miércoles, 30 de marzo de 2011

LA MEDICINA VETERINARIA Y YO (2) (Patricio Berríos Etchegaray) Mis estudios en la U de Chile y mi primera actividad sin título

LA MEDICINA VETERINARIA Y YO

I.- Mis estudios de medicina veterinaria en la “U” de Chile.

Hice 5 años de medicina veterinaria propiamente tal y un 6° año de producción animal. Obteniendo dos títulos, uno de Médico Veterinario, y el otro de Licenciado en Ciencias Pecuarias y Médico Veterinarias. Textual.

Mi paso por la universidad en veterinaria, no estuvo exenta de problemas personales y familiares. No todos superados. No todos olvidados. Los contaré en memorias que se publicarán post morten...

La promoción del ’57 tuvo el honor de inaugurar el nuevo y moderno edificio que reemplazaría paulatinamente a la antigua Escuela de Veterinaria ubicada en la Quinta Normal. Inicialmente compartía las antiguas clínicas y los pabellones de Anatomía y de Patología. Esta escuela estaba a metros del Museo de Historia Natural y de “la casa de botellas”, construida en su totalidad por botellas de vidrio. Allí nos tomábamos, de vez en cuando sus botellitas de cerveza…

Con el nuevo edificio, el decano H. K. Sievers, no encontró nada mejor que aumentar la matrícula de unos 30 alumnos a 110, y sin darse cuenta inició la sobrepoblación de veterinarios en Chile… En la actualidad la “U” no lo hizo nada de mal al aumentar la matrícula a 140, sólo con el fin de quitarles buenos alumnos a las escuelas de veterinaria de las universidades privadas. De cualquier modo encuentro más razonable lo que hizo Sievers en su época.

Normalmente en los cursos de veterinaria había 1 ó 2 chiquillas. En el curso nuestro más de 10, la mayoría muy inteligentes y bonitas! Recuerdo que mis compañeros eran muy correctos, aunque un poco politizados, adelantándose a la época!

En esa época salíamos mucho a los alrededores de Santiago, al Norte y al Sur del país a conocer el medio agropecuario nacional. Incluso fuimos a Buenos Aires a la exposición ganadera de Palermo, y a Montevideo a conocer los mataderos y frigoríficos uruguayos. Todo pagado por la Universidad.

En cuanto a los profesores había de todo, algunos viejos pioneros de la profesión, que al parecer nunca tuvieron la oportunidad de realizar estudios de post grado. De los buenos recuerdo a Roberto Donoso B., Hugo Díaz O., Oscar Valenzuela O., Carlos Flores del F., Julio San Miguel, Isaías Tagle V. Francesco di Castri, Hugo K. Sievers, los dos Tapia (el bueno y el malo, según quien opinara), entre otros.

Los programas de estudios eran bastante clásicos, muy al estilo de la escuela francesa y de la escuela de medicina humana. Los cursos eran anuales y se podían repetir todos los ramos, y sólo uno en abril. Si no aprobaba en abril se repetía el año haciendo sólo un curso.

Los exámenes eran cosa seria, la mayoría orales, recuerdo haber salido mal en Biología cuando el Dr. Donoso no me aceptó mis respuestas aduciendo que estaban buenas para el Reader’ Digest. En Anatomía (2° año) salí mal cuando el Dr. Vedroni me entendió mal una respuesta, y se justificó diciendo que era inconcebible que alguien pensara que el hígado estaba adelante del diafragma, lo que yo no dije. Y punto, para marzo. Por el contrario, en Patología con el Dr. Rodríguez (el charqui), salí bien gracia a recordar que el ajo (Allium sativum) era hipotensor. El profe me dijo: me ganaste por puntos, un 4, y chao. En Genética, un ramo bravo, me saqué un 6,2 en la tercera prueba con ponderación 3, pero, como en las pruebas anteriores había estado más o menos, me hizo pasar a examen, saqué las bolitas con número de preguntas, las contesté todas, ratificando la nota de la 3ª prueba y subí a 5 que era una muy buena nota en la genética del Dr. Tapia. Finalmente el último recuerdo de exámenes es del ramo de Porcinotecnia, Berríos era el primero de la lista, y el Dr. Haardt me preguntó sobre alimentos de cerditos, no supe nada. Para marzo y estaba en 6° año y con mi tesis casi lista. Best que me seguía le pidió al profe que no preguntara sobre alimentación porque nosotros no sabíamos, así lo hizo y salieron todos bien, en vista de esto los compañeros me dijeron Pato reclama, yo contesté que la nota estaba bien puesta porque yo no sabía nada de porcinotecnia, ramo que no me gustaba. En marzo saqué un 5 y aprendí algo de los chanchitos.

