martes, 11 de octubre de 2011

MEGAVIRUS CHILENSIS

El llamado Megavirus chilensis es de 10 a 20 veces más grande que la media de los virus y fue descubierto en el sector de Las Cruces, en Chile. Y bate por poco al anterior poseedor del récord, el Mimivirus, que se encontró en una torre de enfriamiento de agua en Reino Unido en 1992.

Los científicos revelaron en la Revista de la Academia de las Ciencias (PNAS) que el Megavirus probablemente infectó a amebas, organismos unicelulares que flotan libres en el mar. "Es más grande que algunas bacterias", explicó el profesor Jean-Michel Claverie, de la Universidad de Aix-Marseille, Marsella, Francia.

"No es necesario un microscopio electrónico para verlo, se puede ver con un microscopio de luz ordinaria", dijo a la BBC.


Más de mil genes


Los virus no se pueden reproducir, sino que necesita invadir una célula huésped si se desea multiplicar. Al igual que el Mimivirus, el Megavirus tiene estructuras filiformes, o fibrillas, en el exterior de su concha, o cápside, que probablemente atraen a amebas incautas que buscan aprovecharse de las bacterias mostrando características similares.

Un estudio del ADN del virus gigante muestra que tiene más de mil genes, las instrucciones bioquímicas que utiliza para construir los sistemas que necesita para reproducirse una vez dentro de su huésped.

En los experimentos de laboratorio realizados por Claverie y sus colegas -en el que infectaron amebas de agua dulce, el Megavirus construyó grandes orgánulos troyanos ("células dentro de las células") que pueden producir nuevos virus para infectar a otras amebas.

"Todo se inicia a partir de una sola partícula y luego crece y crece hasta convertirse en esta fábrica de viriones (partículas víricas morfológicamente completas e infecciosas)", explicó el profesor Claverie. "Es por eso que necesita de todos estos genes".


Costas de Chile


El Megavirus se encontró frente a las costas de Las Cruces, en el centro de Chile, al ser recuperado como parte de un rastreo general en el océano para estudios de biología. "Esta es una nueva forma de hacer virología," dijo Claverie.

"Anteriormente, sólo se descubría un virus ya que había causado una enfermedad en seres humanos o animales y plantas. Pero ahora estamos iniciando lo que podría llamarse virología ambiental y estamos en busca de virus por todas partes", agregó.

También contó que "basta ir a los lagos, mares y océanos y recoger el agua y filtrarla y tratar de rescatar a los virus cultivándolos con un huésped potencial".

En términos más generales, existe un interés en los virus de mar porque tienen una gran influencia en las poblaciones de plancton, organismos microscópicos que forman la base de muchas cadenas alimenticias marinas.

Y cuando matan al plancton, los virus también están ayudando a regular los ciclos geoquímicos del planeta, como el hundimiento de los organismos muertos en las profundidades.

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2 comentarios:

  1. Recuerdo que por los años 70 el virólogo chileno Romilio Espejo, probablemente el mejor virólogo de todos los tiempos, aisló un bacteriófago ADN proveniente del océano!!!

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  2. Santiago.- En aguas del Océano Pacífico chileno, frente al balneario de Las Cruces, fue aislado el Megavirus chilensis, considerado el mayor virus descubierto hasta ahora y que es de 10 a 20 veces más grande que la media de los virus.

    El Megavirus bate por poco al anterior poseedor del récord, el Mimivirus, que se encontró en una torre de enfriamiento de agua en Reino Unido en 1992.

    BBC Mundo informó que un grupo de científicos reveló en la Revista de la Academia de las Ciencias (PNAS) que el Megavirus probablemente infectó a amebas, organismos unicelulares que flotan libres en el mar.

    La partícula mide alrededor de 0,7 micras (milésimas de milímetro) de diámetro.

    El profesor Jean-Michel Claverie, de la Universidad de Aix-Marseille, Marsella, Francia, explicó que "es más grande que algunas bacterias".

    Claverie precisó que "no es necesario un microscopio electrónico para verlo, se puede ver con un microscopio de luz ordinaria".

    Al igual que el Mimivirus, el Megavirus tiene estructuras filiformes, o fibrillas, en el exterior de su concha, o cápside, que probablemente atraen a amebas incautas que buscan aprovecharse de las bacterias mostrando características similares.

    Asimismo un estudio del ADN del virus gigante muestra que tiene más de mil genes, las instrucciones bioquímicas que utiliza para construir los sistemas que necesita para reproducirse una vez dentro de su huésped.

    Experimentos de laboratorio realizados por Claverie y sus colegas -en el que infectaron amebas de agua dulce- revelaron que el Megavirus construyó grandes orgánulos troyanos ("células dentro de las células") que pueden producir nuevos virus para infectar a otras amebas.

    "Todo se inicia a partir de una sola partícula y luego crece y crece hasta convertirse en esta fábrica de viriones (partículas víricas morfológicamente completas e infecciosas)", explicó el profesor Claverie.

    COSTAS DE CHILE

    El Megavirus se encontró frente a las costas de Las Cruces, en el Litoral Central y fue recuperado como parte de un rastreo general en el océano para estudios de biología.

    "Ésta es una nueva forma de hacer virología", afirmó el profesor Jean-Michel Claverie, quien explicó que "anteriormente, sólo se descubría un virus ya que había causado una enfermedad en seres humanos o animales y plantas. Pero ahora estamos iniciando lo que podría llamarse virología ambiental y estamos en busca de virus por todas partes", según consigna BBC Mundo.

    El investigador reveló que "basta ir a los lagos, mares y océanos y recoger el agua y filtrarla y tratar de rescatar a los virus cultivándolos con un huésped potencial".

    En términos más generales, existe un interés en los virus de mar porque tienen una gran influencia en las poblaciones de plancton, organismos microscópicos que forman la base de muchas cadenas alimenticias marinas.

    Y cuando matan al plancton, los virus también están ayudando a regular los ciclos geoquímicos del planeta, como el hundimiento de los organismos muertos en las profundidades.

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