viernes, 20 de enero de 2012

DISTEMPER CANINO. Patricio Berríos Etchegaray. 2005

 DISTEMPER CANINO

El distemper canino (DC) también llamado moquillo canino o “hard pad” (cojinetes plantares duros) se admite que se originó en España en el siglo XVIII.  Sin embargo, según Charles Federic Hensinger (1853), el DC fue llevado desde Perú a España durante el siglo XVIII. La enfermedad había sido descrita en 1764 por Ulloa en su trabajo “Relación histórica del viaje a América meridional”.  En 1760 la enfermedad fue reportada en España, luego en Inglaterra e Italia (1764) y Rusia (1770). En 1763, novecientos perros murieron en un solo día en Madrid.  Los últimos brotes de distemper en perros no vacunados han sido descritos en  Finlandia (1977), Suiza (1985), Polonia (2002) y Estados Unidos (2004).

En 1844, Karle tuvo éxito en la primera transmisión experimental de la enfermedad mediante el raspado de los labios de cachorros con la descarga de perros enfermos. El agente causal sólo fue descubierto en 1905, fecha en que el virus fue aislado por Henri Carré, de allí el nombre de enfermedad de Carré del DC. Anteriormente el DC fue descrito magistralmente por Edward Jenner en 1809.

Las primeras vacunas que se utilizaron contra el distemper, en 1923, fueron preparadas con material de cerebro de perros muertos y tratadas con formalina (Laidlaw y Dunkin); estas vacunas no protegían contra la infección y tenían dudosos resultados de protección contra la enfermedad. En 1984 se empleó la vacuna contra el sarampión que no impedía la infección con el virus DC pero sí impedía la presentación de la enfermedad. La primera vacuna preparada, en 1945, con virus vivo modificado en hurones, producía la enfermedad y alta mortalidad. Posteriormente, en 1950, se preparó una vacuna en huevos embrionados y en cultivos celulares de embrión de pollo, utilizando las cepas Lederle y Onderstepoort. La cepa Rockborn replicada en cultivos de embrión de pollo producía una buena inmunidad, pero en algunos casos era responsable de encefalitis post vacunal.  Las vacunas (Duramune y Vanguard) que utilizaban la cepa Rockborn inducían una mejor respuesta inmune, pero eran responsables de un alto riesgo de enfermedad post vacunal. La vacuna Galaxy que utilizaba la cepa Onderstepoort, inducía una menor respuesta inmune pero una mas baja posibilidad de riesgo de enfermedad post vacunal (Green, 2000). El uso de las vacunas preparadas con virus vivo modificado en la década de los 60 disminuyó la presencia de la enfermedad  que, sin embargo, posteriormente reapareció. La última serie de vacunas preparadas en 1987 utilizando un vector recombinante (Recombitek) induce una buena respuesta inmunológica y no presenta riesgo de enfermedad post vacunal.

Agente etiológico

El DC es causado por  un  morbillivirus  de la familia Paramyxoviridae. Se describen varios biotipos del virus DC (VDC) con diferente histotropismo, aunque existe un solo tipo antigénico. Ciertos aislados virales, como las cepas Snyder Hill, A75/17 y R52, son altamente virulentos y neurotrópicos. Las  cepas Rockborn y  Snyder Hill causan polioencefalomielitis, las otras producen desmielinización  Este virus presenta un estrecho parentesco antigénico con los virus del sarampión o rubeola y  la peste bovina o rinderpest.
El VDC es muy susceptible al calor y se inactiva por el tratamiento a temperaturas entre 50 y 60º C durante 30 minutos. Es también susceptible a la luz ultravioleta. En tejidos extraídos de perros con DC el virus sobrevive por lo menos una hora a 37º C y tres horas a 20º C o 24º C (temperatura ambiente). En climas tropicales el virus no se mantiene viable en las perreras luego de ser eliminado desde los perros infectados. La supervivencia del virus es mucho mayor a temperaturas frías, sobreviviendo en el ambiente durante semanas a temperaturas de 0º C a 4º C. En el laboratorio en congeladores con temperaturas de -70º C, o  -192º C (nitrógeno líquido) se mantiene infectivo durante varios años. La liofilización, obtenida a bajas temperaturas y en alto grado de vacío, es un medio excelente para preservar la estabilidad y por lo tanto la antigenicidad del virus. En cuanto al pH,  el virus es estable entre 4,5 y 9,0. El VDC es un virus envuelto y por lo tanto es susceptible al éter y cloroformo, soluciones de formalina diluída (0,5%), fenol (0,75%) y desinfectantes de amonio cuaternario (0,3%).

