miércoles, 19 de octubre de 2011

Ectima Contagioso: Una Enfermedad Ocupacional en la Industria Ovina

CONTAGIOUS ECTHYMA: AN OCCUPATIONAL DISEASE IN THE SHEEP INDUSTRY
Artículo Original

INTRODUCCIÓN O MARCO TÉCNICO
El nuevo panorama que está enfrentando la industria ovina en
Chile trae consigo grandes desafíos para el sector pecuario de
nuestro país. Entre éstos podemos nombrar la triplicación de la
masa ovina para el año 2010.(INDAP (Chile) 2007) y la construcción
de nuevos centros de faena con la infraestructura necesaria
para la aplicación de sistemas de aseguramiento de calidad, con
el fin obtener alimentos inocuos y que estén acordes a las
exigencias de los mercados de países desarrollados. Estos desafíos
y expectativas de la industria auguran grandes ganancias,
basándose en las condiciones fito y zoosanitarias de nuestro
país, apuntando la producción hacia economías desarrolladas
que se han abierto al mercado chileno producto de los tratados
internacionales de comercio que ha suscrito Chile en los últimos
años. Este escenario traerá consigo grandes beneficios para el
país, como creación de nuevos empleos, mayor inversión en
zonas descentralizadas, posesionar de cierta manera la marca
“Chile” en los mercados internacionales, entre otros (INIA (Chile)
2006). Pero es necesario tomar en cuenta algunos factores negativos
que se pueden presentar al intensificar los sistemas productivos
animales, entre los cuales existe una serie de enfermedades
pecuarias que podrían saltar la barrera interespecie y afectar al
ser humano trayendo pérdidas en la industria ovina producto del
ausentismo o presentismo laboral y una mayor demora en lograr
un animal a término.
Se define como zoonosis a toda enfermedad que atraviesa la
barrera interespecie y son transmitidas al hombre desde los
animales. Hay más de 200 enfermedades que entran a esta categoría
(Health Protection Agency 2004). Existe en Chile una serie
de enfermedades catalogadas como zoonosis y entre éstas existe
la Brucelosis, Tuberculosis, Hidatidosis y el Ectima Contagioso,
por nombrar algunas. Esta última enfermedad, poco conocida en
Chile, ha reportado algunos casos en personas en los últimos
años, casuística quizás sin importancia, pero al intensificar la
industria –según la tendencia internacional descrita en diferentes
Correspondencia / Correspondence
Mario Cea Soto
Fundación Científica y Tecnológica ACHS
Vicuña Mackenna 210, piso 6, Providencia
Santiago
Tel.: (56-2) 685 36 04 • Fax: (56-2) 685 38 82
e-mail: mario.cea@gmail.com
Recibido: 24 de Septiembre de 2007 / Aceptado: 02 de octubre de 2007
Ciencia & Trabajo | AÑO 9 | NÚMERO 25 | JULIO / SEPTIEMBRE 2007 | www.cienciaytrabajo.cl | 113/116 113
Mario Cea Soto M. V (c)1; Eugenio Reyes Arenas PhD (c)2; Alejandro Bravo Thoms M.V. MsC. (c)1
1. Universidad Mayor
1. Universidad Mayor
2. Fundación Científica y Tecnológica, Asociación Chilena de Seguridad
RESUMEN
Ectima contagioso, enfermedad producida por virus perteneciente a la
familia poxviridae; se caracteriza por producir enfermedad vesicular en
ganado, principalmente en rumiante menores. Personas que tengan
contacto con animales u objetos contaminados con el virus pueden
desarrollar la enfermedad, la cual es catalogada como la zoonosis de
mayor diagnóstico en países donde la industria ovina se desarrolla a
gran escala. Chile apunta al bicentenario triplicando la masa ovina
existente en el país, por lo mismo, es necesario tomar en cuenta esta
enfermedad que podría constituirse como problema en la producción
ovina y en la salud ocupacional. Se analiza la posibilidad de realizar
algunas pruebas de laboratorio para el diagnóstico precoz de la enfermedad
y así estar preparados para los nuevos escenarios que se presenten.
(Cea M., Reyes E, Bravo A. 2007. Ectima Contagioso: Una Enfermedad
Ocupacional En La Industria Ovina. Cienc Trab. jul-sep;9(25):113:116).
