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lunes, 16 de enero de 2017
MANUAL DE PROCEDIMIENTO DE MEDIDAS AMBIENTALES PARA EL CONTROL Y PREVENCIÓN DE RABIA ANIMAL 2013 2015
MANUAL DE PROCEDIMIENTO DE
MEDIDAS AMBIENTALES PARA EL CONTROL Y
PREVENCIÓN DE RABIA ANIMAL 2013
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29“COMPENDIO DE NORMAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL DE RABIA Y TENENCIA RESPONSABLE DE MASCOTAS”
1. Introducción
2. Antecedentes generales
2.1 Agente
2.2 Mecanismo de transmisión
2.3 Patogenia de la enfermedad
2.4 Periodo de incubación
2.5 Periodo de transmisibilidad
2.6 Reservorios
2.7 Susceptibilidad
3. Rabia animal
3.1 Manifestaciones clínicas
3.2 Vigilancia epidemiológica
3.2.1 Vigilancia activa de la rabia animal
3.2.2 Animales sospechosos de rabia
3.2.3 Especies a muestrear
3.2.4 Tipos de muestras
3.2.5 Procedimientos de toma de muestras
3.2.6 Embalaje y transporte de muestras
3.2.7 Disposición final del cadáver una vez obtenida la muestra
3.3 Medidas de prevención y control
3.3.1 Criterios de evaluación de riesgo de rabia en perros y gatos
3.3.2 Vacunación a animales susceptibles
3.3.3 Uso de vacuna antirrábica animal
3.3.4 Disposición de vacunas vencidas
3.3.5 Control de poblaciones de animales susceptibles a rabia
3.3.5.1.- Control de murciélagos
3.3.5.1.1.- Control de murciélagos en la comunidad
3.3.5.1.2.- Captura de murciélagos dentro de las habitaciones
3.3.6 Observación de animales mordedores
4. Actividades de comunicación y difusión a la población
5. Control de focos
5.1. Encuesta epidemiológica de rabia
5.2. Investigación de personas expuestas
5.3. Criterios a seguir con los animales contactos
5.4. Reducción de poblaciones animales susceptibles del área focal y perifocal
5.5. Vacunación antirrábica animal en el área focal y perifocal
5.6. Vigilancia epidemiológica en foco y perifoco y envío de muestras sospechosas.
5.7. Educación sanitaria en área focal y perifocal
6. Función del Instituto de Salud Pública en la vigilancia de rabia
6.1. Diagnóstico
6.2. Flujo de informes de casos positivos
6.3. Autorización de ingreso de material biológico para diagnóstico de rabia
ÍNDICE
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1. Introducción
La rabia en Chile, como en todos los países en que se presenta, constituye un importante problema de
salud pública considerando que su letalidad en la práctica es de un cien por cien.
Epidemiológicamente, la rabia en el país se caracterizó por una enzootia en perros, con ciclos epizoó-
ticos quinquenales, hasta fines de la década de los años sesenta. En el período 1950 -1965, los promedios
quinquenales de casos de rabia animal fueron 251, 264 y 423 casos respectivamente.
A partir del año 1960, se inicia el Programa Nacional de Control de Rabia basado, por una parte, en
prevenir la presentación de casos de rabia humana, mediante la implementación de esquema de vacunación
post-exposición a las personas expuestas, en forma oportuna, con amplia cobertura y disponible en
todos los establecimientos de salud del país; el desarrollo de actividades de educación de la población y,
por otra, la interrupción del ciclo de transmisión de la enfermedad evitando la presentación de rabia en
perros, a través de campañas masivas de vacunación antirrábica canina y de reducción de la población
canina callejera.
La aplicación estratégica y sistemática de las medidas preventivas contempladas en el programa, permitió
obtener el control de la rabia canina, prácticamente su eliminación a mediados de la década de los
años ochenta. A partir de este periodo, los casos de rabia canina son esporádicos e incluso se presentan
años sin casuística. Los promedios quinquenales de casos de rabia animal en el período 1965 - 1985 fueron
77,2; 15,2; 8,2 y 1,6 respectivamente. A partir de 1990, a la fecha, la presentación de casos en perros
y gatos es esporádica y originada por variantes de murciélagos, situación que confirma la interrupción de
la circulación del virus rábico variante canina en el país.
Coincidente con los antecedentes epidemiológicos que indican que, en el mundo, sobre el noventa por
ciento de los casos de rabia en humanos son originados por perros rabiosos, la presentación de casos de
rabia humana en el país ha seguido una curva descendente, íntimamente relacionada con la reducción de
rabia en perros. Así, los promedios quinquenales de rabia humana en el período 1950 - 1974, presentan
la misma tendencia a la baja que los casos animales, presentando cifras de 5,0; 5,4; 4,2; 0,6 y 0,4 respectivamente.
A partir del año 1972 el país se ha mantenido libre de casos de rabia en humanos transmitida
por el perro.
Los antecedentes expuestos confirman el impacto incuestionable que la rabia canina tiene sobre la
presentación de casos de rabia en las personas, por lo que a pesar de la situación actual, se debe mantener
un estricto control sobre la población canina, dado que es esta especie la que representa el mayor
riesgo para el hombre en relación a la transmisión de la rabia.
A contar de 1985, año en que se diagnosticó por primera vez rabia en murciélagos en Chile, comienza
la vigilancia epidemiológica activa sobre esta especie. A través de ella se han detectado murciélagos
positivos entre las regiones de Atacama y Magallanes. Sin embargo, el registro de un caso de rabia en
gato, en la Región de Arica-Parinacota, el que fue provocado por virus variante murciélago, demuestra la
circulación de virus entre los quirópteros insectívoros de esa Región. Estos antecedentes han demostrado
la existencia, en Chile, de circulación de variante virales asociadas a murciélagos insectívoros, altamente
adaptados a estas especies y, en consecuencia, con baja capacidad de producir enzootias en otras especies
animales. Sin embargo, eventualmente se pueden originar casos de rabia en animales domésticos e
incluso en el hombre a partir de quirópteros. Esto último quedó demostrado en 1996, año en que se registró
la muerte de un niño, debido a una infección rábica transmitida por un murciélago y los casos aislados
y esporádicos registrados en caninos y felinos.
La constatación de un ciclo en murciélagos insectívoros, hace necesario mantener y reforzar la vigilancia
activa sobre los quirópteros, sin descuidar la vigilancia de los animales domésticos e iniciar la vigi-
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lancia sobre otras especies silvestres susceptibles a fin de conocer la existencia de otros probables ciclos
de circulación del virus. Por otra parte, dado el escaso conocimiento de la epidemiología de la infección
rábica a partir de estos quirópteros, es necesario reforzar las actividades de educación y difusión a la
población en torno a las medidas de prevención frente al riesgo de contacto con murciélagos. Asimismo,
se requiere reforzar en el equipo de salud el conocimiento del manejo de contactos con quirópteros y
la conducta de tratamiento a seguir, la que debe ser más rigurosa que la aplicada para los contactos de
riesgo con animales domésticos.
Los antecedentes señalados, demuestran que el Programa de Control y Prevención de Rabia aplicado,
ha sido exitoso y ha logrado, en la práctica, eliminar del país la rabia canina. Lo anterior significa un avance
trascendental en la lucha contra la rabia, si consideramos que el perro es el principal transmisor de la enfermedad
para el hombre. Sin embargo, a pesar de los importantes logros alcanzados, el nuevo escenario
epidemiológico de la rabia, obliga a reforzar y reorientar las medidas de vigilancia, a objeto de conocer
con mayor certeza las variantes virales que circulan en el país, las especies que actúan como reservorio,
la ecología viral en los reservorios y las probables vías de transmisión.
En este sentido, los murciélagos insectívoros han adquirido, en los últimos años, una importancia creciente
en la mantención de la rabia y la aparición de casos, tanto en animales domésticos como en el
hombre. Particularmente importantes son los antecedentes epidemiológicos, obtenidos en Estados Unidos
de América, que dan cuenta del registro, esporádico de casos de rabia humanos, provocados por
variantes de virus rábicos específicos de distintas especies de murciélagos insectívoros, sin que existan
antecedentes de mordeduras o contacto de estos pacientes con quirópteros. Esta situación, de reiterada
ocurrencia en Estados Unidos de América, coincide con el patrón de presentación del único caso de
rabia humana registrado hasta la fecha en nuestro país el año 1996. Estos antecedentes indican que es
necesario reforzar la difusión de las medidas de prevención que la población debe observar frente a la
posibilidad de contacto con quirópteros, a fin de prevenir la aparición de casos originados por murciélagos.
Así mismo la vigilancia permanente de la rabia animal permite detectar eventuales cambios en la
epidemiología de la enfermedad y adaptar las medidas de prevención en forma dinámica haciendo más
efectiva la protección de la población.
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2. Antecedentes Generales
2.1. El Agente
El virus de la rabia pertenece a la Familia Rhabdoviridae, género Lyssavirus. El Género Lyssavirus está
compuesto por 11 genotipos. El genotipo 1 corresponde al virus rábico clásico y los 10 genotipos restantes
a virus relacionados como Mokola, Lagos bat, Duvenhage y otros. Dentro del genotipo 1 del virus de la
rabia se han identificado, a través de estudios antigénicos y genéticos, distintas variantes virales. El virus
de la rabia tiene la forma de una bala de fusil, de 180 X 75 mm. de tamaño promedio y está constituido
por ácido ribonucleico de una hebra (RNA-), no segmentado, enroscado y una cápside constituida por 3
proteínas. La nucleoproteína tiene simetría helicoidal y está envuelta por un manto de naturaleza lipoproteica,
constituidas por dos capas lipídicas y dos proteínas, una a nivel superficial y una glicoproteína
que se asocia a proyecciones que sobresalen de la envoltura.
Dada su estructura, el virus de la rabia es muy sensible a la acción de los agentes físicos y químicos,
como a la temperatura ambiente en ausencia de materia orgánica. Resiste la acción del fenol a ciertas
concentraciones, a los antibióticos y a los quimioterápicos; en consecuencia, el virus de la rabia debe ser
conservado con preservantes para mantener su virulencia. La partícula de virus de la rabia tiene dos antí-
genos principales, uno interno y otro superficial.
