PCV2 como
cofactor de procesos respiratorios y
reproductivos
Joaquim Segalés
22 n SUIS Nº 100 Septiembre 2013
Resumen
En 1997 se diagnosticó por primera vez en España una nueva
enfermedad llamada síndrome multisistémico de desmedro posdestete (por sus
siglas en inglés, PMWS). Esta condición, causada por el circovirus porcino tipo
2 (PCV2), llegó a ser un verdadero quebradero de cabeza para
productores, veterinarios y científicos, pero la disponibilidad generalizada de
vacunas frente a este agente ha resultado ser una historia de éxito en el
control y prevención de la enfermedad. PCV2 se ha relacionado con otras
enfermedades llamadas genéricamente enfermedades asociadas a PCV2 (PCVD), pero
el conocimiento de las mismas es mucho más limitado. Por ello en este artículo
de revisión se abordan dos de ellas: la enfermedad reproductiva y la respiratoria.
PCV2 debe considerarse como un agente infeccioso capaz de causar enfermedad
reproductiva en distintos momentos de la gestación de la cerda, aunque sea de
ocurrencia esporádica. Por otro lado, PCV2 no parece jugar un papel
determinante en el complejo respiratorio porcino (CRP) al menos como agente
puramente respiratorio, pero sí como agente de diseminación multisistémica,
con lo que la frontera entre CRP y la enfermedad sistémica puede ser muy
borrosa en la mayoría de los casos.
Palabras clave: circovirus porcino tipo
2, complejo respiratorio porcino, enfermedad reproductiva, cerdos
Summary
PCV2 as a cofactor in respiratory and
reproductive processes
A new disease
named as postweaning multisystemic wasting syndrome (PMWS) was diagnosed for
the first time in Spain in 1997. This condition, caused by porcine circovirus
type 2 (PCV2), was a tremendous headache for producers, veterinarians and
scientists. The advent of PCV2 vaccines changed the history, since they
represented a great success to control and prevent the disease. PCV2 has been
linked with other diseases (PCVDs), but knowledge about them is much more limited
than PMWS. In this review paper, two of these conditions are tackled. PCV2 is
known to cause reproductive disease in different gestational moments, although
it seems of sporadic occurrence. On the other hand, PCV2 seems not to play a
major role as a respiratory agent, but as a systemic agent; therefore, there is
a blurred border between the porcine respiratory disease complex and PMWS.
Key
words: porcine circovirus type 2, porcine respiratory disease complex,
reproductive disease, pigs
Han pasado ya más de 15 años desde que
se identificó por primera vez el circovirus porcino tipo 2 (PCV2) como causa de
enfermedad (Allan et al., 1999; Segalés et al., 1997). El tiempo
no pasa en balde, y desde 1997 han sido muchas las novedades que nos ha
deparado este pequeño virus de no más de 17 nm de diámetro (Rodríguez-Cariño y
Segalés, 2009). De hecho, ni este virus era nuevo en ese momento, ni era la
primera vez que se asociaba a enfermedad. Los estudios retrospectivos han
indicado que PCV2 estaba presente en la cabaña porcina mundial al menos desde
principios de los 60, y la enfermedad sistémica asociada al virus (PCV2-SD, porcine
circovirus type 2-systemic disease, previamente llamada síndrome
multisistémico de desmedro posdestete, PMWS por sus siglas en inglés, o también
circovirosis porcina) se ha podido diagnosticar en casos de mediados de los 80
(Segalés et al., 2013).
A pesar de que la PCV2-SD es el cuadro
clínico económicamente más importante asociado a la infección por el virus, ya
desde finales de los 90 este agente infeccioso se asoció con otras potenciales
presentaciones clínicas. Entre ellas se destacan la enfermedad reproductiva
(PCV2-RD), síndrome de dermatitis y nefropatía porcina, complejo respiratorio
porcino (CRP) y otras. Todas ellas se englobaron dentro de la terminología
“enfermedades asociadas a PCV2” (PCVD, porcine circovirus diseases)
(Allan et al., 2012). Fue posteriormente, con la llegada de las vacunas
comerciales frente a PCV2, cuando destacó, casi por encima de las PCVD, una condición
tanto o más importante desde el punto de vista económico: la infección
subclínica por PCV2 (PCV2-SI, porcine circovirus type 2-subclinical infection)
(Segalés et al., 2013). Mientras que las PCVD podían tener una
prevalencia más o menos elevada según granja, sistema de producción, origen
genético, etc., la PCV2-SI era prácticamente ubicua y no visualizada
clínicamente.