Descriptores: ECTIMA CONTAGIOSO/DIAGNOSTICO, PARAPOXVIRUS,
VIRUS DEL ORF, ZOONOSIS
ABSTRACT
Contagious ecthyma, a disease produced by a virus of the poxviridae
family, characterized by producing vesicular disease in cattle,
specially in small ruminants. People having contact with animals or
objects contaminated with the virus may develop the disease, which
is classified as the principal diagnosed zoonosis, in countries where
the sheep industry is developed in large scale. Chile aims at tripling
the sheep mass existing in the country for the bicentennial. For this
reason it is necessary to take into account that this disease might
become a problem in sheep production and occupational health. The
possibility of making some laboratory tests for the early diagnosis of
the disease is discussed and thus be prepared to meet the new scenarios
that might be encountered.
Descriptors: ECTHYMA, CONTAGIUS/DIAGNOSTIC; PARAPOXVIRUS;
ORF VIRUS; ZOONOSES.
114 113/116 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 9 | NÚMERO 25 | JULIO / SEPTIEMBRE 2007 | Ciencia & Trabajo
Artículo Original | Cea Mario
publicaciones de importancia mundial– se destaca como una
zoonosis de importancia en salud pública y ocupacional, a pesar de
ser una enfermedad dermatológica de curso benigno es confundida
con otras enfermedades vesiculares por la carencia de confirmación
de métodos de laboratorio y además es la enfermedad zoonótica de
mayor diagnóstico en países “ovejeros”.
Ectima contagioso
Orf o Ectima Contagioso es una lesión cutánea causada por un virus
DNA epiteliotrópico perteneciente al género de los parapoxvirus
(Georgiades et al. 2005). Las lesiones más comunes se ubican en la
zona bucal y ventanas nasales de animales y en dedos y manos en
ser humano. Éstas evolucionan desde una mácula eritematosa,
pasando por pápula, vesícula, pústula y la formación de una costra,
que posteriormente cae. Los animales se recuperan en periodos de 3
a 6 semanas, pero si se prolonga la enfermedad se asocia a agentes
bacterianos secundarios a la infección. Los animales infectados
hacen de carrier del virus y los diseminan en el ambiente donde se
mantiene por muchos años infectante tanto para animales como
para el hombre (Ibrahim et al.2005). El virus Orf ataca principalmente
a rumiantes menores, pero también se ha visto en una amplia
gama de mamíferos incluido el hombre (McElroy.; Bassett, 2006;
Trylanda et al. 2005). Esto trae grandes pérdidas económicas desde
el punto de vista productivo por la emaciación de animales y por las
bajas laborales del personal contagiado por su carácter zoonótico.
Se define a los virus como hebras de ácidos nucleicos, que pueden
ser DNA o RNA, envueltos por una cubierta proteica denominada
cápside; en algunos casos contienen una bicapa lipídica y una
cubierta de glicoproteínas. Dado que muchos virus poseen únicamente
unos cuantos genes, para su proliferación se apoderan de la
maquinaria genética de las células que parasitan a través de la
inyección de su material genético, es decir, carecen de metabolismo,
de ahí que se considere a los virus como no vivos o entre la frontera
entre lo vivo y lo no vivo (Vásquez E C, 2003). La familia poxviridae
son virus DNA que se dividen en dos subfamilias, Cordopoxvirinae y
la entomopoxvirinae, afectando a los cordados y a los insectos,
respectivamente.
La subfamilia Cordopoxvirinae se divide a su vez en 8 géneros, entre
los cuales tenemos a los parapoxvirus, en el que se destacan tres
enfermedades de interés pecuario y de importancia pública (Delhon
et al. 2004):
• Ectima contagioso / Orf
• Estomatitis papular bovina
• Seudoviruela bovina / Nódulos de los ordeñadores
Los virus pox en general están conformados por un número de bases
que oscila entre los 70,2 a 148,5 kb (González et al. 1999), son virus
DNA, lo cual les da una estabilidad relativa y afectan principalmente
a mamíferos rumiantes y algunas aves.
Morfología
A la microscopía electrónica el virus Orf se despliega con un aspecto
ovoide (260 nm largo por 160 nm de ancho), además presenta un
túbulo en espiral que rodea su superficie que lo diferencia de otros
poxvirus (Spehner et al. 2004).
