La rinitis es un proceso inflamatorio de las vías respiratorias altas, que cursa con secreción mucosa por los orificios nasales (narinas), de forma uni o bilateral, según el origen del proceso. Es una enfermedad multifactorial, pues intervienen diferentes factores; ambientales, nutricionales, inmunitarios, etc...La incidencia es bastante alta en las especies Testudo Graeca, Hermanni, G. pardalis, G. sulcata, marginata, horsfieldii, chilensis, M. Leprosa, emys.
Hasta el momento y en base a los conocimientos que se tienen sobre este proceso, se podrán clasificar de la siguiente manera, atendiendo al grado de menor a mayor gravedad:
a) Rinitis alérgica, estacional o ambiental
Aunque podrán describirse de forma separada, las agrupamos porque en definitiva son aquellas rinitis influenciadas por factores medioambientales, bien por alergenos primaverales, como por cambios bruscos de temperatura, exceso de humedad o cambios de estación, sobre todo en primavera, tras el período de hibernación. También influye el tipo de sustrato sobre el que habite la tortuga, porque aquellos que puedan emitir particulas que la tortuga inhale al respirar, estarán ocasionando una constante irritación de las mucosas nasales, así como aquellos sustratos que retengan en exceso la humedad en especies de ambiente seco, como también, suelos fríos de terrazo donde el animal no dispone de tierra donde cobijarse y encontrar la temperatura adecuada.
En estos casos, la secreción es normalmente transparente-mucosa y de aparición inconstante. El estado del animal es bueno, manteniendo su actividad y apetito normal.
Esta secreción responde bien a los tratamientos sintomáticos; corrección de temperatura, humedad, aporte vitamínico, hidratación, alimentación adecuada, acceso al sol directo...
b) Sinusitis
La sinusitis es la inflamación de los senos nasales y cursa también con secreción mucosa por las narinas. Suele ser de origen bacteriano y se percibe en el lado del seno afectado. También está relacionada con la falta de vitamina A, la cual interviene en la formación de los epitelios (recubrimiento de los tejidos). Al disminuir ésta, se produce una desestabilización de dichos tejidos, facilitando y favoreciendo la contaminación bacteriana, al debilitarse las barreras de protección que forman dichos epitelios.
El moco puede ser más espeso y el estado de salud se puede ir deteriorando y afectando a los órganos anexos (ojos, párpados..), provocando un estado catarral con descarga ocular, blefaritis, e inapetencia.
En estos casos, a pesar de la mejora en las condiciones higiénico-ambientales, el proceso se mantiene y es aconsejable la realización de un cultivo y antibiograma. En base al resultado que nos remita el laboratorio, sabremos que tipo de germen es el causante y el antibiótico que mejor luchará contra él. Además del antibiótico de elección, se pueden aplicar mucolíticos o fluidificantes de la mucosidad, bien vía sistémica por inyección o bien mediante nebulización de estos productos o instilación directa en la cavidad nasal.
No debemos olvidar desparasitar de forma correcta a los animales, pues una población de parásitos excesiva, es causa segura de inmunodepresión. Las defensas del animal se ven mermadas al estar luchando en diferentes frentes, contra los parásitos y contra los gérmenes causantes de la rinitis.
c) Rinitis causada por excesiva salivación. Falsa rinitis
Este proceso aunque no es una rinitis, es fácil de confundir. Muchas tortugas producen exceso de salivación (hipersialia), influido por ingerir demasiados alimentos ricos en agua y este exceso de salivación es en parte eliminado por las narinas, otras veces se observa cuando el animal se asusta y esconde la cabeza, emite un bufido y puede verse acompañado de emisión de pequeñas burbujas. En estos casos, el estado del animal es completamente normal, aunque deberá vigilarse la frecuencia y exceso de salivación, pues como todo exceso de fluidos, podrá servir como caldo de cultivo bacteriano si las condiciones sanitarias cambiasen.
Para diferenciar entre una rinitis verdadera y una hipersialia, hay veterinarios que recomiendan inyectar una pequeña dosis de atropina, fármaco que entre otras muchas propiedades, inhibe la secreción salivar. Si esto ocurre tras la inyección, veremos que estamos ante un simple caso de hipersalivación.
d) Rinitis crónica
Este término se usa para describir el proceso que cursa con descarga mucosa, continua y bilateral, que afecta a los diferentes órganos que constituyen el tracto respiratorio inferior, superior y parte del digestivo (cavidad bucal), evolucionando en muchos casos a la muerte del animal. Es lo que los ingleses y americanos denominan RNS (running nose syndrome) "síndrome de la nariz moqueante".
El origen de esta infección es un virus (Herpesvirus), causante del síndrome rinitis-estomatitis, aunque también se han detectado bacterias como Mycoplasmas acompañando este proceso o siendo la causa primaria. Por lo que se sabe, el causante es el virus, que produce un estado de inmunodepresión que favorece a su vez la contaminación bacteriana secundaria que agrava el proceso.
Los síntomas que podemos ver en primera instancia son la descarga nasal, con aspecto acuoso-gelatinoso, evolucionando a mucosidad espesa, blanco-amarillenta. Se va acompañando y evoluciona con dificultad respiratoria (con la boca abierta), ruidos como silbidos y chasqueo (estertores) y en casos más avanzados afecta a la mucosa lingual y bucal, con inflamación de la lengua, estomatitis, pequeñas hemorragias, supuración y necrosis (muerte) de tejidos.
Los órganos anexos como los ojos y párpados se ven afectados así como el deterioro paulatino de la condición corporal (pérdida de peso, deshidrataciòn).
Afecta tanto a machos como a hembras y parece que más incidencia en individuos adultos. En mayor grado tras períodos post-hibernación. Muchos animales presentan mucosidad toda su vida y de forma recurrente tras cada hibernación, pudiendo convivir con la enfermedad durante bastantes años. El problema son los animales portadores, pues son asintomáticos pero son capaces de ir excretando el virus y contagiando por contacto a todos los demás. De ahí la importancia del aislamiento y de no reintroducir animales de los que no se tenga total garantía de la ausencia del virus en repoblaciones medioambientales (aspecto muy difícil por la complicación de las técnicas diagnósticas, todavía en desarrollo).
El tratamiento va encaminado a luchar contra la contaminación bacteriana secundaria y mejorar las condiciones ambientales; fluidoterapia, nutrición adecuada (y forzada en muchos casos), vitaminas, mucolíticos, antibióticos (en base a resultados del laboratorio), lavados de fosas nasales , desinfección de cavidad bucal, desparasitación estimulantes de las defensas naturales y de forma experimental se está probando con productos antivirales, aunque con resultados inciertos.
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