Terminé con un promedio de 4,8 que me ubicaba en el tercio superior del curso!

Tuve la suerte de trabajar en mi tesis con el Dr. Valenzuela de Fisiopatología y Decano de Veterinaria. Investigamos la acción de los antibióticos en la captación de yodo y fósforo en hígado y músculos de pollitos. Los pollos fueron regalados por un plantel avícola, y los antibióticos por Pfizer. Trabajé todo el verano. Y la medición de la captación de P32 y Y131 en la escuela de Medicina con el Dr. Egaña. Todo un éxito fueron los resultados obtenidos. Y la nota: dos 7 y un 5, el Dr. del 5 argumentó que a él no se le había consultado sobre la metodología empleada, y dejó el 5… Parece que había algo de celos profesionales con mi profesor encargado…

En el examen de grado, tuve la suerte y la no suerte de tener en mi comisión al decano Dr Ramón Rodríguez Toro, virólogo aftosólogo, quien me demostró que no sabía de virus, pero, que no era culpa mía porque en la escuela no se enseñaba virología, y por ende, había que contratar gente que se especializara en dicha materia. Con el tiempo uno de ellos iba a ser yo…

Dejé para el final lo ocurrido en 1959. La toma de la escuela, obvio del edificio. Teníamos problemas con el decano Sievers, por los no actualizados profesores. Tras vanas discusiones se resolvió que lo mejor era tomarse la escuela para llamar la atención. Y así fue, con periodistas y todo. Yo salí en la portada de la revista Ercilla. Momentos antes había saltado la reja de la escuela y había caído como saco de papas al otro lado, y para mi consternación recién nos dimos cuenta que la puerta principal estaba abierta…

Por esta y otras razones parecidas mi curso fue conocido como "curso sindicato"...

Esta fue la primera toma universitaria en el país. Luego se haría una costumbre, hasta el día de hoy… Se fue el Decano Sievers, se fueron muchos profesores y nuestra Escuela cambió radicalmente, mejorando en muchos aspectos, aunque desde ese momento se politizó tremendamente.

El siguiente paso por la Universidad fue como docente de Microbiología e Inmunología.

Pero, un poco antes de rcibirme actué como médico veterinario sin título...


II.- Jefe del grupo de veterinaria en Chiloé 1963. Departamento de Extensión Social de la FECH. Este fue mi primera actividad como médico veterinario.

Poco antes de recibirme de médico veterinario, fui invitado a participar en unas jornadas de extensión de la FECH en Chiloé. Por casualidad, quedé a cargo del grupo de veterinaria, y del grupo interdisciplinario de Llau-llao, pequeña localidad cercana a Castro. Ese mes de febrero de 1963 fue un tiempo muy interesante para mí. Aprendí mucho sobre Chiloé y su gente, y especialmente del carácter, ilusiones y diferentes puntos de vista de alumnos universitarios de otras facultades.

En 1962 el Departamento de Extensión Social de la Fech bajo el lema "Tu profesión tiene un sentido social. Proyéctalo" organizó un trabajo de verano en Chiloé, en las localidades de Chacao, Dalcahue, Achao, Chonchi y Llau-Llao. La directiva de la Fech era: Fernando Tagle Y. Presidente; Hernán Pozo M. Tesorero; M. Edith Latorre D. Secretaria, y José Miguel Insulza S. Vocal Fech.