Epidemiología
La transmisión ocurre netamente por contacto directo entre el
animal infectado o elementos contaminados y el animal susceptible.
A través de soluciones de continuidad o microheridas el virus sobrepasa
las barreras defensivas del nuevo huésped instalándose en la
capa germinativa de la epidermis. Los lactantes que presentan la
enfermedad al lactar transmitirán el virus a la ubre de la madre, la
cual podría desarrollar también las lesiones (Torfason y Gunadóttir
2002). En el caso del hombre, la enfermedad se desarrolla en
personas que tuvieron contacto directo con las lesiones o con material
contaminado con el virus, ya sea lana, costras, heridas, hemasculadores,
etiquetadoras, entre otros Radostits et al. 2002).
Los animales que se recuperan presentan una inmunidad de alrededor
de 2 años, pero no transmiten esos anticuerpos al calostro, por
lo que sus crías son susceptibles y vulnerables a la enfermedad
(Ibrahim et al. 2005).
PRESENTACIÓN CLÍNICA
El virus ingresa y por su especificidad epidermotrópica (Unal et al.
2002), se instala en la capa germinativa de la epidermis, ahí se multiplica
y disemina. El ser humano generalmente manifiesta, después
de un periodo de incubación de 2 a 6 días, una lesión papular solitaria
en la piel; sin embargo, en algunos casos se han reportado
lesiones múltiples. Éstas se ubican principalmente en la cara dorsal
de las manos y dedos, algunos veces en la palma y ocasionalmente
en otras regiones del cuerpo como son cara y cuero cabelludo. La
lesión progresa por seis estados clínicos o estado histopatológicos,
cada uno de una duración de una semana. El inicio es a través de
una etapa máculopapular, estado que comienza como una mácula
eritematosa pasando a pápula. Lesiones con un centro rojo y un
anillo de igual color en la periferia son típicos del segundo estado.
En la tercera etapa el nódulo de color rojizo se seca. A esta lesión,
en la parte superior, le aparecen pequeñas zonas negras, que son
signos de la cuarta etapa regenerativa. Ya en la quinta etapa
aparecen lesiones papilomatosas. Cuando todo se seca se inicia la
etapa regresiva, siendo la última, con la resolución de la lesión sin
dejar cicatriz en la zona afectada. Todo esto ocurre en un periodo de
4 a 6 semanas (Georgiades et al. 2005).
En el ganado ovino las lesiones se ubican principalmente en mucosa
oral, morro y ventanas nasales. El virus en el huésped se disemina
por la epidermis produciendo una respuesta celular, con necrosis y
desprendimiento de la escara de la epidermis afectada y del estrato
papilar de la dermis subyacente. La respuesta cutánea a la infección
está compuesta por una reacción de hipersensibilidad del tipo retardado
y la migración de células inflamatorias como neutrófilos, basófilos
y probablemente mastocitos. Las lesiones evolucionan a través
de estadios de mácula, pápula, vesícula, pústula, formación de costra
y resolución. Las pústulas se desarrollan en pocos días y su ruptura
da lugar a úlceras y, a continuación, una gruesa costra suprayacente
que se desprende a las 3 o 4 semanas sin dejar cicatriz (McElroy,,
Bassett, 2006; Radostits et al. 2002).
Consecuencias Económicas
Económicamente, esta enfermedad acarrea varios factores que
inciden en la merma de la rentabilidad de la empresa. Asociado
al bajo desarrollo corporal de corderos –por el gran dolor de las
lesiones orales comen menos–, al tratar de lactar infectan la piel
de las glándulas mamarias de las madres, las que desarrollan la
enfermedad dejando de lado a su progenie, pudiendo desarrollar
diferentes grados de mastitis causadas por diversos agentes
(Torfason y Guonadottir 2002).
Otro factor económico es su carácter zoonótico, que lleva a un
Artículo Original | Ectima Contagioso: Una Enfermedad Ocupacional En La Industria Ovina
Ciencia & Trabajo | AÑO 9 | NÚMERO 25 | JULIO / SEPTIEMBRE 2007 | www.cienciaytrabajo.cl | 113/116 115
ausentismo laboral de alrededor de 4 a 6 semanas (Torfason y
Guonadottir 2002), costos que deben ser absorbidos por el empleador
trayendo gastos que no se consideran y una pérdida de la rentabilidad
de la empresa (Inoshima et al. 2000).
