sábado, 26 de marzo de 2011

INMUNIDAD EN EL FETO Y EN EL NEONATO

Inmunidad en el Feto y el Neonato

Introducción

Cuando nace un mamífero, emerge del útero estéril hacia un ambiente en el que se expone de inmediato a una gran cantidad de microorganismos. Para sobrevivir el neonato debe ser capaz de controlar la invasión microbiana en muy poco tiempo. En la practica el sistema inmunitario es incapaz de tener un arranque muy rápido por si mismo.

En animales con periodo gestacional breve el sistema inmunitario no está completamente desarrollado y en animales con periodo gestacional largo no es de esperar que el sistema inmunitario sea igual al del adulto.

El desarrollo completo de la actividad inmunitaria depende del estimulo antigénico.

La formación de células sensibles a antígenos depende de la multiplicación inducida por estos antígenos. Así los mamíferos y aves son muy sensibles en las primeras semanas de vida.

La transferencia pasiva de la madre al neonato en forma de anticuerpos y talvez de células T resulta esencial para su supervivencia.

Objetivos
· Conocer el desarrollo del sistema inmunitario en la vida fetal de los mamíferos.
· Identificar las respuestas inmunitarias del neonato.
· Conocer el desarrollo de la inmunidad pasiva y practicas vacúnales en el recién nacido.

Inmunidad el Feto y el Neonato
La ontogénesis de los órganos inmunitarios discurre en las distintas especies animales y en el hombre de forma muy similar, aunque en el momento del nacimiento se encuentre en variable grado de desarrollo.

El timo es el primer órgano linfoide en formarse, seguido por los órganos linfoide secundarios, la bolsa de Fabricio están desarrollada en todos los mamíferos y en las aves en el momento del nacimiento, mientras que la constitución y desarrollo de los demás órganos linfáticos permite reconocer las ostensibles diferencias.

Las células que contienen inmunuglubulinas se desarrollan poco después de la aparición del bazo y ganglios linfáticos, pero los anticuerpos casi nunca se encuentran hasta la parte final de la vida fetal, si es que aparecen antes del nacimiento.

La capacidad fetal para responder a los antígenos se desarrolla muy rápidamente luego que aparecen los órganos linfoides, pero no todos los antígenos tienen la misma capacidad para estimular el tejido linfoide fetal. Por esto se maneja la posibilidad de reaccionar a la mayor parte de los antígenos extraños se obtenga en un lapso muy breve.

La capacidad para establecer respuestas inmunitarias de tipo celular se desarrolla en el mismo tiempo que la producción de anticuerpos.

La causa de la constitución y capacidad de reacción del sistema inmunitario de los recién nacidos, es distintas de una a otra especie animal y diferentemente marcadas, es menos resultado de una desproporcionada maduración de este sistema orgánico, que del hecho de que el nacimiento tiene lugar en diversas fases del desarrollo ontogénico.

Capacidad de reacción inmunológica
Se desarrolla paralela a la formación de los órganos responsables de la respuesta inmunitaria. Los órganos fetales, y en parte también del organismo recién nacido, no pueden reaccionar todavía ante una acción antigenica con la misma intensidad inmunológica que en el individuo adulto. En el ámbito de la respuesta inmunitaria celular, el proceso de maduración inmunológica en que lo xeno – y alotransplantes, que el organismo adulto rechaza regularmente en el plazo característico para la relación donante receptor, en fases precoces del desarrollo pre – o postnatal son rechazados con demora o incluso tolerados en virtud de estar la capacidad inmunológica todavía sin constituir por completo.

Becerro
El sistema inmunitario del becerro se forma al principio de la vida fetal. Aunque en el periodo de gestación de la vaca es de 280 días, el timo ya puede reconocerse a los cuarenta días de la concepción. La medula ósea y el bazo aparecen a los 55 días.

Los ganglios linfáticos pueden observarse a los 60 días. Pero las placas de Peyer no aparecen hasta los 175 días.