El antígeno interno está constituido por la nucleoproteína e induce la formación de anticuerpos precipitantes
y fijadores del complemento; a su vez, es el antígeno demostrable mediante la Prueba de Inmunofluorescencia
Directa. Estos anticuerpos son comunes a todas las cepas del virus de la rabia, por lo
que son específicos de grupo.
El antígeno de superficie corresponde a las proyecciones espiculares de glicoproteína e induce la formación
de anticuerpos neutralizantes y hemoaglutinantes. Los estudios de tipificación viral antigénica
por anticuerpos monoclonales y genética a través de secuenciamiento, son un elemento valioso para
apoyar a los sistemas de vigilancia epidemiológica de la enfermedad. Además permite identificar las
especies reservorios presentes en una determinada área geográfica, elaborar estrategias de control y
prevención más eficientes y mejorar el monitoreo de los programas de control correspondientes.
2.2. Mecanismo de transmisión
Debido a la capacidad del virus rábico de invadir las glándulas salivales, el modo más frecuente de
transmisión de la rabia entre los animales y, desde éstos al hombre, es la inoculación de saliva infectada
a través de heridas provocadas por mordedura. Sin embargo, otras vías de transmisión, aunque menos
frecuentes, son el contacto de saliva infectada con heridas, rasguños o lesiones preexistentes de la piel.
Asimismo, el contacto de secreciones de animales rábicos con la mucosa ocular, nasal o bucal, aun estando
éstas intactas, se debe considerar un riesgo de infección.
La transmisión del virus rábico por inoculación transcutánea determina que los animales de mayor
importancia epidemiológica sean aquellos con conducta y capacidad mordedora, como los carnívoros,
mustélidos y quirópteros hematófagos. Sin embargo, la sospecha de mecanismos más sensibles de transmisión
en el caso de los murciélagos insectívoros, determina que éstos deban ser considerados de riesgo.
La transmisión de la rabia de persona a persona es posible en teoría, si se considera que la saliva de un
individuo enfermo, contaminada con virus rábico, puede entrar en contacto con heridas de la piel o con
las mucosas de una persona sana. A pesar de esta posibilidad teórica, no existen casos con diagnóstico de
laboratorio de este tipo de transmisión. Sin embargo, la atención de un paciente con sospecha de rabia
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debe realizarse bajo todas las normas de bioseguridad y protección personal indicada para los casos de
riesgo. Por otra parte, se han documentado casos de transmisión entre personas como consecuencia de
transplantes de órganos. Los receptores de los órganos desarrollaron la enfermedad y fallecieron. Las
respectivas investigaciones epidemiológicas de estos casos demostraron que los donantes fallecieron de
enfermedades del sistema nervioso central sin diagnóstico diferencial. Estos antecedentes demuestran
la importancia de hacer un diagnóstico diferencial con rabia de todos aquellos cuadros de encefalitis de
causa desconocida.
Además de los mecanismos de transmisión anteriormente descritos, se reconoce la transmisión por
vía aérea. Esta vía de infección tiene escasa importancia epidemiológica, ya que los casos humanos que
se originan a partir de ella, se encuentran relacionados con la producción de aerosoles en procedimientos
de laboratorio y en ambientes naturales altamente contaminados como cavernas en las que existe una
alta densidad de murciélagos.
2.3. Patogenia de la enfermedad
Introducido el virus por una solución de continuidad, procede a multiplicarse en el músculo estriado y
posteriormente ingresa al interior de los nervios periféricos de la zona contigua a la herida. A partir de ese
momento, el virus se moviliza pasivamente a través del axoplasma hacia el ganglio espinal correspondiente
al sitio de ingreso, lugar donde vuelve a replicar y por la raíz dorsal del nervio involucrado ingresa
al sistema nervioso central. En el cerebro, el virus se multiplica irregularmente en varios puntos, afectando
sucesivamente células vecinas y reingresando a los nervios de la zona, a través de los cuales llega a las
células nerviosas ubicadas en todos los órganos y tejidos, excepto a la sangre.
2.4. Período de incubación
Por lo general en el hombre la incubación es de 2 a 8 semanas, aunque en ocasiones la incubación
puede ser de sólo 10 días y en otras un año o más. Estas variaciones dependen del sitio de la inoculación,
del tamaño de la laceración en relación con la inervación involucrada y la distancia al cerebro, la cantidad
de virus introducido, factores inmunológicos individuales y otros.
El período de incubación de la rabia en perros varia de 10 días a varios meses; la mayoría de los casos
ocurren entre los 21 y 80 días después de la exposición. En los animales silvestres el período de incubación
no se encuentra claramente determinado, aunque algunas observaciones parecen indicar que, generalmente,
es más prolongado que el descrito en las especies domésticas. Por esta razón no se recomienda
tener como mascotas animales silvestres susceptibles de transmitir la rabia.
2.5. Período de transmisibilidad
Lo más común es que no exista excreción de virus a través de la saliva antes de los cinco días previos a
la aparición de los primeros signos. En estos antecedentes se fundamenta la recomendación de observar
a perros y gatos mordedores por un período de 10 días posteriores a ocurrida la exposición humana.
El período de observación de los animales silvestres mordedores no se encuentra determinado debido
a la falta de conocimiento acabado del comportamiento de la rabia en estas especies, lo que determina
que se desconozca el período de transmisibilidad y el de incubación. En consideración a esto, toda
mordedura ocasionada por animales silvestres, siempre debe ser tratada con el esquema de vacunación
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post-exposición completo. La única excepción a esta regla es que sea posible hacer el diagnostico inmediato
de rabia al animal mordedor y este resulte negativo.
2.6. Reservorios
Si bien todos los mamíferos, en especial los terrestres, son susceptibles de enfermar de rabia, los
responsables del mantenimiento y propagación del virus rábico en la naturaleza son principalmente
carnívoros y quirópteros, los que cobran mayor o menor relevancia dependiendo del hábitat en que se
desenvuelven. Los herbívoros y otros animales no mordedores, no desempeñan un rol importante en la
epidemiología de la enfermedad.
En la actualidad se reconoce que el virus rábico tiene diversas variantes. Estas variantes virales son
especie específica, esto es que se asocian a determinadas especies animales dentro de las cuales circulan
habitualmente y, en consecuencia producen casos y brotes de la enfermedad entre esas poblaciones. Sin
perjuicio de lo anterior, hoy se reconoce que las variantes virales específicas, en situaciones especiales,
pueden atravesar la barrera de especie y producir casos de rabia en individuos de especies distintas. Esto
es lo que se ha dado en llamar derrames virales. Estos derrames, que se producen en forma ocasional, por
lo que se conoce hasta la fecha, se caracterizan por que generan casos únicos, aislados y sin capacidad
de producir brotes.
Desde el punto de vista epidemiológico, el perro y, en consecuencia las variantes virales propias de
esta especie (V1 y V2), son las más importantes para la presentación de casos de rabia en el hombre. Lo
anterior se explica por la estrecha convivencia del perro con el hombre, las relaciones de dependencia de
esta especie con los humanos, las altas densidades de perros que se alcanzan en los centros urbanos, la
rapidez de transmisión del virus entre estas poblaciones y la alta tasa de accidentes por mordedura que
estos animales generan al hombre.
Por otra parte, se debe tener presente que en caso de enzootia de rabia canina es frecuente la transmisión
de rabia a otros animales domésticos, especialmente el gato. Lo anterior aumenta la probabilidad
de casos de rabia humana si consideramos que el gato, al igual que el perro tiene una estrecha convivencia
con el ser humano y alcanza densidades importantes en el hábitat urbano. Esta relación del hombre,
animales domésticos (perro, gato) y virus rábico canino se conoció como el ciclo urbano de la rabia. Sin
embargo, la identificación de las variantes virales, y como consecuencia de ello, la comprobación de la
circulación de variante virales distintas a la canina en los centros urbanos, así como la circulación de
variantes caninas en animales de vida libre (zorros, mangostas) en otros hábitat, deja obsoleto este concepto,
así como el de ciclo silvestre de la rabia.
Es relevante por tanto, tener presente que existen variantes virales específicas de animales domésticos
(perros) y variantes específicas de animales de vida libre (murciélagos, zorrillos) las que de acuerdo a
las circunstancias pueden circular indistintamente en distintos ecosistemas.
Dentro de un determinado ecosistema, sólo parece haber una o dos especies que perpetúan la endemia
rábica y se caracterizan por poseer variantes virales específicas de la especie. Esta especificidad existente
entre el virus y la especie reservorio determina que, cuando se producen brotes epizoóticos entre
las especies reservorios, existan mayores probabilidades que por “derrame” enfermen algunos individuos
de otras especies susceptibles, incluido los seres humanos.
La especificidad viral explica que los casos entre animales susceptibles no reservorios, sean esporádicos
y no tengan capacidad de generar enzootias dentro de su misma especie. Sin embargo, ellos
pueden contribuir, junto a la especie principal, a difundir la enfermedad en los herbívoros salvajes, los
animales domésticos y las personas. En Chile, como en los demás países de Latinoamérica, en las etapas
epidémicas el perro ha sido el reservorio principal de la enfermedad debido tanto a su alta densidad, en
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relación con otras especies domésticas, a su estrecho contacto con las personas, como asimismo, a su
amplio radio de desplazamiento, lo que determina múltiples posibilidades de infectar a otros animales y
eventualmente a las personas.
Desde 1980 en adelante, la rabia en animales domésticos ha presentado casos esporádicos, aislados
y sin capacidad epizoótica. La presentación esporádica y su falta de capacidad de provocar epizootias, se
explica por el hecho de que, como se ha confirmado, ellos son originados por variantes virales específicas
de murciélagos insectívoros.
