BOLETÍN INSTITUTO DE SALUD PÚBLICA DE CHILE VOL 5 | Nº 5 | MAYO 2015
1.-
ANTECEDENTES
La rabia, identificada en 1880 por Louis Pasteur,
es una de las enfermedades más antiguamente
reconocida, considerada como una de las zoonosis
más importantes en el mundo (1). Es producida
por un virus ARN, orden Mononegavirales, familia
Rhabdoviridae y género Lyssavirus que infecta a
numerosos animales, especialmente mamíferos (2).
La rabia afecta al sistema nervioso central de
animales de sangre caliente, incluidos los humanos.
El período de incubación de la enfermedad es
generalmente prolongado, sin embargo puede variar
dependiendo del genotipo viral y del punto de entrada,
entre otros factores. Se transmite mediante la saliva
de los animales infectados, principalmente por
mordedura. También se ha documentado la infección
por inhalación del virus, por ejemplo, en el entorno de
una cueva de murciélagos densamente poblada (1).
El virus permanece, en la puerta de entrada
durante un periodo de tiempo, luego avanza a través
del sistema nervioso hasta el cerebro. En este lugar,
el virus se multiplica rápidamente y se manifiestan
los signos clínicos, una vez que estos se presentan
la enfermedad es siempre fatal en los animales.
De acuerdo a los signos, es posible clasificar
la enfermedad en rabia furiosa y rabia muda. La
primera de ellas, se caracteriza por animales
ansiosos, altamente excitables y/o agresivos con
periodos intermitentes de depresión, pueden
mostrar súbitos cambios del comportamiento y
atacar sin provocación. A medida que progresa la
enfermedad, son comunes la debilidad muscular, la
pérdida de coordinación, convulsiones y parálisis
progresiva que conduce a la muerte.
La rabia muda o paralítica, se caracteriza
por animales que se presentan deprimidos o
inusualmente dóciles. Frecuentemente presentan
parálisis, en general de la cara, garganta y cuello,
lo que se manifiesta por expresiones faciales
anormales, salivación excesiva e incapacidad
para tragar. La parálisis puede afectar al cuerpo,
en primer lugar a las patas traseras y después se
extiende rápidamente a todo el cuerpo con coma
y muerte subsecuente.
Las sospechas de la enfermedad pueden
basarse en los signos clínicos, no obstante, se
requieren pruebas de laboratorio para confirmar el
diagnóstico.
La rabia es una enfermedad de distribución
mundial, que se mantiene principalmente a
través de dos ciclos epidemiológicos: rabia
urbana, en la que los perros son responsables del
mantenimiento y transmisión de la enfermedad a
los seres humanos, y la rabia silvestre, en la cual
la enfermedad se mantiene y se transmite por los
mamíferos silvestres (1).
Actualmente en Estados Unidos, más del 90%
de los casos notificados, corresponden a animales
silvestres (carnívoros salvajes y murciélagos);
antes de 1960, la mayoría de los casos ocurrían en
animales domésticos (3).
En Chile, la rabia urbana fue endémica entre
los años 1950 y 1960, registrándose numerosos
casos en humanos y animales. Esto llevó a la
instauración en 1960 de un Programa de Control y
Prevención de la Rabia en el país, con el objetivo
de controlar esta enfermedad en el reservorio más
importante, los perros. Dada la efectividad de estas
y otras medidas adoptadas, el último caso de rabia humana transmitida por perros en el país data de
1972. En 1996 se reportó un caso en un niño de
siete años de edad, confirmándose murciélago
insectívoro como su fuente de infección (Tadarida
brasiliensis) (4), en el año 2013 se confirmó un
caso Encefalitis Rábica en un paciente, sexo
masculino de 24 años de edad, cuya fuente de
infección no pudo ser confirmada ya que no fue
posible aislar el virus que probablemente fue
neutralizado con los altos títulos de anticuerpos
antirrábicos del paciente y por lo tanto no se
identificó la variante viral.
La importancia de los animales silvestres en
la transmisión de la rabia fue reconocida en Chile
en 1985, cuando se detectó por primera vez rabia
en murciélagos insectívoros de la especie Tadarida
brasiliensis (5).