Los linfocitos de la sangre periférica se identifican en los fetos bovinos a los 45 días, las células B de InM+ el día 59 y las productoras de InC el día 135. El momento de la aparición de los anticuerpos séricos depende de la sensibilidad de las técnicas que se usen. Por consiguiente no es accidental que las respuestas inmunitarias detectables sean aquellas dirigidas a virus, y que por ello se requieran pruebas muy sensibles de neutralización viral.

Existen informes de que los becerros responden a los rotavirus a los 73 días, al parvoviruus el día 93 y al virus 3 de parainfluenza a los 120 días. Los linfocitos sanguíneos del bovino pueden responder a la fitohemaglutinacion, a la concavalina A y al mitógeno de la fitolaca entre los 75 y 80 días, pero esta capacidad se pierde temporalmente hacia el momento del nacimiento, a causa de las altas concentraciones séricas de esteroides.

Lechón
El periodo de gestación de la marrana es de 115 días en promedio. El timo se desarrolla a los 40 días después de la concepción, Los fetos pueden prodicir anticuerpos contra parvoviruus a los 58 días y rechazar los aloinjertos desde entonces. Los linfocitos sanguíneos pueden responder a los mitogenos entre los 48 y 54 días después de la concepción.

La actividad de las células asesinas naturales (NK) no se desarrolla hasta vanas semanas después del nacimiento. Él numero de células B circulantes se eleva mucho después de los 71 y 80 días. La respuesta fetal a los principalmente de tipo IgM, pero los lechones fetales y neonatos también producen una pequeña inmunoglobulinas que puede tener cadenas ligeras.

Potrillo
El periodo gestaciones de la yegua es de aproximadamente 340 días. Las células linfoides se observan por primera vez en el timo, entre 60 y 80 días después de la concepción. Sé encuentran en los ganglios linfáticos mesenterios y en la lamina propia intestinal a los 90 días, y en el bazo a los 175 días. Los linfocitos sanguíneos aparecen hacia los 80 días, es posible observar unas cuantas células plasmaticas a los 240 días. Los potrillos recién nacidos tienen cantidades sericas detectables de IgM e IgG y en ocasiones de IgG(T).

Carnívoros
El periodo de gestación es de unos 60 días. El tomo es detectable a los 23 – 33 días. Se identifican los ganglios linfáticos a los 45 días de gestación y en el bazo a los 50 – 55 días de gestación en esta etapa los cachorros pueden volverse resistentes a la a una inyección intrauterina del antígeno antes del día 42.

Pollos
Las células primordiales surgen en la membrana del saco vitelino y fluyen por influjo quimiotactico hacia el timo y bolsa de fabricio entre los 7 y 5 días de incubación.

Los linfocitos con IgM superficial pueden detectarse en la bolsa después de los cuarenta 14 y los anticuerpos contra hemocianina de la etapa de bocabelle y eritrocitos de oveja pueden a los 16 y 18 días.

Los linfocitos con IgG superficial sé desarrollan el día 21 cerca de la fecha de empollamiento, mientras que las células positivas respecto a las igA aparecen en el intestino tres o siete días después de empollar.

Desarrollo de la capacidad fagocitaria
Hacia el momento del nacimiento, disminuye la capacidad fagocitaria y bactericida de leucocitos, por aumento en concentración de glucocorticoides fetales. Después del nacimiento se deprime la respuesta quimiotactica de los macrofagos y son capaces de mantener el crecimiento de algunos virus, a diferencia de los macrofagos de los especímenes adultos. La actividad virucida se adquiere en forma gradual, aunque, al parecer, este proceso se da fajo la influencia del timo.

Ocurren cambios interesantes en la distribución de macrofagos en el cerdo neonato. Por ejemplo, estos lechones tienen muy pocos macrofagos intravasculares pulmonares. No obstante, durante los primeros días después del parto, los monocitos sanguíneos adquieren al endotelio de los capilares pulmonares y se diferencian en macrofagos. De forma que en el lechón recién nacido la mayor parte de partículas (75%) se eliminan de la sangre en el hígado y bazo. Hacia los dos meses de edad, 75% se elimina en los pulmones. Los macrofagos alveolares de los cerdos neonatos tienen actividad fagocitaria deficiente, pero para los 7 días de edad, esta ya es eficaz.

