventiva.
No sé de ningún estudio en el que se haya evaluado la inmunidad celular en los animales vacunados, pero existe un estudio en el que se inyectan ratones por vía intracerebral con virus Flury HEP que es apatógena para los ratones destetados y después desafiándolos con CVS. En estas condiciones hasta el 50% de los ratones desarrollan rabia abortiva; es decir que se enferman con los primeros síntomas de rabia, y después de unos días, se recuperan. Al examen histopatológico, estos animales muestran una gran invasión de macrófagos y otras células sanguíneas en el encéfalo, así como una gran destrucción de células nerviosas.
Revisando un poco la patogenia de la rabia, podremos detectar los puntos vulnerables de la infección. Después de la mordedura, se deposita en el tejido subcutáneo y muscular una gran cantidad de virus contenidos en la saliva. El virus tiene varios receptores celulares en sus peplómeros y logra invadir fibroblastos y otras células localmente. En este sitio puede permanecer por largo tiempo, pero la cantidad de virus producido no es suficiente para inducir inmunidad en el animal (Acuérdate que el virus rábico no es citopático). Después de un tiempo, se adhiere a terminaciones nerviosas del tejido fibroso y muscular e inicia su ascenso por vía de los troncos nerviosos hasta los ganglios espinales de los cuernos superior e inferior de la médula. En estos puntos encuentra los primeros cuerpos celulares en donde se multiplica ya en tejido nervioso. De ahí pasa a las neuronas de la médula espinal y se empieza a difundir a los cuerpos celulares con los que la neurona infectada tiene contacto. Hasta este punto el virus ha hecho uso de varios de sus receptores: el primero para adherirse e infectar a las células locales de la mordedura; luego en las terminales nerviosas ha hecho uso de los receptores nicotínicos de la acetilcolina. Una vez dentro de la célula, utiliza otro receptor para adherirse a los microtúbulos y ascender al perikarion y por último usa desde dentro de la neurona otros receptores para adherir su nucleocápside a la cara interna de la sinapsis de las diferentes neuronas. Cuando ha llegado al sistema nervioso central en la médula espinal, ya se encuentra protegido por la barrera hemato-encefálica proporcionada por las meninges y el líquido cefalorraquídeo. De aquí el virus se difunde en forma radial hacia arriba, abajo, hacia el otro lado de la médula y a otros órganos del cuerpo. Cuando llega al encéfalo empieza una fase de ampliación vírica muy intensa afectando a una gran cantidad de neuronas y cada vez que ocupa una sinapsis, la inactiva como ruta de neurotransmisores. Hasta este punto no han empezado los síntomas, pero cuando ya ha invadido una gran cantidad de neuronas es cuando empiezan los síntomas y empiezan las defensas del animal a intervenir. Entran células fagocitarias al encéfalo y empiezan a destruir neuronas infectadas (Nódulos de Babes). Las células infectadas contienen los corpúsculos de Negri, pero no matan a las neuronas y el virus sigue pasando de célula a célula sin entrar al torrente circulatorio. El animal muere de parálisis respiratoria y neumonía hipostática, y el virus llega a la saliva unos días antes del inicio de síntomas. La bajada del virus a las glándulas salivales ocurre vía los pares nerviosos encefálicos, principalmente el trigémino y así logra el virus su perverso fin: volver loco al animal y salir en la saliva.
La vacunación preventiva, que estimule una buena respuesta humoral, puede marcar el virus para su destrucción desde la mordedura, e impedir su ingreso a los troncos nerviosos. Una vacuna vigente sí es estimuladora de la rabia abortiva o incluso aborta la infección antes de que produzca síntomas. Una vez en el sistema nervioso central, algunas proteínas del virus son fragmentadas por los macrófagos que recorren normalmente todo el cuerpo; procesan los antígenos y se los presentan a las células presentadoras de antígeno. El sistema inmune una vez activado procede con gran rapidez a producir anticuerpos en gran cantidad, células killer comprometidas y además producen interferón localmente en el encéfalo.
La diferencia en el curso de la enfermedad entre animales susceptibles y animales vacunados, es la ventaja que tiene el arranque de la respuesta inmune en el animal vacunado (Células de memoria).
Tanto los animales vacunados como los testigos no vacunados en una prueba de potencia de una vacuna antirrábica dan una respuesta inmune, pero en el caso de los desafiados, ésta es tardía y el animal pierde la carrera y muere.
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