Especies susceptibles
El VDC afecta principalmente a carnívoros terrestres  de las familias Canidae: perros, zorros, lobos, coyotes, chacales;  Mustelidae: nutrias, hurones, martas;  Procyonidae: coatí y mapache;  Hyaenidae: hiena;  Felidae: félidos salvajes como leones, tigres, leopardos en cautividad.  También afecta a carnívoros marinos como las focas y cetáceos como el delfin.  Se han identificado diversos morbillivirus: virus moquillo canino, virus moquillo focino, virus moquillo del delfín, virus moquillo de la marsopa. En el caso específico del virus del moquillo canino éste afectó a focas Baikal en 1980. 

En 1997, más de 11.000  focas del Caspio fueron encontradas muertas a lo largo de la costa de Kazakhstan atribuyéndose esta mortandad principalmente al VDC  y a altos niveles del insecticida DDT. En 2003 se describe el distemper canino en un tigre de circo (Panthera tigris) que presentaba una sintomatología de encefalitis (incoordinación y ataxia), opacidad corneal inicial y panoftalmitis severa. El diagnóstico se basó en inmunofluorescencia positiva en muestras de orina y conjuntiva. En leones del ecosistema Serengeti-Mara de África del Este, se han descrito epidemias de una enfermedad semejante al distemper canino y asociada con el VDC.

Transmisión
El DC es común en las grandes ciudades donde hay un estrecho contacto entre perros. El VDC es eliminado a los 7 días después de la infección y se puede diseminar  en casos extremos  durante 60 y 90 días, aunque generalmente los periodos de eliminación son menores. La transmisión ocurre directamente  por aerosoles o a través de excreciones oculares y nasales, orina y heces. El virus es muy sensible en el medio ambiente y se inactiva rápidamente por lo que la contaminación indirecta es rara. La persistencia del VDC está asociada con la diseminación de virus no-citolíticos. Los genes NP y M contienen los determinantes de la persistencia viral, generalmente asociada con alteraciones en la gemación. El índice de infecciones es más alto que el de la enfermedad, lo que reflejaría un cierto grado de inmunidad natural o resistencia inducida por vacunación.

 

Patogénesis

Luego de la infección por inhalación, el VDC se multiplica primariamente en   los macrófagos alveolares; entre 24 y 48 horas después, el virus se multiplica en macrófagos  de los ganglios bronquiales y tonsilas. El virus  se propaga, como consecuencia de la viremia, a todos lo órganos linfoides: bazo, timo, médula ósea y ganglios linfáticos mesentéricos y cervicales. En este estadio de la diseminación viral, si los anticuerpos neutralizantes se sintetizan rápidamente, alcanzando antes de los 10 días post infección, titulos neutralizantes mayores de 100, los síntomas clínicos son leves y el virus prácticamente no se difunde al resto del organismo. Si la respuesta inmune humoral es débil o tardía, el VDC invade todo el organismo, principalmente los epitelios intestinal, urogenital, respiratorio y piel, además de glándulas exocrinas y endocrinas e inclusive el sistema nervioso central (SNC). La replicación viral produce detrucción celular  que clínicamente se traduce en vómitos, diarrea, bronquitis, neumonia, dermatitis y alteraciones en el comportamiento. Las manifestaciones neurológicas son: mioclono, espasmos, paresia, hiperestesia cutánea y convulsiones. El daño cerebral conduce a encefalitis precoz o encefalomielitis progresiva con desmielinización y muerte.