Desarrollo del Sistema Inmunitario e Infección Intrauterina
Aunque el feto no esté del todo indefenso, es menos capaz de combatir una infección que el adulto. Se ha demostrado que los tejidos de los becerros de 95 días de gestación producen interferones alfa y beta a cantidades similares a las que se genera en los tejidos adultos. Sin embargo, se sabe que en el feto se produce menos interferon gamma.

En consecuencia hay varias enfermedades que pueden se leves y indetectables en la madre y graves o letales en el feto. Ejemplo de estos padecimientos es la lengua azul, la rinotraqueitis infecciosa bovina, diarrea viral bovina, rubéola en seres humanos y la taxoplasmosis. A menudo las infecciones fatales ocasionan hiperplasia linfoide y aumento en la concentración de inmunoglubulinas. Por esa razón, la presencia de concentraciones importantes de inmunoglubulinas en un animal recién nacido que no haya recibido leche materna , es indicativa de estimulo antigenico intrauterino.

En general la respuesta a estos microorganismos esta determinada en el estado de desarrollo inmunitario del feto. Por ejemplo si la vacuna viral de la lengua azul, que no es patógena para las ovejas adultas normales se aplica a las ovejas gestatantes a los 50 días de la concepción, produce lesiones graves en el sistema nervioso de los fetos, entre ellas hidrocefalia y displacía de la retina. Y si esta vacuna se aplica a 100 días después de la concepción a los corderos recién nacidos solo se les observa una respuesta glial. Si la vacuna del virus de la lengua azul se aplica en fetos ovinos entre los 50 y 70 días se desarrollo esta puede aislarse de los tejidos del cordero durante varias semanas, pero si se aplica después del día 100, casi nunca podrá aislarse de nuevo.

Respuesta Inmunitaria en Neonatos
Después de desarrollarse en el ambiente estéril del útero, los mamíferos recién nacidos llegan a un ambiente rico en microorganismos. Los hijos de los animales domésticos pueden establecer respuestas inmunitarias al momento del nacimiento. Sin embargo, cualquier respuesta inmunitaria en un animal neonato debe de ser de tipo primario, con un largo periodo de retraso y concentraciones bajas de anticuerpos.

Por consiguiente a menos que brinde asistencia intrauterina, en un animal neonato debe de ser de tipo primario, con un largo periodo de retraso y concentraciones bajas de anticuerpos.

Por consiguiente, a menos que se brinde asistencia intrauterina, los animales recién nacidos pueden morir a causa infecciones que representan una amenaza menor para el adulto. Esta ayuda inmunitaria se da en la forma de anticuerpo que la madre transmite a sus hijos Atraves del calostro. Los linfocitos maternos también pueden transferirse al feto por medio de la placenta a los dos neonatos en el calostro y por migración transintestinal, aunque la importancia biológica no esta clara.

Transferencia de Inmunidad de la Madre a la Cría
La vía por la cual los anticuerpos maternos llegan al feto esta determinada por la estructura placentaria. En los seres humanos y otros primates, la placenta es hemocorionica, es decir, la sangre materna establece contacto directo con el trofoblasto. Este tipo de placenta permite que la IgG materna se transfiere al feto, no así la IgM, IgA o IgE. la IgG materna entra en la corriente sanguínea del feto, y el neonato humano puede tener concentraciones de esta inmunoglubulina comparables a los de concentraciones de esta inmunoglulinas comparables a los de su madre.

Los perros y gatos tienen una placenta endoteliocorionica en la cual el epitelio corionico esta en contacto con el endotelio de los caoilares maternos. En estas especies, una pequeña cantidad de IgG puede pasar de la madre al cachorro o gatito, pero la mayor parte se obtiene del calostro.

