jueves, 4 de noviembre de 2010

BROTES DE ÉBOLA-RESTON EN CERDOS. OIE. 2010

El papel de la OIE en los brotes del virus Ébola-Reston en cerdos

El 10 de diciembre de 2008, el Delegado de Filipinas notificó oficialmente a la OIE un incremento de la morbilidad y la mortalidad provocadas por el síndrome disgenésico y respiratorio porcino (SDRP) en varios distritos de la isla de Luzón, Filipinas (5). En el informe epidemiológico de la notificación constaba que en algunos cerdos, en los que se había confirmado la infección por el virus del SDRP, también se había aislado el virus Ébola-Reston (ERV, por sus iniciales en inglés), además de otros patógenos, como el circovirus porcino de tipo 2. Era la primera vez que se detectaba el ERV en cerdos, o en animales destinados al consumo, y el hallazgo suscitó numerosas interrogantes sobre las consecuencias de la infección por el Ébola-Reston en porcinos; las vías de transmisión a esos animales; el potencial de contagio del virus entre cerdos y seres humanos; las repercusiones de esa infección en la salud pública y, también, sobre el papel de la OIE y sus Miembros en episodios zoosanitarios similares.

Antecedentes

El virus Ébola-Reston pertenece al género Ebolavirus de la familia Filoviridae (2). Se conocen otras cuatro especies del género: los virus Zaire, Sudán, Bundibugyo y Côte d’Ivoire. Se trata del único Ebolavirus que no es originario de África; todos los brotes del ERV detectados provenían de Filipinas (6). Antes de su aislamiento en cerdos de Filipinas, se había diagnosticado únicamente en primates, asociado con infecciones asintomáticas en seres humanos, y con la enfermedad clínica aguda o mortal en primates no humanos (monos Cynomolgus) (3, 7). En primates no humanos se han registrado seis focos del ERV en animales que se encontraban en los centros de investigaciones biomédicas de Reston, Virgina, (EE.UU.), en 1989 y 1990; de Filadelfia, Pensilvania (EE.UU.), en 1989; de Alice, Tejas (EE.UU.), en 1990 y 1996, y de Siena (Italia) en 1992. Fuera de Filipinas, todos los focos aparecieron tras la importación de monos de ese país y en cinco de ellos los animales provenían de un único establecimiento exportador de la isla de Luzón, donde anteriormente se habían registrado dos focos del virus(1990, 1996). Hasta la fecha, no se ha diagnosticado la infección por ese virus en monos en libertad u otras
especies silvestres.

A diferencia de los Ebolavirus más virulentos, en particular las especies Zaire, Sudán y Bundibugyo, que pueden provocar fiebre hemorrágica y una tasa de mortalidad sumamente elevada en seres humanos, se considera que el ERV no es un patógeno peligroso para las personas. Con anterioridad al episodio de Filipinas, el número de infecciones por el ERV diagnosticadas en seres humanos había sido relativamente reducido. Todas las personas en las que se confirmó la infección en los EE.UU. habían estado en contacto directo con monos enfermos o muertos infectados por el ERV y cuatro de ellas no presentaban la enfermedad clínica. Según la Organización Mundial de la Salud (7, 4) y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los EE.UU (1), la infección por el Reston es asintomática en seres humanos.

Infecciones por el virus Ébola-Reston en cerdos y seres humanos en Filipinas

Se enviaron muestras de animales enfermos y muertos al Laboratorio de Diagnóstico de Enfermedades Animales Exóticas del Departamento de Agricultura de los EE.UU. para que se aislaran y caracterizaran a los patógenos responsables del incremento de la morbilidad y la mortalidad en cerdos de Luzón. Se suponía que se aislaría, por lo menos, el virus del SDRP. Los resultados de las pruebas fueron positivos respecto de este último virus y variables para otros patógenos de los cerdos, como el circovirus porcino de tipo 2. Además, se sospechó la presencia de la infección por el ERV en las muestras de seis animales de dos granjas de Luzón en los que se había confirmado la infección por el virus del SDRP. Estas últimas muestras se enviaron a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los EE.UU., es decir, los Centros Colaboradores de la OIE para las Zoonosis Emergentes y Reemergentes, donde se aisló el ERV. En todos los cerdos infectados por el ERV también se confirmaron coinfecciones por uno o varios patógenos porcinos conocidos, y las correspondientes enfermedades clínicas.