Sintomatología

El período de incubación es extremadamente variable, entre 3 y 14 días.  Los síntomas clínicos generalmente aparecen a las dos semanas de la infección, dependiendo fundamentalmente de la relación virus- huésped. Se pueden observar desde formas inaparentes hasta sobreagudas. Los primeros signos en aparecer son: conjuntivitis, rinitis serosa y luego mucopurulenta, amigdalitis, traqueítis,  tos y  bronconeumonia.  Los sintomas digestivos iniciales se caracterizan por diarrea y vómitos, adicionalmente con dolor hepático y renal. El animal camina encorvado y se observa caída del tren posterior, además, se aprecian pústulas en la piel del abdomen,  hiperqueratosis de los cojinetes plantares (“Hard pad”) y del morro. En la forma aguda de la enfermedad se describe una curva térmica difásica que alcanza su primer máximo entre los 3 y 6 días post infección: el segundo se presenta  entre 7 y 10 días después. Leucopenia (linfopenia) acompaña a los primeros síntomas. En las formas subagudas los síntomas respiratorios y digestivos son discretos, observándose entre 14 y 21 días después síntomas nerviosos característicos tales como incoordinación, convulsiones, alteración del carácter, mioclonías, tortícolis, paresia del tren posterior y problemas visuales. Pocos animales escapan a la muerte. Muchos sobrevivientes a esta fase son sacrificados debido a las secuelas que produce la infección.

Diagnóstico

El diagnóstico clínico diferencial es difícil.  A nivel de laboratorio se utiliza como muestra de elección el raspado conjuntival para detectar cuerpos de inclusión intranucleares e intracitoplasmáticos. En animal muerto, se utiliza la prueba de inmunofluorescencia directa en cortes de ganglios linfáticos aumentados de volumen, con el fin de detectar antígenos específicos del VDC. También se utilizan pruebas de inmunohistoquímica.

Vacunas y vacunaciones

Los anticuerpos maternos disminuyen  con una vida media de 8,4 días. Los anticuerpos generalmente desaparecen entre las 12 y 14 semanas de vida. Las vacunas se aplican entre  6 y 16 semanas de vida en cachorros que recibieron calostro. La inmunidad después de la recuperación de una infección natural o de vacunaciones puede persistir por años.  

La estabilidad de las vacunas liofilizadas contra el distemper es de 16 meses entre 0 y 4º C; 7 semanas a 20º C y 7 días con luz solar y a 47º C. La vacuna reconstituída dura 1 hora en refrigeración.

Los esquemas que se aplican son diferentes según sea  el riesgo imperante en la ciudad o zona amagada. Considerando que los cachorros no son inmunocompetentes antes de los 2 meses de vida y que los anticuerpos maternos (94% en calostro) duran en el recién nacido aproximadamente entre 8 y 10 semanas, y que entre las 12 y 14 semanas disminuyen a un valor 0, se aconseja el siguiente esquema con  vacuna monovalente: 1ª dosis  a los 2 ½ -3 meses; 2ª dosis a los 3 ½ -4 meses; 3ª dosis a los 6 meses, si hay  un notorio aumento de los casos clínicos. Con vacuna triple (virus distemper, leptospira, y virus hepatitis) o séxtuple  (virus distemper, leptospira, virus  hepatitis 1 y 2, parvovirus canino tipo 2  y  parainfluenza tipo 2) se aconseja aplicar la primera dosis de vacuna parvovirus a los 2 meses; luego a los 2 ½ meses la vacuna séxtuple y a los 4 meses la vacuna séxtuple o la vacuna triple.  La vacuna recombinante óctuple se aplica desde las 6 semanas de edad y cada 21 días hasta las 12 semanas (3 dosis) (Berríos y López, 1993).