La placenta de rumiantes es sidesmocorionica; o sea, el epitelio coriónico está en contacto directo con los tejidos uterinos, mientras que la placenta de caballos y cerdos son epiteliocorionicas, ya que el epitelio corionico fetal establece contacto con el epitelio uterino intacto. En animales con estos tipos de placenta no se permite el paso transplacentario de moléculas de inmunoglubulinas, y los neonatos e de estas especies dependen por completo de los anticuerpos que reciben por medio del calostro.

Inmunidad Pasiva

Importancia de los Anticuerpos Maternos para el Recién Nacido
En virtud de la exposición a que resulta sometido en el curso del desarrollo postnatal frente a los antígenos del medio ambiente, el organismo entra en posición de anticuerpos y linfocitos específicamente sensibilizados contra la mayoría del microorganismo de su entorno. Si el organismo adquiere de esta manera un repertorio de anticuerpos suficientemente amplio, dispondría también frente a gérmenes patógenos de nuevo ingreso de anticuerpos y linfocitos que pueden con algunos determinantes de los gérmenes en cuestión, junto a la protección especifica en sentido estricto, el sistema inmunitario entrenado puede se consiguiente conferir también una cierta inmunidad inespecifica por reacción cruzada .

El recién nacido solo dispone de cantidades mínimas de anticuerpos autoformados, debido a la evidente falta de exposición a los antígenos en la vida prenatal y como consecuencia de la mas oi menos marcada falta de madurez inmunologíca. aun cuando el recién nacido estuviera en condiciones de reaccionar en la misma intensidad

Que el animal mayor ante los numerosos microorganismos que actúan después del parto, transcurriría un tiempo largo para disponer de los anticuerpos.

Secreción y Composición del Calostro y la Leche
El calostro representa las secreciones acumuladas de la glándula mamaria durante las ultimas semanas de la preñez, junto con las proteínas que se transfieren de manera activa por las corrientes sanguíneas bajo la influencia de estrogenos y progesterona. Por tanto es rico en IgG e IgA, pero también contiene algo de IgM e IgE. La inmunoglubulina predominante en el calostro de la mayor parte de los mamíferos domésticos es la IgG, la cual representa hasta un 65 a 90% del contenido total de anticuerpos. La IgA y las otras inmunoglubulina casi siempre son componentes menores, aunque importantes.

Conforme avanza la lactación y el calostro se convierte en leche, surgen diferencias entre las especies.

Absorción de Calostro
Los animales jóvenes que reciben la leche materna poco después de nacer, llevan calostro a su tubo digestivo.

Por consiguiente, los becerros que se alimentan de manera natural ingieren un promedio de dos litros de calostro, aunque algunos becerros en particular pueden hasta ingerir 6 litros. En estos animales el grado de actividad proteolitica en él aparto digestivo es bajo y se reduce a un mas por los inhibidores de la tripsina de calostro no se degradan, ni se usan como fuente alimentaria, en cambio llega intactas al intestino de los neonatos este receptor es un heterodimero del MHC clase 1b que contiene una cadena alfa y grande de microglubulinas b 2. es posible que el FcRn se encuentre en todos los mamíferos, y es muy similar al receptor F.c. que se encuentra en el saco vitelino de los pollos.

Una ves que se unen a fcrn, las células epiteliales captan en forma activa las inmunoglubulinas por medio de pinocitosis y atraviesan estas células hacia los quiloferos absorbida llega a la circulación sistemática v y los neonatos así tiene una transfusión masiva de inmunoglubulina materna.

Falta de Transferencia Pasiva

La absorción inicial de IgG proveniente del calostro es necesaria para la protección del animal joven contra a enfermedad septicemica.

La ingesta continua de IgA o IgG1 es importante contra la enfermedades entericas. Y la de falla de cualquiera de estos procesos predispone al animal a la infección.

Existen tres razones principales para la falta de transferencia adecuada de calostro. En primer lugar a que la madre produzca en cantidades insuficientes o de mala calidad en casos de partos prematuros. En segundo lugar aun cuando se produzca calostro sufiente en grandes cantidades el neonato puede no ingerir cantidades suficientes (falla en la ingesta). En tercer lugar es posible un defecto en la absorción intestinal a pesar de una ingesta adecuada de calostro,(falla de absorción).

