Sospecha de Lengua Azul en Chile: una visión
personal
Dr. René Ortega Vásquez
Laboratorio de Virología Veterinaria
Universidad de Concepción
Desde hace unas semanas ha existido alarma
debido a la aparición de ovinos con serología positiva al virus de la Lengua
Azul en la Séptima Región de nuestro país, una duda que surge inmediatamente es
¿Cuál es la importancia de este hallazgo?.
El virus de la lengua azul pertenece al Genéro
Orbivirus de la Familia Reoviridae
(Thiry et al., 2006). Corresponde a
un virus que tiene como genoma un dsRNA de 10 segmentos, con cápside
icosahédrica y no tiene envoltura lipídica, o sea es desnudo (Verwoerd et al., 1972). Debido a las características
de su genoma, aparte de mutar constantemente puede recombinar o reordenar sus genes
(Barros et al., 2007; Cêtre-Sossah et al., 2010), como hacen todos los
virus segmentados como por ej. ortomixovirus, bunyavirus o arenavirus. Además,
estos agentes son arbovirus (arthropde-borne virus) o sea son transmitidos por artrópodos (de
la Familia Culicidae o
vernacularmente Culicoides) como vectores biológicos (Mellor y Wittmann, 2002;
Mertens et al., 2004), que replican
al agente, siendo una fuente adicional de variación genética para estas
especies virales, debido a que los vectores biológicos son el lugar ideal para
realizar el reordenamiento genético (Mertens et al., 2004). Este virus infecta tanto rumiantes silvestres como
domésticos, siendo los ovinos, los más susceptibles desde el punto de vista de
la signología clínica (McLachlan 1994, 2004).
Estas características biológicas del orbivirus
han generado que en la actualidad existan 25 serotipos reportados de virus
Lengua Azul (Hofmann et al., 2008).
Estas variantes serológicas se distribuyen, en general en zonas tropicales y
subtropicales del planeta. Aunque, esta distribución ha variado debido a que el
serotipo 8 se ha diseminado por zonas más frías, como por ejemplo Holanda
(Thiry et al., 2006).
A lo largo de Sudamérica los serotipos
detectados son 1, 3, 4, 6, 8, 12, 14, 17, que no son exactamente los mismos que
los detectados en Norte y Centroamérica, siendo los países que más reportan en
la región y los únicos que han aislado el virus, Argentina y Brasil. Sin
embargo, más que aislamientos e identificación molecular del virus, lo que se
declara son detecciones serológicas positivas (Legisa et al., 2013). Según los datos de la OIE (WAHIS), anualmente estos
países reportan que el virus existe en diversas zonas de su territorio, lo que
denota la dificultad que significa el Control del virus. Esta condición
sudamericana tiene influencia para Chile principalmente por su situación con
los países limítrofes, Argentina por el sur, Perú y Bolivia por el norte, donde
no hay que descuidar el rol que podrían cumplir los camélidos sudamericanos en
el riesgo de introducción de la enfermedad a Chile. En el caso de Argentina el
serotipo clásicamente detectado es el 4, aunque debido a la distribución de
seroconversión descrita para este País en sustantivamente más amplia.
En Chile, el virus y la enfermedad nunca se ha
reportado. Sin embargo, el riesgo de introducción siempre está latente. En
múltiples oportunidades se ha sospechado del ingreso de la enfermedad,
principalmente por encontrar animales seropositivos (Tamayo et al., 1983, 1985). Esto podría
coincidir con infecciones con virus apatógenos o subclínicos. Al parecer, la
alarma originada la última semana de Abril correspondería a la misma situación,
pero hay antecedentes para observar este evento con cautela, principalmente por
la cantidad de animales seropositivos. La serología, según la información
entregada por el SAG es reaccionante con el serotipo 17 * (que ha sido descrito
en Sudamérica, pero Argentina no tendría reportes o detecciones, aunque esto no
descartaría la introducción por esta vía). El SAG sigue realizando un monitoreo
serológico en 4 fases para determinar el alcance que ha tenido la serología
positiva y la cantidad de animales seropositivos, en un plan de vigilancia que
contempla la realización de diagnóstico a más de 130.000 animales, labor que se
intensificará en las próximas semanas *.
Lo importante de esto es que la OIE nos sigue
reconociendo como libres de infección para el virus de la lengua azul. El punto
es que pasará con la temporada de veranadas 2016-2017, el trabajo que se
avecina es arduo y espero que el SAG disponga de todas las facilidades y los
recursos para realizar una vigilancia exhaustiva de nuestra frontera.
*
http://www.udec.cl/panoramaweb2016/?q=node/13645
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