Hasta ese momento, todas las acciones del
Programa de Control y Prevención de Rabia
estaban focalizadas sobre las especies domésticas,
principalmente perros. El reconocimiento de los
murciélagos como reservorios de la enfermedad
en Chile, hizo que se ampliaran las acciones de
vigilancia epidemiológica hacia esas especies. A
partir de entonces, el patrón epidemiológico de la
rabia en nuestro país, se ha caracterizado por una
endemia en quirópteros (5).
En Mayo de 2015, se recibió en la Sección Rabia
del ISP, la muestra de un perro de 3 meses de edad
con un cuadro clínico de encefalitis, proveniente
de la Región de Biobío. El análisis de la muestra
a través de la técnica de Inmunofluorescencia
Directa, fue positivo para virus rábico, al realizar
la tipificación viral, tanto antigénica como
genética, se identificó la variante viral asociada a
murciélago Tadarida brasiliensis, lo que permitió
concluir, en este caso, que la fuente de infección
fue proveniente de un murciélago insectívoro de la
especie antes mencionada.
El Instituto de Salud Pública de Chile (ISP),
es el Laboratorio de Referencia Nacional de
Diagnóstico de Virus Rábico en el país, donde
se realiza el estudio de las muestras de especies
susceptibles de presentar la enfermedad, en el
marco del Programa de Vigilancia de Rabia en
animales y donde se realiza la confirmación de
Rabia Humana en casos clínicos sospechosos.
Desde el año 2005 la Sección Rabia ISP
tiene la autorización de la Organización Mundial
de Sanidad Animal (OIE) a través de la Agencia
Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación,
Medio Ambiente y el Trabajo de Francia (ANSES)
para realizar la cuantificación de Anticuerpos
Antirrábicos de mascotas que ingresan a países de
la Unión Europea
MATERIALES Y MÉTODOS
La Sección Rabia del Subdepartamento
de Enfermedades Virales del ISP realiza el
diagnóstico de rabia animal, mediante la Técnica
de Inmunofluorescencia Directa y realiza la
identificación antigénica por inmunofluorescencia
indirecta con anticuerpos monoclonales y el
secuenciamiento genético de la nucleoproteína.
Se estudiaron todas las muestras de origen
animal recibidas para el diagnóstico de virus rábico
entre enero del año 2010 y diciembre de 2014 por el
Instituto de Salud Pública de Chile.
Los datos se capturaron y procesaron en el
paquete Excel 2010 y el software estadístico Stata
13. Los resultados se representaron en tablas y
gráficos.
3.-
RESULTADOS VIGILANCIA DE
LABORATORIO
En el periodo comprendido entre el 2010 y 2014,
la Sección Rabia recibió 9.253 muestras de origen
animal para la vigilancia de presencia de virus rabia.
Se observó una tendencia al descenso del
número de muestras recibidas entre los años 2010
y 2012, seguido de un aumento en el año 2013 y
2014 (Figura 1).
Instituto de Salud Pública de Chile. Del total de muestras recibidas el 65,8% (6.092/9.253) correspondió a sospecha y el 34,2%
(3.161/9.253) a vigilancia. Se observó un aumento de la representación porcentual de las muestras recibidas
correspondientes a sospecha, pasando de 52,5% en el año 2010 al 77,6% en el año 2014 (Figura 2).
De las muestras recibidas, 195 no fueron aptas para procesamiento (2,1%), de las muestras procesadas
el 5,2% (467/9.058) resultaron positivas para virus rabia y el 94,8% (8.591/9.058) fueron negativas.
Durante el año 2012 y 2013 se confirmaron 94 muestras por año, mientras que en el año 2014 se
confirmaron 136 muestras.
El porcentaje de positividad de las muestras recibidas varió de 3,1% en al año 2010 a 6,2% en el año
2014 (Figura 3).
Instituto de Salud Pública de Chile. La figura 4 presenta los resultados de la vigilancia por mes y año, observándose un mayor número de
muestras recibidas y confirmadas en los meses de primavera y verano.
El 32,4% (2.995/9.253) de las muestras recibidas procedían de la Región Metropolitana, el 11,6%
(1.069/9.253) de Biobío y el 11,5% (1.068/9.253) de Valparaíso (Tabla 1).