Dada la situación descrita, y los conocimientos actuales de la epidemiología de la rabia en Chile, se
puede afirmar que en el país la principal fuente de infección de la enfermedad está representada por los
quirópteros. Esta afirmación es corroborada por las investigaciones realizadas, en trabajos de colaboración,
entre el Instituto de Salud Pública de Chile y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades
(CDC) de Atlanta, Estados Unidos de América. Estos trabajos permitieron la identificación antigénica y
genética de los virus aislados en el país. Los resultados vienen a corroborar la hipótesis de la eliminación
de la rabia canina y la importancia de la rabia silvestre en el país (3, 5).
La identificación viral permitió diferenciar cinco variantes del virus rábico en las muestras analizadas.
De estas variantes una corresponde a la variante canina, en tanto, las restantes corresponden a variantes
de murciélagos insectívoros.
Las variantes caninas correspondieron a muestras de tres perros aisladas en 1977, 1981 y 1990 respectivamente.
La variante canina no ha sido aislada en ninguna de las muestras correspondientes a casos
positivos registrados desde 1990 a la fecha. Este antecedente objetivo permite afirmar que el país se
encuentra libre de rabia canina.
En Chile se han detectado 4 géneros de murciélagos insectívoros como reservorios. Dentro de estos
géneros las especies que se han registrado positivas son, Tadarida brasiliensis que representa sobre el
90% de los casos en el país; Myotis chiloensis, Laciurus borealis y L. cinereus, además de Histiotus macrotus,
el cual presenta una nueva variante viral. Estos nuevos antecedentes evidencian la necesidad de
reforzar las medidas de prevención tendientes a evitar contactos de riesgo de los murciélagos con las
personas así como con los animales domésticos susceptibles a la enfermedad. Por esta razón es necesario
reforzar la vigilancia comunitaria permanente de murciélagos sospechosos. Sin perjuicio de lo anterior,
atendida la importancia que tienen el perro y el gato, en la transmisión de la rabia al hombre, debido a la
alta susceptibilidad de estos animales a la enfermedad y al estrecho contacto de éstos con el hombre, se
deben mantener las medidas de prevención, control y vigilancia sobre estas especies domésticas.
2.7. Susceptibilidad
Todos los mamíferos de sangre caliente son susceptibles a la enfermedad y no se conoce que exista
inmunidad natural a la rabia en el hombre ni en los animales, reconociéndose que algunos animales presentan
mayor susceptibilidad. Los roedores sinantrópicos en forma natural presentan alta resistencia al
virus rábico.
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3. Rabia Animal
3.1 Manifestaciones clínicas
En los animales se describen dos formas de presentación de la rabia: la rabia furiosa y la paralítica o
muda, según la sintomatología neurológica predominante.
PERROS:
En la fase prodrómica, los perros manifiestan cambios de conducta. Se esconden en lugares obscuros
o muestran una agitación inusitada, dando vueltas intranquilos. La excitabilidad refleja está exaltada,
reaccionando al menor estímulo. Hay pérdida del apetito (anorexia), irritación en la región de la mordedura,
estimulación de las vías genitourinarias y un ligero aumento de la temperatura corporal.
LA FORMA FURIOSA: de la rabia se caracteriza por una acentuación notable, después de 1 a 3 días de
enfermedad, de los síntomas de excitación y agitación. El animal se vuelve peligrosamente agresivo,
con tendencia a morder objetos, otros animales y al hombre, incluyendo a su propio dueño. Muchas
veces se muerde a sí mismo, infligiéndose heridas graves. La salivación es abundante, debido a la pará-
lisis de los músculos de la deglución; se presenta ladrido bitonal por la parálisis parcial de las cuerdas
vocales. El perro rabioso tiene propensión a abandonar su casa y recorrer grandes distancias, atacando
furiosamente a sus congéneres u otros animales. En la fase final de la enfermedad se pueden observar
convulsiones generalizadas y luego incoordinación muscular y parálisis de los músculos del tronco y
de las extremidades.
LA FORMA MUDA: de la rabia en el perro se caracteriza por síntomas predominantemente paralíticos,
siendo muy corta la fase de excitación, la que a veces no se presenta. La parálisis empieza por
los músculos de la región de la cabeza y cuello, se presenta dificultad en la deglución y es frecuente
que el dueño sospeche que su perro se ha atragantado con un hueso por lo que trata de socorrerlo,
exponiéndose de tal manera a la infección. Luego sobreviene parálisis de las extremidades, parálisis
general y la muerte.
GATOS:
La mayor parte de las veces la enfermedad es de tipo furioso, similar a la que se presenta en perros.
Entre el 2º y 4º día de iniciado los síntomas de excitación, sobreviene la parálisis del tercio posterior
del cuerpo.
BOVINOS:
Los síntomas son generalmente de tipo paralítico y comienzan a presentarse entre 25 y 150 días o más
luego de la infección. Los animales afectados se alejan del grupo, algunos presentan pupilas dilatadas
y pelo erizado, otros, somnolencia y depresión. Se pueden observar movimientos anormales de las extremidades
posteriores, lagrimeo nasal e hipersensibilidad en el lugar de la mordedura. Se describen
también casos de rabia furiosa.
Al avanzar la enfermedad se observa incoordinación muscular y contracciones tónico clónicas de los
grupos musculares del cuello, tronco y extremidades. Los animales tienen dificultad en la deglución y
dejan de rumiar. Finalmente, se presenta postración y muerte.
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Los signos paralíticos suelen presentarse entre el segundo y tercer día después de iniciarse los síntomas.
La duración de la enfermedad es de 2 a 5 días, extendiéndose en ocasiones de 8 a 10 días. Sobre
la base de la sintomatología no se puede diferenciar la rabia bovina originada por perros o por murciélagos
hematófagos (vampiros). Los datos epidemiológicos, tales como la presencia de murciélagos
hematófagos, el hallazgo de mordeduras que ocasionan estos quirópteros, la ocurrencia de múltiples
casos, la preponderancia de manifestaciones paralíticas y sobre todo, la ausencia de rabia canina, permiten
sospechar de rabia transmitida por vampiros.
OTROS ANIMALES DOMÉSTICOS:
La rabia en equinos, ovinos y caprinos es muy similar en su sintomatología a la de los bovinos.
Después de un período de excitación de duración e intensidad variable, se presentan fenómenos
paralíticos que dificultan la deglución y la coordinación de las extremidades. En los porcinos la enfermedad
se inicia con fenómenos de excitación muy violenta, con sintomatología similar a la de
los perros. La rabia en ovinos, caprinos y porcinos no es frecuente. Animales bovinos, suinos equinos,
ovinos, caprinos, así como también conejos y camélidos generalmente presentan rabia paralítica y,
salvo excepciones, no son agresivos, por lo que no representan riesgo de transmisión para el hombre
y otros animales.
ANIMALES SILVESTRES:
En Chile, hasta la fecha, se ha identificado el ciclo silvestre representado por los murciélagos insectí-
voros, los que en los últimos años se han demostrado ser el reservorio más importante de la enfermedad
en el país. Si bien no se conoce con exactitud la sintomatología de la rabia en los murciélagos, se
deben considerar sospechosos todos aquellos quirópteros que presenten uno o más de los siguientes
síntomas o conductas:
Se encuentren volando de día.
Presenten dificultades para volar.
Se encuentren dentro de las habitaciones.
Se encuentren muertos o moribundos en cualquier lugar que no sea su refugio.
3.2 VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA
3.2.1. Vigilancia activa de rabia animal:
Las Secretarias Ministeriales Regionales de Salud (SEREMIs de Salud), deben implementar en sus
territorios jurisdiccionales un sistema de vigilancia activa y con participación de la comunidad, remitiendo
al Instituto de Salud Pública, en forma regular, muestras de animales domésticos y silvestres
para investigación de rabia.
A fin de utilizar en forma adecuada esta herramienta diagnóstica, se debe asegurar la remisión al
Instituto de Salud Pública de muestras útiles, en lo posible en el caso de los perros, en un número que
sea representativo de la población estimada en el área bajo vigilancia. Se entiende por muestras útiles
aquellas procedentes de animales sospechosos según el punto 3.2.2 de este manual, incluidos aquellos
animales mordedores que mueran en el período de observación.
Sin perjuicio de lo anterior, de acuerdo a las recomendaciones emanadas de la Reunión de Direc-
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tores Nacionales de Programas de Control de Rabia de las Américas (REDIPRA), desarrollada en Santo
Domingo, República Dominicana, en 2005, se considera que un programa de vigilancia efectivo para la
especie canina debe considerar un número de muestras de al menos el 0,1% de la población canina
estimada en un territorio específico. Por otra parte, para los efectos de estimar la población canina,
cuando no existan medios que permitan hacer una determinación objetiva, se recomienda utilizar una
razón 1 perro por cada 5 o 6 habitantes. Este índice se funda en los resultados de las encuestas realizadas
en las distintas regiones del país en las que los resultados obtenidos se encuentran en los rangos
señalados.
Dada la necesidad de conocer la situación epidemiológica de la rabia en las especies silvestres
susceptibles, las SEREMIs de Salud deben establecer, además, un sistema de vigilancia de quirópteros y
otras especies silvestres susceptibles. Para estos efectos, se debe evaluar la posibilidad de establecer
convenios de colaboración con instituciones involucradas en el manejo y estudio de la fauna silvestre,
tales como Corporación Nacional Forestal (CONAF), Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Universidades,
ONGs ecologistas y otras, las que pueden aportar muestras de utilidad para la vigilancia de rabia.
En el caso de los murciélagos, cuando se estime necesario la eliminación o erradicación de una
colonia y se requiera realizar un muestreo diagnóstico de ella, se debe tomar un número de individuos
que se estimen representativos de la colonia. Se deben identificar claramente las muestras de acuerdo
a la colonia de procedencia, no mezclando individuos de colonias distintas. Esto permitirá identificar
con certeza las colonias positivas y tomar las medidas de control pertinentes, así como también, no
distraer recursos tomando muestras de colonias diagnosticadas como positivas con anterioridad.
Para la manipulación de estos animales se deben adoptar las medidas de protección personal adecuadas
para estos casos, lo que implica evitar el contacto directo con ellos, usando guantes de cuero
grueso y equipo de protección personal completo incluidas antiparras. En caso de ingresar a lugares
cerrados en que habiten colonias de murciélagos, para mayor seguridad se recomienda el uso de protección
respiratoria con filtro de protección respiratoria de alta eficiencia (HEPA).