Distemper en el mundo. Casos relevantes


Distemper canino en focas. En 1997, más de 11.000  focas del Caspio fueron encontradas muertas a lo largo de la costa de Kazakhstan, atribuyéndose esta mortandad principalmente al VDC  y a altos niveles del insecticida DDT.

Distemper canino en las Islas Galápagos.  Entre febrero y junio de 2001 se presentaron 596 casos de DC en perros, de los cuales 275 murieron por causa de la enfermedad y 294 fueron eutanasiado. Los animales enfermos presentaban enflaquecimiento progresivo, secreciones oculares, salivación profusa, estornudos con secreciones nasales, respiración agitada y con dificultad, temblores musculares en cualquier parte del  cuerpo, incoordinación de movimientos, entre otros. Las principales medidas tomadas para evitar que la epidemia se extendiera a mamíferos marinos fueron: prohibición de perros en las calles y cerca de los muelles y playas, aplicación de eutanasia a animales enfermos previa solicitud de sus dueños e incineración de cadáveres. Además se realizó un estudio serológico en lobos marinos de diferentes colonias e islas, sin encontrarse seropositivos contra el VDC. Se concluyó que la mejor solución era realizar una campaña masiva de vacunación para disminuir el riesgo de contagio a lobos marinos.

Distemper canino en leones y tigres. En 2003 se describe el distemper canino en un tigre (Panthera tigris) de circo que presentaba síntomas de encefalitis (incoordinación y ataxia), opacidad corneal inicial y panoftalmitis severa. El diagnóstico se basó en inmunofluoresencia positiva en muestras de orina y conjuntiva. En leones (Panthera leo) del ecosistema Serengeti-Mara de África del Este se han descrito epidemias de una enfermedad semejante al distemper canino y asociada con el VDC. Entre 2003 y 2004 murieron 1.000 leones de un total de 3.000  de un parque en Serengeti, Tanzania; en un león enfermo que sufría de ataques  epileptiformes se observó salivación excesiva, mandíbulas contraídas, expresión facial alterada con pupilas contraídas y luego dilatadas; los leones enfermos no podían comer ni cazar por lo que eran víctimas de depredadores. Estudios realizados con PCR demostraron que el virus aislado tenía una estrecha relación filogenética con el VDC. Otros animales afectados fueron chitas (Acinonyx jubatus) y perros salvajes africanos (Lycaon pictus). Anteriormente, entre 1991 y 1992, en un parque de vida silvestre de san Fernando, California USA, se enfermaron de distemper, además de leones y tigres,  leopardos (Panthera pardus) y  jaguares (Panthera onca), animales que presentaban anorexia, enfermedad gastrointestinal o respiratoria y convulsiones, muriendo 17 de ellos. La tipificación del virus aislado se realizó mediante anticuerpos monoclonales contra el VDC; el diagnóstico se corroboró mediante la detección de anticuerpos seroneutralizantes específicos.

Distemper en perros en Chicago, Estados Unidos 2004. Se describe un brote de distemper canino en perros de la ciudad de Chicago, probablemente no vacunados.

Distemper en mapaches en Medford y Ashland, Oregon, Estados Unidos 2005. Se describen casos de distemper canino en mapaches (Procyon lotor) que presentan exudado nasal u ocular, andan desorientados y desinteresados en tomar agua y alimentos. El distemper sería cíclico y ocurriría cuando las poblaciones de mapaches invaden las ciudades. En 1992 también se presentó la enfermedad matando a un cierto número de mapaches. En estas circunstancias los zorrillos o mofetas fueron reubicados con el fin de no sacrificarlos.