Diagnóstico
El diagnóstico de esta enfermedad generalmente es clínico, pero es
necesario la confirmación a través de exámenes de laboratorios.
Entre éstos existen diferentes posibilidades, como la microscopía
electrónica, test serológicos y técnicas moleculares como la reacción
en cadena de la polimerasa (PCR) (Torfason y Gunadóttir 2002). Para
nuestra realidad se descarta el uso de la primera técnica por la
demora que tiene y por la escasez de microscopios electrónicos en
nuestro medio. La segunda opción presenta algunos errores de
lectura y, finalmente, el PCR es una herramienta que satisface las
exigencias tanto por rapidez, sensibilidad y especificidad, siendo ésta
una opción para apoyar al clínico en el diagnóstico.
Pruebas de DNA
El gran éxito obtenido a mediados de los ’80 por Kary Mullis
consistió en lograr in vitro un gran número de copias de fragmentos
específicos de DNA, basándose en un principio muy sencillo: la utilización
de mecanismos similares a los empleados por la propia célula
en la replicación del DNA durante la división celular. La reacción en
cadena de la polimerasa consiste en la repetición cíclica de tres
etapas:
1) Desnaturalización del DNA bicatenario presente en la muestra
para separar las dos cadenas, mediante la aplicación de temperaturas
superiores a 90 ºC.
2) Unión específica de los cebadores (oligonucleótidos sintéticos) a
las cadenas sencillas mediante complementariedad de bases. La
temperatura a la que se realiza esta unión (Ta, Annealing temperature)
es muy importante para controlar la especificidad de la
reacción. La Ta depende de la composición de bases y del tamaño
de los cebadores que se unen cada uno a una cadena diferente,
delimitando la secuencia de nucleótidos que se pretende amplificar.
La selección de dichos cebadores constituye uno de los
puntos más críticos del ensayo de PCR.
3) Extensión de la cadena de DNA a copiar a partir de los cebadores,
utilizando los nucleótidos presentes en la solución. Dicha extensión
la lleva a cabo la enzima DNA polimerasa, que inicia su actividad
tras reconocer la unión de los cebadores a las cadenas de
la muestra. La polimerasa empleada inicialmente, procedente de
Escherichia coli, se desnaturalizaba cuando se sometía a temperaturas
superiores a 90 ºC durante la primera etapa de cada ciclo
y, por lo tanto, habría que renovar al inicio de cada fase de extensión.
En la actualidad, sin embargo, se utilizan enzimas termoestables
como la Taq polimerasa, procedente del microorganismo
termófilo Thermus aquaticus. La cantidad de copias de la
secuencia de ADN delimitado por los cebadores se incrementa
exponencialmente, debido a que las nuevas copias también
sirven como patrones en los subsiguientes ciclos. La técnica de
PCR presenta, sin embargo, una limitación: es necesario conocer
parte de la secuencia que se quiere amplificar, al menos aquellas
zonas en las que se van a unir los cebadores (Salas y Arenas
2001).
La PCR es una de las técnicas más utilizadas en biología molecular
por su rapidez y bajo costo. Es una técnica que amplifica una región
específica del DNA de la especie en estudio en forma cíclica y exponencial.
Esta técnica enzimática puede producir gran cantidad de
números de copias de moléculas de DNA desde una fuente escasa de
material genético, a pesar de que esta fuente sea de una calidad muy
pobre (Veilleux 2000).
Es de vital importancia en la aplicación de esta técnica el conocer la
secuencia de regiones específicas del ácido nucleico a estudiar. Estas
secuencias conocidas servirán para sintetizar oligonucleótidos,
denominados partidores o “primers”, complementarios con el DNA
molde.
Una vez completado un ciclo de amplificación, se vuelve a repetir
uno nuevo, de tal forma que después de 20 ciclos se amplifica el
segmento al menos 100.000 veces (Figura 1). Esto hace posible que
los productos se puedan detectar muy fácilmente mediante electroforesis
en agarosa y tinción de bromuro de etidio.
Entre las aplicaciones de PCR: se puede utilizar en el diagnóstico de
desórdenes genéticos, detección de organismos patógenos en muestras
clínicas, identificación de muestras forenses, mutaciones, etc.