El día 30 de enero de 1963 salimos desde Santiago. Nos fuimos en tren hasta Puerto Montt en dos vagones facilitados por EFE. Mi abuela me fue a dejar y todavía la veo media tristona, la verdad es que meses después falleció de un cáncer al hígado. Para que decir que en el viaje nos divertimos mucho. En Puerto Montt alojamos en el regimiento a lo que yo estaba acostumbrado en nuestros viajes que realizábamos por la escuela de veterinaria. Desde Puerto Montt viajamos a Ancud en el vapor Trinidad. En el barquito que se movía bastante, muchos de mis compañeros universitarios se marearon, talvez por falta de costumbre de andar sobre el mar...

Desde Ancud a Llau-llao nos fuimos en camión. En Llau-llao alojamos en el local de una antigua Escuela Pública. La escuelita estaba frente al cementerio, típico del Sur con los entierros rodeados por cercas de madera. Durante todo el mes dormimos en el suelo, yo lo hice en mi saco de dormir, y todos nos acostumbramos rápidamente. Incluso recuerdo que cuando volví a Santiago no podía acostumbrarme a dormir en blando...

El grupo de Llau-llao estaba constituido por: Celia Alvarado y Alberto Minoletti de Medicina, Nelly Tapia y Rosa Hermosilla de Enfermería, Rebeca Montenegro de Educación del Hogar, Nelly Barra de Servicio Social, Eduardo Chávez de Agronomía, Cristobal Kay de Economía, Silvia Martínez del Pedagógico y Gustavo Quintana de Educación Física. Yo era egresado de Medicina Veterinaria, talvez el mayor de todos. Un agregado norteamericano era Eugene Johnson del Cuerpo de Paz.

Otros estudiantes de veterinaria que fueron a Chiloé: Heriberto Olave L., Gerardo Núñez, Juan Burrows, y Emilio Spiñeira que era de Ancud.

La FECH nos aportó con E° 120, escudos de la época. según consta en mi cuaderno de gastos, la primera inversión que hicímos fue comprar un chuico en E° 1 el día 3 de febrero de 1963. Luego compramos gallinas, huevos y chicha... A mitad de mes nos dieron un suple de E° 70. En mi rendición de cuentas que indicaba un gasto de E° 182,50, devolví E° 7,5.

El trabajo de equipo se ordenó bajo los siguientes conceptos:

Forma de integración de carreras
Trabajo en terreno
Vida comunitaria
Análisis crítico del trabajo en equipo y vida de grupo
Actitud de la comunidad frente al trabajo realizado, y frente al equipo de estudiantes universitarios

Las iniciativas de orden local que impulsamos fueron:

Limpieza del pozo de agua
Conseguir letrinas
Prestar ayuda para llenar la Declaración de impuestos de Propiedad Agrícola
Conseguir teléfono para Llau-llao
Dar a conocer su interés en formar una Cooperativa lechera en base a la Cooperativa agrícola existente
Crear un diario mural
Informar a la prensa y radio de Castro sobre las actividades del pueblito, en forma sistemática

El laboratorio Pfizer a través del Dr. César Martínez nos facilitó una gran cantidad de remedios que fueron utilizados y otros regalados a los agricultores de la zona.

Durante la estadía en Llau-llao asistí a los siguientes agricultores: Alfredo Hernández 60 cuadras con porcinos y bovinos, y ovinos con sarna. Las 8 vacas lecheras que tenía producían 5 litros por nuca. Luis Borquez Díaz pequeño latifundista que tenía una camionetita. El traía sus reproductores , overos negros, desde Osorno. No sufrió de fiebre aftosa al impedir la entrada y salida de inquilinos de su predio. Enviaba su leche a castro todos los días. Tenía manzanos con chancro y cerezos con chape... Olegario Gallardo con 2 vacas y 25 ovejas con sarna. José del Carmen Kaman con 16 Há posee aves mezcladas de Leghorn y gallinas chilotas que prodecen menos huevos pero son resistentes a los rigores del clima. Francisco Segura que tenía patos, pavitos, ganzos y gallinas. Alcanzó a vender los cerdos antes de la peste porcina! Carmen Dolores Vera Pérez que tenía ovejas y utilizaba el Cu SO4 para las cojeras. Virginia Vera Pérez con una chacra modelo, abejas y chanchos. Auristela Díaz con 23 ovejas para autoconsumo, la lana para frazadas y colchones, y la carne para consumo interno. Teresa Barría Pérez con gallinas con piojillo tratadas con DDT sin buenos resultados. Sólo menciono a estos agricultores para indicar que trabajé en Llau-llao como veterinario.