El éxito de las medidas de vigilancia epidemiológica antes señaladas dependen en gran medida de
la colaboración de la comunidad bien informada. Para obtener esta colaboración es necesario establecer
canales de comunicación que permitan desarrollar actividades de difusión y educación sanitaria
dirigidas a las organizaciones comunitarias y a la población en general, orientadas a estimular su participación
activa en las medidas de prevención y control de la rabia. La coordinación con municipios, Departamento
de Educación y Atención Primaria es fundamental para formalizar la vigilancia comunitaria.
3.2.2 Animales sospechosos de rabia.
Sospechosos de rabia son todos los animales mamíferos, susceptibles de transmitir la enfermedad que:
Atacan y/o muerdan sin mediar provocación, sean éstos domésticos o silvestres
Mueren sin causa aparente
Mueren con sintomatología nerviosa
Mueren por atropellamiento. Esto considerando que las disfunciones nerviosas, tales como ataxia,
descoordinación motora u obnubilación, frecuentemente provocadas por la rabia, predisponen a los
animales rábicos a sufrir accidentes de esta naturaleza.
Presentan conductas o síntomas compatibles con rabia de acuerdo al punto 3.1
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40“COMPENDIO DE NORMAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL DE RABIA Y TENENCIA RESPONSABLE DE MASCOTAS”
3.2.3. Especies a muestrear:
Las muestras de interés para la vigilancia de rabia son todas aquellas que provengan de animales
mamíferos que presenten signos compatibles con la enfermedad. Se debe tener presente que las
muestras de mayor importancia, desde el punto de vista epidemiológico, son aquellas de animales
considerados sospechosos, de acuerdo a los criterios enunciados en el punto 3.2.2 de este manual.
La vigilancia activa deberá estar orientada a obtener antecedentes acerca de los animales domésticos
y silvestres de la rabia y eventuales casos de rabia humana. En el caso de los animales doméstico,
atendida la importancia fundamental que en la transmisión de la rabia tiene las especies canina y felina,
la vigilancia debe centrarse en estas dos especies, especialmente en perros.
Los herbívoros domésticos, como los bovinos, ovinos, caprinos y equinos y conejos, al igual que los
porcinos en general no representan un riesgo importante en la transmisión de rabia, por lo que deben
ser considerados como muestras útiles, sólo en aquellos casos en que existan signos claros que hagan
el caso sospechoso.
En el caso de animales silvestres, el muestreo debe estar orientado a obtener antecedentes sobre
las poblaciones de murciélagos, los que son conocidos reservorios de la enfermedad, así como también
a aquellos carnívoros silvestres susceptibles de ser portadores y constituir un reservorio aún no
detectado. De especial interés en este sentido son los zorros, quiques, chingues, visones, pumas y otros
carnívoros silvestres.
3.2.4.- Tipos de muestra
Las muestras para análisis pueden corresponder a animales vivos o muertos. Las muestras de animales
vivos se justifican en casos de animales de tamaño pequeño que puedan ser transportados con facilidad
en cajas o jaulas adecuadas hasta el laboratorio. Las cajas o jaulas para el envío deben ser de tal naturaleza
que aseguren que el animal llegará íntegro y en buenas condiciones al laboratorio. Estas cajas o
jaulas, deben, además, tener una estructura que impida el contacto del animal con los manipuladores de
la encomienda. Se debe tener presente sin embargo, que aquellos animales que presentan agresividad
o síntomas nerviosos evidentes, aun siendo pequeños, por razones de seguridad, deben ser sometidos a
eutanasia antes de su envío.
Las muestras de animales muertos, a su vez, pueden ser remitidas como animales completos o sus
cabezas. Por razones prácticas y de seguridad se aconseja remitir completo los animales de tamaño pequeño,
considerándose como tal aquellos cuyo peso es de alrededor de 1 Kg. En los animales de mayor
talla se debe obtener la cabeza como muestra. Debido a la mayor complejidad y riesgo que implica la
obtención del cerebro, las SEREMIs de Salud deberán abstenerse de realizar dicho procedimiento limitándose
al envío de las cabezas o de los animales completos, según sea el caso, a no ser que tengan las
condiciones de bioseguridad para obtener las muestras sin riesgos para el operador.
3.2.5.- Procedimiento de toma de muestra
En el caso de envío de cabezas, la separación de esta pieza anatómica del resto del cuerpo del animal
debe ser realizado por personal capacitado, con inmunización antirrábica pre-exposición vigente y utilizando
los elementos de protección personal adecuados. La cabeza del animal se separa del cuello entre
el occipucio y el atlas, de modo que no quede unida ninguna vértebra con el cráneo. Esta operación se
debe realizar con instrumentos cortantes en buenas condiciones de modo de evitar salpicar sangre, exudado
o cualquier otro líquido corporal que pueda entrar en contacto con la piel o mucosas del operador. Si
la cabeza tiene aristas o salientes astilladas se debe envolver primero en varias hojas de papel y colocar
después en la bolsa. La muestra debe poner en frío lo más rápido posible.
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41“COMPENDIO DE NORMAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL DE RABIA Y TENENCIA RESPONSABLE DE MASCOTAS”
Cuando se presuma que el tiempo de traslado hasta el laboratorio no demorara más de 24 horas se
mantiene a la temperatura de refrigeración (2 a 4° C) durante su traslado. Si el tiempo de traslado se estima
superior a 24 horas, la muestra se debe congelar y trasladada en este estado hasta el laboratorio.
En la conservación y envío de muestras para diagnóstico de rabia no se debe usar nunca formalina u
otros conservantes que inactivan al virus y por tanto dificultan el diagnóstico.
En caso que los animales mordedores o sospechosos han muerto y han sido enterrados, de ser posible,
se deben recuperar a la brevedad para ser remitidos al laboratorio, donde se evaluará la viabilidad
de realizar la prueba diagnóstica de acuerdo a las condiciones de la muestra.
Aquellas SEREMIs de Salud que tengan las condiciones de frío, podrán acopiar, sólo las muestras de
vigilancia, en un congelador de al menos – 18° C y remitirlas al laboratorio en un solo embalaje, con
una periodicidad mensual como máximo. Las muestras de animales mordedores, con sintomatología
neurológica o cualquier antecedente que los haga sospechosos deben ser remitidas de inmediato al ISP
para su diagnóstico. El formulario de Solicitud de Examen Diagnóstico de Rabia, que va junto a la muestra,
debe indicar en forma destacada que se trata de una muestra sospechosa. En estos casos, además,
se debe avisar telefónicamente al laboratorio de manera de priorizar su análisis.
Considerando el riesgo inherente a la manipulación de material potencialmente contaminado con
virus rábico, las personas que realicen los procedimientos de toma de muestra, aparte de mantener
actualizado su esquema de vacunación pre-exposición, deben adoptar todas las precauciones necesarias
tendientes a evitar un contacto de riesgo. Para estos efectos deben utilizar elementos de protección
personal tales como pechera plástica, buzo, guantes de goma gruesa, botas de goma, protección ocular
y bucal.
3.2.6.- Embalaje y transporte de las muestras
Las muestras deben ser colocadas en una bolsa plástica de un grosor de 0.01 cm (ej.: bolsa compactadora),
de un tamaño de 45 por 100 cm de forma que tenga una profundidad suficiente para que
su extremo abierto se pueda retorcer y anudar firmemente una vez colocada la muestra en su interior.
Se recomienda poner material absorbente en esta bolsa para evitar el escurrimiento de líquido a partir
de la muestra. La bolsa anudada que contiene la cabeza se introduce entonces en una bolsa de mayor
tamaño, retorciendo y anudando el extremo abierto. Se introduce todo el paquete en una caja térmica
que contenga un elemento refrigerante, se cierra utilizando cinta plástica adhesiva de 8 cm de ancho
para asegurarse que los bordes de la cubierta superior de la caja queden perfectamente cerrados.
Animales de pequeño tamaño se deben enviar completos, en bolsa plástica, o frascos duros hermé-
ticos, correctamente identificado y a temperatura de refrigeración (2 a 4° C).
En caso de sospecha de rabia en un ser humano, el encéfalo de éste deberá ser enviado correctamente
identificado y en refrigeración, por la Unidad de Anatomía Patológica del Servicio de Salud
correspondiente.
Las muestras remitidas al laboratorio deben ser acompañadas del formulario de Solicitud de Examen
Diagnóstico de Rabia (Anexo N°1) el que deberá venir en el interior de un sobre adherido al exterior
de la caja térmica, además de enviar por correo las copias de dichos antecedentes.
La caja se enviará debidamente etiquetada: Instituto de Salud Pública de Chile
Avenida Marathon 1.000, Ñuñoa, Santiago
Laboratorio Diagnóstico de Rabia.
La valija conteniendo la muestra, deberá ser rotulada con la siguiente lectura de advertencia, en forma
visible y con letras mayúsculas: “MANIPULAR CON PRECAUCION”.
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Al momento de envío de la muestra, el remitente deberá comunicar de esto al Laboratorio de Diagnóstico
de Rabia del Instituto de Salud Pública, por la vía más expedita a su disposición (Teléfono, correo
electrónico) antecedentes tales como la vía de remisión y el número de envíoy la fecha probable de
recepción.
3.2.7.- Disposición final del cadáver una vez obtenida la muestra
La disposición final de los cadáveres de los animales de los cuales se ha obtenido una muestra es una
etapa inherente al proceso y se le debe asignar la misma importancia que la obtención de la muestra. Por
tanto se debe entender que el procedimiento de muestreo se encuentra finalizado sólo una vez que se ha
terminado con la disposición final del cadáver.
Por lo anterior, la operación de extracción de muestra debe realizarse, además de observar el procedimiento
del punto 3.2.5 de este manual, en un lugar cerrado al cual solo tengan acceso los funcionarios de
la SEREMI que van a efectuar el procedimiento. La presencia de personas ajenas al procedimiento reviste
un riesgo de contaminación de estas con virus rábico, razón por la cual, se debe asegurar la prohibición de
ingreso al recinto mientras se realiza esta actividad.