Mientras que las PCVD podían tener una prevalencia más o menos
elevada según granja, sistema de producción, origen genético, etc., la PCV2-SI
era prácticamente ubicua y no visualizada clínicamente. No obstante, el uso
generalizado de vacunas frente al virus puso de manifiesto que esta forma
subclínica era responsable de importantes mermas en el crecimiento, y que
efectivamente ello era valorable en ganancia de peso diaria.
En este contexto, cabe decir que, en la
actualidad, no existen grandes novedades acerca del conocimiento del PCV2 y de
las enfermedades que causa o a las que se asocia causalmente. No obstante, la
literatura de hace unos años se centró especialmente en la PCV2-SD y la más
reciente está poniendo mucho más énfasis en la PCV2-SI y el uso de vacunas. De
ahí que existan una serie de condiciones a las que quizás no se ha dedicado
tanto esfuerzo investigador, pero que sin duda son de gran interés científico
y veterinario. Es por ello que el objetivo de esta revisión sea ahondar en el
conocimiento de dos condiciones clínicas relacionadas con la infección vírica,
tal como son la PCV2-RD y el CRP.
PCV2
Y ENFERMEDAD REPRODUCTIVA
A finales de los 90, el PCV2 se asoció con abortos tardíos y con
animales nacidos muertos, así como con fetos momificados en distinta fase de
gestación. Los fetos abortados, los nacidos muertos y los lechones de baja
viabilidad perinatal podían mostrar congestión hepática crónica, así como
hipertrofia cardiaca y áreas multifocales de decoloración del miocardio (West et
al., 1999). La lesión microscópica básica se correspondía a una
miocarditis necrotizante-fibrosante, no supurativa. A partir de estos hallazgos
se realizó una primera propuesta de diagnóstico de PCV2-RD, que incluía tres
criterios básicos (Segalés et al., 2005):
■■Clínico y hallazgos de necropsia: abortos tardíos y nacidos
muertos; hipertrofia cardiaca de los fetos.
■■Histopatológico: miocarditis no supurativa,
necrotizante-fibrosante.
■■Virológico: detección de moderada a elevada cantidad de genoma o
antígeno de PCV2 en las lesiones cardiacas
Infección
experimental
Con posterioridad, a nivel experimental,
la PCV2-RD se ha reproducido en cerdas seronegativas frente al virus e inseminadas
con dosis de esperma contaminadas artificialmente con PCV2 (Madson et al.,
2009a). En este estudio se observó que al parto existía un cuadro clínico
similar al de la parvovirosis porcina, con lechones momificados de longitud
variable (figura 2). Curiosamente, si el semen procedía de verracos
experimentalmente infectados con el virus y de los cuales se sabía que estaban
excretándolo por semen, ello no llegaba ni a provocar la infección de las
cerdas (Madson et al., 2009b). Estos estudios sugirieron que la
cantidad de PCV2 excretada vía semen por verracos infectados por el virus
(aproximadamente entre 105,6
y 105,8
copias de genoma vírico/ml, en los casos de mayor concentración
vírica) no era suficiente como para llegar a infectar las cerdas gestantes o
sus fetos. Lógicamente, y más en biología, no es posible establecer un riesgo
cero respecto a la transmisión del virus por semen y su asociación a PCV2- RD,
pero ciertamente, el riesgo parece ser despreciable en términos generales.
Infecciones
naturales
Los casos naturales de PCV2-RD se han descrito típicamente en
granjas nuevas que presentaban una elevada proporción de cerdas primerizas
(Segalés et al., 2005). No obstante, la frecuencia de estos casos se
considera rara o muy rara, probablemente por el hecho de que la seroprevalencia
frente a PCV2 en animales adultos es elevada (Pensaert et al., 2004). De
hecho, se piensa que la mayor parte de las granjas de reproductoras no sufren
la enfermedad clínica debido a la llamada “inmunidad de piara” (herd
immunity).
No obstante, estos datos contrastan con algunos estudios que
indican un porcentaje importante de fetos abortados y lechones nacidos
muertos que son positivos por PCR (13-46 %) (Kim et al., 2004; Lyoo et
al., 2001). Actualmente se desconoce si esta evidencia de infección se asocia
a una infección subclínica o a problemas clínicos detectables en granja. De
hecho, existen publicaciones donde se describen porcentajes significativos
(hasta el 50 %) de lechones recién nacidos infectados por el virus que no
muestran ninguna sintomatología, ni ellos ni las cerdas de las cuales procedían
(Shen et al., 2010). Son datos que inequívocamente indican infección
intrauterina, pero se desconoce si ello tiene alguna importancia para esos
lechones una vez se ha perdido la inmunidad maternal frente al virus.