Una misión internacional mixta realizó pruebas de aislamiento del ERV en otros cerdos de las dos granjas infectadas que no presentaban síntomas clínicos en el momento en que se recogieron las muestras. Las pruebas de laboratorio
confirmaron la presencia de infecciones activas por el ERV en cerdos de una de las granjas. Por consiguiente, aún se ignora si el virus provoca la enfermedad clínica en los porcinos. El Laboratorio de Sanidad Animal de Australia (AAHL, por sus iniciales en inglés), de Geeolong, Victoria, es decir, el Centro Colaborador de la OIE sobre las Enfermedades Nuevas y Emergentes, ha planificado estudiar las infecciones de animales por el ERV para disponer de datos científicos confirmados sobre su patogénesis en porcinos. El AAHL cuenta con uno de los pocos laboratorios del mundo que puede efectuar experimentos de gran envergadura sobre infecciones animales por patógenos inscriptos en la categoría 4 de bioseguridad, como los virus Ébola.

Con el seguimiento de las infecciones por el ERV confirmadas en cerdos se detectaron anticuerpos contra ese virus en seis personas y se confirmó que la infección había sido contraída, como mínimo, seis meses antes. Ninguna de esas personas notificó enfermedades que pudieran atribuirse a la infección por el ERV y todas llevaban largo tiempo trabajando en contacto con porcinos.

Normas y directrices de la OIE respecto del virus Ébola-Reston

Ni el ERV, ni los demás virus Ébola, provocan enfermedades de la Lista de la OIE. De conformidad con el Artículo 1.1.3 del Código Terrestre, los Delegados ante la Organización deben notificar a la Oficina Central la presencia de cualquier enfermedad emergente con índices de morbilidad o mortalidad significativos, o que pueda ser zoonótica. Si bien no se ha excluido el posible potencial zoonótico del ERV, hasta la fecha no se ha observado que constituya una amenaza para la salud pública. Debido a que se lo ha detectado únicamente en presencia de otros patógenos conocidos de los porcinos, y a que las enfermedades clínicas de los animales son compatibles con patologías conocidas de los Suidos, aún se ignora si la infección por el ERV puede provocar una morbilidad o una mortalidad
significativas en cerdos. Cuando se registra un episodio zoosanitario y se sospecha que podría tratarse de una enfermedad emergente, los Miembros deben notificarlo a la OIE o, por lo menos, consultarla de inmediato al respecto. La OIE no recomienda pruebas de diagnóstico, prescritas o alternativas, validadas para establecer la presencia o ausencia de infecciones por el ERV, ni cuenta con laboratorios de referencia para los Ebolavirus. Su detección previa al transporte internacional de animales no es obligatoria. En el Manual Terrestre se exponen detalladamente las pruebas de laboratorio prescritas y alternativas para diagnosticar, controlar, vigilar, y detectar numerosas enfermedades de los animales, así como para establecer la epidemiología, antes de su transporte internacional. Pero, de conformidad con el Código Terrestre, sólo incluye las pruebas para las enfermedades que deben detectarse antes del transporte internacional de los animales.

Los Miembros de la Organización que diagnostican una infección emergente con un potencial zoonótico que podría afectar al comercio deben instaurar medidas de vigilancia, o realizar encuestas sobre las poblaciones de animales, para establecer la situación sanitaria de la región, zona o compartimiento afectados, incluso si la enfermedad no figura en la Lista de la OIE. En el Código Terrestre se exponen los principios de la vigilancia para recabar información sobre la situación zoosanitaria. Según esos principios, los Miembros han de cumplir las disposiciones del Capítulo 3.1 del Código Terrestre relativas a la calidad y la evaluación de los Servicios Veterinarios.