Una vez obtenida la muestra se debe disponer el cadáver del animal en dos bolsas plásticas de un
grosor mínimo de 0.01cm (bolsas compactadoras) conteniendo material absorbente que evite el derrame
de líquidos. Las bolsas conteniendo el cadáver deben ser selladas con un sistema que asegure la hermeticidad
de las mismas.
La disposición final debe realizarse, de acuerdo a las posibilidades locales, por incineración o enterramiento
en relleno sanitario. Se debe tener claro que el procedimiento de toma de muestra sólo está
concluido con la efectiva disposición final del cadáver. La totalidad del proceso hasta su conclusión debe
estar, en todo momento, bajo la supervisión y responsabilidad de un profesional de la SEREMI de Salud.
3.3 MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL
Las actividades relevantes que han permitido el control de la rabia, son básicamente: la vacunación
canina y felina, la reducción de la población de perros callejeros en el área perifocal, la vigilancia epidemiológica
de animales susceptibles, la observación de animales mordedores sospechosos, el tratamiento
de las personas expuestas al riesgo de infección, las acciones de carácter educativo dirigidas a la comunidad
y el control de focos.
3.3.1.- Criterios de evaluación de riesgo de rabia en perros y gatos
La necesidad de aplicar medidas que permitan prevenir la presentación de casos o brotes de rabia en
perros y gatos, en un área determinada, requiere de hacer una evaluación de riesgos en forma periódica.
La evaluación de riesgo debe considerar los siguientes antecedentes:
Presentación histórica de casos de rabia en perros o gatos en el área en estudio.
Situación epidemiológica de la rabia canina en países o áreas limítrofes.
Vías de acceso desde regiones afectadas y existencia de controles de movimiento de perros, gatos y
otros animales susceptibles.
Densidad de población de perros y gatos en el área en estudio.
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43“COMPENDIO DE NORMAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL DE RABIA Y TENENCIA RESPONSABLE DE MASCOTAS”
Densidad de animales callejeros.
Tasas de estimadas de inmunidad en la población susceptible del área.
Existencia de normas de control de población canina.
Situación de la rabia en animales silvestres en el área en estudio.
Existencia de capacidad institucional para abordar y controlar un brote de rabia.
3.3.2. Vacunación de animales susceptibles
La vacunación de los animales domésticos susceptibles, constituye una herramienta eficaz en el control
de la enfermedad. Sin embargo, las estrategias utilizadas en la aplicación de ella deben ser consistentes
con la situación epidemiológica y la evaluación de riesgo señalada en el punto anterior, a objeto
de lograr la mayor eficiencia y efectividad de la vacunación.
De acuerdo a lo anterior, si se determina que existe sólo circulación de virus rábico variedad murciélago,
la vacunación debe orientarse al control de focos, mediante una campaña de vacunación masiva y de
corta duración de los animales susceptibles que existentes en los focos y áreas perifocales. La definición
de estas áreas está determinada por la detección de un caso de rabia, y debe obedecer al análisis de la
situación y conocimiento del terreno de modo de favorecer las opciones de mayor éxito en el control.
Sin perjuicio de lo anterior, si la autoridad sanitaria, con base en la evaluación de riesgo señalada en
el punto anterior, determina que existe un riesgo razonable de reintroducción de rabia canina, se debe
desarrollar una campaña masiva focalizada y de corta duración para inmunizar los animales susceptibles
con dueño del área considerada en riesgo. Los animales abandonados no deben ser considerados objeto
de vacunación dado las dificultades operativas que esto implica, la incierta respuesta inmune esperada y
la necesidad de tomar las medidas tendientes a reducir esta población. Esto es especialmente aplicable
en áreas fronterizas con países o regiones donde la rabia canina es enzoótica o se presenten brotes de la
enfermedad.
En las actuales condiciones epidemiológicas se debe promover el cumplimiento, por parte de los propietarios,
de la obligación de mantener a sus perros y gatos vacunados contra la rabia de acuerdo a la
normativa vigente.
Para facilitar el cumplimiento de ésta, las SEREMI de Salud contarán, en forma permanente, con una
provisión de vacunas antirrábicas de uso veterinario. Esta provisión debe ser suficiente para realizar las
vacunaciones en los casos de control de focos y deberá ser estimada por la autoridad sanitaria de acuerdo
al número histórico de casos de rabia que anualmente se detecten en su jurisdicción y los antecedentes
del número promedio de animales vacunados en cada foco.
El mayor riesgo de transmisión de rabia está en las áreas que tienen una mayor densidad poblacional
de perros, los que generalmente deambulan libremente por la calle y que no se encuentran vacunados.
Estas condiciones se dan, generalmente, en sectores de menores ingresos que tienen menores posibilidades
de acceder a la vacunación de sus animales. Por lo tanto, considerando que la campaña de control de
rabia es una actividad de salud pública y, en consecuencia, de responsabilidad ineludible de la Autoridad
Sanitaria, las SEREMIs de Salud deben implementar estrategias de colaboración con las municipalidades
y con la comunidad que permitan proporcionar acceso gratuito a la vacunación antirrábica animales, en
el marco de la estrategia de tenencia responsable de mascotas.
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3.3.3. Uso de vacuna antirrábica animal
Las vacunas antirrábicas caninas, a utilizar en el país, deben contener solo virus inactivado, diseñadas
para ser aplicada sin riesgo en perros y gatos de cualquier edad y condición, pudiendo ser aplicadas
también en otras especies de animales susceptibles de interés epidemiológico. Estas vacunas deben ser
autorizadas para su uso en el país y, en consecuencia, controladas y registradas por el organismo competente
de acuerdo a la legislación vigente.
Los entes públicos o privados involucrados en el manejo de esta vacuna deben contar con la cadena de
frío que asegure la mantención de la temperatura de refrigeración recomendada por el fabricante desde
el almacenamiento hasta la aplicación de ella.
Los dueños de perros y gatos tienen la responsabilidad de mantener vacunados a los animales bajo su
tutela, los que deben recibir una primera vacunación a los dos meses de edad, un refuerzo al año de edad
y la revacunación periódica de acuerdo a las especificaciones del fabricante. Los propietarios deben exigir
y mantener el certificado de vacunación antirrábica, el que debe ser extendido por los funcionarios responsables
de la vacunación o los profesionales privados que la realicen, según sea el caso. El certificado
de vacunación contendrá todos los antecedentes requeridos por el Reglamento de Prevención de Rabia
en el Hombre y los Animales y será de uso obligatorio tanto para los médicos veterinarios privados como
para aquellos funcionarios de las Seremis de Salud que vacunen animales contra la rabia. La vacunación,
se efectuará aplicando la dosis completa de vacuna antirrábica de uso animal prescrita por el fabricante,
mediante inyección intramuscular en los músculos gruesos del muslo del animal (músculos semimembranoso
y semitendinoso), previa desinfección del área a inyectar. Se utilizará otra vía de administración
sólo en el caso que el fabricante lo prescriba expresamente. Se debe aplicar la dosis completa de una vez
y en el mismo lugar, aspirando la jeringa antes de inocular a fin de asegurar que no se haya pinchado un
vaso sanguíneo, evitando las hemorragias post-inoculación.
3.3.4.- Disposición final de vacunas vencidas
En el caso que se produzcan mermas de vacunas antirrábicas por vencimiento de estas, su disposición
final, dada que solo contienen virus muerto, no requiere de procedimientos de bioseguridad especiales y
pueden ser dispuestos como cualquier desecho hospitalario de bajo riesgo.
Sin perjuicio de lo anterior, en prevención a evitar el uso doloso de este producto, se recomienda
aplicar algún procedimiento que permita inutilizar los envases de modo que no puedan ser recuperados
y usados en forma fraudulenta. De acuerdo a las disponibilidades existentes a nivel local se pueden incinerar,
destruir los envases u otro procedimiento.
3.3.5.- Control de poblaciones animales susceptibles a rabia
Regular la densidad de la población de animales domésticos susceptibles a rabia, y especialmente de
las poblaciones caninas y felinas, es relevante dentro de los programas de prevención y control de rabia.
Por tanto, las acciones tendientes a lograr este objetivo deberán realizarse, siempre que existan antecedentes
epidemiológicos que determinen que existen riesgos de transmisión de rabia. La reducción de
perros callejeros debe ejecutarse como medida de prevención, siempre que se registren casos de rabia.
Para tales efectos, se deben implementar actividades de terreno que permitan reducir, en forma puntual
la población canina frente a una situación de riesgo y promover la adopción de medidas permanentes
tendientes a reducir efectivamente la población de perros callejeros.
La regulación permanente de la densidad de la población canina sólo se obtiene a través de la aplicación
de estrategias que aborden los diferentes aspectos involucrados en ella, lo que sobrepasa la capacidad
de acción del sector salud y, necesariamente, debe ser asumida por todos los organismos públicos y
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privados con competencias en la materia y la sociedad en su conjunto. Por esta razón, la situación ideal,
para los efectos del control de la población canina, es aquella en que los municipios incorporan esta actividad
a su quehacer e implementan sistemas de control basados en la estrategia de tenencia responsable
de animales.
Estos sistemas de control deben, en forma progresiva, incorporar a la comunidad y a las autoridades
locales de manera de establecer procedimientos permanentes, entendidos, aceptados e internalizados
como hábitos por las personas. El control de población canina, con base a la estrategia de tenencia responsable,
debería ser implementado y gestionado por las municipalidades, entendiendo que ellas son las
organizaciones administrativas destinadas a resolver los problemas ambientales de esta naturaleza en
sus territorios jurisdiccionales. La aplicación de esta estrategia permitiría en el mediano plazo reducir en
forma efectiva las poblaciones de perros callejeros y en consecuencia minimizar la probabilidad de brotes
de rabia y por ende prescindir de la eliminación de animales en terreno en caso de brotes.
