sábado, 19 de febrero de 2011

Algunos antecedentes sobre el origen y la reproducción del gato domèstico (Felis catus) Alfonso Sànchez

Algunos antecedentes sobre el origen y la reproducción del gato domèstico (Felis catus). Alfonso Sànchez R. TECNO VET: Año 4 N°2, agosto 1998


El gato doméstico (Felis catus. Linneo) pertenece al orden Carnívora, familia Felidae. Los félidos son una pequeña familia de mamíferos extremadamente especializados y a la vez los más evolucionados de todos los carnívoros. Su fuerza, morfología e inteligencia, sumadas a una extrema agudeza sensorial, proporcionan a estos mamíferos cierta supremacía universal.

Los paleontólogos estiman que los primeros representantes de la familia Felidae, aparecieron durante el período terciario, en el eoceno (75 a 60 millones de años atrás). El animal precursor de los carnívoros fue denominado Miacis, de aspecto parecido a la comadreja. De él se originan los actuales gatos, perros, osos, hienas, mapaches y comadrejas, así como los carnívoros marinos de patas palmeadas (focas y morsas). Del Miacis descienden dos ramas relacionadas con los felinos, una de ellas corresponde a los Hoplophoneus, un grupo de animales muy poderosos y con una particular estructura craneana, caracterizados por fuertes y largos dientes caninos. Este grupo comprende el género Machairodus, cuyo principal representante fue el Smilodon (tigre dientes de sable).

En la otra rama evolutiva, aparece el Dinictis, un carnívoro muy parecido al gato, del tamaño del lince, dientes caninos desarrollados y cerebro más pequeño que el gato actual; del Dinictis descienden 95 especies de la familia Felidae, todas ellas relacionadas con el Felis catus y de las cuales aún existen 36 en estado salvaje, encontrándose la mayoría en peligro de extinción.

Las distintas especies de felinos actualmente vivientes son variables en sus formas y tallas, adaptándose a diversas condiciones climáticas y ambientales. La teoría más aceptada sobre los ancestros del gato doméstico señala que éste sería el resultado de los cruces entre Felis Silvestris (gato montés europeo) x Felis Lybica (gato montés africano) en Europa, Bretaña, Sicilia, Córcega, Creta y Asia.

El origen exacto de la domesticación del gato se desconoce, sin embargo existen antecedentes de que el proceso ocurre en el antiguo Egipto asociado al desarrollo de la civilización y particularmente a la agricultura. La existencia de lugares de almacenamiento de granos atrajo abundancia de ratas y ratones, y de éste modo el gato se transformó en un animal útil al hombre.

Además se plantea que la religión egipcia aceleró el proceso de domesticación, los egipcios veneraron al gato y lo consideraron un animal sagrado, así por ejemplo muchos dioses fueron representados mediante esculturas y dibujos de gatos matando serpientes tal como el dios del sol Ra y la diosa Mafdet. Según Baldwin (1975) la completa domesticación del gato ocurre 1000 años antes de Cristo y se caracteriza por la secularización en la tenencia de gatos en Egipto y la difusión del animal hacia el extranjero.

Respecto a la domesticación del gato Le Barre (1955) señala que es discutible si el gato tiene interés alguno en el hombre, como no sea en su calidad de proveedor directo o indirecto de alimentos. Los amantes de los gatos sostienen que el hombre nunca logró domesticar por completo al gato y en ninguna parte esto se evidencia como en el intento por controlar los hábitos de reproducción. La mayor parte del conocimiento científico respecto a la reproducción del gato doméstico se ha generado en experiencias de laboratorio, situación que explica las variaciones y/o particularidades observadas en la vida libre del animal.

Características reproductivas del gato doméstico

Las hembras presentan el primer celo (pubertad) entre los 6 y 9 meses. Sin embargo el inicio de la actividad reproductiva es muy variable, ya que guarda estrecha relación con la luminosidad ambiental (fotoperíodo); de esta manera las gatas nacidas a fines de invierno probablemente presentarán el primer celo más tardíamente que las nacidas a fines del verano. Las gatas sin confinamiento (vida libre) tienen actividad sexual principalmente en el período en que aumenta el fotoperíodo (fines de invierno, primavera y principio del verano), por el contrario gatas que viven dentro de la casa reciben un patrón de luz más constante y ello puede influir en que presenten celos a través de todo el año.

Las gatas en celo producen una sustancia volátil que es eliminada en la secreción vaginal (feromonas), esta sustancia tiene un efecto directo sobre el macho en el reconocimiento de la hembra apta para la cópula y además presenta un efecto indirecto induciendo celo en otras gatas que se encuentren ciclando normalmente.

El ciclo sexual de la gata está compuesto por 4 fases. El proestro con una duración de 12 a 48 horas, caracterizado por la atracción del macho sin receptividad sexual; durante esta etapa existe desarrollo de varios folículos en el ovario. El estro con una duración muy variable (1 - 21 días) se caracteriza por la aceptación del macho; para su presentación debe ocurrir un alza importante en los niveles de estrógenos producidos en los folículos ováricos, estructuras que por lo demás lcanzan un tamaño crítico, lo que indicaría que se encuentran en condiciones para eclosionar (ovulación). Una particularidad de la reproducción de los gatos es que la hembra es de ovulación inducida, a diferencia de la perra, la vaca o la yegua que son ovuladoras espontáneas. La ovulación inducida obedece a un complejo mecanismo neuroendocrino, que en el caso de la gata es estimulado por el coito, ya que el glande del pene del gato presenta una serie de papilas cornificadas (100 a 200) que producen un estímulo sobre la vagina. El diestro corresponde al período en que existe presencia de cuerpos lúteos en el ovario (posterior a la ovulación) y se caracteriza por un aumento en los niveles de la hormona progesterona. En caso que la gata fue cubierta y no quedó preñada esta etapa de diestro se extiende por alrededor de 45 días. El anestro es la etapa de inactividad reproductiva y está asociado al descenso de la luminosidad y a la gestación.