Situación en Chile

En Chile se ha detectado el DC desde hace muchos años, principalmente a través de diagnóstico clínico y anatomopatológico, y ocasionalmente por inmunofluorescencia.  Según Navarro (2004), el virus distemper es el virus más conocido que afecta a los pequeños animales. Se trata de una enfermedad infecciosa de alta prevalencia en nuestro país, lo que se ha corroborado en un estudio en desarrollo sobre vigilancia epidemiológica de las principales enfermedades de caninos en Chile (910 casos notificados entre enero 2004 y diciembre 2005; Sistema de Vigilancia de Enfermedades Infecciosas en Mascotas de Santiago, www.vigivet.com).  

Sólo en 1994 se informó del  aislamiento del virus en cultivos celulares de riñón de perro (MDCK) inoculados con secreción nasal, ocular y traqueal provenientes de un cachorro con signos respiratorios, disnea respiratoria y estertores bronquiales. El animal enfermo presentaba además signos nerviosos  con mioclonía unilateral, movimientos masticatorios involuntarios y paresia ascendente del tren posterior. El diagnóstico se corroboró por microscopía electrónica y estudios histopatológicos que demostraron la presencia de cuerpos de inclusión acidófilos intracitoplasmáticos (Cerda et al., 1994).

En un estudio  sobre epilepsia epizoótica canina en que se analizaron 50 casos atendidos en el policlínico de animales menores de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile, entre julio de 1966 y agosto de 1968, los animales presentaban crisis episódicas de tipo epiléptico caracterizadas por crisis de huida, furor o espanto, con pérdida de conciencia, sin manifestaciones convulsivas de pequeño o gran mal, y con o sin relajación de esfínteres. De acuerdo al análisis de los resultados se plantearon tres hipótesis sobre su etiología: a) Una nueva forma clínica de las entidades del complejo distemper, b) Una mutante del virus distemper sin inmunidad cruzada,  y c) Una nueva enfermedad, de naturaleza contagiosa, de carácter encefalotropo, posiblemente de origen viral (Román et al, 1968).
En perros provenientes de la Región Metropolitana se detectó la presencia de Mycoplasma sp en procesos broncopulmonares recidivantes en animales afectados de distemper canino (Abalos y Berríos, 1980).

Ernst et al. (1987) plantean que variables climáticas explican un 12,11% de la variabilidad de la prevalencia de distemper, especialmente influídos por los parámetros climatológicos de temperatura y humedad.

Al analizar  los registros clínicos, entre 1975 y 1984, de la Clínica de Pequeños Animales del Hospital Veterinario de la Universidad Austral de Chile en Valdivia, se identificaron casos clínicos de distemper y hepatitis infecciosa canina,  encontrándose  que los perros  menores de 1 año tenían un alto riesgo de contraer ambas enfermedades. Además, las razasmixtas (mongrel) presentaron un mayor riesgo de contraer distemper (Ernst et al., 1987).

En un estudio realizado en un total de 535 fichas con diagnóstico de distemper, en base a la presencia de síntomas multisistémicos como alteraciones neurológicas, fiebre, signos respiratorios, signos gastroentéricos, hiperqueratosis y otros, en animales atendidos en el servicio de clínica menor de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile, entre mayo de 1975 y septiembre de 1991, se encontró un mayor porcentaje de machos (72,15%) que de hembras (27,85%) y un mayor porcentaje de animales mestizos (84,67%) en relación a caninos finos (15,35), y una altísima proporción de consultas en animales menores de 1 año (83,55%). La supervivencia por distemper canino en el conjunto total de animales, mostró una marcada mortalidad entre el día 1 y día 50. Sin embargo, la prueba log-rango demostró que no había diferencias significativas entre edades, sexo, razas ni estaciones (Morales et al., 1997).

Cerda y Quinteros (1995), luego de inocular un aislado nacional semejante al virus distemper canino en hembras de ratones Balb-C de 8 semanas de edad y al 5º día de ser cubiertas, concluyeron que el aislado era un buen inmunógeno, comparable con las cepas vacunales y con la ventaja de ser una cepa nativa actuante  en  el  medio  nacional. Los  autores  consideran que el período ideal de vacunación sería a  partir de los 3 meses de edad en caninos, encontrándose que el máximo nivel de anticuerpos se obtiene a los 30 días post inoculación. No se presentaron abortos inducidos por el virus en el primer tercio de gestación, ni malformaciones del sistema nervioso central en las crías nacidas en este período (Cerda y Quinteros, 1995). 