(Sambroock 1989).
Tratamiento
Por ser una enfermedad de curso benigno y que se autolímita, no
existe un tratamiento específico en el ser humano, sólo la limpieza
de las heridas con antisépticos; el uso de antibióticos queda reservado
sólo en casos de que existan infecciones secundarias (Unal et
al. 2002). Si presenta eritema multiforme, la terapéutica es en base a
esteroides locales y antihistamínicos orales (Georgiades et al. 2005).
En los animales que presenten la enfermedad no se describe un
tratamiento específico; existe la posibilidad de extirpar las costras y
aplicar pomadas o soluciones astringentes, pero esto retrasa la curación
en la mayoría de los casos. Se recomienda aportar a los
animales alimento blando y apetecible. Se ha asegurado que el
empleo de combinado de desbridamiento con diatermia y criocirugía
es eficaz en las lesiones proliferativas de los corderos más jóvenes
(Radostits et al. 2002).
Pronóstico
El curso de esta enfermedad es benigno y las lesiones se autolimitan
en un tiempo aproximado de 6 semanas, con la caída de la escara o
costra sin dejar cicatriz aparente. Infecciones secundarias podrían
retardar la resolución del cuadro. Raramente se ha visto signología
más aguda y ésta apuntan al desarrollo del Eritema multiforme, que
Figura 1.
La reacción en cadena de la polimerasa, o PCR, produce una
cantidad de DNA que se duplica en cada ciclo de síntesis de DNA.
Esta técnica permite que los investigadores produzcan las grandes
cantidades de DNA requeridas para otras técnicas como la secuenciación
(Adaptación de De Alberts et al. 1990).
116 113/116 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 9 | NÚMERO 25 | JULIO / SEPTIEMBRE 2007 | Ciencia & Trabajo
Artículo Original | Cea Mario
se comporta como una reacción alérgica al proceso infeccioso con
flictemas en brazos, labios y otras partes del cuerpo. Las reinfecciones
pueden ocurrir, pero son de curso más corto por la inmunidad
que genera la enfermedad (Torfason y Gunadóttir 2002).
Prevención y control
En los primeros estadios del brote podría aislarse a los animales afectados
y vacunar al resto. La vacunación tiene escaso valor cuando
ya hay un número importante de animales afectados (Radostits et al.
2002). Los inconvenientes de la vacuna es que puede ser peligrosa y
desarrolla la enfermedad en la mayoría de los animales inoculados
y en las personas que hacen la inoculación y no toman las medidas
respectivas.
En el ser humano es importante prevenir con el uso de guantes en
los operarios y aislar a los animales positivos a la enfermedad
(Georgiades et al. 2005).
Para sanitizar ambientes, según la OIE, se describe la sensibilidad de
la poxviridae a la acción física o química de diferentes productos en
la siguiente tabla:
Prácticas a seguir para obtener un trabajo seguro (Cornell
University 2006)
1. Higiene personal, lavado de manos después de tener contacto
con animales, no comer ni beber en las instalaciones, no fumar.
2. Equipo de protección personal; usar ropa exclusiva de trabajo,
como un overol y el uso de guantes descartables.
3. Cuidado animal, aislar animales que presenten lesiones cutáneas
de animales sanos e inspeccionar el hato constantemente.
4. Limpiar y desinfectar todo material que haga de vector mecánico
y pueda hacer de carrier para la enfermedad.
5. Evitar cualquier exposición; ejemplo: agujas contaminadas.
6. Mantener un sistema de desechos para material contaminado.
7. Mantener buenas prácticas de trabajo.
8. Realizar programas de salud ocupacional, educar al personal.
9. Notificar al supervisor la presencia de lesiones cutáneas, tanto en
los animales como en los trabajadores.
10. Buscar atención médica lo antes posible si existiera alguna
lesión al sistema tegumentario.
Resistencia a la acción física y química (OIE, 2007).
Temperatura: Sensible a 56 °C/2 horas; 65 °C/30 min.
pH: Sensible a pH muy alcalino o ácido.
Productos químicos: Sensible al éter (20%), cloroformo y formalina (1%).
Desinfectantes: Inactivado por fenol (2%) en 15 min. Sensible a los
detergentes, por ejemplo: dodecil sulfato de sodio.