Definitivamente, se necesitarían más estudios para establecer la relevancia y
las implicaciones clínicas de la infección de las cerdas durante la gestación y
el efecto subsiguiente en los lechones a lo largo de su vida.
Otros efectos
reproductivos del PCV2
Además de la forma clásica de PCV2-RD, existen datos que sugieren
que PCV2 podría estar asociado a repeticiones (Mateusen et al., 2007),
presumiblemente cíclicas. Se conoce que el virus puede replicarse en embriones
y que éste puede causar muerte embrionaria, al menos en una proporción
importante de ellos (Mateusen et al., 2004). Una baja proporción de embriones,
no obstante, no se verían afectados (al menos dentro de los primeros 21 días
de gestación, momento en que finalizó el trabajo experimental) (Mateusen et
al., 2007). De ahí que la traslación de estos datos experimentales a las
situaciones de campo caracterizadas por repeticiones (cíclicas o acíclicas) es
aún un interrogante.
Otra manera de esclarecer el potencial efecto de PCV2 sobre la
reproducción sería a través de los análisis de registros comparados entre
cerdas vacunadas y no vacunadas. Actualmente no se discute en absoluto el
efecto de las vacunas para contrarrestar la PCV2-SD y la PCV2-SI. No obstante,
los datos sobre el uso de estas mismas vacunas para prevenir la PCV2- RD son
aún escasos. En algunos casos se ha indicado la disminución de abortos, el
incremento de fertilidad y/o disminución de repeticiones con posterioridad al
uso de la vacuna en cerdas. No obstante, la mayor parte de estos estudios no
cuentan con un grupo control para establecer las comparaciones adecuadas. Por
supuesto, no se debe olvidar que la vacunación de cerdas fue inicialmente
concebida para prevenir la PCV2-SD en los lechones procedentes de las mismas,
ya que la vacunación unas pocas semanas antes del parto garantiza elevados
títulos serológicos a los lechones con buen encalostramiento. Este hecho es
importante teniendo en cuenta que la infección por PCV2 o un bajo título de
anticuerpos frente al virus en cerdas alrededor del parto son factores de
riesgo para el desencadenamiento de PCV2-SD en la progenie (Calsamiglia et
al., 2007).
Optimización del plan
vacunal de las cerdas
En todo este contexto, valdría la pena plantearse cuál es el mejor
momento de vacunación de las cerdas, dado que se pueden considerar distintos
escenarios:
■■Vacunación unas pocas semanas antes del parto: con el objeto de
garantizar un título de anticuerpos lo más elevado posible que se transfieran
al lechón vía calostro; este formato buscaría básicamente la prevención de la
PCV2-SD en la progenie.
■■Vacunación unas pocas semanas antes de la cubrición: con el
objeto de garantizar un título de anticuerpos elevado durante prácticamente
toda la gestación; este formato buscaría básicamente la protección de la
PCV2-RD en las cerdas.
■■Vacunación en sábana: con el objeto de garantizar que todas las
cerdas se vacunan con una cierta frecuencia, sin excepciones; este formato
buscaría el concepto genérico de “inmunidad de piara”.
PCV2
Y COMPLEJO RESPIRATORIO PORCINO
El complejo respiratorio porcino (CRP, en inglés porcine
respiratory disease complex, PRDC) se describe como una entidad clínica
caracterizada por signos respiratorios, retraso en el crecimiento y mortalidad
en cerdos básicamente de engorde (Dee, 1996). Se trata de un proceso
multifactorial con morbilidad variable entre el 10-40 % y mortalidad entre el
2-20 %. Las lesiones asociadas al CRP son generalmente multietiológicas,
involucrando tanto agentes víricos como bacterianos. De entre los más
frecuentes están el virus del síndrome respiratorio y reproductivo porcino
(PRRSV), PCV2, virus de la influenza porcina (SIV), Mycoplasma hyopneumoniae,
Actinobacillus pleuropneumoniae, Haemophilus parasuis y Pasteurella
multocida.
PCV2 se sugirió como un agente más que podía participar dentro de
la constelación etiológica del CRP, así como de una entidad patológica
respiratoria llamada neumonía proliferativa necrotizante (PNP) (Grau-Roma y
Segalés, 2007). Esta última entidad se describe exclusivamente por sus
hallazgos histopatológicos (figuras figuras 3 y 4), y puede
encontrarse en animales que sufren clínicamente de CRP. Al margen de CRP y
PNP, se llegó a definir una condición respiratoria caracterizada por lesiones
de neumonía intersticial asociada a PCV2 en ausencia de lesiones en órganos
linfoides. Esta entidad, aparentemente diferenciada de la PCV2-SD e incluida
potencialmente como PCVD, se denominó enfermedad pulmonar asociada a PCV2
(PCV2-LD, porcine circovirus type 2-lung disease) (Segalés, 2012).