Utilizando un aislado nacional, se determinó en forma comparativa la capacidad inmunogénica de vacunas comerciales contra el distemper canino, para ello se trabajó con un universo de 40 caninos de 45 días a 10 años de edad, los que se sometieron a tres programas de inmunización: Primer programa, vacunaciones a los 45, 55, 65 y 75 días con revacunación al año de edad; segundo programa, vacunaciones a los 30, 90 y 100 días con revacunaciones al año de edad; tercer programa, vacunaciones a los 45 y 150 días con revacunaciones hasta los 6 meses de edad. Los resultados obtenidos indican que la respuesta inmune es variable dependiendo de las condiciones de estrés y edad de vacunación, encontrándose que frente a situaciones de confinamiento, los mayores títulos de anticuerpos se obtuvieron con el primer programa. En mascotas no confinadas se encontró una mayor seroconversión al aplicar el tercer programa. Se señala que los animales bajo la administración de corticosteroides  por   períodos   prolongados   presentan  una  ausencia  total  de  títulos  séricos protectivos. En aquellos animales provenientes de madres con altos títulos de anticuerpos y que son vacunados tempranamente, se  detectó una notoria neutralización de los anticuerpos maternos. En este trabajo se concluyó que para lograr un mayor nivel inmunitario pasivo en los cachorros, es necesario vacunar a las hembras al inicio del celo. Además se establece que se alcanzan niveles protectivos a partir del primer año de edad, los que permanecen estables en el tiempo sometiendo a los perros a revacunaciones bianuales.  Los animales mayores de 10 años mostraron un descenso en el nivel de anticuerpos específicos (Cerda y Quinteros, 1996).

En 2002, Navarro et al., informaron del aislamiento de una cepa viral diagnosticada como virus distemper canino mediante inmunofluorescencia. La muestra había sido obtenida desde tejido nervioso de un perro adulto con síntomas nerviosos.

En 2003  ocurrió un posible caso de distemper canino en el Parque Nacional Fray Jorge (Limarí, Ovalle) IV Región, donde se detectaron perros y zorros con síntomas de esta enfermedad. En 2 de 5 zorros chilla (Pseudalopex  griseus) se observó sintomatología nerviosa tipo convulsiones antes de su muerte. En un animal moribundo se  detectó deshidratación, desorientación, salivación y mioclonías generalizadas. Otros ejemplares presentaban secreción ocular purulenta, ataxia, emaciación, mioclonías y tremores. El examen histopatológico reveló en pulmón neumonitis, en bazo depleción linfocitaria, en riñón túbulonefrosis leve y en vejiga y pulmón cuerpos de inclusión eosinífilicos intracitoplasmáticos. El examen citológico de frotis conjuntival fue positivo a cuerpos de inclusión de distemper canino apreciándose células con inclusiones eosinofílicas intracitoplasmáticas. La determinación de anticuerpos contra el virus distemper canino (IgG) reveló un título de  160 y 640 en dos muestras aanalizadas. El título seroneutralizante para el virus distemper canino fue de 1024. Los examenes para Leptospira, Ehrlichia y rabia fueron negativos. Según los autores, el evento correspondió a un brote de distemper canino con  características epidémicas en las poblaciones de zorros silvestres, el que podría tener una asociación causal con la existencia de mustélidos nativos en Fray Jorge tales como chingues (Conepatus chinga) y quiques (Galictis cuja) especies susceptibles al virus distemper canino, especialmente el chingue (Moreira y Stutzin, 2005).

1 comentario:

  1. Excelente información, profesor!. Su página pasaraá a formar parte de los favoritos de mi navegador. Saludos y felicidades.

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