Sin perjuicio de lo anterior, con base a una evaluación de riesgo permanente, y fundadas en las normas
vigentes, las SEREMIs de Salud deberán aplicar medidas de control de las poblaciones domésticas susceptibles
que mejor responda a la realidad y las necesidades epidemiológicas del programa y de acuerdo
a las condiciones locales. Se debe tener presente que, en la eventualidad que se presente un brote de
rabia por variantes virales V1 o V2, fundados en el Código Sanitario y sus normas, y dada la urgencia de
controlar el brote, la autoridad sanitaria deberá aplicar, entre otras medidas una drástica reducción de
los perros callejeros en el más breve plazo posible. Lo anterior sustentado en el artículo 19 del decreto
Nº 1/2013.
3.3.5.1.- Control de murciélagos
Considerando que la mayoría de las especies de quirópteros presentes en el país tienen hábitos insectívoros,
por lo que desempeñan un importante rol en el control de insectos, se debe evitar la destrucción
indiscriminada de colonias de murciélagos, ya que esto provocaría un desequilibrio ecológico indeseado
y de consecuencias negativas difíciles de evaluar.
3.3.5.1.1.- Control de murciélagos en la comunidad: Se debe propender a la erradicación de colonias
desde lugares de riesgo para las personas, tales como lugares de uso público, colegios, asilos,
internados, hospitales, centros de entretención masiva y otros que los equipos locales estimen de
riesgo. La erradicación se obtiene mediante la aplicación de repelentes, tales como gases de formol o
azufre, vapores de naftalina u otros. En la aplicación de estos productos se deben tomar las medidas de
seguridad que eviten posibles efectos tóxicos para las personas y el ambiente, así como otros riesgos
asociados al procedimiento, los plaguicidas y productos químicos utilizados deben estar debidamente
autorizados y deben ser aplicados por empresas autorizadas de acuerdo a normativa vigente (D.S.
157/05 del MINSAL) .
Se debe tener presente que la aplicación de una fuente de luz en las madrigueras, con una potencia
suficiente que imite la luz diurna, provoca la migración de las colonias.
Para obtener resultados definitivos en los procesos de erradicación de murciélagos, inmediatamente
después de erradicar o eliminar una colonia, es imprescindible realizar, las modificaciones estructurales
necesarias para evitar una nueva colonización del inmueble. Estos trabajos consisten en sellar
todas las aberturas existentes que posibiliten el ingreso de murciélagos a los lugares de refugio. Así
también, deben protegerse con mallas las aberturas estructurales de la edificación, como chimeneas,
ductos de ventilación u otros. Considerando los murciélagos son estacionales, es recomendable tener
en cuenta los ciclos de actividad, de modo de realizar el sellado y protección de las construcciones en
los períodos en que los quirópteros disminuyen. Es recomendable asegurar la salida de todos los ani-
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males de la colonia antes del sellado, evitando con esto dejar atrapadas dentro de las construcciones,
animales adultos y crías con el consiguiente problema sanitario.
En el caso de colonias de murciélagos en áreas urbanas, en las que se hayan diagnosticado individuos
positivos a rabia, se deberán tomar las providencias tendientes a reducir los riesgos de transmisión.
Se debe desarrollar acciones de educación a fin de lograr que toda la población residente en
la zona conozca y aplique las medidas de seguridad para evitar contactos de riesgo con quirópteros,
para capturar o recolectar los murciélagos sospechosos y hagan la denuncia a los establecimientos
de salud.
Se deberán vacunar todos los animales susceptibles en el área considerada perifoco a partir de la
colonia. Las Seremis de Salud implementarán un sistema de vigilancia de la colonia y evaluarán la
conveniencia de proceder a su eliminación o exclusión.
Si la evaluación de riesgo determina que es necesario realizar la eliminación o exclusión de la colonia,
la Autoridad Sanitaria mediante resolución fundada exigirá al responsable del recinto la ejecución de
los trabajos necesarios para lograr este objetivo, así como evitar la recolonización del lugar.
Se debe tener presente que la exclusión de una colonia de murciélagos desde lugares considerados
de riesgo, implicará la reubicación de estos animales. Esta reubicación se producirá en forma espontánea
cuando la colonia encuentre otro refugio, generalmente en un área cercana y posiblemente en
un edificio que implique los mismos riesgos que los existentes en el refugio anterior, en términos de
salud pública. Una forma de evitar el traslado del riesgo es la implementación de refugios artificiales
para murciélagos, los que tienen la ventaja de ubicar colonias en sitios especiales que pueden ser controlados
reduciendo el contacto con las personas y manteniendo el equilibrio ecológico de las áreas
urbanas. La instalación de estos dispositivos requiere del apoyo técnico de entes especializados y las
autoridades comunales y la participación informada de la comunidad.
3.3.5.1.2.- Captura de murciélagos dentro de las habitaciones: El ingreso de murciélagos a las habitaciones
no es de común ocurrencia, por lo que esta situación debe ser considerada como potencialmente
de riesgo de transmisión de rabia. Así, cuando una persona detecte la presencia de un murciélago
dentro de su vivienda, en lo posible, éste debe ser capturado. Si no es posible obtener la ayuda
de un funcionario de salud, las personas deben manipularlo tomando las precauciones para evitar el
contacto directo con el animal durante el procedimiento de captura. En estos casos se recomienda
utilizar guantes de cuero, un tarro de boca ancha (tarro de café o similar) o una caja, un trozo de cartón
y cinta adhesiva. Usando siempre los guantes se debe esperar que el murciélago se pose sobre una superficie
lisa, en ese momento se debe poner sobre el animal el tarro boca abajo. Sujetando firmemente
el tarro, se desliza el cartón por debajo del tarro para introducir el murciélago en él. Posteriormente,
manteniendo tapado el tarro con el cartón, se invierte y se fija el cartón al tarro con la cinta adhesiva.
Se deben hacer hoyos al cartón para permitir la respiración del murciélago y se debe remitir al establecimiento
de salud correspondiente para su posterior análisis.
3.3.6.- Observación de animales mordedores
Los perros, gatos y otras mascotas susceptibles de transmitir rabia que hayan mordido a una persona,
siempre que tengan dueño conocido y no presenten signos compatibles con la rabia al momento del accidente
u observación, deben ser mantenidos en confinamiento y observación durante 10 días.
La observación tiene por objeto vigilar la aparición de signos y/o signos compatibles con rabia o, en su
defecto constatar la sobrevida del animal sospechoso al término del periodo de observación. Sin embargo,
si a juicio del profesional encargado de la observación, el animal presenta signos que lo hagan sospechoso,
se deberá proceder a la eutanasia inmediata del animal, sin necesidad de esperar el período de
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diez días. La muestra debe ser remitida inmediatamente al laboratorio para su diagnóstico, procediendo
de acuerdo a lo establecido en el punto 3.2.
La observación de los animales mordedores es de responsabilidad de las SEREMIS de Salud. Sin
embargo, dada la magnitud del problema, para hacer la observación efectiva, se debe obtener, en lo
posible, la colaboración del personal auxiliar de enfermería de los Servicios de Salud, de la Atención
Primaria Municipal y de las personas accidentadas o sus familiares. En este último caso y cuando las características
del accidente sean de bajo riesgo de transmisión de rabia, el profesional que de asistencia
al paciente explicará la necesidad y la forma de observación del animal y le hará entrega del formulario
de observación (Anexo 2).
Si las condiciones de confinamiento lo permiten, los animales podrán permanecer en su propio domicilio
durante el período de observación. En caso contrario, deberán ser transportados a un recinto
que permita su mantención en confinamiento.
Siempre que se detecten signos sugerentes de rabia, en cualquier momento del período de observación,
se deberá solicitar de inmediato la concurrencia de un médico veterinario de la SEREMI de Salud
respectiva, quien determinará la conducta a seguir.
Si por alguna causa no es posible someter a eutanasia al animal sospechoso, el médico veterinario
de la SEREMI de Salud debe informar por escrito y en forma inmediata al establecimiento de salud que
corresponda, la necesidad de iniciar el tratamiento antirrábico post-exposición a la(s) persona(s) accidentada(s)
o contactos. De igual forma, si existen antecedentes epidemiológicos de riesgo en el animal
problema, se informará, por escrito y en forma inmediata al establecimiento de salud que corresponda,
la necesidad de iniciar el tratamiento antirrábico preventivo mientras se realiza la observación o se
espera el resultado de las pruebas de laboratorio tendientes a confirmar el diagnóstico.
En el caso de los animales sometidos a observación por la Autoridad Sanitaria si cumplido el plazo
de observación el animal permanece vivo y no han aparecido signos y síntomas compatibles con la
enfermedad puede ser entregado a sus dueños previa vacunación antirrábica. Además, en caso que no
posea un dispositivo indeleble de identificación, la autoridad sanitaria instalará tal dispositivo con el
fin de certificar la propiedad del animal, registrar los antecedentes de la agresión y generar un registro
de animales mordedores.
Si por el contrario, durante el período de observación el animal muere, cualquiera sea la causa, deberá
enviarse como muestra al laboratorio. Asimismo, aquellos animales que presentan sintomatología
característica de rabia según especie, deben ser sacrificados de inmediato y remitir muestra al laboratorio
para su análisis.
En el caso un animal denunciado por morder a una persona, que sea claramente individualizado y
que no tenga dueño conocido, la Autoridad Sanitaria dispondrá el retiro del animal, con el auxilio de la
fuerza pública en caso de ser necesario, procederá a su eutanasia, toma de muestra y envío inmediato
para diagnóstico de rabia al Instituto de Salud Pública de Chile. Si en estos casos, alguna persona
manifiesta ser el dueño o responsable del animal, la Autoridad Sanitaria, previa comprobación de la
identificación del dueño o responsable, instalará un dispositivo de identificación con el fin de certificar
la propiedad del animal, registrar los antecedentes de la agresión y generar un registro de animales
mordedores.
En los casos de accidentes por mordeduras y exposiciones originadas por animales silvestres, aun
cuando estos estén en cautiverio, no procede la observación y se debe proceder a la eutanasia del animal
para su diagnóstico de laboratorio o proceder a la aplicación de un esquema postexposición a las
personas expuestas.