La gestación, período que se extiende desde la fecundación del óvulo hasta el parto, tiene una duración de 64 a 69 días. El diagnóstico de gestación puede realizarse por palpación abdominal idealmente entre los 20 y 30 días postcoito, sin embargo con la ultrasonografía se alcanza mayor efectividad al chequear entre los 17 y 20 días posteriores a la cruza, donde se pueden visualizar vesículas embrionarias y ya desde el día 23 a 25 observar el latido cardiaco fetal.

En la gata han sido descritos dos fenómenos reproductivos característicos tales como la superfecundación y la superfetación. Superfecundación: La gata durante un celo puede ser cubierta por más de un macho y como la ovulación es inducida por el coito, distintos óvulos pueden ser fecundados en un mismo período ovulatorio. Superfetación: La gata durante el primer mes de gestación puede presentar un celo, si es cubierta podría ocurrir una nueva fecundación y de esta manera coexistir fetos de diferentes edades. Normalmente los fetos más tempranos experimentan maceración fetal.

Al momento de iniciar el parto la hembra manifiesta inquietud, alteración de la conducta (busca lugares solitarios y se aleja de la presencia de extraños) y la temperatura corporal disminuye en cerca de 1°C alrededor de 12 horas antes del inicio de las contracciones uterinas. Cuando las contracciones comienzan, la gata adopta la posición de cúbito lateral. Después de la rotura de las membranas fetales, a menudo a la expulsión del primer cachorro le siguen con rapidez tres o cuatro contracciones de varios minutos, aunque el nacimiento del primer gatito en algunos casos puede tomar hasta una hora. Los intervalos de expulsión entre gatitos varían desde 5 minutos hasta una hora. Las membranas fetales, comúnmente, son expulsadas inmediatamente después del nacimiento de cada gatito.

Una problemática frecuente para los propietarios de gatas es sin duda su tremendo potencial reproductivo, situación que demanda de alternativas para la limitación de la fertilidad de ésta hembra. Para este propósito disponemos en la actualidad de procedimientos de uso corriente tales como la esterilización quirúrgica y el control hormonal de la reproducción. Los progestágenos (análogos sintéticos de la progesterona) permiten prevenir la presentación de celo y/o suprimir el celo evidente al tener un efecto bloqueador sobre los centros reproductivos del sistema nervioso (eje hipotálamo-hipófisis). En nuestro país se comercializan el acetato de medroxiprogesterona (AMP), el acetato de megestrol (AM) y la proligestona (PRG) bajo diferentes marcas registradas.

Se recomienda un adecuado conocimiento del ciclo sexual de la hembra antes de la aplicación de estas sustancias, ya que de lo contrario se podría inducir serios efectos colaterales tales como patologías uterinas, mamarias y algún desorden endocrino que comprometa la vida del animal.

El macho alcanza la madurez sexual a la edad de 9 meses. La actividad del testículo se inicia alrededor del quinto mes de vida con la producción de hormona masculina (testosterona) y la producción de espermatozoides se puede observar ya a los 6 a 7 meses de edad. La actividad reproductiva del gato puede continuar hasta los 14 años, sin embargo si se trata de un macho destinado a la reproducción sólo se recomienda su uso hasta los 6 años. El gato no presenta estacionalidad, aunque puede haber una ligera disminución de la concentración espermática en el eyaculado durante el otoño.

Los testículos del gato adulto están situados dentro del escroto, ventral al ano. El escroto está densamente cubierto de pelo y no es penduloso. El pene, cubierto por un prepucio libre, se ubica ventral al escroto y se dirige caudalmente. El hueso peneano no está surcado con tanta profundidad como en el perro. El glande no se divide, es cónico y posee 100 a 200 papilas cornificadas (espículas) de 0.75 a 1.00 mm. de longitud que se orientan hacia la base del pene. El gato presenta además dos glándulas sexuales accesorias, la próstata que se divide en dos lóbulos por un tabique de tejido conectivo y las glándulas bulbouretrales ubicadas lateralmente y delante de la base del pene.

La conducta de apareamiento del gato guarda estrecha relación con la experiencia sexual. El macho no muestra interés por gatas en anestro o diestro, pero durante el proestroestro se siente atraído por el llamado, el comportamiento y olor de la orina de la hembra. El gato marcará el territorio mediante micciones y con glándulas corporales especializadas al frotarse.

Respecto al manejo de la cubierta es beneficioso que el apareamiento tenga lugar en un entorno familiar para el macho. Esta es una medida para mejorar las posibilidades de que se mantenga el dominio masculino sobre la hembra. Los machos llevados a un ambiente desconocido pueden mostrar ausencia de libido. También se debe considerar que una hembra agresiva puede dominar y desmotivar a un gato inmaduro (inexperto).

En la valoración reproductiva del macho es importante conocer las características del eyaculado o parámetros seminales (tabla N°1), los cuales pueden indicar la fertilidad potencial del reproductor.

TABLA Nº 1
CARACTERISTICAS SEMINALES PROMEDIO DEL GATO DOMÉSTICO ADULTO

CARACTERÍSTICA VALOR
volumen (ml). 0,04
concentración espermática (esp./ml) 60.000.000
espermatozoides totales 24.000.000
morfológicamente normales (%) 90
motilidad progresiva (%) 80
pH. 7,4

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