jueves, 3 de noviembre de 2011

GENERALIDADES DE LOS ORGANISMOS TIPO VIRUS. INIA LA PLATINA

GENERALIDADES DE LOS ORGANISMOS TIPO VIRUS

Los virus son partículas submicroscópicas capaces de causar enfermedades en las plantas y otros organismos vivos. Debido a que no tienen metabolismo propio, los virus sólo pueden vivir en las células vivas por lo que no pueden multiplicarse en medios de cultivos artificiales. Estos agentes sólo pueden ser observados bajo el microscopio electrónico y consisten en una proteína que encapsula a un ácido nucleico. La clasificación de estos patógenos esta basada en sus propiedades morfológicas, bioquímicas, biofísicas, inmunológicas y moleculares.

A diferencia de otros agentes infecciosos como los hongos y bacterias, los virus muchas veces no presentan síntomas destacados, por lo que puede pasar inadvertidos y/o confundidos con otros factores que afectan las plantas. Los efectos sobre los árboles se manifiestan de diferentes formas, lo cual lleva a que las pérdidas causadas sean difíciles de evaluar. Algunos inciden a nivel de vivero causando disminuciones en el poder germinativo de las semillas, menor prendimiento de yemas e incompatibilidades entre la variedad y portainjerto. En plantas adultas producen distintos grados de disminución del vigor y crecimiento, la mayoría causa disminución en el número y tamaño de fruta como asimismo pérdida en la calidad de los frutos.

Existen a nivel mundial, ejemplos de los desvatadores efectos de las enfermedades virosas en algunos países. Así por ejemplo, el virus de la "Tristeza de los cítricos" causó en Argentina la pérdida de más de 5 millones de árboles. Por otro lado, la producción de frutales de carozo a desaparecido en regiones de Europa donde se ha manifestado el virus causante de la "Enfermedad de Sharka". Estos, son dos ejemplos extremos de pérdidas causadas por estos patógenos. Sin embargo, la mayoría de las enfermedades causadas por virus en las plantas frutales, aún cuando no tienen efectos desastrosos, se manifiestan en forma crónica causando un daño permanente anual a los huertos de frutales de carozo, pomáceas y vides.

La clasificación de los virus está basada en aspectos morfológicos, tipo y cantidad de ácido nucleico, estructura del genóma y tipo de vector. Considerando estos aspectos los grupos de virus más comunes en las plantas frutales son: nepovirus (Figura 1), ilarvirus (Figura 2), potyvirus (Figura 3) y closterovirus (Figura 4).



Figura 1: Nepovirus



Figura 2: Ilarvirus



Figura 3: Potivirus



Figura 4: Closterovirus

El grupo de los nepovirus se distingue por ser transmitidos en condiciones naturales por nemátodos vectores. El virus tiene dos tipo de partículas isométricas de 25 a 28 nanómetros de diámetro. Este virus presenta una gran versatilidad puesto que afecta a una gran variedad de especies frutales, hortícolas y malezas. Esta característica, junto a su capacidad de ser transmitido a través del material de propagación, semillas y polen, le permiten perpetuarse en la naturaleza y ser de muy difícil control.

El grupo de los ilarvirus se distingue por su propiedad de ser transmitido mediante el material de propagación, polen y semillas. Su genóma esta compuesto de tres tipos de partículas isométricas de entre 25 a 35 nanómetros de diámetro. Este es el grupo de virus más común dentro de las plantas frutales y aunque su daño no es severo causan pérdidas consistentes a través del tiempo.

El grupo de los closterovirus se distingue por su tamaño; son filamentosos de entre 800 y 2000 nanómetros de largo. La mayoría se transmite en condiciones de campo mediante áfidos vectores en forma semipersistente. Es decir, el virus sólo permanece pocos minutos viable en el aparato bucal del insecto para ser transmitidos desde una planta enferma a otra sana.

El grupo de los potyvirus se distingue por tener las partículas morfología filamentosa de aproximadamente 800 nanómetros de largo. Este grupo de virus se caracteriza por ser transmitido en forma eficiente por áfidos vectores, lo que le permite diseminarse rápidamente dentro de las plantas de un huerto.

Dentro del ciclo biológico de los virus, siendo parásitos obligados, su mecanismo de transmisión de plantas enfermas a otras sanas es esencial para su perpetuación en la naturaleza. Por esta razón, los diferentes grupos de estos patógenos han desarrollado habilidades para diseminarse por medio de materiales vegetales y vectores. Normalmente, formas de propagación vegetativa de las plantas tales como; yemas, púas, estacas y mugrones son las vías más importantes de transmisión dentro de las especies frutales. No obstante, algunos grupos de virus han desarrollado una eficiente capacidad para ser diseminados rápidamente por medio de vectores. Entre los más importantes están los insectos y nemátodos. Entre los insectos, los áfidos son lejos los más importantes transmisores de virus, tanto a larga distancia como dentro de las plantas de un mismo huerto. En los frutales los géneros de nemátodos que transmiten en forma eficiente la mayor cantidad de virus son Xiphinema sp y Longidorus sp.

Actualmente se considera que los síntomas causados por los virus en las plantas frutales, no es el método más adecuado para su identificación. Síntomas similares pueden ser causados por diferentes virus, o viceversa. Asimismo, otros factores tales como; enfermedades radiculares, déficit hídrico, exceso o déficit nutricional pueden confundir o enmascarar la presencia de una enfermedad virosa. En la década de 1980, se masificó el uso de la prueba inmunológica ELISA ( Enzyme Linked Immunosorbent Assay) que permite con un alto grado de eficiencia y confiabilidad identificar virus específicos. Esta metodología fue clave en el avance del conocimiento de las enfermedades virosas en los frutales. En la actualidad, se dispone comercialmente de estuches de diagnóstico serológico para la mayoría de los virus que afectan los frutales. La prueba ELISA se ha constituido en una herramienta fundamental en los viveros para detectar y propagar material limpio de virus.

El avance en el ámbito de la biotecnología ha repercutido en dos aspectos en relación a los virus. Primero, se han diseñado métodos altamente eficientes, específicos y confiables para la detección e identificación de enfermedades virosas en frutales. La prueba de la reacción en cadena de la polimerasa, comúnmente conocida como PCR (Polimerase chain reaction), permite identificar virus con casi un 100% de confiabilidad y a la vez, ha permitido desarrollar formas de clasificación de estos patógenos basadas en la composición de su genóma. Segundo, la transformación genética de plantas ha permitido desarrollar plantas con características de inmunidad frente a la infección virosa. Existen, ya en la actualidad, comercialmente, plantas resistentes a diferentes virus. Sin duda, en el futuro, la biotecnología jugará un rol importante en el conocimiento y control de estas enfermedades.

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