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4.- Actividades de Comunicación y Difusión a la Población Población
Esta campaña debe, en lo posible, utilizar todos los medios disponibles a objeto que tenga una amplia
cobertura. Los mensajes estarán dirigidos especialmente a los siguientes tópicos:
a) Alertar a la población en cuanto a que toda mordedura es un accidente grave que requiere de atención
médica.
b) Informar que los tratamientos indicados en caso de mordeduras son obligatorios y no deben ser abandonados
por ningún motivo.
c) La presencia de animales sospechosos de rabia debe ser denunciada al establecimiento de salud más
cercano.
d) Se debe evitar todo contacto innecesario con murciélagos y animales silvestres susceptibles a rabia.
e) La manipulación de murciélagos sospechosos, en caso de ser necesario, se debe realizar con las medidas
de seguridad que permitan prevenir mordeduras o contactos directos.
f) Mantener los perros y gatos vacunados contra la rabia y confinados en los patios de las casas, no permitiendo
su contacto con animales vagos.
g) Incentivar la vacunación antirrábica de las mascotas y la tenencia responsable de animales.
h) Denunciar a la dependencia de la Seremi de Salud o al establecimiento asistencial más cercano la
presencia de animales sospechosos y colonias de murciélagos.
5.- Control de focos
El control de foco es una estrategia eficiente para prevenir la aparición de casos secundarios de rabia
y evitar la aparición de casos humanos. Un foco de rabia está determinado por la confirmación de un caso
de rabia animal o humano. Ante la presencia de un foco, la Autoridad Sanitaria debe efectuar las siguientes
acciones inmediatas:
5.1.- Encuesta epidemiológica de rabia
La investigación epidemiológica de rabia debe ser realizada por las unidades de epidemiología y zoonosis
de las SEREMIs de Salud, en los casos de rabia humana y por la unidad de zoonosis en los casos de
rabia animal. En la investigación se utilizará la “Encuesta Epidemiológica de Rabia”, (Anexo 3). Este formulario
es un instrumento de seguimiento de todo caso de rabia humana o animal, que permite poner
en marcha las acciones tendientes a controlar un eventual foco en personas, animales domésticos y/o
animales silvestres y evaluar, posteriormente, la situación epidemiológica de rabia en el país.
La Encuesta Epidemiológica de Rabia se inicia ante la detección de un caso clínico de rabia o la confirmación
de laboratorio de un caso.
Los resultados obtenidos del análisis de la encuesta determinarán las acciones a ejecutar para el control
de eventuales focos de rabia.
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49“COMPENDIO DE NORMAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL DE RABIA Y TENENCIA RESPONSABLE DE MASCOTAS”
La encuesta debe ser remitida inmediatamente al del Ministerio de Salud una vez que se tengan los
antecedentes de control del foco, para su conocimiento, análisis, y evaluación periódica de la situación
epidemiológica de la rabia en el país.
5.2.- Investigación de personas expuestas
Si en la investigación de un caso de rabia animal se determina que existen personas que han estado
expuestas, los funcionarios a cargo de la investigación deberán informar por la vía más rápida al encargado
de epidemiología de la autoridad sanitaria para que se tomen las medidas de prevención de acuerdo a
la norma. Esta notificación deberá ser ratificada por escrito a la brevedad.
5.3.- Criterios a seguir con los animales contactos
El manejo de los animales contactos es de fundamental importancia en el control de foco, de estas
acciones depende en gran parte el éxito en la interrupción de la cadena de transmisión.
PERROS - GATOS - OTRAS MASCOTAS: Se entiende por contacto, todos los mamíferos domésticos o
mascotas susceptibles de contraer la rabia, que hayan sido mordidos, rasguñados o lamidos por un animal
rabioso, los que tuvieron contacto directo o convivencia con él, o se sospeche que la tuvieron en los
últimos 15 días antes de la muerte del caso.
Los animales contactos, de acuerdo a la definición anterior, como primera opción deberán ser sometidos
a eutanasia inmediatamente. En caso que los dueños se nieguen, se podrán adoptar los siguientes
criterios:
En caso que el animal no tenga su vacuna antirrábica vigente, éste deberá ser vacunado de inmediato
por la autoridad sanitaria y puesto en aislamiento por un periodo de seis meses. Un mes antes del término
del aislamiento se aplicará una vacuna de refuerzo. Además, en caso que no lo posea la autoridad
sanitaria instalará, en el animal, un sistema de identificación indeleble que certifique la propiedad del
animal. El aislamiento se hará en el lugar y en las condiciones que la autoridad sanitaria determine,
siempre bajo la estricta supervisión de ella.
Los costos que irrogue el proceso de aislamiento serán de cargo del dueño del animal.
Aquellos animales que hayan sido contacto, de acuerdo a la definición anterior y, que tengan su vacuna
antirrábica comprobadamente vigente, recibirán una vacuna de refuerzo en forma inmediata y serán
puestos en observación por 45 días bajo la responsabilidad de sus dueños, en las mismas condiciones
señaladas en el párrafo anterior. Además, en caso que no lo posea la autoridad sanitaria instalará, en el
animal, un sistema de identificación indeleble que certifique la propiedad del animal.
ANIMALES DE IMPORTANCIA ECONÓMICA: Los bovinos, ovinos o porcinos contactos deberán identificarse
según el número oficial del plantel y enviar a matadero de inmediato, ya que si el faenamiento
se realiza dentro de los 3 días posteriores a la exposición no constituye riesgo de infección. Como norma
de seguridad, las personas que faenen estos animales deberán manipularlos protegiendo sus manos con
guantes de goma. En aquellas reses que hayan sido mordidas por un animal rabioso, el área de la mordedura
debe ser decomisada e incinerada.
EN EL CASO DE ANIMALES DE ALTO VALOR GENÉTICO, que hayan sido expuestos a un animal rabioso,
se podrá autorizar en ellos la evaluación de anticuerpos rábicos, de acuerdo a las técnicas disponibles.
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50“COMPENDIO DE NORMAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL DE RABIA Y TENENCIA RESPONSABLE DE MASCOTAS”
La presencia de anticuerpos involucra el sacrificio inmediato del animal, mientras que su ausencia
permite la vacunación inmediata y la observación en aislamiento de ellos, durante un lapso de hasta 6
meses. El valor involucrado, tanto en los análisis de laboratorio como en el período de observación, será
de cargo del propietario de los animales en observación.
Tanto el faenamiento como la observación en aislamiento de los animales deberán efectuarse bajo las
condiciones y directa responsabilidad de la Seremi de Salud correspondiente.
5.4.- Reducción de poblaciones animales susceptibles del área focal y perifocal
En el área focal y peri-focal se debe proceder a disminuir la población de animales susceptibles a
objeto de limitar los riesgos de diseminación a partir del caso índice. Para estos efectos se debe considerar
la aplicación de los contenidos del punto 3.3.5 de este manual. Se entiende por área focal, el
sitio exacto en que se produjo el hallazgo del caso positivo y por área peri-focal, aquella que excéntricamente
se extiende desde éste hasta aquellas barreras naturales o artificiales más importante que lo
circundan (ríos, canales, cerros, montañas, bosques, orilla de mar, lagos, lagunas, avenidas, carreteras,
etc.). Sin embargo, la extensión del área peri-focal se determinará en función de la característica de la
especie involucrada, en especial su condición de animal mordedor, su capacidad de desplazamiento y
otros antecedentes de interés, que para los efectos del control, sean relevantes en opinión de la Autoridad
Sanitaria.
5.5.- Vacunación antirrábica animal en área focal y perifocal
La vacunación en el área focal y perifocal debe ser aplicada en forma masiva a todo animal con dueño
existente en la zona definida. Se entiende por vacunación masiva, aquella que se aplica a todos los animales
de un área determinada, en el menor plazo posible. Se entiende por perros con dueño, aquellos que
tienen un sistema de identificación indeleble que lo vincula con una persona; aquellos que permanecen
en confinamiento en un recinto definido y vinculado con una persona y los que se encuentran en la vía
pública refrenados por una cadena u otro medio de sujeción, bajo la responsabilidad de una persona.
Todos los perros y gatos con dueño que se encuentren en el foco y perifoco, deberán ser vacunados
o revacunados según sea el caso. Se vacunarán todos aquellos animales que no tengan certificado que
acredite su vacunación y aquellos con fecha de vacunación superior a un año. La vacunación y su respectiva
certificación se realizarán de acuerdo al punto 3.3.2 de este manual.
5.6.- Vigilancia epidemiológica en foco y perifoco y envío de muestras sospechosas
Para el caso de la vigilancia epidemiológica del foco y perifoco, el personal de la SEREMI de Salud
correspondiente, de las municipalidades u otras en las que la Autoridad Sanitaria haya delegado esta
función de acuerdo a sus facultades, deben realizar actividades de vigilancia activa, en lo posible con la
participación de la comunidad del área. Estas actividades se deben orientar a la detección, captura, observación
y eventual toma de muestra para su análisis, de los animales sospechosos.
Dentro de esta vigilancia se debe considerar la detección y muestreo de colonias de murciélagos en el
área afectada, así como también la presencia de otros animales silvestres susceptibles de ser portadores
rabia.
La participación de la comunidad es relevante, por lo que se deben implementar estrategias que le
permitan aportar antecedentes relativos a la presencia de animales sospechosos, entendiéndose por tales,
los animales mordedores, los que presentan sintomatología característica de rabia según especie, los
que mueren en forma repentina o que mueren atropellados.
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51“COMPENDIO DE NORMAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL DE RABIA Y TENENCIA RESPONSABLE DE MASCOTAS”
En las áreas perifocales la actividad de toma de muestra se debe reforzar por espacio de tres (3) meses,
a objeto de pesquisar posibles casos secundarios asociados al caso índice.
5.7.- Educación sanitaria en área focal y perifocal
Se entiende por educación sanitaria el conjunto de actividades orientadas a los individuos y a la comunidad,
para que conozcan e incorporen a su conducta habitual, medidas favorables a la prevención y
protección contra la rabia. Para tender a este objetivo se efectuarán acciones de promoción y educación
sanitaria a las personas y a la comunidad del foco y perifoco, además, mensajes de refuerzos través de
radio, prensa escrita y televisión locales, así como la colocación de afiches y entrega de folletos de divulgación,
en los cuales se informe, a la población general, del problema y las medidas que se deben adoptar
para evitar el contagio.