Una cosa divertida, un par de compañeras a las que llamábamos las usufrunas hablaban en un lenguaje extraños cuando no querían que nos enterásemos de sus cuentos, para ello reemplazaban las vocales, la "a" por auf, la "e" por elder, la "i" por ixi,, la "o" por older y la "u" por usufrun. Hablaban bastante rápido en este raro lenguaje que no lo era tal. Traten y verán que se puede...

El 14 de febrero tuvimos una reunión general en Ancud en que tuve que contar sobre lo que habíamos hecho. Recuerdo que hablé y hablé, y no sabía como terminar. Qué terrible. El Centro de Divulgación de la "U" me grabó íntegro, y un buen día, años después en Santiago, me ví en la televisión. Qué ganas de verme ahora...

El informe que presenté prácticamente se refería a: De acuerdo al plan inicial se abarcó una serie de aspectos pecuarios y sanitarios propios de Chiloé, como un equipo móvil pero sin locomoción,a través de una labor directa con los pequeños y medianos agricultores, aunque sin contar con la ayuda del único veterinario que trabajaba en Chiloé.

Para formarse un juicio general de los problemas chilotes se investigó el número de animales en cada predio, su alimentación, los métodos de selección y el manejo o crianza. La utilización y comercialización de los productos pecuarios de la zona indicó una economía de autoconsumo, con una matanza de animales carente de todo control sanitario. El aspecto sanitario estudiado indicó que los principales problemas eran la peste porcina, por falta de vacunas; la sarna ovina conocida por ellos al viajar a estancias ovejeras argentinas.

En cuanto a la organización agropecuaria detectamos la no existencia de organización lo cual se debía al atraso de la agricultura en Chile y el continente americano. La falta de profesionales idóneos y con sentido social y con conocimientos de la zona. La falta de respuesta de los agricultores a los intentos de agruparlos debido a su excesiva politización. La falta de recursos materiales de los grandes Institutos estatales. Todo esto magnificaba la labor del Instituto de Educación Rural. Yo saqué aplausos por insistir en la concientización de los agricultores para que entraran en la línea del progreso.

Enes momento fue posible trabajar en conjunto y a la vez con una división profesional real en que el veterinario se enmarcó en sanidad y producción animal y el agrónomo en la parte vegetal en este caso en hortalizas.

Termino recordando que los huasos chilotes nos querían curar en el asado de despedida, y lo hicieron con algunas chiquillas santiaguinas. Yo hice lo que aprendí en los viajes de la escuela, dejar el vaso de vino en el piso, y botarlo con el pie. Así no me curaron. Y me dí el lujo de retar al alcalde por hacer eso con las inexpertas chiquillas!!!

Volvimos desde Llau-llao a Ancud en una lancha de desembarco que operaba en la zona, y de allí a Puerto Montt en el Trinidad, pasando por Calbuco que todavía era una isla; y en tren a Santiago para llegar a casa el 28 de febrero a las 10:30 horas... Después nos reuniríamos en casa de la Celia Alvarado. Una vez salí a pasear con la Silvia Martínez... y no pasó nada. Alguna vez vi en TV al Dr. Alberto Minoletti con un alto cargo en el Ministerio de Salud. En USA, Davis, estuve con Eduardo Chávez quien hacía su doctorado, pero, para no volver más a Chile... De aquella gente sólo he sabido de José Miguel Insulza que era vocal de la Fech de aquel entonces... Ahora es Presidente de la OEA!!! Todavía tengo un telegrama que me envío a Llau-llao!!!

El '64 ya estaba trabajando en aftosa y no me dieron permiso para viajar a Chiloé y eso que en ese viaje el tema central de los veterinarios era justamente fiebre aftosa. De hecho en mi lugar fue un parasitólogo de la escuela...!!!

De aquel grupo sólo he sabido de José Miguel Insulza S. Al resto parece que se los llevó el viento...

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