Desarrollo de la Respuestas Inmunitarias en los Neonatos
Reacción inmunitaria local
Para cuando el calostro se transforma en leche, los tejidos linfoides del intestino de los neonato ya adquieran una capacidad total de respuesta a los antígenos que ingieren. Gran parte de esta respuesta temprana se atribuye al interferon pero existe una respuesta intestinal temprana de IgM que cambia a IgA dos semanas después. En el anim al en crecimiento la respuesta de SigA aparece antes y alcanza las cifras de adultos mucho antes que las otras Igs. Esta capacidad del intestino virgen para reponder con prontitud a los antígenos

Reacción inmunitaria sistémica
La intensidad de respuesta inmunitaria se regula parcialmente por una retroalimentacion negativa en que la unión de anticuerpos específicos del FcRs de las células B bloquea la actividad del receptor antigenico de las células B por lo que inhibe la mayor parte de producción de anticuerpos con la misma especificidad. La inmunización pasiva del recién nacido por anticuerpos maternos inhibe el desarrollo de la acción inmunitaria del animal joven, probablemente se deba a la supresión de células B y enmascaramiewnto y secuestro de antígenos. También el calostro puede contener inmunosupresores distintos de las inmunoglubulinas.

Vacunación en el Animal Joven
Los animales domésticos recién nacidos son capaces de desarrollar una acusada respuesta ya en los primeros días de vida.

Con la elección de coadyuvantes correspondientes y a la aplicación de adecuadas dosis de antígenos, debería resultar posible, al menos en los angulados, utilizar también en los recién nacidos todas las vacunas empleadas en el animal adulto para provocar respuestas inmunitarias, aunque más débil en el aspecto cuantitativo.

Debido especialmente a atribuirse la relativa debilidad de la capacidad reacción inmunologíca a la reacción primaria, pierde importancia practica en las vacunas repetidas. La vacunación de los recién nacidos es el principio y procede por ello a utilizar como una medida epizotiológica para luchar contra enfermedades infecciosas.

La vacunación del recién nacido resulta limitada por el nivel de madurez del sistema inmunitario, por la acción supresiva de la unidad de anticuerpos maternos eventualmente presentes.

A pesar de la capacidad de los animales jóvenes de reaccionar inmunologicamanete, una protección adquirida activamente por vacunación efectuada incluso el primer día de vida no se suele establecer antes de las dos semanas de existencia.

Por ello una inmunoprofilaxis contra las enfermedades infecciosas que se presentan en las dos primeras semanas de existencia sola se puede lograr por vacunación de la madre y subsiguiente aporte pasivo al recién nacido de anticuerpos maternos o mediante aporte directo de suero inmune.

Conclusiones
· La ontogénesis de los órganos inmunitarios discurre en las distintas especies animales y en el hombre de forma muy similar, aunque en el momento del nacimiento se encuentre en variable grado de desarrollo.
· Aunque el feto no esté del todo indefenso, es menos capaz de combatir una infección que el adulto.
· Los hijos de los animales domésticos pueden establecer respuestas inmunitarias al momento del nacimiento. Sin embargo, cualquier respuesta inmunitaria en un animal neonato debe de ser de tipo primario, con un largo periodo de retraso y concentraciones bajas de anticuerpos.
· La ingesta continua de IgA o IgG1 es importante contra la enfermedades entéricas. Y la de falla de cualquiera de estos procesos predispone al animal a la infección.

Bibliografía

· FRIEDHELM HORSCH, Inmunoprofilaxis De Los Animales Domésticos. Editorial Acribia España 1986.

· IAN. R. TIZARD, Inmunología Veterinaria, quinta edición, editorial, McGraw-Hill interamericana. Collage Station Texas 1996.

· HALLIDAY. R. Inmunidad y salud en recién nacidos. Editorial A.J. M. Vet jl. 1985

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