¡La viruela y la peste bovina son
las dos únicas enfermedades virales que
han sido totalmente erradicadas de la naturaleza por el ser humano!
Erradicación de la viruela
El éxito más
impresionante en los más de doscientos años de la historia de las vacunas ha
sido la erradicación de la viruela en 1980.
La viruela fue una enfermedad devastadora en la
Europa del siglo XVIII, que se extendía en forma de epidemia matando y
desfigurando a millones de personas. Después
de afectar durante milenios al viejo mundo, durante la Conquista de América fue
esparcida entre los indígenas, causando un colapso demográfico en las poblaciones nativas y
colaborando en la guerra con los conquistadores. En 1520, apareció entre los aztecas durante el sitio de Tenochtitlán, provocando además la muerte del
líder azteca Cuitláhuac. Entre los incas acabó
con el monarca Huayna Capacy provocó la guerra civil previa a
la aparición hispana. En Chile,
detuvo el avance de los mapuches tras la muerte de Valdivia.
En China se practicaba la inoculación como medio de prevención de la viruela desde al menos el siglo X d.C. Siglos más tarde, la británica Lady Montagu en un viaje a Turquía observó cómo las circasianas que se pinchaban con agujas impregnadas en pus de viruela de las vacas no contraían nunca la enfermedad. Entonces inoculó a sus hijos y, a su regreso a Inglaterra, repitió y divulgó los procedimientos entre otras personas, siendo éste uno de los mayores aportes a la introducción de la inoculación en Occidente. El éxito obtenido no fue suficiente para evitarle la oposición de la Iglesia y de la clase médica que siguió desconfiando del método, hasta que el científico Edward Jenner (1749-1823), casi noventa años más tarde, desarrollara finalmente la vacuna.
La utilización de inoculaciones con pus de viruela
también registra antecedentes históricos en Sudamérica. El fraile jandeliano
chileno, Pedro Manuel Chaparro,
religioso que posteriormente iniciaría sus estudios de medicina, en 1765 inició
inoculaciones sistemáticas con pus de pústulas de los variolosos para prevenir
la viruela. Esta acción fue tan acertada que de cinco mil personas inoculadas
(vale decir el equivalente a una ciudad completa del siglo XVIII), ninguna
falleció.
En 1796 Edward Jenner inició
lo que posteriormente daría lugar a la vacuna: un ensayo con muestras de
pústula de la mano de una granjera infectada por el virus de la viruela bovina, y lo inoculó a un
niño de 8 años. En 1798 Jenner publicó
su trabajo ("An Inquiry into the Causes and Effects of the Variolae
Vaccinae, a Disease Known by the Name of Cow Pox" ), donde acuñó el
término latino variolae
vaccine (viruela
de la vaca), de esta manera Jenner abrió las puertas a la vacunación. En este sentido, Jenner es considerado una
figura de enorme relevancia en la Historia de la Medicina.. Según un acuerdo
firmado entre Estados Unidos y la Unión Soviética en 1990, la destrucción del
virus debería haber ocurrido antes del fin del año 1993. Wolfgang Joklik y su equipo piensan que "la destrucción del virus aislado bajo
vigilancia en los laboratorios de Atlanta y Moscú no quita la amenaza de la
viruela en el mundo. De hecho, recientemente se ha constatado la existencia de
cepas del virus congeladas en momias siberianas de fallecidos por la
enfermedad.
Después de un exitoso programa de
vacunación mundial se
logró erradicar la enfermedad. En los Estados Unidos de
Norteamérica, el último caso de viruela se
registró en 1949, mientras que
el último caso ocurrido en forma natural en el mundo fue en Somalía en 1977. Una vez que
la enfermedad se erradicó en todo el mundo, se suspendió la vacunación. Excepto
por las reservas en dos laboratorios, el virus variola está eliminado. Dichas
muestras se mantienen en estado criogénico en el Instituto VECTOR de Novosibirsk (Rusia) y en el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (Estados Unidos). Grupos de biólogos han insistido en eliminar esas
muestras para prevenir que, por un accidente no deseado, alguna de ellas salga
del estado de congelación en que se encuentran. Esto no se ha llevado a cabo
debido a que el virus como tal nunca fue entendido por completo y se sabía muy
poco sobre la forma en que mutaba; aunque se logró dar con la vacuna, su
elaboración se hizo de manera empírica, sin conocer con detalle la estructura
del virus o su forma de infección; por esta razón, se decidió conservar estas
dos únicas muestras.
Erradicación de la peste bovina
La peste bovina también denominada rinderpest, que
proviene del alemán, y que significa plaga del ganado, era una enfermedad viral infecciosa que atacaba al ganado, al búfalo doméstico y a algunas especies de animales salvajes.
La enfermedad se caracterizaba por fiebre, erosiones orales, diarrea, necrosis linfoide y alta tasa de mortalidad. Tras una
campaña de erradicación global, el último caso confirmado de peste
bovina data del 2001. El 14 de octubre del 2010, la FAO de Naciones Unidas anunció que las actividades de campo en la
campaña mundial para erradicar la enfermedad que habían durado varias décadas
estaban llegando a su fin, y que estaba prevista una declaración formal para
2011 en la cual se confirmase la erradicación de la peste bovina.
En mayo de 2011, la Organización Mundial de Sanidad Animal confirmó la erradicación de la peste bovina,
después de más de veinte años de lucha para acabar con ella.
La erradicación global de la peste bovina, la más
peligrosa infección en las poblaciones animales que causaba enormes pérdidas
económicas, se logró en el año 2010 con la finalización de las operaciones
prácticas contra esta enfermedad en todo
el mundo. Las últimas vacunaciones se terminaron en el año 2006 y durante la
última operación de vigilancia específica realizada en el año 2009 no se
encontró ninguna prueba de la existencia de la peste bovina.
Así se terminó éxitosamente el más grande e
importante programa antiepizóotico internacional. Se trata del mejor resultado en la historia de
la medicina veterinaria. La importancia histórica consiste también en el hecho de
que se trata de la primera infección animal erradicada en nuestro planeta y no
solamente en las poblaciones domésticas sino también en las poblaciones
silvestres.
El método principal de control consistía en: la cuarentena
inmediata en todos los sitios en que se detectaron los casos (incl.
sospechosos), el sacrificio sanitario y la destrucción de todos los animales
enfermos, sospechosos y los animales-contactos (stamping out); saneamiento del medio
infectado y un periodo prolongado (mínimo dos años) de vigilancia específica
siguiente a la erradicación de los brotes. Las vacunaciones de las poblaciones
amenazadas tenían un papel protectivo importante. La vacunación era anual de todos los bovinos y búfalos
domésticos de más de un año de edad. Las
ricas experiencias anti-epizoóticas obtenidas en esta campaña se ofrecen para
los futuros programas contra las otras infecciones peligrosas.
La OIE trabaja
desde ya en la preparación de las estrategias que permitirán avanzar en el
control mundial, en el futuro, de otras temibles enfermedades como la fiebre
aftosa, la rabia y la peste de los pequeños rumiantes.
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