Supervivencia: Puede sobrevivir muchos años en costras secas a
temperaturas ambiente. El virus sigue siendo viable
en la lana durante 2 meses y en los locales hasta 6 meses.
Alberts B, Johnson A, Lewis J, Raff M, Roberts K,Walter P. 1996. Molecular
biology of the cell. 3th Ed. p. 316-17.
Chile. Instituto de Desarrollo Agropecuario. 2007. Debate sobre la ganadería
ovina al año 2010. Disponible en internet: http://www.indap.gob.cl/index.
php?option=com_content&task=view&id=663&Itemid=146. [Accesado el
11 agosto 2007].
Chile. Instituto de Investigaciones Agropecuarias. 2006. Boletín de prensa
“Presentan Consorcio de Papa y Ovino [En línea] Disponible en internet:
http://www.inia.cl/remehue/noticias/ presentan_consorcio_papa.cfm
[Accesado el 11 agosto 2007].
Cornell University. 2006. Reducing the Risk: a series on safe work practice,
contagious Ecthyma.
Delhon G, Tulman ER, Afonso CL, Lu Z, de la Concha-Bermejillo A, Lehmkuhl HD
et al. 2004. Genomes of the parapoxviruses ORF virus and bovine papular
stomatitis virus. J Virol. 78(1):168-77.
Georgiades G, Katsarou A, Dimitroglou K. 2005. Human ORF (ecthyma contagiosum).
J Hand Surg [Br]. 30(4):409-11.
Gonzalez GS, Romero RL, Tortora PSL, Hernandez BEM. 2000. Caracterización de
las cepas del ectima contagioso (Orf virus), sus interacciones y sus relaciones
con parapoxvirus de México. Vet. Mex; 31(1):33-38.
Gökce HI, Genc O, Gökce G. 2005. Sero-prevalence of contagious Ecthyma in
Lambs and Humans in Kars, Turkey. Turk J Vet Anim Sci. (29):95-101.
Health Protection Agency (UK). 2004. Zoonoses: infections transmitted fron
animals to man. Disponible en internet: http://www.hpa.org.uk/publications/
2004/annual_report/zoonoses.pdf. [Accesado el 18 abril 2007].
Inoshima Y, Morooka A, Sentsui H. 2000. Detection and diagnosis of parapoxvirus
by the polymerase chain reaction J Virol Methods. 84(2):201-8.
McElroy, M.C., Bassett, H.F., 2006. The development of oral lesions in lambs naturally
infected, with ORF virus, (10).1016.
OIE. Oficina mundial de la sanidad animal. Sheep pox and goat pox. Disponible en
internet: http://www.oie.int/eng/maladies/fiches/a_A100.htm. [Accesado el 19
de agosto 2007].
Radostits O, Gay C, Blood D, Hinchcliff K. 2002. Medicina veterinaria. Tratado de las
enfermedades del ganado bovino, ovino, porcino, caprino y equino. España:
McGraw-Hill Interoamericana. p.1025-53.
Salas E, Arenas R. 2001. Biología Molecular en Micología Médica. Derm. Venez. 39: 07-10.
Sambrook J, Manniatis T, Fritsch EF. 1989. Molecular cloning: a laboratory manual.
New York, Cold Spring Harbor Laboratory Press. p. 458-59.
Spehner D, De Carlo S, Drillien R, Weiland F, Mildner K, Hanau D et al. 2004.
Appearance of the bona fide spiral tubule of ORF virus is dependent on an
intact 10-kilodalton viral protein. J Virol. 78(15):8085-93.
Torfason EG, Gunadóttir S. 2002. Polymerase chain reaction for laboratory diagnosis
of orf virus infections. J Clin Virol. 24(1-2):79-84.
Trylanda M, Kleinb J, Nordoyc ES, Blixc AS. 2005. Isolation and partial characterization
of a parapoxvirus isolated from a skin lesion of a Weddell seal. Virus
Res. 108:83–87.
Ünal G, Gündes S, Üstün M. 2002. Human Orf: ecthyma contagiosum. Report of five
case. Turk J Med Sci. (32):173- 75.
Veilleux C. 2000. PCR Technology. Disponible en internet: http://www.accessexcellence.
org/LC/SS/PS/PCR/PCR_technology.html. [Accesado el 18 abril 2007].

No hay comentarios:

Publicar un comentario