Asimismo, y siempre que sea posible, han de adjuntar, a los datos de la vigilancia, otras fuentes de información (por ejemplo, publicaciones científicas, resultados de investigaciones, observaciones en el terreno debidamente documentadas y demás informaciones complementarias). De conformidad con el Capítulo 1.1 del Código Terrestre, también deben velar, en todos los casos, por la transparencia permanente de la planificación y la ejecución de las actividades de vigilancia, y por dar a conocer los resultados de los análisis de datos e informaciones. De conformidad con el Capítulo 1.1 del Código Terrestre, también deben velar, en todos los casos, por la transparencia permanente de la planificación y la ejecución de las actividades de vigilancia, y por dar a conocer los resultados de los análisis de datos e informaciones.

La OIE y la estrategia “Un mundo, una salud”

La detección del virus Ébola-Reston en animales destinados al consumo constituye otro ejemplo de la importancia de la estrategia “Un mundo, una salud” para las enfermedades zoonóticas. Aún queda mucho por descubrir sobre la infección por este virus, tanto en seres humanos, como en porcinos y en los reservorios que podrían descubrirse en el futuro. En los próximos meses, e incluso años, se la conocerá mejor. Aunque aún se desconocen las repercusiones del patógeno en la sanidad animal, por fortuna en este caso las consecuencias en la salud pública fueron mínimas. El episodio demostró la importancia de los Laboratorios de Referencia y los Centros Colaboradores de la OIE respecto de las enfermedades infecciosas e, incluso, zoonóticas. La rápida detección del ERV y demás infecciones emergentes o reemergentes, implica la existencia de Servicios Veterinarios que cuenten con las capacidades necesarias para diagnosticar las enfermedades e instaurar las consiguientes medidas de vigilancia y control. Las alianzas entre los sectores público y privado dirigidas a mejorar los programas de sanidad animal y, por lo tanto, a reducir al mínimo las amenazas que entrañan las patologías zoonóticas para los animales domésticos destinados al consumo, constituyen otra de las componentes clave de la eficacia de la estrategia “Un mundo, una salud”. En la realidad contemporánea, las modificaciones de la interfaz entre ecosistemas, animales y seres humanos, incluidas las interacciones entre animales domésticos y silvestres, inducen la aparición de patógenos zoonóticos desconocidos o reemergentes en animales destinados al consumo.

Para enfrentarlos, los sectores de la salud pública y la sanidad animal han de trabajar en estrecha colaboración.

Los ministerios de agricultura y de salud pública deben preparar la lucha contra las zoonosis, así como las respuestas, en estrecha colaboración. A la hora de llevar a la práctica la mejor respuesta sanitaria posible, cada sector ha de aportar su propia experiencia en la materia.


Bibliografía

1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC) (2009). – Questions and Answers about Ebola Haemorrhagic Fever. Consultado el 19 de febrero de 2009 en http://www.cdc.gov/ncidod/dvrd/spb/ mnpages/dispages/Ébola/qa.htm.

2. Fauquet C.M., Mayo M.A., Maniloff J., Desselberger U. & Ball L.A. (Coordinadores) (2005). – Virus Taxonomy. Eighth Report of the International Committee on Taxonomy of viruses (ICTVdB). Filoviruses. Virology division, International Union of
Microbiological Societites. Elsevier. Consultado el 19 de febrero de 2009 en: http://phene.cpmc. columbia.edu/Ictv/fs_filov.htm.

3. Miranda M.E., Ksiazek T.G., Retuya T.J., Khan A.S., Sánchez A. et al. (1999). – Epidemiology of Ebola (subtype Reston) virus in the Philippines, 1996. J. Infect. Dis., 179 (Supl. 1), S115-119.

4. Organización Mundial de la Salud (OMS) (2009). – Ebola haemorrhagic fever. Consultado el 19 de febrero de 2009 en: http://www.who.int/ mediacentre/factsheets/fs103/en/.

5. Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) (2009). – Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (WAHIS). Consultado en: www.oie.int/ wahis/public.php?page=event_summary& reportid=7596.

6. Peters C.J. & LeDuc J.W. (1999). – An introduction to Ebola: the virus and the disease. J. Infect. Dis., 179 (Supl. 1), ix-xvi.

7. Rollin P.E., Williams R.J., Bressler D.S., Pearson S., Cottingham M. et al. (1999). – Ebola (subtype Reston) virus among quarantined nonhuman primates recently imported from the Philippines to the United States. J. Infect. Dis., 179 (Supl. 1), S108-114

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