R (+) R (+) R (+) R (+) R (+)
Arica 62 0 72 0 85 0 66 0 74 0
Tarapacá 131 0 81 0 36 0 125 0 39 0
Antofagasta 1 0 0 0 0 0 7 0 44 0
Atacama 54 0 85 0 92 0 45 0 11 0
Coquimbo 18 7 32 1 14 1 20 1 21 1
Valparaíso 148 8 122 10 171 15 293 23 334 31
Metropolitana 948 32 524 27 446 38 348 36 729 34
O´Higgins 149 2 125 5 85 2 127 6 174 15
Maule 113 7 196 20 188 27 161 15 246 27
Biobío 232 5 183 8 180 3 191 5 283 15
Araucanía 102 0 153 6 126 3 136 4 147 7
Los Ríos 81 0 74 3 61 3 124 2 81 2
Los Lagos 12 1 43 0 17 2 24 2 36 1
Aysén 8 0 15 0 9 0 8 0 17 1
Magallanes 0 0 16 1 4 0 17 0 31 2
Total 2059 62 1721 81 1514 94 1692 94 2267 136
R: Muestras recibidas. (+): Muestras confirmadas.
Fuente: Sección Rabia. Instituto de Salud Pública de Chile.
2014
Tabla 1. Muestras de Rabia Animal, según resultado y región de procedencia. Chile 2010 - 2014.
Región 2010 2011 2012 2013
Instituto de Salud Pública de Chile. El 71,1% (6.580/9.253) de las muestras recibidas correspondió a murciélagos, el 25,6% (2.366/9.253)
a perros, el 2,5% (234/9.253) a gatos y el 0,7% (65/9.253) a otras especies. Se registraron resultados
positivos a virus rabia sólo en murciélagos hasta el año 2014 (Figura 5).
Se realizó la tipificación viral (antigénica y/o genética) del 97,6% (456/467) de las muestras positivas
para virus rábico, el 90,4% (412/456) correspondieron a murciélagos Tadarida brasiliensis, 7,0% (32/456)
correspondió a Lasiurus sp., 1,8% (8/456) correspondió a Histiotus sp. y el 0,9% (4/456) a Myotis
chiloensis (Figura 6).
Instituto de Salud Pública de Chile.
CONCLUSIONES:
El 65,8% de las muestras recibidas en el periodo
enero 2010 a diciembre 2014 correspondió a
sospecha y el 34,2% a vigilancia.
El 5,2% del total de muestras procesadas fueron
positivas para virus rábico.
El 32,4% de las muestras recibidas procedían de
la Región Metropolitana, el 11,6% de Biobío y el
11,5% de Valparaíso.
Todos los resultados positivos a virus rábico
correspondieron a muestras de murciélagos
insectívoros.
En el país existe la circulación de 4 variantes
virales las cuales están asociadas a los principales
reservorios de rabia Tadarida brasiliensis, Histiotus
sp., Lasiurus sp. y Myotis chiloensis.
BIBLIOGRAFÍA
1. Organización Mundial de Sanidad Animal.
Rabia. Fichas de información general sobre
enfermedades animales. [Internet]. [Citado
Mayo 20 de 2015]. Disponible en: http://www.
oie.int/doc/ged/D13990.PDF
2. Ceballos NA, Karunaratna D, Setién AA. Control
of canine rabies in developing countries: key
features and animal welfare implications. Rev
Sci Tech Int Epiz. 2014;33(1):311–21.
3. Center for Disease Control. La rabia en los EE.
UU. y en el mundo [Internet]. [Citado Mayo 22
de 2015]. Disponible en: http://www.cdc.gov/
rabies/es/localizacion/index.html
4. Favic M, Yung P. V, Pavletic B. C, Ramirez V. E, De
Mattos C, Mattos D, et al. Rol de los murciélagos
insectívoros en la transmisión de la rabia en
Chile. Arch Med Vet. 1999 Ene;31(2):157–65.
5. Favi C M, Rodriguez A L, Espinosa M C, Yung
P V. Rabia en Chile: 1989-2005. Rev Chil
Infectol. 2008 Abr;25(2):s8–s13.
6. Instituto de Salud Pública de Chile. Sección
Rabia [Internet]. [Citado May 22 de 2015].
Disponible en: http://www.ispch.cl/seccionrabia
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