En este sentido es relevante promover la participación activa de los centros de atención primaria y
establecimientos educacionales de las áreas de riesgo.
6.- Función del Instituto de Salud Pública en la vigilancia de
rabia
El Instituto de Salud Pública (ISP), cumple las funciones de centro de diagnóstico y laboratorio de referencia
de rabia humana y animal del sistema de salud del país
Para cumplir con el objetivo de realizar el diagnóstico de rabia humana y animal del país, y las pruebas
diagnósticas anexas requeridas por el programa. El Instituto cuenta con un sistema de recepción de
muestras que funciona las 24 horas del día todos los días de la semana.
Los envíos de muestras deben ser de acuerdo a los procedimientos contenidos los puntos 3.2.4, 3.2.5
y 3.2.6 de este manual.
6.1. Diagnóstico
PRUEBA DE DIAGNÓSTICO. Todas las muestras son procesadas a través del diagnóstico rápido por la
técnica de Inmunofluorescencia directa. Esta técnica tiene una sensibilidad de un 99%, y permite entregar
un resultado dentro de 24 horas, lo que posibilita, en caso de que existan expuestos, iniciar los esquemas
de vacunación post exposición en forma inmediata si se requiere.
Dado lo anterior, es de vital importancia que las muestras remitidas al laboratorio, se envíen claramente
clasificadas como “vigilancia” o “sospechosas”, esto permite priorizar el diagnóstico de las muestras
sospechosas y facilitar, con base a los resultados, la decisión de tratamiento de los expuestos. Se
deben calificar como sospechosas aquellas muestras procedentes de animales con signología sugerente
de rabia y que tengan personas con exposición de riesgo.
PRUEBA CONFIRMATORIA. Se realiza el aislamiento viral en ratones lactantes de todas las muestras
positivas. Se hace diagnóstico a ratones de 3 a 4 días de inoculados y las cepas aisladas se guardan
a -70 ºC. La alta sensibilidad de la inmunofluorescencia permite entregar el resultado sin esperar la
prueba confirmatoria. Esta última tiene como objetivo principal el aislamiento de las cepas virales para
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52“COMPENDIO DE NORMAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL DE RABIA Y TENENCIA RESPONSABLE DE MASCOTAS”
desarrollar con ellas las técnicas de caracterización viral.
TÉCNICAS DE CARACTERIZACIÓN VIRAL. Como apoyo al diagnóstico y de fundamental importancia
para el conocimiento de la epidemiología de la rabia en el país se han implementado las técnicas de Identificación
Antigénica por inmunofluorescencia indirecta de Anticuerpos Monoclonales e Identificación
Genética por secuenciamiento.
Se han identificado tanto antigénica como genéticamente 3 variantes virales correspondientes Myotis
chiloensis, Tadarida brasiliensis, Lasiurius spp. En el caso de murciélagos Histiotus se estableció un
nuevo patrón antigénico que es distinto a las variantes establecidas con el panel de 8 Anticuerpos monoclonales
utilizados, pero que a través del secuenciamiento genético se confirmó que este patrón de
reacción con los anticuerpos monoclonales correspondían a la variante viral Histiotus spp, por lo tanto el
secuenciamiento genético es más específico y sirve en casos en los cuales no ha sido posible identificar
antigénicamente.
6.2. Flujo de Informes de casos positivos
Los casos confirmados por el Laboratorio de Diagnóstico de Rabia del Instituto de Salud Pública serán
informados por éste, de inmediato y por la vía más expedita, al Director del Instituto de Salud Pública y
al SEREMI de Salud correspondiente. A su vez, el Director del Instituto de Salud Pública informará al Subsecretario
de Salud, con copia a la División de Políticas Públicas Saludables y Promoción, entregando los
siguientes antecedentes:
Número de Orden asignado a la muestra
Fecha de toma de la muestra
Especie del caso
Dirección del remitente de la muestra y teléfono
Seremi de Salud a la que corresponde al hallazgo
Dirección del hallazgo
Fecha de recepción de la muestra
Fecha del diagnóstico de positividad del caso de rabia.
Los profesionales responsables del programa a nivel central y regional, deberán confirmar la recepción
de la notificación del caso positivo por correo electrónico inmediatamente a su recepción y deberán
adoptar las medidas necesarias para la implementación y seguimiento de las acciones de control de manera
inmediata. El resultado de las acciones debe ser remitido a la Oficina de Zoonosis y Vectores del nivel
central para monitoreo de la situación de rabia a nivel nacional y adopción de medidas complementarias
pertinentes.
6.3.- Autorización de ingreso de material biológico para diagnóstico de rabia
El material biológico para diagnóstico de rabia que ingrese al país desde terceros países deberá contar
con la autorización expresa del Instituto de Salud Pública de Chile para su ingreso, el que fijará las condiciones
de embalaje, transporte y uso de acuerdo a las normas internacionalmente aceptadas para el
manejo de material biológico peligroso.
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I.- Identificación del caso.
Especie: Edad:
Fecha toma de muestra: Fecha envío muestra:
Fecha del diagnóstico: N° diagnóstico ISP:
Vigilancia Sospechosos
Con Dueño: Si No
Vacunado: Si No CFecha
última vacunación: Tipo Vacuna: CRL CEL
N° Serie de vacuna:
Tiempo de permanencia en el lugar: , Si el período
anterior es menor de un año, averiguar procedencia exacta:
Registrar lugares frecuentados y contactos en los últimos 15 días:
Gobierno de Chile
Ministerio de Salud
Departamento de Salud Ambiental
Depto. Programas sobre el Ambiente
INFORME EPIDEMIOLOGICO DE CASOS DE RABIA Y CONTROL DE FOCOS
II.- Ubicación geográfica del caso
Servicio de Salud:
Región: Comuna:
Localidad:
Urbana: Rural: Calle y N°:
El sitio donde se encontró, es utilizado como:
Casa Escuela Hotel Hospital Recinto Deportivo Sala de Espectáculos
Otro: Detectado en el exterior:
Otro:
Detectado en el interior: Dormitorio Sala de Clases Sala Hospital
Otro:
Anexo IV
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IV.- Condiciones de riesgo del foco y perifoco
1.- PRESENCIA DE MURCIÉLAGOS:
En el recinto afectado: Si No Temporalmente
En el área perifocal: Si No Temporalmente
El Murciélago: Fue encontrado Fue capturado para vigilancia Atacó
En el Día Noche
El murciélago se encontraba: Normal Con dificultad para volar Moribundo Muerto
Colonias ubicables en perifoco: Si No Temporalmente
Las colonias se ubicaron: En el mismo sitio del hallazgo En otra vivienda o recinto ( metros del
hallazgo) ¿Este sitio se encuentra habitado? Si No
Se muestrearon colonias: Si (N° Total de muestras ) No
En el muestreo se detectaron otros casos positivos: Si (N° Positivos ) No
2.- PRESENCIA ANIMALES DOMÉSTICOS
En el recinto afectado: Perros N°: Gatos N°: 01 Otros N°:
En el perifoco: Perros N°: Gatos N°: Otros N°:
Perros sueltos: Pocos Regular Muchos
III.- Condición del contacto con murciélagos
¿Existió contacto con personas? Si No
Tipo de Contacto:
Mordida N° afectados fue fortuito o Provocado
Rasguño N° afectados fue fortuito o Provocado
Manipulación N° afectados fue fortuito o Provocado X
¿Existió contacto con animales domésticos? Si No
Especie y N° de animales afectados
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3.- PORCENTAJE ANIMALES CON VACUNA VIGENTE EN PERIFOCO: Perros % Gatos %
4.-PRESENCIA DE FOCOS DE ATRACCIÓN DE ANIMALES CALLEJEROS (ESPECIFICAR):
5.-CASUISTICA DE MORTALIDAD ANIMAL EN EL ÁREA. Averiguar, si en el área perifocal, se han producido
muertes de animales, cuya sintomatología sea compatible con rabia dentro de los últimos tres meses.
ESPECIE DIRECCIÓN CAUSA PROBABLE DE MUERTE
6.- PRESENCIA DE OTROS ANIMALES SILVESTRES SUSCEPTIBLES EN EL ÁREA (especificar tipo y posibles
relaciones epidemiológicas):
V.- Contactos Humanos.
Hacer una lista con todas las personas expuestas entendiéndose por tales, aquellas definidas en el punto
2.3.1 del Manual de Prevención y Control de la Rabia en el Hombre y los Animales. Para cada una de las personas
expuestas se deberá registrar los siguientes antecedentes:
Nombre: Edad:
Dirección:
AMBIENTAL
Permanente: Actividad:
VETERINARIO
Tipo exposición: CONTACTO SUPERFICIAL MANO DESCUBIERTA
Mordedura Superficial Profunda Localización:
Rasguño Superficial Profundo Localización:
Contacto en piel o mucosas con: Saliva Orina Sangre
u Otra secreción del animal rabioso o sospechoso
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VII.- Medidas adoptadas en el control de foco:
(agregar croquis del área perifocal)
1.- MEDIDAS DE CONTROL AMBIENTAL ADOPTADAS (especificar) DISTRIBUCION MATERIAL EDUCATIVO
2.- CONTROL RABIA ANIMAL
Perros Gatos Murciélagos Otros
N° Animales retirados
N° Animales vacunados
N° Muestras enviadas a Laboratorio
N° colonias murciélagos erradicadas
N° Colonias murciélagos eliminadas
3.- PERSONAS CON PRESCRIPCIÓN DE TRATAMIENTO
NOMBRE EDAD DIRECCIÓN FECHA INICIO TRAT.
4.- ACTIVIDADES DE DIFUSIÓN Y EDUCACIÓN REALIZADAS (especificar):
VIII.- Otros antecedentes:
Nombre responsable del informe:
Cargo:
Fecha:
Firma
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57
“ NORMA TÉCNICA SOBRE VACUNACIÓN
ANTIRRÁBICA EN H
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