Para diferenciar claramente PCV2-SD de la PCV2-LD se propusieron
una serie de criterios diagnósticos basándose en la bibliografía existente. De
esta manera, para diagnosticar una PCV2-LD era necesario que se cumplieran los
siguientes aspectos (Segalés, 2012):
■■Clínico: presencia de signos respiratorios tipo disnea o
taquipnea, eventualmente tos.
■■Histopatológico: neumonía intersticial o bronquiolointersticial,
linfohistiocítica a granulomatosa, con posibilidad de fibroplasia
peribronquiolar, hasta neumonía proliferativa necrotizante. Es importante la
ausencia de lesiones linfoides compatibles con una PCV2-SD (depleción
linfocitaria con infiltración histiocitaria de los órganos linfoides).
■■Virológico: detección de moderada a elevada cantidad de genoma o
antígeno de PCV2 en las lesiones pulmonares, y ausencia del virus en órganos
linfoides.
Los autores que describieron por primera vez la PCV2-LD (a la cual
llamaron en inglés PCV2-associated PRDC) ya indicaron que la distinción en
relación a la PCV2-SD no era fácil, y que debía hacerse vía laboratorial (ver
criterios 2 y 3 mencionados anteriormente) (Kim et al., 2003). Aparte de
otra referencia (Opriessnig et al., 2007), han sido mínimos los estudios
que han investigado el grado de involucración del PCV2 con el CRP.
En un estudio reciente realizado en
España se evaluaron muestras de un total de 317 cerdos diagnosticados
clínicamente como CRP (Ticó et al., 2013). A efectos del estudio, fue
fundamental disponer tanto de tejido pulmonar como linfoide de cada uno de los
animales. De esos 317 cerdos, 226
presentaron PCV2 en alguno de los tejidos analizados. En función
de la cantidad de genoma de PCV2 (moderada a elevada) y lesiones
significativas en los órganos linfoides, 184 fueron diagnosticados como PCV2-
SD, con lo que potencialmente quedaron 42 elegibles como PCV2-LD. De estos 42
cerdos, todos presentaron ácido nucleico de PCV2 en los linfonodos (en baja
cantidad) y nueve de ellos también en el pulmón; es más, la cantidad de virus
en pulmón siempre fue inferior a la que había en órganos linfoides, con lo que
ninguno de todos ellos pudo realmente ser diagnosticado como PCV2-LD. Basándose
en los resultados obtenidos, este estudio concluyó que en todos aquellos casos
diagnosticados clínicamente como CRP que presentaban infección por PCV2, ésta
no era solamente pulmonar sino que mayoritariamente era sistémica (Ticó et
al., 2013). De ahí que se consideró que la PCV2-LD sea posiblemente una
entidad de ocurrencia muy esporádica, mientras que en la mayoría de casos de
CRP donde PCV2 está involucrado, probablemente sea en asociación con la
PCV2-SD.
Curiosamente, el potencial efecto de la PCV2-SI sobre el aparato
respiratorio no ha sido aún estudiado, pero es muy probable que el efecto
sobre la ganancia de peso diaria sea también un efecto
sistémico.
CONCLUSIONES
La bibliografía en relación a los circovirus es abundante, y
cuando se realiza una búsqueda en una base de datos tan amplia como el PubMed
(http://www.ncbi.nlm.nih.gov/ pubmed), se llegan a encontrar hasta 1.392
artículos científicos (a fecha 14 de agosto de 2013). De ellos, 1.363 han sido
publicados desde 1997 en adelante, con lo que el PCV2 ha representado una
verdadera revolución científica en los últimos 16 años. Curiosamente, la mayor
parte de estos artículos científicos versan sobre aspectos de virología,
epidemiología, inmunología, patología, diagnóstico y prevención y control,
especialmente en relación a la PCV2- SD. Es por ello que se constata que
algunas PCVD han sido aún muy poco estudiadas. De entre ellas, la PCV2-RD ha
sido quizás la más investigada, pero a mucha distancia comparada con la
enfermedad sistémica. Y como se ha podido comprobar, la investigación de PCV2
como patógeno respiratorio ha sido muy escasa.
En conclusión, PCV2 debe considerarse
como un agente infeccioso capaz de causar enfermedad reproductiva en distintos
momentos de la gestación de la cerda, aunque sea de ocurrencia esporádica. Por
otro lado, PCV2 no parece jugar un papel determinante en el CRP al menos como
PCV2-LD, pero sí como PCV2-SD, con lo que la frontera entre CRP y PCV2-SD
puede ser muy borrosa en la mayoría de los casos.
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